¡Aquí me presento con el inicio de este nuevo arco!
Me gustaría agradecer a Lucario, quien se convirtió en un miembro reciente de mi Patre-on y gracias a él habrá un capítulo triple de esta historia. Para los que no lo saben, esto consiste en una secuencia de capítulos consecutivos cada tres días. Esto quiere decir que habrá un capítulo extra/nuevo dentro de tres días. Recuerda que puedes extender este límite de capítulos extras si te vuelves miembro de mi Patre-on por un dólar. Puedes buscarme como Jyanzein.
Antes de comenzar, voy a responder una reseña:
Bat Dragon: Nunca estuvo en mi mente el harem, desde el capítulo uno solo quise desarrollar un emparejamiento entre Takashi y Saeko. Respecto a Rei... pues, prefiero que lo leas por tu propia cuenta.
Aclarado esto, es momento de comenzar.
¡Disfruta!
Los pasos acelerados, la agitación, el sudor...
Todos eran claros indicativos sobre una cosa...
Miedo.
Un tipo de sentimiento al que Takashi no estaba familiarizado, y por eso es que su mente reaccionó acorde a su cuerpo.
Correr.
Correr no solo para salvarse a sí mismo, si no también a sus amigos.
Una vez que subió los últimos escalones, Takashi se aventuró por los pasillos vacíos a toda velocidad, la expresión de su rostro decía todo.
Una vez que llegó a su aula, Takashi no escatimó en su frenesí por lo que no dudó en abrir la puerta con una brusquedad impresionante, haciendo que todos lo miraran con suma confusión.
"¿Komuro-san?" El profesor indagó con mucha confusión, incluso la llegada tan abrupta y violenta hizo que se le cayera la tiza del susto.
Takashi no respondió, lo único que hizo fue encaminarse hacia su escritorio a paso ligero. El joven tomó el estuche en donde se encontraba su bate y la katana de madera.
"¡Rápido, tenemos que irnos!" Gritó un Takashi bastante exaltado cuando tomó de los brazos a Saya y Hirano, quienes lo observaron con bastante confusión.
"¡Oye, espera un segundo!" Exclamó la enana tetona con cierta inquietud al ser arrastrada por la gran fuerza que Takashi había adquirido gracias a los entrenamientos de Saeko.
"¿¡Pero qué demonios haces!?" Takashi volvió a recordar que Reí y él compartían curso cuando la escuchó gritar.
"¡Tenemos que irnos ahora!" Takashi ni siquiera se dignó a entregarle una respuesta decente.
Aunque no era porque se trataba de esa mujer. Si hubiera sido cualquier otro hubiera respondido de la misma manera, ya que no podía pensar con claridad.
Takashi arrastró a sus dos amigos, sin importar las quejas de estos, haciendo que Rei apretara los dientes con molestia y comenzara a seguirlos, algo que Hisashi imitó. Las hermanas Mitakashi decidieron seguirlos por simple curiosidad, mientras que los demás alumnos y el profesor solo se encontraban muy confundidos.
"¡Oye, detente!" Gritó Saya, encontrando la fuerza suficiente para separarse del agarre, algo que detuvo a Takashi, y, por ende, también a Hirano.
"Me estás asustando..." Las palabras del gordito hicieron que Takashi por fin reaccionara.
"Lo siento. Pero no hay tiempo." Takashi soltó a Hirano, quien se frotó el brazo con un poco de dolor.
"¿Podrías hacernos el favor de decirnos qué carajo está pasando?" La pregunta de Saya justo cayó cuando llegaron Rei y Hisashi junto con las hermanas Mitakashi.
"No hay tiempo, tenemos que buscar a Saeko." El tono de Takashi se notaba mucho más relajado, pero solo necesitabas ver su rostro para darte cuenta que no estaba ni cerca de eso.
"Hungg... ¡Muy bien, pero será mejor que nos des una buena explicación!" Exclamó Saya con los ojos cerrados y clara molestia mientras se frotaba la sien con ambas manos.
Takashi tan solo asintió, para comenzar a correr una vez más. En esta ocasión, Hirano y Saya lo siguieron con libertad, mientras que unos metros atrás eran seguidos por los demás.
_ COMIENZO DE ARCO - CAPÍTULO 10: ¡BIENVENIDO AL APOCALIPSIS! _
Saeko se encontraba sentada en su banco. Probablemente estaban hablando sobre la distribución del trabajo del evento de fin de ciclo, pero ella ni siquiera estaba prestando atención. Todo a su alrededor no eran más que murmullos, ya que su interés estaba volcado sobre la hoja en la cual se encontraba dibujando. Su mano estaba apoyada sobre su mejilla mientras que un rostro apático la dominaba. Esa misma expresión cambió un poco cuando sus dientes se apretaron ligeramente al igual que su mano, algo que casi quiebra el lápiz.
Ese momento de aparente reflexión fue roto cuando la puerta del aula fue abierta mediante un fuerte golpe. Su mirada se alzó y su rostro apático cambió a uno de sorpresa al ver que se trataba de Takashi, quien parecía estar buscándola con la mirada. Una vez que la encontró, el joven se aventuró rápidamente hacia ella y la tomó de la mano sin siquiera mediar palabras, arrastrándola en el acto.
La aparente locura del muchacho hizo que el cuaderno cayera al suelo, y gracias a eso se pudo ver que se estaba dibujando a ella y Takashi mientras entrenaban en un dojo, probablemente el que tenía pensando crear en Japón antes de recibir la noticia de su padre.
