FRAGMENTOS
¡Hola! Nuevo Cap. :)
- Cbt1996: ¡Hola! Me encanta que estés tan metida en la historia y disfrutando del drama. Lo de Sango y Koga fue un giro que tenía muchas ganas de revelar, y ¡Al fin salió a la luz! :) Por otro lado, Naraku... bueno, nunca deja de sorprendernos, (y es lo que esperamos de él y su maldad) Miroku es un alivio en medio de todo, y es genial que te haga reír jeje. Hay muchas cosas en juego, y todavía queda mucho por descubrir, espero que este capítulo calme un poco la preocupación hacia Moroha. ¡Gracias por tu apoyo y por seguir leyendo! Veremos qué sucede.
- Kayla Lynnet: Tienes toda la razón, lo de Sesshomaru es increíblemente sospechoso, pero repito: Todo puede pasar jaja. La escena en el auto... Inuyasha definitivamente necesita escuchar tus advertencias. ¡Casi me lo imagino recibiendo un regaño de tu parte! Jaja. Miroku ignorando a Inuyasha fue un momento que disfruté muchísimo escribir, esos dos siempre encuentran la manera de aligerar cualquier situación, incluso en medio de todo el drama. Y sobre la "bomba nuclear" ¡sabía que les sorprendería! Sango y Koga era un secreto que había estado guardando, y me alegra que tus sospechas hayan sido confirmadas, aunque aún queda mucho por descubrir. Moroha es una parte tan importante de la historia, y entiendo tu preocupación, así que no te preocupes, pronto sabrás más. Gracias por seguir tan metida en la historia y por compartir todas estas reacciones. ¡Nos leemos en el próximo capítulo!
- Karii Taisho: ¡Hola, hola! Me encanta lo emocionada que estás, ¡esos "woooowwww" lo dicen todo! Sango como la hermana de Koga ha sido un giro importante, y entiendo perfectamente tu sorpresa. Aunque el camino será difícil, al menos ahora Koga tiene la posibilidad de reencontrarse con su hermana, aunque Naraku haya dejado sus huellas por todas partes. Por otro lado, Sesshomaru definitivamente se ha metido en un gran problema, y la tensión no va a disminuir mientras todo se aclare. Estoy feliz de que te gusten esos momentos entre los personajes, a pesar de todo el tiempo que ha pasado, su conexión sigue siendo fuerte. Y Miroku e Inuyasha siempre aportan ese toque de humor y amistad que equilibra la historia, y ver cómo Sango y Kagome se ponen al día fue un momento especial. Tu teoría del ADN es interesante, ¡nunca se sabe lo que podría pasar! Y sobre Moroha, sé que es difícil esperar, pero te prometo que todo se aclarará en este capítulo. Las cosas se están complicando, y Naraku siempre está al acecho, pero hay esperanza. Gracias a ti por leer y por compartir tus pensamientos. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Saludos.
- Annie Perez: ¡Vaya, me encanta tu entusiasmo! Este capítulo estuvo cargado de sorpresas, ¿verdad? Desde Sesshomaru y Kagura, hasta la revelación de que Sango es la hermana de Koga, y por supuesto, el accidente de Moroha. ¡Todo se está desmoronando y, al mismo tiempo, uniendo de formas inesperadas! Pero no te preocupes, aún hay mucho más por venir y espero que este capítulo traiga un poco de esperanza. Gracias por seguir acompañándome en esta montaña rusa, ¡prepárate para lo que sigue!
- joiscar: Me alegra muchísimo que estés disfrutando de todas las revelaciones. La conexión entre Sango y Koga definitivamente va a cambiar muchas cosas, y tienes razón, cuando la verdad salga a la luz, Koga no dudará en apoyar a Kagome, especialmente por su hermana. Por otro lado, Miroku y sus sentimientos por Sango son un torbellino, ¡y qué decir de InuKag! Su amor es siempre un placer escribir. ¡Gracias a ti por leer y compartir tus pensamientos! Nos leemos.
