Capítulo final.
Hinata, como antaño, en cuánto a las relaciones se define aún como tímida. A pesar de que ya ni sabía cuántas veces se había acostado con Sasuke, en su cama, en la de él, en la de hoteles ni cuántas posiciones había aprendido -había notado lo contenta que se sentía al dominar ese campo en particular- aún no Se sintió capaz de preguntarle a Sasuke qué eran.
Hacía unas semanas había tenido un encuentro con Neji.
Se lo había encontrado al ir rumbo a una misión, en los afueras de la aldea, y como ya era costumbre, él había reclamado por enésima vez que Sasuke no le convenía, que estaba perdiendo el tiempo con él. Que no era un hombre de fiar.
- En cambio, tú que eres como un hermano para mí, que creció conmigo y que ahora dice amarme, ¿te parece que eso es de fiar? ¿No crees que es un aprovechamiento de toda la confianza y el cariño que te tengo?
-Eso es ridículo.
- No, no hay amores. Yo siento que me has traicionado. Mi relación con Sasuke no es asunto de nadie más que mío. Si vuelves a entrometerte, juro que dejarás de ser mi primo y no volverás a mirarte. Estarás muerto para mí. Y quédate muy lejos de él. - dijo refiriéndose al Uchiha.
Esa vez, su primo no respondió y ella tampoco esperaba una respuesta. Ya estaba harta, muy harta de esa situación entre los dos. Ella no tenía culpa de verlo como un hermano, porque eso era para ella y aunque le era tremendamente doloroso, prefería alejarse de él y no alentar más ese sentimiento que la hacía sentir desbordada. Ella nunca buscó su amor, nunca buscó que se enamorase y ya no podía permitirse sentirse culpable de ello, porque en el fondo, sentía que se aprovechaba de su tendencia de siempre preocuparse de los demás.
Entonces, aun así, se había puesto a pensar en su situación con el último de los Uchihas. Y volvía la pregunta. ¿Qué era todo aquello?
A veces, estaban simplemente en el sofá de ella. Ella leyendo algún libro y él recostado en sus piernas dormitando y así, se sintió profundamente feliz de poder estar en silencio sin sentirse incómoda o apesadumbrada. Nunca le había sucedido aquello, en parte los grandes padecimientos de su niñez se debían a que se esmeraba por decir algo de forma desesperada y su boca se negaba a transmitir un mensaje con claridad. En cambio, con aquel hombre en su departamento podía pasar un tiempo considerable en silencio y sintiéndose feliz. O estar en las afueras de la aldea, sentados en una manta y frente a un lago le hacía sentirse feliz y tranquila.
¿Pero qué eran? No había mostrado quererse aprehensiva. Ya habían pasado meses desde que en una lejana noche se había entregado a él, y un montón de cosas más en el proceso y ahora ella se preguntaba qué sería de ella. Podría simplemente seguir la corriente y vivir el día a día. Podía despertar cada vez y saber que aún así podría tener a Sasuke y sentirse simplemente feliz, pero ahora necesitaba ponerle nombre a aquello.
- ¿Qué pasa?
- ¿Q-qué?
- Has estado muy distraída -dijo él, sacándola de sus cavilaciones. Estaban en la casa de él, bebiendo té y observando las flores y plantas del jardín. La tarde estaba tranquila y la temperatura era perfecta, no hacía ni frío ni calor. Corría una brisa ligera, los pájaros cantaban con ese hermoso y placentero sonido y ella sentía más vergüenza de preguntarle qué eran, qué de que la viera desnuda.
-No es nada.
- Mírame al menos, Hinata. Hace días que estás más silenciosa si cabe y…
- ¿Qué? - preguntó ella bajando la mirada, algo incómodo por el interrogatorio de Sasuke. ¿Acaso él sospechaba algo? ¿Acaso se aburriría de alguien tan tranquila como ella? Ella no pensaba que estuviese mal de qué se preguntaría en qué términos estaban.
- Ya se cumplirá un año.
Ella alzó la vista. Sasuke tenía una sonrisa extraña en su rostro, pero no la estaba mirando.
