Baby Stone

Capítulo cuarenta y uno: Futuro en el mundo de piedra

—A ver, esto es un gato, ¿puedes decirlo? Ga-to, ga-to.

Tsukiku miró atentamente a su padre mientras sostenía unos dibujos coloridos frente a ella.

Sin embargo, rápidamente apartó la mirada y siguió concentrada en los tres juguetes que estaba intentando agarrar al mismo tiempo, lloriqueando cuando por milésima vez se le cayó el tercer juguete.

Senku tomó una gran bocanada de aire, devolviéndole el juguete aunque sabía que se le iba a caer otra vez, pero si se lo quería quitar entonces solo lloraría peor.

—Vamos, mini-leona, ya tienes un año con siete meses, estás lo suficientemente grandecita para aprender más palabras, me está empezando a preocupar lo poco que hablas…

—No habla poco. —Kohaku lo miró extrañada desde su posición colgada de cabeza de una barra de gimnasia—. Siempre está parloteando.

—Sí, pero las mismas palabras. —Senku bufó—. Quiero diversificar su léxico.

—¡Ja, ni yo te entiendo con esas palabras difíciles! —Kohaku rio.

—No estás ayudando, leona. —Senku frotó sus sienes.

—¡Leona! —chilló alegremente Tsukiku de repente, lanzando todos los juguetes al aire—. ¡Leona, leona!

—Ja, esa palabra si la dices a la perfección, ¿eh? Traidora. —Kohaku se bajó de la barra para ir a darle unos besitos en la frente a su bebé y juntar los juguetes antes de que se diera cuenta de que los había soltado y estallara en llanto como pasó durante toda esa tarde.

—¡Wada, wada! —exclamó ella de repente, señalando al cofrecito donde guardaba los juguetes.

—¿Oh, ya quieres guardar todo? —Hasta Senku entendía esa señal que siempre usaba para cuando quería guardar todo, ella lo veía más bien como un juego y le gustaba ver qué juguete podía arrojar con más fuerza a la caja provocando el mayor estruendo.

Esta vez, sin embargo, arrojó un juguete con tal fuerza que lo rompió en dos, y Senku y Kohaku se congelaron, un segundo antes de que Tsukiku estallara en llanto, se echara al piso y empezara a patalear y llorar desconsoladamente.

Sus chillidos fueron inusualmente estridentes y Kohaku rápidamente se le acercó, estremeciéndose cuando ella rodó en el piso, apretando las manos en puños y golpeando la madera.

Senku también se acercó, preocupado, e intentaron cargarla de inmediato, por supuesto, pero ella les dio un manotazo a ambos, chillando más fuerte, y de repente hizo la cabeza bruscamente hacia delante y luego hacia atrás, haciendo a sus padres jadear horrorizados, y por poco logra estrellar su cabeza contra el piso, pero Kohaku actuó rápidamente en poner su mano, haciendo que golpeara contra su palma en vez del duro suelo.

—¡¿Tsukiku?! ¿Q-qué pasa, mi amor? Tranquila, tranquila. —Kohaku intentó hablarle suavemente y cargarla, pero su bebé estaba chillando tanto que apenas se pudo escuchar a sí misma, y además en ese momento Tsukiku volvió a darle manotazos, retorciéndose más, impidiéndole cargarla, y casi volviendo a darle cabezazos al piso de no ser porque ella colocó sus manos tras su cabeza otra vez.

—¡Vamos, mini-leona, solo es un juguete de madera! —exclamó Senku con fuerza para que lo oyera en medio de tanto llanto—. ¡Papá va a repararlo por ti, ¿ok?! —Tsukiku no le hizo el más mínimo caso, y, para su horror, siguió intentando darse cabezazos contra el piso, dando vueltas, por lo que Kohaku tuvo que sujetarla a la fuerza (pero lo más cuidadosamente posible, claro) y la puso sobre su regazo antes de que se hiciera daño, ignorando como la pateaba y golpeaba con sus puñitos cerrados—. ¡Vamos, Tsukiku, solo escúchame, sé que entiendes lo que digo! —Senku apenas se escuchaba a sí mismo con tanto ruido y ya se estaba poniendo de los nervios.

—V-vamos, bebé, no pasa nada, se puede arreglar… —murmuró Kohaku con voz suave.

—¡Kohaku, dudo mucho que te escuché si le hablas tan bajo! —exclamó Senku, visiblemente frustrado.

—¡Pues no voy a gritarle como tú! —le gruñó a Senku, pero luego ambos se estremecieron cuando su hija lanzó un chillido mucho más largo, retorciéndose más y casi despegándose del regazo de Kohaku, pero ella la mantuvo quieta sosteniendo su nuca y sus brazos, intentando abrazarla, pero ella no dejaba de patalear y retorcerse.

De repente, Senku se alejó de ellas, dando vueltas por la sala, pasándose las manos por la cara y gruñendo que ni pensar podía, y Kohaku solo lo miró incrédula un momento, antes de bajar la mirada hacia su niña.

Mierda, mierda, ¿qué hacía ahora? ¿Cantarle? No es que pudiera, ella estaba gritando y llorando demasiado…

—V-vamos, bebé… ¡M-mira! ¿No quieres eme? ¿Tsukiku quiere eme? —Se bajó el escote y dejó al descubierto su pecho, acercándoselo a la cara, y Tsukiku finalmente dejó de gritar y solo siguió sollozando, mirando a su pecho, por lo que Kohaku creyó que funcionó, pero entonces la pequeña se lanzó a morderle el pecho con fuerza—. ¡IIIIIH! —Los ojos de Kohaku se llenaron de lágrimas mientras Tsukiku la mordía con vehemencia, extrayendo leche, pero pareciendo más concentrada en morderla que en comer.

—Dios… Al fin dejó de llorar. —Senku se pasó las manos por el rostro y luego solo se le quedó mirando sin saber qué hacer ni qué decir.

—M-me está mordiendo mucho… —Intentó aflojar su agarre, pero ella solo la mordió más fuerte, y finalmente ya no pudo aguantar más y la apartó, a lo que de inmediato volvió a llorar—. No, no, no, bebé, lo siento, ¡pero no puedes morder a mamá así! —reclamó, pero Tsukiku solo respondió volviendo a sus chillidos insoportables, y Kohaku misma empezó a llorar, sin saber qué hacer.

Kohaku miró a Senku desesperadamente, pero él solo volvió a frustrarse por escuchar los chillidos y se tapó los oídos, murmurando algo de que Kokuyo le advirtió de esto, sin hacer nada para ayudar, por lo que Kohaku expulsó aire fuertemente por la nariz y abrazó a Tsukiku contra su pecho, cuidando su fuerza pero forzándola a aceptar el abrazo, ignorando sus manotazos y pataleos, tarareando con fuerza, estando así un par de minutos hasta que finalmente los gritos se calmaron y ella solo siguió sollozando con rabia, abrazándose al cuello de su madre por fin, pero resoplando, con el ceño fruncido, todavía llorando gruesos lagrimones.

Se quedaron en silencio un momento, como único ruido los sollozos molestos de la bebita.

Finalmente, Senku volvió a acercarse a ellas, arrodillándose a su lado y palmeando torpemente la espalda de su hija, con sus manos temblándole.

—Eh… Así que esto es un berrinche, ¿eh? —Senku estaba visiblemente sudando frío.

Kohaku lo miró mal, sintiéndose cansada, adolorida del pecho y frustrada.

—¿Eso es todo lo que tienes para decir?

Él apretó los labios en una fina línea, la culpa finalmente apoderándose de sus facciones.

—Lo siento, me tomo con la guardia baja… Tanto temí la época de los berrinches y todo lo que hice fue alejarme y mirarte como un idiota… Te dejé sola en esto, lo siento, es solo que… no estoy acostumbrado a no poder pensar en una solución, y con todo ese llanto sentía que no podía pensar en nada, y me ponía peor ver a las dos tan tensas y… lo siento.

Ella suavizó la mirada, acariciando el cabello de su hijita y meciéndose un poco para ver si eso la calmaba más, apretando los labios cuando le encajó una patada en el estómago por otro movimiento brusco. No le dolió, claro, pero no era bonito que tu propio bebé te tratara así tan de la nada…

—¿Berrinches, dices?... ¿N-no es muy pequeña para eso? Ruchiru no le hizo uno a mi hermana hasta casi los tres años… y no lo vi nunca tan mal como Tsukiku ahora… —Se pasó una mano por los ojos para secarse las lágrimas como pudo.

—Y apuesto que no fue por un motivo tan irracional como enojarse por el juguete que ella misma rompió. —La ceja de Senku tembló con molestia por el motivo tan evitable que desencadenó este tan temido momento.

—¿Y q-qué debemos hacer? —Por más que Kohaku intentara, su bebita no parecía dispuesta a calmarse, seguía sollozando, y ella misma sentía que quería volver a llorar de solo verla así.

—Los aldeanos en la ronda de padres de la aldea me dieron algunos consejos, también tu padre, pero realmente no me imagine que sería así… —Senku intentó acariciar el rostro de su hija, estremeciéndose cuando ella lanzó un chillido y se aferró con más fuerza a Kohaku—. Bien, bien, no me quieres ahora, de acuerdo… En fin, ellos solo me dijeron que había que mantener la calma y no enfadarse con el niño ni agitarlos ni atreverse a pegarles ni nada, cosas obvias, básicamente… pero debo decir que no me dijeron que sería tan difícil mantener la calma y pensar.

—Ja, yo no me enfadaría con mi bebé, eso es ridículo. —Kohaku frunció el ceño, besando la frente de Tsukiku, que ahora solo lloraba en silencio, hipando un poco.

—Eso dices ahora, pero para los adultos es difícil entender la forma en la que piensa un niño. —Senku suspiró profundamente, alejándose un poco de ellas.

—Todos fuimos niños…

—Y es fácil olvidar esa etapa. —Senku rio entre dientes, mirando con impotencia el llanto desolado de su hijita—. Yo no subestimaría los berrinches, dicen que pone a prueba la paciencia de los padres, así que… supongo que solo nos queda tener paciencia.

Luego de unos cinco minutos de ellos sin poder hacer nada más que mirarla con preocupación e impotencia, finalmente ella se relajó un poco y dejó de llorar, buscando el pecho de Kohaku otra vez, mismo que ella le acercó con miedo, estremeciéndose cuando volvió a morderla con un poco de fuerza de más, pero esta vez bastó con que le acariciara un poco el rostro para que se calmara y aflojara el agarre, ahora bebiendo normalmente.

—Bueno, parece que se calmó un poco. —Senku le acarició el cabello suavemente, aliviado de que no lo apartara esta vez.

—Sí, pero sigue molesta… —Kohaku frotó su espalda cariñosamente—. ¿S-seguro que esto es normal?

