¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
Probablemente vaya a acelerar el ritmo de la historia a partir de este capítulo en el sentido que los días pasaran más rápidos. Si no me fallan las cuentas aún faltan varios capítulos para que llegue el apocalipsis, pero aprovecharé esos momentos para desarrollar la relación y habilidades de los personajes al máximo.
Como no hubo ninguna review, iremos directamente hacia el capítulo.
¡Disfruta!
El timbre resonó sobre toda la Academia Fujimi, indicando el inicio del receso.
La primera hora había pasado realmente rápido para Saeko y Takashi, quienes estuvieron abrazados gran parte de ese tiempo. Ahora se encontraban sentados uno al lado del otro, el ambiente triste logró quedar en el olvido, y eso se veía reflejado en el rostro mucho más calmado de Takashi.
"Creo que necesitamos movernos. Usaran el gimnasio en esta hora." Saeko se levantó y le extendió la mano, un gesto que Takashi no tardó en aceptar.
"Lo sé. Deberíamos ir a la azotea, seguro Hirano debe estar preocupado porque me fui sin decir una palabra." Declaró el joven cuando se puso de pie, frotándose los ojos una última vez para asegurarse que las lagrimas no se notaran en su rostro.
"Aunque no he hablado mucho con él, parece un buen chico." Comentó Saeko cuando comenzó a trepar la ventana.
Para suerte de Takashi, ella era la única estudiante que usaba faldas largas, por lo que era imposible ver algo intimo por accidente.
"Bueno, creo que no es su culpa. Cuando nos conocimos entablamos una amistad casi de inmediato." Takashi la tomó de las piernas y la colocó sobre su espalda para que pudiera trepar con más facilidad. "Diría que el problema eres tú. Con la fama que tienes y lo bella que eres casi nadie se atreve a hablar contigo." Takashi no pudo evitar bajar su cabeza tras pensar en esas palabras.
"De hecho, debe ser realmente difícil ser ella…" Pensó el joven con cierta preocupación mientras veía como su amiga lograba pasar hacia el otro lado. "Quiero decir, ¿Cuántas personas se acercaron a ella solo por ser hija de su padre?"
Saeko demostró su perfecto equilibrio cuando se paró sobre la ventana, para luego arrodillarse y extenderle la mano para ayudarlo a que suba.
"Tienes razón. Creo que por eso es que me interesé en ti." Esas palabras hicieron que Takashi la mirara con cierta confusión. "No te importa quien soy, y gracias a eso siento que nuestra amistad es fluida y sincera." Esas palabras hicieron que su amigo la mirara con ligera preocupación.
"Perdona que lo pregunte, pero, ¿Cuántas personas importantes tienes?" Takashi intentó hacer la pregunta de la manera menos sensible posible, aceptando la mano de la joven con la esperanza de trepar más rápido.
"Solo mi padre. He tenido amigas antes, pero no eran lo que yo pensaba. Quizás por eso es que también quería ayudarte, ya que pasé por algo parecido, aunque lo tuyo haya sido más doloroso." Ella no tuvo ningún tipo de problemas en responder, jalando la mano de Takashi con fuerza.
"Bueno, ahora ya también me tienes a mí." Respondió Takashi con una sonrisa, una respuesta que Saeko no esperaba.
Por algún motivo que desconocía ella se emocionó de más y terminó haciendo más fuerza de la necesaria. Eso desembocó en que ambos cayeran del otro lado de la ventana.
Saeko abrió lentamente sus ojos, y lo primero que vio fue el rostro de Takashi que brillaba con la luz del sol en su máximo apogeo.
Ambos habían caído en una posición un tanto comprometedora, ya que Takashi estaba encima de ella, tomando sus dos brazos con fuerza mientras que su rostros estaban muy, muy cerca.
Era como si él estuviera a punto de besarla.
Ese simple pensamiento cruzó por la mente de Saeko por un corto segundo.
Fue solo un segundo, pero fue suficiente para hacer que sus manos se apretaran un poco y que sus mejillas se calentaran.
"Bueno…me alegro no ser el único que cayó de trasero." Takashi comentó con ligera gracia, haciendo que el ambiente incomodo se rompiera de inmediato, ganándose una leve risa por parte de Saeko.
