Las cosas nunca son lo que parece.

…….

Rea miró con amor y cariño al bebé en sus brazos.

El cabello rubio y los ojos azules del mismo, le hicieron saber que ese hijo era suyo en su totalidad.

La sonrisa bella del mismo le enterneció el alma.

Las pequeñas manos del mismo jugaron con su largo cabello rubio pálido, que estaba suelto en su totalidad.

Unos pesados pasos le hicieron levantar la cabeza, y ver la figura titánica de su marido acercarse a ella con frialdad pura.

Estando cerca, Cronos miró a su mujer, y al bebé en sus brazos.

Dicho niño le devolvió la mirada con una sonrisa.

Una voz en su cabeza empezó a resonar con fuerza.

"Un día, tus hijos tomarán tu trono".

No ver rastro de miedo, de duda o algo… Lo llenó de terror.

Su tamaño se redujo, y midiendo unos 2 metros de alto, se acercó rápidamente a Rea.

Tomó al bebé de sus brazos con fuerza, y eso alteró un poco a la Titán.

"Es nuestro hijo…"

La voz en la cabeza de Cronos se volvió pesada.

Miró con rabia y odio a su Primogénito, y ante los ojos de Rea, tiró al bebé al precipicio.

"¡No!"

Rea saltó de repente por el precipicio, ante la mirada sorprendida de Cronos, que de igual forma saltó para intentar atrapar a su mujer, con tal de que no salve a su hijo.

Ya en el suelo, Cronos miró con seriedad y enojo a Rea buscando desesperadamente a su Primogénito.

"Es inútil".

Un bebé no podría sobrevivir a esa caída… ¿No?"

"¡Bababa!"

Ese sonido heló la sangre de Cronos.

Rea se acercó, viendo a su bebé aplaudiendo con una sonrisa sin dientes, cosa que la hizo sentir aliviada más que sorprendida.

Lo alzó y lo acunó contra su pecho, viendo a Cronos acercarse con pasos pesados y una expresión llena de odio e ira.

"Dame a ese mocoso, Rea. No voy a permitir que viva".

La hija de Urano y Gaia sabía que no podía huir. Cronos ya la había tomado de su muñeca libre, pero no podía soltar a su bebé.

"¡Dije que me lo des!"

El puño de Cronos no tardó en conectar con el rostro de Rea, que se vio forzada a soltar a su bebé cuando salió disparada para terminar chocando con varios árboles.

Rea no tardó en recomponerse, pero ya era tarde.

Cronos tomó su verdadera forma, creciendo y creciendo en tamaño hasta medir varios kilómetros, con su hijo en la palma de su mano.

Los murmullos en su cabeza aumentaron cuando notó que su hijo no se alteró cuando lo vio en su fase más poderosa. Parecía tranquilo, como si reconociese la presencia de su padre.

Ya en su máxima altura, acercó su palma a su rostro, y gruñó.

"Nunca me quitarás mí trono".

Levantó su rostro junto a su palma, y el bebé se deslizó hasta caer a su boca.

Cualquier amor que Rea haya sentido por Cronos, se convirtió en odio.

Cronos tragó y se empezó a alejar, dejando una desesperada Rea que empezó a llorar desconsolada, disculpándose entre murmullos con su hijo.

A lo lejos, Cronos sintió que los murmullos en su cabeza se iban, y eso lo hizo sonreír con malicia.

"Inmortales o no, nunca saldrán de mí estómago".

Pensó que había roto su destino…

Pero no.

Simplemente lo selló.

…..

Los años pasaron.

Cronos había forzado a Rea a tener relaciones muchas veces, y siendo tan divinos como eran, solo una vez era necesaria para que ella quede embarazada.

Sin embargo, nunca quiso no tenerlos. Parte de sus dominios eran la Fertilidad y la Maternidad.

Pero nunca pudo salvarlos de Cronos.

Todas las veces fue golpeada cuando quiso siquiera decir una palabra en contra.

