El Invitado de Kate


Ahí estaba nuevamente parado frente a la casa de sus padres a la mitad de la mañana, tocó y la que abrió fue su hermana, feliz de verlo lo abrazó y él de igual manera. —¡Patrick!
—Hola
Se separaron y ella muy entusiasta comentó. —Mi mamá ya me dijo que tienes familia, que gusto me da.
—Bueno sobre eso... pues vine a aclarar las cosas.
Una vez dentro y con su hermana y sus padres presentes suspiró con algo de fastidio. —Miren por mi lo hubiese mantenido en secreto, pero Emilico no se sentía bien tomando el lugar de mi verdadera esposa.
—¿Qué quieres decir hijo? —Pregunta su padre.
—Lo lamento tanto, no quería arruinar la ilusión de ustedes con Matthew, los vi tan felices que no dijimos nada.
—Patrick entonces...
—Si madre, ellos no son mi familia, me casé con Louise, Emilico es la esposa de mi señor solo vinimos por asuntos de trabajo.
La madre de él no dijo nada, pero por dentro se alegraba que fuese Louise la esposa de su hijo.
—Y mamá, aún si me hubiese casado con Emilico no tendrías que despreciarla.
—Hermanito, entonces ¿Tienes o no tienes hijos?
—Lo lamento, aún no soy padre por ahora, solo quería aclarar las cosas.
Su padre se entristeció, aquel niño tenía semejanza a Ricky cuando era pequeño. —Envíales saludos a Louise de nuestra parte.
Ricky asintió y ya que no tenía más que hacer se retiró.

Por unos campos llenos de flores y arboles se encontraba Emilico paseando a su hijo en compañía del Duque Gerald mientras el dibujaba el hermoso paisaje. —Dime Emilico
—¿Si?
—He escuchado que niños entran a la mansión.
—Si, son seleccionados para llevar una vida diferente, también entran jóvenes para trabajar en la casa y ayudar a sus familias. No solemos tener gente de fuera visitando usted tiene suerte de haberse ganado la confianza de Kate.
—Si, me parece una joven muy culta, se nota que puede con la casa, tiene un carácter fuerte.
Emilico conociendo a Kate de años añadió de manera alegre. —Puede parecer fría pero es un amor de persona.
—La quieres mucho ¿no es así?
—Si, tengo mis motivos y memorias, la quiero y admiro mucho. Quizás en la casa le diga el resto.
Para él esa Mansión era un enigma, conocer a los residentes le causaba más intriga de saber todo lo que escondían con solo haber dicho que entraría gracias a Kate.

Al paso de un rato Ricky llegó al hospedaje y la habitación estaba solitaria, dejó sobre la mesa una bolsa con pasteles de una panadería. —¿A donde estará?
En lo que esperaba a que llegara Emilico ordenó algunas cosas que estaban fuera de lugar, quería que Lou estuviese ahí con ellos y su amo de igual forma. —Salir de ese sitio, creo que para los aldeanos sería traumante, pero podemos vivir en conjunto ¿no es así?
Emilico cruzó la puerta y este la miró. —¿Dónde estabas? Si mi señor se entera que saliste sola...—Ay Ricky puedo cuidarme sola y al niño, además me encontraba en compañía con el Duque Gerald.
—Bueno, sobre la mesa hay dulces de la panadería, los compré para ti.
Emilico agradeció el gesto, dejó a Matthew sobre la cama y se dispuso a comer.
—Pareces un ratón cuando comes.
Ella solo le dio una dulce mirada, no dijo nada y siguió comiendo preguntándose internamente por que era amable.

El barco iba en dirección a la isla del Hollín, John estaba admirando el paisaje, pura agua y ese hermoso color azul mientras sostenía a Hope. Kate estaba sentada junto a Camille la cual sostenía una canasta. Shaun regresa y se sienta a su lado diciendo. —Llegaremos en un par de horas.
—El clima está excelente. —Comenta Kate, justo dos gatitos que llevaba consigo se abren la tapa de la canasta y se asoman, no pasaron desapercibidos ante las personas, de entre ellos una pequeña que se acerca.
—Disculpe ¿los regala?
Kate estando distraída no sabía a que se refería. —¿Qué cosa? —Shaun y Camille miraron en dirección de la pequeña.
—Los gatos.
Kate se negó con amabilidad. —Lo siento, son un presente para una persona especial.
Al ser pequeña y ante una negativa sus ojitos se aguaron y comenzó a formar un berrinche que provocó que Hope se uniera.
Al no conseguirlos los iba a tomar y Kate se pone de pie, en eso los gatitos saltan asustados de la canasta.
—¡Oh, no! Iré tras ellos.
—La acompaño mi señora.

