Dia 1: Cultural Exchange/Culture Sharing/Revival of Traditions

AU Post-batalla inspirado en Enchanted by Taylor Swift.

Hola!, uniendome a un nuevo fandom, estos dias he estado un poco-muy obsesionada con Kataang y pensé que seria muy interesante unirme a la Kataang week con una historia en español, asi que aqui esta mi pequeño aporte al dia 1: Cultural Exchange/Culture Sharing/Revival of Traditions, este evento se llevo a acabo en Tumblr del 29 de Julio al 5 de agosto 2024.

Agradecimientos a mis_flojera por haber aguantado las horas de mis delirios con ideas y soportar las horas de correcciones.

Aclaraciones antes de leer: Aang fue encontrado en el polo Norte (¿cómo?, misterios de la trama), otra cosa, la personalidad de Katara yo me la imagino un poco más atrevida... so, no se sorprendan de una cosa u otra.

Los bailes en Ba Sing Se siempre eran todo menos tranquilos, Aang no entendía cómo algunas personas asistían con bastante frecuencia, él apenas llevaba menos de una hora y ya estaba considerando huir, pero cada vez más y más políticos lo retenían con conversaciones sin ningún sentido. Soltó un suspiro disimulado mientras con una sonrisa fingía escuchar lo que el hombre en turno le hablaba con entusiasmo, parecía algo sobre una nueva empresa o sobre alguien, en realidad no lo recordaba, ya llevaba un rato sin prestar atención.

"Creo que es una magnífica idea pero si me disculpa necesito ir al baño" aang le interrumpió cuando le vio tomando aire después de su monólogo, aprovechó ese respiro y se escabullo entre el mar de cuerpos que llenaban el salón, esquivo a algunas personas que trataron de llamar su atención y entró apresuradamente a uno de los balcones cerrando la cortina tras de él, "Ojalá nadie me haya seguido" suspiró soltando el aire contenido mientras soltaba la tela y daba un pequeño salto al escuchar un ruido tras de él, giró tenso rogando con no encontrarse con alguna escena íntima, gracias a los espíritus que le dieron mucha fortuna en esa vida, chocó con los ojos más brillante que alguna vez había visto en sus 118 años, contuvo el aliento de la impresión capturando la imagen de aquella joven sentada sobre la baranda. Pudo identificar que era la tribu agua debido al maravilloso vestido azul que besaba delicadamente sus curvas, además de sus ojos y su cabello, aunque muchos en el reino tierra tenían ese color de cabello, los únicos que tenían esa combinación eran las tribus agua.

"Hola" Aang susurro nervioso desviando la mirada al darse cuenta que la estaba mirando demasiado.

"Buenas noches Avatar Aang" susurro la chica bajando de la baranda y realizando una reverencia.

"Oh, uh…Bonita noche" exclamó mirando al cielo sin saber qué más decir, "Es increíble que el brillo de las estrellas esta noche no pueda compararse al de sus ojos", pensó sonrojándose.

"Podría decirse" la chica susurró siguiendo su mirada hasta el cielo apreciando la luna que brillaba majestuosa en el firmamento.

"¿Cansada de la fiesta?" Aang se acercó completamente a la baranda apoyando su peso en sus codos y sonrió cordialmente mientras miraba a la chica.

"Un poco si" la chica soltó un suspiro dándole a entender que estaba tan cansado como él.

"Es normal, he estado en decenas y tampoco me acostumbro" le sonrió en complicidad.

"Se supone es lo normal, los nómadas aires son más sencillos" ella comenta retractándose a los segundos, "No en el mal sentido" se apresura a decir, "Digo que prefieren la tranquilidad" término nerviosa temiendo haberlo ofendido.

"Esta bien, no te preocupes" Aang le sonrió pensando en lo adorable que se veía nerviosa, "Es cierto, disfrutamos más de la sencillez, un baile en el templo hubiese sido más… controlado" comentó mirando la cortina que los ocultaba del mar de personas.