- Desde cuando cruzaste esa misma puerta para pagar tu deuda . -algo incómodo por cómo acontecieron las cosas.
- Sí sucede algo. Y lo diré porque prefiero ser completamente honesta contigo. - ella de pronto recordó que efectivamente se cumpliría un año desde que se había acostado con él y toda su vida había cambiado, entonces, desde aquel momento. Parecía como si toda una vida hubiera transcurrido desde que sus caminos se cruzaron.
Él se giró hacia ella para observarla con curiosidad. Algo de preocupación cruzó su mirada y Hinata comprendió que debía ser clara y comportarse como una adulta una vez más.
- ¿Qué somos tú y yo? ¿Qué es esto para ti?
Sasuke alzó una ceja, algo sorprendido. Es como si ella le hubiese contado que mató a alguien la mañana anterior, no era para tanto. ¿O sí? Sintió entonces como el rubor cubría su rostro y deseó huir de Konoha. Entonces grabé las palabras de Neji.
"Él no es un hombre que sea para relaciones largas. Está en su naturaleza". Si bien sabía que aquellas palabras provenían desde el odio y el resentimiento, en los últimos días las había recordado mucho. Incluso cuando alcanzaba el orgasmo y se fundía en un solo ser con Sasuke y le costaba respirar debido al jadeo y la excitación.
- ¿Que somos?
Hinata vio en el espejo por última vez. Se había puesto aquel vestido terciopelo rojo, y decidió estrenar ciertos pendientes que le había obsequiado Sasuke, por lo que no pudo evitar una sonrisa mientras se los ponía. Terminó por tomarse el cabello en un moño bajo y anudarse con una cinta del mismo color de su vestido.
Sasuke apareció por detrás y le susurró en el oído lo hermosa que se veía. Ella le sonrió en respuesta y se dio la vuelta para observarlo. Él también lucía muy guapo, vestido todo de negro semi formal. Se le veía tranquilo, aunque ella supuso que estaba al tanto de que sería uno de los centros de atención en la conmemoración del surgimiento del clan Hyuuga.
- ¿Vamos? - preguntó él, mirando la hora. Hinata se acercó y tomó un pequeño bolso de mano y salió del departamento. Sasuke tomó de la mano y caminó sin preocupaciones rumbo a la mansión Hyuuga.
La tarde estaba muy agradable, no hacía ni frío ni calor y corría una ligera brisa refrescante. El cielo comenzaba a adquirir una tonalidad más anaranjada y ella apoyó su cabeza en el brazo de él. No se había dado cuenta, pero siempre estaban buscando proximidad una física, incluso cuando estaban con sus amigos - generalmente Naruto y Sakura que se dejaban caer muy seguidos por el departamento de Hinata - y de una forma u otra, se tocaban. Tal vez era una especie de respuesta a la pregunta, ¿qué somos?
- ¿Qué te parece mi casa? - preguntó él, de pronto. Ella sacudió la cabeza y lo miró hacia lo alto. ¿A qué iba esa arrepentida pregunta?
Ella dudó unos segundos, la había encontrado desprevenida.
- Pues, muy bonita. Sus jardines son preciosos y es acogedor, aún cálido en invierno.
- Sí, los jardines son como para ver a niños corriendo por ahí - dijo él, como si nada. Hinata se preguntó a qué iba todo aquello, no creía que Sasuke fuera tan en serio con ella, hasta el punto de proyectarse de manera tan formal. Tampoco pensaba que lo estuviera preguntando, teniendo a otra mujer en mente, porque de ser así, sería un maldito malnacido. Pero recordó que, en el pasado, uno de los objetivos de Sasuke era ver su clan renacido, por lo que imaginaba que siempre pensó tener hijos. ¿Acaso querría que ella fuese la madre de los suyos? ¿Acaso ella querría ser la madre?
Y sentí que sí, que, si se parecían a él, tendría a los hijos más guapos del mundo. No había recibido una respuesta el día anterior, porque había llegado un mensajero Hyuuga con la invitación de aquella conmemoración. En realidad, hacía días que debían habérsela entregada, pero no la habían encontrado en su domicilio.