—Eso creo… Mañana hablemos con Atsumi-sensei, tiene una agenda apretada pero seguro que podrá hacernos espacio en algún momento de la tarde… Ahora creo que deberíamos llevarla a la cama, ya es tarde de todos modos y ya comió. Le leeré algo, eso siempre mejora su humor.

—Ok, ¿quieres ir a la cama, mi amor? —preguntó Kohaku cariñosamente, pero Tsukiku no le contestó, todo lo que hizo fue soltar su pecho y rodear su cuello con sus brazos, enterrando el rostro en su pecho, derritiéndole por completo el corazón de ternura, pero contuvo sus ganas de llenarla de besitos y simplemente se paró para llevarla a su cuarto.

Ya en el cuarto, los tres se recostaron en la cama y Kohaku sonrió cuando ella le empezó a abrir el escote, buscando su pecho otra vez, por lo que rápidamente lo abrió y empezó a amantarla, agradeciendo que eso fue algo que le había quedado desde que estuvieron perdidos en el mar, aunque ella solo quería beber del pecho en las mañanas y las tardes, generalmente antes y después de dormir, y no bebía tanto como al estar perdidos en el mar y antes de la segunda petrificación mundial, pero aparentemente sí lo suficiente para mantener la producción en marcha.

Seguía malhumorada y lanzando lagrimitas de vez en cuando, así que Senku decidió dejar de lado su reciente rutina de mostrarle imágenes ilustrativas y pasó directamente a leerle algo de teoría, enfocándose especialmente en la teoría de la aparición de la vida en la Tierra.

—Realmente no tenemos la certeza de cómo pasó —comentó, leyendo directo de uno de los libros que había escrito antes de irse siquiera al viaje de la isla del tesoro, libro que ya le había leído antes, pero que nunca fallaba en calmarla y hacerla dormirse con una sonrisa—. Hay muchas teorías sobre el comienzo de la vida en la Tierra, una de las más aceptadas es la de la generación espontánea, un surgimiento casi comparable al Big-Bang, en un momento no hubo nada y luego hubo universo, aunque es más complicado que eso, pero es una historia para otro momento, lo importante aquí es que se dice que en un momento no hubo vida… y al siguiente sí, aunque es difícil de decir porque… en realidad ni siquiera estamos seguros de qué catalogamos como vida… Sin embargo, estamos bastante seguros de que hace unos 3.800 millones de años, sólo 700 millones de años después de la formación de nuestro planeta, la vida comenzó a surgir en un ambiente acuático, no exactamente un océano como los que tenemos ahora, más bien una sopa primigenia, y ahí es donde empieza la magia, o la ciencia, más bien. —Rio para sí mismo.

Kohaku sonrió cuando Tsukiku repentinamente giró sus ojos hacia su padre, interesada.

Ah… ella nunca podía resistirse a sus cuentos científicos, incluso estando molesta, le encantaba escuchar a su papá. A Kohaku también le gustaba escucharlo, ya había aprendido mucho ella misma solo escuchando a su esposo leerle a su hija, y eso que no entendía varias cosas, pero Senku era un buen maestro, sin lugar a dudas.

Eventualmente, Tsukiku dejó de llorar por completo y se relajó totalmente mientras bebía de su pecho otra vez y escuchaba a su padre, y poco a poco sus ojitos comenzaron a cerrarse.

Ella cayó dormida, y Senku terminó otras dos páginas antes de dejar de leer el cuento y acomodarse mejor para dormir, con una leve sonrisa que hizo a ambos sentirse muy complacidos.

—Ah, siempre funciona. —Senku rio entre dientes—. Vaya que fue difícil calmar el primer berrinche, y fue un trabajo en equipo, diez billones de puntos para nosotros… Aunque, para ser honesto, yo solo hice como el 2% del trabajo y al final, luego del 98% y mucho más difícil trabajo que hiciste tú… y en verdad lamento haberte dejado sola en eso.

Kohaku sonrió suavemente y frunció los labios como pedido de que la besara, ya que no podía moverse por temor a despertar a su niña, a lo que él rio y complació su deseo, dándole un largo y suave beso que la hizo sentir mucho más relajada a ella también.

—Sabes… —Bostezó cuando se apartó—. Mañana debo ir con Ruri-nee y Yuzuriha a que me prueben el vestido de novia que me hicieron… y quieren que vea algunas cosas para la boda que planean, así que… ¿estaría bien que Tsukiku pasé la mañana contigo?

—¿Bromeas? Estará encantada. —Bufó, divertido—. Eso si no está muy malhumorada. De todos modos, todos en el laboratorio me la quitan de los brazos apenas la ven, ni siquiera tendré que hacer nada.

—Ja, eso no me da confianza en que puedas manejarte solo.

—Por favor, hablas como si te dejará sola encargándote de ella todo el tiempo, ¿cuándo he sido un padre ausente para ella? —La miró con sequedad, pero luego hizo una mueca—. Bueno, aparte de hoy… y cuando me fui por meses a viajar por el mundo… y cuando…

—Senku, nunca has sido un padre ausente, ya cállate, incluso me la quitas más de lo que me gustaría —admitió, riendo y rodando los ojos, aunque pronto bostezó—, pero sé que últimamente estás muy ocupado, que tienes grandes planes, y no quisiera interrumpir tu trabajo… Podría hacer que mi padre la cuide si sientes que necesitas estar concentrado en tu trabajo, solo quería decir eso.

—Bien, entiendo, no es malo que lo consideres, yo mismo no estoy seguro qué tan ajetreado será el día, estamos avanzando en la creación de mejores computadoras e incluso robots, todos están muy emocionados y el trabajo nunca acaba…

—¿Prefieres que la lleve con mi padre?

—No, está bien… Mira, si siento que el día estará muy ocupado llamaré a tu padre, sino entonces la tendré conmigo, no creo que Kokuyo tenga problemas en venir desde la aldea desde que le conseguimos un auto.

—Ja, ama ese auto, sin duda estaría encantado de hacer el viaje. —Ambos rieron—. Bien, Ruri también hará que Chrome cuide a Ruchiru, así que al menos tendrá a su primo allí para entretenerla también.

—Bien, entonces llamaré a Taiju y haré que traiga a su mocoso, últimamente son muy unidos, y con ellos allí estará tan contenta que apuesto que no hará ningún otro berrinche.

Con el asunto resuelto, compartieron otro beso antes de apagar la luz y dormirse.

Al día siguiente, Tsukiku amaneció tan risueña como siempre, para gran alivio de ambos.

Los dos la mimaron para asegurarse de que su buen humor se mantuviera, distrayéndola para que ni siquiera mirara en dirección al cofre con los juguetes de madera pulida, cosa que no fue muy difícil porque ella quería jugar con ellos, con los juguetes brillantes que Senku le hizo o cantando y corriendo con Kohaku.

Luego de desayunar y todo lo necesario del ritual mañanero, Kohaku se despidió de ambos con un beso y se fue por su lado, y Senku llevó a Tsukiku a su trabajo en el gran laboratorio que cada día agregaba más y más mejoras, y cada mes otro piso (el plan era crear el laboratorio más grande del mundo).

Apenas llegaron, tal como esperó, se la quitaron de los brazos (Ryusui estaba ahí acosando a Sai, y a él no le tomó ni dos segundos arrebatarle a la niña de los brazos) y él bufó y se puso al corriente con Xeno y los otros científicos.

Pronto, Chrome llegó junto con Taiju y Kinji y Ruchiru corriendo alrededor de ellos, y, sorprendentemente, Minami también estaba allí, de la mano de la pequeña Umi hija de Ukyo y cargando a su hijo Haishi.

Al verlos, Tsukiku empezó a ignorar por completo a Ryusui portándose como payaso para entretenerla y empezó a aplaudir y saludar a sus amiguitos.

—¡Hola, hola! —gritó emocionada, saltando en el regazo de su tío para llamar la atención de los otros niños.

—¡TSUKIKUUUU! —Kinji gritó como digno hijo de su padre que era y corrió hasta la bebé, quitándosela a Ryusui y cargándola sobre su espalda, comenzando a correr alrededor del laboratorio mientras los dos reían como locos.

—¡Espérenme, espérenme! —Ruchiru los persiguió de inmediato.

—¡Quero ir tamben! —Haishi palmeó las mejillas de su madre para que lo baje y Minami lo miró algo dudosa.

—Yo lo cuido, tía —dijo la pequeña Umi, y Minami finalmente suspiro.

—Muy bien, pero tengan cuidado con las cosas científicas.

—¡Ok! —La niñita de tres años tomó de la mano al niñito menor y salieron corriendo tras los niños mayores y la bebita.

—Ukyo y Ami están organizando unas cosas en la nueva escuela, así que me pidieron cuidar a Umi —explicó Minami ante la mirada curiosa de Senku—. Yuzuriha dijo que Kinji vendría a jugar con Ruchiru y Tsukihime-chan, así que decidí traerla y a mi Haishi también.

—Bien, más entretenimiento para mi mocosa… pero también van a necesitar más supervisión…

—¡Yo los vigilo, Yuzuriha me echó de la tienda de todos modos, dice que es día de chicas! —Taiju rio alegremente, antes de salir corriendo tras los niños, gritando que era un dinosaurio y se los iba a comer a todos, por lo que Ruchiru y Kinji tomaron lapiceras y empezaron a gritar que tenían espadas mágicas que debían ser bendecidas por un hechicero.

—¡Ja, ja, no los dejaré ir con el hechicero! —Taiju les bloqueó el paso y los niños corrieron hacia el jardín, gritando que no querían ser comida de dinosaurio.

—Y yo vigilare al niñero. —Minami rio divertida mientras se servía un café, antes de salir al jardín también.

Senku hizo una mueca, de repente sintiéndose más dejado de lado que de costumbre.

Maldita sea, ni dos años tenía y ya prefería a sus amigos por encima de él, no quería ni imaginarse qué pasaría cuando fuera adolescente…

—Bien, me alegra no tener que lidiar con mocosos hoy. —Xeno le tendió una pila de planos—. Hay mucho trabajo que hacer, cada vez nos acercamos más a terminar los planos para nuestro proyecto más elegante.

—Sí, sí, yo trabajaré aquí de todos modos, cerca del jardín, prefiero mantenerme cerca de mi hija. —Miró de reojo al jardín, viendo a Ryusui uniéndose a los niños jugando a ser un pirata que los llevaría por un tesoro para pagarle al hechicero—. Luego te llevaré mis borradores.

Xeno encogió los hombros y se retiró con Stanley siguiéndolo como perrito (como siempre).

Apenas se quedó en relativa soledad, con Chrome trabajando a un lado y Suika al otro, Senku sacó su teléfono y llamó a Atsumi-sensei.

—Consultorio de Hoshieda Atsumi, ¿con quién tengo el placer? —Su secretaria pareció contestarle.

—Ishigami Senku, ¿puedo hablar con la doctora?

—¡¿I-Ishigami Se-Senku, el salvador del mundo, el famoso Dr. Stone?! —La secretaria debía ser nueva, porque pareció sorprenderse mucho de hablar con él.

