Dumbledore se detuvo detrás de Harry en el Gran Comedor.

—A mi oficina, Harry.

—Por supuesto, déjeme pedirle al profesor Snape que venga conmigo.

Harry no le dio al hombre tiempo para responder y se dirigió a la mesa del personal; sabía que Dumbledore no podría negarse cuando todos podrían escuchar ni tampoco podría gritar en el Gran Comedor.

—Dumbledore quiere que vaya a su oficina —habló Harry en voz baja.

Severus arqueó una ceja hacia Dumbledore que hablaba con Ginny Weasley.

—Tengo una idea de lo que se va a tratar.

Harry miró a Dumbledore que ahora hablaba con Granger y los dos Weasley menores.

—Esto va a ser interesante.

Severus le dio una mirada rápida a Harry.

—El chucho, el lobo y Molly nos deben de estar esperando.

—Me preguntó quién exigirá un contrato de matrimonio.

—Molly, y el chucho dirá que debes de hacer lo correcto.

—Yo digo que será Molly y el chucho me renegará por supuestamente haber deshonrado a James. El lobito tratará de calmarlo mientras que Granger y Dumbledore trataran de hacerme sentir culpable.

—¿Quieres hacer una apuesta?

—¿Cuáles son los términos?

—El perdedor tendrá que cortar los ingredientes para las pociones por el resto del año.

Severus sabía que él ganaría. Después de todo, había estado lidiando con el chucho, Lupin y Dumbledore por más tiempo que Harry.

—Es una apuesta.

Harry ocultó su sonrisa mientras los dos se dirigían a la oficina del director. Si bien Severus tenía razón, Dumbledore y Granger se especializan en usar la culpa para hacer que él obedeciera.


Severus y Harry no se sorprendieron cuando llegaron a la oficina del director y encontraron a Black, Lupin, Granger, Molly, Ginny y Ron Weasley esperándolos. Minerva los siguió hasta la oficina y tomó asiento en su lugar habitual mientras que Severus se apoyó en la pared y Harry se paró entre Minerva y Severus.

—¿Hay algún problema?

—Sí, mi Ginny está embarazada y Harry necesita cumplir con su deber.

Molly agitó su dedo hacia Harry.

—Vas a cumplir los términos del contrato de matrimonio que redactamos.

—¿Cómo pudiste haber deshonrado a tu padre, Harry? Debes de hacer lo correcto. Tus padres deben de estar tan avergonzados de que hayas embarazado a una chica y te niegues a casarte con ella. Ginny nos dijo que incluso rechazaste al bebé. Lo firmaré tan pronto lleguemos a un acuerdo.

Severus y Harry sabían que iban a intentar usar el viejo contrato de matrimonio que ahora era inválido, y se preguntaron si en verdad creían que funcionaría. Dumbledore estaba un poco callado para su gusto, pero sabía que usaría sus métodos para hacer que estuvieran de acuerdo.

—Deja que Harry hable, Sirius. No hemos escuchado su versión.

Lupin se mostró desconfiado; estaba cansado de los juegos. Ellos ya no tenían hogar y estaban usando esto como una forma de recuperar el control de Harry para poder volver a sus hogares.

—Deberías estar avergonzado de ti mismo, Harry James Potter. Ginny te ama y tú eres tan cruel con ella.

Granger inhaló.

—Ella no ha hecho nada para merecer tu falta de respeto —golpeó a Harry en el brazo—. Te la has pasado alejándote de las personas que te aman. ¿Y ahora esto? Tienes que reordenar tus prioridades.

Severus cerró los ojos. ¿Cómo pudo haber dado en el blanco el maldito chico? Abrió los ojos y se preguntó qué añadiría el idiota adicto a los caramelos de limón. No tuvo que esperar mucho.

—Debiste haber venido conmigo, mi niño. Pudimos haber arreglado una boda en secreto, pero ahora toda la escuela lo sabe y debes de hacer lo correcto.

Dumbledore se metió un caramelo de limón en la boca.

—Sé que eres un poco joven, pero Ginny es una buena pareja. Ya no podrás ser el aprendiz de Severus, pero es por el bien de todos.

Severus se preguntó si el hombre podría aguantar una conversación sin decir eso. Todo lo que Dumbledore quería hacer era por el bien común de él mismo.

Harry miró alrededor.