- Pues sí, creo que es un buen lugar para que crezcan niños - dijo ella, algo seria. No quería demostrarle nada, al fin y al cabo, estaban disfrutando de su relación sin etiquetas de por medio.
Él a su vez la miró, y le sonó de forma enigmática.
- Estaba pensando que podrías pasarte por mi casa algunos días, a ver si así podemos escondernos un rato de Naruto y Sakura. Digo, no sólo estará una tarde, como ayer. Si no que quedarnos una temporada ahí.
Hinata asintió en silencio, siempre estaban en su departamento, era justo que se pasara unos días en la casa de él. Además, que habría más espacio y podrían disfrutar de los jardines que le gustaban mucho. Aunque era común que salieran a las afueras de la aldea y pasaran el rato bajo algún árbol, mientras ella le leía en voz alta y él se acostaba en sus piernas, por lo que el espacio no les resultaba un problema.
-Sí, me agrada la idea.
Ya había llegado a la antigua morada de Hinata. Él le preguntó si estaba bien, seguramente recordando que hacía meses había intentado destruir todo a su paso, pero sí, estaba muy bien. Entraron y la primera persona que los recibió fue Hiashi. Los observaron de forma indescifrable a medida que se acercaban a él. Ella aún no le había comentado de su relación con el Uchiha, aunque su padre lo sabía de antemano. Ese tipo de noticias volaban.
-Buenas tardes, padre.
- Buenas tardes, señor Hyuuga - saludó de forma respetuosa Sasuke. Hiashi sólo respondió con una pequeña inclinación de cabeza y les invitó a pasar al salón principal, en dónde ya se encontraba Hanabi quién conversaba junto a Shino. Ellos sí habían oficializado su relación y fue su propia hermana menor quien la visitó para comentarle que iban en serio y que estaba enamorada de aquel hombre y que incluso, esperaría a que cumpliera la mayoría de edad . A Hinata aún le costaba digerir la noticia, porque en parte la seguía viendo como una niña pequeña, aunque claramente había dejado de serlo, no tanto por la edad, si no por toda la responsabilidad que había adquirido y el ejemplar papel que hasta el momento. . había representado. Y sabía que Shino la respetaría, porque lo conocía muy bien, no era hombre dado a tontear con absolutamente nada y menos lo haría con su hermana, además, ella misma lo mataría si le hacía daño a Hanabi.
- Hermana, qué guapa te ves - le comentó su hermana menor, con admiración. Hinata le devolvió el cumplido, porque al final, ambas eran hermosas a su modo.
-Bienvenido, Sasuke-san.
-Gracias, Hanabi.
Shino se les acercó y comenzó a hablar de las últimas misiones que habían tenido. También hablaron de que debían verso más seguido, sobre todo porque sería familia. Hinata no pudo evitar un sonrojo, porque no sabía muy bien qué pensaba su amigo de su relación con Sasuke. Se acordó de pronto que echaba de menos las conversaciones del antiguo equipo 8, la relación la tenía absorbida, pero así era al principio, pensó ella. Aunque siempre podría decir que sí veía a otros amigos, pensando en la pareja inseparable, Naruto-Sakura.
- Tomen asiento, al final decidimos que no estarán presentes los ancianos de la sombra, porque aún debo demostrar que el liderato es mío y que no hay otra cabeza de clan que la mía - Hanabi era implacable cuando debía serlo y más que por su propia hermana, tenía que demostrar que era una líder innata.
Sasuke y Hinata se ubicaron en almohadones ubicados en la sala y pronto comenzaron a conversar de las costumbres de su clan. El Uchiha tenía una opinión muy clara: eran muy solemnes y poderosos, pero idiotas en el fondo, aunque la parte final no se lo había dicho de manera directa a su novia. Más que mal, eran su familia, a pesar de que ella se hubiera alejado de ellos. Pronto entró Hiashi, que volvió a mirarlos de esa manera extraña, y Hinata se preguntó si estaría muy molesto por no haberle comentado de su relación. Pero dejó de observarlos y se sentó junto a Hanabi, que ya había tomado su lugar al frente de la reunión.
