SURGIDO DE LAS HOJAS – CAPÍTULO 16: EL HÉROE DE LEYENDAS
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En una gran asamblea de deidades sintoístas, la majestuosa figura de Amaterasu, la diosa del Sol, irradia una presencia divina que reclama la atención de todos los presentes. Mientras los dioses se reúnen para deliberar sobre el destino de su panteón, amenazado por una inminente infestación de entidades monstruosas, un profundo silencio se apodera de la asamblea, a la espera de las palabras de su líder.
Amaterasu, con gracia y autoridad, se dirige a la asamblea con una voz que resuena como las armonías celestiales del cosmos. – "Estimados dioses y diosas de nuestro reino divino, nos encontramos en un momento crucial de nuestra historia. Las sombras del caos se ciernen ominosas sobre nuestro dominio sagrado, amenazando la esencia misma de nuestra existencia." –
Sus palabras tienen un peso que silencian hasta el más leve susurro entre las deidades reunidas.
– "Es imperativo que unamos nuestros poderes, nuestras virtudes y nuestra inquebrantable determinación para combatir esta oscuridad invasora. El legado de nuestro panteón y el equilibrio del orden natural dependen de nuestra fuerza y determinación colectivas." –
– "Otra vez está dejándose llevar…" – Susanoo murmura, viendo a su hermana hablando de más para verse majestuosa.
Tsukuyomi no dijo absolutamente nada, no queriendo que su hermana lo fulmine en caso de interrumpirla.
Con una mirada que atraviesa los velos de la incertidumbre, Amaterasu continúa. – "Forjemos un vínculo de solidaridad que trascienda las diferencias individuales, pues en la unidad reside nuestra mayor fuerza. Juntos, iluminaremos las sombras, disiparemos las fuerzas malévolas que pretenden profanar nuestro reino sagrado y restauraremos la armonía en nuestro panteón divino." –
Uno de los dioses alza su mano. – "Y… ¿Exactamente cómo lo haremos…? Le recuerdo, Amaterasu-sama, que el panteón está completamente cerrado. Los mortales provocaron esta abertura para los monstruos, así que no podremos interactuar." –
Adornado con túnicas fluidas que brillan con etéreos tonos cerúleos y dorados, el dios irradia un aura de destreza intelectual e iluminación espiritual. Su rostro, esculpido con rasgos que reflejan una expresión serena y contemplativa, irradia una sensación de profunda sabiduría e introspección. Su rostro, esculpido con rasgos que reflejan una expresión serena y contemplativa, irradia una sensación de profunda sabiduría e introspección.
Él es Tenjin, dios del aprendizaje y la intelectualidad.
– "Comprendo sus dudad, Tenjin-san, pero creo que podremos encontrar una solución ya que, aunque lo provoco un mortal, también hemos actuado de por medio de alguna forma." – Amaterasu declara, intentando apelar al lado analítico del dios para obtener una posibilidad de salvación de los mortales.
– "No interactuamos. Yo mismo hice el análisis de ese equipo y era imposible que esa mortal pudiera siquiera pensar en luchar contra ese perro del infierno." – Tenjin declara con completa seguridad. Él desplego un pergamino mientras se acomodaba unos lentes con marcos dorados. – "Haruno Sakura es una chica que desprecia el esfuerzo físico, valorando más su amor enfermizo hacia el joven Uchiha. Parece que hubo una variable desconocida que no me habían informado para que la misión de asesinato de Uzumaki Naruto terminara con resultados tan atroces…" –
Amaterasu no respondió ante esas palabras, sabiendo que la lógica de Tensen era inquebrantable. En realidad, el hecho de que Sakura luchara y que ganara contra aquel perro del infierno fue algo que nadie considero.
– "¡No hables más de mi recopilación de información! ¡Mis zorritos lo hicieron bien!" – Inari gruñe, viendo al dios del aprendizaje con furia tras insinuar que no se obtuvo la información correctamente.
Tenjin observa al dios del arroz con indiferencia. – "Hicieron bien su trabajo, pero no perfecto… deberías entrenarlos mejor, Inari." –
El dios del arroz aprieta sus dientes con completa furia al ser menospreciado.
– "El punto… no podemos actuar, punto." – Tenjin cierra su pergamino, cortando cualquier queja.
– "Ciertamente no podemos actuar, pero esto puede ser positivo. Darle la oportunidad a la humanidad de sobrellevar esto podría hacerlos crecer… aunque también perecer." – Una voz femenina menciona. La mujer apoya su rostro levemente entre sus manos. – "Por otro lado, también podría resurgir la vida tras la caída de los humanos…"
De unos ropajes que caen en cascada como pétalos en una suave brisa, evocando una sensación de fluidez y gracia que hipnotiza, Konohanasakuya-hime, la diosa de las flores de cerezo y los volcanes se unió al lado de Tenjin.
Su rostro, esculpido con rasgos de una elegancia de otro mundo, emana un aura serena pero dominante que refleja su doble naturaleza como símbolo de fertilidad y renovación. Sus ojos repletos de sabiduría y compasión, contemplan la posibilidad del crecimiento y renacer de la humanidad con un entendimiento infantil, encantada de ver tales ciclos eternos de creación, crecimiento y transformación.
– "Sakuya-hime, estas siendo muy tenebrosa…" – Ebisu señala con nervios.
– "Solo digo que sería algo interesante de ver…" –
Nadie intento señalar lo perturbadora que podía llegar a ser una de las diosas más hermosas del panteón.
– "Pero Sakuya-hime tiene un punto. Solo sigamos como si nada pasara… igualmente no hemos interactuado con los mortales en siglos." – Un dios de entre los miles de dioses menciona con simpleza.
Amaterasu observa como muchos en el lugar comenzaban a murmurar, viendo que esta reunión era innecesaria y absurda.
– "Nos hemos desligado tanto de nuestros creyentes…" – Amaterasu menciona, callando a todos, siendo vista con confusión. – "Aun recuerdo a Tenjin-san enseñándoles a pequeños niños de bajos recursos sobre los conocimientos básicos a cambio de unas cuantas golosinas… o a la linda Sakuya-hime apaciguando los volcanes para que ningún mortal sea herido… es triste ver que tan desconcertados estamos del mundo mortal." –
Sakuya-hime aparta su mirada levemente mientras que Tenjin ignoraba tales palabras, manteniendo siempre la lógica frente a la emoción de la nostalgia.
– "Si el mundo mortal se está volviendo igual que la era del mito… creo que es momento para que nosotros también lo hagamos…" – Amaterasu informa.
Muchas voces se comenzaron a escuchar murmurar por esa declaración de Amaterasu.