Todos los alumnos y el profesor ni siquiera dijeron algo, solo se limitaron a observar como Takashi agarraba la katana de madera de Saeko y la presionaba contra su pecho. La mujer quiso hablar, pero el protagonista la arrastró sin que pudiera decir una palabra ante la mirada inquieta de los demás.
Una vez que llegó fuera del aula por fin se detuvo, y Saeko mostró su confusión al ver la cantidad de gente que estaba reunida afuera.
"¿Ahora puedes decirnos qué es lo que estaba pasando?" Preguntó Saya con su mirada impasible.
"No sé cómo explicarlo. Van a creer que estoy loco, solo siganme y se los contaré en el camino..." Justo cuando se aventuraban hacia la salida, Rei y Hisashi se pusieron en su camino.
"¿Estás seguro que se trata de algo urgente? Por lo que veo, solo intentas coquetear con esa mujer." Rei escupió con veneno, para luego esbozar una sonrisa maliciosa. "¿Quizás van a divertirse una última vez ya que ella se va a vivir a Estados Unidos?" En esta ocasión, sus palabras no fueron enfocadas a Takashi, y Saeko se notó muy golpeada tras escuchar esas palabras.
"Rei, no es momento para esto..."
"Ella tiene razón." Las hermanas Mitakashi interrumpieron a Hisashi, ganándo la atención de todos. "Si Saeko-san se va a Estados Unidos, ¿por qué mejor no buscas comenzar una relación para olvidarla más rápido?" Una de las gemelas comentó, su sonrisa se volvió algo pícara.
"Sabes, hay muchas chicas que están interesadas por ti después de lo que hiciste en aquel video." La otra gemela completó la frase, su sonrisa era incluso aún más sucia.
Saeko podía sentir como cada centímetro de ella le dolía por lo que estaba escuchando. No sabía la razón, o simplemente no quería entenderlo, pero desde que Rei había dicho esas palabras su mal humor de la mañana se había transformado en un dolor punzante en su pecho que la estaba ahogando.
"¡NO HAY TIEMPO PARA ESTO!"
El grito de Takashi no solo sorprendió a todos, si no que despertó a Saeko de su pesadilla. Pero no había sido por el grito, si no por cómo se aferró a su mano con más fuerza.
Era como si su vida dependiera de ello, algo que la llenó de alegría, pero al mismo tiempo, fue algo que la confundió bastante.
Definitivamente este no era el Takashi de siempre.
Ese grito había llamado la atención de las aulas circundantes, por lo que ahora estaban siendo observados por todos.
"O-oye, tranquilízate un poco y vamos a hablar..." Hisashi habló con cierto nerviosismo, pero la charla fue interrumpida cuando los parlantes de la academia emitieron un fuerte pitido.
"Atención a todos los estudiantes."
Todos llevaron la mirada hacia los parlantes tras escuchar al director.
"Un incidente violento está ocurriendo en la academia en este momento."
Más de uno mostró gran desconcierto tras escuchar esas palabras.
"Todos los estudiantes deben seguir las instrucciones de sus profesores y evacuar."
Las diferentes aulas que se encontraban en armonía ahora estaban escuchando el mensaje en silencio.
"Repito. Un incidente violento en la escuela está ocurriendo en este momento."
"Ya se dieron cuenta." El comentario de Takashi hizo que todos fijaran la mirada en él.
"Todos los estudiantes deben seguir las instruc-"
Un fuerte golpe fue seguido de otro pitido como el inicial, aunque en esta ocasión fue tan fuerte que ensordeció un poco a todos.
"El despacho del director está en el segundo piso, no me digas que ya llegaron..." Comentó Takashi con un rostro bastante tenso.
"¿A quien te refieres? ¿Son asesinos o algo así? ¿Acaso los conoces?" Preguntó Hisashi con gran seriedad.
"No es eso, yo..." Takashi se quedó en silencio tras escuchar un pequeño grito proveniente del parlante.
"¡Ayudenme! ¡Detente!"
Los leves gritos de desesperación continuaban mientras todos escuchaban sin siquiera mover un músculo. El único que se movió fue Hirano, quien tomó la mano de Saya, ante la mirada silenciosa de ésta.
"¡Duele! ¡Duele!"
El alboroto comenzaba a escucharse con más fuerza a medida que todos los estudiantes lentamente se ponían de pie.
"¡Ayudenme! ¡Voy a morir! ¡No-NOOO AAAARRRRYYAAAAAGGGHH!"
Shizuka se despertó tras ese último grito, su mirada adormilada fue seguida de un silencio sepulcral.
Todos los estudiantes se encontraban de pie. Sus expresiones faciales lo decían todo.
No había otra cosa que no fuera horror.
Los profesores no se encontraban mucho mejor, quienes solo podían estar desconcertados y temerosos.
Pero si había algo en común, es que todos estaban paralizados.
Hasta que...
Ese silencio mortífero desapareció cuando un profesor dejó caer una tiza.
"¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHH!"
Los gritos de desesperación se escucharon en toda la academia. Todos salieron corriendo por los pasillos, y la sobrepoblación junto con en gran desorden hizo que muchos terminaran atropellados por todos, lo que les causaba la muerte. Esa misma gran multitud enloquecida hizo que Saya y Hirano fueran arrastrados hacia atrás, mientras que Takashi aún sostenía la mano de Saeko.
"¡Takashi!" La mujer gritó su nombre con gran preocupación, ya que podía sentir como sus manos se estaban separando lentamente por culpa del tumulto descontrolado de estudiantes.
