Prólogo

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Ya van ocho años que se perdieron pista, aunque siendo tan famosos, hay veces en las que de lejos se topan. En torneos, en cenas importantes, premieres, ruedas de prensa. Pensaban que las dos carreras se apartaban de sí, pero en realidad siendo algo famoso, puedes codearte con personas de diferentes áreas.

Terminando la preparatoria, decidieron emprender caminos diferentes, pensando que, aunque hiciesen diferentes cosas, el camino que llevasen los llevaría a estar juntos siempre. Ella quería estudiar enfermería en una escuela lejos de Tokio, aclamada como la mejor en enfermería del país, para auxiliar a su prometido y sus alumnos cuando llevaran el dojo. Él quería comerse el mundo en las competencias para tener más experiencia en cuanto a combate y perfeccionar sus técnicas. Y así fue. Ambos estudiaron e hicieron cosas que les beneficiarían más adelante. Ella sería una gran enfermera para auxiliarlo a él y a sus estudiantes en el dojo, y él el mejor maestro de combate libre. Pero se perdieron el paso después de un tiempo. Ella descubrió una pasión por la escritura de la que no se había dado cuenta nunca, y él solamente ganaba y ganaba torneos. Ella no abandonó sus estudios, y se puede decir que aparte de escritora, es enfermera, pero es una profesión que tiene de lado.

Ella descubrió que le apasionaba escribir, cuando debido a la distancia, escribía cartas para su prometido, cartas que nunca entregó, cartas que tiempo después se fueron convirtiendo en historias. Un día por mera curiosidad, escribió la historia de su vida con Ranma, con diferentes personajes, y con un diferente final, en el que fuese feliz. Ese fue su primer libro, el cual fue a presentar a una pequeña editorial, la cual hizo todo lo posible para sacar adelante su libro. Aunque fuera de una editorial pequeña, la gente lo recibió muy bien, se preguntaban de donde había salido esta escritora y pronto se hizo famosa dentro del mundo de los libros. Se armó una reputación y un círculo social bastante famoso con otros escritores que encontraba en eventos. Y así se lanzó al éxito.

Siempre tuvieron el deseo de terminar con los torneos, con los estudios para por fin verse y formar el dojo que tanto anhelaban tener. En cada llamada que tenían, mostraban entusiasmo, nunca realmente confesaron lo que sentían, pero de alguna manera ambos sabían que se querían mutuamente.

Seguían en contacto después de comenzar a estudiar. Llamaban seguido, casi todos los días, después cada semana, y después cada mes, debido a los horarios que tenían. Pero un día, simplemente se quedaron esperando a una llamada que nunca les llegó. Ambos sabían que por más que se quisieran no funcionaría de esa manera su relación. Suponiendo que ya no querían saber nada el uno del otro, dejaron de contactarse.

Él vivió errante de hotel a hotel por las competencias, pero al menos le pagaban de manera decente. Ella se había mudado a un apartamento para estudiar, después de lanzar su primer libro, que fue un éxito total, se mudó a un lugar más grande y cerca de Nerima y continuó escribiendo ahí, publicando otros dos libros a los cuales les fue igual de bien que el primero.

Ya tenían veintiséis, y en el único aspecto de su vida en el que no habían tenido éxito era en el amor. Aunque seguían siendo jóvenes no tenían mucha esperanza en esa área. Akane estuvo saliendo por un tiempo con Shinnosuke dos años después de dejarlo con Ranma, al principio era divertido, pero se dio cuenta que nunca fue capaz de sentir algo por él, así que le cortó, quedaron en buenos términos, a Shinnosuke se le olvido en seguida. Ranma hablaba con muchas chicas, se podía decir que él tenía mucho de donde elegir, y por más que saliera a citas en realidad ninguna le llamaba la atención, y no pasaba de la segunda cita. Muchas chicas lo invitaban a pasar la noche, y con tal de salir de rutina iba con ellas, pero siempre se marchaba antes de hacer algo.

Ahora eran exitosos, les iba bien, y tenían todo lo que alguna vez desearon. Y aunque ninguno lo quisiera aceptar, seguía habiendo algo que los hacía volver a querer juntarse. E incluso se podría decir que les faltaba algo, y claro eso era amor.

