CAPÍTULO LXIV
SENTENCIA
Colándose a través de la ventana y posándose sobre el lugar vacío de su cama, la claridad de la mañana sorprendió a la aguamarina, que poco o nada pudo dormir.
"Por fin ha amanecido. Falta poco para que se haga la lectura", murmuró mientras se sentaba. Contemplando su vientre, sonrió débilmente al sentir a su hijo; "Espero y todo quede atrás y el día de mañana recordemos el día de hoy como un mal sueño"
De pronto el dulce aroma del desayuno se apoderó del alrededor, devolviéndole el apetito, pero lo que le devolvió la esperanza fue escuchar el pesado taconeo de aquellas botas.
"Es él, el coronel regresó", alegre dijo mientras dirigía sus pasos hacia el comedor, sin embargo su mundo volvió a desmoronarse al contemplar que se trataba de la castaña capitana.
"Buenos días", saludo.
"Buenos días", presa de esa maldita sensación de ahogó, Michiru se sentó a la mesa. "Por un momento pensé que..."
"Lo lamento... Me tomé el atrevimiento de cocinarle algo, espero y sea de su agrado", amable la capitana señaló, olvidándose de lo que su impecable uniforme representaba.
"Muchas gracias", Michiru expresó mientras le daba un bocado.
"Ella no parece lo que andan diciendo que es. Pero ¿El coronel será el padre de su hijo?"
"Capitana..."
Para interrumpir lo que la aguamarina estuvo a punto de decir, alguien llamó a la puerta, siendo Lita quien acudió a abrir para encontrarse con Fiódor y Mizuno.
"¿Cómo está?", cuestionó la cirujano.
"Triste, ahora está desayunando", confundida por los acontecimientos contestó.
"No hagas caso a los chismes que abundan. Solo nosotros tres y Mina conocemos el tipo de relación que el coronel sostiene con ella, voy a pedirte que por favor no..."
"No tienes que preocuparte, no diré nada", Lita contestó.
"Buenos días", apareciendo al encuentro saludo Michiru.
"En dos horas se hará la lectura, ¿Hay algún mensaje que desee que le entreguemos al coronel?", cuestionó la cirujano.
"Quiero ir con ustedes", la joven replicó.
"No creo que en tu estado sea conveniente, podría ser mortificante", respondió la peliazul.
"Lo sé, pero ya tomé la decisión y levantaré el reporte correspondiente, no me importa que tenga que encontrarme con ese sujeto. Todo sea para ayudar al coronel"
"Si ese es su deseo, entonces no podemos oponernos", Fiódor contestó.
(En la prisión)
Contemplándose en el espejo, el rubio se afeitaba.
"Falta una hora y media para que esta maldita operata termine", pensó.
De pronto la puerta se abrió, dando pasó al coronel Pavlov.
"Coronel, estoy aquí para guiarlo en todo lo necesario"
"¿Ese idiota estará presente?"
"Desconozco, pero sé que el tribunal estará conformado por cuatro coroneles, Feodorenko y Sokolov en representación del general Mikhailov y los coroneles Katin y Nikolayevich en representación nuestra. Confiemos en ellos"
"De acuerdo"
(Cerca de ahí)
Llegando al sintió indicado, la aguamarina se dirigió a la oficina donde podría levantar su reporte.
Fue así que acompañada por la cirujano, permanecía frente al capitán que haría las preguntas. Junto a él y detrás de una máquina de escribir, una joven sargento tomaría nota.
"Nombre, edad, estado civil y ocupación", sin mucho, por no decir que ningún interés, el sujeto comenzó.
"Me llamo Michiru K. Veinticinco años de edad. Soltera y soy profesora de preescolar", titubeante replicó.
"¿Motivo por el que desea levantar su queja?
"La noche del sábado, estando en la farmacia fui atacada por un oficial que estaba en estado de ebriedad. Por fortuna el coronel Haruka T. logró detener..."
"¿Conoce el nombre de su agresor?"
Michiru negó con la cabeza.
"Es hombre de Mikhailov", señaló la cirujano.
Ante sus palabras la sargento y él se vieron al rostro.
"Capitán Kozlov, murmuró la oficial.
"Desde que llegaron muchas han sido las denuncias en contra de ellos, la mayoría han sido por altercados con otros oficiales. Pero hasta ahora el casó más grave es el del coronel Haruka T."
Sin entender una sola palabra, la aguamarina veía a unos y a otros, intuyendo por el tono de sus voces que de algo muy delicado estaban hablando.
"¿Cuál es el agravante?",
"Conflicto de intereses, le llaman", el oficial contestó.