Aunque probablemente solo resultó incomoda para Takashi, ya que Saeko parecía estar disfrutando ese pequeño momento.
Eso se demostró cuando Takashi quiso ponerse de pie, ya que Saeko tomó sus brazos para que no se alejara. El protagonista no pudo evitar mirarla con ligera confusión tras esa acción, e incluso la misma Saeko parecía confundida de lo que había hecho.
Takashi malinterpretó las intenciones de su amiga y la ayudó a ponerse de pie junto con él, por lo que fue un tanto gracioso ver como Saeko se ruborizó aun más cuando ambos terminaron prácticamente con sus cuerpos pegados.
"Tenemos que movernos." Comentó Takashi con una sonrisa, recibiendo un torpe asentimiento por parte de Saeko.
Takashi tomó la delantera, dejando que su futura amante debatiera consigo misma sobre lo que le estaba pasando.
Ella se llevó una mano a sus mejillas sonrojadas con gran confusión. No podía entender la razón oculta detrás de que su cuerpo se haya sentido raro.
Saeko podría haber tenido cierto interés por algún hombre en el pasado, eso era una verdad irrefutable.
Pero era natural que ahora estuviera confundida, ya que el interés no es lo mismo que la atracción, y ella nunca se había sentido atraída por un hombre.
Nunca, hasta ahora.
CAPÍTULO 3: ¡LA AFICIÓN DE HIRANO!
176 días para la caída de Japón.
"Wow, me imaginaba que tus problemas iban dirigidos hacia ese punto, pero no sabía que podía ser tan malo. No sé que decir, solo…" Lo único que atinó a hacer Hirano fue apoyar una mano sobre el hombro de su amigo.
Saeko también estaba acompañando al dúo en la azotea, escuchando atentamente sin decir una palabra. Lo curioso es que Hirano era el único que parecía afectado tras lo escuchado, ya que Takashi le había contado la historia sin muchos problemas.
"No te preocupes. Fue doloroso, pero es un alivio impresionante poder compartir esto con ustedes." Takashi no dudó en responder con una sonrisa dentuda, revelando que sus palabras no eran falsas.
En ese momento fue cuando Hirano se dio cuenta de algo importante, y ese era el hecho de que Saeko llevaba su katana de madera y la mochila consigo, indicando que aún no había ido a clases. Eso fue más que suficiente para saber que ambos estuvieron juntos durante toda esta hora. El gordito le entregó una leve sonrisa a la mujer, quien le respondió con el mismo gesto, como si ambos estuvieron agradecidos de que el otro se haya preocupado por su amigo.
Pero sabiendo que Saeko había hecho gran parte del trabajo para que Takashi se sintiera mejor, Hirano no pudo evitar sentirse algo molesto consigo mismo por no acudir a su ayuda antes.
Por eso mismo es que se le ocurrió una idea estupenda, y lo demostró cuando se puso de pie repentinamente.
"¿Hirano?" Takashi le preguntó con muchas dudas, sintiendo que la reacción de su amigo fue exagerada.
"¡Hoy nos reuniremos en el parque de siempre! ¡Hace poco me llegó el equipo, y estoy seguro que todos vamos a distraernos y divertirnos!" Exclamó Hirano con mucha emoción.
"¿Todos?" Saeko se señaló con gran confusión tras escuchar las palabras del gordito, haciendo que este se pusiera nervioso de inmediato.
"Por supuesto, la gran señorita Busujima no está obligada a ir con nosotros. Solo fue una…"
"Iré." Saeko lo interrumpió, ganándose una grata sorpresa por parte de los dos hombres. "¿Pueden darme sus números para facilitar las cosas?" Hirano se puso rojo de inmediato ante la idea de intercambiar números con una mujer, tratándose nada más ni nada menos que la gran Saeko Busujima.
"Me parece excelente." A diferencia de su amigo, Takashi se mostró tan eficiente y relajado como siempre.
"Mierda, dejé mi celular nuevo en el aula y no recuerdo el número." La vergüenza de Hirano no se hizo esperar cuando frotó su cabello con una sonrisa nerviosa al mismo tiempo que salía corriendo de la azotea.
Tanto Saeko como Takashi se quedaron mirando en silencio como el gordito bajaba las escaleras a toda prisa en busca de su celular.
