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Las luces del escenario se pusieron de un color naranja rojizo, después cambiaban a naranja profundo, de cada esquina del escenario entraban una fila de cuatro jóvenes, con tutús naranjas y amarillos. Después Luisa ingresó al escenario vestida con un tutú naranja combinado con tonos rojizos, en la cabeza, al igual que Paty y Annie, llevaba una corona; pero en este caso, el tocado tenía hojas en tonos amarillos y naranjas, tomada de la mano de Archie ingresó dando pasos acompasados, el joven, al igual que ella tenía en la cabeza la misma corona.

El corazón de Annie se estrujó al ver como Archie le sonreía a Luisa, quien tímidamente llevó su mano al rostro del joven para después correr en dirección contraria, cuando se encontraron, el joven la levantó sobre su cabeza, con giros sincronizados sus compañeras los rodearon mientras caían cuando Luisa levantaba la mano.

Susana estaba furiosa, hubo un momento que quiso opacarla, cuando todos rodeaban el escenario con saltos, internamente rogó que su ex amiga cayera e hiciera el ridículo; pero no contó con el apoyo que Archie le estaba dando.

-Lo hacen genial. – murmuró automáticamente Paty mirando a Archie y Luisa, detrás de ella estaba Annie.

-Y Candy? – no quiso aceptar lo que su amiga había señalado.

-Se está preparando, ya ingresará. - Hablaban sin desviar sus miradas del escenario.

La música estaba por terminar Luisa y Archie tomados de la mano, recorrían el escenario con pequeños saltos, la joven extendía la mano libre levantándola al ritmo de la tonada y al llegar al frente del escenario, ambos jóvenes dejaron caer su cuerpo de manera delicada, terminando recostados bajo una luz naranja.

Los aplausos no se hicieron esperar, las ovaciones resonaron en el lugar. Las luces se apagaron por completo dejando todo el recinto a oscuras; la pareja se puso de pie y dejó el escenario; ya detrás de bambalinas se abrazó en celebración.

-Lo hiciste muy bien, felicidades!

-Fue gracias a ti. – contestó la castaña con una enorme sonrisa. El joven sonrió negando con la cabeza.

-Sólo necesitabas que te recordaran que estabas preparada para esto. – le sonrió sin dejar de mirarla.

-A sus lugares! – escucharon la voz de Trevor y las bailarinas corrieron a sus lugares. Tuvieron que esperar un par de minutos hasta que las ovaciones se calmaran.

-Y Candy? – Archie se acercó a Paty y Anthony.

-Allá - la señaló, la rubia lo miró a lo lejos mientras se preparaba para ingresar, pero antes de hacerlo le sonrió dulcemente.

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-Fue hermoso. – señaló Alexandra.

-Lo fue, otra buena presentación.

-Ya es el turno de Candy – dijo emocionada mientras continuaba aplaudiendo.

-Sí, mi Candy ya se presentará. – dijo una emocionada Rose.

-Sentémonos ya va a empezar. – señaló William. Los aplausos estaban cesando.

Terry estaba atento al escenario, era cuestión de segundos para que Candy apareciera, la rubia no le había revelado nada sobre su presentación para que todo fuera una sorpresa.

El escenario estaba a oscuras, los espectadores se quedaron en silencio a la expectativa de lo que ocurriría. De repente la música comenzó a sonar y una tenue luz azulada apareció al fondo del escenario iluminando a Candy que hacia su ingreso. La rubia caminaba de puntas, con la cabeza erguida y elegante, su rostro maquillado con un brillo plateado acompañado de una sonrisa sutil. A Terry le pareció que estaba más que hermosa con su atuendo. Vestida con un tutú blanco con brillo escarchado, la iluminación creaba un resplandor en su atuendo, a diferencia de sus compañeras, Candy llevaba una corona que parecía de cristal, simulaba hielo. A su paso la rubia extendía elegantemente la mano a los lados e inmediatamente una luz se encendía iluminando a cada bailarina, quien se levantaba para después seguirla e imitarla.