—Corríjanme si me equivoco, ¿pero no se necesita tener relaciones sexuales para embarazar a alguien? Dudo mucho que besarse y tocarse las manos un par de veces funcione.

La profesora McGonagall sabía hacia dónde se dirigía esto y lo iba a disfrutar.

—Es correcto, Potter. Sé que no asististe a la clase de educación sexual de la señora Pomfrey, pero tu teoría es correcta.

—¿Y no hay un hechizo que determinará si la persona sigue siendo virgen?

Harry pudo ver que Dumbledore tenía su mano en su varita lista para lanzar lo que apostaba sería un hechizo de coerción.

La profesora McGonagall le dio a Dumbledore una mirada severa hasta que soltó su varita.

—Tienes razón de nuevo. Es un hechizo muy simple que yo misma puedo lanzar. ¿O alguno de ustedes quiere hacerlo?

—Sabes que eres el padre, Harry —casi gritó Granger—. Dígale que se debe de casar con Ginny, director. Es lo correcto. No puedes manchar el nombre de Ginny porque te niegas a casarte.

—¡¿Cómo te atreves a decir que mi hija es una mentirosa?!

Molly despotricó un poco más sobre cómo se mancharía el apellido de los Potter y que Lily debería estar avergonzada del hijo por el que murió protegiendo.

Weasley se paró enfrente de Harry como si su tamaño pudiera hacer que él cediera a sus exigencias.

—Mi hermana dice que tú eres el padre y no está mintiendo.

—Si estás tan seguro de que yo soy el padre, ¿por qué no lanzas el hechizo para probar que estoy mintiendo?

—¿Cómo sabemos que no has hecho algo para asegurarte de que no revele la verdad? —lloriqueó Ginny—. Últimamente has sido muy amistoso con los Slytherin y ellos conocen hechizos oscuros que podrían evitar que se revele la verdad.

—Podría hacer un juramento, pero tu hermano no cree en ellos.

Harry había pasado semanas escuchando a Weasley quejarse sobre el torneo, cómo debió haberle dicho que iba a participar y por qué no lo incluyó sin importar cuántas veces la gente le decía que fue una trampa debido al juramento que había hecho Harry.

Dumbledore levantó la mano.

—No creo que sea necesario. Si no hay más objeciones, Minerva lanzará el hechizo. Te casarás con Ginny cuando se confirme que eres el padre. No podemos hacer una prueba de paternidad hasta que el bebé nazca, sin embargo, tampoco permitiremos que no reconozcas a tu hijo sin razón.

Weasley se hizo a un lado.

La profesora McGonagall se levantó, sacó su varita y miró a Severus; sabían cuál sería la respuesta y el grupo estaría muy descontento.

—Status Sexualitatis.

Un pequeño pedazo de pergamino comenzó a salir de su varita y Minerva esperó hasta que terminó.

—Virgen, gay. Nivel 4.

—¿Qué significa nivel 4?

Weasley se veía confundido; sabía que Granger conocería la respuesta.

—Significa que solo ha besado, Ron.

Granger se tapó la boca con las manos; si se usara la memoria eso demostraría que ella estaba consciente del estado de Harry.

—Exacto. Como el hechizo confirmó, soy gay. No me voy a casar con ella y ese no es mi hijo.

—Debes de hacer lo correcto, Harry. Sabes que te amo.

Weasley casi se arrojó a los brazos de Harry, pero él se hizo a un lado y ella terminó chocando con su hermano que se puso tras Harry con su varita en mano.

—Te vas a casar con mi hermana —exigió Weasley, tratando de levantarse con los brazos de su hermana aferrados a sus hombros.

—Yo soy el que tomará esa decisión. Soy su maestro y mi aprendiz no se va a casar con una chica que no le interesa ni embarazó.

Severus se alejó de la pared.

—Hay un hechizo de la verdad que podría darnos el nombre del padre.

—No es necesario.

Dumbledore no sabía cómo terminaría esto, pero no fue como él quería e iba a impedir que se saliera más de control.

—Sí, lo es. Exijo que se lance. Soy su madre.

—Yo también lo exijo. Soy su padrino.

—Y yo. Estamos hablando del honor de mi hermana y si se demuestra que él es el padre entonces exijo una compensación monetaria por lo que hemos soportado.

Harry quería reír.