- Rosa. Taisho: ¡Hola, mi bella! ¡Sé que esa bomba fue de las grandes! La reacción de Sesshomaru y la revelación de que Sango es la hermana de Koga son cosas que cambiarán mucho en la historia. ¡Quién no ha tenido momentos de ser un poco cabezotas como Sesshomaru! Y sí, Koga tiene sus defectos, pero al menos ahora podemos ver más de su verdadero yo. Lo de Moroha es definitivamente un gran giro, y entiendo tu preocupación. Te prometo que en este capítulo tendrás respuestas. ¡Gracias por leer y por tu apoyo! ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Besos.
- Ferdy Arevalo: ¡Hola!¡Entiendo tu angustia, fue un capítulo realmente explosivo! La revelación de que Sango es la hermana de Koga ha cambiado mucho algunas cosas, y la trama con Naraku es tan oscura como intrigante. ¡No te preocupes, en este capítulo habrá respuestas sobre Moroha! Y sí, los momentos entre Inu y Kagome siempre son intensos, ¡quién sabe qué sorpresas nos deparará el futuro! Gracias por tu paciencia y por compartir tus pensamientos. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Besos y abrazos para ti también, cuídate mucho.
- Cindy osorio: ¡Me alegra que hayas podido leer el capítulo! Y sí, Koga hizo una movida impresionante al proteger a Kagome, y eso sin duda muestra su lado heroico. Espero que, cuando todo se revele, pueda apoyar a Kagome y los demás para que todo salga bien. Gracias a ti por seguir la historia ¡Nos leemos en el próximo capítulo!
- Lin Lu Lo Li: ¡Vaya, estás muy atenta a todos los detalles! Sesshomaru siempre ha sido el más reservado y frío, así que su duda era bastante predecible. Kagome tiene una misión difícil al intentar hablar con Koga y cambiar los planes sobre la marcha. Y el asunto de Inuyasha y Kagome en la oficina sí que fue arriesgado jaja, ¡pero su química siempre añade un toque especial a la historia! Sobre Naraku, es un verdadero misterio qué tan lejos ha llegado con sus amenazas. La situación con Moroha es crítica, y definitivamente Inuyasha necesita jugar sus cartas con cuidado para recuperar a su hija. Todo esto hace que la historia esté en un punto crucial, con mucho en juego. (Y sí, el asunto entre Izayoi y Sesshomaru fue que los vio, a él y a Kagura prácticamente devorándose a besos en la fiesta de cumpleaños de Kikyo) Jaja esa escena fue corta, de hecho, también estuvo Kag :D ¡Gracias por tu review! ¡Nos vemos en el próximo capítulo!
- MegoKa: ¡Hola, hola! Entiendo perfectamente lo que dices sobre la vida adulta. Y me alegra que hayas podido leer el capítulo y que te haya gustado. El amor y la confianza entre los personajes, incluso en situaciones complicadas, siempre añaden una dimensión especial a la historia. Así mismo, la plática entre Sango y Kagome definitivamente tiene su toque, y Miroku está en un lío de emociones que ni él mismo puede controlar jaja. Koga y Sango prometen traer mucho drama, ¡y estoy ansiosa por mostrarte cómo se desarrolla todo! Lo de Moroha y el estado de Kagome es algo que resolveremos en este capítulo. Gracias por estar tan enganchada y por tu paciencia. ¡Un fuerte abrazo y espero que el próximo capítulo sea igual de emocionante para ti!
Aquí vamos de nuevo. La situación sin duda se complica, (ya sabrán de hablo). En este capítulo tendremos un corazón roto, una revelación y claro que mucho drama :)
Espero que disfruten el capítulo y les cuento que lamentablemente se terminaron mis vacaciones, he vuelto a la universidad desde el lunes y aunque parezca solo un semestre más, creo que empezamos fuerte.
De todas formas, trataré de acostumbrarme a la rutuna y seguir trayendo más actualizaciones.
Atte. XideVill
Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 16.
INUYASHA
–Inuyasha…
–Tranquila, Kag –dije sin apartar la vista del camino– Ella está bien, sé que lo está.
–Mi bebé…
–Amor… –Tomé su mano y la sujeté con fuerza– Por favor no llores.
