Joven Vegeta- llamó Uranai Baba a la puerta del cuarto de su joven empleador, Vegeta no respondió ya que estaba durmiendo. La anciana volvió a insistir con sus llamados hasta que Vegeta se despertó luego de no poder seguir durmiendo con tanto ruido.

¿Qué quieres? - preguntó con fastidio, aún estaba en la cama sin moverse a pesar de que suponía que ella quería entrar.

Su amigo Raditz vino a verlo ¿Lo va a recibir? No lo dejé entrar todavía debido a sus órdenes de los últimos días, pero creo que necesita un amigo en estos momentos- le preguntó la mujer con preocupación.

Vegeta resopló con fastidio, lo único que quería era estar solo y poder encerrarse en su oscuro estado de ánimo. No quería ver a nadie, ni siquiera había interactuado mucho con su empleada las últimas dos semanas.

Dile que se vaya, no quiero ver a nadie hoy- respondió Vegeta con molestia. Uranai Baba respondió que eso sería lo que haría de inmediato.

Vegeta se levantó y así como estaba se dirigió a la puerta de su cuarto que le daba acceso a la playa. Solo se había puesto unos zapatos para poder caminar en la arena más cómodamente y había tomado las cosas que solía llevar a la playa siempre.

Al salir, miró nostálgico la costa. Le agradaba mucho la playa, pero ahora siempre que la veía solo sentía una extrema soledad que lo invadía.

Caminó unos pocos pasos hasta que escuchó pasos en la arena cerca de su casa, al voltear vio a Raditz. Al parecer le había dado la vuelta a la casa luego de que Uranai Baba le había pedido que se fuera.

Te encontré-dijo Raditz sorprendido al haber podido verlo- ¿Por qué no me dejaste entrar si estas en la casa? ¿Por qué te tomaste tantos días libres del trabajo? Tu no haces eso- le preguntó asombrado.

Déjame solo, no quiero hablar- dijo Vegeta con fastidio, se había tomado tres días libres seguidos ya que los últimos días sentía que su pésimo ánimo lo dominaba. Nunca solía tomar días de descanso que no le correspondieran en la semana así que tenía varios acumulados para poder hacerlo cuando quisiera.

Siguió su camino a la playa, aunque Raditz lo siguió, notaba que su amigo no estaba bien. Estaba despeinado y su ropa parecía ser desalineada, sabía que Vegeta siempre se vestía bien incluso para estar en su casa en un día libre.

Raditz se dirigió a sentarse junto a él ya que Vegeta había puesto una toalla de playa color azul oscuro en la arena. Vegeta volteó de inmediato al verlo hacerlo.

Te dije que te vayas- le aclaró Vegeta con fastidio, Raditz parecía ser muy insistente a pesar de su tono de molestia.

¿Por qué no vas al trabajo? ¿Estás enfermo? - preguntó Raditz pensativo- Y nunca te vistes así, qué raro- mencionó casualmente.

Tengo días libres de sobra, los tomaré cuando yo quiera- respondió Vegeta con seriedad- Además llevo semanas yendo al trabajo sin problema, no es asunto tuyo cuándo lo hago- agregó molesto.

Miró la deprimente costa que en ese momento no era bañada por la dorada luz del atardecer ya que ese día estaba nublado. Probablemente ver el mar era una forma de autodestruirse, ya que, aunque no lo decía a viva voz sabía que sentía mucho la falta de aquella sirena.

Las últimas dos semanas no me has llamado ni has respondido mis llamadas, y según tengo entendido tampoco respondiste las de tus padres- comentó Raditz, Uranai Baba le había comunicado aquello al disculparse por no dejarlo pasar a la casa de Vegeta- Si te pasa algo creo que podrías necesitar hablar con alguien- comentó preocupado.

No, no quiero hablar con nadie- respondió Vegeta, trató de no maldecirlo ya que su presencia lo estaba irritando demasiado debido a sus preguntas- Vete de aquí, yo te llamaré luego- le aseguró.

Bien, yo te ofrecí mi ayuda, llámame pronto- le advirtió Raditz mientras se levantaba de la toalla- Y quiero saber qué ocurre la próxima vez- le pidió, lo miró confundido ya que no podía adivinar qué podría estarle pasando.

Adiós- respondió Vegeta con seriedad sin mirarlo, solo podía mirar el mar sin saber qué hacer con sus tumultuosas emociones. Ni siquiera sabía cómo llamarlo.

