Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 245. ¿Quién Eres Tú? (2)

Mientras dormía, de repente surgió un delicioso olor.

El deseo de no querer levantarme chocó contra el deseo de querer percibir más de ese olor.

Con los ojos cerrados, sacudí la cabeza de un lado a otro, pero eventualmente me desperté al escuchar una incómoda risa cercana.

—¿Edward?

Tan pronto como abrí los ojos, vi a Edward de pie junto a un carrito de comida.

—¿Qué es eso?

Cuando le pregunté con la parte superior del cuerpo levantada, Edward removió la tapa plateada del plato en el carrito. Había un omellet y café oscuro.

—El desayuno.

No me refería a eso, ¿cómo es que el carrito está aquí...? ¿Lo trajo cuando se levantó?

Mirándolo sorprendida, Edward tomó un trozo del omellet con el tenedor.

Después de abrir la boca y comerlo, él preguntó con una sonrisa orgullosa.

—¿Qué tal sabe?

—Delicioso, pero...

—Soy un buen cocinero, ¿no?

—Eres realmente bueno.

—Es mi pasatiempo.

Muchos nobles no sabían cocinar, mucho menos la familia imperial. Era un hombre realmente maravilloso. Y un hombre así confesó que me amaba.

Mientras reflexionaba, Edward tomó otro trozo del omellet.

—¿Hay algo más que quieras comer, Reina?

—¿Puedes hacerlo todo?

—Por supuesto.

Cuando abrí la boca torpemente y comí, Edward siguió dándome la comida, emocionado.

Después de hacerlo varias veces más, no pude soportar preguntar.

—Edward.

—Sí, Reina.

—¿Eso... Eso es un hábito de tu tribu...?

—¿?

—Los pájaros suelen ser alimentados. ¿Fue así contigo...?

Edward frunció el ceño como si nunca hubiera pensado en lo que dije.

Luego me miró fijamente por un momento y cruzó los brazos con una expresión seria.

¿Me equivoqué? ¿Lo hice sentir mal porque lo traté como a un pájaro?

Lo miraba con preocupación, pero después de un momento Edward confesó.

—No estoy seguro, Reina. Pero ahora que lo mencionas, yo también lo creo. Aunque mi padre era muy estricto, curiosamente, siempre se aseguraba de alimentarme.

—¡!

—Nunca fue muy cercano a mi hermano, pero curiosamente también me alimentaba.

—Ah.

—Ahora que lo pienso, tuve este sentimiento desde el momento en que me enamoré de Reina. Yo debía ser quien te alimentara.

Entonces, si tenemos hijos, ¿Edward les daría la comida a todos? Eso sería adorable...

En ese momento, surgió en mi mente una idea extraña.

—Edward, te lo pregunto porque me da mucha curiosidad, no, es importante.

—Te escucho, Reina.

—Tal vez los de tu tribu...

—¿?

—¿Nacen como huevos?


Jasper llamó al Marqués Karl para darle instrucciones secretas.

—El documento de comercio de esclavos de Irina podría estar dentro del palacio imperial. Encuéntralo y tráemelo.

El Marqués Karl preguntó ansioso.

—¿Es eso cierto, Su Majestad?

—No estoy seguro. Eso fue lo que Jacob le dijo a Irina.

Cabía la posibilidad de que Jacob hubiera mentido intencionalmente porque estaba enojado con Irina.

Sin embargo, indudablemente dos hechos eran ciertos… Que Jacob tomó el documento de comercio de esclavos de la corporación oso, y que ese documento estaba actualmente desaparecido.

—Debes ser cuidadoso en la búsqueda, ya que de lo contrario esta historia podría difundirse.

—Sí, Su Majestad.

El Marqués Karl respondió con una expresión firme.

Si el documento de comercio de esclavos saliera a la luz antes de que naciera el bebé de Irina. No, sería un gran problema si saliera a la luz incluso después de que naciera.

Tenía que encontrarlo por cualquier medio posible.


Mientras tanto, Irina ya estaba buscando el documento por su cuenta.

Jasper tenía muchos ayudantes cercanos que actuaban por él con la boca cerrada, pero Irina no tenía ninguno.

El Duque Riddle era un amigo, pero no un subordinado.

Así que tenía que encontrar el documento sin ayuda de nadie.

—Saludos a Su Majestad la Emperatriz.

—Buenos días, Su Majestad.

Sin embargo, todos la reconocían como la emperatriz, así que era incómodo moverse en secreto.

Por cualquier lugar que Irina pasaba, la gente inclinaba la cabeza en señal de saludo.