Kagome asintió con la cabeza, intentando mantener la calma. Sin embargo, tan pronto como llegamos a la clínica donde estaba Moroha, Kagome salió de prisa, dejando la puerta del copiloto abierta.
Mi celular volvió a sonar, pero esta vez no respondí. Alcancé a Kagome en el elevador, y por su semblante supe que estaba asustada.
–Kag…
Ella me abrazó, y aproveché para intentar calmar su llanto. La sentía temblar, y ver su angustia me afectaba.
–Si algo le pasa… yo…
–Shh… tranquila –dije besando su cabeza– No pienses en eso ¿está bien?
–Es que es mi culpa –exclamó mirándome con los ojos enrojecidos– Y estoy segura de que Naraku tiene algo que ver.
La puerta se abrió y ambos salimos en busca de la habitación. Al llegar pude ver a Rin a los lejos y entonces miré a Kag.
–¿Quieres que vaya solo?
Kagome me miró y negó con la cabeza.
–No, iremos los dos. De todas formas, ya es hora de que sepan la verdad.
–Bien.
Nos adentramos, y Rin soltó un suspiro al verme.
–Inuyasha, te estuve llamando, mi madre… ella está…
Se quedó en silencio al ver a Kagome a mi lado. La tensión en el ambiente se hizo palpable.
–¿Qué…? ¿Cómo es que…? –balbuceó Rin sin dejar de mirar a Kagome.
–Rin…
–Ah, ya entiendo –dijo con una sonrisa forzada– Escargot ¿Verdad? Inuyasha, ¿por qué no me dijiste que vendrías con ella?
–Bueno, yo…
–Sí –soltó Kagome– Mucho gusto.
La observé cuando extendió una mano. Rin la tomó, y ambas se quedaron mirándose por unos segundos. En ese momento, apareció Naomi Higurashi, quien al ver a Kagome, simplemente se quedó en silencio.
–Madre, ven, acércate –dijo, llamándola con un gesto– Ella es…
–Hija… –musitó Naomi.
Vi la forma en que Kag se quedó callada y sus ojos se llenaron de lágrimas.
–Kagome…
–No, madre –intervino Rin– Ella es Escargot, ¿recuerdas que leímos de ella en una revista?
Naomi se quedó muy confundida al escuchar lo que Rin decía.
–¿Escargot? –cuestionó.
–Sí –respondió Rin– La hija de Naraku y prometida de Koga Okami.
Esa palabra me hizo hervir la sangre. Kagome era mía, y aunque pasaran los años, eso nunca cambiaría.
–Mucho gusto –intervino Kag.
–¿Dónde está Moroha? –pregunté sin rodeos.
–Ella…
–Rin –advirtió Naomi al ser consciente de mi presencia– No le debemos explicaciones a nadie.
–Me la deben, si –afirmé– Moroha es mi hija y necesito saber qué es lo que le pasó.
–Inuyasha… –Kag trató de calmarme.
–Mi nieta ya no te pertenece, así que puedes ahorrarte este teatro –soltó agria Naomi– Todos sabemos que su vida te importa menos de lo que te importó la vida de mi hija.
–Madre…
–No es así –intervino Kagome– Señora, por favor, le pido que se calme.
Por alguna razón Naomi no dijo más. Solo se hizo a un lado mascullando algunas palabras por lo bajo, y tomando asiento en la sala de espera.
–Rin –insistí– ¿Dónde está Moroha?
–Inuyasha tienes que hacer algo –soltó ella en un susurro para que su madre no la escuchara– Mamá insiste en que fue una alergia, pero estoy segura de que no fue eso.
–¿Por qué lo dices?
–¿Alergia a qué? –cuestionó Kag.
Rin nos miró a ambos y negó con la cabeza.
–Se comió unas moras en el almuerzo y entonces comenzó a sudar, le dio fiebre y me asusté mucho cuando comenzó a vomitar sin parar –confesó Rin con los ojos llorosos– Inuyasha, Moroha vomitó algo de sangre, no mucha, pero sí la suficiente para preocuparnos y entonces la trajimos aquí. Ya sabes cómo es mamá, no quiso que la lleváramos a tu clínica.