El timbre que resonó por los altavoces finalizaba el receso, indicando que Hirano no lograría cumplir su objetivo.
"Puedes darme su numero cuando estés con él." Comentó Saeko mientras le devolvía el celular a Takashi.
"De acuerdo." Takashi miró hacia la puerta abierta, esbozando una leve sonrisa. "Creo que aún le sigues generando algo de incomodidad con tu presencia." El castaño se burló al mismo tiempo que extendía su mano para ayudarla a levantarse.
"No te preocupes, ya estoy acostumbrada." Saeko aceptó la mano de Takashi, y se llevó una gran sorpresa cuando el joven la atrajo a él rápidamente para darle un fuerte abrazo.
"Muchas gracias por lo de hoy, en serio." Los ojos de Saeko se ensancharon un poco tras escuchar esas palabras.
El calor de Takashi y la gran cantidad de emociones que trasmitía con ese abrazo fuerte y reconfortante hicieron que la bella adolescente sonriera.
"Recuerda, siempre podrás venir a mi si tienes algún problema. No importa cuanto tiempo necesites, yo te lo daré todo." Saeko respondió el abrazo y ahuecó su rostro en el cuello de Takashi, haciendo que un tenue rubor decorara sus mejillas al percibir el reconfortante olor de su futuro amante.
"Lo sé. Quizás no sea el mejor ejemplo para decirlo, pero también puedes contar conmigo si algo te molesta." Saeko no pudo evitar apretar aun más su cuerpo contra el suyo tras escuchar esas palabras.
"No es necesario." El timbre volvió a escucharse una vez más, haciendo que ambos rompieran su abrazo.
"No quiero que faltes a otra clase por mi culpa." Takashi comentó con cierta seriedad, recibiendo un leve asentimiento por parte de su amiga.
"Pero antes de que te vayas…" Saeko se quitó una pulsera purpura y tomó las manos de Takashi para entregársela. "Si esas pesadillas vuelven a atormentarte, recuerda que siempre estaré cerca." Takashi tan solo observó con asombro como Saeko juntaba sus manos para que sostuviera la pulsera con fuerza.
Takashi observó en silencio como se marchaba de la azotea, aunque ella le entregó una última mirada antes de dejarlo.
"Por cierto, es mi favorita. Espero que no la pierdas." Concluyó la mujer con una hermosa sonrisa.
Esa sonrisa tan radiante hizo que los ojos de Takashi brillaran como nunca antes, observando como aquella mujer tan única y genial descendía por las escaleras a pasos apresurados.
Finalmente, un último pensamiento se cruzó por su mente.
"¿Quién hubiera pesando que existe una mujer tan perfecta como ella en esta academia?"
Tras esa frase tan contundente, Takashi volvió a la clase ante la sorpresa de todos en general, aunque los que más sorprendidas estaban era Saya y Rei.
Hirano tan solo le entregó una sonrisa. Él sabía que su amigo volvería.
Takashi llevó su mirada a sus dos amigos del pasado que le habían hecho tanto daño, quienes estaban sentados juntos mientras lo miraban con cierta perplejidad.
Las molestias crecientes en su corazón desaparecieron al instante en el momento que llevó su mano hacia su brazo, frotando la pulsera que recientemente le había obsequiado esa mujer tan perfecta y hermosa.
La simple idea de sentir como el disgusto abandonaba su cuerpo hizo que una sonrisa triunfal emergiera de su rostro.
El protagonista avanzó en silencio hacia su escritorio, pero antes hizo una pequeña parada cuando enfocó su mirada en Saya.
"Voy a cumplir mi promesa." Fue la simple respuesta de Takashi, y Saya le respondió a su manera cuando le devolvió la sonrisa.
Takashi no esperaba ninguna respuesta, por lo que simplemente cerró sus ojos y avanzó hasta su escritorio.
La sonrisa de Saya se ensanchó y el susurro fue escuchado por el protagonista:
"Pero ya la rompiste, idiota…"
Unas horas más tarde…
"Gracias por acompañarnos hoy. Tengo entendido que tu casa queda bastante lejos."
"No fue una molestia. Además, no tenía mucho que hacer hoy."
Takashi y Saeko se encontraban charlando bajo la sombra de uno de los tantos arboles del parque esperando al único hombre faltante.