Mientras la madre se disculpaba con Shaun y el resto para luego llevarse a su hija, Kate y Camille fueron tras los gatitos; esta consiguió a uno pero el otro se había metido dentro, con suerte no había personas a la vista y el gato asustado corría, Kate utilizó su poder de hollín formando una liana con la que rápido le dio captura y lo tarjo consigo. —No puedes irte de mi lado, hay alguien que no sabe que los llevo de obsequio.
Los gatitos volvieron a su lugar resguardados, Shaun trataba de calmar a Hope, los tres miraron a los pasajeros que estaban algo molestos por el llanto, Kate no tuvo más que tomarla y apartarse, llevándola a su camarote para darle atención.

Conforme pasaban las horas Emilico se impacientaba pues ya extrañaba a Kate y a Shaun, de paso a Patrick, suspiró cerrando la ventana pues la brisa nocturna era más fría a esa hora.
—¿Porqué la cara larga?
—Extraño estar con mi Patrick, además Kate y Shaun aún no llegan.
—De igual manera ya quiero estar al lado de Lou. No veo la hora de entregarle lo que compramos y poder abrazarla.
Emilico pasó por la cuna viendo a su hijo, lo cubrió con una manta, él aún no se dormía y solo estaba tranquilo haciendo sonidos.
Decidieron cambiarse e ir a dormir temprano, Ricky compadecía el cansancio de Emilico, por suerte Matthew reposaba y no estaba llorando, las horas parecían eternas, él no conciliaba el sueño y pensaba en Lou. Sin más se incorporó de la cama y se quedó pensando en que su señor si era capaz de formar una familia con facilidad.
Se levantó y se acercó a la cuna, miró a Matthew mordiendo un peluche inocentemente. —Que tierno te ves, pequeño e indefenso. —Con su dedo hizo una leve caricia en la pancita. —Que no eres un humano común, que lo sepas.

Kate llegó al hospedaje justo en ese momento, Shaun estaba agotado por el viaje, Camille le ayudó con la niña. Aún habían personas tomando en el bar y vio al Duque Gerald. —Por favor arreglen las cosas, tengo algo que hablar con el Duque.

Shaun llevaba la canasta, sabiendo las instrucciones de Kate fue a la puerta de Ricky y Emilico, justo cuando el rubio se estaba acomodando para intentar dormir llaman a su puerta.
—Maldita sea, ya había encontrado la posición para dormir.
Tocó insistente despertando a Emilico. —¿Quién toca a esta hora? —Preguntó mientras aclaraba sus ojos.
—Ya me levantaba a ver quien toca.
Ricky va y abre la puerta y Shaun pone la canasta justo en la cara asustando a la vez al rubio. —Llegamos.

Kate estaba avisando al Duque Gerald para que se preparara ya que esa misma noche volverían a la mansión. El asintió, dejó su bebida y se dirigió con ella para empacar.
Shaun por su parte había soltado a los gatos en la habitación haciendo molestar a Ricky. —¿Se puede saber porque nos despiertas?
—Para que se preparen, volveremos a casa esta misma noche, Kate escribió una carta antes de irnos avisando a Ryan.
Emilico estaba más que encantada con los gatitos. —Shaun ¿y esto?
—Un obsequio de Kate para ti.
—¿En serio? me muero, son tan lindos, los cuidaré mucho. Gracias.
—No hay de que, solo cambien sus ropas.