"¿Y qué no se supone que pertenecemos al mismo ejército y estamos regidos por las mismas leyes y sujetos al mismo castigo?. Además claramente estaba ebrio", Mizuno preguntó.
"Verá, se dice que Kozlov aunque es un simple capitán, es más que hombre de confianza de Mikhailov, son familia. Y como él siempre lo ha protegido, Kozlov cree que a dónde va puede hacer y deshacer a su antojo. Más de una ocasión ha sido transferido de unidad debido a su indisciplina"
"¿Qué hay de la autoridad del general Volkov?"
"Él no tuvo nada que ver en el arresto del coronel, todo es por mera presión de Mikhailov. Pero es más que obvió que Volkov no puede permitir que ese criminal se salga con la suya", el oficial dijo y luego observó a la aguamarina, contemplando su avanzado estado; "Espero y esto cambie las cosas"
"¿A qué se refiere?"
"A que estaba ebrio pese a la prohibición de alcohol, lo que agrava el hecho de que haya golpeado a una mujer embarazada"
"¿Pesa más la acusación de su ebriedad?", ofendida cuestionó Mizuno.
"Por lo que veo así parece... por favor revise que todo esté en orden y si es así, firme en esta parte", ordenó a lo que la aguamarina obedeció.
(Cerca de ahí)
Nerviosa ante la ausencia de la cirujano, Mina se encargaba de que todo en el hospital estuviera en orden.
"Mina, ¿Lo que escuche es verdad?", agitado por la carrera desde las granjas hasta la clínica, el pelinegro Armand se dirigió a ella.
"¿De nuevo tú?", desanimada masculló. "Vete, estoy muy ocupada y no puedo atenderte"
"¿Tengo que estar herido para que me des un minuto de tu tiempo"
"De nuevo te estás victimizando. ¿Cuándo vas a entender que el mundo es muy extenso y jamás va a girar alrededor de ti?"
"Entonces responde"
"Depende, ¿Qué escuchaste?", ella replicó.
"Llegué a trabajar y el coronel no estaba, me dijeron que el tuerto gordinflón está a cargo de todo. Así que aprovechando que él salió, vine a...", intentó decir.
"Se más respetuoso con el capitán Matveyev. Perdió el ojo en combate, es un milagro que esté vivo", nadie mejor que ella para reconocer su valor, si fue quien lo sacó de un tanque en llamas.
"Cómo sea, ¿Es verdad que el coronel fue arrestado la otra noche?"
"Si, para mala fortuna nuestra perdió los estribos y golpeó a uno de los hombres de Mikhailov"
Ante sus palabras Armand se llevó la mano a la sudorosa frente; "¡Vaya!, es increíble lo que el poder y la manipulación de una mujer puede llegar a hacer"
"¿A qué te refieres?", dirigiendo le una mirada poco amigable, Mina cuestionó.
"Que dicen que la pelea fue por una mujerzuela..."
La rubia frunció el entrecejo y molesta negó con la cabeza; "Sé más cuidadoso con lo que hablas. Las cosas no sucedieron como dicen, han sido los tuyos los que se han encargado de ir difamando al coronel para hacerlo parecer culpable de todo"
"Es lo que dicen, yo no tengo la culpa. Supongo que algo habrá de realidad. Además hablas como si hubieras sido testigo de ello"
"Hace mucho tiempo que lo conozco y si actuó de esa forma tan poco honrosa es porque ese sujeto se lo busco... el coronel debía actuar con mando, no dejarse arrastrar por ese imbécil. He ahí las terribles consecuencias", con evidente tono de preocupación murmuró.
De forma inquisidora Armand posó la mirada en ella, como buscando en la suya la respuesta a todas las preguntas que rondaban su cabeza, pero que no se atrevía a hacer, salvo una; "Dime, Mina... ¿Defiendes al coronel, o al hombre detrás del uniforme?"
Hay preguntas que por su naturaleza son difíciles y casi imposibles de responder, y esa sin duda para la alguna vez deidad lo fue.
Ante el silencio que prosiguió y la mueca que sé dibujó en el rostro de la mujer que amo, el pelinegro sonrió con malicia; "Lo sabía. Y ahora más que nunca no sabes como me alegra que ese imbécil esté ahí. Comprenderás que no puedo seguir bajo sus malditas órdenes, así que pediré que me transfieran"
La rubia apretó el puño; "Piensa lo que quieras, pero una cosa he de decirte. Hizo más él por mi que tú"
(En la prisión)
Y fue luego de ser conducidos a una de las salas, que Haruka en compañía del coronel Pavlov permanencia sentado frente a aquellos cuatro coroneles mientras que desesperado veía como con tortuosa lentitud los minutos transcurrían.