– "Eso es irresponsable, Amaterasu-sama. Recuerde que todos los panteones están de acuerdo en mantenerse lejos de la humanidad… son muy susceptibles al poder y sus mentes se nublan por la ambición. No es bueno que vuelvan a tenernos cerca." –
Adornado con una armadura que brilla con el resplandor del acero pulido, se encontraba el dios de la guerra y protección, Hachiman, emanando un aura de valor marcial y resolución inquebrantable. Su semblante, estaba remarcado con rasgos que reflejan una expresión estoica pero dominante, irradiando una sensación de autoridad que impone respeto y reverencia.
– "Ciertamente son muy cambiantes y fáciles de corromper, pero nos estamos perdiendo de mucho que nos hizo grandes en el pasado… quiero decir, no es solo unión por ser sus creadores sino por sangre… mi sangre está en los descendientes de Hi No Kuni, en el antiguo y perdido linaje de los daimios." – Amaterasu declara.
Sakuya-hime hizo una mueca, recordando como su sangre junto con su esposo, un nieto de Amaterasu, fue traicionada por su propia nación, cambiando de lideres por unos incompetentes que son solo civiles con mucho poder político.
– "Quiero que retomemos eso… y de alguna forma lograr que los demás panteones vean que este distanciamiento de nuestra creación nos está volviendo… arrogantes." – Amaterasu mira a varios dioses, notando su desdén con los mortales a pesar de que fueron tan unidos en el pasado.
– "¿Cuál es el plan?" – Uzume alza su mano, intentando apoyar a Amaterasu como pudiera… después de todo, ella tiene gran parte de la culpa por lo sucedido.
Amaterasu agradeció internamente por la ayuda de Uzume. – "He pensado en reencarnar en el mundo mortal…" –
Toda la asamblea se quedó congelada. Todos los dioses estaban incómodamente temerosos de lo que acababa decir su reina.
– "Transmigrar, creo que sería la palabra correcta…" – Tenjin corrige.
– "No, reencarnar es la correcta." – Amaterasu afirma, haciendo que todos se comiencen a preocupar. – "Dejare gran parte de mi poder aquí, en mi templo para que mi dominio sea usado de forma automática, pero mi conciencia y habilidades serán transferidas a un mortal de mi elección." –
– "¡¿Te volviste loca?!" – Ni siquiera Tsukuyomi espero esa declaración de su hermana.
Amaterasu niega. – "Necesitamos caminar en los zapatos de los mortales… si no lo hacemos, nunca entenderemos como ayudarlos." –
– "Pero esto es muy drástico… ¿Por qué no solo transmigrar…?" – Tenjin cuestiona.
– "Tardaría en que pueda ser de ayuda al crecer como humana normal, pero si me anclo a un alma ya existente, tendré una posibilidad de ayudar." – Amaterasu responde, dejando en claro su plan.
– "¿Anclarte a un alma…? ¿Qué es exactamente lo que planea hacer…?" – Tenjin no parecía entender hacia donde se dirigía este supuesto plan.
– "Simple… reencarnare mi conciencia en un humano, siendo parte de él, pero no tomare su autonomía… digamos que él se volvería en una especie de jinchuriki." –
– "Eso…" – Ebisu murmura sin creer lo que acababa de escuchar. – "¿Eso no sería una intervención divina…?" –
– "Bueno… en perspectiva no le estaré dando poder, solo habilidades… es como una bendición." – Amaterasu intenta justificar su idea. – "Y necesito otros ocho dioses para iniciar esto." –
Muchos se vieron incomodos a Amaterasu al entender que ella quería formar un escuadrón suicida contra los interminables monstruos.
La mirada de Amaterasu relució con emoción al ver que alguien alzaba su brazo.
– "Si realmente lo hará, Amaterasu-sama, entonces será mejor que la resguarde…" – Hachiman declara, ofreciéndose para proteger las espaldas de Amaterasu en un momento de dificultad.
– "¡Yo también!" – Uzume se anima, queriendo ayudar en enmendar su error.
– "Esperen, ni siquiera hemos iniciado una votación para esto…" – Tenjin advierte.
– "Por hablar serás seleccionado… y tú también tu Sakuya-hime." – Amaterasu informa.
– "¡Pero si yo ya no dije nada!" – Sakuya-hime se queja, viendo que fue arrastrada a esta locura.
– "Esto es absurdo… ¿Podemos ser serios y comenzar una elección…?" – Tenjin pide un tanto desesperado.
– "No parece que a los demás les importe…" – Tsukuyomi señala.
Tenjin se gira para ver a los dioses siendo muy indiferentes a lo que les pasaba a los mortales… algo que Tenjin también compartiría si no fuera porque estaba del lado receptor de la mayoría de problemas y eventuales peligros.
– "Puede ser verdad, pero hay otro peligro más grande y que nunca contemplamos…" – Amaterasu señala. – "El Kyūbi está libre y parece que se prepara para domar a los monstruos. Él quiere ser el rey del mundo y eso podría llegar a ser un gran peligro." –
– "Entonces por eso nueve dioses…" – Tenjin murmura. – "Pero realmente son diez…" – Termina de hablar con un problema extra.
– "Bueno, por eso la traje a ella…" – Amaterasu señala a la entrada de la gigantesca sala de reuniones.
En plena entrada, Afrodita caminaba con una deslumbrando calma, acercándose a la reina de los sintoístas.
– "¿Afrodita…?" – Uzume murmura, preocupada de que era lo que planeaba Amaterasu.
– "Afrodita, como escuchaste todo, no necesitare explicártelo…" – Amaterasu declara.
Afrodita asiente levemente, mirando a la diosa del sol. – "Entonces… ¿Me quiere llevar a las Naciones Elementales…?" –
Amaterasu niega rotundamente. – "No gracias…" –
– "Al menos dilo más bonito…" – Afrodita murmura molesta. – "¿Y qué tengo que hacer…?" –
– "Simple, Afrodita… como se te ha dado el beneficio de sacar a Uzumaki Naruto de este panteón, requerimos de una… donación divina." – Amaterasu declara con simpleza.
– "¿Quieres que… ofrezca a alguien para reencarnar en tu panteón…?" – Afrodita cuestiona, considerándolo una locura, aunque con todo lo pasado, parecía poco en comparación.
– "Solo una deidad, pero que no sea tan exigida en tu panteón, pero que nos sea útil…" – Amaterasu declara con tranquilidad.