—Sí, sí, lo que digas, ¿puedo hablar con la doc sí o no?

—E-está atendiendo un paciente, pero por usted claro que eso es digno de interrumpir.

—Si está ocupada puedo llamar más t… —Senku cayó al escuchar a la secretaria abrir una puerta llamando ruidosamente por la doctora.

Pudo escuchar los tacones de la doctora resonar con fuerza por el piso antes de escuchar el familiar sonido de una de sus paletitas siendo mordida.

—Hola, señor papi, ¿puedo preguntar qué es tan urgente para que interrumpas a uno de mis pequeños y adorables pacientes? —Ella sonaba ligeramente molesta, y Senku tragó saliva, maldiciendo mentalmente a la secretaria.

—Lo siento, doc, no es tan urgente, si fuera urgente hubiera llamado a tu numero personal, solo quería hacer una cita para hoy o mañana si se puede, tengo algunas preguntas, porque creo que mi hija tuvo su primer berrinche y fue… difícil…

—Ooh~… —Pudo escuchar la voz de la doc llenarse de interés—. Es un poco temprano para eso, pero no me sorprende de ella, se ha desarrollado rápidamente en varios aspectos. Muy bien, los turnos se terminan a las siete, vengan exactamente a esa hora y le haré su revisión del mes adelantada y veremos eso del berrinche, y trata de no volver loca a mi secretaria la próxima vez, señor papi.

Senku chasqueó la lengua y la doctora rio cantarinamente, antes de despedirse y colgar.

.

Kohaku fue a recoger a Tsukiku a la hora del almuerzo. Para ese entonces, ella ya había exigido volver con su padre, para alivio de Senku (aunque no es que fuera a admitirlo), y los tres almorzaron juntos.

—¿Entonces Atsumi-sensei nos recibirá luego de su horario de trabajo? Qué amable de su parte. —Kohaku sonrió agradecida mientras cortaba el pollo en el platito de su hija, para disgusto de Tsukiku que estaba intentando y fallando en comerse la pechuga entera.

—Ella tiene demasiado interés en el desarrollo de la mocosa, pero mejor para nosotros, así nos atiende rápido. —Senku rio entre dientes—. Cada vez más niños están siendo revividos, y más niños están naciendo, así que tiene la agenda muy apretada.

—Hablando de agenda apretada… Gen me dijo que consiguió un psicólogo para el grupo.

Al escuchar eso, Senku gruñó desde el fondo de su garganta.

—No puedo creer que Xeno y la Dra. Mironi insistieran tanto en esta tontería…

—Dicen que están preocupados por cómo volviste luego de estar perdidos en el mar… y honestamente, yo también estoy preocupada, Senku. —Kohaku finalmente puso el plato al alcance de su hija, que comenzó a comer a dos manos, y lo miró seriamente—. Ja, si crees que disimulas bien cuando tienes pesadillas, entonces eres más ingenuo de lo que pensaba. —Lo miró seriamente.

Él chasqueó la lengua.

—Como sea, tú y todos nuestros amigos cercanos también están citados, pero sé que es solo una excusa para evaluar si deben ponerme una camisa de fuerza o no. —Rodó los ojos.

—No tengo idea de qué hablas. —Ella sonrió divertida cuando él maldijo por lo bajo—. No maldigas frente a nuestra hija, bastardo.

—Creo que está muy ocupada para escucharme. —Rio al verla comer como si no se hubiera desayunado una buena dotación de leche materna además de frutas y cereales—. Sacó tu apetito de leona.

—¡Tampoco nos digas leona, escoria!

—¡Ecodia! —exclamó Tsukiku de pronto, con la boca llena, y Kohaku palideció mientras Senku sonreía divertido.

—¿Ahora quién debe lavarse la boca con jabón, eh? —Rio maliciosamente mientras Kohaku intentaba corregir a su hija.

Luego de comer, Kohaku se preparó para llevarse a Tsukiku con ella a la comisaria donde la cuidaría mientras supervisaba a los reclutas.

—¿Y qué tal todo con el vestido? —preguntó Senku mientras la acompañaba a la salida.

—Yuzuriha dijo que no debo decirte nada —murmuró ella sin entender bien por qué.

Senku chasqueó la lengua.

—Como si las tradiciones importaran a este punto… Apuesto que te harán usar blanco ¿no? y se supone que eso simboliza pureza, lo cual no aplica mucho luego de que nos revolcáramos incluso bajo las narices de todos cuando estábamos en…

—¡Senku! —Kohaku le dedicó una mirada asesina y él rio, alzando las manos en señal de paz.

—No dije nada, nada. Nos vemos en la tarde. —Pellizcó la nariz de Tsukiku cariñosamente, para luego irse sin más.

Kohaku negó con la cabeza, pero luego rio resignada.

Después de todo, no es como que ella se hubiera negado a hacer sus travesuras…

.

Llegadas las siete horas de la tarde, los dos llegaron puntualmente al consultorio de la Dra. Atsumi y su secretaria los recibió extasiada, parloteando sobre lo grandiosos que eran mientras los llevaba hasta la puerta donde ella los esperaba ya.

—¡Ay, pero que alegría volver a ver a esta dulzurita preciosa! —Atsumi-sensei se acercó a Tsukiku y le pellizcó las mejillas amorosamente, ignorando la mirada desconfiada de la bebé—. Cada vez se pone más y más bonita, ¡y amo esos ojazos azules! Seguro será un encanto como tú, señora mami, atraerá a los chicos por montones. —Miró alegremente a Kohaku, guiñando un ojo, y las dos se rieron de la mala cara—. Bien, empecemos por medirla y pesarla, a ver qué tal…

Luego de unas cuantas revisiones, Senku y Kohaku intercambiaron miradas.

—Quisiéramos aprovechar esta ocasión para preguntar un poco sobre los berrinches, la verdad —empezó a explicar Kohaku seriamente—. Supongo que Senku ya se lo dijo.

—Sí, ayer tuvimos una difícil experiencia con Tsukiku y creemos que podría haber sido un berrinche, pero quisiéramos tener una mayor certeza de lo que está sucediendo, así que tengo algunas preguntas preparadas para ello —explicó Senku, quien aprovechó el momento para sacar una libreta y un bolígrafo de su bolsillo.

La doctora asintió para ellos y les pidió que relataran el episodio, a lo que ambos contaron la historia desde sus propias perspectivas y preocupaciones, y Senku se aseguró de recalcar lo inesperado y repentino que le pareció y que, a pesar de que había tenido cierta preparación o eso pensó, no supo qué hacer.

—A ver… de acuerdo con lo que me están diciendo, evidentemente está en una fase en la que, por la misma irritación y frustración, ha experimentado el llamado "berrinche", y sí, sin duda es un berrinche. La literatura disponible señala que la mayoría de estos casos se presentan a partir de los dos años, pero depende mucho del desarrollo del niño y de la capacidad para entender lo que sucede a su alrededor, por lo que la verdad es que pueden empezar incluso después de cumplir el primer año, llegando a prolongarse hasta los cinco años.

Senku y Kohaku la miraron con horror.

¡¿Tendrían que lidiar con este problema por tantos años?!

—Tengamos en cuenta que Tsukiku ha alcanzado hitos del desarrollo de forma precoz, por lo que podríamos pensar que, con el debido acompañamiento, debería superar la fase de los berrinches a un tiempo adecuado, pero dependerá de factores emocionales, de la personalidad de ella y de cómo ustedes la eduquen para regularse. —La doctora los observo inquisitivamente—. Y me parece que ustedes respondieron inapropiadamente al berrinche, aunque eso es bastante normal en padres primerizos.

—Lo siento mucho… —se disculpó Kohaku, sintiéndose terrible, mientras miraba fijamente a Tsukiku que ahora estaba muy a gusto con la doctora jugando con un peluche de gato que ella siempre tenía preparado para sus visitas.

—¿Qué podemos hacer? —preguntó Senku, sin querer revolcarse demasiado en la culpa ya que eso no sería eficiente.

—Pues… lo primero es mantener la calma, si ustedes se alteran, harán que Tsukiku se altere mucho más y sea incapaz de regularse, y ella depende de ustedes para alcanzar esa regulación. Lo siguiente es que respiren profundo y se mentalicen a que tienen que estar para ella, no sirve de nada que se queden mirando desde lejos. —Miró a Senku—. Tampoco deben dejarla en el piso, y deben ser rápidos en reaccionar, ya que algunos niños llegan a hacer movimientos demasiado bruscos y hasta golpearse la cabeza por efecto de la misma rabieta y, cuando eso ocurre, puede haber lesiones en el cráneo o en el encéfalo.

Senku se enderezó en su asiento y Kohaku la miró confundida.

—Quiere decir que se puede lastimar su cabecita y podría ser grave —aclaró al ver la confusión en la mirada de Kohaku, que puso cara de horror y de inmediato fue a abrazar a Tsukiku—. Deben colocarse a su altura e intentar hablarle con paciencia e intentar explicarle las cosas mientras ella empieza a acercarse y permitir el contacto. Siempre procurando que no se lastime y haciendo lo posible por alejarla de objetos punzocortantes o cualquier cosa que pueda lastimarla si hace algún movimiento brusco.

Senku asintió y tomó unas cuantas notas.

—¿Y las causas de los berrinches suelen ser variadas, incluso cosas absurdas? —Todavía no superaba que todo el enorme problema de ayer fue por algo que ella misma rompió…

La doctora asintió.

—Oh, querido, los berrinches por motivos absurdos son el pan de cada día. —Rio para si misma.

—Entiendo. —Senku frotó sus sienes—. ¿Necesitaremos algo especial para atender esos casos?

—No, generalmente se calma después de unos minutos o, en caso de demorar mucho tiempo, podría ser una o varias horas —expresó con tranquilidad la mujer mayor, ignorando los rostros pálidos de los jóvenes padres—. Pueden probar con distraerla, pero no es recomendable del todo, porque la idea es que aprenda a regularse y, si la distraen, no entenderá cómo debe hacerlo. Cuando el berrinche termina, deben tener paciencia y tener preparado un poco de agua para ayudarla y procurar tranquilizarla mientras hablan con ella. Parece irracional, pero en la medida en que pase el tiempo, el ritual de regulación será algo que Tsukiku pueda repetir sin ayuda y crecerá para ser una jovencita sana y hermosa~. —Sonrió dulcemente, dando un gran aplauso.

Senku asintió, haciendo una nota en la libreta de que debía tomar esto muy en serio para que su niña creciera bien… y él definitivamente no podía solo quedarse sentado mirando sin hacer nada mientras ella luchaba con sus emociones, era su deber ayudarla a pasar por esto, no dejarle todo a Kohaku y mirarla trabajar, si iba a tener que soportar lo irracional, que así sea, no era ninguna rareza cuando tenía que ver con sus leonas, de todos modos.

