Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Bruja Llameante
Cap. 36: Una Oportunidad Única
Si Beatrice jamás se hubiera permitido a sí misma, retroceder en el tiempo, entonces estaba segura, de que estaría volviendo a cometer horribles y estúpidos errores.
Le había mandado una carta anónima a su "tía" Susan Bones-Black y ella coordinó a los Aurores, para invadir el Callejón Knockturn, a plena luz del día. Especialmente, dirigiéndose a la tienda de Borgin & Burkesy a la tienda de Serpiente Espinosa, derribando las puertas y rápidamente, lanzando hechizos Anti-Aparición. Pero casi fue, como si Tom Sorvolo Ryddle, hubiera estado esperando pacientemente, por ese momento: Cuando veía a los Magos Oscuros, que frecuentaban el Knockturn, huir de ser aprendidos por los Aurores, con más de Seiscientos Ochenta y Cuatro detenidos y apenas unos tristes Cincuenta y Nueve, siendo llevados por "Lord Voldemort" a un lugar seguro.
Se trataba de una oportunidad única, para encontrar nuevos aliados: Logrando que uno de sus Mortífagos, trabajara libremente como Auror, lejos de sobornos, lejos de ilegalidades, simplemente haciendo el trabajo de cumplir las leyes, bajo el nuevo mandato de Lady Amelia Susan Bones-Black, mientras que el mismísimo Lord Oscuro, espiaba de cerca a su arrepentido Mortífago: Peter MacMillan y el mejor secreto y ventaja de su década (4 años) de aislamiento era que: Él podía escuchar y (solo A VECES) observar en sueños, lo que hacían sus Mortífagos. Y eso, por extraño que parezca, fue lo que lo mantuvo cuerdo. Entonces, un Mortífago joven, ingresó en la sala de estar, ¿Quién era?
¿Flickr? ¿Friki?
¿Flint?
¡Sí, eso era!
Marcus Flint, quien se arrodilló delante de él. — ¿Qué noticia traes, Flint?
—Mi señor, se trata de una visita: —dijo Flint —el hijo de un Mortífago, que desea servir, así como su padre, ha servido.
—Déjalo seguir, entonces. —ordenó Voldemort, mientras que su mente, avanzaba a gran velocidad —Sí todavía está en Hogwarts, entonces probablemente, me sería muy útil. —pensó. Fue como si la Magia Oscura, fuera consciente de la situación actual de Voldemort, en cuyo rostro se dibujó una sonrisa en una boca sin labios, mientras que el joven mago, se estremecía por un momento, antes de agacharse en el suelo —Entonces, ¿Qué haces aquí, delante de mí, joven Malfoy? —Era curioso, como Voldemort se encargaba de que sólo algunas personas, conocieran. Cosas de planes futuros, todavía no colocados en el tablero: Narcisa Malfoy sabía que él deseaba a Draco en alguna clase de misión y este mismo conocimiento, estaba en manos de Severus.
—Deseo servir, mi señor. —explicó Draco, obedeciendo en todo momento, las indicaciones que le dieron, respecto a qué hacer y como actuar, ante Voldemort: "No lo mires a los ojos,siempremanteniendola mirada fija en el suelo y nunca levantar la voz, ni cuestionarlo"—Tal y como mi padre sirvió, antes de mí.
—Creo que efectivamente, serás muy útil, querido Draco. Pero el plan, tendrá que cambiar mucho y no tenemos tanto tiempo, como podríamos desear —dijo Voldemort —Así que: Escúchame, con muchísima atención, porque tenemos ante nosotros, una oportunidad única y el plan deberá de ser modificado, más de lo que yo mismo deseo hacerlo, pues el dueño de Borgin & Burkes, ha sido arrestado y todos sus artículos oscuros, junto al más invaluable, para este plan, han sido confiscados, por el Ministerio de Magia y bajo la dirección de Amelia Bones-Black, destruidos… y tanto tú, como tu madre, han sido expulsados de la Casa Black, por el padrino de Potter —Draco Malfoy, escuchó con total atención, el plan y sintió como le corría el sudor por las patillas y la nuca.
A varios metros de allí, detrás de una pared, estaba Severus Snape, escuchando el plan, mientras sus ojos se abrían y él, calculaba el momento más adecuado para hacer una aparición y fingir que sólo iba a Hogwarts, por alguna reunión de Profesores. Pero no debía de parecer apresurado, ni debía de ser extraño. Necesitaba recordarse a sí mismo, mantener sus escudos Oclumánticos en alto, sus emociones guardadas bajo llave en un cajón y enterrado en el pozo de su corazón, mientras buscaba como llegar a Hogwarts y advertir a Dumbledore.
«Sea lo que sea el nuevo plan, Draco Malfoy está en él»Esa fue la voz de Severus, a través de su Patronus, causando que Dumbledore abriera los ojos, ante esto, antes de fruncir el entrecejo.
Dumbledore envío su Patronus Fénix de regreso, al encuentro con Severus «Tenemos una oportunidad única, Severus. Una oportunidad única, para salvar el alma del joven Draco. Debes de descubrir cuál es el plan exactamente, para poder persuadir a Draco de ver el Bien Común y que abrace la luz»
Tenían una oportunidad única. Y no podían desperdiciarla. .-.-.-.-.
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Antes de que llegara la última semana de vacaciones, Beatrice y Hermione pudieron reunirse, en una cita, previamente al 1 de septiembre, como novias y no solo como alumnas de Hogwarts, comentando como ambas, esperaban un año más normal.
Pero Hermione Granger tenía mucho de Ravenclaw y vio detrás de la máscara de calma Slytherin de su novia: Beatrice estaba ansiosa por volver y también bastante preocupada, por algo que no podía controlar.
Hermione odiaba llevar ya dos años, viendo a su novia en este "estado de deseo de control absoluto a nivel universal". Ella había visto a Harry Potter renacer como Beatrice Potter y prever muchísimas cosas con relación a los Mortífagos, al tiempo que la vio morir de estrés... para luego renacer y reformar planes, contra amenazas puntuales, que ella fue completamente incapaz de ver.
Hermione se prometió, que, entre este penúltimo y el próximo año en Hogwarts, serían distintos. Sí, iban a ser diferentes, en todos los sentidos. Sería la novia que Beatrice Potter necesitaba que fuera, sería su pilar y apoyo incondicional, para lo que fuera que viniera. No la abandonaría e iba a estar allí para ella, en cualquier caso.
