Capítulo 3: Los pacientes cero.
Era de noche y cerca del muelle de Manhattan se aproximaba un barco, los trabajadores en el muelle se aproximan al mismo y ayudan a los trabajadores del barco a descargar las cajas, la mayoría del contenido eran telas y frutas que venían en cajas de plástico o contenedores metálicos con el afán de mantenerlas lo más frescas que fuera posible.
Cuando quedaban pocos contenedores unos trabajadores del bote se dirigen con unos del muelle, ellos suben uno de los contenedores a una carreta especial y la llevan a una zona clausurada del muelle antes de abrirlo, dentro del muelle había un par de ponis entre varios grifos y jacks, ellos traían consigo bolsas en las que tenían unas pocas de sus pertenencias.
-muy bien, oficialmente están en equestria.- dice uno de los encargados del muelle.
Todos empiezan a salir del contenedor escondiéndose entre el muelle para dentro de unas horas más poder salir, menos una potrilla que avanzaba a paso lento.
-niña ¿te pasa algo?- pregunta uno de los ponis.
-n.. no, estoy bien.- responde la potra con una fingida sonrisa, ella no dejaba de temblar.
A los trabajadores les pareció raro, si bien la noche era fresca, estaban seguros de que no pondría a temblar a nadie a esa temperatura.
-tal vez deberíamos..- menciona uno de ellos pero su compañero lo detiene.
-una vez en tierra ya no son nuestro problema.- dice el pony mientras sacaba de su uniforme unos pequeños sacos llenos de monedas y se los entregaba a sus colaboradores.
Ellos proceden a retirarse, sin embargo el último pony observa como la niña solo se quedó sentada en un punto del sitio, no parecía tener intenciones de seguir a los demás.
-me arrepentiré después..- piensa el poni suspirando antes de dirigirse a la potra.
Eran altas horas de la madrugada, todos los habitantes del pueblo de Canterlot estaban dormidos pacíficamente, el pueblo estaba muy tranquilo pese a ser época de vacaciones, dado a que la mayoría de sus habitantes salían del mismo y no volvían por días o incluso semanas.
En una de las casas un joven de azulado cabello estaba durmiendo profundamente en la sala de su casa. Sin embargo sus sueños no tardan en ser interrumpidos cuando su móvil empieza a vibrar, en un inicio él lo ignora dándose media vuelta sobre el sofá, pero conforme pasaban lo segundos el vibrar del teléfono no se detenía y empezaba a dar paso al tono de llamada.
Esto hace que el joven se sobre salte cayendo al suelo con fuerza antes de tomar el aparato y contestar.
-oye 4 ojos.. ya te dije como 5 veces que yo fui quien termino a tu casi novia.. y si no te quiere hablar de como era antes no es mi problema, déjame en paz.- mencionó el joven irritado antes de colgar el teléfono.
El se sienta en el sofá dispuesto a volver a dormir, cuando en eso el sonido del teléfono lo hace sobre saltarse y volver a contestar.
-¿¡QUEE?!- exclama el irritado al contestar.
-¡escúchame guitarrista de cuarta, si vuelves a colgar.. a quien engaño esto no es lo mío..- dice una cansada voz femenina al otro lado del dispositivo.
-sabía que eras tú.. ¿qué quieres, son las 4 de la madrugada?- dice el irritado.
-se que sonará extraño pero.. ¿estoy contigo?- pregunta la voz.
-ehh.. si algo así.- responde el joven.
-por favor tráela ahora.- pide la chica.
-¿estás segura?- pregunta el no muy seguro de la petición, creyendo por un segundo que se trataba de su propia imaginación.
-se que será muy incómodo pero por favor hazlo, es urgente.- dice la chica.
-bien..-
El chico de azulado cabello deja el dispositivo en su lugar antes de levantarse y dirigirse a paso lento a uno de los cuartos de arriba.
El abre la puerta de la habitación dirigiéndose a una cama donde estaba recostada una joven de largos cabellos azabache, al verla el joven sonríe. Ella se veía tan bella y frágil como una muñeca de porcelana. El sacude la cabeza dándose una cachetada mental.
-ya Flash.. ella es una princesa y tu un don nadie.. lo de antier solo fue una movida hormonal.- pensó con cierto pesar antes de mover a la joven.
Pasan las horas, un auto se aparca Justo en frente de una residencia de un considerable tamaño.