-La reina del invierno lo hace de maravilla. – escuchó Rose comentar a un hombre que estaba detrás de ella, eso la enorgulleció bastante.

-Está preciosa. – dijo Alexandra.

Thomas miró a su nieto con la intención de decirle algo pícaro; pero no se atrevió, pues su nieto tenía la mirada fija en su novia, sin perderse ningún movimiento, en su rostro tenía una sonrisa de admiración y de amor.

En la parte del allegro Candy daba los pasos apresurados por todo el escenario seguida por su acompañante, con quien de manera sincronizada hacían perfectos sissonnes mientras sus compañeras giraban. En sus muñecas al igual que Paty tenía dos pedazos de seda escarchada y cuando se posicionó al centro y comenzó a girar, dio la ilusión de que nevaba, un giro con diez vueltas seguidas impresionó a los asistentes.

-Candy no deja de sorprenderme! – dijo emocionada Paty a sus amigos.

-No hay duda que mi gatita es una de las mejores bailarinas de todos los tiempos.

-Concuerdo contigo. – Anthony rodeó el cuello de su primo.

-Tal vez por eso Robert dejó para el final la estación del invierno. – dijo Annie.

Susana escuchaba con rabia los comentarios de sus compañeros al ver la presentación de Candy. Todos alaban la precisión de tiempos entre los pasos y la música, lo maravillosamente que lo estaba haciendo Candy y sus compañeras. Pero lo que la enfureció, lastimó y sobre todo desmoralizó, fue escuchar a Juliette y Robert murmurar.

-Magnifica – dijo la dama – es claro que Candy conseguiría ser la próxima prima ballerina de cualquier compañía que la acepte, no tendría problema en conseguirlo.

-Es por eso que no quiero perderla, ella llevaría a la cima nuestra compañía.

La parte final se acercaba y Susana sintió curiosidad por ver aquello que tanto estaban alabando, se arrepintió enseguida.

Candy, en un extremo y Mark en el otro, se acercaron al centro del escenario; ella con sissonne attitude y él con sissonne, sus técnicas eran pulcras. En la parte final, su acompañante rodeó su cuerpo con sus brazos para levantarla, la rubia arqueó la espalda mientras una luz los iluminaba y como si el hielo se derritiera y se convirtiera en agua, se dejó caer por la espalda del joven, juntos dieron tres giros bien sincronizados y terminar abrazados.

La música cesó, en el centro del escenario una sola imagen iluminada, Candy estaba con los brazos cruzados sobre su pecho, la cabeza inclinada hacia la izquierda, parada en un perfecto pointé; su compañero tenía sus manos sobre su cintura, la cabeza inclinada hacia la derecha, ambos con rostros apacibles y armónicos; dieron la ilusión de ser una escultura de hielo de dos amantes.

Para Candy fueron los segundos más largos de su vida, hubo un silencio absoluto en el recinto, hasta que de pronto a un solo golpe los aplausos ensordecieron el entorno. El público se puso de pie para aplaudir tan bella presentación, más de uno había estado al borde de su silla, expectante de que más presentarían, pues a diferencia de los tres primeros grupos, este tenía fuerza y armonía en sus movimientos.

Finalmente, el telón cayó por completo. Los aplausos seguían estruendosos, las aclamaciones se escuchaban.

-Felicidades. – Mark fue el primero en abrazarla, mientras sus compañeros se congratulaban.

-Gracias, felicidades también.

Los amigos de Candy se acercaron para felicitar a su amiga y no repararon en halagos, tantos que sonrojaron a la rubia.

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-Eso fue increíble! – dijeron Thomas y Alexandra – Rose, felicidades! Candy estuvo magnifica! – dijo la mayor.

-Gracias. – dijo la orgullosa madre que tenía lágrimas en los ojos.

-Candy, sí que tiene talento – acotó Thomas – no hay duda que fue la mejor de todas.

William y Terry seguían aplaudiendo sin decir palabras, la presentación de Candy los había dejado mudos. El padre orgulloso de ver el progreso de su pequeña, y el novio, asombrado por la manera en que bailaba su novia; le pareció que Candy no paró ni un segundo, después de un saltó daba giros, representó perfectamente la melodía.

