N/A: Gracias a un anónimo de Tumblr que quería saber los pensamientos de Draco cuando Hermione casi le gritó a sus padres que quería a Draco en su vida para siempre en el capítulo 41.
Todas mis frases de tropiezo
Hasta el momento, la noche había transcurrido según lo previsto. Draco había sobrevivido a cada asistente grosero y bobo en la fiesta de Navidad de los Granger con una combinación de encanto cuidadosamente cultivado y Oclumancia.
Estoy bien con esto.
Había anticipado la actitud distante del Dr. y la Dra. Granger, pero no había previsto que cayeran tan bajo como para invitar al ex de Hermione.
Un movimiento del que probablemente se arrepientieron ahora.
Hermione estaba furiosa y él no debería encontrarla tan atractiva. Era muy agradable poder presenciar su furia sin ser el receptor de ella.
—...¿Entienden qué tan insultante fue esto para Draco? ¿Para mí? Incluso si no estuviera completamente enamorada de este hombre —hizo un gesto vago hacia Draco y continuó.
Apenas pudo contener una sonrisa burlona.
Ella no se controló, dejando salir lo que él sospechaba que eran años de quejas reprimidas sobre el comportamiento de sus padres y su actitud francamente despectiva hacia la brillantez de su hija.
Intentaron replicarle y Draco casi se burló del intento. ¿Estas personas la habían criado y aún así creían que podían vencerla en un desacuerdo?
Incluso lanzaron acusaciones no del todo infundadas sobre la próxima Gala de Año Nuevo en la casa de su madre, lo que llevó a Granger a alcanzar un nuevo nivel de decibelios.
—¡SÉ LO QUE ESPERO DE ELLOS! Sin ofender, Malfoy —añadió, innecesariamente.
A él no le importaba un carajo si ella insultaba a la próxima fiesta de su madre o a sus conocidos.
Hasta ahora, este drama familiar había estado entre lo divertido y lo incómodo, pero entonces Granger lo catapultó a otro terreno.
—...Draco va a estar en mi vida para siempre... en el futuro previsible, ¡si es que todavía me quiere después de todo esto!
Draco tuvo un mínimo de medios para ofrecer en voz baja;
—Granger, creo que querrás un encantamiento silenciador.
Y luego abandonó el planeta. O al menos, mentalmente, se aventuró a otro plano de existencia.
Para siempre. Esa era la palabra con la que se había topado.
Para siempre.
Con él.
Mañanas interminables de bollos en la cafetería, incontables noches juntos en la cama, el tiempo se extendía sin final, sin expiración, solo un estado constante de tenerla a su lado.
Como un sobreexcitado crup, el pensamiento perseguía su propia cola una y otra vez en su cabeza.
Vagamente, tenía conciencia de algún tipo de reconciliación que estaba ocurriendo entre los Granger, pero no era tan interesante como imaginar su tiempo interminable con Hermione.
Sus padres se disculparon, lo que, aunque ya era hora, a él tampoco le importó. Soportó un incómodo abrazo y un incómodo apretón de manos y otra hora incómoda más o menos entre los invitados a la fiesta.
Nada de eso importaba.
Para siempre.
Sin embargo, argumentó su mente, ella no lo había dicho en realidad. No directamente. Se había tropezado con la palabra y se apresuró a corregir el rumbo. ¿Quizás se arrepentía de su desliz lingüístico?
Granger pensaba en todo. Una característica distintiva de su proceso cognitivo era trazar un mapa de cada camino, considerar cada resultado, revivir eventos pasados y luego aplicar ese conocimiento a acciones futuras.
Él podía verlo en tiempo real ahora mientras ella se acurrucaba junto a él en su cama esa noche. Se movía nerviosamente, suspiraba y fruncía el ceño de esa manera adorable suya que significaba que su cerebro no podía y no quería apagarse.
Y en lugar de dejar pasar el asunto, decidió desafiarla, porque Draco no era nada si no el arquitecto de su propia ruina la mayoría de los días.
—¿Todo bien, Granger?
—¡Sí! —chilló sorprendida—. ¡Por supuesto! ¡Estupendo!
—Estás mintiendo.
Ella se soltó suavemente de su abrazo. Se sentó para mirarlo a la cara y él la imitó, preguntándose si se había condenado a sufrir un corazón roto.
—Lo que les dije a mis padres —empezó lentamente—. Me temo que me he mostrado demasiado atrevida o presuntuosa sobre… sobre nosotros. Espero no haberte asustado.
¿Asustarlo? Qué concepto más ridículo.
Solo estoy pidiendo constantemente más de tu tiempo y atención, honestamente es un milagro que no hayas huido en la dirección opuesta.
—No, tú eh… no lo hiciste.
Ella balbuceó y divagó un poco más antes de centrarse.
—Te amo, pero nunca hemos discutido hacia donde ve ninguno de nosotros que se dirige esta relación.
Bueno, lo he hablado con mi sanador. Más o menos.
¿Y a dónde se dirige? A cualquier parte que quieras, Granger.
Dime que lo decías en serio. Dime que siempre serás la mujer que se enorgulleció de estar en mis brazos frente a todos en esa gala. Dime que siempre me defenderás, que siempre nos defenderás, tanto ante los pequeños aprendices de curandero ignorantes como ante tus padres.
Dime que valgo la eternidad.
Estoy bien con esto.
Pero triunfó la autoconservación.
—¿Hacia dónde te gustaría que se dirigiera? —convirtió su declaración en una pregunta y la desvió hacia ella.
Ella balbuceó de nuevo. Se tambaleó y forcejeó con sus palabras. Finalmente, lanzó otra pregunta.
—Supongo que la pregunta que ronda mi mente es si ves un punto en el futuro en el que ya no estemos juntos.
Oclumancia. Se acurrucó en el capullo protector del vacío, escapó a la nada. Tuvo que hacerlo para expresar su propia pregunta.
Estoy bien con esto. Estoy bien con esto.
—¿Me estás preguntando si veo una fecha de finalización para estar contigo?
¡Qué pensamiento tan horrible para formular al universo!
Ella asintió y él vio la vulnerabilidad reflejada.
Draco sabía que podía resultar agotador, que su constante necesidad de validación podía ser una carga. A veces, ella también necesitaba que la tranquilizaran, que él hiciera el trabajo emocional.
—No, no, Hermione. Lo que siento por ti no es... ciertamente, algo fugaz.
Un buen comienzo, pero se esforzó más. Con gran esfuerzo, Draco despegó las barreras mentales que había construido para protegerse.
—Cada versión de mi futuro te incluye. Soy tuyo en cualquier capacidad que me quieras.
Sólo mientras me quieras.
Entonces sus manos estaban en su cabello y una hermosa respuesta salió de su boca.
—Eso está mucho mejor, ya que no tengo intención de dejarte ir nunca —dijo.
Ella lo besó con intención, con cuidado y con una sonrisa que impidió que sus labios se mantuvieran unidos. Él le tomó el rostro entre las manos y se apartó, sintiendo que sus rasgos se contraían en una expresión de alegría similar.
—Te amo.
Ella le respondía siempre, sin excepción, cuando él lo decía. La recostó y la tomó lentamente, repitiendo su declaración como un estribillo.
Siempre, dijo con sus caricias. Tuyo, dijo con sus besos. Hermione, dijo en voz alta mientras alcanzaba su clímax.
Para siempre.
Crup: Es un perro criado por magos, se parece a un Jack Rusell y tiene una cola bífida.
N/T: Espero que les haya gustado, nos vemos el próximo mes.