—Una última pregunta… en caso de que realice un movimiento brusco y se lastime la cabeza, ¿cuál sería el procedimiento a seguir?

—En ese caso prefiero que la lleven a urgencias, la verdad, pero pueden evaluar si mantiene una buena respuesta a los estímulos y estar pendientes de signos de alarma: vómitos en proyectil, somnolencia no acorde con ella, presencia de dificultad para hablar o caminar, principalmente.

—Bien, eso es todo —aseguró Senku, asintiendo y anotando todo, haciendo una nota de que definitivamente la llevaría a urgencias así se golpeara contra la alfombra acolchada de su cuarto.

—Me alegra. Ahora continuemos con la evaluación física de nuestra pequeña, y luego una pequeña evaluación psicológica, ya que no ha pasado mucho desde ese episodio en el mar… Escuché que verán a un psicólogo por eso, me alegra mucho, una buena salud mental es vital para que ejerzan su paternidad responsablemente.

Al oír eso, Senku hizo una mueca.

Había estado reacio a la ayuda psicológica, pero debía dejar de ser infantil y concentrarse en ser el mejor padre que podría ser para su hija…

Y quizás, algún día, esa maquina del tiempo en la que estaba trabajando en verdad rendiría frutos… y podría ver a su padre otra vez… presentarle a su hija y a su esposa, comentarle acerca de todas las dificultades que había vivido… y preguntarle si… tal vez… estaba orgulloso de él…

Todavía le quedaba mucho por mejorar, eso lo sabía, pero seguiría dando su mejor esfuerzo.

Eso era lo que Byakuya haría.

.

Gen bostezó con cansancio luego de estar horas metido en una sala con dirigentes políticos discutiendo acerca de más acuerdos y tratados de trabajo y comercio.

"¿Cómo pase del mentalismo a esto?", se lamentó.

Las charlas tan largas eran agotadoras, aunque admitía que le gustaba la posibilidad de manipular peces gordos, disfrutaba de halagarlos y llenarlos de mentiras de cómo iban a ser recordados por la eternidad como héroes si tan solo hacían lo que él, Senku y Ryusui planeaban para el mundo…

Cubrió su boca con sus mangas mientras una sonrisa macabra se apoderaba de sus labios en lo que abandonaba la sala de conferencias internacionales en Estados Unidos.

"Ah, es tan fácil que casi no es divertido… casi~".

—¿Y ahora qué tenemos que hacer? —El Dr. DJ de repente pasó un brazo por los hombros de Gen, después de seguirlo fuera de la sala de conferencias, con su aprendiz Tomiichi siguiéndolo también.

—Bueno, viniste para dar tu opinión científica de los nuevos robots y planes de ciudad lunar, siendo tú el más técnico y el que trabaja con el metal, pero también trabajas con la teoría, así que pensé que eras adecuado y no me equivoque~, cayeron redonditos~.

—Lo dices como si algo de lo que dije hubiera sido mentira. —DJ lo miró con una ceja en alto y una sonrisa confundida.

—Pues no~, pero buen trabajo. ¿Qué tal si vamos a un bar a conocer a algunas bellezas estadounidenses para celebrar? —En realidad quería dormir, pero nunca estaba de más celebrar las victorias.

—¡Me gusta como piensas! —DJ frotó su hombro con camaradería.

—Yo paso. —Tomiichi tomó su maletín y se fue en dirección a su hotel.

Fueron al bar más cercano y rápidamente varias mujeres hermosas se les acercaron, ya que Gen era famoso por ser uno de los cinco generales.

Estuvieron bebiendo un buen rato, y DJ comenzó a coquetear con varias mujeres, pero Gen sentía sus ojos cerrarse, no pudo concentrarse en las dos modelos bellísimas que parecían querer desvivirse por él.

"Ah… creo que bebí demasiado…" pensó aletargado, disculpándose con las dos bellezas y dirigiéndose al baño para echarse algo de agua a la cara.

A medio camino, sin embargo, comenzó a sentirse mareado, y de pronto su vista se nubló y cayó de frente contra el piso… o lo hubiera hecho, de no ser porque DJ tomó sus hombros.

—Oh-oh, casi. —Lo ayudó a pararse—. Mejor te llevaré al hospital, amigo.

En el hospital, le dijeron que se había sobre esforzado y le ordenaron descansar, por lo que Gen tendría que pasar lo que se suponía serían sus días de vacaciones divertidas en cama o a lo mucho dando paseos por el parque.

—Ah~, ahí se fueron mis bellezas estadounidenses~ —se lamentó a la mañana siguiente, sirviéndose el desayuno en la cafetería del hotel.

—Bueno, una lastima por ti. —DJ rio burlonamente, haciendo girar un destornillador entre sus dedos—. Diría que me quedaría contigo, peroooo… tengo una cita, Tomiichi se quedará contigo, bye~. —Le guiñó un ojo y se fue casi corriendo.

—Yo me voy. —Tomiichi, sin siquiera mirarlo, con la vista fija en un libro de astronomía, se marchó probablemente para leer en la azotea.

Gen suspiró, decidiendo ir a sentarse en un parque, ya que nunca le gustó mucho encerrarse entre un par de paredes… a menos que fuera con señoritas hermosas, claro~.

Se sentó en una banca y su cerebro de inmediato comenzó a planear estrategias para sus próximos tratados y manipulación de peces gordos, pero luego sintió que le dolían las sienes y decidió mejor recostarse contra el respaldo de la banca y tratar de no pensar en nada.

"Relajarme, ¿eh?... ¿Cuándo fue la última que pude hacerlo?"

Era curioso, en la época moderna siempre buscaba excusas para divertirse y relajarse, e incluso en ese mundo de piedra intentaba hacer que todos se relajaran lo más posible, pero ya estaba tan acostumbrado a la explotación laboral que ni se había dado cuenta que él mismo casi nunca se tomaba un tiempo para no pensar en nada…

—Quizás yo también deba agendar una cita con el psicólogo para asegurarme de que mi mente esté en orden…

—Mi mamá es experta en mentes —dijo una vocecita infantil, hablando en japones, por lo que Gen abrió los ojos y se enderezó, volteando con curiosidad para ver a un niño pequeño abrazado a un extremo de la banca.

—Oh, hola, pequeñín~. —Ya experimentado en tratar con niños, Gen lo saludó alegremente—. ¿Quieres ver un truco de magia?~

—Eh… claro. —Se sentó en la banca y Gen le mostró sus manos al derecho y al revés, mostrando que no tenía nada allí, para luego hacer un rápido movimiento y, con un aplauso, revelar un pequeño robot de juguete entre sus palmas—. ¡WOW!

—Para ti~. —Le dio el robot y palmó su cabello negro, antes de mirar alrededor con curiosidad—. ¿Y tus padres?~ —preguntó curioso, ya que el niñito tenía como tres años.

—Mi mamá estaba buscandot… buscando a alguien, y me dejó con una amiga suya, pero ella se encontró con un conocido y se pusieron a discutir, así que me escape.

—Bueno, bueno, eso puede ser peligroso~, ¿qué tal si buscamos a tu mami primero, eh?~

—Ok. —Se bajó de la banca, jugueteando con el robot de juguete, y Gen también se puso en pie, estremeciéndose un poco cuando el niñito se aferró a la manga de su kimono—. Debe estar adentro del hotel.

—De acuerdo… ¿Y cómo te llamas?~

—¡Soy Elioth! Y tú eres Gen.

—¿Oh?~ —Gen alzó una ceja—. ¿Me conoces?...

Miró curioso al niño, de forma más analítica, notando que, de hecho, le parecía levemente familiar…

De hecho… le recordaba a alguien… Alguien en quien prefería no pensar…

—Mi mamá habla mucho de ti.

—Hmm… —Gen apartó la mirada, pensativo.

¿Podría ser que…? No, era demasiada coincidencia… ¿cierto?...

—Bueno, solo… te llevaré con el equipo de seguridad del hotel, ellos te llevarán con tu mami, ¿de acuerdo?~

—¡Ok! ¿Y te quedas conmigo? —Lo miró con ojos brillantes y Gen lloriqueó internamente, sabiendo que sería incapaz de decirle que no.

—Muy bien… solo hasta que tu mami venga por ti… —Después de todo, era imposible que fuera la persona en la que estaba pensando… ¿verdad?

Podría preguntarle al niño, pero prefirió solo quedarse junto a él en el área de seguridad y mostrarle más trucos de magia mientras los de seguridad buscaban a la madre.

Finalmente, los de seguridad llegaron con la madre, y Gen por un momento no quiso levantar la mirada.

—¡Mami! —Elioth corrió con su mamá, y Gen se mantuvo con la mirada fija en el techo.

Si se iba ahora sin decir nada, entonces no era ella, así que…

—Hola, pretty boy. —Al escuchar esa voz con acento francés, Gen tomó aire, para luego fingir la más grande de sus sonrisas y voltear rápidamente, alzando los brazos.

—¡Hola, hola, Elise-chan! ¡Pero qué sorpresa!~ ¡Cuánto tiempo sin vernos! Y vaya~ ¿Elioth-chan es tu hijo? ¡Que niño tan adorable! ¡Muchas felicidades!~

Ella lo miró en silencio, muy fijamente, como siempre lo hizo, casi como si no hubiera pasado el tiempo… casi como si él de verdad le importara.

—Es bueno verte cara a cara… —Ella se le acercó varios pasos, con su niño en sus brazos, mirándolo fijamente—. Me enteré que estabas por aquí y… pensé en venir a saludar.

—Vaya~, que alegría~, siempre es bueno ver caras del pasado~. ¡Y tu hijito es muy adorable!~ Fue un placer ayudarlo a reencontrarse contigo, dulce Elise-chan~.

Ella se le quedó mirando fijamente, con su rostro ruborizado, antes de carraspear y apartar la mirada.

—Gracias por ayudarlo, mi amiga me llamó para decirle que se escapó de ella, así que me alivió saber que estaba con un viejo amigo.

Gen entrecerró los ojos, mirando de reojo al pequeño Elioth, que se parecía mucho a su madre, pero… tenía rasgos asiáticos… aunque sabía que Elise tenía cierto gusto por los hombres asiáticos, pero…

—Y dime, Elise-chan… ¿desde hace cuánto despertaste en este nuevo mundo de piedra que está luchando por volver a su antigua gloria tecnológica?~

—¿Cinco o seis años, será? Tal vez menos. —Encogió los hombros—. ¿Por qué no me das tu número? Sería bueno volver a pasar un tiempo juntos algún día. —Lo miró coquetamente.

Gen apartó la mirada, pero… para ser honesto, la idea era tentadora… además, eso podría ayudarlo a descifrar si lo que acababa de decirle sobre su tiempo despetrificada era cierto o no, si ese niño era quien él pensaba o no…

—Bien, claro, nunca rechazaría a una francesa tan linda como tú~. —Tomó su mano y dejó varios besos en el dorso, viendo con diversión la cara roja de Elise, que incluso aunque nunca lo hubiera querido como él la quiso siempre se mostró innegablemente atraída a él, y él tampoco iba a negarse a algo de buena diversión con ella si podía.

