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Esa noche había sido nuevamente maravillosa, otra entrega de amor profundo entre los jóvenes enamorados, entregando todo de sí para demostrar cuanto significaba el otro en su vida. Les gustaba estar de aquella manera; ella, rodeada por los fuertes brazos de su novio; él, rodeado de aquella fragancia dulce que desprendía el cabello femenino, ambos sabiéndose junto a la persona que amaban.
-Candy… - dijo en un susurro melodioso cerca del oído femenino – Candy…
-Mmm… - se acurrucó más al cuerpo masculino.
-Vamos princesa, debemos levantarnos.
-Un poco más… - dijo escondiendo su rostro en el pecho de su novio, creando en él las ansias de tomarla tan apasionadamente como lo hubo hecho hace algunas horas atrás. – estoy cansada.
-Lo sé mi amor. Sabes que para mí no es problema tenerte así todo el tiempo – besó su frente - pero debemos levantarnos, recuerda que le prometiste a tu madre llegar temprano a casa.
-No podemos quedarnos así un poco más? – levantó ligeramente la cabeza para mirarlo y besar su mentón.
-Tú si sabes cómo convencerme y tentarme… - la giró quedando sobre ella – eres una verdadera tentación, lo sabías?
Candy sólo sonrió coquetamente mientras los labios de Terry se acercaban a su rostro para llenarla de besos hasta llegar a su boca y tomar posesión de manera más ardua y posesiva.
Para la rubia fue un gusto volver a entregarse a su novio, le gustaba el modo que tenía Terry de hacerla sentir amada y especial. En sus brazos, ella sentía que nadie más podría amarla de aquella manera, con aquella intensidad, con aquella pasión, con aquel amor puro.
Una hora después, la joven pareja salía de aquel pequeño y discreto hotel con dirección a la residencia de la joven rubia. En el taxi, las muestras de cariño no se hicieron esperar, Candy se preguntaba que pasaba con ella, pues nunca se imaginó portarse de esa manera tan desinhibida y descarada frente a otra persona que no sea su pareja.
Cuando finalmente llegaron a la casa de la rubia, Terry se despidió con un profundo y apasionado beso, la vio ingresar a la residencia y él se volvió a subir al taxi para que lo llevara a su departamento y descansar lo que quedaba de la madrugada.
Ninguno de los dos durmió más que unas cuantas horas, pues tenían un desayuno con sus abuelos, quienes pronto regresarían a Canadá.
-Espero que vayas a visitarnos en navidad. – dijo Alexandra – ya verás lo hermoso y acogedor que es celebrar las fiestas en Canadá.
-Bueno… - miró a Terry quien le sonreía – intentaré hacerlo.
-Hazlo, no te arrepentirás, además quiero pasar más tiempo contigo.
-Vamos cariño, dale tiempo para que pueda decidirlo – intervino Thomas – tal vez quiera pasarlo con sus padres y tú la estás comprometiendo.
-No es eso… - dijo Candy algo apenada – tendría que hablarlo con mi madre; pero me gustaría ir a visitarlos, si es que se puede.
-Sí ese es el problema, puedo invitar también a tus padres, me agradó conversar con Rose y estoy segura que le gustará tener algunas vacaciones.
-Cariño, no tomes decisiones por los otros.
-No lo estoy haciendo. – se quejó.
-Cuando llegue el momento lo hablamos abuela, aún falta mucho para navidad – Terry hablaba de manera calmada y tranquila – si la familia de Candy no tiene planes para esas fechas podrás invitarlos. – tomó la mano de su abuela y acarició su dorso para convencerla para que ya no insistiera en comprometer a Candy.
-Creo que tienes razón. – acarició la mejilla de su nieto con cariño.
-Terry es el único que puede controlarla. – susurró Thomas a Candy – desde pequeño siempre logró calmar la testarudez de mi esposa. – dijo sonriendo.
-Oí eso Thomas. – dijo mirándolo seriamente – no soy testaruda, sólo soy apasionada en lo quiero. – dijo como si fuera una niña, cruzando los brazos y haciendo la cara a un lado.
En ese desayudo Candy conoció más la vida de su novio y sus abuelos. Alexandra le contó como fue el castaño de pequeño y adolescente. La rubia se dio cuenta que Terry era la debilidad de Alexandra, notó aquel cariño profundo que sus abuelos sentían por él, incluso Thomas, le hablaba a su nieto con gran afecto y orgullo.
-Ya sabes Candy, no olvides visitarnos en navidad. – susurró secretamente la mayor.
-Abuela, no la comprometas…
-Cariño, esto es entre Candy y yo, no te metas en conversación de mujeres.
-Está bien. – dijo Candy con una sonrisa – haré todo lo posible por ir a visitarlos en navidad. – aceptó finalmente la rubia con una sonrisa.
Después de las despedidas, Candy y Terry fueron a pasear y al cine, tenían que aprovechar que el castaño tenía el día libre.
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El día esperado llegó, Candy bajaba del taxi que la llevó a la academia, cuando bajaba de éste, escuchó a Paty llamarla mientras se acercaba.
-Hola Paty. – la saludó.
-Qué pasó el sábado, por qué se fueron tan de repente? – sonrió al ver el color carmín en las mejillas de su amiga – bueno… ya no es necesario que me respondas. – dijo riendo.