Dicho hombre hizo acto de presencia con un atuendo bastante singular, haciendo que sus dos amigos se pusieran de pie mientras lo miraban con gran extrañeza.
"¿Qué sucede con ese traje?" Takashi fue quien hizo la pregunta, ya que era imposible pasar por alto ese chaleco antibalas naranja, sumado a las rodilleras rojas y demás agregados que lo hacían ver como un soldado de juguete.
"Este traje es lo que usaremos para divertirnos." Comentó Hirano con completa confianza cuando les arrojó dos grandes bolsos.
Saeko y Takashi abrieron los bolsos, y sus miradas volvieran a conectarse casi de inmediato, demostrando ligera sorpresa en ambos lados cuando sacaron un rifle de juguete.
"¿Tu deporte son las armas?" El primero que salió de su estupor fue Takashi, quien no pudo evitar observarlo con ojos ensanchados.
"No solo es un deporte, es mi vocación. Es mi afición." La seguridad que demostraba Hirano en su tono era sorprendente, ya que nunca antes se lo había visto orgulloso por algo.
"Lo entiendo, y parece divertido." Comentó Saeko, observando el rifle de juguete con detenimiento. "Pero, ¿es necesario utilizar la protección?" Las gafas de Hirano brillaron peligrosamente tras escuchar esa pregunta.
"Créeme que lo necesitaras." Fue su respuesta contundente cuando se colocó unas gafas especiales y retiraba una pistola de juguete desde su espalda.
"Hum, ¿no crees que es muy disparejo?" Takashi observó su gran rifle y la pequeña pistola de Hirano con cierta incertidumbre.
"Lo que importa es la habilidad. Ustedes necesitan las miras, yo ya he practicado tanto que soy prácticamente incapaz de fallar mi objetivo." Hirano volvió a demostrar su gran orgullo en el único tema que probablemente se sentía seguro de hablar.
"Si tu lo dices…" Takashi se inclinó de hombros mientras observaba su rifle con detenimiento.
Mientras tanto, Saeko no pudo evitar tener una extraña sensación tras escucharlos.
"Por alguna razón, siento que esa charla puede funcionar en varias medidas…" Pensó la mujer con gran confusión mientras observaba el gran rifle de Takashi y la muy pequeña pistola de Hirano.
Una vez que los tres estaban preparados, la diversión estaba a punto de comenzar.
O bueno…
Eso debería ser así, pero Saeko estaba teniendo "ciertos problemas" con su chaleco.
"Lo siento. Tomé mal las medidas, no pensé que tus… fueran tan…" Hirano no pudo terminar la frase, y solo necesitabas ver como incluso Takashi estaba ruborizado para saber la importancia de tal escena.
"Oye…" Saeko se mostró un tanto incomoda mientras intentaba ajustarse el chaleco, en donde se podía notar que su escote era visible debido a que dos botones de su blusa salieron disparados por no aguantar la presión. "¿Realmente es necesario llevar esto?"
Hirano no se le ocurrió otra mejor idea que mostrárselo directamente, y usó a Takashi como rata de laboratorio.
El pobre protagonista voló al suelo cuando una bala de goma impactó con fuerza sobre su pecho, haciendo que un silencio sepulcral se instalara en toda la zona.
Takashi no tardó en alzar su mirada, demostrando lo aturdido que estaba por lo que acababa de suceder.
"Santa mierda…" Fue lo único que se le ocurrió decir ante semejante situación bizarra.
"Podemos ajustar el aire si quieren que los tiros sean más livianos. Tiene un total de tres niveles." Comentó Hirano cuando señaló una pequeña ranura en su pistola que se dividía en tres espacios distintos.
"De hecho, creo que podría ser interesante dejarlo así." Comentó Takashi con cierta emoción, una emoción que pasó a segundo plano cuando un botón disparado a una velocidad extrema golpeó su frente de lleno.
"Lo siento." Saeko mostró su preocupación cuando se agachó frente a él.
Takashi se vio obligado a desviar su mirada tras notar el gran escote de su amiga, algo que también la hizo avergonzarse un poco cuando llevó ambas manos a su piel desnuda.
"Creo que antes de comenzar sería mejor enseñarles las posturas y las cosas básicas." Comentó Hirano, estando en una situación bastante similar a Takashi.