¿Qué? No estaba hecho de piedra… No desde hace muchos años, al menos.

Intercambió números con Elise y luego se despidieron, y Gen decidió volver a la habitación de hotel para intentar relajarse un poco o al menos dormir, porque estaba seguro de que su mente no iba a dejar de atormentarlo con esa ex amante que casi se vuelve en su primera relación formal, de no ser porque ella se alejó de él…

Je, Gen podía lograr que cualquier pareja se uniera, no importa lo terco, anti-romance, despistado, insensible o desesperado que fuera su objetivo, siempre unía a las parejas perfectas… pero era una lástima que él nunca pudiera tener a nadie.

.

Senku se sentó frente al psicólogo con rostro resignado.

—Es un honor conocerte, Senku. —El psicólogo sonrió amablemente, sentándose relajado en su asiento—. Dime Sheen, espero que nos llevemos bien.

—Sí… Acabemos con esto. —Se recostó contra el respaldo del sillón.

—Bien, Gen me advirtió un par de cosas sobre ti… —murmuró, a lo que Senku se estremeció—. Para empezar, quiero que sepas que lo que digas aquí nunca lo sabrá ninguna otra persona, este es un espacio seguro en el que puedes decir lo que quieras y eso no hará que nadie piense menos de ti ni te vea débil. Quisiera que sientas la confianza para hablar conmigo y sepas que yo no puedo ayudarte en lo absoluto si tú no me lo permites, yo no soy un mago, a diferencia de Gen. —Soltó una breve carcajada—. Yo no puedo hacer magia para arreglar tu vida, solo puedo darte herramientas para que seas tú quien tome las decisiones que te ayuden a avanzar.

Senku bufó, ya habiendo anticipado ese tipo de discurso.

—Sí, sí, estoy dispuesto a colaborar… Mira, todos piensan que me quedó una especie de trauma por perderme en el mar con mi familia y mis amigos y… y posiblemente tengan razón. —Hizo una mueca—. No, definitivamente la tienen, y sé que no debería sentirme mal por lo que pasó, pero ella pudo morir ahí y si no es mi responsabilidad protegerla ¿entonces de quién es? Kohaku estaba petrificada, obviamente es mi culpa. Y obviamente eso me hace sentir mal, es inevitable, es lógico, no descubrieron ningún Santo Grial por deducirlo.

Sheen asintió, con rostro pensativo.

—Puedo ver que eso te hace sentir mal, ¿hay alguna otra cosa que te haga sentir mal?

Senku bufó otra vez.

"¿Qué me hace sentir mal? Pff. ¿Por dónde empiezo?"

—Bien, vamos con la bomba de traumas emocionales. —Rascó su oído con fastidio—. Vamos en orden cronológico… No contesté a las llamadas de mi padre cuando fue al espacio, odié estar solo seis meses antes de que Taiju despertara, no supe manejar la situación con Tsukasa, envié a Taiju y Yuzuriha a una misión increíblemente peligrosa y a ella la hice trabajar en una misión infernal, puse en peligro a Kohaku, a Chrome, a Ginro, a Suika, a Kaseki, a Kinro, metí a toda una aldea que había estado viviendo pacíficamente en un enorme problema, puse muchas vidas en peligro, cree armas de fuego, engañe y le mentí a muchas personas, fui ingenuo e insuficiente para muchas situaciones que me superaron, perdí recursos invaluables, no llegué a tiempo para impedir un intento de asesinato, casi logró que me maten y rematen a Tsukasa, pero luego… je, yo mismo lo maté. Y luego…

Sheen lo miró sorprendido por la cantidad de cosas que estaba diciendo por su propia voluntad, pero no perdió tiempo en anotar incesantemente en su libreta, prestándole atención al mismo tiempo que escribía.

Senku siguió hablando y hablando con rostro completamente carente de emociones, solo dando algunas sonrisas sarcásticas de vez en cuando.

—Y luego la cereza del pastel: embarazo adolescente… y postapocalíptico. Y estar borracho fue solo una excusa, yo sabía exactamente lo que estaba haciendo. Y solo porque no quise reconocerlo deje a Kohaku sin cuidados en el primer trimestre, haciendo mierdas peligrosas y toxicas. —Al recordar eso, frotó sus sienes—. ¿Quién manda a una embarazada a aplicar grava en las calles? Pues yo, el otro procreador de dicho embarazo. Sin mencionar sus entrenamientos peligrosos… Luego me enteré y… fui bastante distante con ella, no hice las cosas tan bien como pude haberlo hecho, y apenas y sí sentí a la bebé dentro del vientre, me arrepiento de eso. Y luego… e-el parto… —Su voz tembló.

Sheen esperó en silencio mientras lo veía luchar por encontrar las palabras adecuadas.

—El parto fue… un desastre. Kohaku casi muere, y yo no estuve lo suficientemente preparado, pude haber hecho las cosas mejores. Y luego estuve renuente a cargar a mi propia hija, y… fui un pésimo padre y un pésimo esposo y luego abandoné a mi hija y mandé a mi esposa a casi ser asesinada por un depravado enfermo que casi abusa sexualmente de ella… y estuve muy tentado a matar a alguien… y… —Tomó aire, tomándose unos segundos para recomponerse—. En fin, luego puse en peligro a más personas, casi arruino un par de vidas, seguí siendo un pésimo padre y esposo, abandoné a mi esposa y a mi hija por mucho más tiempo, forcé a mi tripulación a navegar por un curso infernal, casi hago que todos acaben masacrados, casi acabó muerto, hice algo que raya en la infidelidad por puro interés propio, secuestré a alguien, llevé a mis amigos a ser perseguidos por un grupo de militares elite armados que casi nos matan, casi… —continuó hablando y hablando y hablando.

Sheen lo miró atentamente, aún anotando, pero sin quitar la cara de sorpresa por lo mucho que estaba diciendo.

Senku continuó nombrando los horrores que hizo pasar a sus amigos, a la pobre Suika que siendo una niña pequeña tuvo que pasar años sola, el cómo tardó más de lo que quería en volver a ver a su esposa e hija, el cómo tuvo que tomar la decisión de dejar a su niña petrificada, el dolor que eso le causó a su esposa, luego el viaje a la luna y todos los muchos problemas que pasaron antes de por fin despetrificar a su hija, pero que incluso luego los problemas no se terminaron y pasó esa cosa horrible con el avión…

—En fin, creo que ya captaste el punto de que no soy un héroe como tanto están queriendo instalar. —Volvió a rascar su oído con el meñique.

—Lo que capte fue que tienes muchas cosas pesando en tu consciencia. —Lo miró con interés—. Y aunque me mencionaste muchos temas, no profundizaste en ninguno… —Antes de que pudiera seguir hablando, Senku gruñó profundamente.

—¿Vas a querer que profundice en todo eso, en serio?

—No hoy, vayamos poco a poco, haremos esto una vez por semana. —Rio tranquilamente—. Quiero que sepas que apreció mucho lo… increíblemente dispuesto que estás a colaborar. Gen me había dicho otra cosa, así que dime… ¿pasó algo que hiciera que cambies de opinión respecto a estas sesiones de terapia?

—Ajá, sí, pasa que estoy criando a un ser humano y ella necesita un padre funcional, así que si voy a cooperar en esto espero que rinda frutos y yo pueda volverme aunque sea un 0,01% mejor persona para hacer bien mi trabajo de padre, porque ya le he fallado demasiado, y quisiera romper ese ciclo de mala paternidad.

—Bueno, ya estás dispuesto a intentarlo, eso es el primer paso. —Sheen sonrió suavemente.

—Sí… supongo que sí… —Senku apartó la mirada.

—Tenemos mucho trabajo que hacer aquí, pero por ahora ya se nos está agotando el tiempo, así que te recomendaré unos cuantos ejercicios de autovaloración y espero que los implementes para la próxima semana.

—¿Ejercicios de autovaloración? —Lo miró con horror.

—Creo que necesitas recordar las cosas buenas que has hecho también. —Sonrió afablemente—. Será algo pequeño, lo prometo.

Aunque increíblemente incómodo, Senku accedió.

Ya había dicho que iba a hacer esto, así que lo haría bien. O al menos lo intentaría…

.

Kohaku se sentó frente a Sheen con una mirada decidida.

—Bien, Kohaku-chan, quiero que sepas que este es un espacio seguro donde puedes decir lo que piensas libremente y nadie más lo sabrá —dijo después de presentarse—. Soy un profesional dedicado a escucharte y ayudarte a tener las herramientas necesarias para una optima salud mental. Eres una guerrera, ¿no? Parte de tu trabajo es tener una buena condición física. Bueno, parte de mi trabajo es escucharte y darte la confidencialidad y seguridad que mereces en este espacio. Quiero que entiendas bien eso.

—Oh, muy bien, aunque Gen más o menos me lo explicó… Ja, no lo entendí mucho, pero supongo que esto me lo deja más claro.

—Bien, me alegra. —Asintió—. Te veo muy decidida en esta primera sesión, ¿tienes algún objetivo en particular que quieras lograr con estas sesiones?

—Quiero… Quiero ser una buena madre para mi hija, y… quiero ayudar a mi esposo. —Cruzó los brazos bajo su pecho—. Con mi hija me guio mayormente por mis instintos, pero no siempre son suficientes, y temo no saber ayudarla cuando me necesite… Y con Senku es… mucho más difícil. Es fácil para mí quejarme de él y las cosas que en su momento hizo mal conmigo, pero él nunca se queja de lo que yo hago mal con él, no sé cómo hablarle, no sé cómo pedirle que sea más abierto conmigo, no sé qué hacer cuando veo las pesadillas que lo atormentan… y eso también me duele. Y… bueno, también siento que a veces tengo que decidir entre mi trabajo y mi familia, se supone que debería haber comenzado a trabajar a tiempo completo desde hace meses, pero no quiero alejarme de mi bebé… —Hizo pucheros.

Sheen asintió lentamente, anotando unas cosas en su libreta.

—Debo confesar que Gen me ha dicho que tú te preocupas mucho por tu familia, pero ahora quisiera preguntar… ¿qué tanto te preocupas por ti misma?

—¿Por mí misma? ¡Mucho! Siempre estoy regañando a Ruri-nee por no preocuparse por ella misma, pero yo no hago eso, siempre como bien, hago mis ejercicios, quiero aprender cosas nuevas y distintos ejercicios y paso tiempo con los que amo, pero Ruri-nee no sabe preocuparse por ella misma, por eso siempre debo estar cuidándola.

—Entiendo… Y ¿qué es algo en lo que has cuidado recientemente a tu hermana mayor?

