Ranma 1/2 y sus personajes no me pertenecen, son absoluta propiedad de la extraordinaria y cruel Rumiko Takahashi.

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Tinta

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Al mirar a través del vidrio podía ver rastros de niebla, la silenciosa madrugada donde el ruido era casi imperceptible y la brisa fresca tocaba su piel con parsimonía. Ese tiempo donde el alba está pronto a hacer su sublime entrada y la noche comenzaba a extinguirse, muy lentamente. Le brindaba una paz única, podía meditar libremente sin nadie que le interrumpiera. Tomó la precaución de no hacer ruido al abrir la silla y luego se deslizó ágilmente tomando asiento, recorrió con su dedo la superficie fría del escritorio, sintió la frialdad de la madera pulida, contempló la poca luz que iluminaba en forma de recuadro a través de la ventana. Abrió con cuidado el primer cajón y tanteó en busca de una hoja, comprobó si la pluma en su mano tenía tinta, poniendo un punto en la esquina. Miró de vuelta a la cama donde ella descansaba y cuando estuvo seguro que dormía, decidió comenzar a escribir.

Está noche me he apartado de tu lado envuelto en muchos pensamientos, que me han robado el sueño. No me mal entiendas, no hay nada que ame más que despertar cada día a tu lado. Aunque en días como este tengo mucho en mente, quizás deseo plasmar todos mis sentimientos en este papel, tales sentimientos que no soy capaz de decirte directamente, puede que si te enteraras de esto, pienses que soy un cobarde, lamento si me falta el valor para decirte lo que en verdad está en mi corazón. Creo que me equivoco al decir "mi corazón", porque ya no es mío, desde hace mucho lo perdí, mi corazón te pertenece, es todo tuyo desde el día que te conocí o quizás desde mucho antes, en ocasiones siento que nací expresamente para amarte.

Estoy seguro que nuestro destino era estar juntos y aún sino fuese de esa manera, iría contra todo, solo para permanecer al menos un segundo contigo. Pienso en que sería de mí, si por alguna razón tu no me hubieras amado, de la misma forma que yo lo hago, siento que hubiera sido mi fin y habría muerto en ese instante, del tan profundo dolor que dicho hecho me causase.

Puede que te preguntes porque siempre te estoy observando, presiento que te has dado cuenta, cuando nuestros ojos se encuentran por casualidad y tengo que rehuir mi mirada cobardemente, para intentar no ser descubierto por tí. Me es imposible verte y no sentirme orgulloso de ser tu prometido, de ser el hombre con el que un día unirás tu vida y de poder convertirme en la persona que estará a tu lado para toda la vida, si así me lo permitieses. Diría abiertamente que eres mía, no porque me pertenezcas, sino porque es una necesidad de sentirte parte de mi, parte de este hombre que te ama con locura. Se que no te lo digo siempre, pero eres la mujer más hermosa del mundo. Amo tu sonrisa que fue capaz de robarme el alma en un suspiro. Amo tu mirada que sin pensarlo iluminó toda mi vida. Amo el sonido de tu voz, esa dulce melodía capaz de devolverme la calma por completo. Amo la manera como dices mi nombre, es una invitación a perder la cordura y a caer rendido a tus pies sin pensarlo. Amo tocarte, la suavidad que percibo en cada toque, me invita a perder todo el control que pueda tener sobre mí y tus suspiros no hacen todo más fácil, soy incapaz de controlarme, despiertas en mí esa parte que jamás pensé conocer y al mismo tiempo que solo tu puedes presenciar.

En ocasiones mi corazón no da abasto para amarte, es tan intenso e indescifrable, verme embargado de estás sensaciones que tú provocaste. No habrá un límite de veces que puedan ser suficientes para decirte que te amo, siempre sería insuficiente comparado a lo que por ti siento. Aún así me encargaré de repetirlo cada día, cada semana o cada año, para que nunca olvides, que no olvides que te has robado todo de mí, porque yo mismo te lo entregué sin pensarlo.

Está apunto de amanecer, no quiero que notes mi ausencia así que pronto volveré a recostarme a tu lado. Aunque no pueda volver a dormir, me bastará con estar a tu lado y deleitarme con la calma que refleja tu rostro y los pequeños gestos que haces al dormir. Espero que nunca descubras que siempre me levanto unos minutos antes, solo para verte dormir y preguntarme qué es lo que he hecho tan bien en la vida para tenerte a mi lado, no tengo una respuesta, pero tampoco lo cambiaría por nada, daría mi vida, mi alma y todo de mí, para nunca perderte.