Raditz se fue dejándolo solo con aquel pesado sentimiento. Se sentía muy enojado por haberse enamorado de esa forma de una sirena, no podía dejar de pensar en ella y en que ya no podría volver a verla. Eso había sido una de las pocas razones por las que deseaba levantarse en las mañanas.

Había hecho en automático las cosas habituales que solía realizar en su vida cotidiana tratando de que aquello no le siguiera afectando, pero solo se sentía vacío. Aun así iba a la playa todas las tardes con la esperanza de poder verla.

Buscó su libreta de siempre ya que quería distraerse un poco de la oscuridad de sus pensamientos, pero sabía que no lo lograría. La abrió y se dirigió a leer lo último que Bulma le había escrito allí.

"Te amo Vegeta"- leyó en su mente, recordaba que no había alcanzado a leer eso hasta un rato después que Bulma fue a despedirse de él. No había visto lo que le había escrito antes ya que se había olvidado de eso luego de verla más temprano.
Sentía una gran rabia consigo mismo por no haber respondido a eso, sabía que lo que sentía por Bulma era algo serio e importante para él, pero aun así la había dejado irse así sin que él pudiera hacer algo para remediar aquella situación.

Había poco que pudiera hacer teniendo en cuenta que se había enamorado de una sirena. Él no podía bajar hasta las profundidades donde estaba la ciudad mermaid ya que podría ahogarse mucho antes de llegar. Por más que lo hiciera sabía que eso le causaría problemas a Bulma con las demás mermaids.
En la carta le había contado todo lo que sucedía y que seguir con ella era especialmente peligroso para él debido a que Nerina haría lo necesario para deshacerse de él mientras siguiera estando con ella.

Bulma le había escrito que por más que ella quería seguir viéndolo no podría perdonarse si algo le sucediera por su culpa. Finalizó la carta con lo mismo que le había puesto en su libreta, le había expresado lo mucho que lo amaba a pesar de que no podía hablar, se disculpó por no poder decírselo a viva voz como le habría gustado hacerlo.

Maldita sea- dijo Vegeta para sí mismo mientras se dejaba caer de espaldas. Tenía un sentimiento en su pecho que parecía que drenaba su energía, hace días que no quería hacer nada más que sentirse mal en soledad.

Oigan ustedes- dijo Nerina al ver a sus mermaids subordinadas, estaban trabajando en uno de los campos de algas que el clan rival había destruido.

Lemo, Cheelai y Launch voltearon a verla deteniendo su labor ya que habían notado que se refería a ellos.

¿Dónde está la pequeña mermaid? Debería estar trabajando también- les reprochó, era raro no verla con ellos ya que siempre estaban juntos.

La enviamos a recoger brotes de algas para sembrar más- respondió Cheelai rápidamente, Nerina se veía sonriente a pesar de que estaba vigilando su actividad.

¿Hace eso o está llorando en silencio? -preguntó de forma burlona antes de dejar salir una carcajada irritante, los amigos de Bulma fruncieron el ceño al escuchar su broma, aunque optaron por no responderle ya que eso los podría meter en problemas.

Nerina se fue luego de eso, siguieron con su trabajo a pesar de que estaban muy preocupados por la sirena silenciosa. Había sido un manojo de tristeza por dos semanas enteras.

Mientras tanto, Bulma se encontraba en las afueras de la ciudad Mermaid haciendo lo que le habían indicado. En realidad, ella se había ofrecido ya que quería estar sola, le servía de mucho no poder hablar en una situación así, aunque era la primera vez desde que no podía hablar que no quería hacerlo.

Recogió los brotes de algas que se incrustaban en las ramificaciones de corales a las afueras de la ciudad, debía hacerse delicadamente y con paciencia ya que había muchos. Era algo importante que pudieran reponer de una vez por todas los cultivos de algas para tener el alimento asegurado.

Sintió que uno de los brotes pinchó uno de sus dedos y eso hizo que se frustrara para luego comenzar a llorar. Aunque bien sabía que no lloraba por el dolor del pinchazo.
Extrañaba tanto ir a la superficie, si bien no tenía prohibido ir allí si debía mantener su decisión de no ir a buscar a Vegeta. Si iba a la playa sabía que sólo querría ir a buscarlo.