Y sin poder evitar sentir cierto estremecimiento, vio como Neji ingresó al salón junto a Ino. Sus miradas se encontraron de inmediato, y por un instante, el ojiblanco dejó entrever el anhelo que le provocaba su sola presencia. Fue un gesto fugaz, porque luego su vista se desvió a Sasuke y su gesto de rabia fue muy evidente. Ino miró a Hinata y le dedicó una sonrisa, que, si bien no era completamente amistosa, no escondía animosidad. La mayor de las Hyuuga se preguntaba por qué simplemente no dejaba a su primo, si esperaba que en algún momento éste correspondiese a sus sentimientos o si tal vez la situación no le era del todo incómoda.
De todos modos, ella no podía hacer nada. Pero dejó de observarlos cuando la ceremonia comenzó con unas palabras de Hiashi y luego fue Hanabi quien con voz clara y fuerte habló.
Luego del discurso, comenzó una circular de comida y bebidas, Hinata se acercó a su hermana para felicitarla, estaba tan orgullosa de ella y confirmó una vez más que no se había equivocado al cederle su lugar. Shino estaba junto a ella, observando todo a su manera: silencioso y atento a todo. Fue él, quién vio como Sasuke se acercaba a Hiashi y luego se alejaban del salón para salir al patio principal, Hinata ni siquiera se había percatado de ello y menos Hanabi, entretenidas en la conversación. Luego desvió la vista por la sala y notó que Neji también lo había visto y se notaba su expresión agriada, la pobre Ino estaba a su lado en silencio.
Pudo notar varias escenas, sólo siendo discreto como siempre.
A pesar de lo que dijeran, el clan Hyuuga era muy interesante. Luego, sólo se centró en Hanabi, quién parecía relucir aquella noche.
- ¿Así que me estás pidiendo permiso para estar con mi hija?
Sasuke pareció pensar muy bien en sus palabras, no quería agraviar al padre de la mujer que amaba, pero tampoco pediría permiso para estar con ella, ya que Hinata era lo suficientemente independiente como para decidirlo por sí misma.
- Sólo quiero que sepa que la amo y que esta relación es formal. Tal vez debí decirlo esto antes, pero no había encontrado la ocasión.
- Hinata ya es una mujer adulta y ya ha demostrado que es sensata al tomar decisiones, no tengo ningún reparo en su relación, pero si le haces daño de algún modo, debes saber que siempre será su padre.
Era una amenaza velada, pero no le sorprendía. Aún cargaba el estigma de ser un traidor, de ser un depravado y un perdido, pero ya le demostraría que no era el mismo de años anteriores. Además, en un corto período de tiempo sus dos hijas se habían establecido y muy en el fondo, le provocaba una sensación de pérdida. Porque si realmente iban en serio, formarían su propia familia y las tendrían cada vez más lejos.
Llegaron tarde al departamento. Hinata estaba más alegre que de costumbre y era porque había bebido bastante. Se tropezó al entrar y Sasuke, que había bebido mucho menos, la tomó de la cintura antes de que aterrizara con su bonito rostro en el suelo. Ella se rió tontamente y se dio vuelta para rodear su cuello con los brazos.
- Eres tan guapo. ¿Cómo es posible? Es decir, tienes... tienes ese rostro que perdería la cabeza a cualquiera -una risita se escapó de sus labios, como si aquello que dijo fuera lo más gracioso dicho por un ser humano.
Hipó de pronto y eso la hizo reír otra vez. Sasuke se la quedó mirando, muy serio. Aún en su embriaguez, le pareció que ella era lo más hermoso que habían visto sus ojos y se preguntaba cómo había perdido tanto tiempo lejos de ella y del calor de su regazo. ¿Cómo era posible que hasta una tarde de invierno lluviosa fuera agradable si simplemente podía tomar una siesta con ella? Antes eso se le habría antojado en extremo aburrido y sin sentido.
-Ayer me preguntaste qué era esto.