Y así fue como Takashi y Saeko comenzaron a practicar con rifles semiautomáticos con la gran ayuda y tutela de Hirano, por lo que el avance en un solo día fue realmente sorprendente.
Aunque sin duda lo que más impresionó a Hirano es que Takashi parecía tener cierta afinidad con las armas, incluso más que la misma Saeko, quien siempre era buena en todo aspecto. Aunque obviamente estaba realmente lejos de superar al maestro.
Las horas pasaron tan rápido como el entretenimiento, por lo que ya era momento de despedirse. De todas formas, Saeko fue a la casa de Takashi para ayudarlo un poco con el retraso académico que había acumulado.
En un principio, el protagonista parecía algo reacio a aceptar la ayuda de Saeko, pero ella finalmente lo convenció.
Las tutelas de su mayor funcionaron mejor que con Hirano, pero la realidad es que Takashi realmente apestaba con las materias prácticas, así que aún estaba en graves problemas si no mejoraba en las siguientes semanas.
Aún así, el joven agradeció toda la ayuda lo mejor que pudo.
Después de todo ese arduo trabajo, ambos por fin podían darse un descanso.
"¿Te gusta? No soy muy bueno cocinando…" Declaró Takashi mientras se frotaba el cabello con una sonrisa nerviosa.
Saeko terminó de sorber los fideos, entregándole una mirada silenciosa.
"No están mal, pero podrías haberme dejado a mi…"
"¡Ni hablar! ¡Eres mi invitada, y de alguna forma tenía que pagarte toda la ayuda que me has brindado!" Takashi exclamó con completa seriedad, haciendo que una leve sonrisa apareciera en el rostro de la joven.
"Gracias." Ella comentó para luego seguir comiendo.
Una vez que volvió a sorber sus fideos, Takashi observó como Saeko miraba los alrededores con mucha curiosidad. Era muy divertido verla de esa manera, especialmente porque aún tenía fideos colgando de su boca.
"¿Qué sucede?" Takashi captó al instante que algo estaba molestando a Saeko.
"¿Siempre comes solo?" Preguntó la mujer con mucha curiosidad.
"Mis padres siempre viajan por temas de trabajo. Estoy acostumbrado a vivir solo." Takashi no tuvo ningún problema en contestarle mientras continuaba comiendo.
Ese gesto dejó bien en claro que la ausencia de sus padres no le molestaba mucho. O quizás si lo hacía, pero ya estaba resignado a vivir de esta manera.
"En ese caso ya tenemos otro punto en común." Comentó Saeko, llamando la atención de Takashi. "Mi padre dirige una gran empresa deportiva en Estados Unidos, por lo que solo puedo verlo una vez al año." Esas palabras sorprendieron mucho a Takashi.
Aunque las circunstancias eran similares, lo cierto es que él podía ver a sus padres cada dos o tres semanas. Tener que soportar un año completo sin volver a verlos debe ser muy difícil.
Pero rápidamente se dio cuenta de que faltaba algo en la ecuación.
"¿Entonces vives con tu madre?" Preguntó Takashi, sintiendo que eso era lo más lógico.
Por ende, su sorpresa fue más que grande cuando vio como su amiga negó con la cabeza.
"Mi madre murió de cáncer cuando tenía 5 años."
"…"
"…"
"…"
Un silencio muy incomodo se presentó entre ellos tras semejante declaración.
"Lo siento, no sabía…" Takashi no pudo evitar bajar la mirada con gran remordimiento.
"No te preocupes, fue hace mucho y ya no me afecta." Comentó la joven con una leve sonrisa, algo que ayudó a aligerar el ambiente.
"Entonces, ¿estás sola durante todo el año?" Takashi intentó continuar con la conversación para que el momento incomodo se desvaneciera por completo.
Obviamente no había sido una pregunta muy inteligente, pero Saeko no pareció molestarse.
"Hace poco más de un año que mi padre se fue. Con el tiempo pude acostumbrarme, además él me llama casi todos los días."
"Ya veo…" Takashi se detuvo en su respuesta, pensando en algo con mucho detenimiento.
La decisión no tardó en llegar a sus ojos en el momento que alzó su mirada.
"¿No te gustaría quedarte a dormir?"