Su corazón se estrujaba al imaginar que él podría estar extrañándola, aunque también lo hacía al imaginar que él seguiría con su vida y tal vez encontraría una humana con la que podría estar el resto de su vida.

Ella sabía bien que no quería a nadie más, lo pensaba y volvía a llorar. Su deseo de ser quien estuviera al lado de aquel humano era algo imposible, incluso si Nerina no planeara hacerle daño si se reunía con ella la relación entre una mermaid y un humano era algo que no podía suceder.

Sollozó nuevamente, no había ruido, no había voz ni tampoco lágrimas ya que se deshacían en el agua. Y aunque fuera imposible, daría lo que fuera para poder estar con él nuevamente, aunque solo pudiera ser en la playa.

Se dejó caer encima de una rama grande de coral sintiéndose apesadumbrada. Sabía que tenía que hacer sus tareas, pero su ánimo la hacía sentir que bien podría ser mejor opción solo caer y hundirse en la arena hasta que eventualmente el paso del tiempo la tapara por completo.

¿Qué era ella más que una sirena sin voz? Una sirena sin canto, sin llanto, sin risa y ahora sin felicidad. Se dejó caer en el abismo de su pesar mientras trataba de encontrar algo de luz que la animara a seguir adelante y pensó en él otra vez.

Al menos Vegeta estaría bien, Nerina ya no querría matarlo si no lo veía juntarse con ella, pero por más que eso era lo que quería la idea no la reconfortaba ¿Era egoísta que solo quisiera que él estuviera con ella? ¿Era egoísta que en su ser secreto deseara que él no estuviera con una humana, aunque eso era lo mejor para él?

Dejó caer su cabeza recargándola en el duro coral en el que estaba recostada mientras volvía a llorar y sus lágrimas se perdían en el extenso mar que la rodeaba.
Ella ya sabía cómo era la vida, ya sabía cómo era su realidad antes de enamorarse de un humano y aun así no podía evitar pensar que no era justa. Si ella era una mermaid ¿Por qué había encontrado el amor en un humano? ¿Por qué el humano si la había correspondido si es que no era posible que estuvieran juntos?

Se permitió solo por un segundo ser egoísta e imaginar cómo sería si ella pudiera estar con él, si tan solo ella fuera humana y pudiera vivir con él siempre. Quería imaginarlo, aunque pensar que era algo que no podía hacer le rompiera el corazón.

Después de todo Vegeta seguiría con su vida, la olvidaría como si lo que tenían se hubiera perdido en la brisa marina. Seguramente podría salir con aquella humana rubia que había bailado con él, al menos ella tenía piernas para bailar.

Se quedó allí en la rama de coral hundiéndose en su tristeza sin fuerzas para recoger más brotes de algas. Al fin y al cabo, nada tenía mucho sentido para ella, solo era una pequeña mermaid silenciosa.

Se quedó pensando allí, imaginando qué estaría haciendo Vegeta. Esperaba que no se enamorara de nadie más, aunque fuera egoísta ella quería ser quien estuviera con él siempre, pero probablemente no lo sabría jamás ya que ya no podría verlo.

Señor Vegeta, me iré de compras para la cena ¿Necesita que compre algo en especial además de eso? -preguntó Uranai Baba, la habitación de Vegeta estaba abierta así que había entrado. Lo vio en su balcón sentado cerca de la mesa que tenía allí con su libreta en la mano.

Ya no hay café-le indicó Vegeta, Uranai Baba asintió- A parte de eso no hay nada que necesite-respondió secamente. La anciana lo miró con preocupación, aunque sabía que era mejor no preguntarle.

Si señor, lo traeré-le aseguró- Sus padres lo llamaron hoy también, debería enviarles un mensaje de vez en cuando para que no se preocupen- le sugirió sutilmente.

Yo me encargo de eso- dijo Vegeta con simpleza, ni siquiera tenía ánimos para ser grosero con nadie, su ánimo estaba en un abismo difícil de describir. Ya había desechado automáticamente la idea de informar de algo a sus padres en absoluto, no quería hablar con nadie y solo le respondía a Uranai Baba.

Uranai se despidió luego de verlo con preocupación algunos segundos más, no sabía cómo podría ayudarlo ya que no sabía lo que le sucedía. También era consciente de que tampoco se lo diría.