–¿Cómo está ahora? –cuestioné preocupado y buscando mi celular– ¿Dónde está?
–La tienen en el tópico porque mi madre insiste en que solo es una alergia.
Miré a Kag con pánico en los ojos, y ella negó con la cabeza disimuladamente. Era evidente que no se trataba de una alergia. Moroha había comido moras antes en casa y no hubo problemas. Sin duda, esto era algo más grave.
–Hola, Miroku –solté apenas respondió la llamada– Quiero que estés en la clínica ya…
–Te dije que me tomaría el día libre…
–Es Moroha –solté sin dejar de mirar a Kag– No te llamaría si no fuera importante, sabes que solo podría confiarte a ti la vida de mi hija.
–Estoy en camino –soltó del otro lado– ¿Quieres que envíe una ambulancia?
–Sí, estamos en la clínica de los Higurashi.
–Enterado.
Corté la llamada y me acerqué a Kagome para susurrarle al oído.
–Espérame en el auto…
Ella pareció entenderlo y aceptó las llaves sin reclamar.
–Es bonita –comentó Rin cuando Kagome desapareció en el elevador.
–Lo es.
–¿Y tu esposa?
Entonces la miré.
–¿Por qué no está contigo? –volvió a preguntar.
Me hacía la misma pregunta, no había visto a Kikyo en todo el día.
–Ella no…
–Se requiere personal de urgencias al tópico. Repito, se requiere personal de urgencias al tópico.
–¿Qué…?
–Moroha –solté y corrí al escuchar el llamado de personal por los parlantes.
Mi respiración se detuvo cuando la vi desmayada en brazos de una enfermera. Como un impulso, me lancé hacia ella y la quité de sus brazos.
–Señor, no puede estar aquí –advirtió.
Con Moroha en mis brazos salí del lugar haciendo caso omiso a sus advertencias.
–¡Inuyasha! –exclamó Naomi al verme– ¡Regresa! ¡No puedes llevarte a mi nieta!
Entré al elevador y, desde allí, vi a Rin intentando detener a su madre para que no me alcanzara. Al llegar al recibidor, me sentí aliviado al ver al equipo médico de nuestra clínica. Ellos se acercaron inmediatamente y subieron a Moroha a la ambulancia.
No quería separarme de ella, pero tampoco podía dejar sola a Kagome. Así que me dirigí con ella y, una vez dentro del auto, arranqué de inmediato. Kagome tomó mi mano que estaba sobre el volante, y en ese momento supe que debía mantener la calma. Ya había experimentado el dolor de un accidente antes y no estaba dispuesto a pasar por lo mismo de nuevo. Me tranquilicé y traté de conducir con la mayor serenidad posible.
Al llegar, ambos buscamos respuestas, pero no obtuvimos más información que la de que Moroha estaba en medio de una intervención. Confiaba en Miroku y sabía que él haría todo lo posible para encontrar el origen del problema, sin embargo, no podía dejar de preocuparme por ella.
KAGOME
Abracé a Inuyasha y no importó que nos vieran, necesitaba sentirme acompañada, necesitaba sentir la calma que me transmitía su cercanía.
–Todo estará bien, amor… –susurró cerca de mi oído– Tenemos que confiar.
Asentí, pero de todas formas rompí en llanto. Me sentía impotente, sentía tanto enojo que podría explotar en cualquier momento. Naraku podía meterse conmigo, podía hacer lo que se le venga en gana, pero con mi hija no. Con ella no.
Y con el paso de los minutos, mi mente no dejaba de atormentarme con pensamientos negativos, que solo servían para aumentar mi culpa. Inuyasha contenía mi angustia, pero no era suficiente. Necesitaba saber qué le había pasado a Moroha, y si Naraku era el responsable, no me quedaría de brazos cruzados.
–Kagome… –susurró Inuyasha al ver que Miroku se acercaba.
–¿Cómo está ella? –cuestioné de inmediato.
Miroku señaló con la mirada el consultorio vacío, y entramos sin decir una palabra más.
