—que ridiculez!, jamás podrías sentir lo que yo siento!— dijo gritándole con molestia. —¡¡solo mirame, Akane!!, ¡tengo que vivir con esto el resto de mi vida!— apretó los puños, sintiendo como crecía su frustración.

Akane fruncio el seño con irritación y molestia, se puso a la par de ranma transformado en mujer y le soltó una abofetada, Ranma sin más, se quedó atónito ante la mirada sombría y el tono de voz quebrado de su prometida.

—¿aún no te das cuenta?—dijo, su voz apenas audible —no me importa si la maldición del estanque se interpone…yo— al darse cuenta de que estaba por confesar sus sentimientos, Akane sale corriendo a su habitación, cerró la puerta detrás de ella y se acostó en la cama, sintiendo dolor en su pecho. Ranma por otro lado, caminó hacia las escaleras, con las palabras de Akane en su mente ¿Que quería decir en realidad?, ¿por qué se detuvo?.

Quedó parado ahí, mirando hacia la parte de arriba. La familia tendo no se encontraba en casa debido a un viaje. Lo que hacía mas solitario el ambiente, mas tenso.

Era un nuevo amanecer, las nubes grises cubrían el cielo de nerima. Habría lluvia intensa en poco rato. Ranma se levantó y caminó por el pasillo y se detuvo frente a la habitación de Akane, estiró la mano hacia la manija y fue entonces que la puerta se abrió, revelando a un chico alto, de pelo corto azabache, ojos marrones y de mirada intensa. Ranma al procesar lo que está mirando da unos pasos atrás con la mirada llena de confusión y algo de miedo.

—¡AAH! ¡¿Q-quien eres tú?!— dice Ranma con una voz alterada

—uhg! ¡No sé de qué hablas!— sus ojos se abren de par en par al escuchar la voz que sobresale de su interior. Se cubre la boca conmocionada.

Luego mira sus manos, sus pies, sus manos viajan a su pecho y a sus mejillas, inmediatamente corre para mirarse a un espejo y es entonces que…

—¡AAAAHHH! ¡¡Soy un hombre!!— dice con una voz varonil.

Ranma asoma su cabeza al baño y ve al chico…Akane en el suelo, ¡desmayado!. Se apresura y lo lleva a su habitación, pone un paño en su frente y lo mira con curiosidad y confusión —¿pero que rayos es esto?, ¿por qué akane es un chico?, ¿será posible que alguien le haya provocado esto?— se hace mil preguntas mientras da vueltas en la habitación, de un lado a otro.

—¿R-Ranma?— finalmente Akane despierta, confundida —¿que haces aquí?, tuve un sueño extraño…—vuelve a escuchar su voz y su mirada se ensombrece.

Ranma se acerca con cautela —oye Akane…quizás sea algo temporal, tal vez fue shampoo o…—

—¿y si no es así?,¿que pasará si esto es definitivo?— interrumpe mientras sus manos se aferran con ira a las sabanas.

—sólo debemos averiguar que fue lo que pasó, pudo ser cualquier cosa —dice tratando de calmar y aligerar la situación.

—¿que hay de la escuela?, no puedo ir de esta manera— responde con voz baja.

—ya pensaremos en algo. Puedo vestirme y suplantarte y ¡tú puedes suplantarme a mí!. Ya lo verás!—camina al baño y regresa con un balde de agua, luego la roció sobre su cabeza y para sorpresa de ambos…

—Eh! ¡¿Qué?!, pero…—deja caer el balde vacío, mirando que aún es un hombre. Instintivamente una sonrisa de alegría se dibuja en su rostro—¡esto no puede ser!, ¡¡sigo siendo un hombre!!—Dice con una sonrisa amplia y da un salto de alegría. Pero no dura mucho cuando Akane le golpea el rostro con un libro.

—Ranma!, ¿que hay de mí?, ¡sigo siendo un chico!…¡Eres un insensible!— Dice el chico de pelo azabache molesto.

—Oye! ¡¿Que te pasa?!…Ah, disculpa Akane, me dejé llevar— dice mirando al chico que lo fulmina con la mirada. —tal vez la abuela de shampoo nos pueda decir que sucede—….

—¡¿cerrado?!— Dice poniendo sus manos con desesperación en la cabeza, alborotando su pelo azabache.

—tranquila Akane, aquí dice que volverán en una semana— responde Ranma leyendo el cartel. Luego se gira hacia Akane —tendrás que vivir así por una semana—

—¡¿Qué?!, ¡ni lo pienses!. No voy a salir así a ninguna parte— se sonroja al mirar su cuerpo y luego se pone a llorar —¡no quiero quedarme así para siempre!—

Ranma mueve las manos desesperado—¿eh? ah A-Akane!, tranquila…una semana n-no es mucho—le da palmaditas en la espalda para calmarlo.

—para tí es fácil decirlo…—Dice limpiandose las lágrimas… —¡No puedo ser un chico!.