Capítulo 42
Sookie se levantó del sofá, dejando el móvil cuando escuchó el timbre.
Antes de abrir, miró instintivamente hacia las escaleras, esperando que Lil reaccionara ante aquello, pero no escuchó ningún sonido de la segunda planta.
-Hola, Alcide -Saludó con sorpresa, dejándolo pasar antes de continuar. -¿Qué te trae por aquí? ¿Va todo bien?
-Ojalá pudiera decirte que sí, y que vengo por cortesía. Puede que tengamos problemas.
-¿Qué pasa? -Preguntó asustada, mientras ambos se sentaban en el sofá. Alcide hizo un apunte antes de seguir.
-¿Lil está trabajando? En realidad, esto le concierne.
-Trabajamos esta mañana; está arriba. Le pasa algo desde anoche que volvió del club de Eric. Ya te conté lo de las hermanas y el hechizo. Necesitamos un ingrediente raro y fue a decirle a Eric que lo buscara. Llegó y se encerró en su cuarto y apenas ha salido de ahí.
-Algo ha debido hacerle ese capullo. -Murmuró casi de forma inconsciente, observando que Sookie asentía, dispuesta a responderle cuando escucharon que la mujer se acercaba, apareciendo poco después.
-Hola, Alcide. ¿Qué pasa? Lo siento, he notado tus pensamientos y eso.
-Tranquila, está bien. Están vendiendo uve y matando vampiros en la zona que le corresponde a mi manada, ya sabéis, ha empezado todo. Yo voy escaqueándome como puedo, pero he tenido que empezar a vender de lo que me dan, porque estaban mosqueándose. No obstante, ese no es el tema. Jack me hizo reunirme con él esta mañana, pensé que sería por mis reticencias, y por eso de que les dije que yo pasaba de drenar vampiros y esa mierda, pero no era eso. Earl había estado insinuándole cosas sobre que Lil me engañaba con un vampiro, que ha estado viendo cosas y por eso quizás somos tan poco colaborativos. Resumiendo, el tío debe vigilarnos todavía, quizás no sólo a vosotras, también a mí, y por eso ha ido a contarle movidas raras a Jack, para meterme en el saco de los que deben ser quitados del medio. Yo he negado todo, claro, y he dicho que en realidad, ese supuesto vampiro es el que no te deja en paz a ti, que tienes miedo y por eso no has actuado. Dije que me lo dijiste hace nada y discutimos por el tema. Que me detuviste de ir en su busca y cargármelo.
-Mierda… lo siento, Alcide. No me he dado cuenta si alguien ha estado espiándome. Earl no tardará en aparecer y empezar con su juego psicológico, entonces... Has hecho bien, no es mala excusa.
-Pero… hay algo que no entiendo -Intervino Sookie tras su amiga- ¿Por qué dice que te engaña con él? Supongo que se referirá a Eric, no vemos a más vampiros hombres ahora mismo, pero Lil no ha pasado mucho tiempo con él últimamente ¿no? ¿Por qué ahora insinúa eso?
-Puede que quien sea que me espíe me viera ayer en su bar. -Respondió la morena tras un leve silencio, queriendo que la tierra se la tragara antes de seguir. -Nos besamos delante de todo el mundo. En realidad, él empezó y yo traté de parar, pero después le seguí el rollo y acabamos en su oficina. Joder, lo siento mucho.
La camarera se llevó las manos al rostro, avergonzada y sintiéndose culpable, pero nadie reprochó nada al saber que ya se sentía suficientemente mal. Alcide carraspeó antes de hablar, tratando de quitarle peso a todo el asunto.
-No pasa nada. Tú sólo tira de mi mentira si Earl pregunta.
-Sí, lo haré, pero no vamos a llegar muy lejos con ella…
El sonido de alguien llamando a la puerta principal detuvieron la conversación abruptamente, haciendo que los tres se miraran un segundo.
-No escucho sus pensamientos. -Susurró Lil, mirando a la rubia, quien negó con la cabeza muy seria, afirmando que ella tampoco.
La morena fue directa a abrir, seguida del hombre lobo, abriendo con firmeza para encontrarse con aquella condescendiente y perturbadora media sonrisa de su pariente hada.
-Vaya, qué bien encontraros juntos; qué oportuno.
-Sí, al igual que tú yendo por ahí insinuando que engaño a mi novio. -Replicó Lil con enfado, contemplando el imperturbable rostro del hada.
-Bueno, para eso he venido; para aclarar las cosas. Sería mejor hacerlo dentro, fuera de oídos indiscretos.
La camarera lo dejó pasar, caminado junto con Alcide tras Earl al salón, donde Sookie esperaba en el mismo lugar. Tras que el recién llegado la saludara brevemente, comenzó a hablar.
-Supongo que el señor Herveaux te ha contado lo que ha sucedido. No es por mero cotilleo, la verdad es que vuestra vida amorosa no me importa, pero sí que tratéis de engañarnos. En la manada nadie os ve juntos, Alcide está sólo casi todo el tiempo y no habla de ti. Como te digo eso me es indiferente, pero por otro lado, pareces tener una relación más estrecha con Eric Northman, con un vampiro.
-Sí, y precisamente por su culpa Alcide y yo no pasamos por nuestra mejor etapa. Es lo que él le ha contado a Jack. Eric no me deja en paz, y estaba tratando de ocultarlo hasta que no pude esconderlo más y Alcide se enteró. Ese tío es muy poderoso, no quiero que le pueda hacer daño, y como te conté, Sookie y yo tenemos negocios con él.