A menos que Irina saludara primero, no habría una larga conversación, pero sus acciones estaban limitadas debido a que estaba bajo la mirada de los demás.

Podría estar por allí o quizás en ese rincón de allá, creo que por ese lado también hay un agujero.

Irina pisó fuertemente el suelo, incapaz de agacharse tranquilamente para buscar en cualquier rincón debido a su estatus de emperatriz.

Ella pensaba que sería fácil ser emperatriz. Pero en este caso era una molestia.

Necesito un ayudante o subordinado tan pronto como sea posible.

Como emperatriz, se suponía que debía poder manejar a las personas con las puntas de sus dedos.

Irina refunfuñó mientras buscaba desesperadamente por todas partes. Y cuando caminaba por el sendero que conducía al palacio central, de repente vio un magnífico carruaje.

¿Quién podría ser?

Ella pensó que se trataba de un carruaje usado por un invitado distinguido que se dirigía al palacio del sur, pero el carruaje se desvió del sendero al palacio del sur y se dirigió directamente al palacio central.

Irina miró suspicazmente el carruaje, ya que no era normal que se adentrara hasta aquí.

Probablemente sintiendo su mirada, el cochero detuvo el carruaje tan pronto como se acercó.

Entonces, se bajó de su asiento y saludó a Irina.

—Es un honor ver a Su Majestad Irina.

Irina asintió en señal de saludo, luego preguntó, señalando con la barbilla hacia el carruaje.

—¿Quién va en ese carruaje?

Pero la reacción del cochero fue extraña.

No respondió a la pregunta. Sólo miró alrededor del lugar como si tuviera dificultad para responder.

—¿Quién está ahí?

Cuando Irina preguntó con el ceño fruncido, el cochero miró a Irina a los ojos y dijo.

—Es... Es la Señorita Astoria.

—¿Señorita Astoria?

Nota: Astoria es la chica que Isabella patrocinaba. La maga.

Irina frunció el ceño. No tenía ni idea de quién era.

Después de convertirse en emperatriz, Irina descubrió que había demasiados nobles en este mundo.

La nobleza desde la perspectiva de un esclavo y la nobleza desde la perspectiva de una emperatriz eran completamente diferentes.

¿Cómo podría saber quién era sólo con el nombre de 'Astoria'?

—¿Quién es la Señorita Astoria?

Esta vez, Irina preguntó directamente, pero el cochero no respondió, aún más indeciso.

Irina frunció el ceño, y de repente vino a su mente un hecho muy desagradable.

El cochero la había saludado en voz alta diciendo, "Su Majestad Irina," así que la persona en el carruaje debió haber escuchado. Sin embargo, no tuvo la cortesía de salir y presentar sus respetos a la emperatriz.

Irina, enojada, ordenó en dirección al carruaje.

—No sé quién eres, pero no tienes modales. Te ordenó que salgas y saludes de inmediato.

Después de un tiempo.

La puerta del carruaje se abrió y unos zapatos amarillos aparecieron. Del carruaje salió una chica que nunca antes había visto.

Una chica que parecía de la misma edad que Jane.

Cuando estaba a punto de gritarle, Irina se sobresaltó.

Aunque estaba segura de que nunca antes la había visto, ella miraba a Irina como si estuviera mirando a un enemigo.

La fría mirada hizo que Irina se estremeciera.

Sin embargo, pronto se enojó aún más.

¿Me está mirando así a pesar de saber que soy la emperatriz?

Era verdaderamente una falta de respeto.

—¿Quién te crees que eres para mirar a Irina de esa manera?

El cochero estaba avergonzado, así que se acercó apresuradamente a la chica llamada "Astoria" y le dijo.

—Señorita Astoria, es Su Majestad la Emperatriz. Apresúrese a saludarla.

El cochero parecía asustado al dirigirse a ella. Pero tenía más miedo de Irina que de la chica.

Finalmente, la chica abrió la boca a regañadientes. Sin embargo, las palabras que salieron no fueron ni de saludo ni de disculpa.

Ni Irina ni el cochero esperaban esto.

—Hasta donde sé, tú no eres la emperatriz.

Sus ojos llenos de insatisfacción, su voz apagada y sus palabras atrevidas. Esas tres cosas avivaron la ira de Irina.

Irina no pudo contener más su ira y dio un paso al frente.

Justo en ese momento, el Barón Lant, que venía corriendo desde el palacio central, dijo,

—Su Majestad la Emperatriz, ella es una invitada del Emperador.