Miró al niño en sus brazos.

Su último hijo, Zeus.

Lo había salvado de las garras de Cronos, dándole en su lugar una piedra envuelta en una manta.

Como siempre venía en su forma de Titán, nunca lo notó.

Ni siquiera cuestionó porque Rea le daba al bebé tan fácil. Simplemente lo atribuyó a que ya aceptó su destino.

El bebé Zeus miró a su mamá mientras lloraba, y eso la hizo sonreír.

"Por favor…"

…..

Unas mujeres vieron en silencio a la piedra cubierta por una manta que cayó al borde del lugar lleno de ácido estomacal, mientras ellos estaban en un pequeño terreno hecho de piedras que los hacía evitar el mismo.

"¿Acaso nuestro hermano se convirtió en rocas?"

La voz de uno de los hombres en el lugar hizo reír a las mujeres, siendo que el hombre pareció hasta algo avergonzado de tal comentario estúpido.

"No estaremos aquí mucho tiempo… Si no van a entrenar, prepárense para morir al salir".

La voz profunda y serena del hermano mayor hizo vibrar la columna de todos. Incluido Hades, el segundo hombre de los hermanos, sintió el escalofrío en su espalda, siendo él el más "frio" de todos.

"Parece enojado…"

Aunque Hera no quiso hacerlo notar, estaba preocupada.

Sabía que su hermano mayor estaba molesto ahora mismo.

No porque iba a salir. Era por otra cosa… E incluso el despistado Poseidón pudo notarlo.

"Espero que no diga nada…"

Deméter adoraba a su hermano mayor. Fue el que la cuidó cuando llegó al estómago de Cronos, y el mismo quién salvó a Hades de ser bañado en el ácido estomacal de Cronos.

Hestia miró en silencio la espalda de su hermano, incluso mayor que ella, que caminaba cual Rey a entrenar.

……

Los años pasaron.

Zeus se había convertido en un hombre alto y fuerte ante los ojos de Rea que, siguiendo el consejo de su madre, lo entrenó y alimento lo mejor que pudo.

Estaba ultimando los detalles de su plan con el que liberaría a sus hermanos.

No tenía armas en ese momento, y con la guerra que se avecinaba si su plan salía bien, estaría complicado.

Esperaba la ayuda de sus hermanos, a toda costa.

"Ya está… Ahora tengo que hacer que se lo tome".

"Hacer la mezcla es difícil, que se lo tomé es fácil".

Zeus se sobresaltó y se giró, viendo a la divertida Rea al notar que asustó a su hijo.

"No tendrás problemas, Zeus. Confía".

El hijo menor de Cronos y Rea asintió, viendo a la misma hija de Urano darle un manto para cubrirse.

"Ve al Monte Olimpo, madre. Nos veremos allí".

…….

"Hermano…"

Él se giró, viendo a su hermana menor, la última mujer nacida antes de Hades y Poseidón.

Hera.

"¿Qué sucede?"

Hera miró en silencio los ojos azules de su hermano, que parecían tan profundos como… No sabía describirlo.

"¿Qué harás… Cuando salgamos de aquí?"

Él la miró por unos segundos, antes de desviar levemente la mirada al notar que tanto Hestia como Deméter y Hades estaban escuchando desde el otro lado.

"Nuestro hermano debe tener un plan y un lugar para escondernos y prepararnos para la guerra. Si es necesario, yo me quedaré y detendré a cualquiera que se interponga mientras ustedes se van".

Esas palabras hicieron a todos abrir los ojos con sorpresa y shock.

"¿¡Estás loco!?"

"Llevo años encerrado aquí, más que incluso Hestia. Probablemente se me haya torcido un cable de solo ver carne y ácido".

Hestia se acercó a su hermano y lo tomó de los hombros.

El no tenía nada en el torso, y solo usaba la toga que anteriormente era su manta, que era mágica, para cubrir sus partes.

