Disclamier : Los personajes son de S.M , yo solo creo historias que me gustan y quiero compartirlas con ustedes.
AVISO PARROQUIAL: Si lees Amor desastroso, quiero avisarte que hoy estaré haciendo algunos arreglos del capítulo 1 al 10 . Disculpen las molestias.
Fin del comunicado.
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Paparazzi
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No sé cómo he llegado tan rápido a ella, sólo se que he amortiguado el golpe con mi propio cuerpo.
¡Mierda!
Aunque ella es delgada, mis piernas ceden y caemos al piso.
—¡Oh, Por Dios! — exclama Angela a mí lado; se ha materializado a mi lado tan rápido cómo le es posible. Me ayuda a acomodar a Alice, utilizando sus pequeños bolsos como almohada.
Hay silencio mientras chequeamos que Alice se encuentra bien. Después del susto, miro a mi compañera de piso.
—Así que trabajas para la famosa Alice Cullen, ¿eh? — comento.
Angela asiente.
—Sí— admite—. Lamento mucho no haberlo dicho antes, ya sabes, no podía comentar nada .
Asiento un par de veces.
—Lo sé y no hay problema con eso. Aunque me sorprendió verte aquí— cometo.
¿Sabrá Angela que yo he filtrado las fotos del compromiso de Alice?
¡Carajo!
Quiero preguntar que es lo que sabe, sin embargo guardo silencio en cuanto recuerdo que tengo que irme de aquí antes de que la artillería pesada haga acto de presencia.
Me levanto del suelo, voy por mis tacones y los calzo. Me miró al espejo y me arreglo lo mejor que puedo. Después, miro a Angela.
—Quisiera quedarme más tiempo, pero tengo que irme. ¿Estarán bien las dos?
Conozco lo suficiente a Angela para saber que tiene dudas. Pero no voy a quedarme aquí a responderlas .
—Pero ...— comienza a decir.
Niego con la cabeza y la detengo.
—No puedo quedarme. Ahora mismo tengo mis propios asuntos con los Cullen, ¿ entiendes? No puedo permitir que me vean aquí.
Angela parece confundida por unos segundos, luego lo capta. Abre y cierra la boca. Sospecho que ella no sabía y que ahora tiene una idea de que fue lo que hice.
—Tu...— comienza a decir.
—Ahora no, Angela, lo platicaremos cuando llegues a casa.
Ella asiente.
Camino a la puerta y me prepara para salir. Abro un par de centímetros la puerta para asegurarme que todavía no ha llegado nadie. Está vez la suerte no de encuentra de mi lado, pues hay tres hombres parados frente a la puerta.
Jasper empuja la puerta y casi me da en la nariz. Por suerte soy lo suficientemente rápida para esquivar el portazo.
Miro más allá de los dos hombres restantes y mi cabeza trabaja con rapidez para idear un plan que me saque de aquí. Intento esquivar a la siguiente persona quien es Edward Cullen. Doy un paso a la derecha, luego a la izquierda y... ¡Malditasea! Obstruye mis salidas y me obliga a retroceder lentamente hasta llegar al fondo del pasillo. Con pesar, miro la puerta cerrarse lentamente mientras el guardaespaldas se queda fuera, vigilando.
Mi espalda pega contra la pared de azulejos. Levanto la mirada y lo enfrento.
Gruñe.
—Te lo advertí — susurra por lo bajo. Coloca una mano sobre las baldosas de la pared y se inclina hacia el frente.
Trago saliva con dificultad. Está tan cerca que su aliento choca contra mi cara. Creo que ahora soy yo la que va a desmayarse.
Como puedo me deslizó por debajo de su brazo y voy al otro lado del pasillo.
—No. No voy a permitir que me amenaces. No me importa cuánto dinero tienes en el banco, no voy a permitir que con eso hagas daño a los míos, ¿ entiendes?
Edward Cullen pasa una mano sobre su cabello, alborotandolo y deshaciendo su peinado.
En ese justo momento Alice se incorpora y queda sentada sobre el suelo; ni siquiera me dí cuenta de cuando fue que despertó.
—Ella lo sabe, Edward. Sabe del bebé.
La mayoría de los presentes maldicen por lo bajo.
Edward Cullen me mira enojado.
—No diré nada en cuanto me asegures que mi familia se encuentra fuera de esto— suelto.
Alice nos mira a todos sin comprender. Angela tampoco sabe que pasa.
—¡Mierda! — Susurra Edward Cullen.
—¿De que está hablando, Edward? — pregunta Alice, exaltada.
—Tranquila mi amor— Jasper trata de tranquilizar a su prometida.
Niego con la cabeza.
—No quiero jugar este juego estúpido, ¿ lo entiendes? No quiero hacer daño a nadie más.
Voy agregar algo más, pero la puerta se abre un par de centímetros, dejándonos ver la cara del guardaespaldas.
—La gente se está dando cuenta que algo raro acurre aquí.
Edward asiente en dirección a él, Lugo mira a su hermana y su cuñado.
—Alice y Angela saldrán primero. Después saldrás tú ,Jasper junto con Emmett.
Jasper me da una mirada furiosa.
Puedo comprender su enojo. Yo fui quien dió las fotografías de su compromiso. Ahora estoy siendo yo quien se ha enterado que viene en camino un bebé.
Bajo la mirada al suelo y espero que todos se marchen. Mientras lo hacen, Edward Cullen me interroga.