–Está estable…
Solté toda mi tensión.
–¡Gracias a Dios! –exclamé abrazando a Inuyasha con lágrimas en los ojos.
–¿Podemos verla?
–Primero deben instalarla las enfermeras, y después podrán pasar a verla ¿Está bien?
–Gracias, Miroku… –susurré conteniendo un sollozo– Enserio gracias…
–Tranquila –dijo tomando mi mano– Sé lo valiosa que es para ustedes.
Miré a Inuyasha, y él estrechó aún más el abrazo mientras me daba un beso en la frente.
–Te dije que todo estaría bien… –susurró mirándome.
–Iré a ver si ya está todo listo –dijo Miroku antes de salir y dejarnos solos.
–Y yo haré una llamada.
–¿A quién llamarás? –pregunté.
Inuyasha miró su celular y luego suspiró con pesar.
–¿Qué pasa? –volví a preguntar.
–Temo por la salud de mis padres; han recibido demasiadas malas noticias últimamente. Pero si no les cuento lo que pasó con Moroha, entonces me odiarán para siempre.
–Tranquilo, ojos bonitos –Lo animé besando la comisura de sus labios– Sé que todo estará bien, llámales y diles que vengan, de todas formas, también quisiera hablar con ellos.
–¿No es peligroso?
Negué y sonreí.
–Tu madre se alegrará al verme.
Inuyasha tomó mis mejillas y me acercó a él para darme un beso.
–Ya vuelvo.
–Está bien –respondí sonriente.
Esperé pacientemente en el consultorio hasta que recibí un mensaje en mi celular. Al ver que era de Koga, lo leí de inmediato.
"¿Te quedarás esta noche?"
Solté un suspiro antes de responder: "Esta noche me quedaré en casa, pero nos veremos mañana. Tengo algo importante que decirte"
No esperé su respuesta, solo salí del consultorio en busca de alguien que sabía que me ayudaría sin esperar nada a cambio. Cuando lo vi sonriendo y coqueteando con una enfermera me fue imposible no hacer lo mismo.
–Miroku –Lo llamé y él me miró de inmediato, dejando todo lo que estaba haciendo.
–Ka… ¿Se le ofrece algo señorita Escargot?
Sonreí.
–Solo un favor –Negué–, bueno en realidad son dos favores.
–¿De qué se trata?
INUYASHA
Sabía que la llamada los sorprendería, y me preocupé mucho cuando mi padre no dijo nada después de recibir la mala noticia. Fue mi madre quien tuvo que finalizar la llamada, no sin antes decirme que vendrían de inmediato.
Al regresar, mi celular volvió a sonar. Sin embargo, al intentar responder, vi a mi hermano a lo lejos, aparentemente discutiendo con una mujer, y claro que se trataba de Kagura. Miré a ambos lados y me acerqué a ellos.
–...estás siendo injusto –le dijo ella cuando llegué.
–¿Todo bien? –cuestioné viéndolos a ambos.
Kagura se limpió las mejillas esquivando mi mirada.
–Sí, no te preocupes –respondió mi hermano– Solo vinimos a una revisión de rutina.
Kagura soltó una risita fingida.
–Claro que no ¿Por qué no le cuentas la verdad? –dijo mirando a mi hermano– Dile que me trajiste hasta aquí para hacer una prueba de ADN.
–Kagura…
–¡No lo niegues! –soltó ella evidentemente afligida– Ya te dije que este bebé es tuyo, no sé por qué insistes en dudar de mí cuando yo no te he dado motivos para hacerlo.
En ese momento, un golpe seco resonó al caer algo al piso. Al voltear, vimos a Rin, claramente sorprendida. El ruido se había producido cuando ella chocó con el dispensador de agua, que terminó cayendo al piso.
–Señorita ¿se encuentra bien? –Las enfermeras llegaron para ayudarla– ¿Señorita?
Rin no respondió, solo volvió a mirarnos y salió corriendo por el pasillo.
–Mierda… –maldijo Sesshomaru por lo bajo y yo me odié al ver que era de ella la llamada que no respondí.