"Me imagino" la chica río siguiendo su mirada al mar de personas que bailaban.

"Me llamo Aang" el joven maestro le extendió la mano acercándose lo suficiente a ella, quería saber su nombre y la única forma corteza que se le ocurría era presentándose primero, a pesar de que ella ya sabía su nombre.

"Karata" le sonrió tomando su mano. Se quedaron algunos segundos mirando sus manos unidas mientras sonreían, Aang levantó la mirada y se topó con un profundo océanos en sus ojos, quedando hipnotizado, no quería que ese momento se acabara, pero Katara se alejó con un ligero sonrojo haciendo que el avatar amplíe su sonrisa en satisfacción por su reacción.

"Cuéntame, ¿cómo son las fiestas en la tribu agua?, ¿sur o norte?" el monje se recostó de la baranda casualmente.

"Sur y seguramente mucho menos extravagantes" Katara dejó escapar una pequeña risa y Aang juro haber escuchado el sonido más bellos en toda su vida. Ambos se sentaron en el suelo mientras ella iniciaba a contarle las costumbres de la tribu agua del Sur y de los bailes que se realizaban mientras esté comentaba e iba contándole la contraparte de cada costumbre con los nómadas aire.

"Ya veo, podría jurar que ese baile es el mismo para ambos" Aang comenta pensando en la descripción que Katara le había hecho, "utilizan formas de agua control, ¿correcto?"

"Si, exactamente" ella sonríe feliz de que el joven haya prestado tanta atención, normalmente era difícil encontrar personas interesadas en las costumbres de la tribu agua del Sur.

"Pues si, en nuestro baile nosotros usamos formas de aire control" agrega emocionado levantándose y extendiendo su mano a la chica animandola a tomarla, Katara estaba renuente y casi hizo a Aang disculparse por su atrevimiento pero antes de lograr cambiar de idea, la joven ya sostenía su mano poniéndose de pie, el avatar la arrastró de regreso a la fiesta guiandola hasta la banda que tocaba, solicitó otra canción para luego llevarla a la pista de baile.

Todo el mundo se quedó observando a la pareja, sorprendidos de ver al Avatar con alguien, él solía bailar pero nunca con pareja "Todos nos están mirando" Katara susurró alarmada mientras se sonrojaba por tanta atención.

"No te preocupes, piensa que estamos solos, como en el balcón" Aang susurró colocandose en posición seguido por Katara y su hermosa sonrisa.

La pareja bailó como si no fuera su primera vez, ambos combinaban sus movimientos y guiaban al otro con la mirada, el joven nómada estaba emocionado, nunca había sentido esa conexión con nadie, ni siquiera con sus maestros. El baile continuó algunos minutos más hasta que la música concluyó y ambos se miraron jadeando, Aang sostenía a Katara por la cintura mientras ella se inclinaba ligeramente hacia atrás, tal coordinación y habilidad resultó que la personas en la sala estallara en aplausos, pero ellos los ignoraban mirándose como si estuvieran completamente solos en el lugar, Aang reunió valor y deslizó su mano por la mejilla de la chica, provocando que ésta cerrara los ojos disfrutando de la sensación, recorrió sus rostro con la mirada cayendo en sus labios rojos, posiblemente por algo que bebió, no demoró en llevar sus dedos sobre ellos inclinándose para besarla, cuando alguien tocó el hombro del Avatar haciéndolo salir de su trance.

"Magnífico joven Avatar, nunca pensé que bailara tan bien" uno de los políticos le hablaba emocionado, haciendo exasperar al monje quien ayudó a que Katara se pusiera completamente en ambos pies y le lanzó una mirada de molestia al intruso, esperando que transmita toda su malestar por la interrupción.

"Gracias" murmuró tratando de sonar lo menos molesto posible, aún con la mano en la espalda de la chica esperando el hombre entendiera que estaba estorbando, pero este no parecía entender y prosiguió "Mi hija es una excelente bailarina".