Takashi tan solo pudo gruñir en el intento de mantenerse junto a ella, pero finalmente sus manos se separaron.
"¡Saeko!" Takashi logró agarrar su katana, pero poco después perdió su funda y eso hizo que se separaran.
Saeko observó con la mano extendida como su katana levantada se iba alejando más y más entre la multitud y los gritos desesperados hasta que simplemente no pudo verla más.
_ SALTO DE LÍNEA _
Academia Fujimi
El disturbio y los gritos desesperados no permitían oír otra cosa que no sea el terror de los estudiantes. Takashi estaba en medio de todo ese tumulto, siendo empujado y apretado como un saco de papas mientras hacía todo lo posible para sostener la katana en lo más alto para no cortar a nadie por accidente.
El protagonista observó de reojo como se acercaban rápidamente a las escaleras del piso inferior, provocando que una gran cantidad de gente rodará por las escaleras, algo que también le sucedió a él. Pero tuvo mucha más suerte que otros, ya que la cantidad de cuerpos aplastados y noqueados le permitió tener una caída suave, aunque eso no le quitó lo peligroso. Takashi se arrinconó contra el borde de las escaleras, recibiendo unos pocos pisotones o patadas de los estudiantes que corrían despavoridos, hasta que finalmente no sucedió nada más.
Los ojos de Takashi se abrieron poco a poco. El panorama desolador hizo que se pusiera de pie mientras observaba la gran cantidad de cadáveres que habían sido pisoteados en las escaleras.
"Tranquilo, Takashi." El joven cerró sus ojos, dando un largo suspiro para calmar su mente. "Pensaré sobre esto una vez que esté muy lejos de aquí." Pensó el protagonista, una leve mirada de dolor recorrió su rostro cuando intentó moverse.
Takashi bajó una de sus medias, observando cómo su tobillo estaba un poco hinchado.
"Me lo torcí cuando caí, pero creo que no es nada grave." Pensó el joven mientras tocaba la zona afectada.
Takashi inclinó su mirada hacia el frente, en donde vio como la katana había sido clavada en uno de los tantos cadáveres.
"Solo espero que no haya muerto por esto..." Comentó Takashi con cierta culpa mientras extraía la katana del pecho del hombre, quien era el profesor de educación física.
Takashi observó el panorama una vez más, antes de colocar la katana sobre su hombro y comenzar a caminar con cuidado por culpa de su tobillo.
"Espero que los demás estén bien..." Pensó Takashi con una preocupación que no podía ocultar, pero ese momento quedó en segundo plano al escuchar unos pasos provenientes de los pasillos exteriores de la academia que conectaban con los pasillos interiores.
"¡Takashi!" Exclamó Hisashi, quien se detuvo en el exterior junto con Rei.
"¿Ustedes dos están bien?" Preguntó el adolescente, acercándose a ellos con una leve cojera.
"Nosotros sí, ¿pero tú?" Preguntó Hisashi con una mirada preocupada.
"No te preocupes, solo me doble un poco el tobillo." Respondió Takashi, recomponiendose con cierta dificultad.
"¿Por qué esa katana está llena de sangre? Acaso tú..." Preguntó Rei un tanto alarmada al notar como el arma goteaba sangre.
"Fue un accidente. La horda de estudiantes me atrapó y me resultó imposible escapar." Takashi dio su punto, haciendo que Hisashi bajará un poco la mirada.
"Nosotros apenas pudimos escapar de la multitud. Por suerte nadie vino por estos pasillos." Comentó el antiguo amigo de Takashi.
"Hablando de tu accidente..." El ceño de Rei se profundizó notoriamente. "¿Cómo es que esa mujer va a traer una katana real a la escuela? ¿Acaso está loca?"
"No es momento para esto." Comentó Takashi, quien se tomó el rostro con cierta frustración.
"Takashi tiene razón. Gracias a eso ahora vamos a tener un arma muy buena con la que protegernos si algo pasa." Hisashi apoyó a su viejo amigo, haciendo que Rei mirara hacia otro lado.
"¡Muy bien, muy bien! ¡Lo entiendo!" Exclamó la joven con un poco de irritación. "¿Y ahora qué?" Esa irritación desapareció una vez hizo la pregunta.
"Lo primero es ir a la salida, necesitamos irnos antes de que..."
"¡AYUDAAAA!"
El discurso de Takashi fue interrumpido abruptamente por un grito. Los tres voltearon su rostros sorprendidos al ver como un estudiantes se metía en donde estaban ellos.
Pero no estaba solo.
"¡Ayudenme! ¡Quitenmelo de encima!" El estudiante estaba sacudiendo su mano con gran fuerza, ya que otro estudiante parecía estar devorando su mano.
Los tres se quedaron paralizados mientras observaban cómo el estudiante se agitaba con gran desesperación. Esa misma desesperación hizo que se tropezara contra las barandillas. Hisashi fue el primero en reaccionar y corrió para salvarlo, pero ya era demasiado tarde.
El estudiante cayó desde el tercer piso junto con su atacante, ante la vista de Hisashi, quien tan solo pudo observar con los ojos bien abiertos como chocaban contra el suelo y un sonido espantoso se creó por culpa de dicha colisión.
Lo único que pudo hacer Rei fue cubrirse la boca una vez que llegó a la barandilla, mientras que Takashi era sin duda el más tranquilo de los tres.
Era algo normal, ya que hace no mucho había vivido una experiencia similar.