Luego de que se fue, Vegeta se puso de pie y se asomó un poco al balcón para poder mirar el panorama. Las nubes de más temprano se habían disipado, se parecía a cualquier día de playa en el que iba a esperar a verla en la costa en la tarde.
Apreció el brillo detrás de las edificaciones de su ciudad y también el reluciente reflejo en el mar. Podía ver ambas cosas desde allí.

Respiró pesadamente con frustración, nunca se había encontrado en una situación así. No sabía que hacer ni cómo afrontarlo, por más que sabía que lo de la sirena había sido algo serio para él, no esperaba que pudiera afectarle de tal forma.

Luego de mirar por el balcón un rato, se sentó en la mesa y miró su libreta. Lo único que era testigo de su conexión con la sirena eran las letras que ella había hecho en su libreta y el broche de cabello que había guardado. Recordaba que ella se lo había dado junto a su nota, suponía que debía ser algo valioso para ella ya que siempre lo usaba.

Sentía bastante enojo al recordar que tampoco sabía tanto sobre ella como quisiera, debido a su incapacidad para hablar solo podían comunicarse pocas cosas a menos que lo hicieran por medio de notas.
Ahora solo era un hombre obsesivo de la fauna marina y solitario de nuevo, ni siquiera tenía ánimos de usar su barco otra vez ya que volver al mar le recordaba a la sirena de cabello azul.

Un par de días más pasaron, tanto Bulma como Vegeta seguían en un estado desanimado y triste. Vegeta había vuelto a ir al trabajo desde ese día ya que no quería gastar sus días libres en su totalidad.
Bulma estaba haciendo sus deberes diarios, aunque en un momento sintió que no tenía fuerzas para seguir con lo suyo, se sentía tan sola desde que se obligaba a sí misma a estar lejos de Vegeta.

Se había quedado tirada en la arena como si se tratara de un tiburón que había perecido al detenerse en su nado.

Nerina pasaba por allí y vio a la mermaid que poco a poco era cubierta por la arena, la había reconocido por sus escamas moradas y su cabello azul.

¿Por qué estás holgazaneando? Les dije que debían recoger el alimento para mis calamares hoy- le reprochó la jefa del clan con molestia, Bulma volteó a mirarla, aunque no parecía que su expresión cambiara al notar que era ella.

Bulma hizo un gesto de que no podía hablar sin levantarse de donde estaba, la arena había cubierto parte de su cola mientras estaba en el suelo marino.

Ya sé que no puedes hablar, pero no te dejé sorda. Haz lo que te digo o te haré algo peor- le aseguró, Bulma se encogió de hombros al escuchar la amenaza de la mermaid. No le interesaba demasiado lo que sucedía, usualmente ya no sentía miedo de ella.

Volvió a cerrar los ojos y se quedó allí, Nerina no sabía lo que sucedía. Los últimos días había estado vigilando a la mermaid silenciosa y notaba que ella ya no iba a la superficie y tampoco había visto al humano en el mar otra vez. No entendía qué estaba sucediendo, pero si podía intuir que el estado de ánimo de la pequeña mermaid se debía a eso.

¿Rompiste con tu noviecito humano? ¿Te diste cuenta que es imposible que estén juntos o acaso él también se alejó como el humano por el que me diste tu voz? -preguntó de forma irritante.

El semblante de Bulma no cambió en absoluto. Sólo estaba tirada en el fondo marino con los ojos cerrados sin intención de moverse.

Bien pequeña mermaid, dime qué te sucede. Si no vas a trabajar te echaré de la ciudad y tendrás que unirte a otro clan- la amenazó Nerina, Bulma hizo caso omiso. La mermaid mayor perdió los cabales al ver que nada parecía resultar con ella.

Bien ¿Por qué no hacemos otro pacto? Podría ir a matar a ese humano apenas se acerque al mar, él va todos los días a la orilla a esperarte- la propuso, Bulma abrió los ojos al escuchar aquello. No quería que nada le sucediera a Vegeta por su culpa- Ah, así que su seguridad si te interesa- dijo antes de reír la mermaid malvada.

Bulma se levantó de donde estaba acostada y la miró con desprecio mientras comenzaba a nadar, iría a hacer sus labores para que no la siguiera amenazando. Después de todo ya había estado varios días sin poder hacer las cosas debido a su estado de ánimo, pero no podía permitir que le hiciera algo a Vegeta.

¿Por qué dejaste de ver a tu humano? ¿Temes que le haga daño? -preguntó Nerina, aunque era evidente que eso era lo único que a la mermaid silenciosa le importaba.