Saeko no se molestó en ocultar el gran asombro que sintió tras escuchar semejante propuesta.
"Pero no quiero molestar. Además…" Ella comentó cuando dejó los palillos sobre el tazón.
"No es ninguna molestia." Takashi la interrumpió, y los ojos de Saeko se ensancharon un poco al notar la mirada que le estaba entregando.
Eran una de esas miradas cubiertas de brillo y confianza que ella disfrutaba tanto.
"Conozco la sensación. Aunque digas que estás acostumbrada, la realidad es que es imposible adaptarse a la soledad." Saeko no tuvo otra opción más que bajar su mirada, ya que en el fondo sabía que él estaba en lo cierto. "Puedes dormir en el dormitorio de mis padres, estoy seguro que no les molestara." Concluyó, entregándole una media sonrisa.
Aun así, ese discurso no convenció a Saeko por completo.
"Pero…"
"No importa si necesitas 1 minuto, 1 hora, o toda la noche. Puedes quedarte el tiempo que quieras." Los ojos de Saeko se ensancharon al notar que esa frase era la que ella había compartido con Takashi esta mañana, con pequeñas modificaciones. "Además, es muy tarde y tu casa queda muy lejos." Agregó como una ocurrencia tardía, observando como su amiga bajaba la cabeza y pensaba en una respuesta.
"Muy bien, me quedaré hoy. Gracias por tu hospitalidad." Saeko no tardó mucho tiempo en responder, y su sonrisa radiante dejaba bien en claro que agradecía la preocupación.
Luego de hacer una limpieza general y jugar un rato en la consola, Takashi se encargó de indicarle cuál sería su habitación.
La noche transcurrió a un ritmo rápido, y el día siguiente esa muestra de gratitud se transformó en algo semanalmente rutinario entre ellos, aunque aún no lo supieran. Después de todo, Saeko iría todos los fines de semana siguientes para dormir en su casa.
Dos semanas pasaron, y la amistad de los tres amigos se profundizó aún más. Takashi y Saeko tenían una sinergia impresionante, mientras que Hirano compartía una gran cantidad de gustos con sus dos mejores amigos, aunque sin duda su logro más importante fue poder dirigirle la palabra a Saeko sin sentirse nervioso o avergonzado. Bueno, dependiendo de la situación aún podría costarle un poco.
En esas dos semanas se reunieron casi todos los días para jugar algo de beisbol o simplemente acompañaban la diversión de Hirano y su afición. Era impresionante ver como Takashi había mejorado tanto su puntería en tan solo dos semanas, pero Saeko no se quedaba atrás.
Otra cosa completamente diferente era cuando se trataba de los estudios, ya que, aunque Saeko sea extremadamente buena y responsable en ese ámbito, lo cierto es que no era muy buena enseñando este tipo de cosas. Especialmente cuando Takashi sacaba cualquier tipo de conversación cada cierto tiempo por su obvio aburrimiento, y ella no estaba para nada disgustada en seguirle el juego.
Después de todo, tenía una debilidad bastante clara con su mejor amigo que se estuvo profundizado al pasar de los días. No es que ella quiera permitirle todos los caprichos, más bien, ella también tenía sus propios caprichos y digamos que eran extremadamente similar a los de Takashi.
Esos caprichos eran intentar pasar gran parte del día junto a él para disfrutar el tiempo juntos lo máximo posible.
En resumidas cuentas, Takashi estaba recuperando el nivel en cuanto al beisbol y Hirano era quien más lo ayudaba respecto a eso gracias a su puntería sobrehumana. También encontró un nuevo tipo de entretenimiento en lo que casualmente era bueno, y casualmente era uno de los gustos principales de su nuevo mejor amigo.
Y, por último, pero sin dudas lo más importante…
"Soy una mierda en los estudios…" Pensó Takashi con un rostro pálido al notar que gran parte de los ejercicios de practica se encontraban mal.
"Wow, ni siquiera yo soy tan malo en estadísticas…" Comentó Hirano, un comentario que claramente hizo todo lo opuesto a ayudar.
"¡Muchas gracias por tus palabras de aliento!" Exclamó Takashi con clara indignación, ganándose una sonrisa nerviosa por parte de su mejor amigo.
