Paralelo 2.

Un ojo solitario se abrió, demostrando la sabiduría que el hombre tuerto había recolectado luego de milenios de experiencia.

Este hombre, no, Dios, había estado meditando continuamente durante varios meses seguidos sin dar una explicación a sus súbditos, por lo cual la única mujer que había estado cuidando de él dio un grito de sorpresa cuando éste reaccionó repentinamente. Una mujer con cabello plateado largo y armadura de batalla cayó de espaldas contra el suelo con una mirada aprensiva al darse cuenta había demostrado nuevamente su incompetencia.

—Mi señor Odin ¿Qué ha pasado? hemos estado muy preocupados desde que se perdió en su meditación.— pese a ser la única presente, varios dioses y valkirias habían demostrado una inquietud luego de que el padre de los nórdicos se sumiera en un trance del que nadie lo pudo sacar, para que el dios principal de una facción dejará de lado sus actividades un problema serio debía estar en camino.

—Estaba hablando con Yggdrasil.— la voz una vez jovial del hombre que nunca actuaba de acuerdo a su edad ahora reflejaba una seriedad poco común.— Me temo que un parásito ha llegado a nuestro mundo, estaba triangulando su ubicación con ayuda de Yggdrasil pero no tuvimos suerte... hasta que el bastardo finalmente cometió un error.— el anciano se paró de su trono y convocó a su mano una lanza finamente tallada que emitía poder absoluto.— Rosseweise.— al ser llamada por su nombre completo, la valquiria tomó una posición firme tratando de recuperar el profesionalismo.— Trae a Thor, dile que vamos a exterminar algunas plagas.— sin decir más, el Padre de los Nordicos desapareció en un círculo mágico extremadamente complejo, dejando a la valquiria sola.


Odin reapareció en un espacio distorsionado, semejante a la brecha dimensional pero no exactamente igual. La brecha dimensional era el espacio entre los reinos, las dimensiones por así decirlo, pero este lugar era una dimensión de bolsillo propiamente dicha, una dimensión de bolsillo la cual estaba íntimamente conectada con la brecha dimensional, sirviendo como un puente entre los reinos de los nórdicos. Gracias a este lugar tenían acceso a reinos que no deberían, como los panteones de otras facciones.

Todo eso fue posible gracias al enorme árbol que se encontraba en el centro de este espacio, su forma una vez parecida más a la de una flor ahora se asemejaba más a un arbol convencional, con 9 ramas grandes sobresaliendo del tronco, aunque preservaba el capullo en la cima, este era de un color negro no muy saludable. Junto a las raíces de este árbol se encontraba un hombre que brillaba como el sol, con piel blanca pura que resaltaba sus vestimentas vikingas tradicionales, un cuerno atado a su cintura que tocaba rítmicamente con sus dedos.

—Señor Odin, que le trae por aqui.— el dios se arrodilló en señal de respeto, aunque sus manos nunca dejaron de tamborilear sobre el cuerno en su cintura.

—Espero que no te hayas oxidado en tus habilidades con la trompeta Heimdall, quizas sean necesarias.— ante las palabras de Odin, el hombre el tamborileo se detuvo momentáneamente, pero lentamente fue reanudado con un ritmo más pausado.

—¿Ragnarok está tan cerca?— la voz del dios nórdico tenía un peso enorme ante el significado detrás de las palabras del padre de los nórdicos.

—Parece que hubo algunas confusiones, los gigantes no serán nuestros enemigos... pero no dudo que Loki tome ventaja de esta situación.— el único sonido que resonaba en esa dimensión eran las pisadas de Odin y el tamborileo de los dedos de Heimdall, agregando tensión a la situación.— De momento es solo uno de esos parásitos, o eso quieren que creamos, no importa realmente si ya han logrado colarse más.— la mano del dios anciano se colocó contra el tronco del árbol gigante, una sonrisa de familiaridad abriéndose paso mientras la corteza del árbol brillaba de color azúl.

—(Un Otsutsuki no podría evitar mostrarse, son seres arrogantes, no conocen el significado de la palabra sutileza)— los ojos de Heimdall se abrieron cuando una voz que nunca había escuchado resonó en la dimensión de bolsillo, el tono de un anciano cargado con un sentimiento de relajación que calmó ligeramente su ansiedad.— (Eso que sentimos definitivamente era chakra Otsutsuki, pero había algo diferente... no era puro)— Yggdrasil no podía poner su dedo imaginario sobre la fuente de su conflicto interno, pero algo se sentía diferente de este intruso a diferencia de quienes lo plantaron.