Hinata se alejó un poco de él, pero no lo suficiente como para soltarse de su abrazo. De pronto sintió como la embriaguez se había ido un poco. ¿Acaso había sido un exceso presentarse así en sociedad? Tal vez se sintió abrumado y ella no sabría qué hacer con eso.
- Yo sé lo que es esto - dijo él con sencillez- para mí. Pero no quiero abrumarte con la intensidad de lo que siento. Con la intensidad de lo que me haces sentir y en lo que me has convertido. En este tiempo, en que nos conocemos y hemos intimidado , puedo decirlo con certeza.
- Yo… - dijo ella.
- No. He pasado toda la vida rehuyendo de lo que siento. Me fui de Konoha por el mismo motivo, perdí años valiosos buscando una inútil venganza y perdiéndome a mí mismo en el proceso. Pensé que me había perdido para siempre. Pero entonces, cuando pensaba que mi vida simplemente transcurriría, llegaste a pedirme ayuda. Y en realidad, tú me has ayudado a mí.
Hinata sintió algo mareada, una oleada de ternura le recorrió el cuerpo. Sasuke parecía un poco vulnerable, pero siempre él.
- Te amo, Hinata Hyuuga. Tanto así, que hoy le pedí permiso a tu padre para que aceptara nuestra relación y por alguna vez, hacer las cosas bien.
- ¿Qué? ¿Hablaste antes con él que conmigo? - Hinata se alejó un poco de él, algo sobresaltada.
- ¿En serio eso es lo que más te importa? Te he dicho que te amo, nunca he amado a ninguna mujer, nunca. Estaba demasiado preocupado en mi pasado como para eso y tú lo has cambiado todo. Sé que en algún momento quiero casarme contigo y te veo como la madre de mis hijos.
Silencio.
- ¿Eso responde a tu pregunta? ¿Te parece precipitado? ¿Te asustaste? Porque tu rostro parece decir que quieres echar a correr. - Sasuke entonces la soltó y ella trastabilló un poco. Ya no se sentía ebria. De hecho, nunca se había sentido como se sentía en aquel momento, se había despertado completamente.
Sasuke se dejó caer en el sofá, preguntándose si no se habría precipitado en serio al hablar con el padre de Hinata. Pero no había mentido y no sentía la necesidad de hacerlo: amaba a esa tonta mujer que no era capaz de responder a la primera declaración de amor de su vida. Se sintió tan cursi . Qué molestia verso redujo a una niñita soñadora y romántica.
De pronto, sintió que Hinata caía a su lado, y comenzaba a llorar quedamente, casi en silencio. Él se volvió hacia ella y le limpió las lágrimas de su rostro.
- ¿Hice mal? No pensé que te sentirías irrespetada por haber hablado con tu padre.
- No es eso, ¡no! Es que me siento tan aliviada. -dijo riendo entre sus lágrimas- Te amo tanto Sasuke, que todo mi pasado parece nada en comparación a lo que siento. Y pensaba en qué podría ser yo para ti y me sentía tonta. Que me dirías que no es necesario ponerle nombre a esto…
Él la besó. Qué dulce y tonta era a veces. Besó sus ojos, su mejilla, la punta de la nariz y luego un beso muy suave en los labios. La sintió suspirar y nuevamente el deseo en él despertó, y se preguntó si era posible poder cansarse de alguien como ella. Él sonrió y se levantó del sofá, le tendió la mano y la invitó a ir a la cama. Estaba cansado y lo único que quería en esos momentos era dormir con ella a su lado.
- Quiero todo contigo. No ahora, no en un año más. Lo quiero siempre todo contigo. ¿Quieres ser mi novia?
Hinata entonces comprendió lo que eran. Eran personas que se amaban y que querían estar juntos. Decidió que no se preocuparía, porque al final del día, él estaba con ella y ella estaba con él y no hacía falta nada más. Se durmió pronto, porque cuando lo tenía al lado podía dormir tranquila y se sentía protegida. Estaba segura de que eso era lo que quería al final.
ALETA.
No quería dejar ningún fic sin terminar. ¡Saludos!