"No es necesario que lo hagas…"

"No hay otra forma".

De repente, un temblor enorme inundó todo el estómago, y eso los preocupó.

"Prepárense".

…….

Minutos antes.

Los pasos pesados y fuertes resonaron en todo el territorio donde se encontraba Cronos.

El mal presentimiento que tenía lo estaba carcomiendo.

Su mujer había desaparecido hace tiempo, luego de darle el último de sus 7 hijos para que se lo trague, y no volvió a saber de ella. Como si la tierra se la hubiese tragado.

Quiso seguir hundido en su paranoia, pero notó a un mortal caminando con tranquilidad, disfrutando de lo que parecía vino.

Se acercó a el, viendo al mortal retorcerse de miedo repentinamente al verlo, y eso lo hizo sonreír.

Disfrutando del miedo de otros, se olvidó de su miedo, después de todo, solo era un mortal.

¿Qué podía hacerle?

"¿Qué hace en mis dominios un mortal?"

La voz de Cronos salió demasiado amenazante, lo que "asustó" más al mortal.

"S-solo soy un co-comerciante que disfruta d-de su vino, mi señor".

El mortal se puso en una rodilla, ante la mirada divertida de Cronos.

"Dámelo".

"T-todo suyo, m-mi señor".

La jarra de vino forrada en cuero de animal fue tomada por Cronos, que no notó la sonrisa maligna en la cara del mortal.

Cuando quiso sonreír arrogante, notó la sonrisa del mortal.

"Un día… Tus hijos tomarán tu trono".

Esa frase que desapareció de su mente el día que se tragó a su Primogénito, volvió con el triple de fuerza.

Retorcijones y un fuerte dolor de estómago hicieron encorvar a Cronos. Tapó su boca con sus dos manos cuando sintió ganas de vomitar. Miró con odio puro al mortal, que sonreía triunfante.

Levantó una mano listo para aplastar al mortal, pero tuvo que volver a taparse la boca al sentir esa sensación con el doble de fuerza.

Aprovechando el segundo de tiempo, el mortal se movió a una velocidad impresionante y golpeó el estómago de Cronos.

Cuando pudo reaccionar, fue tarde.

De su boca salieron volando seis figuras, siendo que cinco de ellas cayeron al suelo con fuerza, y el último maniobró rápidamente y solo rodó una vez antes de ponerse de pie.

Cronos miró con odio y rabia al mortal, que estaba cayendo al suelo cuando tuvo que saltar para golpearlo en el estómago, y aprovechó eso para lanzar un golpe con el fin de matarlo.

Zeus se cubrió con los brazos, sabiendo que no podía bloquearlo. Cerró los ojos y esperó el golpe…

Golpe que nunca llegó.

No identificó bien el sonido en sus oídos, pero abrió los ojos y vió a uno de sus hermanos deteniendo el golpe de Cronos con sus dos manos, apretando los dientes con enojo.

"¡Váyanse ya!"

El hombre desvió el puño de Cronos a su lado, y saltó sobre el mismo rápidamente. Empezó a escalar por el brazo de Cronos rápidamente, sin ver atrás pero sintiendo que todos sus hermanos escapaban.

Cronos miró a último momento a uno de sus hijos escalar por su brazo rápidamente, y llegar al lado de su rostro en menos de un segundo.

Un puño golpeó su mejilla con fuerza.

Su cabeza giró, y tropezó hacía atrás, usando una mano para agarrarse el estómago al sentir que se volvía a retorcer.

Miró en silencio al mismo saltar antes de que el caiga, y quedar de pie al borde del acantilado que lo había lanzado años atrás.

"¡Tú!"

Ojos azules fríos lo vieron con ira.

"¿Qué vas a hacer ahora, padre?"

Cronos miró con odio a su Primogénito, que lo miraba con la barbilla alzada, como si el fuese menos.

Al no oír respuesta, se giró y empezó a caminar lejos.