-Sí queréis seguir teniendo negocios conmigo, eso debe parar ya. -Dijo con suma firmeza. -No obstante, Lilian, tu versión me sorprende, puesto que me han contado que parecías muy entregada con él anoche. ¿Eres una mentirosa? ¿O lo que escondes es un lado de vulgar folla vampiros?
-No se te ocurra hablarle de esa forma. -Agregó velozmente el moreno, cogiéndolo de la pechera con mal humor.
Lil sujetó a Herveaux del brazo, alejándolo del hada con miedo en su interior al ver que Earl no se achantaba un mínimo, encontrando aquello gracioso.
-Vamos, Lil. Esperamos todos una respuesta.
-Es culpa del vínculo de la sangre. He tenido que beber de su sangre, ya lo sabes. Esa mierda te confunde, pero no quiero tener nada que ver con él ni con ningún vampiro. Ninguno lo queremos.
-Entonces demostradlo. Matad a Eric Northman. Sois lo suficientemente fuertes, las dos juntas, o con el señor Herveaux, para deshaceros de él. Quiero verlo muerto en menos de una semana o pasareis directamente al bando enemigo.
Nadie dijo nada. Simplemente los ojos se clavaron en el rubio mientras trataban de ocultar la rabia que sentían, contemplando como él giraba sobre sus talones tras una última amenazadora mirada, abandonando la casa.
Sookie despachó velozmente la mesa que terminaba de atender al ver que Eric cruzaba la puerta del Merlotte, sentándose en su zona con su característica indiferencia.
La rubia llegó hasta la mesa, aceptando como saludo aquel gesto de cabeza del vampiro, antes de ir directa al grano.
-¿Has podido conseguir la sangre?
-Sí, la he traído. -Comentó mientras metía la mano en el bolsillo interno de su chaqueta, pero ella habló con premura.
-Espérame a que termine el turno; salgo en diez minutos. Tenemos que hablar de algo que pasó anoche. ¿Quieres tomar algo?
-Te esperaré fuera mejor.
La rubia esperaba aquella respuesta, sabiendo que él no tomaba la sangre sintética que se comercializaba, con lo que volvió a sus tareas mientras el rubio salía del lugar.
Eric anduvo por el aparcamiento del restaurante, apoyándose contra el coche de la propia Sookie, y no pudo evitar que su mente de nuevo pensara en Lil. Desde luego había sabido que ella no estaría en el bar cuando la rubia le mandó aquel mensaje al móvil, pero no esperaba sentir aquella perturbación interior que lo ponía nervioso.
El vampiro salió de sus pensamientos cuando la puerta trasera del local se abrió, y algunas de las camareras salieron del lugar, incluida Stackhouse. El rubio sacó el frasco de su chaqueta mientras la veía venir, mostrándoselo al tenerla en frente.
-No ha sido sencillo conseguirla, así que, que no haya accidentes, por favor. -Se burló, entregándole el líquido casi negro a la joven, para cambiar el tema, apartando las bromas. -¿Qué es lo que ha pasado?
-Para resumir: Earl vino anoche a casa. No se fía de nosotras, y ha estado vigilándonos y sembrando dudas con el líder de la manada de Alcide también. Nos llevamos demasiado contigo, especialmente bien Lil, remarcó, y se supone que ella está con Alcide. Le contaron como excusa que tú la acosas, más o menos, porque han visto que ella te ha besado, y que ellos se pelearon por eso. Quiere una prueba de que estamos de su lado, y quiere que te matemos en los 4 días que quedan de semana.
-Pues habrá que hacer ese hechizo en 4 días entonces, o ir directamente a por él y matarlo. ¿Qué hay de la bruja?
-Maia me aseguró que podría tener el hechizo para pasado mañana. La llamaré por la mañana y me aseguraré de ello, entonces te llamaré cuando se ponga el sol y pasaremos a la siguiente parte del plan.
-Pues te recuerdo que para esa parte vamos a necesitar a Lil, así que dile que no vuelva al juego de evitarme de nuevo.
-Oh, déjala en paz, Eric. -Reprochó la camarera, endureciendo el tono. -Puede que para ti esto sea un juego entretenido y excitante, pero ella está pasándolo mal, ¿sabes? No, claro que no, cómo vas a entenderlo…
-No es un juego para mí, Sookie. Ella es la que está complicándolo todo más, sin necesidad realmente, porque le gusto y siente algo por mí. Le dije claramente la otra noche que, si me lo pedía, pararía. ¿Adivinas qué pasó?
-Venga ya; está confundida y muerta de miedo. ¿Crees que es fácil enamorarse de alguien como tú? Eres inmortal, tienes mil años y una mentalidad que…
-No es un capricho para mí -La cortó con seriedad, clavando sus ojos en los de la mujer, quien se sorprendió ante sus nuevas palabras. -Me gusta de verdad y no quiero hacerle daño.
-Debías entonces decírselo, y no ser tan irónico ni tan distante. Ser sensible con ella.
Eric meditó sus palabras un momento, alejando la mirada antes de centrarse y cambiar de tema, igual de serio.
-Avísame con lo que ocurra mañana. Adiós.
Sookie no tuvo tiempo de replicar cuando el hombre desapareció con su velocidad sobrenatural, dejándola sorprendida y confusa.