"¿Pero qué le está pasando a la gente? Estoy segura que la persona que lo estaba mordiendo tenía la vestimenta de nuestra academia..." Comentó Rei, quien sintió como sus lágrimas amenazaban con rodar por sus mejillas.
"Espera un momento..." Hisashi llamó la atención de los dos, y los tres se sorprendieron inmensamente al ver como los dos estudiantes que deberían haber muerto ahora se ponían de pie como si no les hubiera pasado nada.
"¿Qué? ¿Cómo es posible que esos dos aún sigan vivos?" Se preguntó una Rei horrorizada al ver cómo caminaban con algunas costillas sobresaliendo de sus cuerpos.
"Dudo que estén vivos..." La respuesta de Takashi llamó la atención de los dos, quienes lo miraron sorprendidos.
"¿Cuanto sabes de esto?" Preguntó Hisashi.
"No más que ustedes." Fue la simple respuesta de Takashi.
"Oigan, creo que bajar no es una muy buena idea." Los dos hombres fijaron su mirada en Rei, quien se había alejado un poco de ellos. "Miren allí." Hisashi y Takashi se acercaron, y ambos se quedaron un poco impactados ante lo presenciado.
La entrada principal de la academia era un caos total.
Vidrios rotos, sangre por doquier, gritos, y una horda de estudiantes que estaban siendo devorados, convulsionando, o simplemente muertos. Los que corrieron mayor suerte lograron abrirse paso y llegar hasta la verja de salida, pero al estar cerrada solo podían trepar y allí es donde se les terminaba la suerte, ya que eran agarrados por otros estudiantes en mal estado que no tardaban en tratarlos como cena.
Unos pocos lograron sus objetivos, pero la gran mayoría de ellos se iban con un bocado de recuerdo.
"En ese caso deberíamos ir por el edificio administrativo..."
"No es buena idea." Takashi lo interrumpió. "Lo más probable es que muchos hayan pensado lo mismo."
"¿Entonces qué planeas?" Preguntó Rei, colocando ambas manos sobre su cintura.
"Lo mejor es esperar que todo se calme un poco. Luego iremos a por mis amigos y..."
"Lamento decírtelo, Takashi, pero lo más probable es que tus amigos estén..." Hisashi no terminó la frase, sintiendo algo de impotencia por todo lo que estaba sucediendo.
"No te preocupes." Tanto Rei como Hisashi se sorprendieron al notar la sonrisa de Takashi. "Ellos saben cuidarse muy bien."
"Si tu lo dices..." Rei sacó su celular, navegando por sus contactos. "Volviendo al tema principal, creo que es buena idea quedarnos y esperar. Lo más seguro es que vendrá ayuda dentro de..." Rei se quedó en silencio, algo que confundió a los dos hombres.
"¿Qué sucede?" Preguntó Takashi al notar como los ojos de Rei comenzaban a temblar.
"No-no puede ser..." Su tono de voz se escuchó muy angustiada. "Todas las líneas están ocupadas..." Rei dejó caer su celular, simplemente le resultaba imposible asimilar lo que estaba sucediendo.
"Eso quiere decir que esperar ayuda externa tampoco es un plan..." Comentó Hisashi con el ceño fruncido.
"¿Eso quiere decir que toda la ciudad está jodida?" Pensó Takashi mientras observaba hacia afuera de los muros, aunque no podía ver mucho. "Por suerte mis padres están en el extrangero. Pero no puedo decir lo mismo de ellos..." Concluyó, un ápice de lástima recayó sobre sus hombros al ver como Rei intentaba ocultar su tristeza.
"Aún así, creo que deberíamos hacer lo que Takashi propuso." Comentó Hisashi, haciendo que Rei saliera de su pequeño mundo de desesperación.
"Tienes razón." Rei asintió, para luego fijar su mirada en Takashi. "¿Tienes algún lugar en mente?"
"La azotea. Nadie irá a molestar allí." La respuesta de Takashi dejó con algo de dudas a Hisashi.
"¿Estás seguro? Recuerda que en el último piso se encuentra el salón del comité disciplinario. Lo más seguro es que muchos hayan ido allí por las armas y cosas confiscadas..."
"Lo sé." Takashi lo interrumpió. "Por eso iremos por las escaleras de protección de incendio." Los dos asintieron ante su idea, y comenzaron a caminar hacia su objetivo.
Hisashi quiso ayudarlo a caminar, pero Takashi se negó con la cabeza.
La travesía no fue muy larga, ya que los pasillos exteriores lo condujeron hasta el cuarto piso sin problemas y allí hicieron un pequeño salto para subirse a las escaleras auxiliares. Takashi se detuvo un corto segundo en aquel lugar, ya que allí fue donde siempre se quedaba a lamentarse y pensar en que se había equivocado. Rei le preguntó qué estaba haciendo, a lo que Takashi tan solo guardó silencio y siguió a sus dos ex amigos.
Llegaron al quinto piso. Todo estaba resultando sencillo para el gusto de los tres.
Demasiado sencillo...
Hisashi sintió como una gota de sangre cayó sobre su mejilla, por lo que no tardó en alzar la mirada. Sus ojos se ensancharon como pocas veces antes, y eso alarmó tanto a Takashi como a Rei. Ambos no tardaron en seguir su mirada, y la sorpresa fue igual de grande al ver que un cadáver estaba justo arriba de ellos.
Los tres subieron las escaleras con gran cautela, y esa cautela se transformó en shock al ver de quien se trataba.
O más bien, de quienes se trataba.