"Habías mejorado un poco esta última semana. Pero ahora casi no noto mejoras." Saya habló, haciendo que ambos amigos se voltearan para ver a la pequeña adolescente que se encontraba sentada detrás de ellos. "Si sigues así, te quedaras estancado y correrás grandes riesgos de reprobar." Evidentemente, las palabras de su amiga tampoco sirvieron como apoyo.
"Hago lo que puedo, es realmente complicado. Especialmente con este tipo de materias…" Comentó Takashi con claro desaliento.
"No sería tan complicado si es que no hubieras abandonado tus estudios por tres meses." Declaró Saya con una mirada cortante, obligándolo a mirar hacia otro lado.
Mientras los tres amigos seguían discutiendo, o más bien, solo Takashi y Saya lo hacían, Rei observaba todo esto desde el asiento de su novio, ya que estaba sobre las piernas de éste mientras ambos comían en completo silencio.
Hisashi estaba mucho más centrado en disfrutar de su comida, pero Rei estaba mucho más enfocada en toda la discusión completamente unilateral que estaban teniendo Saya y Takashi.
Esto fue algo que no le agradó.
Eso era obvio, ya que Takashi no parecía ese hombre sombrío de hace un tiempo.
Ahora era un hombre completamente renovado.
Le hacia acordar a como era en el pasado, cuando ellos aún eran amigos.
Esos recuerdos hicieron que sus ojos se entrecerraran.
"¿Cómo es que pudo cambiar en tan poco tiempo?" Esa pregunta sin respuesta se estacionó sobre la preciosa pulsera que Takashi tenía en una de sus manos, como si ese pequeño objeto fuera la respuesta de todo.
De hecho, lo era.
Solo que ella aún no lo comprendía.
Ni siquiera Takashi lo hacía.
Ese sentimiento de inseguridad y desagrado hicieron que su odio hacia Takashi se profundizara aún más.
Pero…
¿Por qué lo odiaba?
Lo más seguro es que Takashi si estaba al tanto de eso, pero nunca se molestó en hablar con ella acerca de eso.
Después de todo, ya no eran amigos.
Ya no eran nada.
Los pensamientos de Rei se vieron interrumpidos cuando el timbre resonó una tercera vez, y justo en ese momento entró el profesor de la última clase del viernes.
El odio de Rei se profundizó a niveles desmedidos. Pero no era por Takashi.
Era por culpa de ese profesor que acababa de llegar.
"Buenos días a todos. Antes de ir al laboratorio, voy a tomar asistencia." Aclaró el hombre cuando alzó una libreta y se colocó los lentes.
"Koichi Shido…" Hisashi notó al instante la hostilidad presentada en el vocabulario de su novia.
Sus cejas se fruncieron y su rostro se puso serio, sabiendo que ella tenía unos grandes problemas con ese profesor.
Una vez que Koichi tomó asistencia, toda la clase 2-c se aventuraron hacia el laboratorio.
"Sabes, hace dos semanas que nadie me molesta. Me resulta realmente extraño…" Comentó Hirano por lo bajo, asegurándose de que Takashi sea el único que lo escuchara.
"Lo sé…" Fue la simple respuesta del protagonista, mirando en silencio como Eiji lo observaba de reojo ocasionalmente, al igual que las hermanas Mitakashi. "Creo que deberíamos agradecerle a nuestra querida amiga." Le susurró con cierta gracia en sus palabras, ganándose una sonrisa por parte de Hirano.
"Yo no estaría tan segura de eso." Saya se unió a la conversación, captando la atención de los dos jóvenes. "Es cierto que Busujima-san los está ayudando mucho. Pero la cura puede transformarse en algo peor que la enfermedad mientras más tiempo pase." Saya no pudo evitar fruncir el ceño tras sus palabras. "Por si no lo notaron, ahora no tienen solo la atención de ese rubio idiota y las gemelas con complejo de princesas." Hirano y Takashi observaron a su alrededor tras escuchar esas palabras.
No solo Eiji y las hermanas Mitakashi tenían un ojo sobre ellos.
Casi todo el mundo parecía tenerlos en la mira.
Gracias a ese hecho es que las siguientes palabras de Saya cobraron mucho más sentido:
"Ahora están en la boca de todo el mundo, y eso solo puede significar problemas."