Bulma asintió, Nerina comenzó a reír al ver su respuesta.

Bien, necesito que hagas lo que quiero así que si no vas a concentrarte por estar pendiente de ese humano te propongo otro pacto mermaid- le ofreció, Bulma la miró confundida. No creía que ella tuviera algo que ella quisiera para intercambiar.

Ya sabes cómo es esto, te ofrezco la seguridad del humano. Yo no le haré daño, pero solo si sacrificas una de tus habilidades mermaid- le propuso, Bulma la miró confundida- Se que puedes curar mermaids y humanos con el poder de tu cabello, así que quiero tu habilidad de sanar- le aclaró, Bulma la miró sorprendida.

Señaló su cabello confundida y Nerina asintió, le parecía un precio bajo para algo tan conveniente. Suponía que podía haber algún tipo de engaño detrás ya que ese pacto la beneficiaba mucho a ella. Si Nerina pactaba que no le haría daño a Vegeta ella podría ir a verlo otra vez.

Sabes que yo cumpliré mi palabra, nunca le hice daño al anterior- le recordó con respecto al humano del que Bulma se había enamorado antes-Aunque si sigues enamorándote de humanos ya no tendrás nada que intercambiar la próxima- le recordó.

Bulma suspiró pesadamente mientras lo pensaba, extrañaba tanto a Vegeta, y aunque desconfiaba de ella sabía que los pactos mermaid no podían romperse ya que eran mágicos. Si Nerina prometía no hacerle daño a Vegeta y lo hacía el pacto se rompería de inmediato y ella recuperaría sus poderes instantáneamente ya que las reglas de los pactos eran inquebrantables.

Miró con determinación a Nerina y ella entendió que aceptaba lo dicho. La mermaid maldita extendió su mano hacia ella con una sonrisa.

Las condiciones están puestas, no le haré daño al humano Vegeta a cambio de tu poder para sanar humanos y mermaids, si este pacto mermaid se rompe así también se desvanecerán las condiciones en las que se acordó- dijo Nerina, Bulma asintió y le dio la mano, un brillo morado se hizo presente en su apretón de manos, el pacto se había consolidado.

Si vas a ver al humano hazlo después de completar tus deberes, esto no te da vía libre para no hacer lo que digo- le advirtió Nerina, Bulma asintió de acuerdo, sabía que debía cumplir con sus obligaciones en la ciudad.

Se dirigió de inmediato a hacer lo que debía con una sonrisa, apenas tuviera oportunidad iría a buscar a Vegeta otra vez.

Así es, sonríe por ahora pequeña mermaid. Lamentarás haber hecho otro pacto conmigo muy pronto- dijo Nerina para sí misma al verla irse tan rápido. Había ideado algo en el momento en que se le había ocurrido ofrecerle aquel pacto, su subordinada sólo podría disfrutar de su buen ánimo de forma esporádica.

Bulma hizo todas sus tareas, aunque no pudo ir a ver a Vegeta ese día ya que había terminado muy tarde, se había reunido con sus amigos para que supieran lo que había sucedido y ellos se lo contaron a su hermana.
La regañaron por tomar aquella decisión de forma precipitada entendían que Bulma había estado sumamente triste todos los días que habían pasado desde que había tenido que dejar al humano. Se los había informado cuando les había indicado que fueran a su refugio submarino para que pudiera escribir todo.

Al día siguiente, Bulma realizó sus labores rápidamente ya que eran menos que los que tenía el día anterior. Se le habían acumulado varias tareas debido a su bajo ánimo de los últimos días y había podido realizar la mayor parte después de hacer el pacto con Nerina.

La tarde llegó y se dirigió a la superficie, sentía emoción al poder volver a ir. Había evadido a los peces sombríos, aunque bien sabía que habían estado vigilando a Vegeta todo ese tiempo por lo que Nerina había dicho.

Al llegar, no vio a Vegeta en la costa, al parecer no había ido allí ese día. Sintió cierta tristeza al notar que no podría verlo ese día. Decidió quedarse a esperar un rato cerca de la orilla, aunque sin hacer que su presencia fuera muy evidente, vigilaba la casa del susodicho esperando que él apareciera o viera algún movimiento en su casa a lo lejos.