Afrodita hace una mueca. – "¿Un dios…? Pero todos son esenciales, no creo que pueda acercarme a alguno para pedirle algo así sin que notifique a Zeus o directamente se niegue." –
– "Aunque no me agrada la idea, hay opciones." – Tenjin menciona, llamando la atención de Afrodita. – "Ciertamente los dioses podemos asegurar que siempre manteneos nuestros dominios activos y dejarlos fluir correctamente, pero… algunos no necesitan estar en trabajo constante." –
– "Cierto, no inicio guerras cada cinco minutos." – Susanoo señala.
– "Pero si alborotos…" –
– "¡Oye!" – Susanoo se queja por la burla de Tsukuyomi.
– "Se necesitará a un dios que sea útil y poderoso, pero que no sea llamado constantemente por los doce olímpicos. Así podremos ocultar su falta en el Olimpo." – Tenjin declara.
– "Creía que no querías unirte a esta idea…" –
Tenjin hace una mueca, molesto por la sonrisa burlona de Amaterasu. – "Está claro que esta no es una reunión para decidir un veredicto, sino para informarnos que ya tuvo una decisión, Amaterasu-sama…" – Tenjin declara, un tanto derrotado de que la diosa del sol sea tan impulsiva a pesar de que se muestra elegante y calmada.
– "Me gusta que entiendas el punto, Tenjin-chan." – Amaterasu sonríe con una luz tan brillante que varios dioses, especialmente los nocturnos, se cubrieran los ojos con dolor al ver tal brillo.
– "Entonces… ¿A quién traigo…?" – Afrodita cuestiona un tanto nerviosa. – "Quiero decir, Hécate podría servir, pero ella siempre está usando la niebla y es llamada en ocasiones para confirmar el correcto funcionamiento de la ilusión en los mortales, Tyche no es llamada a hablar con los olímpicos, pero no es exactamente lo que se necesite para una batalla, Tánatos podría aceptar por medio de Hades, pero es la muerte, siempre tiene un trabajo… incluso ofrecería a Hestia y ella probablemente estuviera de acuerdo en ayudar, pero su pacifica forma de ser la haría inútil a pesar de ser una de las diosas más poderosas…" –
Amaterasu mira a Afrodita con tranquilidad, pensando en las posibilidades a partir de su conocimiento del panteón griego. – "Tenjin, mencionaste que habría opciones… dímelas…" –
Tenjin asiente. – "Podría ayudarnos tener a Niké de nuestro lado" –
Afrodita hace una mueca. – "Ella es muy competitiva… lo más posible es que se ponga en su contra para demostrar que es mejor…" –
– "Entiendo…" – Tenjin murmura, levemente molesto de que esa diosa se deje llevar por su propio dominio. La diosa de la victoria dominada por sus propias ganas de victorias… era triste. – "¿Qué tal Despena? Es una diosa que podría ayudar mucho, después de todo, sus conocimientos de lo oculto serían indispensables…" –
– "Suena a que te urge una novia…" – Afrodita no pudo evitar notar que su dominio vibraba ante esa mención.
– "¡No es así!" – Tenjin se queja, pasando su mirada a los demás dioses sintoístas que lo veían con miradas inexpresivas. – "¡Solo la respeto por su gusto en los conocimientos ocultos y resguardarlos!" –
– "Igualmente, para eso te llevamos… tener otra deidad con conocimientos no serviría mucho…" – Afrodita declara.
Tenjin refunfuña levemente al ver que Afrodita no se equivocaba. – "¿Y… qué tal…?" – Él comenzó a pensar. – "¿Eros…?" –
– "Cuidado con lo que sugieres…" – Afrodita entrecierra sus ojos, no gustándole que estén pidiendo que ofrezca a uno de sus hijos para esta locura. Ella podría estar de acuerdo en ayudar, pero no planeaba arriesgar a su familia.
Tenjin traga saliva levemente.
– "¿Y Némesis…?" – Amaterasu cuestiona.
Todos la miran con sorpresa por dar esa opción.
– "¿A la diosa de la venganza…?" – Un dios cuestiona con confusión.
Amaterasu asiente, aunque incluso Afrodita la veía con dudas.
– "Esta bien, admitamos que es un tanto… vengativa, pero esa venganza nace de la justicia. Si no me equivoco Némesis actúa a partir de las acciones de otros, iracunda contra los que la han ofendido como agradeciendo a los que la han ayudado… es más karma que venganza…" –
Afrodita asiente levemente. – "Si… Némesis solo es vengativa con los que lo merecen, pero… ¿Realmente la consideras una buena opción…?" –
– "Hay que considerar que no solo vamos a reencarnar, sino que nuestros recipientes tendrán combates muy difíciles… necesitaremos a alguien que actúe como se debe sin importar que…" – Amaterasu responde, mirando a Afrodita. – "Y Némesis también es la diosa de la justicia… considerando que Zeus y Atenea están en el Olimpo, dudo que la soliciten mucho…" –
Afrodita aparta la mirada levemente. – "Creo que podría hablar con ella… pero tendré que hablarle de todo esto… la única forma de que acepte es que vea que es para mantener la balanza de poderes en su panteón…" –
Amaterasu asiente. – "Conocí a Némesis por un momento en una reunión entre panteones y, aunque no lo parece, es una diosa comprensiva… siempre y cuando vayas a hablar de forma neutral o para llegar a un equilibrio." –
Afrodita asiente levemente, sabiendo su nuevo objetivo.
– "Bien, con eso solucionado…" – Amaterasu comenzó a pensar un momento. – "Entonces tenemos a Uzume, Hachiman, Sakuya-hime, Tenjin, Némesis y a mi… me hacen falta cuatro más…" –
– "En ese caso creo que me uniré… no creo que se necesite tanto de mi intervención en la pesca. Solo dejo mi poder en automático e ira todo bien." – Ebisu se señala con tranquilidad.
– "¡Yo también! Quiero detener a Kyūbi-chan." – Inari se emociona.
– "En ese caso…" – Susanoo sonríe con fuerza.
– "No, tú te quedas." –
– "¡¿Por qué?!" –
Susanoo vio molesto a su hermana por negarle la aventura genial y potencialmente bélica.
– "En primer lugar, tienes que hacer tu trabajo como patrón de Uzumaki Naruto, así que no puedes detener tus trabajos…" –
Susanoo hizo una mueca, habiendo olvidado eso por un momento.
– "Y… aunque no me guste, necesito a un suplente… eres fuerte Susanoo, por eso necesito que te quedes para mantener al panteón con esa fuerza." –
Los ojos de Susanoo se iluminan al ver que su hermana le estaba cediendo el control del panteón temporalmente.
– "¿Me puedo ir contigo…?" – Tsukuyomi suplica para no estar en un panteón controlado por su hermano.
– "No, también te quedas. Necesito que alguien pueda detener las locuras que haga ese idiota." – Amaterasu responde, congelando a Tsukuyomi al escuchar de la nueva responsabilidad que le lanzaron en la cara.
