Esta historia se lee mejor escuchando "Nee Nana", del OST de la serie.
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Hey Nana
Nana Komatsu
"Hey Nana, sé que después de lo que pasó debes estar devastada. Ojalá pudiera estar ahí contigo. Si un día vuelves espero me permitas estar a tu lado y hacerte saber que no estás sola, todos estamos aquí para apoyarte, sé que dirás que es algo genérico, pero sabes que te amamos y estamos preocupados esperando tu regreso. Por favor... vuelve".
"Hey Nana, tuve una hija. Me recuerda a ti. Tiene el cabello tan negro como el tuyo. Quise nombrarla Nana por ti, pero Takumi no me lo permitió, dijo que ya había suficientes Nanas en nuestras vidas. Me pregunto, si tú y yo pudiéramos tener hijos, ¿sería como ella? Amo a mi hija, pero la nuestra, sería más linda. Por cierto, al final no pude llamarla Sachiko, su nombre es Satsuki. Quisiera que la conocieras".
"Hey Nana, ¿recuerdas los vasos con fresas? Me esforcé en encontrarlos, los dejé en el apartamento. Ojalá pudieras volver, y verlos…"
"Hey Nana… quiero verte… No importa cuánto duela, seguiré llamando tu nombre día tras día hasta que vuelvas…"
"Hey Nana, ¿cuánto tiempo más durará este invierno?"
"Hey Nana. Han pasado más de 10 años. Sigo aquí, esperándote. Los chicos y yo todavía nos reunimos en el 707 para celebrar Tanabata. Esta vez será el último. Escuché que alguien compró el departamento, nosotros estuvimos pagando la renta pero, el casero dijo que debía dejarlo ir, así que lo vendió. Takumi no me dejó comprarlo, dijo que también debía soltarlo, ¿y sabes qué? Lo solté a él. Le pedí el divorcio. Todavía no sé a dónde me mudaré, me hubiera gustado que fuera aquí. Contigo..."
Frente al ventanal en la mesa de la cocina donde solían compartir lo mejor y lo peor de sus vidas, Nana Komatsu miró el exterior, el sol abrazaba el día despejado.
"Hey Nana... ¿algún día… volveré a verte?"
El sonido de la llave girando en la puerta se escuchó detrás de ella. Con el corazón exaltado y lleno de esperanza, Nana Komatsu aguardó sin moverse.
—Hey Hachi —dijo Nana Osaki a su espalda.
Asombrada y con la mano apretada en el pecho, Nana Komatsu se volvió.
"Es... ¿es verdad?"
—Te compré una casa —dijo Nana Osaki con la llave del departamento en su mano, se veía delgada y melancólica—. Y... también te traje… el jardín —cargaba una maceta con una planta en la otra.
Los anegados ojos de Nana Komatsu no pudieron contener más su emoción, y de inmediato, se arrojó a sus brazos.
. . .
"Hey Nana..."
"Hey Hachi".
"Te amo".