''Bueno, aunque su hijas sea la mejor bailarina del imperio tierra, y aún prefería bailar con Katara, gracias'' pensó visiblemente incómodo el joven avatar pero su años de entrenamiento le enseñaron que no podría decir eso sin consecuencias y más para la joven a su lado.

"Me alegra oír eso, pero si me disculpa yo… nosotros…'' Aang mira a su alrededor, tratando de encontrar una buena excusa, pero sin lograr dar con nada bueno, miro a la joven a su lado que se veía sonrojada por el esfuerzo, cayó en sus suaves labios rojos ligeramente abiertos, pensó en cómo se sentiría besarlos, "Nos retiramos, ¡Tenemos que retocar nuestro maquillaje! Si, eso…" exclama con prisa sonrojado, abriéndose paso por la multitud mientras arrastraba a Katara a un rincón lo suficientemente oculto al fondo del salón.

Aang dejó escapar un fuerte suspiro que contenía mientras acorralaba a la joven contra la pared, "Muy buena excusa" comenta Katara tratando de contener la risa ante la elocuencia del joven avatar viendo como este levantaba la mirada observándola con una sonrisa nerviosa, "No había muchas opciones" murmura devuelta el chico, dándose cuenta lo cerca que estaba de la joven, sus manos aún unidas y sus rostros a centímetros. Aang noto como ella se recostaba de la pared en una posición relajada.

La pareja se quedó mirando sus manos unidas sin saber que decir, Aang consideró decir algo gracioso para aligerar la tensión entre ellos pero cada pensamiento era desechado una vez regresaba su mirada a los ojos azules expectantes, "Bonita noche" Aang se aventuró a decir viendo como Katara contenía una risa, dejando al nómada desconcertado por su acción.

"Joven avatar, esta es la segunda vez que me comenta sobre la noche" Katara sigue riendo ligeramente apretando su mano, "Podria quizas comentar sobre otras cosas…" susurra llevando su mirada hasta la boca de él y luego de regreso a sus ojos. Aang la observó mirando sus labios atentamente y reprendiendo de que el único pensamiento que dominaba su mente eran los hermosos labios de la joven.

"Tus ojos son hermosos" susurró casi inaudible mirando sus labios, ganándose otra sonrisa por parte de Katara quien se dio cuenta que eso no era lo que pasaba por la mente del joven, "Bailas muy bien" cambio de dirección desviando su mirada antes de cometer un error.

"Gracias…" Katara sonrió acercándose a él, depositando un beso en la comisura de sus labios, le sonrió invitándolo a más, pero se separó lo suficiente para que se pueda alejar si así lo quería.

Aang contuvo la respiración ante la cercanía de la joven notando como sus alientos se mezclaban y sus ojos le llamaban; se olvidó de toda la razón común y la empujó contra la pared uniendo sus labios en un beso hambriento, ella le correspondió al instante deslizando sus manos por su cuello acercando más mientras ambos se abrían paso en la boca del otro. Aang deslizó su mano por su espalda deteniéndose al llegar a la cintura, con miedo de ir muy rápido, mientras con la otra sostenía su barbilla para tener completo acceso a su boca. El beso se volvió rápido y feroz, Aang había besado una vez antes pero nunca con esa intensidad, su corazón latía a gran velocidad mientras las sensaciones le abrumaban. Más pronto de lo que ambos hubiesen deseado tuvieron que separarse para recuperar el aire, quedándose a centimetros con sus narices acariciándose, Aang abrió los ojos deleitando con el rostro de Katara quien aún tenía los ojos cerrados, sus labios hinchados y ligeramente abiertos con una sonrisa, se deleito con sus largas pestañas y su delicado perfil cuando sus hermosos ojos hicieron acto de aparición y le robaron el aliento; el avatar deslizó el dedo por los labios de la chica considerando si volver a besarla o esperar un poco más, cuando una voz detrás de ellos los sobresaltó; Katara alzó la mirada por un costado para encontrarse con un joven mayor que ellos mirándolos furioso. Aang siguió la mirada de la chica y se apartó al ver al hombre que le miraba con ganas de asesinarlo.