—Incluso si es un bastardo renegado o una nueva generación, su destino estaba sellado cuando entro a este universo.— a Odin no le importaba que era este ser que había invadido su universo, su deber como una deidad era destruir a todas las posibles amenazas a los suyos, nada más.

—No recuerdo haber escuchado sobre estos Otsutsuki mi señor, ¿Se han perdido los registros sobre estos enemigos?— como protector de Yggdrasil, Heimdall tenía acceso a la información pertinente a todas las amenazas no solo en su facción, pero también las de otras, he incluso con este conocimiento el nombre Otsutsuki nunca había sido mencionado.

—Esa información fue erradicata metódicamente para evitar que alguien lo suficientemente estúpido tratara de contactarlos, solo los dioses más viejos y los primordiales recuerdan esos tiempos.— en momentos como este el dios que brillaba como el sol recordaba lo antigüo que era su líder, su actitud despreocupada normal no daba tal impresión al punto de olvidar su posición real.

(Para qué viniste a verme directamente)— Heimdall tenía la misma pregunta, el dios nórdico principal rara vez dejaba sus aposentos fuera de alguna que otra escapada para divertirse, pero su estado actual no parecía alegre en lo absoluto.

—Simplemente voy a tomar un atajo para no alertar a los demás dioses, y si se da el caso...— el ojo restante de Odin se oscureció visiblemente, perdiendo cualquier señal de humanidad, la mirada de un ser divino en toda regla.— Usa tus habilidades para crear una dimensión donde pueda usar todo mi poder.— esa era una sentencia de muerte para cualquier ser, ahora Heimdall estaba seguro que está era una amenaza real si el padre de los nórdicos estaba dispuesto a usar todas sus habilidades.

(Viejo amigo, no saltes a la batalla sin pensarlo, si ese Otsutsuki es como el resto entonces viajarán en pares, si no lo es, entonces esperaré tu regreso)— la confianza absoluta emitida por el árbol hizo que los dedos de Heimdall dejarán de tocar el cuerno en su cintura completamente, la ansiedad de que le causaba ser quien daría inicio al Ragnarok desvanecida incluso si fuera momentáneamente.

—Heimdall.— los ojos del hombre brillante como el sol se posaron en la espalda del líder de su facción, la espalda de uno de los seres más fuertes, si no es que el más fuerte de los nórdicos.— Deja de atormentarte a ti mismo, el futuro no está escrito en piedra, he incluso si llegara el momento de tocar ese cuerno, recuerda que la muerte de un guerrero es el máximo honor para un Nordico.— una sonrisa afable volvió al rostro de Odin al decir estas palabras justo cuando un relámpago salido de la nada golpeó el suelo a su lado, desapareciendo sin dejar una sola nube de humo.

Del relámpago apareció un hombre con una complexión fuerte, aunque algo de grasa podría verse a través de sus vestimentas nórdicas con piezas de armadura. Cabello rojo y una barba larga que acentuaban su rostro relajado pero serio. En su mano se encontraba un martillo dorado que lo igualaba en tamaño, aunque era maniobrado con facilidad que desmentía la gran fuerza en los músculos del hombre pelirrojo.

—Debo admitir que no pensaba luchar junto a ti tan pronto padre.— el hombre hizo la dimensión reverberar ligeramente con su voz, una demostración más de su gran poder.

—Es solo una contingencia, si no puedo matar a este parásito quiero que le demuestres porque eres parte del top 10 hijo mío.— no dudaba de sus propias habilidades, pero luego de tanto tiempo desde la ultima invasion no dudaba que esos bastardos hubieran mejorado sus capacidades, en su mejor momento logró derrotar a un par de Otsutsuki, pero segun le habia dicho Yggdrasil había impedido uno de los rituales de esos parásitos al matar al llamado "padre" primero.

Ahora era más débil que en ese momento, por eso la precaución de traer el arma secreta de los nórdicos.

Número 7 del Top 10 de las entidades más fuertes del mundo: Dios Nordico del Trueno y la Fuerza, Thor.

—Nos vemos luego.— con un ligero saludo de su mano, tanto Odin como Thor desaparecieron, sus cuerpos transformados en cuadros negros que parecieron desintegrarse en el aire.


En el instante que Odin reapareció en una ubicación desconocida rodeada de árboles, su cuerpo se movió instintivamente, su lanza divina Gungnir golpeando con la mayor cantidad de poder divino que pudo reunir en dirección al lugar donde sintió la desagradable sensación de uno de esos parásitos, era muy debil en comparacion a los que enfrentó hace siglos, pero eso solo haría las cosas más fáciles.

Fue este reconocimiento que hizo que parpadeara sorprendido una vez sintió su lanza ser detenida sin esfuerzo antes de golpear su objetivo, la presencia del Otsutsuki aun picándole los sentidos, pero este no fue quien lo detuvo, su fuerza no se lo habría permitido.

