Maestro de la Oscuridad

Capítulo 2

Griphook, con su expresión seria, continuó examinando el pergamino de la prueba de herencia de Harry, sus ojos recorriendo cada detalle con cuidado.

—Harry Potter —comenzó—, además de ser un Maestro Oscuro, también eres Lord Potter, lo que te otorga la titularidad de todas las propiedades, riquezas y responsabilidades de la Casa Potter. Esto incluye no solo la propiedad de las tierras y casas asociadas con tu linaje, sino también la autoridad para tomar decisiones sobre cualquier asunto relacionado con la familia.

Harry asintió, asimilando la información, pero Griphook no había terminado.

—Además —prosiguió el duende—, eres el heredero de la Casa Black. Aunque no llevas el apellido, por el derecho de sangre de tu abuela Dorea Potter antes Black eres el siguiente en la línea de sucesión después de Sirius Black. Con su permiso, podrás reclamar todas las propiedades y títulos asociados con la familia Black.

Sirius miró a Harry con una sonrisa triste.

—Esto significa que no solo eres mi ahijado, sino también mi heredero legítimo, Harry —dijo, con una mezcla de orgullo y melancolía en su voz—. La Casa Black, con todo lo bueno y lo malo, será tuya cuando yo ya no esté.

Harry abrió la boca para responder, pero Griphook lo interrumpió.

—Aún hay más. Tu herencia mágica te otorga el derecho a reclamar el Señorío Peverell. Durante siglos, este señorío no ha sido reclamado debido a su conexión con la magia oscura. Solo alguien con una herencia oscura podría desbloquearlo, y tú, Harry Potter, eres ese heredero. Los registros de Gringotts indican que este señorío ha estado inactivo durante generaciones, esperando a alguien como tú.

La mención de los Peverell resonó en la mente de Harry, recordando la historia de las Reliquias de la Muerte. Pero antes de que pudiera preguntar más, Griphook continuó.

—Hay algo más que debes ver, Harry Potter —dijo, sacando un pergamino sellado de un compartimento cercano—. Este es el testamento de tus padres, James y Lily Potter. Está vinculado mágicamente a tu herencia y contiene información vital que debes conocer.

Sirius se tensó al escuchar esto, y Harry sintió un nudo formarse en su estómago mientras Griphook rompía el sello y desenrollaba el pergamino. La voz de James Potter resonó en la sala, calmada y firme, como si estuviera hablando desde más allá de la tumba.

—Harry, si estás escuchando esto —comenzó la voz de James—, significa que no pudimos estar ahí para verte crecer. Quiero que sepas, hijo, que te amamos más de lo que las palabras pueden expresar. Lamentamos profundamente no estar ahí para guiarte, pero confiamos en que, rodeado de quienes te aman, encontrarás tu propio camino.

Lily continuó, su voz llena de emoción.

—Primero, queremos aclarar algo muy importante. Sirius Black es inocente. Como parte de un antiguo ritual de padrino, conocido solo por unos pocos, Sirius fue vinculado mágicamente a ti y a nosotros, Harry. Este ritual no permitiría bajo ninguna circunstancia que Sirius nos traicionara. El verdadero traidor es Peter Pettigrew. Si Sirius ha sido acusado de nuestro asesinato, debes saber que es una mentira. Peter fue quien nos vendió a Voldemort.

Sirius cerró los ojos, apretando los puños mientras escuchaba la voz de su amigo confirmando su inocencia.

—Dejamos a Sirius 50 mil galeones como muestra de nuestro agradecimiento y amor —continuó Lily—. También le dejamos a Remus 50 mil galeones y una cabaña en Gales para que pueda tener un lugar seguro y tranquilo donde vivir. Y para Peter, también le habríamos dejado 50 mil galeones, pero si estás escuchando esto, es probable que la traición haya sucedido.

James retomó la palabra.

—El resto de nuestras riquezas, propiedades y títulos serán para ti, Harry. Sabemos que estarás en buenas manos con Sirius y Remus, y que algún día entenderás todo lo que significa ser un Potter.

Lily continuó —Lo más importante, Harry, es que vivas tu vida. No queremos que el peso de lo que hemos dejado atrás te impida ser feliz. Haz lo que amas, encuentra la alegría donde puedas, y nunca olvides que siempre estarás en nuestros corazones. Estamos muy orgullosos de ti, y siempre lo estaremos, sin importar lo que pase.

El testamento terminó, dejando a Harry en un profundo silencio. Las palabras de sus padres lo llenaron de una mezcla de tristeza, amor y determinación. Pero más que nada, sintió la responsabilidad que había heredado.

Harry sintió un nudo en la garganta, y Sirius le dio un suave apretón en el hombro, brindándole apoyo.

Sirius lo observó atentamente, viendo la lucha interna en los ojos de Harry.

—¿Estás bien? —preguntó Sirius suavemente.

Harry asintió, tomando una profunda respiración.

—Sí, estoy bien —respondió, con un brillo de resolución en sus ojos—. Pero esto cambia todo. No se trata solo de derrotar a Voldemort. Como su maestro, tengo el poder para cambiar las cosas, y demostrar que la oscuridad es más que racismo y asesinato. No voy a dejar que la maldad controle nuestro mundo. Es tiempo de hacer las cosas de manera diferente.