Tsukuyomi no tuvo otra opción que aceptar aquella loca y completamente difícil misión.
– "Supongo que puedo ayudar. Así completamos a los dioses que participamos en el reclamo del campeón Uzumaki Naruto…" – Fūjin declara, esperando ser de ayuda.
– "¡¿Ah?! ¡¿Tú vas?!" –
Un dios se levanta con sorpresa. Él es un ser de inmensa estatura, su cuerpo un torbellino de nubes oscuras y tormentas arremolinadas. Su piel, de un gris profundo y atronador, lleno de relámpagos, cada uno de ellos testimonio de su poder. Sus ojos, como oro fundido, arden con una intensidad feroz, reflejando el calor y el brillo de los relámpagos.
Su boca, unas fauces abiertas, está llena de hileras de dientes dentados, capaces de desgarrar el tejido vivo. Su pelo, una salvaje maraña de negro, se agita alrededor de su rostro, imitando la furia de una tormenta.
– "No te exaltes Raijin… no de nuevo…" – Fūjin pide, no queriendo tener de nuevo una de sus ya conocidas peleas que terminan en una tormenta eléctrica y tornados en todo el panorama.
– "Llévatelo, si solo se va Fūjin, Raijin no dejara de quejarse…" – Tsukuyomi le suplica a su hermana, esperando la luz verde.
Amaterasu suspira. – "Bien… con Raijin se completan todos los que necesitare…" –
– "¡Eso!" – Raijin celebra mientras se escucha un rayo en las distancias para molestia de Fūjin.
– "Y con eso dicho, solo queda un asunto final…" – Amaterasu mira a un lado de la sala, viendo directamente a unos ojos violetas con un patrón continuo de círculos. – "Hagoromo… necesito que saques a esos niños malcriados de su pelea infantil. Si se quedan que sea su última transmigración y que ni piensen comenzar un conflicto… necesitaremos tanto a Uchiha Sasuke como a Rock Lee para completar esta misión…" –
Los ojos de patrones circulares pertenecían a un anciano que se veía muy demacrado y cansado. – "Comprendo, Amaterasu-sama… su pelea, aunque podría traer equilibrio, actualmente ese conflicto solo sería contraproducente…" –
– "Cierto, aunque…" – Amaterasu mira de reojo a Afrodita. – "Creo que Indra se ha apaciguado un poco…" –
Afrodita sonríe levemente, sabiendo que Naruto logro hacer dudar al emo primigenio… al menos así lo llamaba ella al primer Uchiha.
– "Creo que ya aclaramos todo. Cubrimos el asunto de los monstruos, el Kyūbi y las transmigraciones… eso sería todos para esta reunión…" – Amaterasu sonríe tranquila.
Afrodita suspira aliviada. Ella asiente y se arrodilla, tomando una posición tradicional del panteón sintoísta. – "Les agradezco…" – Afrodita se inclina hasta casi pegar su frente contra el suelo, aunque cubrió su pecho para evitar que vean el escote de su vestido. – "Y le pido a Susanoo-sama que resguarde a mi pequeño remolino…" –
Susanoo sonríe levemente. – "No es que necesite mucho de mi ayuda. Es un pequeño monstruo y creo que será una sorpresa incluso sin usar mis bendiciones." –
Afrodita se levanta, asintiendo. – "Naruto será alguien grande, lo sé…" –
…
Una semana transcurrió, trayendo a la apacible aldea de Konoha, un acontecimiento inusual sacudió la tranquila existencia de la familia Haruno. En el hogar de los Haruno, la atmósfera se cargó de tensión cuando la madre de Sakura, la respetada señora Haruno, se enfrentó a su hija con un odio que dejó a la joven kunoichi sin aliento.
– "Sakura, esta decisión tuya no me agrada. Crie a una dama correcta que iba a tener una buena vida junto a un hombre de bien como lo es Uchiha-sama, pero… dices algo así… " – Expresó la señora Haruno con una serenidad que contrastaba con la fuerza de sus palabras.
Sakura, con el corazón oprimido por la tristeza y el desconcierto, asintió en silencio, consciente de las consecuencias. – "Él era mi compañero de equipo… un posible amigo que rechace por mucho. No dejare que me negué ir a limpiar su lapida…" – Con paso vacilante, la joven kunoichi sostuvo un balde vacío con varios utensilios de limpieza.
El chirriar de la puerta al cerrarse resonó en la sala, marcando una cada vez más grande ruptura entre madre e hija.
– "Si cruzas esa puerta… no pienses en volver…" –
Sakura cerro sus ojoso con fuerza, intentando mantener su determinación intacta.
– "No me interesa quedarme en una casa de idiotas…" –
La joven kunoichi se alejó de lo que una vez fue su hogar, ignorando el sonido sorprendido de su madre al ver que no se detuvo ni por un momento, esperando olvidar todos esos momentos donde sus padres la protegían y daban su cálida compañía, aunque actualmente ese sentimiento se sentía tan falso.
La señora Haruno vio a Sakura con ira, corriendo hasta la puerta para verla alejarse sin siquiera reconsiderar sus acciones.
– "¡¿Crees que es bueno?! ¡No sabes nada de lo que realmente es, amante de demonios!" –
Sakura no la miro, sabiendo muy en sus adentros que si se detenía rompería a llorar al escuchar que su madre la comenzó a insultar públicamente. Ella ignoro todas las miradas que le mandaban, esperando ver a alguien comprensivo, pero solo habían miradas de odio al comprender que pensaba hacer.
Los murmullos comenzaron, señalándola como una loca o alguien inhumano, hablando de sus quemaduras con completo desdén y odio.
¿Esto era lo que Naruto pasaba…? Sakura no lo podía soportar y solo llevaba caminando cinco minutos.
– "¿Dia difícil…?" – Sasuke cuestiona, llegando a estar frente a Sakura.
Los ojos de Sakura se iluminaron levemente con una esperanza de ayuda por alguien que sabia realmente del sacrificio de Naruto. Ella noto que ahora Sasuke cubría su ojo perdido como lo hace Kakashi.
– "Supongo que iras a limpiar la lápida… también pensé hacerlo…" – Sasuke alzo un paño y un atomizador. – "Aunque veo que tu llevas más cosas… tal vez traje muy pocos utensilios de limpieza." –
Sakura niega rápidamente, sonriendo levemente mientras las voces de los demás se borraban de su conciencia.
– "Solo vamos a limpiar. Aquí solo molestan." – Sakura le sonríe a Sasuke, intentando acelerar el paso hacia las tumbas.