"Son las hermanas Mitakashi..." Hisashi comentó por lo bajo, viendo como una de las hermanas estaba devorando el estómago de la otra.
Rei no pudo soportar lo que estaba viendo, por lo que no tardó en apoyarse en la barandilla y vomitar todo lo que tenía dentro. Esto alertó al zombi, quien desenterró su rostro del gran hueco que tenía el abdomen de su hermana.
El zombi se levantó con una rapidez increible. Hisashi se tensó, pero el zombi pasó de largo y fue directo a Rei, quien apenas se estaba recuperando, por lo que solo pudo observar con horror.
"¡KYYYYAAAAAA!"
Rei gritó con mucho miedo, pero antes de que pudiera siquiera tocarla, Takashi reaccionó a tiempo con una fuerte patada que la tiró abajo.
"¿Estás bien?" Takashi colocó una mano sobre su hombro para calmarla, haciendo que los ojos de Rei se abrieran.
Un notorio rubor apareció en sus mejillas, a lo que solo pudo asentir torpemente.
"¡Mitakashi-san!" Exclamó Hisashi, viendo como la gemela que estaba siendo devorada se sentaba lentamente.
"¿Cómo...?" Fue lo único que salió de los labios de Rei, observando como Hisashi la intentaba ayudar para que se pusiera de pie.
Los ojos preocupados de Hisashi se ensancharon un poco cuando la gemela alzó el rostro, mostrando unos ojos blancos sin vida.
"¡HISASHI, CUIDADO!"
Takashi reaccionó rápido para clavarle la katana y empujarla lejos, hasta finalmente tirarla por la barandilla. El joven comenzó a respirar algo agitado a medida que se daba la vuelta.
Sus ojos se ensancharon ligeramente al ver como Hisashi sostenía su mano con ligero dolor.
"¿Hisashi, estás bien?" Preguntó una Rei muy preocupada al ver el rostro adolorido de su novio.
"No es para tanto..." Hisashi sonrió con algo de dificultad, revelando que tenía un pequeño mordisco en su mano. "Solo es un rasguño."
Solo es un rasguño...
Esas palabras se repitieron en la mente de Takashi tras comenzar a hilar los cabos sueltos.
Todos se volvían locos cuando eran mordidos.
Hisashi había sido mordido.
Takashi no dudó ni un segundo y tomó el brazo de Hisashi con una fuerza sorprendente. Ninguno fue capaz de reaccionar a tiempo, lo único que vieron fue como Takashi alzó la katana y luego la bajó a gran velocidad.
Hisashi se vio aturdido al principio, pero luego su rostro horrorizado lentamente comenzó a aparecer a medida que su brazo comenzaba a desprenderse de su hombro.
"Ahh-Aaaaahh..."
"¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!"
"¡Tranquilízate, estarás bien!" Takashi soltó la katana y levantó su brazo amputado en un intento de contener el sangrado.
"¿¡Q-qué!?..." Rei estaba completamente conmocionada, simplemente no podía procesar lo que acababa de pasar.
"¡Rompe una parte de tu falda con la katana, rápido! ¡Necesitamos contener la hemorragia!" Takashi gritó para que su voz se escuchara sobre los gritos de Hisashi.
"¿¡QUÉ HICISTE?! ¿¡TE VOLVISTE LOCO!?"
"¡DEJA DE LLORAR Y HAZ LO QUE TE DIGO, MALDITA SEA!"
El rostro feroz de Takashi hizo que Rei se callara al instante. Sus lágrimas silenciosas aún caían, pero rápidamente se agachó y tomó la katana para cortar una gran parte del costado de su falda.
"Bien, con esto será suficiente." Takashi aplicó un torniquete alrededor del brazo amputado, en este punto Hisashi apenas se mantenía consciente. "Sostenlo un momento." Takashi le arrimó a Hisashi, quien ya lucía medio inconsciente.
El protagonista utilizó su chaqueta oscura como si fuera un gran vendaje para rodear su herida, aplicando un segundo torniquete en el proceso.
"Esto solo servirá por ahora." Takashi cargó a un Hisashi ya inconsciente sobre su espalda. "Necesitamos ir a la enfermería por un par de analgésicos. Si tenemos suerte, Shizuka-sensei estará allí y Hisashi recibirá un tratamiento adecuado..." Takashi detuvo su habla al notar el rostro muy asustado de Rei. "¿Qué sucede?"
"El-el comité disciplinario..." Rei señaló hacia arriba, haciendo que Takashi la siguiera.
Su expresión tranquila cambió totalmente tras lo que presenció.
Había muchos estudiantes, pero seguramente ya no lo eran. Ahora esas... "cosas" se estaban presionando contra el vidrio cubierto de sangre y resquebrajado que se rompía cada vez más.
"¡Mierda, de seguro escucharon nuestros gritos!" Exclamó Takashi con fastidio. "¡Rápido, subamos!" Rei no dudó en seguir sus órdenes y ambos se encaminaron hacia la azotea.
Takashi iba con uno de sus ojos cerrados, ya que el dolor de su tobillo se profundizaba más y más, y el hecho de estar cargando a Hisashi solo agravaba esa molestia.
Finalmente, la ventana se rompió y una gran cantidad de zombis cayeron detrás de ellos, incluso algunos erraron su aterrizaje y se enfrascaron en una caída libre. Al escuchar el ruido de los cristales rompiéndose, tanto Takashi como Rei se detuvieron para ver cómo los cuerpos lentamente se levantaban, sosteniendo ese aspecto monstruoso.