Sirius sonrió, orgulloso de la decisión de su ahijado.

—Lo harás, Harry. Estoy contigo, no importa lo que venga.

Harry sintió que un torrente de emociones lo invadía. El dolor por la pérdida de sus padres, la rabia por la traición de Pettigrew, y la profunda gratitud hacia Sirius. Pero por encima de todo, estaba el peso de su herencia, algo que no podía ignorar.

—Harry… —comenzó Sirius, pero Harry lo interrumpió con un abrazo repentino y fuerte. Sirius lo rodeó con sus brazos, sosteniéndolo firmemente.

—Gracias, Sirius —murmuró Harry—. Gracias por todo.

Griphook, con la misma eficiencia de siempre, enrolló el pergamino y lo devolvió a su lugar seguro.

—Ahora que conoces la verdad, Harry Potter, es crucial que decidas cómo proceder. Tienes un poder y una responsabilidad que pocos han tenido, y lo que hagas con ello definirá tu futuro.

Harry asintió, alejándose de Sirius y mirando a Griphook con determinación.

—Quiero aprender todo lo que pueda sobre mi herencia y cómo usarla para detener a Voldemort. No voy a dejar que lo que hicieron mis padres sea en vano.

Sirius sonrió, orgulloso.

—Estamos contigo, Harry. No tienes que hacer esto solo.

Griphook inclinó la cabeza, respetando la decisión de Harry, y colocó un pequeño cofre sobre la mesa. Al abrirlo, Harry y Sirius vieron una serie de documentos cuidadosamente organizados.

—Estos son los registros de las propiedades que ahora pertenecen al señor Potter —explicó Griphook, entregando los papeles a Harry—. La Mansión Potter en Devon ha estado desocupada desde la muerte de sus abuelos, y según los informes de mantenimiento de Gringotts, se encuentra en perfecto estado. La cabaña en Godric's Hollow, aunque está en ruinas, aún pertenece a su familia y puede ser restaurada si lo desea.

Harry tomó los papeles con una mezcla de asombro y tristeza. La cabaña de Godric's Hollow siempre había sido un lugar especial para él, aunque solo había estado allí siendo un bebé. La Mansión Potter en Devon era un lugar que no conocía, pero ahora le pertenecía.

Griphook continuó:

—Además de estas propiedades, la herencia Peverell también incluye el Castillo Peverell, ubicado en las Tierras Altas de Escocia. Esta propiedad ha estado en desuso durante siglos, ya que solo aquellos con una herencia mágica oscura pueden reclamarla. Usted, señor Potter, es el legítimo heredero.

—Esto es... abrumador —murmuró Harry, pasando la vista sobre los documentos.

Sirius sonrió, aunque su mirada era algo melancólica.

—No tienes que decidir nada ahora, Harry. Estas propiedades estarán aquí cuando las necesites.

—Gracias, Sirius. —Harry miró a Griphook, una nueva pregunta formándose en su mente—. Griphook, ¿hay algo más en la bóveda Peverell que pueda ayudarme a entender esta herencia mágica oscura?

El duende asintió, su expresión imperturbable.

—Podemos hacer arreglos para que ustedes dos visiten la bóveda Peverell hoy mismo.

Sirius se cruzó de brazos, su expresión seria.

—Necesitamos toda la información posible. ¿Podemos proceder con la visita entonces?

Griphook asintió y con un rápido movimiento de su mano, hizo aparecer un pergamino más pequeño, que entregó a Sirius.

—Esta es una copia del testamento que se enviará al Ministerio de Magia. Una vez recibido, se iniciará el proceso para limpiar su nombre, señor Black.

—Gracias, Griphook —dijo Sirius, tomando el pergamino con una expresión de alivio. Había esperado mucho tiempo para este momento.

—Ahora, si están listos, los guiaré a la bóveda Peverell.

Harry y Sirius intercambiaron una mirada, y luego asintieron.

—Estamos listos —dijo Harry.

Griphook los condujo a través de los pasillos laberínticos de Gringotts, cada paso los acercaba más a los secretos que la familia Peverell había guardado durante siglos. Finalmente, se detuvieron frente a una gran puerta de hierro, adornada con símbolos arcanos que brillaban con una luz tenue.

—La bóveda Peverell —anunció Griphook—. Solo un heredero legítimo puede abrirla.

Harry dio un paso adelante, sintiendo un tirón en su pecho, como si la marca que llevaba estuviera reaccionando a la proximidad de la puerta. Colocó su mano sobre el frío metal y, con un chasquido, la puerta se abrió lentamente.

Dentro, la bóveda estaba llena de antiguos libros, objetos mágicos oscuros y pergaminos enrollados con sellos de cera. El aire estaba impregnado de una sensación de poder latente, una energía que hizo que los pelos de la nuca de Harry se erizaran.

—Aquí hay más de lo que podríamos revisar en un solo día —murmuró Sirius, mirando alrededor.