– "Bien, bien… solo ve con calma. Apenas llevamos un día de haber vuelto a la aldea y no creo que sea buena idea acelerarte tanto." – Sasuke advierte mientras ambos jóvenes ninjas eran observados por los aldeanos, atónitos de que Sasuke se uniera a la limpieza de la tumba de Naruto. Él suspira. – "Sakura… ¿Qué piensas de reubicar la tumba…? Estoy considerando llevar a Naruto a que sea enterrado nuevamente, pero en el complejo Uchiha…" –
Sakura se sorprende por las palabras de Sasuke. – "Ah… tal vez podamos hablar de eso con Hokage-sama…" – Ella dice con nervios por esa sugerencia.
Sasuke asiente. – "Esta bien, pero luego de comprar la pintura…" –
– "¿Pintura…?" – Sakura murmura con confusión, pero sus dudas nunca fueron respondidas por el anormalmente sonriente Sasuke… aunque solo era una leve sonrisa casi imperceptible, pero eso era casi una sonrisa reluciente para los estándares Uchihas.
Sakura decidido dejar eso de lado por ahora.
…
– "¿Está seguro de esto…?" – Haku pregunta con sorpresa y un poco de nervios.
Ella estaba sentada en un banco cerca a una tienda junto a Iruka. El melancólicamente sonriente hombre asintió.
– "Kakashi me conto todo… sé que esto te ayudara a darte valor…" – Iruka le extiende una banda ninja con el símbolo de Konoha.
– "Sé que la necesito ya que fui aceptada como ninja de Konoha, pero… esto es…" –
– "La banda ninja de Naruto, lo sé… antes era mía y yo se la di…" – Iruka declara con un ligero tono triste.
Haku hace una mueca por un dolor contenido. – "Iruka-san… Naruto-kun murió por mi…" –
– "Murió para salvarte… no es lo mismo Haku-san. Naruto vio algo en ti que merecía ser salvado, ahora te toca a ti seguir el resto del camino." – Iruka le sonríe levemente. – "No te menosprecies… Naruto seguramente vio que merecías vivir…" –
Haku baja su cabeza levemente, sonriendo levemente ante las palabras de Iruka. – "Veo porque me mencionaron que era el maestro favorito de Naruto…" –
– "No es como si tuviera mucha competencia…" – Iruka susurra.
– "¿Dijo algo, Iruka-san…?" –
– "No, no es nada…" –
Haku sonríe, tomando eso como una divertida ocurrencia del chūnin. Ella iba a tomar la diadema ninja, pero de repente sintió un leve ardor en su piel, alejándose levemente mientras hacia una mueca dolorosa.
– "¿Sucede algo, Haku-san…?" – Iruka pregunta con preocupación.
– "No… no sé…" – Haku murmura, tomándose del brazo para notar con sorpresa como un patrón de cadenas doradas envolviendo una espada imprimiéndose su brazo.
– "¿Cadenas y una espada…?" – Iruka se cuestiona al ver dicho patrón. Él paso su mirada a Haku. – "Tú… ¿Sabes que es…? ¿Es una técnica tuya…?" –
La única respuesta de Haku fue el silencio, concentrándose en ese aro tatuaje que apareció de la nada. Ella estaba completamente confundida y tratando de analizar eso. Lo primero que pensó es que podría ser un sello, pero era demasiado extraño para descubrir que era.
– "No sé… que es…" – Haku murmura con confusión y preocupada de lo que podría ser.
…
Kakashi se mantenía cayado frente a una gran piedra negra tallada con múltiples nombres, con la mirada perdida en frente del recordatorio eterno de un dolor pasado. El viento susurra entre los árboles, llevando consigo un eco de recuerdos y melancolía que envuelve el lugar en un manto de nostalgia. Frente a aquella piedra, Kakashi no se podía mantener de pie, colocando la mano sobre la gran piedra.
– "Sensei… Kushina-sama…" –
Él se arrodilla con sus piernas fallando, el dolor de golpear sus rodillas solo era aplacado por el peso del dolor de su perdida.
El silencio que envuelve el lugar se ve interrumpido por el murmullo de sus pensamientos, por las palabras no dichas que resuenan en su interior con la fuerza de un torrente emocional. El recuerdo de momentos compartidos, de risas y lágrimas entrelazadas, se agolpa en su mente, tejiendo un tapiz de emociones que lo embarga por completo.
Kakashi solo pudo cerrar sus ojos con fuerza, siendo incapaz de contener las lágrimas. Él evito este lugar por toda una semana, esperando no sentir la responsabilidad de venir, pero simplemente era imposible… él visito tantas veces antes, pero cuando realmente tenía una justificación para hacerlo, él huyo.
– "Parece que… nunca cambia nada…" – Kakashi golpea su cabeza levemente contra la piedra con nombres tallados. – "Siempre fallo… no importa que, siempre pierdo a alguien…" – Kakashi murmura con pesar mientras unas cuantas lagrimas caían de los ojos de Kakashi, manchando su mascara.
Aunque Kakashi demostrara tranquilidad y seriedad ante su equipo, cuando él se quedó solo, él realmente estaba frágil. Naruto no era solo su alumno, era el hijo de su maestro, la última conexión con el hombre que considero como un segundo padre. Él no podía aceptar que perdiera nuevamente a alguien de su equipo.
– "Fue igual que con Obito… No pude salvarlo por mi debilidad…" – Kakashi se toma del brazo perdido. – "Y ahora soy incluso más débil… y tengo que instruir a este nuevo equipo…" –
El pecho de Kakashi sintió un gran peso agarrándose de su ahora endeble confianza, él simplemente ya no se podía considerar a sí mismo como un ninja de elite.
– "¡Kakashi-senpai!" –
El grito femenino hizo que Kakashi entrara en razón, levantándose al instante sin mostrar su mirada llorosa.
– "¿Qué sucede, Neko…?" –
– "Es la chica que me asignaron a vigilar. A ella le aparecieron unas extrañas marcas en forma de cadenas y una espada… ella no parece saber que es." –
Kakashi piensa en las palabras del anbu. – "Guíame hasta donde se encuentra…" –
La anbu desaparece mientras Kakashi la sigue, no sin antes mirar un momento la pierda oscura para seguir su camino hacia donde este Haku.
– "Solo espero… que Naruto los encuentre del otro lado…" –
…
En una bulliciosa ciudad repleta por edificios gigantescos que parecían intentar rasgar los cielos, un repentino y drástico cambio climático sacudió la ciudad hasta sus cimientos, transformando el panorama urbano en un escenario surrealista de intensas precipitaciones. Lo que comenzó como un día típico en la Gran Manzana pronto se vio eclipsado por la llegada de un aguacero descomunal, desafiando las expectativas climáticas de la región.