Del auto se baja Flash, el estaba despeinado y solo usaba un short de pijama, un par de sandalias de playa y una sudadera negra. Por su otra puerta se baja Twilight, cuyo aspecto estaba ligeramente cambiado, su cabello era más corto y parecía carecer de sus característicos mechones morado y rosa.
Al cabo de uno segundos ellos estaban dentro de la residencia y fueron guiados por un chico de cabellos verdosos hasta un sótano el cual parecía un laboratorio, al contar con la composición y seguridad que uno tendría.
En una mesa estaba una cansada joven de grandes lentes usando unos guantes y lentes protectores para mover una muestra de una sustancia a una planta, está en un inicio no tenía ninguna reacción, pero conforme pasaban los segundos la planta emitía un leve brote de calor. Al ver esto la chica se apresura a sellar a la planta dentro de una campana de cristal.
-Twilight ya estás aquí.- dice el chico peli verde.
La chica de los lentes se da media vuelta viendo a Flash y a la otra chica, ambas se ven unos segundos, para ella era como verse en un espejo pero sin ser del todo ellas era como un fenómeno Doppelgänger, siendo consientes de que la otra no era su versión malvada.
-esto es más incómodo de lo que imaginé..- pensó Flash.
-entonces.. tú eres yo y yo soy tu.- menciona la chica de lentes.
-es confuso.. pero supongo que si, Sunset me a hablado de ti.- menciona Twilight un poco incómoda.
-ah si.. ella una vez me hablo de ti también.- dice Twilight humana.
-oigan.. creo que no deberían cuestionarse esas cosas.- les dice Flash.
Las 2 chicas voltean a verlo con cierta molestia.
-quiero decir ustedes lucen iguales.. pero no son la misma persona.- menciona el un poco nervioso.
-bueno estadísticamente los gemelos separados al nacer tienden a formar vidas muy similares..- la chica es interrumpida.
-Twilight, creo que no llamaste a esta chica para eso.- menciona el peli verde.
-si, es verdad..-
Ambas chicas caminan a la mesa donde estaba la planta sellada, esta última empezaba a mostrar signos de putrefacción, ella le ofrece a Twilight y Flash unas mascarillas, guantes y gafas de protección.
-hace unas horas Timber trajo una planta alegando que estaba enferma, aun que creo que demoro bastante cuando me la enseñó.. esta ya estaba muerta, aun así extraje una muestras y la coloqué en una de las mías este fue el resultado.- menciona Sci Twilight.
-así veo..- dice Twilight viendo la planta.
-e investigado sobre enfermedades que matan a las plantas pero nunca de una manera tan rápida.-
-exactamente, hice unos análisis.. pero estos dan resultados imprecisos cosa que no ocurre al analizar a las plantas sanas.- dice Sci Twilight enseñándole a su otro yo una serie de hojas con los resultados.
Ella los mira un poco extrañada, no por que no los entendiera, si no que para ella era una sorpresa encontrarse con ese tipo de exámenes tan precisos en cortos periodos de tiempo.
-si esto es de donde creo que es.. solo hay un libro en toda mi biblioteca que podría darnos una mínima pista.- responde Twilight.
-si.. pero hay una cosa que no entiendo.- menciona Flash.
Los 3 voltean a verlo.
-no quiero sonar grosero, pero ¿no creen que exageran? Quiero decir.. son plantas del bosque, tal vez si fueran de algún cultivo lejano entendería este revuelo.- menciona Flash sobándose la cabeza.
-para tu información eso no tiene nada que ver, mucha gente va al bosque a casar animales, esos animales comen estas plantas, esas personas los usan para comer, o fabricar nuevas telas, y si el alimento de los animales está enfermo, es lógico pensar que enfermara a los animales y cuando sean consumidos eventualmente enfermaran a las personas.- explicó Timber entre dientes.
-okey okey ya entendí.-
-necesito ese libro.. pero el portal está cerrado en estos momentos y el libro de sunset es la única manera de comunicarse con mi mundo.- menciona Twilight.
-esta será una larga noche.. - dice Sci Twilight mientras se lavaba las manos antes de subir escaleras del sótano.
Mientras tanto en otra casa del pueblo.
Rainbow Dash se había quedado en casa de Flutershy, la temporada de primavera estaba por terminar pero eso no significaba que sus animales dejaran de lado sus instintos, en muchos casos era por finales de la primavera que estos se activaban.