La fuerza con que llega el invierno y el dominio que abarca a cada rincón del territorio; así fue la presentación de su novia. Candy lo sorprendía verdaderamente; la rubia parecía tener un cuerpo frágil y delicado; pero en ese momento arrasó con todo y todas.

El telón volvió a levantarse, cada grupo salió nuevamente a escenario, las que representaron a la primavera fueron las primeras, hicieron una elegante venia para retroceder y dar paso a su protagonista y acompañante. Paty con ayuda de Anthony ingresaron al centro y al frente para agradecer al público.

El segundo grupo, hizo lo mismo, cuando Annie ingresó con su acompañante, agradeció con una pose de ballet, la morena no cabía de felicidad.

Luisa en compañía de Archie dieron su agradecimiento al público, el joven tomó delicadamente la mano de la bailarina para hacerla girar y terminar en una venia.

El último grupo hizo su ingreso, primero entraron las compañeras de Candy; después, la rubia junto a Mark, ingresaron tomados de la mano. Candy repitió el mismo movimiento de manos que hubo hecho al inicio de su presentación. El público no dejaba de aplaudir a los protagonistas de esa noche, los ovacionaban de pie.

Finalmente, hicieron su ingreso los coreógrafos y maestros de los jóvenes bailarines, los asistentes los ovacionaron todavía más fuerte. De los extremos cuatro bailarinas se acercaron a cada uno para entregarles un ramo de rosas, y otras cuatro aparecieron después para entregar un ramo a las jóvenes que representaron a la reina de cada estación.

El telón volvió a cerrarse y fue ahí donde las jóvenes bailarinas se abrazaron en grupo felicitándose por su presentación. Para muchas, aquella había sido su primera presentación con un grupo tan grande, fue algo parecido a una presentación profesional, reforzando así, su deseo de seguir por aquel camino del arte.

-Felicidades a todas las bailarinas, esta noche tuvieron una probadita de lo que se vendrá más adelante en sus vidas profesionales como bailarinas – habló Robert, las jóvenes no paraban de sonreír – a los acompañantes se les agradece el apoyo que nos dieron hoy, lo hicieron magnifico. – no se había olvidado de agradecer a los cuatro jóvenes que los habían apoyado. – está noche celebren con sus familias el éxito de sus presentaciones, nos veremos nuevamente el lunes en la academia. – terminó dando un aplauso a las y los bailarines seguido por los otros maestros.

Candy y Paty estaban junto a Archie, Annie y Anthony, las jóvenes estaban abrazadas felicitándose.

-Todavía no puedo creer que haya bailado en un escenario tan grande. – dijo Annie.

-Y lo hiciste de maravilla. – dijo Candy abrazándola.

-No creo haberlo hecho tan bien como tú lo hiciste.

-Todas lo hicieron muy bien. – dijo Archie – no hay duda que ustedes serán elegidas para continuar en la compañía.

-Eso espero. – dijo Annie.

-Por qué no vamos a celebrar a un club? – dijo Archie.

-Me parece una magnífica idea. – aceptó Paty y Anthony asintió. – que dicen ustedes? – miró a Candy y Annie.

-No creo que haya problemas. – dijo Candy pensando en los abuelos de Terry, no habían planeado nada para después de la presentación.

-Yo… no creo que pueda. – Archie la miró - es que mi madre preparó una pequeña cena para celebrar mi participación en una presentación tan importante.

-No puedes ir ni un ratito? – ella miró a su novio.

-No puedo hacerle eso a mi madre, ella también quiere celebrar conmigo. – quería decirle que él también estaba invitado; pero no se atrevió, pues el joven se vio ilusionado con celebrar con sus amigos.

-Bueno, no hay nada que hacer con eso. – aceptó – ella también debe estar feliz por ti.

Después de un abrazo más, las jóvenes se separaron para ir a cambiarse y después ir con sus familias. Quedaron de encontrarse en un club dentro de dos horas.

