Capítulo 19


Con el paso de las horas, los pies de Twilight se cansaban más con cada paso. Se sentía incómodo y el frío de la noche no ayudaba en nada. La emoción del momento había pasado y ahora empezaba a sufrir las consecuencias.

—Papi. Tengo frío —dijo Anya balbuceando, y su padre intentó cubrirla más—. Y hambre.

Durante el camino hacia los túneles, Twilight guardó algunas cosas útiles en su mochila, como comida y municiones. Pero quería tener más cosas para Anya. Estaba claro que nadie en el Proyecto Apple se preocupaba por el bienestar de los experimentos. Aunque había encontrado un vestido negro que le quedaba mejor que la camiseta larga, no era suficiente.

—Espera un poco —susurró al oído de Anya, pero el repentino llanto lo detuvo—. ¿Qué pasa?

—Lo siento, papi —expresó Anya, arrastrando sus palabras con tristeza—. Esto es mi culpa.

—¿Qué? No, Anya, no eres culpable de nada —le contestó Twilight. Observó a Anya caída con nerviosismo—. Nos salvaste la vida antes y eso es lo más importante.

Sin embargo, Anya se aferró fuertemente a él. Era algo que había hecho incontables veces desde su primer encuentro, pero esta vez se sentía diferente.

—Pero, pero…—murmuró la chica—, yo quiero ser más útil para papi.

—¿Eh…? —Twilight estaba confundido y más cuando Anya estaba sollozando con más fuerza, mojando su traje—. Anya, no, eso no es necesario.

Twilight apretó los puños, su respiración irregular mientras deseaba que todo lo que había hecho sufrir a Anya desapareciera. Anhelaba haber actuado de manera diferente, que WISE hubiera investigado el Proyecto Apple mucho antes, acabar con todo antes de que su hija sufriera.

«Esto me recuerda a mi niñez. El aislamiento y la desesperación de que nadie me escuchara. La impotencia de no poder hacer nada más que llorar».

—No quiero que hagas cosas por obligación, Anya —admitió Twilight, cerrando los ojos. Sintió cómo la chica se quedaba quieta—. Después de esta noche, lo único que deseo es que seas feliz.

—Uh —Anya se frotó un ojo, deteniendo su llanto. Miró el rostro de su papá—. ¿Feliz?

—Sí —dijo él, limpiando las lágrimas de Anya con ternura. Respiró hondo—. ¿Sabes por qué soy espía? Porque quería hacer un mundo donde los niños no tengan que llorar.

Anya no sabía qué decir, pero antes de que pudiera pensar en algo, su papá se movió rápidamente, agachándose. Tan pronto como lo hizo, comenzó a correr y la protegió contra su pecho.

«¿Quién se acercó sin que me diera cuenta?».

Le tomó un poco de tiempo a Twilight poner distancia entre él y lo que lo estaba persiguiendo. No tenía dudas de que alguien lo estaba cazando. Sin embargo, con Anya a su lado, no iba a rendirse.

Su huida continuó hasta que sus pies tocaron el agua y Twilight se detuvo de golpe. Miró hacia abajo y vio su reflejo en el arroyo. De inmediato, su mente lo llevó a un recuerdo lejano, donde no solo vio su imagen, sino también la figura de una mujer con ojos rojos.


Nota de la autora: Recuerdo que cuando publiqué esto por primera vez, había sido una locura. Todavía lo sigue siendo.

Ciao.