Sus dos familias no tardaron en saber de la separación. Un día Nabiki llamó al piso donde estudiaba Akane y le respondió una destrozada azabache, contándole que realmente lo había dejado con él. No era ni una broma, ni una pelea, solamente dejaron de llamarse. Obviamente, el rumor se esparció a Kasumi y Soun, quienes vivían todavía con los Saotome. Los Saotome también se enteraron por Akane, e intentaron contactar a Ranma muchas veces, pero no tenía móvil, y cada semana cambiaba de hotel, pues ya había empezado a competir estatalmente.

Había veces en las que ambos estaban arrepentidos, tratando de contactarse. Él llamaba al antiguo departamento de Akane, pensando que todavía vivía ahí. Él sabía que era escritora, y veía a gente que lo rodeaba leer sus libros. Él nunca fue una persona que le gustase leer, pero mentiría si no le llamaba la atención leer palabras que sabían que venían de ella. Pero nada, no lo leía.

Curiosamente, veía siempre cuando anunciaban sus libros, o cuando pasaban conferencias de ella. Ella seguía siendo la misma, y al parecer no había cambiado mucho.

Ella iba a sus torneos de vez en cuando, con amigas del medio que le invitaban. Veía sus peleas, y mantenía rastro de todo lo que hacía, incluso las campañas publicitarias, aún así fingía que no sabía nada de sus competencias.

Durante los primeros años, su familia trataba de convencerla que lo buscase, ella sentía que lo odiaba por no seguir en contacto con ella, para después darse cuenta de que, en realidad era culpa de los dos, y que la razón por la que dejaron de hablar fue muy estúpida en realidad. Pero, sabía de alguna manera que algo así les tenía que pasar. La verdad, no hubo ningún cambio en su relación durante muchos años, y aunque ella estuviese convencida de que lo quería, no podía seguir viviendo así con él, sin algún cambio o confesión.

Durante un tiempo, ambos se tuvieron mucho rencor mutuamente, solamente por no hablarse. Ambos sabían que estaban destrozados. De alguna manera, tenerse cerca los hacía estar bien, los hacía sentirse completos, aunque solo llamaran una vez por mes, por semana, por año. Con eso les bastaba para saber que seguirían ahí, pero no pudieron mantener su comunicación como les hubiera gustado. Y todos los días se maldecían por no haberlo aclarado.

Akane comenzó a fumar después de pasar tanto tiempo con Nabiki. Nabiki se había vuelto algo así como su mejor amiga. Ella estuvo con Akane desde el primer momento en el que lo dejó con Ranma, Nabiki era la única que tenía un concepto de cuan mal estaba su hermana. Akane solo fumaba cuando tenía ansia, o se sentía triste o estresada. No era algo a lo que fuese adicta, pero si le gustaba en varias ocasiones, aunque, realmente sabía que estaba mal, así que poco a poco lo va dejando.

Él no tenía ninguna mala costumbre en particular, su manager no lo dejaba beber, o descuidarse, lo cual le molestaba, pues, siempre le ha gustado comer y ahora siempre comía ensaladas o cosas altas en proteínas. Lo único que le pasaba era en su desempeño, durante los primeros meses de la separación, era una bestia en los combates, necesitaba sacar todo de alguna manera, y sorprendentemente lo hacía así. Desde entonces su desempeño ha sido cada vez mejor.

Ahora ocho años después, seguían igual de destrozados por amor, lo ocultaban, y aunque no lo admitieran se les veía que algunos días extrañaban y otros parecía simplemente no importarles. Y si algo sabían los que les rodeaban era que extrañaban su presencia. Y por más que lo ocultaran, debían superarse el uno al otro… ¿verdad?

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Hola otra vez a todos los que ya me siguen, y hola a los nuevos que apenas descubren mis fics. Este fic en particular se me vino a la mente un día que estaba lloviendo y me pregunté ¿Y si en vez de que todo salga bien, hago que les salga mal? Estoy muy entusiasmada, esta historia la comencé a escribir el 31 de marzo. Justo después de publicar el último capítulo de Tres Noches. Y fue como si estuviera escribiendo automáticamente. Solamente de el 31 de marzo al 1er día de abril escribí el prólogo y el capítulo 1. Así que esperen más de mí. No sé en cuanto me tarde en publicar todo lo demás, ya se me están acabado mis vacaciones de verano, así que no prometo nada de recurrencia, pero si una buena historia. Sin nada más que decir ¡Adiós!

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