Pero esto a la chica no le preocupaba, ella había bajado a la planta baja solo para tomar un poco de agua, pues se había despertado con bastante sed.
Al terminar su inicial labor la chica deja el vaso con los platos limpios y procede a irse, pero es entonces que un peculiar ruido capta su atención. La chica voltea a una ventana viendo fuera de esta a un gato negro, la pequeña criatura rasgaba la ventana con sus uñas como si este quisiera entrar, cosa que a Rainbow le pareció extraño, pues no era una noche fría como para que los animales buscaran refugio, pero según recordaba lo dicho por Flutershy algunos animales se perdían y llegaban a casas que creían eran las suyas, para buscar comida o un poco de agua.
Al recordar esto, Rainbow se dirige a la ventana abriéndola con sumo cuidado, y tal como esperaba el animal entra estirándose en la alfombra. Rainbow cierra la ventana y se dirige nuevamente a la cocina tomando un pequeño plato y de la alacena un sobre de comida para gatos.
Sin embargo al abrirlo ella lo hace con un poco más de fuerza de lo esperado y termina provocándose un pequeño corte en su dedo.
-Auch..- se quejó la chica sacudiendo su mano y por mero instinto lo lleva a su boca con el fin de apaciguar la tenue sensación de dolor.
La chica le acerca el plato al gato negro y este se acerca al alimento devorándolo como si no hubiera un mañana.
-vaya.. Flutershy tenía razón.- pensó Rainbow viendo como el gato se lamía las patas terminando de saborear el alimento.
Rainbow toma el plato para lavarlo pero al hacerlo el gato posa su cabeza sobre la mano de la chica mientras ronroneaba, Rainbow sonríe e intenta aguantar la risa, pues el felino le lamía los dedos, aparentemente por los restos de comida.
Ella no se percató, pero una de las zonas donde el gato había lamido era sobre su cortada, esta despedido un tenue brillo violeta, pero era tan leve que Rainbow no se percató a la par que la pequeña cortada se cerraba.
Por otro lado en equestria.
Aquel pony que recogió a la niña se encontraba en una clínica, ellos habían revisado a la potrilla y fuera de la fiebre que esta presentaba no pudieron encontrarle algo más, y preguntarle era inútil, ya que ella solo desviaba la mirada mientras daba pequeños mordiscos a un sándwich de margaritas.
-siento ser yo quien se lo diga.. pero esta niña no figura en ningún registro.- menciona el doctor al poni que la trajo.
-era de esperarse..- pensó el pony.
-¿qué pasará con ella?- pregunta el.
-en cuanto muestre signos de mejoría irá a un orfanato, a menos que quiera acérese cargo de ella.- responde el doctor.
-no me agrada la idea de dejarla a su suerte.. pero no estoy capacitado para cuidar a una niña, cuando apenas yo puedo sobrevivir.- responde el poni antes de darse la media vuelta.
El sale del consultorio encontrándose con la dormida potrilla en la silla de la sala de espera.
El poni se dirige a ella acariciando su crin.
-suerte pequeña.- dice el poni antes de retirarse.
Cuando él se retira el médico llega con la niña e intenta levantarla, la potrilla solo mueve levemente sus ojos antes de empezar a toser, dada a la distancia a la que se encontraban le fue imposible no toserle al doctor en la cara.
-iré a buscar a los servicios infantiles.- pensó el doctor.
Mientras el doctor salía a buscar los servicios para que se hicieran cargo de la niña, algunos ponis más madrugadores empezaban a levantarse yéndose a sus trabajos, o en otros casos a sus casas para un cambio de turno.
Parte de ellos notaban que los ponis que merodeaban las calles tosían sin control, aun cuando trataban de tapar sus bocas parte de su saliva salpicaba a los demás, cosa que era desagradable.
En un punto un trabajador del muelle decidió bajar de la carreta en la que se les transportaba dado a que no podía dejar de toser, y la mayoría de sus compañeros empezaban a susurrar cosas o solo limitarse a verlo con desagrado.
Mientras tanto a horas del amanecer.
Sci Twilight caminaba de un lado a otro con su teléfono en manos, desde hace horas que había intentado comunicarse con Sunset Shimmer, sin embargo por más que fuera la insistencia ella no parecía contestar llamadas ni mensajes.
La joven simplemente se rinde y se recuesta sobre el sofá.