Ninguno hablaba, limitándose a observar y a revisar los documentos correspondientes.
(Afuera)
Luego de un corto viaje, Fiódor, Mizuno y Michiru arribaron, dirigiéndose al oficial que custodiaba la entrada.
"Venimos a la lectura de cargos del coronel Haruka T.", anunció el cirujano.
"¿Cuáles son sus nombres?"
"Capitana Mizuno"
"Capitan Fiódor Matveyev"
"Y usted, ¿Qué hace aquí?", viendo a la aguamarina preguntó.
"Viene con nosotros"
"Lo lamento, pero no puede pasar"
"¿Por qué no?", fue la pregunta obligada.
"Porque se trata de un tribunal militar, no uno civil y es por eso que no está abierto al público"
"Levantó un reporte, es la ofendida y testigo clave"
"Tiene que esperar aquí, si su presencia es requerida entonces podrá pasar"
"Deseo verlo", Michiru murmuró.
"Lo sé. Espera aquí, estarás bien", Mizuno expresó. "Tú, vigila que nadie se meta con ella"
"Como ordene, capitana", el oficial replicó.
No muy convencida la joven se sentó a la espera.
(Más allá)
La puerta del salón se abrió, dando paso a ambos capitanes, saludando al rubio desde la distancia.
Por su parte los cuatro coroneles consultaron el reloj.
"Coronel, le sugiero responder con entera responsabilidad a sus preguntas, cualquier otra cosa que diga puede agravar su situación", Pavlov expresó a lo que Haruka asintió.
El coronel Feodorenko, representante del general Mikhailov, dando una última lectura a los documentos tomó la palabra. "Coronel Haruka T. ¿Sabe por qué está ante nuestra presencia?
Haruka asintió; "Si, señor"
"Bien, según el reporte levantado por el capitán Kozlov, menciona que la noche del Sábado usted, abusando de la autoridad que representa, lo golpeó, provocándole múltiples heridas en la cara y el cuerpo y dejándole como resultado una fractura de mano. ¿Cómo se declara?", el coronel Nikolayevich, representante del general Volkov, preguntó.
"Debí romperle todos los huesos", el rubio replicó.
Ante su imprudencia Pavlov se aclaró la garganta y los cuatro sujetos se miraron entre sí, luego murmuraron algo que no Haruka no alcanzó a escuchar.
"Coronel T., veo que no es consciente de su situación, ¿Verdad?", el coronel Katin preguntó.
"Porque lo soy es que tengo todo el derecho de hablar"
"Por favor actúe con cautela, coronel", recomendó Pavlov.
"Sería tan amable de relatarnos los hechos", el coronel Sokolov pidió.
"La noche del sábado al ingresar a la farmacia escuche gritos de una mujer que pedía por ayuda y entonces vi a ese malnacido, que no solo estaba golpeándola, sino que pretendía consumar ese acto"
"¿Podría ser más específico?", Nikolayevich pidió.
Ante eso Haruka apretó el puño, arrugando su pantalón.
"Coronel, le recuerdo que no tenemos todo el día"
Haruka asintió; "Ese sujeto iba a abusar de ella"
"Si ese es el caso, ¿Por qué la civil no presentó el reporte correspondiente", Katin cuestionó.
"Era de noche y por la naturaleza de los golpes consideré que era más importante que la mujer recibiera atención médica urgente", replicó.
"Le recordamos que pudo haberlo arrestarlo en lugar de golpearlo, lo que le habría ahorrado todo esto", Sokolov señaló.
"Pude hacerlo, pero...", no pudo continuar, la ira volvió a embargarlo.
La puerta se abrió, dando paso a un teniente, quien a los cuatro oficiales les entregó un documento.
"La civil ha accedido a declarar", Nikolayevich señaló.
"No debe hacerlo", Haruka protestó.
"¿Por qué no?, coronel"
"¿Por qué rechaza la ayuda que con su testimonio pueda prestarle?"
"Porque deseo ahorrarle este maldito interrogatorio"
"Entonces díganos, coronel. ¿Qué su actuar no responde a intereses personales?", inquisidor Feodorenko cuestionó.
"Entonces dígame, ¿Usted permitiría que su mujer que está encinta sea humillada, golpeada y ultrajada solo para mantener en buen renombre su uniforme", molesto el rubio alzó la voz.