"¡CORRE!" Takashi gritó y ambos comenzaron a correr más rápido, siendo seguidos por los zombis a una gran velocidad.
Para suerte de Takashi, su pésima condición lo perjudicaba, pero ciertamente esos monstruos se jodían a sí mismos, empujándose y tirándose como unos idiotas. Lo malo es que eran una gran cantidad de ellos, por lo que escapar parecía imposible, especialmente debido a su condición.
Los dientes de Takashi se apretaron con fuerza cuando cayó de rodillas.
"¡Takashi!" Exclamó Rei muy alarmada.
"¡No te preocupes! ¡Estoy bien, solo sigue corriendo!" Takashi se puso de pie como pudo y continuó corriendo, hasta que finalmente llegaron a la entrada de la azotea.
Rei abrió la puerta de emergencia de una fuerte patada, rompiendo el candado que la mantenía cerrada, al igual que su manija. Takashi intentó cerrar la puerta, pero rápidamente se percató que era imposible.
"¡Mierda!" Takashi golpeó la puerta con mucho fastidio.
"¡Takashi, tenemos un gran problema!" Gritó Rei, mostrando el candado que bloqueaba la puerta que conducía a las escaleras.
"¿¡Desde cuanto utilizan candado para la azotea!?" Gritó Takashi muy enojado, quien quitó el estuche de su hombro y dobló un poco la katana de madera para que se metiera entre los delgados agujeros de la reja con el afán de trabar la puerta
"Desde que muchos estudiantes comenzaron a venir aquí hace unos días..." Comentó Rei.
Takashi se alejó a paso lento, observando como toda la horda chocó contra la puerta atrancada. La lengua del protagonista chasqueó ferozmente al ver como la katana de madera se estaba resquebrajando lentamente por culpa de la presión.
"Cargalo." Takashi le dio a Hisashi, haciendo que Rei lo mirara con suma confusión.
"Pe-pero..." Rei no llegó a decir otra palabra, ya que Takashi la tomó de los hombros con fuerza.
"No creo que esas cosas hayan llegado hasta este pasillo. Una vez que rompas ese candado, debes ir a la enfermería, intenta utilizar lugares no muy transitados e ir en silencio." Comentó el protagonista con mucha firmeza, haciendo que los ojos de Rei se llenaran de lágrimas.
"Pero no nos dará el tiempo de romperlo..."
"¡Yo te lo daré!" Takashi se alejó y comenzó a escalar una pared con la ayuda de los conductos.
"¡Pero eso significa que tú...!"
"¡No pierdas el tiempo! ¡Con mi tobillo de esta manera, sabes bien que solo sería un estorbo!" Rei se quedó en silencio tras escuchar el grito, pudo sentir como sus lágrimas comenzaban a caer una vez más.
La mujer cerró sus ojos con fuerza y comenzó a patear la puerta lo más fuerte que podía.
Takashi se posicionó desde la cima y observó cómo todas esas cosas estaban a punto de romper la katana.
"¡VENGAN, MALDITOS MONSTRUOS! ¡VENGAN CON TODO LO QUE TENGAN, O LO VAN A LAMENTAR!"
Sería una mentira decir que Takashi no buscaba alentarse a sí mismo con esas palabras, pero fue algo que pareció funcionar. Esa sonrisa temblorosa en su rostro cedió cuando la katana de madera se partió en dos, una de sus partes cayó sobre sus pies.
"¡VAMOS, VENGAAAAAAAAAAAAAAN!"
Takashi extendió sus brazos para invitarlos a un enfrentamiento directo con la esperanza de que no se fijaran en Rei.
Por lo visto, ese plan resultó, ya que Rei observó impresionaba como toda la horda de estudiantes enfermos comenzó a correr hacia donde se encontraba Takashi.
Rei no se distrajo más y continuó dandole patadas al candado.
"¡ME ENCARGARÉ DE CADA UNO DE USTEDES!"
Takashi comenzó a arrojar cortes a diestra y siniestra, matando a todos aquellos que intentaban acercarse a él.
Los gruñidos de los zombis y la energía de Takashi mantuvo en silencio el acto de Rei, quien por fin pudo romper el picaporte, por lo que sólo necesitó dar una última fuerte patada más para romper el seguro de la puerta.
Rei avanzó y no miró atrás.
No se atrevía a hacerlo.
Lo único que hizo fue cerrar sus ojos con gran impotencia.
La horda no tenía fin, el cuerpo de Takashi ya estaba completamente teñido de esa sangre con olor pútrido. Incluso algunas tripas ocasionales caían sobre su cuerpo y colgaban de él.
Pero eso no le producía asco.
El frenesí y la adrenalina del momento era demasiado como para fijarse en eso.
Los propios cadáveres de esas cosas comenzaron a servir como escaleras, por lo que algunos comenzaron a escalar sobre los cuerpos. Takashi apretó los dientes con fuerza, viendo como algunos pocos lograban subir hasta donde se encontraba él.
"¡AAARRRGGHH AAGGGGHH AAAAAHHH!"
Takashi gritaba por cada vez que partía a uno de ellos en dos. Lastimosamente, la adrenalina lentamente comenzó a quedarse atrás, por lo que el miedo comenzó a surgir al notar como sus músculos ardían de cansancio.
Los jadeos y gritos constantes de Takashi sufrieron un pequeño revés cuando retrocedió un paso. Sus ojos se cerraron con fuerza y el dolor punzante de su tobillo lo hizo caer hacia atrás.