Ya, ya te llamé, no me fastidies- dijo con molestia Vegeta mientras hablaba por teléfono en su cuarto. Hace poco había llamado a Raditz ya que le había prometido que lo haría eventualmente después de aquel día que había ido a buscarlo- No es nada, no me pasa nada- respondió nuevamente, aunque sabía que no era cierto no planeaba hablarle a su amigo de eso.

Vegeta se asomó a la ventana apartando levemente la cortina blanca mientras escuchaba lo que su amigo decía. La miró de forma distraída ya que tenía planeado ir a la playa ese día, aunque se sentía bastante desesperanzado respecto de poder ver a Bulma otra vez.

Ahora me voy a la playa, nada nuevo-le respondió, su amigo le había preguntado qué estaba haciendo- Solo voy en la tarde por un rato, hoy si fui al trabajo-agregó mientras tomaba las cosas que siempre llevaba a la playa. Las había puesto en un bolso de playa negro para que fuera más práctico.

Abrió la puerta de su cuarto que daba a la playa y la cerró luego de salir mientras aún tenía el celular en su oído.

Luego podemos arreglar algo, no estoy de ánimos hoy- respondió Vegeta ante la propuesta de su amigo de salir a alguna aparte. Se lo había propuesto algunas veces enviándole mensajes los días anteriores y él los había estado ignorando- Ya te dije que no me pasa nada, solo no me gusta salir m... - se justificó.

Vegeta iba hablando mientras iba hacia la playa, logró visualizar a alguien que iba asomándose entre el agua y dejó caer el teléfono al cerciorarse de quién era.

Bulma le sonrió desde donde el agua le permitía estar permaneciendo erguida con su cola tanto como se lo permitía su anatomía para que él pudiera verla. Vegeta se acercó a ella de inmediato dejando las cosas que llevaba tiradas en la arena.

Había ido corriendo a su encuentro con ella, después de todo ella no podía estar en tierra firme debido a que era una sirena. Bulma le sonrió al verlo ir con ella, rodeó su cuello con sus brazos mientras que él rodeó su cintura con los suyos, lo que menos habría esperado era poder verla ese día otra vez.

Los dos estaban abrazados en la arena mientras solo se miraban infinitamente, solo ellos sabían cuánto habían extrañado al otro. Aunque Bulma no podía hablar sus ojos se humedecían poco a poco, que él volviera con ella la hacía querer llorar. Bien podría haber hecho el trato y de todas formas no volver a verlo otra vez como ya le había pasado antes.

No sé por qué volviste, pero a mí no me importa el peligro si así puedo seguir viéndote- le aseguró Vegeta, vio a Bulma comenzar a llorar mientras se aferraba a su pecho. Una pequeña ola los alcanzó mientras estaban allí abrazados en la arena.

Vegeta ni siquiera había notado la ola que los había mojado a los dos y tampoco parecía que le importara a pesar de que su ropa estaba seca antes de ir con ella.

Bulma levantó su mirada brillante por las lágrimas y sólo pudo sonreírle con una felicidad genuina, parecía que nada más en el mundo importaba mientras estaban juntos.

Ya no llores, solo no vuelvas a irte por tanto tiempo-dijo Vegeta mientras limpiaba una lágrima que se resbalaba por la mejilla de ella sin apartarle la vista, estaba hipnotizado por los ojos azules de aquella hermosa sirena.

Bulma asintió mientras se aferraba a su pecho, aunque temió mojar aún más la ropa de él al hacerlo y se apartó un poco. Vegeta la estrechó en sus brazos nuevamente al ver que ella había hecho eso.

No me importa si mi ropa se moja, solo ven aquí- dijo el humano mientras la abrazaba contra su pecho, Bulma lo rodeó con sus brazos mientras respiraba profundamente. Sentía un gran alivio al poder estar tan cerca de él otra vez y que la aceptara de nuevo sin ningún cuestionamiento.

Buenas noches! Esta semana le he estado dando atención a este fanfic y quise adelantarlo lo más posible así que sigo en ello. Por el momento les dejo el capítulo número 12.

Espero les esté gustando cómo va la historia y les agradezco mucho su apoyo en la página de Facebook y aquí 💖. No olviden dejar votos o comentarios ya que eso me anima a traer más fanfics y contenido Vegebul como este, las sirenas me comenzaron a gustar mucho más de lo que creí cuando comencé este fanfic.

Espero me digan qué tal vieron el cap. Porque este no lo hice revisar por mi beta

Muchas gracias, nos leemos pronto.

Niebla~