En poco tiempo ya estaban listos con todas las maletas, el tren llegó puntual a las 1 de la madrugada, el único que se caía de sueño era Ricky, Kate llegó a eso de las diez al hospedaje, saldaron la cuenta y los carruajes les llevaron a la estación para ir a la mansión. Ricky se quedó dormido fácilmente de camino, con el cansancio que llevaba roncaba incomodándolos. Al llegar Emilico sujetó con su brazo a su hijo y llevó su mano a la nariz de Ricky tapándola. —¡Oye llegamos! — Provocó que despertara, el Duque vio un cambio en ambos pues ahora parecían que no tenían una relación de cariño.
Ryan les recibió en ese momento, acompañado de sirvientes, Kate bajó con su hija en brazos que luego entregó a Camille para que la llevara a la habitación. —¿Qué tal estuvo su viaje?
—Excelente, como informé en la carta, traje un invitado. —Dijo mostrando al hombre.
—Claro, ordené que prepararan a nuestro invitado una habitación en el tercer piso como ordenó.
Todo este tiempo sintió temor por lo que dijo Kate de los nobles de la mansión y su forma de ser pero Ryan le pareció amable y no como lo hacían ver Emilico y Patrick que hasta ese momento llevaba ese nombre.

—Un placer en conocerlo, soy el Duque Gerald y vengo desde Inglaterra.
—Vaya coincidencia, tenemos a otro Gerald en casa. Por aquí. —Caminaron en grupo con los sirvientes que cargaba el equipaje. —Kate, John debe estar durmiendo y no le espera. —Dijo Ryan
—Es probable, tiene el sueño pesado, le daré una sorpresa.
Comentarios que no pasaron desapercibidos por el hombre, pero si John estaba con ellos, de ahí en adelante Ryan se despidió, Emilico, Ricky y Shaun se despidieron deseando buenas noches y de paso tomaron rumbos diferentes, el Duque estaba confundido.

Kate lo acompañó hasta la habitación junto al sirviente que cargaba su equipaje.
—No ponga esa cara, le explicaré, por favor siga adelante.
—No lo entiendo, Emilico y Patrick se fueron a dormir a distintas habitaciones.
—En realidad ellos no están casados, Emilico fue con su marido y Ricky, si, se llama así, fue con su esposa. Y John en realidad se llama Shaun, solo fingía ser mi esposo pues el que tengo se quedó aquí en la mansión.
—La verdad me está costando entender.
Le hizo tomar asiento y con calma le explicaría tratando de que al mostrar su otra forma no saliera gritando y corriendo. —Convivimos humanos y sombras en esta casa, no suelo aceptar que desconocidos ingresen, pero las sombras también merecen vivir y disfrutar del exterior sin miedo.
—¿Me está tomando el pelo?
—¡No! Por favor... le mostraré pero jure que no saldrá corriendo.
Él solo miró como poco a poco la piel de Kate se cubría con hollín y se tornaba totalmente negra, estaba impresionado y horrorizado, ella lo pudo notar y miró hacia otro lado mostrando su hermoso perfil.
—Lo sé, soy un monstruo.
Al escuchar la agradable voz de Kate se tranquilizó y se conmovió. —Disculpe pero es asombroso, parece que estoy en un sueño.
—O una pesadilla... —Volvió a su forma humana. —El resto de habitantes de este sitio son como yo, hubo una época en la que los humanos eran traídos para servir a las sombras y tratadas como muñecas vivientes las cuales bebían café para borrar todo recuerdo de su pasado. Muchos perdieron la vida y dándoles un cuerpo a las sombras, lo llamamos la fusión.
Kate hizo un breve resumen de su historia, el Duque escuchó atento, su curiosidad lo trajo a un sitio lleno de sorpresas, si debía pasar la noche y quedarse un tiempo debía ser valiente y tener cuidado de los seres que habitaban tan maravilloso lugar.