Las calles de la ciudad se convirtieron en auténticos torrentes de agua, desafiando la resistencia de los sistemas de drenaje y sumiendo a los neoyorquinos en un estado de sorpresa y desconcierto. Los paraguas se volvieron insuficientes ante la ferocidad de la lluvia, obligando a los transeúntes a refugiarse en portales y comercios en busca de resguardo.
– '¡Qué tal, amigos! Hoy les quiero contar sobre un cambio climático de locos que sacudió la Gran Manzana. Un día soleado y despejado, la gente caminando por las calles con sus lattes en mano, cuando de repente, ¡Zas! Las nubes se ciernen sobre los rascacielos y comienza a caer una lluvia torrencial. Pero no una lluvia cualquiera, ¡No! Esta lluvia era como si el cielo se hubiera vuelto loco y decidiera descargar toda el agua de una vez. Las calles se convirtieron en ríos improvisados, los paraguas se volvieron inservibles ante semejante diluvio y la gente corría en busca de refugio en los cafés y tiendas cercanas. ¡Fue toda una locura!' –
Una persona se mantenía frente a un televisor, observando detenidamente le reportaje mientras que el fuerte viento golpeaba su piel a la par que todos buscaban refugio, siendo algo contrastante con él ya que casi pareciera que el viento y la fuerte lluvia no lo afectaran.
Los ojos azules vieron al cielo, reflejando las nubes. – "Extraño…" – Él agarra una maleta para guitarras, colocándosela en la espalda. – "Este lugar es tan extraño… pero mejor acelero el paso, no quisiera llegar tarde y que se pierdan de mi presencia…" – Él sonríe, caminando tranquilamente hacia su objetivo.
Aunque estuviera llegando tarde, no debía de acelerarse, eso lo haría parecer un desesperado.
– "Aunque… también sirve hacerlos rogar por mi… por Uzumaki Naruto." – Él sonríe ampliamente, decidido a llegar a su objetivo. – "¡Vamos!" – El chico celebra sin importarle ser mojado por la lluvia.
El sonido resonante de líquido cayendo fue escuchado por Naruto en un callejón, llamando su atención por los ligeros golpeteos de gotas cayendo al suelo.
– "Oh… otro que me sigue…" – Naruto toma su maletín de guitarra lentamente. – "Y veo que eres la bonita de la familia, ¿No…?" –
Con plumas oscuras, garras afiladas y alas poderosas, Naruto vislumbro la imagen de la fealdad física en conjunto a sus ojos que reflejaban la crueldad y la ferocidad en su forma más grotesca. Sus rostros, con rasgos desfigurados y ojos penetrantes, reflejan una malevolencia innata.
– "Una harpía, ¿No…? Al menos eso creo a partir del libro dejado por mamá…" – Naruto menciona, sacando una guitarra.
El diseño de un tornado en plena tormenta lleno el cuerpo de la guitarra, convirtiéndolo en un lienzo que captura la esencia misma de la tempestad, donde la elegancia y la ferocidad se entrelazan en una sinfonía visual impactante.
El emplumado monstruo retrocede levemente al ver la guitarra de tormentas.
– "¿Qué quieres… semidios…?" – La harpía cuestiona, entrecerrando sus asquerosos ojos ante el pelirrojo.
– "Vamos, señorita… solo quiero…" – Naruto mira al suelo, viendo a una chica inconsciente con su rostro en el suelo y sujetada por el monstruo. – "Que sueltes a esa chica. Así podemos irnos cada uno por separado y no te mato." –
El leve aleteo de las alas de la harpía hizo que Naruto bajara levemente su sonrisa.
– "¿Matarme…? Como veo, yo tengo la ventaja, así que arrodíllate, mestizo o matare a mi pequeña presa." –
Los labios de Naruto se apretaron levemente, mostrando un disgusto poco oculto y que ni siquiera intento fingir, casi reflejando el asco en su mirada.
– "¿Arrodillarme ante un ser tan desagradable…? Perdón, pero nunca mostraría la más mínima debilidad por alguien tan horrible que es incapaz de aceptar mi misericordia…" – Naruto niega con pena y su estomago revuelto. – "Si no la sueltas, te obligare…" –
El monstruo gruño, aplastando levemente la cabeza de la chica, provocando una queja inconsciente de la chica.
– "Bueno… que no se diga que no doy oportunidades…" – Naruto sonríe mientras baja sus manos, haciendo rugir su guitarra.
El retumbar como un potente rayo fue escuchado en todo el callejón, como si de una potente tormenta se acercara, contrastando perfectamente con la lluvia a su alrededor. Antes de que la harpía lo notara, unas lanzas de rayos se dispararon a ella, perforando sus alas para quedar clavada contra la pared.
– "¡¿Qué es esto?! ¡¿A caso eres otro hijo de Zeus?!" –
Naruto sonríe divertido, ignorando las palabras del monstruo. – "Realmente me gusta esta guitarra…" – Él alza la guitarra desde su mástil de madera oscura.
La madera oscura comenzó a deslumbrarse en brazas, formando un humo oscuro, asemejándose a nubes negras. De repente, el cuerpo de la guitarra comenzó a deformarse, una mitad volviéndose en una gran cuchilla y la otra mitad en un creando tres picos ascendentes, a la par que el artístico dibujo de tormenta se deshacía y se volvían en rayos envueltos en un fuerte viento.
Naruto siente cómo el poder tormentoso fluye a través de él.
– "Cuando te vayas al Hades, procura reflexionar de la tontería que hiciste…" – Naruto prepara el guitarra-hacha, dando un tajo que destello con rayos.
Tras la breve batalla, Naruto toma una pluma negra del suelo donde alguna vez estuvo el monstruo. Él considero guardarla en caso de que le sea útil, pero unos murmullos llamaron su atención.
– "Veo que tus heridas no son tan graves…" – Naruto menciona, acercándose a la chica, notándola temerosa al verlo, pero él solo sonrió tranquilizadoramente. – "Tranquila, no te haré ningún daño…" –
Naruto logro aprender que su voz podía llegar a ser muy apaciguadora, tanto que tranquilizo a la chica hasta quedar dormida. Él tomo a la chica y la llevo lo más rápido hasta una jefatura de policía, básicamente porque hasta llegar a un hospital lo detendrían a cada rato por creerlo un secuestrador, logrando dejarla mientras se transformaba en una bella mujer, dejando atrás a unos policías muy emocionados y susceptible a dejarlo ir.