KAGOME
Después de haber hablado con Miroku y de haberle pedido esos grandes favores, solo me quedaba confiar en que todo saliera como esperaba y que al fin las cosas volvieran a ser como antes. Regresé al consultorio, pero un llanto, proveniente de los baños, captó mi atención.
Me adentré y miré sorprendida a la mujer que lloraba desconsoladamente.
–¿Kagura…? –solté confundida– ¿Qué haces aquí? ¿Qué te pasó?
–Por favor… Por favor solo vete y déjame sola… –sollozó.
–Claro que no ¿Qué pasó? ¿Por qué lloras?
Kagura me miró por unos segundos antes de limpiarse las lágrimas.
–Deja de fingir que te importo ¿quieres? –soltó áspera.
–No sé por quién me tomas –aclaré– Yo no soy como tu familia. Yo no puedo ser indiferente al sufrimiento ajeno.
–¿Crees que estoy sufriendo?
–Estarías ciega para no verte a través de ese espejo y darte cuenta de que sufres.
Ella permaneció en silencio durante unos segundos, tiempo que aproveché para analizar la situación. Me preguntaba qué hacía ella aquí, por qué lloraba y si, por casualidad, Naraku la había enviado a vigilarme.
–¿Qué sentiste? –soltó de pronto.
–¿Cómo? –cuestioné confundida.
–¿Qué sentiste cuando te enteraste que estabas embarazada? ¿Tuviste… miedo…? –soltó un suspiro– ¿Miedo de mi tío?
–Sí, claro que tuve miedo –afirmé– Naraku siempre ha representado un peligro para mí, y al enterarme de que esperaba a Moroha, comprendí que también representaría una amenaza para mi hija.
Entonces Kagura volvió a llorar.
–Tengo miedo… –musitó entre sollozos– Maldición, estoy perdida…
Pateó el pequeño contenedor de basura.
–¿Qué…?
–Estoy embarazada –confesó antes de que le comenzara a cuestionar– Mi tío aún no lo sabe, y…. tengo miedo de cómo vaya a reaccionar.
–Espera –dije sorprendida– ¿Estás embarazada? ¿Cómo…?
–Creo que sabes muy bien cómo.
No quise sonreír, pero lo hice.
–Kagura, eso es maravilloso, en serio estoy muy feliz por ti.
Ella no dijo nada.
–¿Qué pasa? –pregunté al ver que su semblante seguía mostrando tristeza– No me digas que… Kagura ¿Quién es el padre?
Ella derramó unas lágrimas antes de responder.
–Sesshomaru… Sesshomaru Taisho…
Tapé mi boca llena de sorpresa.
–¿Qué…?
Entonces la duda creció en mí. ¿Sería esto posible o sería otra trampa más de Naraku?
Mi celular sonó y al ver que se trataba de Inuyasha solo bajé el volumen.
–No quiero que se lo digas a mi tío, aún no –pidió angustiada– Primero déjame solucionar algunas cosas… y yo misma se lo diré ¿Ok?… él… él ni siquiera sabe de mi relación con Sesshomaru y…
–Kagura…
–Por favor, Kagome –Era la primera vez que me llamaba por mi nombre– Sé que no he sido de mucha ayuda y que he permanecido en silencio en varias ocasiones injustamente…. pero si me haces este favor, prometo ayudarte en lo que necesites. Pero por favor… no se lo digas a mi tío.
No podía ser ajena a su dolor. Sea cierto o no, Kagura sufría y yo no podía ser indiferente. Asentí con la cabeza.
–Está bien, no se lo diré, pero recuerda tu promesa.
–Lo haré.
INUYASHA
¡Genial! Más problemas sumándose a la carga ya acumulada. Cuando Sesshomaru salió en busca de Rin, dejó sola a Kagura, quien se marchó en dirección contraria y completamente afligida. Pero aquella escena de sufrimiento ya no me la creía, no después de ser completamente consciente de todo lo que Kikyo había hecho y lo bien que fingía, no dudaba de que su prima era exactamente igual o incluso peor.
–¡Inuyasha! –exclamó Miroku al verme– Diablos amigo, ¿en dónde se metieron?
