Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 273.

El asesino también asintió esta vez.

Irina, que pensó en pedirle que matara al Vizconde Vulturi de una vez por todas, no tardó en cambiar de opinión.

¿No dijo que en caso de que muriera tenía preparado todo para que se difundieran rumores al respecto?

—Entonces, ¿puedes matar a Jane, la hija del Vizconde Vulturi?

El asesino asintió.

Irina sacó un montón de joyas de su bolsillo y se las entregó a este hombre.

Sin embargo, cambió su solicitud en el último momento.

—No, no la mates. Véndela como esclava a otro país. ¿Es eso posible?

Ella se burlaba y la ignoraba señalando que era una vulgar esclava.

Esa vulgar esclava, serás tú misma.


Durante la cena, observé a Edward atentamente.

Hace dos noches. Aunque dijo que creía en la existencia de los fantasmas y les tenía miedo, condujo a sus hombres al lugar donde aparecía el fantasma con una corona en la cabeza y lo observé actuar con tranquilidad. Pero en vez de llamarlo en el acto, me fui directamente a mi habitación.

Ahora lo volví a recordar, así que pensé en probar a Edward. Ayer no se había quedado en el palacio por otro asunto urgente.

—¿Sigues teniendo miedo a los fantasmas?

—Mucho, Reina. Pero a tu lado me siento seguro.

—¿En serio?

—Por supuesto. Reina, tú me das valor.

Sonriendo suavemente, Edward extendió su mano por encima de la mesa. Cuando puse mi mano sobre la suya, la agarró, besó el dorso de la misma y sonrió aún más.

Su sonrisa era adorable y su actitud encantadora. Se veía lindo fingiendo ser débil, pero también resultaba desconcertante. Parecía un enorme perro de caza gimiendo y actuando excesivamente lamentable.

En cualquier caso, esto dejó claro una cosa. Edward era un hombre que moldeaba su imagen según considerara necesario.

Era obvio que tenía una actitud un poco diferente cuando estaba conmigo en comparación a cuando estaba con otros.


Al día siguiente, Edward pensó detenidamente en la expresión de Bella de ayer con suspicacia.

La expresión de Bella, que solía ser fría y a veces suave, fue realmente extraña ayer.

Parecía querer decir algo... Pero Bella no dijo nada especial.

Edward se sentía incómodo, así que caminó de un lado a otro por la habitación con las manos entrelazadas a la espalda.

Pero no tardó mucho en dejar esos pensamientos a un lado. Debido a que el espía situado en el Imperio Oriental vino en persona.

El espía informó sobre el 'fenómeno de la disminución de los magos' en curso en el Imperio Oriental.

—Además, existe un alto riesgo al extraer el maná de un mago calificado.

—¿Con alto riesgo quieres decir que no funciona? O…

—Ha habido algunos casos en los que al intentar extraer el maná ha ocurrido lo contrario, aumentando aún más.

—... Es una situación difícil.

Edward frunció el ceño y se presionó la sien. Había muchas ocasiones en las que un mago experto era más útil que diez magos inexpertos. Era una gran pérdida para el Imperio Occidental aumentar aún más el maná de los magos ya sobresalientes.

—Entonces, lo mejor es extraer el maná justo después de que se manifiesta o cuando aún no está bien establecido.

Edward lo consideró un verdadero dolor de cabeza y chasqueó la lengua. En este escenario, la guerra que tenía como objetivo podría tener que retrasarse un poco más.

Mientras Edward reflexionaba sobre esto, el espía continuó.

—Y puede que esto no sea gran cosa, pero el Emperador Jasper tiene una nueva concubina.

—¿Una concubina? ¿Una concubina diferente a esa mujer llamada Irina?

—Sí.

—¿Esa concubina es un mago? Si no es así, no me interesa.

—Actualmente no es un mago, pero es asistente de un mago de la corte.

—¿Un mago de la corte?

¿Un mago de la corte utiliza a alguien que no es mago como asistente? Edward consideró extraño este hecho y esperó a escuchar el resto de la historia, así que el espía continuó.

—Lo que es aún más inusual es que se trata de una persona que perdió su maná mientras asistía a la academia mágica. Me preguntaba si estaba relacionado con nuestro plan...

—Cómo puede colocar a su propia concubina, que ha perdido su maná, como asistente de un mago. El Emperador Jasper es demasiado codicioso.

Edward se rió.

Después de causar todo ese revuelo para divorciarse de Bella y volverse a casar no hace mucho, ¿ya tenía otra mujer como concubina?

Pero al cabo de un rato, preguntó con amargura.

—¿Dijiste que perdió el maná mientras asistía a la academia mágica?

—Así es.

—Su nombre es...

—Su nombre es Astoria.

Edward inmediatamente reconoció el nombre de la chica. Era la chica huérfana que Bella visitó en la academia mágica para animarla. Una chica inteligente y talentosa.

¿Qué tenía en mente el Emperador Jasper para llevarse a esa chica...?

En cualquier caso, esto no era algo bueno.

Los magos del Imperio Oriental eran brillantes y hábiles. Si los efectos secundarios que ocurren al extraer el maná a los magos se combinara con el caso de Astoria, podría descubrirse que el fenómeno de la disminución de los magos había sido amplificado artificialmente.

—En primer lugar, dejaremos de extraer el maná de los magos en la capital del Imperio Oriental. Es mejor evitar problemas.

Aunque podría parecer un desperdicio, Edward cambió rápidamente la orden. No quería arruinarlo todo, así que tomó una decisión precavida.

—En vez de extraer el maná de los magos que ya pertenecen a la familia imperial del Imperio Oriental, es mejor asegurarse de que no aumente el número de magos.

—Entendido.

Sin embargo, a diferencia de lo habitual, el espía no se marchó inmediatamente después de terminar con el informe.

Cuando lo miró fijamente, preguntándose a qué se debía, el espía dijo, "Si no le molesta..." abrió la boca con cautela.

—¿Puedo hacer un comentario personal, Su Majestad?

—Adelante.

Cuando Edward accedió, el espía dijo con voz firme.

—Estoy de acuerdo en que la Emperatriz Isabella es una buena emperatriz digna de respeto. Sin embargo, me preocupa que, debido a la Emperatriz Isabella, Su Majestad no pueda seguir adelante con los planes que ha estado preparando desde hace mucho tiempo.

Extrañamente, en lugar de enfurecerse, Edward optó por defenderse y evadir su comentario.

Después de que el espía se marchara, Edward preguntó a McKenna.

—¿Piensas lo mismo, McKenna?