—Empecemos por los libros —sugirió Harry, tomando el primero que vio. Al abrirlo, vio que estaba escrito en un idioma antiguo, uno que apenas podía comprender.

Sirius, entretanto, encontró un pergamino enrollado y comenzó a leerlo en silencio. Después de unos momentos, su expresión se oscureció.

—Harry, creo que esto tiene que ver con tu herencia mágica oscura. Habla de un antiguo poder, uno que los Peverell creían que les daba control sobre la muerte misma.

Harry se detuvo en seco, la palabra "muerte" resonando en su mente. Recordó la historia de las Reliquias de la Muerte, pero esto parecía algo aún más profundo.

—Vamos a llevar estos documentos —dijo Sirius—. Podemos estudiarlos más tarde, con calma. Es tu cumpleaños, Harry. Deberíamos tomar un descanso y disfrutar un poco.

Harry asintió, agradecido por el cambio de tema. Cerraron la bóveda y regresaron al vestíbulo principal de Gringotts.

—Gracias, Griphook, por todo —dijo Harry mientras salían del banco.

—Es un placer servir a la familia Potter —respondió el duende con una reverencia.

Una vez fuera, Sirius le dio a Harry una sonrisa traviesa.

—Hay un pequeño restaurante muggle a pocas calles de aquí que me gustaría que probaras —dijo Sirius con entusiasmo—. No es nada ostentoso, pero sirven un buen pastel de carne.

—Eso suena genial —respondió Harry, aliviado por la idea de un momento de normalidad.

Caminaron juntos hasta el restaurante, un lugar acogedor y tranquilo. Una vez sentados en una mesa junto a la ventana, Sirius pidió el pastel de carne que tanto había alabado y Harry optó por un simple fish and chips.

Mientras esperaban la comida, el ambiente se llenó de un agradable murmullo de conversaciones y el tintineo de cubiertos. Harry, aunque todavía procesando todo lo que había descubierto en Gringotts, se sintió extrañamente en paz en ese pequeño rincón del mundo muggle.

—Harry —comenzó Sirius, su tono más serio ahora—. He estado pensando en lo que deberíamos hacer a continuación. Después de lo que hemos descubierto hoy, creo que sería mejor que regresáramos a Privet Drive, recogieras todas tus cosas, y luego vinieras conmigo a Grimmauld Place para el resto del verano.

Harry levantó la vista, sorprendido.

—¿Grimmauld Place? ¿No es peligroso estar allí con todos los miembros de la Orden entrando y saliendo?

Sirius negó con la cabeza, sus ojos brillando con determinación.

—No te preocupes por eso. El lugar es seguro, y además, si algo sucede, prefiero que estemos allí, donde tengo más control sobre lo que pasa. Además, hay mucho que necesitamos aprender sobre tu herencia mágica oscura, y Grimmauld Place es un buen lugar para hacerlo.

Harry asintió lentamente. La idea de abandonar definitivamente Privet Drive no le causaba ninguna pena, pero la perspectiva de enfrentar a los miembros de la Orden, especialmente a Dumbledore, le inquietaba.

—¿Y qué pasa con los demás? —preguntó Harry—. ¿Los Weasley, Hermione... y Dumbledore? ¿Cómo crees que reaccionarán cuando se enteren de todo esto?

Sirius hizo una pausa, considerando la pregunta.

—Los Weasley probablemente se preocupen, especialmente Molly. Pero te conocen, así que creo que lo aceptarán con el tiempo. Hermione, por otro lado, querrá saber todos los detalles, eso es seguro.

Harry sonrió ante la idea de Hermione lanzándole preguntas interminables sobre su herencia y las propiedades que acababa de adquirir.

—En cuanto a Dumbledore... —Sirius suspiró, entrelazando los dedos sobre la mesa—. Ese es el punto más complicado. No va a estar contento con lo que hemos descubierto. Ya sabes que él siempre ha tenido sus propios planes para ti, y esto... bueno, esto cambia todo.

Harry asintió, sintiendo un nudo formarse en su estómago.

—¿Crees que intentará detenernos? —preguntó.

Sirius negó con la cabeza.

—No lo creo. No puede ignorar la prueba del testamento ni el hecho de que eres el legítimo heredero de varias líneas antiguas. Pero... intentará influir en lo que hagamos, como siempre lo ha hecho. Lo importante es que tú tomes tus propias decisiones, Harry. Tienes más poder del que él podría imaginar, y ahora es momento de que empieces a usarlo a tu favor.

La comida llegó, y ambos se sumieron en el silencio mientras comían, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Harry sentía el peso de todo lo que se avecinaba, pero también una nueva determinación. Esta vez, no sería un peón en los juegos de otros.

Cuando terminaron, Sirius pagó la cuenta y se levantaron para regresar a Privet Drive.

Al entrar en su habitación, Harry encontró varias cartas y regalos apilados sobre su cama.

Sonriendo, se sentó para abrirlos, sintiendo por primera vez en mucho tiempo un verdadero sentido de pertenencia y amor, a pesar de todo lo que había descubierto ese día.


Espero que disfrutaran del capítulo, quería terminar con la parte de Gringots para seguir con las partes más interesantes de la historia