"Saludos" Aang se aclaró la garganta tratando de usar su mejor tono.

"Saludos Avatar" el joven siseo furioso mirando entre los labios de ambos y la mano del monje en la cintura de la joven, "Katara, vamos" continuó con tono autoritaria extendiendo su mano a ella quien la tomó con pesar separándose de Aang, "Ha sido un placer Aang'' ella le sonrió ligeramente sonrojándose.

"El placer fue mío, Katara, ¿puedo volver a verte?" se apresuró a decir deteniéndose antes de que el joven la arrastrara lejos de él; la morena con ojos brillantes le miró con una sonrisa radiante, "Por supuesto'' respondió sin más detalles se dejó llevar por su hermano quien le lanzaba unas últimas miradas de molestia al joven avatar.

Aang los siguió con la mirada hasta la puerta, en donde se reunieron con un hombre mucho más mayor que reconocía como jefe de la tribu del agua del Sur, este escuchaba atentamente lo que le decía el joven que los interrumpió mientras su rostro iba cambiando de la sorpresa a la molestia, vio como Katara se encogía de hombros ignorando lo que Hakoda le estaba diciendo.

Aang consideró acercarse, ya que en realidad había sido él quien la acorraló, pero vio como los tres salían del palacio y Katara le lanzaba una última mirada, sorprendiendose al encontrarlo mirándola, con una leve sonrisa y un gesto se despidió desapareciendo de su vista.

Aang se quedó quieto por unos segundos, escuchando su respiración y los sonidos de la fiesta detrás suyo, hasta darse cuenta que había dejado ir a la única persona que había considerado hermosa en toda su vida e inconscientemente atravesó todo el salón hacia la salida rogando que no haya sido demasiado tarde para seguirla. Logró llegar a la puerta jadeando después de esquivar a decenas de personas que querían su atención y vio que ya no había nadie allí.

"Disculpa, ¿sabes hacia dónde se fueron tres personas de la tribu agua?, acaban de salir" preguntó a uno de los guardias quien le dijo que no recordaba haber visto a nadie, Aang les lanzo una mirada de molesta consideró darle un sermón por no estar atento, pero lo descartó para no perder más tiempo y se impulsó hasta uno de los edificios rogando que no se hayan alejado tanto, pero tras algunos minutos no logro dar con ellos y rindiéndose regresó a su habitación en el Palacio Tierra, cayendo en la cama mientras se reprendió por no haberla seguido a tiempo.

"¿Cuánto tiempo crees que me tome llegar hasta el polo sur?" pregunto levantándose para mirar a su lemur, que se detuvo de comer su fruta y lo miró con curiosidad, "si, algunas semanas" se volvió a recostar y enumero todas sus responsabilidades que le retenían en el reino tierra antes de poder soñar en partir.

Los siguientes meses fueron un suplicio para el joven avatar, las reuniones eran largas y tediosas, los políticos que querían comprometerlo con alguna de sus hijas y las demás naciones enviaban solicitudes de ayuda. Una noche llegó a su recamara cayendo en la cama con un fuerte suspiro, tratando de apaciguar el dolor de cabeza gracias a las largas horas de trabajo, "Me encantaría volver a verla" susurró cubriéndose los ojos mientras recordaba su baile con aquella joven de la tribu agua, habían pasado dos meses pero aún recordaba la sensación de sus labios, su risa, sus ojos. Aang se levantó de golpe, "Esperen, yo soy el Avatar, debería al menos poder decidir a dónde ir" exclamó levantándose de la cama y tomando su bolso, entró dos mudas de ropa, su ropa ceremonial y su zapatos, tomó su aerodeslizador y salió por la ventana. Al cabo de unos minutos llegó al establo improvisado donde descansaba su bisonte volador, "Appa" gritó abrazando a la criatura, "Yo también te extrañé" susurró hundiendo su rostro en su pelaje, "daremos un pequeño paseo, vamos" le dijo impulsandose hasta su cabeza, "yip yip'' exclamó haciendo que el bisonte alce el vuelo.