Naruto logro retomar su camino tranquilamente, estando incluso más atrasado que antes, pero no fue con prisas, disfrutando de la lluvia a pesar que para los que estaban a su alrededor estaban siendo casi llevados por el fuerte viento, perdiendo sus paraguas.
Naruto suspiro, gustándole el agua caer en su piel y escuchando el rugir de los truenos en los cielos como si de una bella melodía se tratase.
– "Ah… este mundo es muy raro… pero creo que me puedo acostumbrar…" – Naruto sonríe.
Naruto toca un collar en su cuello el cual tenia un pequeño envase de cristal que encierra un papel, esta era una pequeña carta de su madre dejada atrás junto con lo que parecía ser unos hilos dorados.
– 'Mi remolino, sé que quieres conocerme, pero me veo en la difícil obligación de alejarme para tu propio bienestar. Hay un peligro que te acecha y que estando yo, solo aumentara. Recuerda siempre que mi amor y apoyo incondicional te acompañan en cada paso que des. Te pido, por favor, que te mantengas alerta con ayuda de los hilos que están junto a esta carta. Confío en tu juicio y en tu determinación para afrontar este peligro como un Uzumaki. Con todo mi amor y mi más profundo anhelo de poder darte al menos un abrazo, Dita.' –
Naruto encontró esa única carta mientras se levantaba de una cama tras su supuesta muerte. Él no sabia como paso esto, pero saber que esto fue hecho por su madre, supuso que era algo de dioses, pero su sorpresa fue llevada en su mayoría hacia el nuevo entorno.
Aunque sorprendente, Naruto logro adaptarse inesperadamente rápido, siendo alguien muy social y logrando entablar conversación con algunas personas… incluso si no hablaba el inglés, de alguna forma lograban entender. 'La amistad no mira lenguajes' era lo que decían con los que ha hablado.
Llegando por fin a las puertas de una escuela, Naruto dio su primer paso. – "Academia Yancy…" – Él murmura, viendo el letrero de la escuela. – "No me gusta estudiar, pero mamá me mando esta dirección… ya que, escuchar es lo que hace un hijo…" –
Naruto podría gritarle al cielo, estar enojado con su madre y señalarla, pero decidió dejarlo ir, cuando la conozca la confrontara y aclarara todo, después de todo, dejarse llevar por el odio a lo que siempre quiso, una madre, no es algo muy bonito y él buscaba ser hermoso.
– "Ah… aunque me pregunto cómo les ira a los demás…" – Naruto suspira, ignorando como una multitud de adolescentes lo veían caminar hacia la oficina del director, recibiendo suspiros de varias chicas y algunos chicos. – (Espero que mi muerte los hubiera salvado…) –
…
– "Esto realmente está muy bueno…" – Haku murmura, probando por primera vez el ramen de Ichiraku, el ramen favorito de Naruto.
– "¡La mejor sazón para la novia de mi mejor cliente!" – El viejo cocinero de ramen ríe con fuerza al ver a Haku atragantarse con el caldo, aunque fue callado por un golpe con una olla en su cabeza por parte de su hija.
– "Muy pronto para hacer esas bromas, papá." –
– "Veo que aquí estaban…" – Kakashi entra al puesto de ramen, saludando a los cocineros, los cuales estaban un tanto nerviosos al verlo sin el brazo.
– "¡Sensei!" – Sakura se anima.
Sasuke alza su mano en un gesto de saludo mientras comía calmadamente su ramen.
Kakashi cierra su ojo con diversión. – "Bien, he escuchado que tienen algo nuevo entre manos." –
Haku alza su brazo, mostrando el extraño tatuaje gravado en su piel. – "Dicen que llamaron a un maestro de sellado para descubrir que es." –
Sakura alza su propio brazo, mostrando lo que parecían ser un tatuaje pétalos de flores de cerezos volar alrededor de su barco con brazas de fuego. – "Lo único que sabemos es que Shikamaru, una chica llamada Tenten y el nieto del tercer Hokage también lo tienen." –
– "Se llama Konohamaru. A él no le gusta que lo llamen como nieto del tercer Hokage." – Haku menciona, recordando al pequeño niño que conoció en su reunión con el Hokage.
Kakashi asiente levemente, confundido por lo que acababa de pasar. Él solo esperaba que no sea alguna consecuencia de lo que pasaron en su misión.
– "Si realmente es alguna técnica poderosa, me molestare de no tenerla…" – Sasuke murmura, molesto.
– "Ya tienes una espada que crea ilusiones y una cuchilla de rayos, no te quejes…" – Haku señala.
Sasuke solo vuelve a su comida.
– "Bien, bien. Me agrada que se lleven bien." – Kakashi sonríe con su ojo cerrado. – "¿Ahora me dirán para qué es todos esos cubos de pintura a sus lados…?" –
El nuevo equipo ninja se congelo, sudando levemente al escuchar el cuestionamiento de su líder.
– "Porque si van a hacer lo que creo que harán, no deberían hacerlo…" – Kakashi advierte. – "Sin mí." –
Los jóvenes ninjas miran al jōnin con sorpresa, compartiendo una sonrisa emocionada.
…
– "¡Vamos, necesitamos seguir con la reconstrucción!" – Un civil grita mientras llevaba un gran tronco en conjunto a varios que lo ayudaban.
– "¡Necesito madera aquí!" –
– "¡En camino!" –
Un pueblo destruido estaba siendo traído nuevamente a la vida en conjunto a todos sus ciudadanos trabajando juntos mientras eran ayudados por varios ninjas de Konoha.
– "Gracias nuevamente por venir, necesitábamos la ayuda." – Tazuna sonríe levemente mientras mira un plano.
– "No hay de que… cuando hablaron de esta misión, mi equipo quiso venir." – Un ninja responde, suspirando a la par que botaba humo de su boca tras sacar su cigarro de la boca. – "El equipo de Kurenai y Guy también vinieron y tenemos que admitirlo, es una sorpresa la destrucción." –
– "¡Eso lo hizo Naruto-nii! ¡De la nada un tornado descendió de los cielos y destruyo todo el lugar!" – Inari grita, mostrando un extraño tatuaje en su brazo derecho que mostraban símbolos de peces siguiendo el agua.
– "Claro, debió ser un jutsu muy poderoso…" – El hombre acaricia la cabeza del chico, creyendo que Naruto aprendió alguna técnica de viento y la sobrecargo con todo su chakra en un ataque desesperado.
– "Inari, cúbrete el brazo, luego hablaremos de ese tatuaje… tu madre me matara si descubre que te hiciste un tatuaje cuando te cuidaba…" – Tazuna niega, suspirando con pesades por su eventual destino.
– "¡Ya te dije que apareció de la nada!" – Inari se queja, molesto de que su abuelo no le crea.