Sintió fuertes pasos acercarse, y se giró para ver a Atlas llegar rápidamente.

"¡No lo dejes escapar! ¡No puedo moverme con libertad!"

Atlas no tardó en notar al hijo de su Rey, que parecía haber estado por irse.

No por miedo. No…

Atlas no vio ningún símbolo de miedo en sus ojos, o siquiera en su cuerpo.

Se giró para confrontarlo, viéndolo fijamente.

"Tiene razón… Debe morir".

Atlas lanzó un puñetazo hacía el hombre, que retrajo su puño, pensando que Atlas era más débil que Cronos.

Mala idea.

Su muñeca y los huesos de su brazo crujieron y se rompieron bajo la fuerza del golpe, lo que lo obligó a girar su cuerpo y saltar para trepar rápidamente por el brazo del Titán, que no tardó en intentar golpear su propio brazo para aplastarlo ahí.

El hombre rodó bajó el primer golpe, y corrió aún más rápido. Saltó desde el hombro, y con su brazo sano, golpeó a Atlas con toda la fuerza que podía aplicar su cuerpo.

La mejilla del Titán se sacudió, y salió disparado, provocando un terremoto al caer que junto al choque de su cabeza contra el mismo… objeto que desconocía, parezca que empezaba a salir… agua.

Atlas se recompuso rápidamente, viendo al hijo de su rey con burla. Una fina línea de icor bajó por su labio, sin notar como la enorme presa natural empezaba a aumentar su fuerza.

"No eres más que un mocoso rápido. Caerás como una mosca".

El hombre lo miró con burla, y eso hizo enojar a Atlas.

"Al menos soy más inteligente".

Atlas levantó rápidamente su pierna para correr, y ese fue su error.

La enorme presa se rompió, formando una enorme ola que hizo perder el equilibrio al Titán, que cayó sobre el estómago de Cronos, que tosió con fuerza cuando sintió todo el peso de Atlas sobre su estómago.

Los ojos de Cronos, Atlas y el Primogénito de Cronos… se encontraron.

"Por más que tarde días, semanas, meses o años… Te destruiré, Cronos…"

Levantó su mano, y apretó su puño con fuerza.

"Me aseguraré de tenerlos a todos ustedes arrastrándose tras mis talones, como los perros que son".

El hombre no tardó más de unos pocos segundos en empezar a caminar lejos de ahí, ignorando los gritos de Cronos, con una mirada sería y algo oscurecida.

……

Monte Olimpo.

Rea lloró de felicidad al estar junto a sus hijos otra vez. Hestia, Deméter y Hera lloraron en el abrazo junto a su madre, mientras que a Poseidón solo se le escapó una lágrima. Hades solo estuvo sonriendo bastante feliz.

Sin embargo, la felicidad de Rea duró poco al notar que su hijo mayor no estaba entre ellos. Comenzó a buscarlo con la mirada, pero no lo encontró.

"Madre, el… Se quedó atrás, para darnos tiempo de escapar".

La mirada de Rea se llenó de tristeza.

"El es fuerte… Volverá".

De repente, hubo un pequeño estruendo cerca de ellos, y una pequeña nube de humo se levantó. Todos se alertaron y vieron en donde se causó ese pequeño problema, más al oír las fuertes pisadas.

Al ver quién era, la mirada de todos, a excepción de Zeus, se llenó de felicidad.

"¡Naruto!"

El Primogénito de Cronos y Rea.

Su altura era cercana a los dos metros, probablemente más. Su cabello rubio estaba algo despeinado, pero no desprolijo, ya que estaba solo largo hasta su cuello. Lo que más resaltaba de su rostro era el largo y ancho de su mandíbula, y la marca desde sus pómulos hasta el inicio de su barbilla que lo hacía ver más atractivo.

Sus ojos eran afilados, y sus cejas parecían achicar la distancia entre las mismas y sus pestañas, ya que aparentaba bastante seriedad.