Ricky entusiasmado entró a su habitación con cuidado de no despertar aún a Lou, la cual descansaba cómodamente sobre la cama, dejó su maleta y paquetes a un lado del armario, se aligeró de ropa, siempre manteniendo su mirada en la dulce Lou que aún no se había dado cuenta de que ya estaba ahí. Se metió a la cama, con su mano acarició el brazo de ella, con dulzura escondió su rostro en sus cabellos sintiendo su delicado aroma, pudo escuchar un pequeño quejido por parte de ella y un ligero movimiento, la abrazó para que supiera que ya estaba de vuelta, tardó en asimilarlo pues al estar apenas despertando creía que era un sueño, podía sentir su respiración sobre su nuca y su corazón latía muy rápido.
—Ricky... —Se iba a voltear pero él se lo impidió.
—No amor, quédate así, quiero permanecer un momento así a tu lado. —Lou se estremeció al sentir como la apegaba más a su cuerpo. —Te extrañé tanto... no imaginaba que durante este viaje me harías falta.
Ella simplemente sonrió, por que sabía que sus palabras eran sinceras y dejó que las de su sirvienta le hicieran dudar un momento.

Patrick se despertó sintiendo seca su garganta, tenía pereza y no quería levantarse pero su cuerpo necesitaba hidratarse en ese momento, se levantó y caminó hasta la mesa donde reposaba su jarra de agua para beber; mientras una alegre Emilico con su pequeño en brazos iba con paso apresurado a su habitación luego de despedirse de sus amigos. —"Por fin puedo estar con Patrick, no veo la hora de llegar." —Dos sirvientes trataban de llevar su ritmo pero ella era muy veloz.

Luego de terminar de beber, se sentó en una de las sillas frente a la mesa, miró el reloj, aún faltaba mucho para el amanecer y el sueño se le había ido, estos días sin Matthew había dormido todo el tiempo que quería, pero la soledad le había invadido y los extrañaba. Justo desde fuera escuchó voces y pasos, se preguntaba que pasaba así que rápidamente se puso de pie y fue hasta la puerta para asomarse pero en cuanto abrió vio a Emilico y a su hijo en frente de él, ella emocionada saltó hacia él para abrazarlo, solo tuvo tiempo de rodearlos con sus brazos.
—¡Patrick!
—¡¿Emilico?!
—Si, estamos en casa al fin. —Ella se separa pues a Matthew no le hizo gracia ser el centro del sándwich y ya había comenzado a llorar. —Creo que fue sorpresivo este encuentro, perdona a mamá Matty. —Un ligero rubor se hizo presente en ella, Patrick solo sonrió y decidió tomarlo en brazos para intentar calmarlo.

Emilico le dio instrucciones a uno de los sirvientes de acomodar a sus nuevos gatitos en una habitación para ellos con todo lo que necesitaran. Luego de que abandonaran la habitación, de manera alegre se acercó a su marido.
—Ya los extrañaba, mi amada esposa y mi querido hijo de vuelta con Patrick. ¿Lo pasaron bien?
—Claro amor, traje un regalo para ti, dos mascotas y los papeles de nuestra propiedad en el pueblo. Alguna vez tú, yo y nuestros hijos viviremos felices en nuestra casa.
—Emilico preciosa... ¿y si no quieren a Patrick en ese sitio?
—Eso puede cambiar, tan solo hay que esperar, el hecho de que tengan las sombras poderes los hace especiales, he vivido tanto en este sitio que me he acostumbrado, todos tenemos diferencias y nos enojamos unos con otros, nos lastimamos unos a otros, pero creo que los humanos se llevarían bien si los conocieran, Patrick no somos tan diferentes y para prueba de ello estamos tu y yo, y que nuestro pequeño... —Patrick miró sus ojos que brillaban con intensidad al hablar. —Es mitad humano y mitad sombra.
—¿L-lo dices en serio?
—¡Si!
Patrick y ella miraron a su pequeño retoño dormido luego de haber llorado, en ese caso ambos intentarían entrenarlo para que pudiese dominar sus poderes.

Kate volvía a su habitación luego de haber instalado a su huésped, tan solo fue a la habitación de su hija para revisar que todo estuviese en orden, Camille estaba sentada en el sofá dormida, al escuchar los pasos de Kate se despertó y se puso en alerta. —¡No estaba dormida mi señora!
—Tranquila, por favor ya puedes irte a descansar, puedes tomarte el día mañana.
—Bien señora, buenas noches, igual si la niña me necesita estaré para apoyarla.
La chica desapareció tras la pared giratoria, pues su habitación estaba conectada a la de Hope. Kate la revisó, cambió su pañal y le alimentó, se quedó con ella un rato para luego ponerla en la cuna nuevamente para que durmiera, dio cuerda al móvil de la cuna para que la suave melodía sonara y adormeciera a su pequeña. —El obsequio de Aileen es de gran ayuda. Descansa mi pequeña princesa.