El viaje hasta el polo sur fue más lento de lo que imaginó, tuvo que hacer al menos tres paradas en su trayecto, siendo abordado en cada una por algunas personas que lo reconocieron y le solicitaron mediar en conflictos menores, pero que ellos juraban que solo el avatar podría solucionar, lo que retrasó su viaje significativamente.

Al cabo de una semana por fin sintió el aire frío del casquete polar y luego de algunas horas más logró divisar tierra firme, "Espera ¿y que le diré cuando la vea?" exclamó reduciendo la velocidad del animal, "¿Y si está saliendo con alguien?, ya han pasado unos meses, seguramente se habrá olvidado de mí" siguió con sus pensamientos hasta que fue inevitable aterrazar en la entrada de la ciudad. De inmediato un grupo de personas se acercó rodeando al bisonte vitoreando por la llegada del Avatar, este se bajó del animal y saludo lo mejor que puedo sin parecer descortés mientras se abría paso hacia el edificio principal, como no sabía cómo encontrar a Katara, lo único que se le ocurrió era pedir un favor al jefe de la tribu, aunque no tuvo oportunidad de llegar cuando vio a Hakoda acercarse a él, "Joven Avatar, que alegría verlo por el polo Sur" saludo con una reverencia en gesto de respeto.

"Jefe Hakoda, me alegra verlo" dijo sonriente devolviendo el gesto, "He venido en busca de alguien y pues me encantaría saber si podría ayudarme a dar con ella" le miró un poco nervioso.

"Ya veo..." Hakoda comenzó a decir visiblemente incómodo y entrecerrando los ojos cuando una voz llamó la atención de ambos hombres.

"Papá, se han acabado los suministros médicos, ¿donde está el famoso cargamento que debía llegar ayer?" exclamó una joven detrás de Hakoda sin percatarse del joven maestro aire.

"Katara" Aang susurro reconociendo la voz que tanto anhelaba, moviéndose para que ella lo viera.

Katara se quedó mirándolo perpleja, no esperaba volver a ver a aquel monje otra vez, aunque quería, pero su fe murió después del primer mes, "Avatar Aang" susurro haciendo una ligera reverencia mientras se movía nerviosa arreglando su cabello hecho un desastre después de horas en el hospital.

"Hola" Aang balbuceo frente a ella, "debería decir algo" se reprendió mentalmente, "¿como has estado?"

"Bien, ocupada en el hospital" Katara respondió nerviosa tratando de no tartamudear mientras se reprendió por no ser más elocuente.

El joven avatar trató de agregar algo cuando Hakoda, con un carraspeo, interrumpió sus balbuceos, "Joven avatar ¿que tal si nos acompañas a comer?"

"Ohh, ¡Claro! seria un gusto gracias" exclamó feliz de que le hayan salvado de decir alguna estupidez.

Los tres caminaron hasta un iglú cercano, encontrándose con una señora mayor colocando la mesa, "Mamá, este es el Avatar Aang" Hakoda lo presentó.

"Por favor llameme Aang" se inclinó con un gesto de reverencia.

"Un placer" dijo la mujer mirando entre él y Katara, la joven le había contado a su abuela sobre la pequeña interacción que había tenido con el Avatar y estaba curiosa de saber cómo resultaría eso.