-¿nada aun?- pregunta Timber quien llega con ella ofreciéndole una tasa de café.
-aun no..- responde ella tomando la tasa y dándole un largo sorbo.
-tal vez deberías descansar un poco.. quiero decir no es como que no puedas encargarte de esto.- menciona Timber con un leve tono burlón.
Al hacerlo solo recibe una mirada reprobatoria de la chica de grandes lentes.
-lo siento..-
-no importa.. tal vez tengas algo de razón.. pero e pasado más de una noche en vela terminando tareas, estaré bien.- menciona Sci Twilight suspirando mientras se tallaba los ojos.
-si tú lo dices..- responde Timber no muy seguro pasándole una caja de pañuelos.
La chica toma uno de ellos y al limpiar su nariz ella puede ver que este tenía una tenue mancha de lo que parecía ser sangre. Ella suspira resignada antes de dirigirse al baño de la planta baja.
Timber observa un tanto preocupado, el iba a ir con ella, cuando en eso la puerta principal se abre de golpe, esto le hace sobresaltarse y el ver a Sunset parada en el marco no sabía si era algo positivo o negativo.
-¿¡donde están?!- exclama la chica pelirroja.
-¿quien?- pregunta Timber confundido.
-Twilight.. ¡cualquiera de las 2!- responde Sunset alterada.
-la de Flash está abajo investigando, y mi chica fue al baño.- responde Timber.
-¿¡que?!.. no no.. no esto está mal, tenemos que sacarlas de aquí.- dice Sunset alterada esta pasa de largo a Timber y se dirige al mencionado baño.
Al estar frente a la puerta su primer impulso es empezar a golpearla con desesperación.
-¡Twilight, Twilight, por favor ábreme!- dice Sunset alterada.
El ruido que hizo con sus golpes era tal que llegó a escucharse en el sótano, mismo del que sale Flash para investigar que pasaba.
-¿por que tanto escándalo?- pregunta el.
-no tengo idea..- responde Timber confundido.
Sunset saca de entre su ropa el libro que usaba para comunicarse con Twilight, en este estaban las ilustraciones de una sábila de un tono rojizo con pigmentación morada, la cual se originaba en plantas.
-¿¡está cosa.. donde lo encontraste?!- pregunta Sunset alterada.
-hace unas 2 semanas note esa anomalía en una planta, pero no fue hasta hoy por la tarde que había más de esas por el perímetro.- responde Timber un poco asustado por el comportamiento hostil de Sunset.
-¿¡2 semanas?!.. hay no.. esto es malo.- dice Sunset.
Ella empieza a estrellar su cuerpo contra la puerta del baño frenéticamente causándose heridas en su brazo, hasta que finalmente logra darle un golpe que logra hacer que la puerta ceda.
Cuando logra abrirla el escenario no era muy prometedor, su amiga había perdido el conocimiento y aparentemente se había golpeado con una repisa del baño, pero lo más aterrador era que tanto en el lavabo como en la repisa y parte del suelo había un líquido demasiado denso como para ser sangre, si bien este si tenía una pigmentación muy similar a la misma.. este no era igual ya que presentaba pequeños cristales en una tonalidad morada.
-No.. tu no.- dice Sunset retrocediendo un par de pasos sin poder terminar de asimilar lo que estaba pasando.
-¿¡que es lo que le pasó?!- pregunta Timber alterado entrando al baño y tomando en brazos a la inconsciente joven.
-no hay tiempo para explicar, Flash ve por tu auto, ¡tenemos que llevarla rápido a un hospital!-
El misterioso virus que asechaba las plantas por fin había sido transferido a una persona, pese a tener un periodo de incubación de solo unas horas las circunstancias en las que llegó a su primera víctima fueron las indicadas para que esta se saltara naturalmente su periodo incubatorio de días y brincara casi de inmediato a la fase 2 de la enfermedad. Pese a lo mala que parecía la situación la realidad era que estaba por ponerse peor, pues sin que los jóvenes lo supieran ella no era la única enferma, al rededor de su pueblo e incluso en ciudades cercanas habían más personas asintomáticas de la enfermedad, que sin saberlo la estaban propagando más y más a cada segundo.
El virus se esparce y nadie puede hacer nada para detener su propagación, en el más cruel de los silencios el mal de nihilista a empezado su ataque, la brecha entre ambos mundos es más pequeña, ambos serán testigos de la misma pesadilla.