–¿De qué hablas?
–Fui a buscar a Kag, creí que había regresado al consultorio, pero no la encontré y tú también desapareciste.
–Tuve que hacer una llamada y… ya no importa –Preferí no abundar en detalles– ¿Qué pasa?
–Ya pueden pasar a ver a Moroha.
Sonreí siguiéndolo de cerca.
–¿Enserio?
–Claro, esta es su habitación.
–Espera, voy a llamar a Kag.
Al no obtener respuesta me preocupé, pero olvidé todo cuando volví a escuchar su voz.
–Papi…
Miroku abrió la puerta, y lo primero que vi fueron unos ojos idénticos a los míos. Moroha estiró las manos al verme, y vi como poco a poco se formaba un puchero en su rostro.
Corrí a ella y la abracé tratando de contener su llanto. Odiaba ver a mi bebita llorar.
–Aquí estoy mi amor… –susurré mientras la mecía– Papi está aquí.
Moroha se aferró a mí con sus pequeñas manos, y me sentí deshecho al percibir su aroma, que ahora se mezclaba con el de los medicamentos y fármacos.
No supe cuánto tiempo permanecimos así, pero cuando sentí su respiración más lenta supuse que se había quedado dormida en mis brazos.
–Es normal –dijo mi amigo adentrándose a la habitación– Los medicamentos aún están haciendo efecto.
–¿Qué es lo que pasó? Dudo mucho que se tratara de una alergia.
–Y tienes razón –afirmó– No fue una alergia.
–¿Entonces?
–Inuyasha, tuve que hacerle un lavado gástrico, bien sabes que este tipo de intervenciones son delicadas y más en niños.
–Lo sé…
–Y supongo que también presientes el motivo.
Miré a mi amigo y asentí.
–Sí, pero quiero que tú lo digas.
Miroku se sentó al pie de la cama y miró a mi hija.
–Intentaron envenenarla.
Me aferré a su pequeño cuerpo al confirmar mis sospechas.
–Lo que no entiendo es quién haría algo así.
–Yo sí –Kagome entró y se acercó a nosotros– Mi pequeña niña…
–Los dejaré solos –dijo mi amigo al compartir una mirada con Kagome.
–¿Dónde estabas? –cuestioné acomodando a Moroha en la cama– Te llamé y no respondiste.
–Lo siento, tuve algo que hacer.
–¿Qué cosa?
–Algo, ya te dije.
–Kag…
–Moroha… –Izayoi entró sin llamar, seguida de mi padre– ¿Cómo está? ¿Qué le pasó?
–Madre, tranquilízate por favor.
–¡No puedo estar tranquila, hijo!
–Cariño…
–Toga, mírala, es solo una bebé ¿Qué le pasó?
–Fue solo una alergia.
Kagome y yo nos miramos cuando Naomi apareció de pronto.
–¿Tú qué haces aquí? –exclamó mi padre, claramente enojado.
–Vengo por mi nieta.
–¡No tienes el derecho!
–Claro que lo tengo, Taisho.
–Naomi, por favor…
–No intervengas, Izayoi –advirtió Naomi– ¡Me llevaré a mi nieta y nadie se interpondrá o llamaré a la policía y te aseguro que tu hijo terminará en prisión!
–Mami…
Todos observamos a Moroha, y fue entonces cuando percibí la tensión en el cuerpo de Kagome mientras Moroha intentaba abrir los ojos.
–Mami…
Kagome ignoró todo y se acercó a nuestra hija para tratar de calmarla.
–Salgan –ordenó con autoridad mientras miraba a Moroha.
–¿Qué…?
–Dije que salgan –repitió volteando a ver a nuestros padres– Si van a discutir entre ustedes, perfecto, pero háganlo afuera. No voy a tolerar estas escenas aquí, no frente a mi hija.
Naomi se acercó y me apartó para sujetar de los brazos a Kagome.
–¿Qué dijiste…? –La agitó– Dilo… Acaso dijiste… ¿hija?
Kagome la miró con los ojos al borde del llanto y entonces se derrumbó.
–Lo siento mucho… mamá…
Continuará...