—Pues… Se supone que tenía una cita con Chrome, pero papá no podía cuidar a Ruchiru, mi sobrino, porque estaba en la Isla del tesoro y había mal clima para que regresara, y casi cancela su cita porque no quería pedirme que yo lo cuide. Ja, por supuesto que cuando me enteré le dije que por supuesto que lo cuidaría, no importa que se suponía que debía trabajar en horario completo ese día.

—Muy bien, ¿y pudiste trabajar en horario completo al día siguiente?

—Eh… No, es que… Suika tenía un proyecto importante y estaba nerviosa así que fui a apoyarla…

—¿Y al día siguiente a ese…?

—No… Tsukiku se raspó las rodillas así que me quedé con ella…

—¿Y pudiste trabajar en horario completo en toda esa semana? ¿O ese mes?

—Fue este mes, y… no, aún no pude hacer un día completo, sigo trabajando solo media jornada, como dicen. —Hizo pucheros.

—¿Y tú quieres trabajar los días completos?

—¡Sí, me encantaría! Debo trabajar entrenando reclutas, es maravilloso, y si hay algún conflicto puedo proteger a la gente, y los reclutas siempre te piden consejos de qué hacer ante situaciones de peligro y es muy valioso enseñarles y saber que puedo entrenarlos para estar preparados y proteger a los ciudadanos. Amo ese trabajo, es genial.

—¿Y alguna vez has trabajado un día completo desde que lo tienes?

—No… E-es que debo cuidar a mi hija y… incluso cuando otro puede cuidarla, s-siempre surge algo, y estoy muy ocupada, siempre hay cosas que hacer y…

—¿No estarás preocupada de que tal vez que empieces a trabajar a tiempo completo significaría que empieces a pasar menos tiempo con tu hija? —Kohaku se quedó en blanco—. ¿Tal vez sientes que estás en una posición donde debes escoger entre tu familia y tu trabajo?

—E-eso… Yo… Eh… —Bajó la mirada.

Sheen sonrió pacientemente.

—¿Estás segura de que quieres trabajar a tiempo completo a esta altura?

—Yo… sé que podría esperar más tiempo, no nos falta recursos, obviamente, pero… —Tomó aire—. Me gusta el trabajo, pero… —Se mordió el labio—. Mi bebé me necesita… pero… P-pero…

—Puedo ver que estás en un dilema con eso. No es necesario que lo resuelvas ahora, ¿qué tal si hablamos de otra cosa? —Kohaku asintió tristemente—. Bien. ¿De qué quieres hablar?

—Bien… Si quisiera hablar sobre cómo podría ayudar a Senku. Sé que él siempre intenta aparentar que todo está bien, pero tengo el sueño ligero, y a veces me despierta cuando se revuelve en la cama por las pesadillas… A veces se calma cuando lo abrazó, pero a veces no… Y a veces en las mañanas lo notó muy tenso… Y cuando intento preguntarle por eso siempre dice que no recuerda si soñó algo, así que es inútil. —Bufó.

Sheen asintió, pensativo.

—Creo que tu esfuerzo en ayudarlo es muy valioso, pero a veces uno no puede resolver los problemas de sus seres queridos incluso aunque lo intente, menos si tu ser querido no te deja ayudarlo, pero para eso puede servir la ayuda profesional. Sin embargo, que no puedas resolverlo no quiere decir que no puedas apoyarlo en el proceso de sanarse, y quizás algún día él mismo te abra las puertas para que lo ayudes a mejorarse. Te recomendaría paciencia y acompañamiento. Hazle saber que tiene tu apoyo, pero sin presionarlo. Aunque creo que eso es lo que estás haciendo ahora, así que debo felicitarte.

—Ja… supongo que me falta más paciencia, me preocupa mucho, y sé que él quiere ser mejor para mí, así que… quiero ser mejor para él también.

Sheen asintió, sonriendo suavemente.

—Entiendo, en estas sesiones, intentaremos llegar a los objetivos que buscas, solo… necesitaremos algo de paciencia.

Kohaku bufó.

Ella era muy mala teniendo paciencia, pero por su familia estaba dispuesta a todo.

.

Cuando Kohaku regresó de terapia, Senku la estaba esperando en casa con Yuzuriha y Ruri probándole un vestidito blanco con falda estilo tutu, un par de moños grandes y mangas estilo princesa a Tsukiku.

Kohaku casi se derrite al verla y de inmediato corrió a besuquear su carita.

—¿No se ve preciosa? —Ruri juntó las manos con ternura.

—¡Es el vestido que usará la próxima semana! —exclamó Yuzuriha.

—¿Eh? ¿La próxima semana? —Kohaku pestañeó lentamente.

—La próxima semana nos casamos otra vez, leona. —Senku rio divertido.

—¡AAH, lo olvide! —Se llevó las manos a la cabeza.

—Hubiéramos querido más tiempo para planear más cosas bonitas para ustedes, pero es difícil que las agendas de todos coincidan y Senku dijo que no hará tres bodas. —Yuzuriha hizo pucheros.

—Absolutamente no, no soy tan ilógico como tú y el grandulón. —Su ceja tembló de solo pensarlo.

—Ja, sería divertido, pero ya me prometió las dos semanas de luna de miel así que no voy a quejarme. —Kohaku estaba muy contenta de que hubiera accedido a eso.

—Una semana en Okinawa con Tsukiku, y otra semana en Centroamérica solo nosotros dos. Por cierto, gracias por acceder a cuidarla una semana entera, Ruri. —Senku miró agradecido a su cuñada.

—No hay problema, debe ser mucho más fácil ahora que existen las videollamadas. —Acarició cariñosamente el cabello de su hija.

—Sí… fácil… —Kohaku se frotó los brazos ansiosamente.

—Ajá… —Senku tensó la mandíbula fuertemente.

Los dos miraron a Tsukiku jugando con los moños de su vestido, antes de lanzarse a abrazarla y mimarla, haciéndola reír.

—Ah… Eso les va a costar un poco. —Yuzuriha rio nerviosamente.

—Espero que no le cueste mucho a Tsukiku —susurró Ruri, preocupada.

—Estará bien, podrá jugar con Kinji, Ruchiru, Umi y Haishi, ya no es tan pequeñita como antes, le gusta jugar con otros niños y así se distraerá. —Yuzuriha sonrió para calmar la preocupación de Ruri, que recientemente se había vuelto muy amiga suya cuando montaron su tienda de modas juntas.

Al día siguiente, Senku y Kohaku estuvieron bastante metidos en cosas respectivas a la boda. Senku le había preguntado a Kohaku qué quería y qué no quería hacer, la prioridad para él era que ella tuviera la boda que merecía y él estaba dispuesto a tolerar todo, quería hacerla feliz.

Ella sentía curiosidad por cosas que había visto en otras bodas, quería un gran banquete y le parecían bonitas las decoraciones con flores, pero por lo demás no había sido muy exigente, muchos de los otros detalles los planearon Ruri y Yuzuriha, pero sí había cierto detallito que Kohaku quería que no le hacía mucha gracia a Senku…

—De todas las cosas que podrías haberme pedido con esto… ¿la que eliges es bailar?

Ella sonrió con culpa al ver su mueca reticente.

—Lo siento, pero me gusta mucho bailar, y nunca he podido bailar contigo…

—Bueno, algunos llaman baile a lo que hacemos en la cama… —Sonrió descaradamente, gimoteando cuando ella le jaló la oreja.

—Dijiste que podía pedir lo que sea para la boda… —Hizo pucheros, acomodándose mejor en la cama, moviendo un poco a Tsukiku dormida para que soltara su pecho.

—Sí, lo sé… —Suspiró, resignado—. Lo voy a hacer, solo… no me culpes cuando haga el ridículo frente a todos.

—Ja, no puedes ser tan malo. —Rio divertida—. ¿Por qué no practicamos, si tanto te preocupa?

—No me preocupa, solo… Bien, practiquemos.

—¡Bien, hagámoslo ahora!

—¿Ahora?

—Tsukiku se durmió hace un buen rato, ya sabes que ya no se despierta cada par de horas como cuando era más pequeñita, vamos a la habitación de al lado y practiquemos, así ella no nos escuchará, pero nosotros la escucharemos si se llega a despertar.

Senku la miró con una ceja en alto, antes de suspirar y asentir.

—Bien, hagámoslo.

Se alejaron cuidadosamente de Tsukiku y se bajaron de la cama, cuidando no despertarla.

—¿No se caerá, verdad? —preguntó Senku, dudoso.

—Senku, vallaste la cama y alfombraste los alrededores. —Kohaku lo miró secamente.

—Pero ahora es más grande, si se despierta y quiere bajarse se caerá…

—Si se despierta nos llamará, Senku, no te preocupes por dejarla sola en la cama mientras estamos en la habitación de al lado, si sigues así no sobreviviremos a nuestra luna de miel. —Rio divertida, aunque luego hizo una mueca—. Aunque… si quieres, podemos descartar la semana solos, podemos llevarla las dos semanas con nosotros y estar solo en Okinawa.

—Bien, bien, lo resistiré, para probarte que puedo aguantar estar lejos de ella, porque de verdad quiero esa semana solos. —La tomó de la cintura repentinamente, pegando sus pelvis—. Y si tú de verdad quieres tu baile, entonces lo tendrás.

—Ja… el baile suena bien… pero ahora me dieron ganas de otra cosa… —Lo tomó del cuello de la pijama y lo arrastró al cuarto de al lado pero para tirarlo a la cama.

Fue tres días después que Senku tuvo la fuerza de voluntad para detenerla a medio camino al otro cuarto mientras lo arrastraba del cuello de la camisa, rompiendo el beso y colocando un dedo sobre sus labios antes de que pudiera besarlo de nuevo como el día anterior.

—Mira, no es que no me encante nuestras escapadas de los últimos días, pero no hemos practicado nada y la boda es en dos días, así que…

—Ah, sí. —Rio, dejando un beso en su dedo antes de apartarlo, tomar su muñeca y llevarlo ahora de la muñeca al cuarto.

Una vez allí, lo hizo tomar su cintura con una mano, ella colocó una mano en su hombro, y luego unieron sus manos libres.

—¿Tú sabes bailar vals? —preguntó Senku con una ceja en alto.

—El padre de Yuzuriha nos enseñó a Suika y a mí en la segunda boda de ella y Taiju. Es una lástima no tener música ahora…

—Siempre puedes cantar para mí. —Le sonrió burlonamente.

—Ja, podrías cantarme tú, ¿o eso solo está reservado para Tsukiku? —Ella le sonrió con aún más burla y él gruñó por lo bajo.

—Como le digas eso a alguien pediré el divorcio…

—¡Ja! No lo haría, pero muy bien, tarareare algo. —Rio, antes de comenzar a tararear la canción de Lillian.

—Eh, aún no me dijiste qué hacer… —protestó, pero ella sonrió y apoyó la cabeza en su hombro, jalándolo bruscamente para que siguiera su paso cuando comenzó a moverse—. ¿No crees que disfrutas demasiado de esto, leona? —gruñó por lo bajo.