Su cuerpo tenía músculos sobresalientes. Incluso Zeus parecía algo pequeño a su lado. La toga seguía cubriendo solo debajo de su ombligo hasta sus rodillas, y lo que debería cubrir su torso estaba caído.

Rea abrazo a Naruto, pero el no le devolvió el abrazo.

Eso preocupó a todos, e hizo fruncir el ceño de Zeus.

Rea tragó levemente cuando su hijo no le devolvió el abrazo, se retiró lentamente, viéndolo a los ojos. Y lo notó.

No estaba feliz.

"Hijo…"

"¿Por qué salvaste solo a uno?"

La pregunta que nadie quería oír.

Rea miró con tristeza como Naruto la miraba fijamente, esperando respuesta.

Hestia y los demás guardaron silencio, incluido Zeus, que mantuvo su ceño fruncido al ver a su hermano mayor lucir… No sabía describirlo.

"Y-yo…"

"No me importaba si era yo sólo. ¿Por qué no salvaste a Hestia, a Deméter? Probablemente Hera, Hades y Poseidón podrían haber sido salvados. ¿Por qué solo uno?"

Rea apartó la mirada, ocultando sus lágrimas ante las palabras de su hijo. Naruto ni siquiera pensó en consolarla.

Quería respuestas.

Zeus se acercó y puso su mano en el hombro de su hermano, que lo miró fijamente a el.

Se sintió pequeño ante su mirada. Una mirada más profunda que la de su propio padre.

"¿Qué?"

Zeus quiso hablar, pero las palabras no salieron de su boca. Naruto giró su cabeza hacía Rea, que seguía sin poder decir palabras.

Usando su única mano sana, movió el brazo de Zeus de su hombro y empezó a caminar lejos, haciendo que todos vean el estado de su brazo.

"Hermano..."

"Arreglen sus cosas. Yo me arreglaré".

Naruto estaba molesto, y la verdad los que pasaron encerrados tuvieron que darle algo de razón.

Fue Naruto acompañado de Hestia que hicieron la estadía en el estómago de Cronos menos asquerosa.

Pero eso no quitaba que perdieron muchos años de vida junto a su familia porque Rea no pensó en salvar a Hestia y los demás.

La misma Hestia sabía que a Naruto no le importaba si era el solo en el estómago. Le molestó que su madre no haya hecho algo antes, desde Hestia hasta Poseidón.

Zeus, de repente, se acercó a Naruto y lo tomó del hombro.

"Creo… Que estás siendo algo…"

"¿Algo que?"

Naruto se giró, viendo a Zeus a los ojos con seriedad. Zeus no le quitó la mirada a su hermano mayor, por más que tuvo que mirar hacía arriba.

"Dada la circunstancia de lo que hiciste, estoy dispuesto a dejar cualquier cosa de lado ahora. Pero te advierto, Zeus… No me pruebes. Te arrepentirás".

Todos ahí, Zeus especialmente, sabían a que se refería Naruto con sus palabras.

Zeus sabía que eso no fue una amenaza…

Fue una promesa.

Su tono borde se lo hizo saber.

Su lado inteligente actuó rápidamente, ayudándolo a evitar la mina terrestre masiva que estaba por pisar.

"Yo… entiendo".

"Bien".

Su tono desapareció, y con el, el propio Naruto se retiró.

Rea fue abrazada por Hestia, viendo a su madre llorar desconsolada por todo lo ocurrido.

Aunque a ninguno le gustaba ver a su madre llorar, todos sabían que Naruto tenía un poco de razón. No fue lindo estar en el estómago de Cronos, y aunque probablemente alguno de ellos hubiese muerto si Rea los salvaba… Hubiese sido mejor que 6 de ellos encerrados cerca de un montón de ácido.

Naruto no tuvo respuestas, y su estado actual no lo iba a hacer razonar mucho.

Estaba enojado y molesto más que feliz.