Ante su contestación el sujeto se aclaró la garganta, luego prosiguió; "¿Admite que mantiene una relación no solo sexual, sino sentimental con una civil?"
"Si, y no iba a permitir que la lastimaran"
Los cuatro hombres se miraron al rostro.
"El capitán Kozlov afirma que todo se trató de un malentendido y una transacción que salió mal", Katin señaló.
"¿A qué se refiere?", Haruka frunció el entrecejo.
"A que la mujer en cuestión accedió a acompañarlo y de último momento se rehusó"
"Esa es una vil mentira, pero de haber sido el caso, ¿Eso le daba derecho a someterla?"
"Debería tener más cuidado con quien se relaciona, coronel. Eso podría entorpecer su carrera militar"
"¿Entonces debí dejarlo continuar?, le recuerdo que una de las condiciones establecidas para que los hombres de Mikhailov visitaran la ciudad, era no molestar a los civiles. Además estaba ebrio y he de recordarles que existe cierta prohibición sobre el alcohol"
"Tengo una pregunta que hacerle, coronel, habría reaccionado de igual forma si la mujer en cuestión se hubiera tratado de cualquier otra civil?, Feodorenko atacó.
"Naturalmente. ¿Por qué no juzgan al capitán Kozlov?, ¿Es verdad que es sobrino del general Mikhailov?"
Katin y Nikolayevich se vieron al rostro, y es que tampoco estaban muy conformes con que el capitán no se hubiera presentado a dar su versión y a toda costa hicieran ver cómo único culpable al coronel.
Fue así que luego de deliberar durante una hora a puerta cerrada, regresaron para comunicarle la decisión tomada.
"Estábamos en toda la disposición de ayudarlo, pero debido a que usted se rehúsa a que la civil testifique en su defensa, hemos llegado a un veredicto"
"Dados los acontecimientos con sus agravantes y atenuantes, concluimos que sea puesto bajo arresto durante un periodo de quince días contando a partir de hoy"
"Maldición", Haruka se quejó.
"Además de que será degradado a comandante"
¿Y ese sujeto?, ¿Se va a quedar sin castigo?"
"Dejémoslo a nosotros y preocúpese por usted, comandante"
"Tranquilícese", recomendó Pavlov.
"No puedo sabiendo que ese infeliz podría tomar represalias en contra de ella. Además necesitó informarle de mi situación"
"Es una injusticia", Mizuno masculló.
"Más injusto será si ese sujeto se queda sin castigo", Fiódor expresó.
Y fue que siendo conducido de vuelta a su celda, Haruka pudo reunirse con Mizuno y Fiódor.
"Ella está afuera, desea mucho verlo", la cirujano expresó.
"No puede hacerlo. Ordenare que no la dejen pasar"
"Es lo mejor, coronel. Podría enfermarse"
"Ya escuchaste, ya no soy un coronel", furioso, pero no por eso replicó.
"Hablaré con el general Volkov al respecto, revisaremos la sentencia. Por favor confíen en nosotros", Pavlov dijo.
"La hora de visita terminó", un soldado anunció.
"¿Hay algún mensaje que quiera darle a ella?", Mizuno pregunto.
"Qué sea fuerte, que todo estará bien"
"Así se hará, coronel", ambos capitanes respondieron mientras hacían el debido saludo.
Fue así que escoltados ambos salieron al encuentro de la aguamarina.
"¿Y el coronel?, ¿De qué sirvió mi reporte?, estuve esperando que me llamarán a testificar y..."
Mizuno negó con la cabeza. "Él no permitió que te interrogaran"
"¿Por qué no?"
"Por la dureza de sus preguntas"
"Entonces dígame, ¿Van trasladarlo al Sur?", nerviosa preguntó.
"No, pero a partir de hoy estará bajo arresto durante quince días, además de que ha sido degradado a comandante"
"No, no pueden hacerle eso, él es inocente", rompiendo a llorar Michiru gimió.
Notas de autor;
Michelle; Dentro de lo que cabe y aún siendo injusta, a Haruka le fue bien con esa sentencia.
Kaiohmaru; Cuando más juntos se les puede ver, el destino se encarga de poner algo que los separe, pero no cambia lo que sienten. Queda ver quién se anima primero a dar el gran pasó.
Isavellcota; Por obvias razones Haruka no pudo seguir el debido protocolo, lo que lo puso en esa situación y dejando a ese miserable como única víctima (aparte de que siempre se ha valido de los favoritismos que le dio su superior), pero por supuesto que merece su castigo, no porque su tío le permita hacer y deshacer, significa que otros vayan a pasar por alto su indisciplina.