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Candy se acercaba a su familia cuando Terry se dio cuenta de su presencia y con un enorme ramo de rosas se acercó a ella mientras le sonreía, ella, igual de feliz, recibió con gusto el abrazo seguido de un casto beso.

-Estuviste magnífica mi amor.

-De verdad lo crees? – dijo tomando en sus manos el ramo – gracias son hermosas.

-Nos dejaste sin palabras. – respondió a su pregunta – eres realmente buena amor. – tomó su mano para acercarla a su familia – ahora vamos a celebrar?

-Los chicos quieren ir a celebrar a un club.

-Me parece genial.

-Tus abuelos…?

-No te preocupes por ellos, ya se imaginaban algo así. – era verdad, le habían preguntado a él si irían a celebrar con sus amigos después, el castaño les dijo que era una posibilidad.

-No se molestaron?

-Claro que no. Dijeron que esta noche celebran los jóvenes y mañana te invitan a desayunar. – la rubia sonrió al ver que no habría problema alguno.

-Estuviste maravillosa princesa. – William abrazó y besó en la frente a su hija. – veo el gran progreso que tuviste.

-Gracias papá.

-Lo hiciste más que perfecto mi amor. – su madre la abrazó – todo tu trabajo y esfuerzo de reflejó en ese escenario.

-Gracias mamá.

-Oh Candy! – Alexandra la abrazó – me hiciste desear ser joven otra vez para dedicarme al ballet.

-Aún puedes hacerlo cariño. – escuchó la voz de su esposo – no hay edad para cumplir los sueños. – le guiñó el ojo.

-En eso tienes razón. – lo miró – sólo que no creo ser tan buena como lo es esta bella jovencita. – volvió a abrazar a la rubia. –bailaste bellamente cariño.

-Muchas gracias.

-Nos dejaste al borde de nuestras sillas Candy. – Thomas la abrazó – debo reconocer que nunca creí estar así de interesado ni expectante en una presentación de ballet clásico. Tienes un gran talento.

-Gracias señor Graham.

-Llámame Thomas. – la rubia le sonrió con un leve asentimiento.

-Tienen planes para hoy? – cuestionó su padre, Candy les comentó sobre los planes de sus amigos. – ya nos lo imaginábamos. Disfruta tu noche. – la rubia miró a su madre.

-Mañana prepararé una cena para celebrar que fuiste un éxito. – dijo su madre con una sonrisa, estaba feliz de que su hija se acercara cada vez más, y a grandes zancadas, a su sueño.

-Mañana desayuna con nosotros Candy. – dijo Alexandra. – pronto regresaremos a Canadá y no los veremos por un tiempo.

-Será un placer.

-Entonces no los retrasamos más – habló el abuelo de Terry – los jóvenes que vayan a bailar y los viejos a cenar. – todos rieron ante su comentario.

Después de despedirse y ponerse de acuerdo para el día siguiente, los mayores se despidieron y se fueron directo al restaurante, no querían perder su reservación.

La rubia no perdía su sonrisa, estaba completamente feliz, quien la viera creería que esa felicidad se debía a su exitosa participación; pero en realidad se debía a que todas las personas que eran importantes para ella, estaban ahí, celebrando a su lado, apoyándola.

De lejos Sara y Susana veían con rabia a quien hasta hace unas semanas atrás era parte de su familia. La menor envidiaba a Candy, ella hubiera querido tener un padre como William, atento y cariñoso con su hija, nunca ocultó la importancia y el lugar que ocupaba la rubia rizada en la vida de su padre; sin embargo, Susana tenía que conformarse con las migajas de cariño, no, sólo el buen trato y respeto, pues William nunca la trató como a una hija, para él, la menor sólo era la hija y responsabilidad de su esposa.

-Nos olvidó tan rápido mamá.

-Uhm! - soltó con indignación y desprecio – es un malagradecido, le di una verdadera vida familiar y por un errorcito nos abandonó.

-Todo es culpa de ella. – dijo mirando a Candy, quien estaba diciéndole algo a Terry. – pero me las va a pagar.