—Si no soy el padre entonces quiero una carta en forma de disculpa publicada en el Profeta donde se establezca al verdadero padre y el error que ustedes cometieron al culparme.

—Trato hecho.

Weasley selló el trato con esas palabras, sin percatarse del shock y la furia en el rostro de su hermana y Dumbledore. Lupin sabía que esto saldría mal mientras que los demás parecían complacidos.

Harry miró a Dumbledore.

—Como es alguien confiable, la profesora McGonagall hará las tres preguntas.

—De acuerdo —accedieron en seguida Molly y Weasley, sin percatarse otra vez de las expresiones de Dumbledore y Ginny.

La profesora McGonagall apuntó con su varita a Ginny.

—Veritatisque commeritus.

Ellos vieron un chorro blanco golpear a Ginny.

—¿Quién es el padre del bebé?

—No lo sé.

—¿Quién podría serlo?

—Lo hice una vez con Seamus Finnigan y Wayne Hopkins, y otra vez al mismo tiempo con Michael Corner y Anthony Goldstein. Me encuentro por lo usual con Justin Finch-Fletchley los viernes y con Blaise Zabini todos los sábados por la mañana. Estuve con Ernest Macmillan durante un mes, pero él me terminó. A veces fuerzo a Colin Creevey a hacerlo conmigo. Y actualmente tengo sexo con Marcus Harper, Marcus Belby y Eddie Carmichael porque no les importa mi vientre.

—¿Violaste a Colin?

Harry no esperaba eso, pero explicaba por qué el niño huía de Weasley.

—No puedes violar a un chico. Ellos lo desean.

El caos estalló. Severus se dirigió directo a la red flu y llamó a los aurores. Dumbledore lanzó unos fuegos artificiales cuando aparecieron tres aurores que no eran miembros de la Orden; Dawlish conocido por ser bastante bueno en su trabajo, Rosenburg conocido por ser un hombre que seguía la ley y siempre obtenía la verdad, y la señora Bones que había estado trabajando hasta tarde y estaba sorprendida de ser llamada por una violación en Hogwarts. Los dos aurores aturdieron a Black que cayó a los pies de Lupin, y lo esposaron antes de que la señora Bones saliera de la red flu.

—¿Qué está sucediendo? Lleva al señor Black al ministerio, Rosenburg. Nos encargaremos de él después. Fuimos llamados aquí por una violación. Y también quisiera saber por qué Sirius Black está aquí.

—La señorita Weasley acaba de admitir que violó a Colin Creevey, un estudiante de tercer año.

Severus no estaba sorprendido por el hecho de que Dumbledore quisiera ocultar todo.

—En cuanto al chucho, estoy seguro de que el director podrá explicarlo.

Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo y olvidaron quitarle el hechizo de la verdad a Ginny Weasley. Harry lanzó un petardo cuando ella comenzó a hablar después de que él le dijera que revelara todo.

—Sirius Black se estuvo ocultando en su casa desde hace meses hasta que Lord Black nos echó a todos de nuestros hogares. Ellos creen que violé a Colin Creevey solo porque lo forcé a tener sexo conmigo. No puedes violar a un chico. Dado que estoy embarazada y no sé quién es el padre, exijo que Harry se haga cargo para tenerlo de nuevo bajo control. Él necesita obedecer a Dumbledore para que funcione su plan.

La señora Bones apuntó con su varita a Dumbledore.

—¿Qué plan?

—El plan para matar a Harry y obtener su dinero y poder. Él tiene muchos asientos que ayudarán a Dumbledore a controlar nuestro mundo. Primero debo de embarazarme para así mantenerlo bajo control. Mi madre me explicó cómo mantener a un hombre interesado y que debo asegurarme de tener a sus hijos para atraparlo. Así fue como atrapó a mi padre.

Un silencio atónito reinó en la habitación. La señora Bones al fin se recuperó.

—¿Le dieron suero de la verdad?

—No, yo la hechicé porque está embarazada. No queríamos correr ningún riesgo debido al bebé —respondió la profesora McGonagall—. Puedo removerlo ahora.

—Hazlo, por favor. Van a venir conmigo al ministerio, Albus, Molly y Ginevra. Extrae sus memorias desde el momento en el que entraron a la oficina y cualquier otra cosa que deseen enviar, Dawlish.