Cansada, luego de no dormir durante varias horas entró a la habitación donde los ronquidos de John resonaban. —Duerme sin problemas. —bostezó, miró que los sirvientes dejaron las maletas junto al armario, John tenía el sueño pesado y no se dio cuenta que habían ingresado a la habitación. Kate se fue a cambiar de ropa y volvió a su forma de sombra, sin hacer mucho ruido prendió una que otra luz para desempacar y ordenar sus cosas, cuando finalizó apagó la luz y se subió a la cama, con su dedo explotó el globo que se inflaba y desinflaba de la nariz de John, esto hizo que se despertara automáticamente con un sobresalto.
—Mi John.
—¡¿Kate?! ¡¿Qué?! ¿Cuando?...
—¿Cuándo llegué? Hace unos momentos, no tenía mas trabajo que hacer así que volvimos rápido. —Kate se metió más y acercó a John buscando su calor ignorando toda la verdad de la cual se enteró hace poco, no dijo nada al respecto y la acarició un poco pues en verdad la había echado de menos. Solo dijo. —Kate, John quiere hacerlo. —John solo la estaba probando.
Ella sorprendida ante la petición. —John, amor, aún no podemos estar juntos, sabes que no me siento aún dispuesta ¿no quedamos que debíamos esperar unos meses? Te acepto los besos, abrazos y caricias que quieras brindarme, John debe volver a esperar, lo siento en verdad.

Pensó en lo que dijo la sirvienta, pero era imposible que le traicionaran de esa manera, las palabras de Lou hicieron eco en su mente recordándole que ellos no eran capaces de hacer algo así. —Si Kate no te preocupes, querida, John lo comprende. —La abrigó con la manta y la abrazó, debía tener claro los sentimientos de ella hacia él. —"Nadie separa a Kate de John, con lo difícil que fue conquistar ese corazón" —Se quejó mentalmente recordando las veces que ella le dijo un rotundo no a todas sus peticiones, luego notó que ya se había quedado dormida, le dio un beso en la frente. Al rato iría a ver a Hope para asegurarse de que estuviera bien.

Ya en la mañana se había corrido la voz del huésped que trajo Kate, aquel hombre se sentía algo inseguro, no sabía que tan peligrosas eran las sombras, solo había tenido contacto con la dueña de la Mansión y no conocía a las parejas respectivas de Emilico, de Ricky, Shaun y de la misma Kate. Caminaba de un lado al otro en la habitación hasta que alguien llamó a su puerta, le indicó que podía pasar, una sirvienta le llevó el desayuno y lo acomodó sobre la mesa. —Aquí tiene mi señor.
—Muchas gracias, disculpe ¿puedo hacerle una pregunta?
—Si, claro.
—Es usted una sombra o...
—No mi señor, entré a trabajar hace mucho, soy humana.
—Disculpe mi indiscreción, ¿las sombras son peligrosas? Tenga confianza.
—Bueno... —La chica se acerca le dice para que solo ellos escuchen. —Claro que pueden ser peligrosas, cada uno tiene poderes únicos de hollín, bueno solo los que lo han despertado, pueden ser hostiles con los de fuera o de menor rango. Pero yo no he dicho nada ¿de acuerdo?
—De acuerdo, gracias.
Él se sentó a tomar el desayuno, pasar la noche descubriendo ese secreto hizo que casi no pegara el ojo temiendo que una sombra entrara y lo asesinara, la chica hizo la limpieza y ya que no desprendía hollín le fue fácil hacer las cosas rápidamente, él desayunó y esperaba volver a casa ileso.