-No te metas en problemas cariño. – dijo su madre acariciando el rostro de su hija – ya no le des importancia a esa chiquilla. No quiero que William te regañe o grite nuevamente.

-De acuerdo mamá, no haré nada en contra de Candy. – vio a la rubia dirigirse a la salida tomada de la mano de su apuesto novio, entonces recordó cuando se lo encontró en el lugar menos esperado.

Flashback

Sara entraba al hospital haciendo un gran alboroto, su hija había resbalado al bajar las escaleras de su nueva residencia y tenía miedo que se haya roto la pierna.

-El doctor estará aquí en un segundo. – dijo la enfermera – señora Marlow, debe ir a recepción a llenar los datos de su seguro.

-Sí claro. – se puso de pie – ahora regreso mi amor.

-De acuerdo. – si bien Susana parecía tranquila, minutos atrás estaba llorando y lamentándose el perder su carrera de bailarina. Las enfermeras habían logrado calmarlas, y lo hicieron completamente solo cuando una de ellas fue en busca del doctor a cargo.

-Buenas noches. – dijo el médico abriendo la cortina, tenía la mirada fija en el historial del paciente.

-Buenas noches… - se sorprendió al reconocer al mesero de aquella cafetería – tú eres…

-Soy el doctor Graham.

-Oh! Sí – sonrió tímidamente – eres Terry, verdad? Me recuerdas, soy Susana.

-Oh, claro. – dijo sin interés alguno – bueno… revisando tu caso, no tienes nada serio.

-De verdad! – exagero en el tono de emoción – es que ya sabes, soy bailarina y debo cuidar mis pies. – sonrió coquetamente.

El joven se acercó para revisarla, la joven se sonrojó cuando Terry tomó entre sus manos su pie y lo movió de un lado a otro.

-Te duele? – ella negó con la cabeza – puedes apoyarlo? – la joven se puso de pie y volvió a negar. -Pues estás bien. – ni si quiera le sonrió – no es necesario que te quedes internada.

-No me importaría hacerlo.

-Pues no es necesario que lo hagas. – miró a la enfermera – le informaré a su madre que puede regresar a casa. – la mujer sólo asintió, luego ayudó a Susana a ponerse los zapatos mientras Terry se retiraba.

Los siguientes tres días Susana buscó a Terry en el hospital, cualquier excusa era válida para acercarse a él. El cuarto día, cuando el castaño salía para almorzar, lo interceptó cerca del jardín trasero del hospital e intentó acompañarlo, justo cuando el joven iba a rechazar su auto invitación, Candy apareció frente a ellos.

-Terry… - aprovechando la distracción del joven, Susana rodeó su cuello con la intención de besarlo; pero Terry fue más rápido y la alejó de inmediato.

-Candy! – la rubia dio dos pasos para alejarse de ellos; pero al ver sonreír a Susana, se acercó a ellos y de una cachetada alejó a la rubia lacia de su novio.

-No busques problemas Susana. – dijo mirándola fijamente – no permitiré que me fastidies nuevamente, así que mejor aléjate de nosotros.

-Terry y yo…

-No existe un Terry y tú. – dijo el castaño de manera severa – ni siquiera te conozco, así que no intentes crear discordia entre Candy y yo. – se puso detrás de su novia – sé lo que pretendes y sólo pierdes tu tiempo.

-Estúpidos! – Susana se fue furiosa, su plan no había funcionado.

-Y tú… - Candy se giró y antes de que Terry dijera algo, lo abofeteó – por qué no te alejaste de ella? Sabías lo que pretendía y no hiciste nada para detenerla? Por qué te estaba hablando?

-La revisé el otro día y… - se llevó la mano a la mejilla.

-Y desde entonces son amigos? Acaso eras el único doctor ese día? – estaba tan molesta que ni siquiera sabía lo que decía.

-Qué querías que hiciera? – la miró fijamente – Qué no la atendiera? Qué la echara del hospital como si fuera el dueño? – se molestó.