Todos se acercaron a la mesa y Katara tomó asiento al lado de Aang mirándolo de reojo y acercando su mano lentamente a la de él pero el estruendo de otra persona entrando la sobresaltó haciendo que alejara su mano, "Avatar, este es mi hijo mayor, Sokka" Hakoda presentó al joven que iba cruzando la puerta y quién era exactamente la persona que los había separado en la fiesta. Sokka se quedo observando al invitado y con un gruñido se acerco y aparto a Katara de el, "Hey, idiota" ella le reprochó teniendo que moverse.

"Bien, ¿qué haces aquí?" Sokka se sentó frente a Aang mirándolo fijamente con aire amenazante.

"Solo vine a saludar y bueno... a hablar con Katara, nos separamos muy pronto en la fiesta y..." balbuceo el avatar mirando con miedo al joven, al inicio temía que fuera un pretendiente pero se alegró y aterró que fuera su hermano.

"Mira Avatar" inicio con tono despectivo, "no se que creas que sea mi hermana pero no es una de tus conquistas, ¿entendido?"

"¿Conquistas?" Aang exclamó, "No soy esa clase de persona" se defendió.

"Ya, y eso dices después de cómo abordaste a mi hermana" le acusa el joven.

"Yo… bueno…" este balbuceo sin saber que respuesta seria la mejor, en realidad nunca se había sentido atraído hacia una mujer como con Katara por lo que había sido demasiado impulsivo.

Todos quedaron expectantes por la reacción del avatar hasta que Katara molesta por el interrogatorio se levantó, le tomo la mano al monje y se lo llevó a rastras, bajo las protestas de su hermano y padre quienes fueron tranquilizados por su abuela para que los más jóvenes tuvieran la oportunidad de aclarar su relación. Katara lo llevó hasta las afueras del pueblo tratando de evitar la mayor cantidad de personas posibles, sabía que si alguna manda de fanáticas los encontraba, no se librarian pronto, después de algunos minutos llegaron a una especie de risco y ella le guió hasta la cima, "woa" exclamó Aang una vez en la cima haciendo sonreír a Katara que posicionándose con las piernas abiertas, realizó un movimiento circulares construyendo bancos de nieve para que ambos se sentaran.

"Eres maestra" exclamó Aang nuevamente sorprendido.

"Si" ella le miró tímidamente sentándose en una de los bancos, "aunque no soy buena"

"Deberias ir al Norte" él se sienta a su lado, "Pakku es el mejor maestro, estricto pero enseña bien"

"Ese viejo amargado" Katara resopla con molestia sorprendiendo a Aang, "Oh Perdón es que está prohibido enseñar técnicas de combate a mujeres" le explicó, "y ese…" se detuvo a punto de decir alguna maldición, "ese señor, fue el primero en oponerse cuando lo intente"

"Ya veo, tiene sentido, no recuerdo haber entrenado con ninguna mujer" Aang responde pensativo, "creo que es una ley muy estupida, las mujeres tienen hasta más potencial que los hombres" comenta mirando hacia el horizonte, sin percatarse de la cara de sorpresa de Katara; ella nunca había escuchado a ningún hombre defender a las mujeres de las leyes estúpidas del Norte, ni siquiera su hermano, que daria todo por ella, comentaria algo así.

"Oh" Aang la miro de vuelta dándose cuenta que quizás la había ofendido, en sus años de Avatar oficial, se había dado cuenta que a nadie le gustaba que menospreciaran sus costumbres, aun si estas eran sexistas, él mismo no podría escuchar faltarle al respeto a su cultura, "lo siento, no quería decir que las costumbres de tu tribu están mal o…" se retractó.

"No, es cierto, las costumbres de mi tribu son terribles, en especial esa" ríe, "otra terrible es la de los collares, hermosa pero se siente como una correa" le sonríe tristemente.

"¿Collares?"

"Cuando te comprometes, el hombre debe tallar un collar con hueso de ballena" Katara le explica bajando el cuello de su parka, "algo así" le muestra el collar de su madre.