El momento tenso que se había presentado se rompió cuando Koichi aplaudió una vez, llamando la atención de todos.
"Como les había comentado la semana pasada, hoy haremos un pequeño trabajo grupal. Yo elegiré los grupos, por lo que quiero que los mencionados se vayan organizando." El profesor se ajustó las gafas antes de comenzar a dictar los grupos.
Pero Takashi, Hirano y Saya no parecían estar muy centrados en eso. De hecho, toda su atención estaba enfocada en otra cosa.
"¿Cómo crees que puedan actuar?" Preguntó el gordito, decir que solo se encontraba tenso era un eufemismo.
"Seguro los idiotas solo piensan usar fuerza bruta. Tengan cuidado con las zorras, ya que harán cualquier cosa para hacerlos quedar mal. Especialmente contigo, Kota-san." El hecho de que Saya lo haya mencionado hizo que se pusiera aún más nervioso. "Si no estoy equivocada, tengo entendido que de declaraste a una de las hermanas Mitakashi el año pasado. Ellas creerán que pueden jugar contigo de alguna forma. Simplemente no se lo permitas."
"Pero, ¿por qué harían algo así?" Takashi preguntó con grandes dudas.
"Los idiotas y las zorras actúan como simios. Los simios siempre buscaran resaltar más que los demás mediante quien muestra más hombría, o quien es el que puede robar más." Saya se cruzó de brazos para hacer énfasis en sus siguientes palabras:
"En resumen, los hombres buscaran la manera violenta de alejarlos de Busujima, mientras que las mujeres intentaran alguna manera de hacerlos quedar mal para que la imagen de Busujima se vea afectada y ellas ganen más renombre."
"Sexto grupo: Takashi Komuro, Hirano Kohta, Saya Takagi y Rei Miyamoto."
Las palabras del profesor hicieron que el grupo volviera en sí, y el hecho de escuchar el último integrante tensó a todos.
Bueno, lo curioso era ver que en realidad Takashi no parecía verse afectado ante la mención de su antigua mejor amiga.
"¡¿Cómo?!" Obviamente, Rei no tardó en demostrar su disgusto cuando se acercó a Koichi a pasos apresurados. "¡¿Cómo pudiste emparejarme con él?! ¡Lo estás haciendo a propósito!" Gritó la adolescente con mucha furia cuando tomó de la camisa al hombre ante la mirada atónita de todos.
"Solo es una distribución equitativa. Kotha-san y Komuro-san no tienen buena clasificación, entonces lo mejor es emparejarlos con las dos mejores estudiantes de mi clase." Declaró Koichi con sus manos alzadas en defensa, aunque su sonrisa dejaba a entender que claramente no era una coincidencia.
"¡Pero si te encargaste de joder mis clasificaciones! ¡Es imposible que me encuentre entre las dos mejores!" Rei le gruño con mucha rabia, ganándose una sonrisa un tanto depravada por parte del hombre.
"¿Estás segura de eso? Quizás deberías revisar tus clasificaciones, ya que estoy seguro que eres la mejor de mi clase." Esas palabras tan solo hicieron que las manos de Rei se aferraran con aún más fuerza sobre la camisa del hombre.
"¿Qué está sucediendo?" Se preguntó Hirano con mucha incertidumbre e incluso confusión.
"Ni siquiera yo lo entiendo…" Respondió Saya con un tono que apoyaba su frase.
"Koichi…" Tanto Saya como Hirano voltearon su mirada hacia su amigo, quien tenía el ceño fruncido.
"Ese tipo no es trigo limpio…"
¡FINAL DEL CAPÍTULO!
Lamento la tardanza, han sido días realmente agitados y no he tenido mucho tiempo para escribir. Con suerte los días de ahora en adelante se regularizarán y entonces podré continuar actualizando sin problemas.
Como siempre digo, espero que hayas disfrutado este capítulo.
Con esto ya nos vamos acercando lentamente al final de este primer arco. Tengo pensado cerrarlo en un evento especial que está estrechamente vinculado al título de esta historia.
Para los que se pregunten cuanta duración tendrá, sinceramente no estoy muy seguro de eso. Puede que la cantidad de capítulos estará entre los 20 a 25, pueden ser más.
Sin nada más que aclarar, espero nos veamos pronto.
¡Muchas gracias por leer!