Sus ojos se ensancharon con horror cuando vio como una de esas cosas se abalanzaba hacia él para comerlo, pero logró reaccionar justo a tiempo, cortándole la cabeza de un corte. Lo malo es que esa cosa tenía varios kilos de más, por lo que el peso que recayó sobre él fue demasiado.
Una gran cantidad de sangre cayó de la cabeza amputada hacia su rostro, haciendo que Takashi cerrara sus ojos con fuerza y comenzara a gritar.
Una gran cantidad de esas cosas lograron llegar arriba y se abalanzaron sobre él, quien se encontraba completamente indefenso.
En ese momento, una leve sonrisa temblorosa emergió en su rostro.
"¿Voy a morir así?"
"¿Por qué salvé a las personas que me hicieron tanto daño a costa de mi vida?"
"Simplemente podría haberlos dejado allí..."
Los ojos de Takashi se cerraron, sintiendo como su vida obtenía una revelación en sus últimos momentos.
"¿Pero qué estoy pensando?"
"Simplemente eres así, no le des más vueltas a algo tan obvio."
"¡AAAAARGGGHHH AAAAAAH, MIERDA!"
Los gritos de Takashi no se hicieron esperar mientras una gran cantidad de sangre y tripas salía volando por doquier.
_ SALTO DE LÍNEA _
Academia Fujimi
Unos minutos más tarde...
Hirano y Saya entraron a un aula muy apurados. El gordito cerró la puerta con fuerza y luego colocó una silla para trabar la entrada. Los dos se asustaron cuando unas manos rompieron los vidrios de la puerta, por lo que no tardaron en alejarse.
"¿¡Qué demonios les pasa!?" Hirano observó a Saya muy agitado.
"¿¡Por qué me lo preguntas a mi!?" Saya le devolvió la pregunta igual de agitada.
"¡No lo sé! ¡Tu eres la genio aquí!"
"¡Que tenga cerebro no significa que vaya a saber todo lo que sucede en el puto planeta tierra!"
"¡PLACK!"
La discusión quedó a un lado cuando se escuchó como caía una silla. Los dos observaron algo asustados, pero de pronto se relajaron al notar que se trataba de una mujer.
"¿Profesora Misaki?" Preguntó Saya, viendo como la profesora se recomponía lentamente de espalda a ellos.
"¿Sé estaba escondiendo en este aula? ¿Por qué no cerró la puerta?" Preguntó Hirano un tanto aliviado tras ver a otra persona aparentemente normal.
La profesora se dio la vuelta lentamente, y los dos se espantaron al ver como la mitad de su mandíbula estaba colgando de una manera grotesca.
"¡No me jodas, ella también!..."
"¡RRAAARRGGHH!"
Saya cerró sus ojos con fuerza cuando la profesora se abalanzó sobre ella, pero Hirano fue más rápido y tomó una de las tantas sillas, dándole un fuerte golpe en la cara que le terminó de arrancar la mandíbula.
"Dios santo..." Hirano soltó la silla mientras sentía cómo su cuerpo entero temblaba, ya que, según él, acababa de matar a una persona.
Saya tan solo lo observó sin saber que decir, pero pronto se asustó al ver como la profesora volvió a moverse y se aferró con fuerza sobre el pie de Hirano. El pobre gordito se cayó de trasero ante la sorpresa, y sus ojos se cerraron con fuerza cuando esa cosa le mordió la pierna.
O así debería haber sido...
Los ojos de Hirano se abrieron lentamente, observando como el rostro desfigurado de la mujer se frotaba contra su pierna, pero a falta de su mandíbula, ella no podía morderlo. Hirano volvió a asustarse cuando la pata de una silla atravesó su cráneo.
"Este hombre ya tiene a su novia, idiota." Comentó la enana pechugona con cierto asco, ya que mucha sangre la había salpicado.
"Sa-saya..." Hirano no sabía que decir, solo pudo mencionar su nombre.
"¡Oye!" El gordito se puso de pie de inmediato cuando notó la mirada furiosa de la enana. "No dejes que uno de ellos te lastime. No sé cómo lo hacen, pero de alguna forma te contagian algún tipo de enfermedad, y creo que es a través de las mordidas por lo que pude ver." Concluyó la mujer de forma analítica mientras observaba el cadáver.
"¡Oh, es como la rabia!" Exclamó Hirano, impresionando un poco a Saya.
"Me sorprende que sepas como funciona la rabia. Pero creo que esta enfermedad es mucho peor que eso..." La sorpresa de Saya cambió a seriedad tras sus palabras finales. "Tampoco creo que debamos escatimar en la violencia. Ellos no dudarán en hacerlo, y sinceramente creo que están muertos. Por lo menos dudo que tengan cura..." Saya se comenzó a frotar el mentón entre sus divagaciones, sin notar como la sorpresa en Hirano se transformaba lentamente en una sonrisa.
"¿Lo ves?" Saya salió de su pequeño debate interno tras escuchar a Hirano. "Solo tuvimos un encuentro directo con uno de ellos y descubriste un montón de cosas." Eso hizo que Saya se sonrojara y mirara hacia otro lado.
"¡Bueno, no es que fuera la gran cosa! ¡Cualquiera podría adivinarlo!" Exclamó Saya con una sonrisita mientras se limpiaba la punta de la nariz.
"Si, eres increible." Comentó Hirano con una sonrisa tonta en su rostro, sabiendo que los halagos eran el punto débil de la enana.
La charla se vio interrumpida cuando numerosos golpes se escucharon desde afuera del aula, algo que captó el interés de los dos.