Kate por su parte ya estaba despierta preparándose para atender a su invitado y recibir el reporte de una semana en la que estuvo ausente.
—John no puede creer que hayas traído a una persona desconocida a la Mansión John teme que quiera matarlo. —Dijo mientras mecía a su hija en brazos.
—No te preocupes, solo lo traje para que nos retrate y conviva con las sombras más jóvenes, será un gran tutor de arte.
—John no puede confiar en una persona que aún no nos ha visto en gran cantidad, solo te vio a ti. John piensa que no se van a llevar bien.
—Venga John, vamos a darle la bienvenida y ya tendrás la oportunidad de convivir, además muchos de nuestros trabajadores también fueron como él.
John le pasó la niña a Kate y se terminó de arreglar frente al espejo antes de hacer las presentaciones.

Los tres como familia fueron a la habitación, tocaron y él abrió, hace unos momentos estaba ordenando sus cosas de arte para estar a gusto.
—Buen día ¿Qué tal pasó la noche? —Preguntó Kate mientras ingresaba en la habitación junto a John, para este punto Kate estaba en su forma de sombra, y John al no contar con la presencia de su rostro estaba juzgando al hombre de buen parecido, alto y rubio, su cabello le llegaba casi hasta los hombros y su fleco le cubría el ojo izquierdo.
—No le mentiré, no pude pegar el ojo en toda la noche.
—John no imagina el por qué. —Comentó John mientras se cruzaba de brazos y le daba una mirada de desaprobación, cosa que el Duque notó.
—John compórtate... Disculpe, los presentaré, él es John mi esposo.
—El Rey de la Casa de las Sombras. —Ante lo que dijo Kate se quedó perpleja, John no se había denominado de esa manera desde el día del debut, a veces podía ser muy infantil en sus actitudes y era notoria su molestia con el reciente huésped de la casa.
El Duque sonrió y se presentó. —Es un placer su alteza, soy el Duque Gerald, pero ¿por qué las formalidades? Pueden llamarme Fritz, además su hija es un encanto.

Palabras que de alguna manera iban haciéndose paso para ganarse la confianza de John. Miró el rostro de perfil de John y exclamó. —¡Oh Dios! ¿Qué ven mis ojos? Reconozco un buen rostro cuando lo tengo de frente, su perfil es muy hermoso, muy bien detallado. Con permiso. —Tomó la barbilla de John y lo giró para verlo detallado, Kate pensó que solo lo hacía para que no le hicieran daño, pero él en verdad era sincero, John de inmediato se sonrojó solo que nadie lo notaría en ese momento y sonrió pues le encantaba ser alabado. —No siga John se avergüenza... —John de manera alegre y sonriente le rodeó con su brazo. —Fritz, amigo, siempre supe que usted era de confianza, que buen ojo tiene para saber cuando tiene a un hombre apuesto en frente.
—¿Amigo? —Se preguntó Kate, desde cuando acá si todo el rato estuvo en desacuerdo con el Duque.
—¿Quiere venir al salón a conversar un rato mientras echamos un partido de cartas?
—Si, sería un placer.
—¡Shaun! ¿Dónde estará?
Se retiraron a charlar ellos dos, Kate solo se quedó parada tratando de descifrar lo que pasaba por la mente de John. —Hope a veces tu padre me confunde de una manera. Vamos a la oficina, hoy serás la ayudante de mamá.

Mientras Kate se dirigía a su oficina Shaun estaba en la habitación de Louise entregándole su regalo. —¡Shaun, que lindo de tu parte tener este gesto con Louise!
—Cuando lo vi en la tienda pensé en usted y dije, esto se le verá bien a mi hermosa Louise.
Lo abrazó emocionada y besó su mejilla. —Me lo probaré ¿si?
—Adelante.
Louise tomó el vestido y se dirigió tras su biombo, colgó el vestido y comenzó a desvestirse, pronto se probó el nuevo vestido, se asomó y le pidió a Shaun que le ayudase a abrocharlo, con delicadeza lo hizo, al finalizar ella dio unas vueltas modelando frente a él como le quedaba. —Le queda precioso a Louise, te lo agradece mucho. —se puso unos pendientes para que combinara. —Vamos a caminar un rato, necesito hablar con Kate.
—De acuerdo amor. —Shaun se preocupó pues Louise era alegre al hablar pero ahora estaba con un tono serio en su voz y se preguntaba que pasaba.


Continuará...