Ella solo se rio, antes de seguir tarareando.

Senku rodó los ojos, siguiendo su ritmo muy a regañadientes, intentando recordar algunas películas cursis que su padre y Yuzuriha lo obligaron a ver de joven.

Forzadamente, con algunas pisadas y movimientos bruscos, finalmente lograron un baile más o menos decente luego de un largo rato intentando, y Kohaku se mostró tan complacida que lo besó y… acabaron en la cama de nuevo.

Bien, con esa practica fue suficiente, o como siguieran así llegarían a la boda con ojeras.

.

Finalmente, el viernes veintiuno de noviembre de 5755 llegó, el día de la segunda boda de Senku y Kohaku.

Kohaku marchó al altar enfundada en un vestido blanco perla, de mangas caídas que dejaba al descubierto sus hombros, un gran lazo alrededor de su cintura, falda larga hasta los tobillos con corte línea A, con pliegues al final de falda y un gran moño tras la cintura, con el velo largo adornando los lados de su rostro y una corona de pequeños diamantes al frente.

Ella sonreía felizmente, cargando un ramo de gerberas rojas, tomada del brazo de su padre.

Senku la esperaba frente al altar, con un smoking negro, camisa blanca y corbata verde, con su cabello medianamente caído y extrañamente peinado hacia un costado, sus dos mechones echados hacia un costado también, pero aun sobre su frente.

Él sonreía suavemente al verla marchar hacia él.

Ruri iba a presidir la boda, ya estaba en su puesto con una biblia en las manos por insistencia de la esposa de Ukyo, Ami, aunque ella no sabía bien para qué era ese libro.

Kohaku llegó junto a Senku y Kokuyo fue a sentarse casi llorando.

—Querido reino científico —Ruri sonrió con ojos aguados, intentando controlarse para no llorar de alegría por su querida hermana—, estamos aquí reunidos para celebrar… una vez más, la unión de Ishigami Senku e Ishigami Kohaku. Senku y Kohaku se conocieron a sus dieciséis años, y ahora, a sus veinticinco años, con una hermosa hijita, han tomado la decisión de volver a escogerse, y elegir celebrar su amor en compañía de sus amigos y su familia. Después de mucho insistirles, accedieron a presentar sus (breves) votos. Senku, tú primero.

—Bien, bien, lo que sea. —Rascó su oído con el meñique—. Bueno, esto realmente es más un circo para entretener a los invitados, porque esa leona ya sabe lo que siento por ella, pero en fin… aprovecharé este momento para disculparme por haber hecho las cosas mal antes, y prometer que intentaré hacer las cosas bien desde ahora. Todos saben que mi hija es lo más importante para mí, pero espero que todos igualmente tengan muy en claro que mi esposa también ocupa ese podio. Luego está la ciencia, y luego todos y todo lo demás. —Rio brevemente.

Kohaku sonrió, luchando por contener las lágrimas.

—Kohaku, tu turno. —Ruri la miró amorosamente.

—Y-yo… Estoy muy feliz de estar aquí, con mi familia y mis amigos, todos los que amó y con los que he compartido tanto… Y sé que todo es gracias a Senku, porque él llegó a mi vida no solo para salvar la vida de mi hermana, no solo para mejorar la vida de la aldea, sino para mostrarme todo un mundo desconocido y maravilloso que nunca podría haber siquiera soñado… Me lo dio todo… me dio lo más importante, a mi hija, y no podría estar más feliz de haberte conocido… no podría estar más feliz que tú seas mi esposo y el padre de mi hija… Gracias, Senku… —Una sola lágrima de felicidad escapó de sus ojos.

Él bajó la mirada, sus ojos cerrados y una sonrisa suave en sus labios.

No dijo nada, pero eso no impidió que todos supieran que estaba conmovido por las palabras de su esposa. Muchos de los invitados lloriquearon, la misma Ruri tuvo que secarse los ojos con un pañuelo antes de continuar.

—Ahora… la presentación de los anillos.

Por la alfombra blanca hasta el altar llegó Suika, también secando sus ojos con un pañuelo, medio inclinada para tomar la manito de Tsukiku, que tenía atados a su muñeca en un lazo los anillos de sus padres.

Ella usaba el vestido que le habían probado antes, y además tenía su cabello suelto (le llegaba hasta los hombros ahora) levemente rizado, con una corona de princesa en la cabeza.

Senku y Kohaku sonrieron tiernamente al ver a su bebé acercarse a ellos con los anillos, más cuando ella parecía tan emocionada de verlos y empezó a caminar más rápido, apurando a la pobre Suika que debía apresurarse aún encorvada para no soltarla, aunque ella solo se reía ante la prisa de la pequeñita.

Finalmente, Tsukiku llegó con ellos y Kohaku de inmediato la alzó en sus brazos, besuqueando su frente amorosamente, mientras que Senku desató los anillos riendo.

Después de acariciar cariñosamente la mejilla de su hija, Senku le pidió a Suika cargarla y le entregó a Kohaku el anillo que debía colocarle a él mientras Suika llevaba a Tsukiku rápidamente con Francois para que no protestara.

Senku tomó la mano de Kohaku primero y le colocó el anillo, luego ella hizo lo mismo con él. Eran los mismos anillos de antes, pero cada uno había grabado un mensaje en el anillo.

En el anillo de Kohaku, Senku había escrito "52 – 95 – 8".

En el anillo de Senku, Kohaku había escrito "143".

Esa era la primera vez que veían las grabaciones desde que los habían mandado a grabar por Kaseki, y Kohaku ladeó la cabeza.

—¿Qué significa?...

—Telurio, americio y oxígeno —reveló Senku con una sonrisa divertida.

Ella pestañeó lentamente.

—¿Eh? Sigo sin entender.

—Debiste prestar atención cuando le leí sobre la tabla periódica a nuestra hija —se burló.

—¡No es justo, tú si entiendes la mía! —le reclamó, ya que había puesto eso porque debían poner algo corto y fácil de hacer para Kaseki que tenía mucho trabajo últimamente con los robots.

—Te digo luego. —Él solo rio misteriosamente, ahuecando su mano entre las suyas, efectivamente logrando calmarla.

—Muy bien. —Ruri rio divertida—. Ahora, si hay alguien que se opone a que esta pareja que se ama se una en matrimonio otra vez, mejor no diga nada, o yo misma les mostraré que la fuerza bruta de Kohaku viene de familia. —Sonrió dulcemente, dejando a todo el mundo boquiabierto, menos a su padre, que sonrió con orgullo.

—Veo que aprendiste del mejor a oficializar bodas. —Senku se rio abiertamente.

—¡Por supuesto! —Se carcajeo—. Ahora, yo los declaro marido y mujer. ¡Puedes besar a la novia!

Sin dudarlo ni un segundo, Senku tomó la cintura de Kohaku a la vez que ella tomó su nuca, y ambos se enfrascaron en un profundo beso mientras todos sus amigos y familiares celebraban con aplausos y ovaciones, Tsukiku misma aplaudió contenta al ver a todo el mundo tan feliz.

Apenas se separaron, los dos de inmediato fueron a cargar a su hija, y pronto todos salieron de la carpa gigante donde celebraban hacia afuera para tener la recepción al aire libre.

Ya estaba atardeciendo, así que encendieron las lámparas de papel de distintos colores, dándole un aire más mágico y bello a la noche que se cernía sobre ellos.

Todos festejaron y se acercaron a felicitar a la feliz pareja, Gen fue de los primeros en acercarse, acompañado de Ryusui y Sai.

—Saben, cuando quieran pueden agradecernos de todas las canas que nos sacaron en lograr juntarlos, par de tortolitos~ —se jactó Gen mientras Ryusui reía.

—Ja, agradece que no te matamos. —Kohaku lo miró con fingida molestia.

—¡JA, JA! Lo importante es que el amor sigue dando sus frutos. —Ryusui chasqueó los dedos—. Por cierto, ¿para cuándo el hermanito para Tsukihime-chan?

—Eh… nunca. —En eso Senku y Kohaku estaban de acuerdo.

—¡Nunca, nunca! ¡Nunca, nunca! —Tsukiku también parecía feliz con la decisión de sus padres, eso o solo estaba repitiendo palabras al azar como tanto le gustaba últimamente.

Ryusui y Gen hicieron pucheros.

—Por cierto, felicidades —dijo Sai para romper el momento incómodo que causó la indiscreción de su hermano.

—¡Gracias! Por cierto… —Kohaku miró alrededor—. ¿No has visto a Luna? Nunca confirmó su asistencia…

—¡Y-yo no lo sé! ¡¿Por qué me preguntas a mí?! ¡Yo no sé nada, nada! —Pareció entrar en pánico y se alejó corriendo agitando los brazos, dejando a los cuatro adultos muy extrañados y a la bebita riéndose imitando los movimientos alocados de sus brazos.

—¡SENKUUU! ¡Felicidades, otra vez! —Taiju llegó corriendo a querer taclearlo con un abrazo, pero Senku lo esquivó, mientras Yuzuriha también se acercaba con Kinji, riendo—. Hmm, por cierto, te lo devuelvo. —Le entregó la capsula con Whyman.

—Ah, sí, aunque las siguientes dos semanas lo dejaré en el laboratorio. —Rio mientras lo colgaba de su cintura.

—Why? —indagó el alíen.

—Bueno, ya sabes lo que son las vacaciones. Estaré una semana de vacaciones familiares, y una semana de vacaciones con mi esposa.

—Why?

—Resulta que al ser humano le gusta pasar tiempo con su familia —aclaró, riendo.

—Sí… —Taiju sonrió con ojos llorosos mientras lo veía.

En ese momento, Kokuyo se acercó llorando para abrazar a Kohaku, haciéndola llorar un poco cuando le mencionó lo orgullosa que estaría su madre si estuviera allí, a lo que Ruri se unió al abrazo, también llorando, mientras Senku y Chrome los miraban con sonrisas suaves. Gen, Ryusui, Taiju y Yuzuriha también lagrimearon un poco ante la escena.

—¿Por qué agua los humanos de ojos agua expulsan? Why? —indagó Whyman desde la cintura de Senku.

—El lazo que une a padres e hijos es especial… —dijo Gen con una sonrisa algo triste y anhelante de repente—. Ya lo habrás visto con Senku-chan y Tsukiku-chan, pero no aplica solo para los niños, va más allá de la edad o el tiempo, y logra conmover los corazones como nada más podría…

Al escuchar esas palabras, de repente Chrome se inclinó con pose pensativa, pareciendo estar haciendo uso de todas sus neuronas en ese momento.

—Conmover los corazones… Levantar ánimos… Como nada más podría…

Ruri le preguntó qué le pasaba, a lo que Chrome afirmó tener la chispa de una idea, algo que llamó de inmediato la atención de Senku.

—¿Podemos ir al laboratorio? —preguntó Chrome con una sonrisa.