El rostro de Aang pasó de la admiración por la belleza del collar hasta el pánico al darse cuenta que se había enamorado de una persona comprometida, pensó en qué mal habían hecho sus vidas pasadas para que los espíritus lo hayan castigado de esa manera.

Katara alejo la mirada del collar y prácticamente escucho los pensamientos de Avatar, "No estoy comprometida" ríe mirando su cara de desconcierto señalando el collar, "Era de mi abuela, se lo dio a mi madre y ella me lo paso a mi cuando mi padre le talló uno" habló trazando sus dedos por las formas, "Mi madre murió en una de las incursiones de la nación del fuego, es lo único que tengo de ella" miró hacia el horizonte recordado la última vez que vio a su madre.

"Katara, siento mucho lo de tu madre, no puedo imaginar el dolor que estas pasando, pero creeme cuando te digo que lo entiendo" susurró sosteniendo su mano, pensó con tristeza en todas las personas que había perdió por la guerra, amigos, maestros y… Gyatso. Katara le sonrió tristemente "Ahora estoy bien, antes odiaba a la nación del fuego por todo lo que nos hizo a mi familia y a mi tribu pero ahora conocí a algunas personas y me di cuenta que no todos son iguales, así que decidí perdonar, estoy segura que mi madre así lo hubiese querido" le explico apretando su mano.

Aang la miró algunos minutos en silencio, entendía lo difícil que era dejar atrás el odio y perdonar a aquellos que le habían arrebatado lo más preciado; su propia cultura había sido reducida a un individuo gracias a la avaricia de algunos, pero no por eso él debía derramar su dolor sobre todos. Sonrió para sí mismo al darse cuenta lo parecido que ambos eran, sus traumas, sus culturas, sus pensamientos, era como si hubiesen estado destinados a encontrarse y comprenderse.

"Katara..." Aang dejó caer su sonrisa e inició a hablar nervioso viendo como los hermosos ojos azules de la joven le miraban atentos, "Sobre lo que sucedió en el baile..., me gustas, pero no me refiero a solo gustar, lo que sentí por ti y siento ahora mismo, es la primera vez que siento algo parecido..." empezó a hablar rápido, "y no es que nunca lo haya intentados antes, si lo intente, con varias mujeres" balbuceó mirando la cara de sorpresa de la chica, "pero no tantas" exclamó aclarándose, "oh espíritus" se quejo escondiendo su rostro entre sus manos lamentándose de ser tan patético, "Lo que quiero decir es que… me gustas, me gustas mucho Katara, quiero conocerte mejor, y si el tiempo y los espíritus lo permiten, tener una relacion que dure tanto para enamorarme completamente de ti, aunque creo que ya lo estoy" rio nervioso ante el último comentario, "Nunca antes había sentido algo como esto… de querer tantas cosas de alguien…, y no quiero perder la oportunidad de intentarlo" terminó levantando su rostro sonrojado espera la respuesta de la joven que le miraba con una sonrisa conmovida por sus palabras.

"Aang" Katara susurra, "¿quieres andar en trineo conmigo?" sonrió tomando sus manos, dejando a Aang un poco desconcertado por la falta de respuesta pero ella le jalo haciendo que se levante entrelazando sus dedos, "un dato" se acerca más a él, "así se coquetea en la tribu del agua del sur" se colocó de puntillas depositando un beso en la comisura de su labios, ambos se quedaron mirándose unos segundos hasta que Katara con una sonrisa le arrastró cerca de los animales, Aang le seguía con una sonrisa mientras pensaba en lo afortunado que era al ser correspondido por su primer amor.

Al final la una pomposa fiesta de Ba Sing Se, le sirvió para encontrarla.

Para mi cualquier historia de esta pareja sera algo de primer amor, algo que se enamoren con una mirada, un toque, creo que esa es la magia de Kataang.

Espero que la hayan disfrutado tanto como yo disfrute escribiendola.