La letra cursiva es para señalar que están hablando otro idioma.

"Entre comillas es para pensamientos".

"Si está entre comillas y cursiva es Lyla hablando".

es nota de autor. (Para aclarar cualquier pendejada que surja).

NOTA: No todos los capítulos tendrán parejas, algunos se centrarán en un único personaje con el respectivo tema.

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17 – MORDIDA

(Continuación del capítulo 5)

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Miguel OHara (α) x Hobart Brown (β)

Desde ese beso que le dio a Miguel en el laboratorio es como si su relación hubiera pasado cierto nivel, no es que Hobie tuviera un trato preferencial o le dieran menos misiones, tenía que seguirse esforzando como el resto.

Miguel seguía siendo su malhumorada existencia y poco emotivo en general, pero cuando estaban solos ellos dos – casi siempre en el laboratorio o en la plataforma que el latino usaba para monitorear todas las dimensiones - se volvía… receptivo.

Cuando Hobie se acercaba por su espalda acercando sus cuerpos, cuando pasaba sus brazos por la estrecha cintura y sus gruesos labios rozaban su hombro por encima del traje holográfico podía percibir el sutil estremecimiento en los músculos del mayor, el hombre no le rechazaba en ninguno de esos casos. No habían vuelto a besarse, aunque Hobie estaba muy seguro de que si lo volviera a intentar la respuesta de Miguel sería muy satisfactoria.

Lamentablemente el joven punk no tuvo oportunidad de probar su teoría, tuvo dificultades en su dimensión que lo mantuvieron lejos de la sociedad arácnida y por lo tanto lejos de Miguel. Fue casi tres semanas después cuando el adolescente pudo volver al cuartel.

Se encontró con la sorpresa de que OHara no estaba disponible, encerrado en su oficina a cal y canto, nadie tenía permitido pasar. Lyla dijo algo sobre que tenía que ver con su condición de alfa, no especificó mucho.

Al consultarle a Jess, logró sacarle a la mujer que era el tiempo de calor y por eso se aisló a sí mismo en su oficina, para su contención y la seguridad de los demás.

Hobie al ser un beta, según los estándares de las castas, no era consciente de la gravedad del asunto.

Es por eso que se coló en la oficina de Miguel, usando los ductos de ventilación, sorprendentemente era un área poco vigilada, a pesar de las habilidades de todos los arácnidos, suponía que no veían la necesidad de tener una vigilancia tan estricta dentro de la agencia dado que se supone que todos eran buenos samaritanos que obedecían las reglas.

Riéndose de sus propios pensamientos el adolescente terminó de adentrarse en la oscura oficina, el lugar tenía un aire cargado, su sentido arácnido vibró.

Hobie continuó su inspección por la enorme oficina, por lo general iluminada por las brillantes luces del alto techo, estaba casi en la oscuridad total, lo único que arrojaba algo de luz eran las pantallas de la plataforma que se mantenía en lo alto. Los poderes arácnidos eran variados y fortalecen el cuerpo del individuo, lamentablemente la visión nocturna no venía en el paquete de superpoderes del adolescente.

- ¿Miguel…?

El silencio se sentía demasiado pesado… el sentido arácnido de Brown volvió a vibrar, esta vez advirtiéndole del peligro, el ataque llegó demasiado rápido, no pudo esquivarlo, una mole de músculos le cayó encima, la fuerza del impacto le sacó el aire de los pulmones mientras afiladas garras se clavaron en sus brazos. Debido al fuerte golpe apenas pudo reaccionar a tiempo para poner sus brazos frente a su cuerpo como una barrera.

Hobie gruñó adolorido cuando afilados colmillos se clavaron en su antebrazo a través de su traje. Como si fuera un perro con la mandíbula trabada su atacante se quedó encima de él, el joven tuvo la oportunidad de detallar a su agresor.

- Miguel… - Jadeó Hobie. Incluso en la penumbra pudo reconocer la figura del mexicano y sus ojos rojos…con las pupilas tan dilatadas que parecían pozos negros, a pesar de estar en la oscuridad. Nunca lo había visto así, tan descontrolado, tan salvaje.

Los salvajes ojos parecieron enfocarse y el color rojo volvió a ellos.

- Hoffbarf. - dijo el mexicano al reconocer al joven bajo él, su voz saliendo distorsionada al tener sus dientes firmemente enterrados en el antebrazo del chico. Al reconocerlo sus ojos se agrandaron en horror, con mucho esfuerzo trató de abrir su mandíbula, Hobie escuchó sorprendido la fuerte quijada crujir y su brazo finalmente fue liberado.

- Ah…- gimió al sentir sus brazos también ser liberados. Para el joven no pasó desapercibido que Miguel estaba saboreando su sangre… lo más probable es que no fuera totalmente consciente de sus actos.

Su teoría fue confirmada cuando el hombre volvió a enfocarse, después de lamer sus labios, y mirarle enojado.