—¡Ja, claro! —Kohaku ni lo dudó.

—Nah, viajamos dos horas para hacer la boda cerca de la aldea Ishigami porque todos los aldeanos querían asistir, no voy a tener a mi hija encerrada en un auto dos horas a esta hora de la noche ni aunque tengas la formula que resuelva todos los secretos del universo. —La ceja de Senku tembló ante la sola idea estúpida.

—Aah… ¿E-entonces me prestas a Whyman? —Chrome rio nerviosamente.

—Disfrútalo. —Senku le tendió la capsula.

Al ver la forma de Whyman, Chrome frunció el ceño, pensativo.

—La máquina del tiempo que estamos construyendo en el laboratorio… es mucho más grande que Whyman, entonces… ¿podríamos enviar algo allí?

Cuando dijo eso, Xeno de inmediato gruñó algo inentendible respecto a las limitaciones del controlador del campo de Higgs que controlaba Whyman o algo así, a lo que Senku decidió traducirlo.

—Dice que hay limitaciones de lo que podríamos enviar a viajar a través del tiempo… Solo podría ser una pieza de Whyman mismo o destellos del rayo petrificador… equivalentes a no más de una partícula atómica.

—¡WOW, NO ENTENDÍ NADA! —aseguró Taiju—. Pero ¿debe ser algo como que muy, muy, muy, muy, muy pequeño, cierto?

—Suena bastante inútil —murmuró Yo-kun, acercándose también.

—Podrías tener un buen punto. —Senku rio entre dientes.

—No del todo. —La Dra. Mironi rio divertida.

—Dijo que puede enviar ráfagas del rayo petrificador, y resulta que nuestros instrumentos pueden registrar los rastros de estas —comentó DJ, hablando con la boca llena por el banquete que se estaba sirviendo cerca.

—Por lo tanto, si una señal intermitente fuera mandada desde el futuro… —continuó Xeno, dejando la frase colgando, a lo que Gen decidió completarla al darse cuenta de lo que quería decir.

—¡Código morse!

—O sea, que es probable que alguien pueda mandar un mensaje hacia el pasado —concluyó Xeno, avivando todavía más la chispa de la idea que antes había surgido en Chrome.

—¡ESO ES! ¡Tengo un gran destello de inspiración! —gritó con todas sus fuerzas, casi tirando a Whyman, pero Ruchiru alcanzó a tomarlo entre sus manos, mirando mal a su padre por la torpeza.

—¡Todos aquí… no, toda la humanidad, debe tomar una decisión firme en esto! —afirmó Chrome con fuego en sus ojos—. ¡Una promesa! De que si alguna vez llegamos a completar la máquina del tiempo funcional… enviaremos un mensaje a nosotros mismos, ¡a los que estamos aquí! ¡Ahora! ¡Hoy! ¡Y si ese mensaje nos llega… sabremos que es posible! ¡Y apuesto que será una gran inspiración para todo el mundo!

—Eso… ya lo intenté yo cuando era niño —murmuró Senku, rascando su oído con una sonrisa divertida, mandando a Chrome a caerse de espaldas.

Sin embargo, Gen dio un paso al frente, con sus ojos suaves y… ¿esperanzados?

—Pero aun así… este ya no es como el mundo antiguo. La humanidad de esta nueva era posee una voluntad colectiva casi generosa, unida por la ciencia y la necesidad de salir adelante junta luego del desastre… Hemos heredado todo lo que teníamos a través de los siglos, y queremos dejar una herencia para las futuras generaciones… Así que algo así podría ser posible en este nuevo mundo… solo quizás… —Sonrió—. Titubeo en sugerir que revertirse a la época de piedra fue algo bueno, pero… hemos sabido aprovecharlo y seguir adelante, progresando paso a paso… ¿No es eso lo que siempre dices, Senku-chan?~ ¿No es ese el poder de la ciencia de la humanidad?~

Senku rio entre dientes, tomando a Whyman de las manos de Ruchiru y volviendo a colgarlo de su cintura.

—Sí, ese es el poder de la ciencia. —Alzó la vista al cielo nocturno—. Muy bien, probaremos la locura de Chrome… pero otro día. —Se acercó a una sorprendida Kohaku y le quitó a Tsukiku de los brazos, solo para dársela a Kokuyo—. Ahora… creo que te debo un baile, leona.

Kohaku lo miró sorprendida, antes de reír y tenderle su mano.

La fiesta continuó y, con un poco de dificultad y pisotones, Senku y Kohaku compartieron su primer baile, y ella incluso lo convenció de un segundo.

—Sabes… —murmuró ella de repente, con su cabeza apoyada en su hombro—. Por lo que dijo mi padre, pensé en que realmente me gustaría que mi madre estuviera aquí hoy… pero también pensé si será posible que alguna vez tu padre esté aquí… ¿Crees que sea posible? ¿Crees que la máquina del tiempo funcionará?... ¿Crees que podrá conocer a Tsukiku?...

Senku soltó su mano, solo para enterrarla en su cabello semi-recogido, a lo que ella envolvió los brazos alrededor de su cuello, mirándolo con curiosidad.

—No lo sé… pero espero que sí. —Unió sus frentes, sonriendo con cansancio.

.

La boda pasó, la luna de miel para Senku y Kohaku comenzó, efectivamente pasaron una semana con Tsukiku en Okinawa y luego la dejaron con Chrome y Ruri y se fueron a Centroamérica para pasar una semana solos. Fue algo difícil, pero las videollamadas ayudaban, y ambos decidieron aprovechar el tiempo a solas… y vaya que lo aprovecharon muy bien.

Después de eso, continuaron con sus vidas, siguieron con la terapia, siguieron con sus proyectos, y a la vez se prepararon para ejecutar la idea de Chrome, llegando a acuerdos con otros países y organizando todo.

Fue el día en el que recibirían el año nuevo (pasarían a estar en el 5756), donde prepararon todo para recibir el mensaje del futuro, coordinándose con otros países para transmitirlo en todas las televisiones, queriendo consolidar también de esa forma que ese sea un momento histórico e importante para toda la humanidad.

Aun así, era difícil de creer que pudiera ser posible… ¿realmente iban a recibir un mensaje del futuro, una confirmación de que los viajes en el tiempo al pasado eran posibles?

Colocaron todo un equipo de antenas y satélites en el lugar, tenían un detector de las partículas del rayo petrificador, y un convertidor que haría que el mensaje, sea inglés o japonés, fuera convertido de texto a voz en tiempo real.

Senku estaba algo apartado del resto, cerca de la antena principal.

Ruri estaba cerca de él, sosteniendo la mano de Ruchiru, mirando con orgullo a Chrome, hasta que notó el gesto nostálgico de su cuñado.

Al sentir la mirada de su cuñada, Senku sonrió, antes de decidirse a comentar una anécdota:

—Intenté este plan alocado hace mucho. Fue ahí cuando alguien me dijo… "Tienes que actuar para lograr algo. No sabes qué pasará hasta que lo intentes". Sí… Eso fue lo que ese cabeza de chorlito demasiado entusiasta me dijo…

Ruri sonrió, reconociendo esa frase llena de positivismo de una de las Cien Historias.

—¿No habrá sido… tu padre, Byakuya-san?

Senku rio entre dientes.

—Me preguntó cómo lo adivinaste… —murmuró sarcásticamente.

El amanecer comenzó a llegar, todo el mundo comenzó a emocionarse, Minami frente a las cámaras se preparó para la gran noticia, el sol comenzó a salir y…

Nada pasó.

Todos empezaron a deprimirse, Minami comenzó a sonreír penosamente frente a las cámaras, Xeno habló de las bajas posibilidades, pero… Senku alzó la vista, sujetando con fuerza la antena principal en su mano.

De repente, unos zumbidos comenzaron a escucharse.

Era la antena, captando algo.

¡La máquina estaba funcionando! Todos se dieron cuenta… de que estaban recibiendo un mensaje… ¡un verdadero mensaje del futuro!

El programa que creo Sai para convertir el texto a voz comenzó a escucharse por todas partes:

—Saludos… Habitantes del pasado… Mi… Nombre es… Ishigami Byakuya

Absolutamente todo el mundo fue consumido por la sorpresa.

¡¿Ishigami Byakuya?!

Los gritos, las mandíbulas desencajadas y las preguntas sin respuesta no tardaron en llegar.

—¡¿QUÉÉÉÉÉ?!

—¡¿Qué está pasando?!

—¡¿Cómo es posible?!

—¿Cómo puede el padre de Senku existir en el futuro?

—¡¿No había muerto hace muchos años?!

Ryusui calmó las inquietudes, afirmando que no había nada que temer, que más bien había que celebrar, porque acababan de obtener la certeza de que podrían construir una máquina del tiempo, esta era la prueba.

Senku mismo comenzó a emocionarse, sonriendo lleno de determinación y confusión, sudando, pero sin poder negar la intriga y adrenalina que le corría por el cuerpo.

¡Definitivamente esto era para emocionarse!

Volteó, viendo a Kohaku mirarlo intrigada, con Tsukiku abrazada a ella también mirándolo con sus ojitos llenos de curiosidad.

Senku la miró fijamente, antes de voltear para ver al sol comenzar a elevarse en el cielo.

Los ojos se le iluminaron mientras recuerdos de su padre llegaban como avalancha a su mente, y por primera vez sintió que el deseo de verlo otra vez no era una simple fantasía ingenua de su parte.

¿Acaso era posible…?

¿Podría cumplir el sueño imposible?

¿Vería una vez más a su padre después de creer que lo había perdido para siempre?

¿Lograría presentarle a su nieta… a Kohaku, a sus amigos… y contarle de todas las increíbles aventuras que vivió, contarle lo agradecido que estaba por todo lo que le dejó?

¿Tsukiku tendría a su abuelo vivo?

Y… ¿finalmente podría preguntarle a Byakuya si estaba orgulloso de él?

Continuará...

Holaaaaa :D

Ay, los caps de Baby Stone siempre me matan, son larguisimos x'D

Lo peor es q los disfruto lol

En fin, me imagino q ya todos han leído el spin-off así que no sé por qué me gasto en crear suspenso :v pero ya me estaba quedando muy largo así que meh XD

Por fin en el proximo cap ya se viene lo q tanto he esperado :'D

Quizás sea el final? No lo sé, creo que podría seguirle xD Estos últimos caps en general son más bien un epilogo gigante, así que no me molestaría seguir mientras les siga gustando el fic a ustedes TwT

Gracias a mi querido Aigamy por patrocinar este cap! Todas las gracias a él!

Muchas gracias también a los q apoyan el fic con sus comentarios QwQ Los amo muchito!~

Por cierto, recuerden que siempre pueden patrocinar o comisionar este u otros fics q les gusten si quieren apoyarme y ver más rapido las actualizaciones ;)

Bueno, espero traer el siguiente cap pronto! Me emociona mucho lo que sigue! *o* Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!