El ninja de Konoha mira al chico cubrirse con una chaqueta, recordando a su propio estudiante.
– "Oye, Asuma. Ya acabamos con nuestra parte…" – Un chico que parecía que iba a dormirse en cualquier momento dice con desdén.
– "¿Tan rápido? El equipo diez sí que es eficiente cuando no están dormidos, comiendo o contando chismes." – El hombre sonríe divertido.
– "Lo que sea…" – El chico murmura molesto, rascándose la cabeza, mostrando su brazo con un tatuaje de trigo. Él mira la base de una construcción justo en el centro del pueblo. – "¿Realmente harán eso…?" –
Tazuna sonríe levemente. – "Si. Todos quieren ya iniciarlo, pero lo pospusimos hasta tener todos donde vivir." – El anciano mira el plano en sus manos. – "Escuche que él quería volverse en Hokage y, aunque no es lo mismo, quisiera que esto sirva…" –
El chico de mirada aburrida vio el plano, viendo el diseño de una estatua de Uzumaki Naruto que alzaba su puño. El chico intento usar su mente para traspasar el diseño al lugar donde estaba planeado hacerse y pudo visualizarlo… casi pareciera que Naruto, incluso tras su muerte, apuntara al cielo retando a cualquiera a vencerlo.
El chico sonríe levemente. – "Si… quedara bien…" –
– "¡Yo digo lo mismo!" – Inari grita emocionado.
– "Shikamaru, vamos… tenemos que seguir ayudando." –
– "Ya voy, Asuma." –
…
Se encontraba un creciente incendio en un bosque, pero el fuego solo llego hasta cierta área, consumiéndose para dejar únicamente un sector del bosque con el suelo carbonizado, como si se tratase de un marcado de territorio.
– "Listo… creo que aquí podré iniciarlo todo." – El Kyūbi declaro, viendo a sus lados. – "Primero necesitare saber si estos monstruos son realmente peligrosos. Me tocara esperar…" – El zorro de actualmente cuatro colas, se recostó en el centro de toda la destrucción forestal. – "Tal vez uno de esos monstruos me sirva para neutralizar ese fastidioso sellado…" –
El zorro comenzó a gruñir, recordando que, en su escape, un cabello rojo y otro dorado intentaron detenerlo. Él tuvo que usar la mayoría de su chakra para escapar de la contención o sino terminaría muriendo junto a Naruto.
– "Malditos humanos…" – El zorro se levantó, no logrando conciliar el sueño. – "Necesito alguien que pueda usar el sellado, pero… ¿Quién…?" – El zorro comenzó a gruñir, pensando en ello, pero luego escupe fuego con rabia. – "Shukaku… no puedo creer que necesite a ese idiota…" –
El zorro comenzó a caminar hacia su destino, pensando en una forma de no ser detectado en el camino. Seria muy mala suerte ser sellado apenas tras obtener la libertad.
– "Ya veo a ese estúpido mapache diciéndome que debí escucharlo y aprender sellado… ¡Ese idiota también este sellado!" –
…
– "¡No corran, equipo siete!" –
– "¡¿Cómo apoyas estas locuras, Kakashi?!" –
– "¡Deténganse!" –
El equipo siete saltaba entre múltiples casas mientras llevaban puestos pañuelos naranjas en sus cabezas.
– "No puedo creer que hayamos hecho esto…" – Sasuke murmura.
– "Pero si tu fuiste el de la idea. Admítelo, te gusto." – Sakura sonríe alegremente mientras salta, abrazando de un brazo a Sasuke.
– "No me gusto…" – Sasuke murmura, intentando ignorar lo inesperadamente satisfactorio que fue pintar los rostros de los Hokage, extrañamente lo que más lo divirtió fue pintar al segundo Hokage.
– "¿Enserio Naruto hacia esto vestido de Naranja? Vaya, realmente se divirtió vestirse así." – Haku ríe levemente, divertida de pensar que Naruto usara el naranja para burlarse de todos por pintar el monumento histórico con un atuendo tan llamativo.
– "No, a él le gustaba ese color…" – Kakashi informa.
– "Oh…" – Haku murmura con sudor cayendo por su frente, no siendo capaz de conectar el color super chillón con el elegante, sonriente y en el combata un tanto desquiciado Naruto.
– "¡Ahora!" – Kakashi hace la señal.
El equipo siete cae al suelo, dando un nuevo salto para escapar, pero cuando los ninjas que los perseguían, siguieron ese rumbo, todo el equipo siete en su totalidad salió desde detrás de una valla de madera, ocultándose en unas mantas que simulaban la textura de la misma madera de la valla.
– "Bueno… eso fue un clásico Uzumaki…" – Kakashi sonríe con su ojo, divertido de lograr vengarse al estilo Naruto del Hokage. – "Bien, equipo siente… misión cumplida. Podemos volver a casa tranquilamente." –
– "Yo ya no tengo casa…" – Sakura murmura.
– "Puedes quedarte conmigo, Sakura-san, pero debes ayudar con el arriendo…" – Haku declara.
– "¿Harías eso por mi…?" – Sakura se emociona.
Haku asiente con tranquilidad.
– "¿Y si no lo pagan…?" – Sasuke cuestiona, dejando caer su manta de camuflaje.
– "Pero debemos…" – Haku dice, pero es interrumpida.
– "Somos un equipo y creo que lo mejor sería unirnos más… como nos enseñó Kakashi, mejor juntos y… tengo una casa muy grande…" –
Los ojos de Sakura se abrieron con sorpresa mientras que Kakashi ríe levemente.
– "En ese caso, supongo que no importa unirme. Yo tampoco quiero pagar mi arriendo…" – Kakashi ríe con diversión.
– "Tacaño…" – Los tres genins dicen con miradas inexpresiva.
– "Mah, mah… no se pasen…" –
…
– "Todos den la bienvenida a su nuevo compañero de clases." – Un hombre dice con tranquilidad.
Múltiples murmullos se escucharon en el aula de clases, casi siendo unisonó el suspirar de varias chicas.
– "¿Alguien nuevo…? ¿En medio del año estudiantil?" – Un chico murmura.
– "Esta es una academia para chicos problemáticos… tal vez fue transferido por ello." – Su compañero contesta con simpleza.
– "¿Un chico malo…? Lindo…" – Una chica murmura enamorada mientras mira al nuevo chico que llevaba una chaqueta negra, ella lo asocio a un chico malo.
– "Mucho gusto, soy Uzumaki Naruto." –
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FINAL.
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Si, final. Este fic será dividido a partir de aquí, siendo la historia de Naruto en una historia y las acciones y sucesos de las Naciones Elementales en otra.