- ¿Qué demonios haces aquí? ¿Cómo siquiera entraste? – le gruñó, con gran esfuerzo conteniéndose, sus dientes estaban tan apretados que apenas se le entendían las palabras.

Hobie no era alguien que se arrepintiera de sus acciones, todo lo contrario, estaba orgulloso de ser un anarquista y causar caos a donde fuera, pero estando Miguel tan inestable tuvo la delicadeza de no hacerle enojar más, así que sumisamente señaló el ducto de ventilación por el que entró.

- Sal de aquí… ahora. – quiso levantarse del suelo para que Hobie pudiera marcharse, pero los fibrosos brazos del joven le rodearon el cuello. - ¡HOBART!

- Jess me dijo que estás en tu fase de celo. – dijo el moreno sin inmutarse, unos cuantos rasguños sangrantes no lo iban a espantar. – Quiero ayudarte.

- Esto no es un juego… Tienes que irte… - gruñó Miguel, apresó las muñecas del punk queriéndo quitárselo de encima. Sintió al joven anclando sus largas piernas alrededor de su cintura.

- ¿Es porque soy un beta? – soltó Brown.

– No tienes idea de lo que te estás metiendo…

- Estás ardiendo en deseo. – estrechó el agarre de sus piernas, juntando su cadera contra la de Miguel, de modo que pudo sentir el prominente bulto de su erección clavándose contra su pelvis. – Apenas puedes controlarte, todos tus músculos están tensos y sobre todo estás deseoso por clavar esos colmillos. – mientras hablaba Hobie acarició la boca de Miguel con la punta de sus dedos, la yema de su pulgar recorrió el afilado colmillo inferior, intencionalmente se pinchó el dedo, pasó el pulgar sangrante por la lengua del hombre haciéndole gemir de placer por el metálico sabor. – No pienso irme… - acercando a Miguel hacia su cuerpo habló sobre sus labios. – Puedes marcarme todo lo que quieras… soy tuyo.

Miguel estaba tan excitado, el deseo imponiéndose a la razón y Hobie ofreciéndose en bandeja de plata.

Cualquier razonamiento moral que pudiera tener Miguel fue acallado rápidamente, devoró los carnosos labios del joven. Con sus garras destrozó partes del traje arácnido, exponiendo el cuello, parte del estómago y el vientre, el pantalón fue arrancado de su cuerpo, lo único que quedó ileso fueron las botas.

Hobie se dejó hacer, el trato rudo no le molestaba para nada, en realidad le excitaba, jadeaba ante cada pieza de ropa arrancada de su cuerpo. Su erección frotándose contra el traje holográfico de Miguel. Un giro inesperado le tomó por sorpresa, Miguel lo clavó de cara contra el suelo, de rodillas con el culo al aire, todo el peso del musculoso cuerpo sobre su espalda dificultando su respiración, el duro pene del alfa se frotó entre sus nalgas poniéndolo nervioso, esperaba que no lo metiera sin ninguna preparación, había investigado un poco descubriendo que los omegas lubricaban como las mujeres de modo que la penetración fuera placentera de cualquier manera… él, siendo un beta, no tenía esa ventaja.

Sus pensamientos fueron cortados cuando los filosos colmillos volvieron a clavarse en su piel, esta vez en el área del cuello dejando una profunda marca de dientes que sangraba.

Miguel parecía deleitarse con su sabor, lamiendo la sangre que brotaba de sus heridas mientras el palpitante miembro seguía entre sus nalgas, frotando a todo lo largo de su hendidura, la goteante punta tentando el ano…

Hobbie pensaba que el alfa tan solo se contentaría con frotarse contra su culo cuando en un movimiento el pene se deslizó entre sus piernas, pasando a frotarse entre sus muslos y contra sus bolas. Respingando apretó las piernas, el delicioso movimiento lo estaba llevando al borde.

- M-Miguel…- una nueva mordida cortó sus palabras, los dientes dejando una nueva marca en la curvatura de su hombro.

- Un poco más. – gruñó el alfa contra el oído del menor.

Con unas cuantas embestidas más el alfa se corrió entre los muslos del menor, Hobbie prácticamente le siguió al sentir el espeso semen mojando sus piernas. Ni siquiera hubo penetración y Hobbie sentía que nunca había tenido un orgasmo tan intenso…

El celo de un alfa en verdad era algo de otro mundo.

•·••••• α • β • Ω ••••·••

Sinceramente… cambié de idea con este capítulo como tres veces, creo que por eso también me estanque. Quería que fuera algo oscuro y dramático, pero salió de esta manera.

Como hubo varios días de pausa siento que este capitulo no quedo como yo quería. Espero me perdonen.

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Tenemos diciembre a la vuelta de la esquina. y este omegacember esta inconcluso. Me propuse terminarlo asi que eso voy a hacer. Espero les guste.