Disclamier: Los personakes son de S. Meyer, yo solo juego in ratoto con ellos para divertirme


Arrojó la carpeta sobre la mesa. Me pongo de pie y salgo del maldito despacho. Edward Cullen va detrás de mí como un maldito perro guardián.

Cuando estoy a mitad de camino, me detengo en seco, pues la madre de Edward viene hacia mí y luce demasiado alegre para mi propio gusto.

— He venido por ustedes dos. La comida está lista y debemos darnos prisa para acomodarnos en la mesa —dice ella.

Hago un gesto incómodo. No sé cómo sentirme al respecto con ella y su familia; cuando llegué aquí me parecía una buena persona, pero ahora que he firmado la maldita cosa, las cosas han cambiado y no sé cuánto está ella metida en esto. Además, no quiero quedarme a comer con ellos y toda la familia; qué importa que justo ahora me esté muriendo de hambre

Me aclaro la garganta cuando noto que ella está esperando alguna opinión de mi parte.

— Yo... uhmm... Es amable de tu parte, pero justo ahora no puedo acompañarlos. Debo ir a mi casa y hacer algunas cosas —suelto.

— ¿Ahora mismo? Puedes hacerlo después de la comida —dice ella.

Miro al causante de todo esto en busca de ayuda.

— Mamá —suelta despacio—. Ella... Isabella necesita ir a su casa a recoger algo de ropa y después vendrá aquí. Pasará con nosotros algún tiempo.

Su madre se nota sorprendida. Yo también lo estoy, porque lo haya dicho delante de ella como si hubiese sido una mera invitación.

¿Qué carajos?

— Oh, vaya, eso es genial —suelta Esmerald Cullen.

Me giro para mirarla, y ella mantiene su sonrisa amable, pero aún sigue sorprendida.

¿En realidad ella sabrá de todo esto? Ahora tengo dudas.

— Yo... Tengo que darme algo de prisa. Quizá para la cena —me despido alzando la mano y sacudiéndola un poco mientras me alejo.

No me detengo hasta que estoy fuera de la casa. Como era de esperarse, él está detrás de mí.

Me doy vuelta y lo encaro.

— No pensé que mudarme pasara tan deprisa. Podrían haber sido en un par de días —suelto molesta.

— Mientras mas pronto te mudes aqui, mas pronto podre vigi...

— ¡Mierda! No te atrevas a terminar esa maldita frase. Sé que no hay confianza entre ninguno de nosotros, pero al menos deberías confiar en el maldito acuerdo que firmé —lo acuso.

— Y lo hago. Solo estoy manteniendo las apariencias.

Le doy una mala cara.

— ¿Tu familia siquiera sabe lo del acuerdo y toda esta maldita cosa?

— No voy a responderte a eso. Aparte de esta interacción, no habrá ninguna más entre tú y mi familia; a partir de ahora la casa será exclusivamente para ti en lo que reste del mes, así podré mantenerte vigilada —dice, pronunciando las últimas palabras como las que quería decir cuando lo he interrumpido.

Tengo un sinfín de cosas que decirle, pero voy a callarme. Necesito procesar todo esto a solas y creo que ir a mi departamento me ayudará a pensar en algo.

— Quiero irme de aquí —demando.

Edward Cullen hace señas a alguien y ese alguien va a alguna parte. Después de unos buenos minutos aparece la misma camioneta que me trajo aquí. Abro la puerta, subo y, de un portazo, la cierro, no importandome que practicamente he azotado la puera en sus narices.

— ¿A dónde quiere que la lleve, señorita? —cuestiona amablemente el chofer que también me ha traido aquí.

— Quiero ir a donde han dejado mis cosas.

— Sus cosas fueron llevadas a su edificio. Las recibió Angela. Si me das las llaves de tu coche, le diré a alguien que lo lleve a su edificio, o aquí, donde prefieras.

¿Así que por fin había aparecido Angela?

Hago una señal con la cabeza, señalando a Edward Cullen, quien no se ha movido ni un centímetro de dónde lo he dejado. El chófer me mira desde el espejo retrovisor.

— Él te ha pedido que me mantengas vigilada.

— No, señorita.

Gruño ante su respuesta.

— No te creo. Pero bueno, no me llames señorita; sería más fácil si solo me llamas Bella.

El chico, que parece ser de mi misma edad, me sonríe divertido.

— Para mí sería preferible llamarle señorita Bella.

Me encojo de hombros.

— Como quieras. Pero soy capaz de ir por mi propio coche, así que quiero que me lleves ahí.

El tipo hace una mueca.

— No creo que sea buena idea hacer eso. Saben cuál es tu coche y ahora mismo hay gente que te espera.

Niego un par de veces.

— No lo creo. Ha pasado algún rato desde que me fui de ahí.

— Te están esperando. Ben, mi compañero, me ha mandado un reporte hace cinco minutos: hay personas merodeando el lugar.

— ¿Cómo sabes eso? —cuestiono, sorprendida.

¿Tan malditamente popular soy?

El toma una Ipad del asiento del copiloto, me muesta una imagen donde hay dos personas junto a mi camioneta; una sostiene una cámara y hay una más allá, pero está mirando en la misma dirección que los otros.

— No puede ser —comento al analizar la imagen. Ese era mi trabajo. Y sé muy bien que algunos en mi rubro eran buenos en esconderse para sacar una buena foto, pero había otros que no les importaba ser tan obvios y esperar mucho tiempo a quien querían fotografiar.

De mala gana saco las llaves de los bolsillos traseros de mi pantalón y se las entrego al chófer, que aún no sé su nombre. Él las toma, sale del carro y va a la entrada de la casa. Miro hacia afuera y me doy cuenta de que Edward Cullen ha desaparecido; no me di cuenta cuando se fue, pero lo agradezco. Un minuto después, el chófer regresa, sube nuevamente al vehículo y me mira a través del retrovisor.

— ¿A dónde te llevo, señorita Bella?

— ¿Puedes hacer una parada? —cuestiono.

— Claro —dice, sonriéndome . Le devuelvo la sonrisa.

— Quiero ir a mi edificio, pero primero quiero pasar a un McDonald's por un par de hamburguesas.

— Claro —dice, y nos ponemos en marcha.


Si llegaron hasta acá, gracias por leerme. Esta vez fue un capitulo corto y menos el tiempo de espera XD. Gracias a Ana xareni por preguntar seguido por mi historia :3 Gracias a las personitas que me han regalado un minuto de su tiempo para regalarme un review. Los TQM.