Levantó los brazos estirándose, para luego doblar con cuidado el papel que estaba en su mano. Sonrió al sentirse más calmado, fue bueno escribir lo que sentía en ese momento.

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— Ranma — llamó despacio esperando que él se despertara.

— Mmm— se dió la vuelta y volvió a cubrirse con la sábana.

— Despierta — susurró.

— Aún es temprano — dijo bostezando y abrió un ojo para verla.

— Debes ir a tu habitación, ya es tarde — insistió quitándole la sábana.

— No quiero — se quejó poniéndose boca abajo.

— Sino te vas nos descubrirán y nos obligarán a casarnos inmediatamente.

— Mmmm — sería bueno, se dijo. Pero se obligó a levantarse para toparse con esos ojos color miel que le encantaba y un coqueto mechón que acompañaba su belleza.

— Ve — insistió sonriendo.

— ¿Debo irme? — preguntó rehusándose a irse.

Ella asintió levantándose.

— ¿Quieres que nos casen? — indagó.

— Eso deberías saberlo ya — dijo de pie y listo para salir por la ventana.

— ¿En serio Ranma? — él solo se volteo para sonreírle antes de saltar —. Tonto — susurró sosteniendo su mano contra el pecho.

Ingresó extrañado al notar demasiado silencio en la casa. Había salido durante el día, siendo perseguido por algunos de sus autoproclamados enemigos. Al abrir la puerta de la sala se encontró a toda la familia reunida, sus padres y el señor Tendo parecían estar llorando, y frente a ellos estaba Akane.

— Ranma qué bueno que llegaste, toma asiento — pidió Soul al verlo.

Se sentó junto a ella y de reojo la observó, esperando alguna explicación de lo que sucedía.

— Hijo, hemos decidido que es momento de volver a realizar la boda. Es hora de que Akane y tú se unan en matrimonio, estamos felices porque Akane acaba de aceptar que se realice el matrimonio inmediatamente — Genma se limpió las lágrimas con su manga.

Abrió los ojos y volteó para verla, ella solo le sonrió y apretó su mano suavemente. Luego notó que en su otra mano tenía un papel, trató de recordar dónde dejó lo que había escrito en la mañana y en ese momento entendió todo, Akane lo había descubierto. Se topó con las miradas expectantes a su respuesta.

— ¿Cuándo será? — preguntó sonriendo y entrelazando su mano con la de ella.

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Se acomodó con cuidado sobre la madera, dejó descansar sus piernas en el aire, mientras miraba con detenimiento la fuente y el pequeño sonido que hacían los peces al chapotear. Buscó entre sus ropas, desdobló con cuidado, para luego sonreír.

— Akane — llamó junto a ella —. ¿Otra vez la estás leyendo? debería ser imposible que aún puedas saber lo que dice, la tinta se ha desvanecido y apenas se puede ver lo que está escrito.

— Aún se puede leer — respondió sin quitar la vista del papel en sus manos —. Además, estás palabras están grabadas en mi corazón, así que siempre sabré lo que está grabado con tinta en esta hoja.

— Debe ser como dices. ¿Terminaste? — preguntó al verla guardar el papel, ella asintió aún con la sonrisa en su rostro —. Debemos irnos, mi amor — le extendió su mano y la ayudó a levantarse.

— La primavera es muy bonita — dijo observando el cielo que les regalaba un espectáculo de colores.

— No tan bonita como tú — halago afianzando el agarre de sus brazos.

— Tengo muchas arrugas, mi etapa de ser bonita pasó hace mucho.

— Qué dices, Akane. Sigues siendo hermosa.

— Gracias por todo — le dedicó una sonrisa siguiendo el camino junto a él.

Dejó escapar un largo suspiro y no perdió de vista en ningún momento la hoja que se deslizaba suavemente con el viento, ante sus ojos se fue desvaneciendo haciéndose parte de todo y al mismo tiempo de la nada. Cada pequeño trozo fue arrastrado sin dejar rastro alguno a su vista.

— ¿Qué miras, hermano?

— La carta de mamá.

— ¿Dónde está? — preguntó acercándose a él.

— Dónde debe estar, junto a ellos — miró por última vez el cielo antes de entrar a la casa seguido de su hermano.

— Fin —

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Saludos preciosuras

No es una cuestión de ser hombre o mujer, solo que hay personas que les cuesta ser sinceros y decir lo que siente con facilidad, es más fácil escribirlas sabiendo que nadie lo leerá, debe ser muy liberador imagino.

Muchas gracias por leer.