—¿Quién te dejo entrar?—demanda.
Bajo la mirada al gafete que traigo sobre el cuello, lo tomo y se lo muestro.
— Estoy aquí porque un amigo me invitó a formar parte de los medios de comunicación que iban a estar aquí.
Me quita el gafete, lo examina y después lo guarda en su pantalón.
—Oye, eso es mío — protesto.
Gruñe de nuevo. Pasa una mano por su cabello y dice algo entre dientes que no logro entender.
—Vamos— gruñe de mala gana.
Doy un paso atrás y sacudo la cabeza. ¿Que diablos quiere decir con eso.
Me aclaro la garganta.
—Una vez resuelto el problema, es mejor que me vaya, ¿no lo crees?
—No se ha resuelto nada, así que no irás a ninguna parte.
¿Qué?
Me rio sin humor.
—No puedes reteneme aquí.
Trato de pasar por un lado e irme, pero se interpone en mi paso. Maldice de nuevo en voz baja y hace algo que me deja sin aliento. Toma mi muñeca y me jala hacia la salida.
Mierda!
Me toma desprevenida al mismo tiempo que su toque se siente como si me hubiesen golpeado el estómago y dejado sin aire.
—Espera. ¿Què haces? — cuestiono sin comprender. Trato de liberarme de su agarre, pero él se gira y me da una mirada furiosa.
—Será mejor que me acompañes por las buenas, Isabella Swan.
¿Qué? ¿Es que acaso era alguna tipo de amenaza? Me niego a moverme de mi lugar.
—No. No voy a ir a ninguna parte contigo. Voy a largarme de aquí— suelto enojada.
Él me mira serio.
—Entonces será por las malas— dice. Coloca una mano sobre arriba de mi cintura, se inclina y pasa una mano por debajo de mis piernas y me alza.
¡Mierda! ¡No!
—No! —pataleo —¡Bajame, por favor!
Él lo hace.
¡Maldita sea!
Mi corazón está acelerado.
Acomodo mi vestido y me miró por un par de segundo en el espejo para asegurarme de que todo esté bien acomodado.
—Lo que creí. Será la primera opción — dice. Vuelve a tomarme de la muñeca y comienzo a jalar de nuevo de mí, está vez con menos fuerza.
Abre la puerta y comenzamos a caminar entre medio de la gran multitud de gente que de encuentra a nuestro alrededor; no sé exactamente a dónde nos dirigimos.
Cuando vamos por la mitad del salón, intento detener mi avance.
—¿A dónde me llevas?—intento quee diga de una maldita vez que va a hacer conmigo. No responde a la pregunta y me da un pequeño tirón para que siga avanzando.
Por un instante dudo en detenerme abruptamente y negarme a ir más allá. Sin embargo no lo hago, pues la gente comienza a mirarnos y no quiero llamar la atención más de lo que ya lo estoy haciendo.
Cuando estamos por llegar a lo que parece ser una salida, una mujer mayor, de cabellos caramelo interpone en el camino. La reconozco de inmediato, ella es Esmerald Cullen, su madrastra.
—¿Qué sucede Edward?— pregunta laujer acercándose.
Edward acorta la poca distancia que queda entre ambos.
—Hola, mamá — saluda. Se inclina un poco sobre ella y le da un beso sobre la mejilla.
La mujer quita la mirada de su hijo y nos examina a ambos, no sin antes percatarse de que su hijo tiene una mano un poco más arriba de mi muñeca.
—¿Quién es ella, hijo ? — cuestiona la mujer.
Edwarde suelta por un segundo antes de acercarse más a mi y colocar una mano sobre mi cintura y acercarme a su cuerpo.
—Es mi invitada — responde con tranquilidad.
Levanto la mirada y le doy una mirada de "¿ que carajos estás haciendo? "
La señora Cullen lo observa con los ojos entrecerrados.
—¿Dónde dejaste a Tanya?— cuestiona ella.
Edward Cullen le sonríe a la mujer.
—Félix está con ella.
La mujer asiente , me mira y sonríe.
—Ya que mi hijo no se ha tomado la molestia en presentamos . Soy Esme Cullen.
Le devuelvo la sonrisa.
—Yo... Mmmm... Soy Bella Swa... No. Isabella Swan.
Extiendo una mano y la mujer la estrecha.
—Es un gusto conocerte Isabella.
Asiento con la cabeza.
Ella me agrada. Al parecer ella no sabe quién soy yo, de lo contrario me aventaría una copa de costosa champagne en la cara.
—Lo mismo digo, señora.
Edward Cullen hace un gesto para apartarme de ella.
—Tenemos que irnos,.mamá. Isabella no se siente bien y tengo que llevarla a su casa.
La madre de Edward me sonríe y asiente.Después se despide y se leja.
En cuanto estamos fuera de el ojo de su familia, el quita su mano de mi cintura y vuelve a tomarme de la muñeca.
—Vamos— susurra por lo bajo.
No me resisto y lo sigo.
Cuando atravesamos la puerta, estamos fuera del ojo público. Entonces, me paro en seco.
—No voy avanzar más. No hasta que me digas a dónde carajos me llevas.
Él hace un sonido de molestia y con la cabeza hace una señal que no entiendo del todo hasta que veo al guardaespaldas.
Mierda! ¡No!
Paparazzi~~~~~~
Gracias por leer el capitulo. Gracias a la personasnque mñse romaron un min de su valiosos tiempo ara leerme y dejar un comentario.
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