-Debiste llamar a otro médico. – no le gustó enterarse que él la había atendido.

-Madura Candy, no decidimos quien puede circular cerca de nosotros o quien puede respirar el mismo aire. Y yo, no decido a quien curar, hice un juramento y lo cumpliré sin importar quién sea mi paciente. – se giró para marcharse y eso molestó más a la rubia.

-Entonces quédate con ella! – no dio ni tres pasos cuando sintió que Terry tomaba su brazo y la giraba.

-Eres capaz de terminar lo que tenemos por una estupidez como esta? – la miró incrédulo – estás cayendo en su juego amor.

-Es que… - bajó la mirada avergonzada, se dio cuenta que había exagerado las cosas – no quiero perderte…

-Entonces… - con delicadeza le levantó la mirada – no te dejes llevar por los celos.

Celos, nunca antes lo había sentido tan intensamente. Sólo Terry causaba esas sensaciones o emociones en ella y eso la asustaba. Tenía miedo de perderlo, pues lo amaba: para ella, él era único, comprensivo, atento, inteligente, amable, generoso, caballeroso, podría enumerar todas las virtudes que tenía su novio y jamás terminaría.

-Ella ya me alejó de mi padre una vez. – evitó su mirada – si no lo perdí, fue porque él es mi padre y existe un lazo sanguíneo entre nosotros, pero… - lo miró – si lograra alejarte de mí… - él sólo la escuchaba, sabía que necesitaba sacar sus temores – si tú decidieses marcharte… no podría retenerte a mi lado y…

-No voy a marcharme – besó su frente – no sabes cuánto te amo Candy? – sonrió levemente – llegaste a ser la persona más importante en mi vida, ni siquiera yo sé cómo pasó – ella lo miró asombrada – al igual que tú, tengo miedo que un día me digas que ya no me amas…

-Eso no pasará! – él sonrió al oír la urgencia de sus palabras.

-Entonces no pelemos por tonterías como esta – acarició su rostro – dejemos eso para cosas importantes, como a quien le toca elegir la película o quien invitara la cena. – finalmente la vio sonreír.

-Te amo Terry. – lo abrazó con fuerza.

-Tanto como yo te amo a ti, mi amor. – la besó – ya no estás molesta? – ella negó levemente con la cabeza – entonces aceptarás ir a comer conmigo? – ella asintió tímidamente.

-No estás molesto conmigo por lo que te dije?

-No perderé el tiempo que tenemos juntos con enfados sin sentido, es mejor aprovecharlo antes de que lleguen mis abuelos y acaparen parte de mi atención.

Después de esa pelea, Candy intentaba analizar cada desacuerdo que tenía con Terry antes de reclamarle o enfadarse. Era consciente que la que tenía poca paciencia era ella, pues el castaño era muy maduro y paciente con ella, rara vez se molestaba por tonterías.

Fin del flashback

A Susana le hubiera gustado separar a Terry de Candy aquel día, ese habría sido una buena venganza, además de quedarse con un hombre tan atractivo y guapo, iba a lastimar a Candy, quien se veía muy enamorada del joven doctor.

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En la discoteca el grupo de amigos se estaba divirtiendo mucho, Terry había invitado a su amigo Tom, el carácter amistoso y sociable del joven ayudó a que se hiciera amigo de Stear, Anthony y Archie en seguida. Bailaban, bebían y disfrutaban con risas de su noche.

-Te quedarás en mi departamento esta noche? – susurró en su oído después de jugar un poco con él.

-N-no sé si me den permiso… - que su novio bese su oreja la desconcentraba bastante – llamaré a mis padres…

-Hazlo – se alejó de la joven – iré por mi auto, te espero afuera.

Y así fue, la joven llamó a sus padres para informarles que se quedaría en casa de su amiga, una vez finalizada la llamada y notificada su partida, salió al encuentro con su novio. Esa noche traería consigo una gran prueba que sólo ellos podrían superar.

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Lamento la demora, espero que hayan disfrutado del capítulo.

Gracias por su apoyo y sus lindos mensajes. Tengan una buena semana.