"¿Crees que ellos estarán peleando entre sí?" Saya negó con la cabeza ante la pregunta.
"Lo dudo mucho." Contestó la enana pechugona, acercándose a la puerta junto con Hirano.
Lo que pudieron ver los llenó de alegría.
"¡Saeko!" Gritaron los dos al mismo tiempo.
Saeko estaba en el pasillo, su pie sobre el pecho de uno de los zombis, y aparentemente le había roto la cabeza a golpes con la funda de su katana que estaba cubierta de sangre, al igual que ciertas partes de su vestimenta.
La mujer observó a los dos con sorpresa, aunque rápidamente apareció una sonrisa en su rostro.
"¡Chicos!" Exclamó Saeko con felicidad cuando se acercó a ellos.
"¿Tú hiciste todo esto?" Preguntó Hirano sin ser capaz de ocultar su sorpresa al ver que el pasillo estaba lleno de cadáveres que antes no estaban allí.
"No tuve otra opción." Saeko respondió como si no fuera nada. "Por cierto, ¿dónde está Takashi?" Saeko miró sobre los dos con la esperanza de ver a su futuro amante.
"Aún no lo hemos visto..." Saya contestó, aunque su voz se apagó un poco al ver como Saeko tenía un corte que se extendía a lo largo de todo su antebrazo. "¿¡Cómo te hiciste eso!?" Saya dijo muy exaltada.
"Oh, ¿Esto? El disturbio inicial hizo que me arrastraran y terminara cortándome con un casillero abierto. Aunque gracias a eso es que pude sujetarme de algo sin que siguieran arrastrándome." Comentó la mujer, viendo su herida un poco profunda.
"Oh, menos mal que es solo eso..." Saya respondió con un gran alivio, algo que confundió a Saeko.
"Saya tiene la teoría de que la gente enferma te contagia con una mordida." Hirano respondió la pregunta sin formular de Saeko tras notar sus dudas.
"Ya veo..." Saeko observó su herida con seriedad. "Si es así, entonces debemos encontrar a Takashi cuanto antes."
"¡De eso nada!" Tanto Saeko como Hirano se sorprendieron por el arranque de Saya. "¡Primero debemos tratar tus heridas! !Vamos a la enfermería, no está muy lejos!" Saya comenzó a caminar, ignorando por completo si la estaban siguiendo o no.
"Pero, Takashi..."
"No se preocupen." Saya se detuvo sin siquiera mirarlos. "Takashi estará bien."
Ambos pudieron notar la preocupación en su tono, pero sabían que tarde o temprano la herida de Saeko podría perjudicarla mucho, por lo que decidieron ahorrarse los problemas.
_ SALTO DE LÍNEA _
Academia Fujimi
Algunos minutos más tarde...
Los pasillos de los pisos intermedios estaban algo vacíos, por lo que fue fácil acabar con todos los obstáculos. Bueno... la realidad es que era fácil solo porque se trataba de Saeko.
Gracias a los diversos enfrentamientos, Saya fue aprendiendo más y más, hasta el punto de estar muy cerca de formar una hipótesis completa. Desafortunadamente, por fin llegaron a la enfermería antes de que pudiera lograrlo
"Este lugar es perfecto." Los dos observaron a Saya tras escucharla. "Dos puertas dobles que separan los dos pasillos y encierran el sonido. La tercera puerta es la enfermería, por lo tanto lo único que debemos hacer es mantener el silencio." Las palabras de la enana confundieron a los dos.
"¿Qué es lo que quieres decir con eso?" Preguntó Hirano con dudas.
"No sé si se dieron cuenta, pero esas cosas parecen haber perdido la capacidad de ver. Por eso es que este es un lugar perfecto, ya que si hacemos poco ruido, ellos no nos encontraran, a menos que nos enfrentemos a una casualidad, pero solo sería uno." Las deducciones de Saya sorprendieron a los dos, pero de inmediato asintieron.
"En ese caso, yo voy a colocar el seguro a las puertas y vigilaré. Tú eres la que más sabe acerca de los medicamentos y esas cosas." Comentó Hirano con seriedad.
"¿Ara?" Todos se dieron vuelta al escuchar como la puerta de la enfermería se abría, y se sorprendieron al ver a Shizuka en perfecto estado.
Detrás de la enfermera se encontraba Rei, quien lucía decaída.
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
(O NO)
¡Espero que lo hayan disfrutado!
Si, en el próximo capítulo vendrá una cantidad de drama absoluta con la "muerte" de Takashi. Como pueden ver, tengo pensado un destino diferente para Hisashi. Lo bueno es que el próximo capítulo estará listo en tres días, así que la espera no será muy larga como antes.
Sin nada más que agregar, les dejo con esta escena final.
¡Muchas gracias por leer!
"Estoy cubierto de sangre..."
Los sonidos de los zombis y sus bocas cubiertas de carne emitían unos leves gruñidos apagados y tranquilos, indicando que no había presas cerca.
"Tengo restos de carne humana, tripas, y un montón de cosas irreconocibles sobre mi cuerpo..."
Algunos zombis caminaban en la azotea, e incluso otros se habían quedado completamente quietos, como si ya hubieran terminado su trabajo.
"Pero esa sangre y esa carne no es de mi cuerpo..."
Los ojos de Takashi estaban abiertos a más no poder. Sobre su cuerpo estaba aquel profesor gordo y robusto completamente irreconocible, y a su alrededor deambulaban los causantes de ello.
"¿Cómo es que sigo con vida?"