Cuando finalmente decidió concentrarse en sus alrededores el agarre en su lanza se apretó al notar finalmente la figura del Otsutsuki. Este era diferente, con cabello negro en lugar del blanco que poseian los otros dos, tambien tenia sus ojos cerrados, y su constitucion era la de un guerrero en lugar de un noble como habian sido los que habia matado. Pero esta no fue la razón completa por la que apretó el agarre de su arma, fue la figura que se encontraba sujetando la punta de su lanza como si fuera nada que lo puso en guardia.

Su forma era diferente, la última vez que se había encontrado con este ser era un anciano, pero como ser polimorfo solía cambiar de apariencia, aparentemente había elegido la forma de una niña de todas las cosas, pero eso no ocultaba su aura de vacío absoluto. Una entidad que tenía el poder para terminar el mundo sin que la mayoría de los dioses pudiera hacer nada, he incluso los que podían luchar contra este ser no harían más que retrasarlo.

La existencia que representaba lo eterno.

Número 2 del Top 10 de las entidades más fuertes del mundo: Dragón Infinito Ouroboros, Ophis.

—Agradeceria si no intervinieras en mi reclutamiento, Odin.— la voz que no poseía emoción alguna del dragón humanoide mando ligeros escalofríos por el cuerpo del dios nordico que vio por el rabillo del ojo a su hijo preparando su martillo sin miedo alguno del ser frente suyo, valentía o idiotez, con Thor nunca se podía saber.

—Me temo que no puedo dejar que este parásito siga vivo he hecho mi labor personal matar a los de su calaña.— una gota de sudor bajó por la frente del anciano mientras canalizaba su poder divino en caso de que el dios dragón sintiera la necesidad de atacarlo, Thor estaría bien por sí mismo, pero él no era parte del top Diez como para recibir un ataque del dragón Ouroboros de frente tan fácilmente.

—Una vez cumpla su propósito puedes hacer lo que quieras con él, no me importa.— algo de tensión dejó el cuerpo de Odin mientras barajaba sus opciones, aunque Thor había sido más rápido como dios del trueno que era.

La otra mano de Ophis paro fácilmente un martillo gigante que se habría estrellado contra su cabeza, electricidad y humo siendo liberadas del impacto cuando Thor rugió con poder emanando de su cuerpo, potenciando el martillo hasta el punto que una pequeña explosion envolvió el bosque, arrancando y triturando árboles en un radio de un kilómetro. Este área se habría expandido más de no ser por una barrera puesta por Odin justo antes de la explosion, evitando que el poder de Thor se saliera de control y llegará a la ciudad cercana.

Odin logró liberar su lanza y retroceder para cubrirse de los relampagos que atacaban todo sin discriminación, la luz y polvo impedian la visibilidad, pero luego de unos segundos los relampagos se detuvieron, seguidos de un silencio sepulcral comparado al estruendo anterior. Una vez el polvo se dispersó, la imagen aterradora de una niña tan pequeña como lo era la forma actual de Ophis sosteniendo a un hombre como Thor por la garganta hizo que el dios anciano se estremeciera. Ni el cuerpo o el vestido del dragón infinito tenían un solo rasguño, como se esperaba de uno de los seres que compartía el Top 2.

—No interfieras en mi meta.— sin darle una segunda mirada al dios derrotado en sus manos, la niña aparentemente frágil arrojó al pelirrojo hacia Odin que logró atraparlo, Thor todavía respiraba, aunque su Mjolnir presentaba algunas grietas profundas.

En lugar de ser una proeza de resistencia del martillo, era una aterradora demostración del autocontrol que poseía Ophis, un ser que tenía poder virtualmente infinito pero lo controlaba a la perfección.

—¿Una vez alcances esta meta matarás a este parásito?— necesitaba alguna garantía para poder dejar de lado la existencia de un Otsutsuki en su dimensión incluso si era temporalmente, aunque la sacudida de cabeza de Ophis no le dio muchas esperanzas.

—Dije que no me importaba que le pasara despues, no que lo mataría.— la mirada en blanco hizo que Odin apretaba sus dientes, pero no tenía opciones, si el dragón Ouroboros estaba dispuesto a protegerlo entonces el parásito estaba tan seguro como era posible.

Tendría que rezar para que no amasara el suficiente poder como para representar una amenaza real mientras Ophis lo mantenía vivo. Insatisfecho con el resultado, su cuerpo junto al de su hijo fueron envueltos en cubos negros, desapareciendo en el aire como si los tragara el espacio mismo.

Fin del capítulo.

Sientanse libres de dejar una reseña.