-Ay Paty! – la empujó un poco – estoy segura que tú también te fuiste temprano con Stear.
-Bueno… al menos me quedé un poco más que tú. – dijo riendo – creo que Archie nos reclamará haberlo dejado solo con Anthony y Tom, como ellos tenían parejas seguro se sintió solo.
-Ya nos lo reclamará cuando lo veamos. – contestó Candy recordando la actitud infantil que a veces tenía su amigo.
Las jóvenes bailarinas tuvieron que esperar por cuarenta minutos más o menos antes de saber quiénes habían sido admitidas oficialmente a la academia.
-Dicen que pusieron las listas! – escucharon a una de sus compañeras gritar, casi todas dejaron la sala corriendo, desesperadas por ver si sus nombres estaban en aquellas listas de admisión.
-Vamos – dijo soltando un suspiro.
-Estoy nerviosa. – confesó Paty – sólo espero que nos haya ido bien y estemos dentro.
-Lo hiciste bien, estoy segura que estás dentro. – antes de que Paty le contestara escucharon a Annie llamarlas y señalar una de las listas.
Las amigas se acercaron para confirmar si sus nombres estaban ahí, pues la morena señalaba la lista con entusiasmo mientras decía que lo habían logrado.
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Un grupo de jovencitas estaba en el vestíbulo llorando, dándose consuelo entre sí al saber que su nombre no aparecía en el grupo de bailarinas admitidas.
-No está mi nombre. – estaba confundida, pues su nombre no aparecía en ninguna de las listas.
-Candy… - Paty puso su mano sobre su hombro – busquemos nuevamente, tal vez lo pasamos sin darnos cuenta.
-Vaya, vaya – las amigas escucharon la voz de Susana y Elisa detrás de ellas, había burla en ellas. – al parecer no eres tan buena como creíste. No vi tu nombre en ninguna de las listas.
-Déjanos en paz Susana. – dijo molesta Paty.
-Sí no dije nada malo. – la miró triunfante - o sí Elisa?
-Pues yo no oí nada ofensivo o malo. – imitó la postura de su amiga – sólo dijiste la verdad, yo tampoco vi su nombre en las listas.
-Candy! – Annie se acercó a ellas apresurada llamando su atención – tu nombre está en otra lista. Annie había ido a leer nuevamente las listas, se les había hecho raro que el nombre de Candy no apareciera en ninguna.
-Otra lista?
-Sí, pide que vayas a la oficina de Robert.
La confusión en el rostro de Candy era indudable, miró a sus amigas esperando que le explicaran que estaba pasando.
-Será mejor que vayas, así lo sabrás pronto.
-Sí, tal vez quiera despedirte personalmente - interrumpió la voz de Elisa.
-No creo que sea eso Candy. – acotó Annie al ver el estado de la rubia – tal vez hubo un error y por eso te llaman. Acaban de poner la nota en la pizarra.
-Es posible Candy – la animó Paty – vamos te acompañamos hasta la puerta.
-Sí, deberían acompañarla a la puerta; pero de salida.
-Tú cállate Susana! – le gritó Paty – no te nos acerques.
Elisa y Susana vieron a las tres amigas dirigirse a la oficina de Robert, ambas se miraron con una pregunta muda en sus rostros.
-Robert es amigo de su madre, seguro le explicará los motivos para no incluirla en su academia.
-Si tienes razón. – la rubia lacia miró aquel pasillo que ya estaba casi vació – Robert es un profesional, es claro que no la admitiría solo por amistad.
Paty, Annie y Candy estaban frente a la puerta de roble, la última esperando que se le diera el acceso, cuando lo oyó dio un fuerte suspiro entes de abrirla.
-Ve Candy, nosotras te esperaremos aquí. – la rubia sonrió levemente mientras asentía con la cabeza.
-Suerte. – fue lo último que escuchó antes de cruzar el umbral y encontrarse con la mirada seria de Robert y sus acompañantes.
Ese día había comenzado bien, su madre la había despertado con un rico desayuno y antes de dejar su casa hubo recibido la llamada de su novio deseándole buena suerte.
Flashback
-Cómo estás princesa?
-Terry! – el tono de su voz le indicó al castaño que estaba feliz de escucharlo – algo nerviosa.
-No tienes por qué, lo hiciste increíble el sábado.
-Todas lo hicieron muy bien, será difícil para Robert y Juliette elegir a las mejores.
-Supongo que sí; pero estoy seguro que tú ya tienes tu plaza en la academia.
-Gracias… - sonrió al oírlo – te veré hoy?
-Sí; pero después de las ocho, tengo guardia hasta esa hora.
-De acuerdo, nos vemos en tu departamento?
-Que te dijo tu madre?
-Bueno…
-Candy?
-Dijo que debería quedarme con papá mientras no estaba; pero la convencí cuando le dije que tus abuelos estarían con nosotros.
-Amor, sabes que el vuelo de mis abuelos se adelantó para medio día.
-Sí; pero quiero quedarme contigo hoy.
-Tu madre desconfiará de nosotros si se entera.
-Yo arreglaré eso. – dijo segura de sí – se lo contaré cuando regrese.
La madre de Candy debía realizar un viaje urgente con su equipo de trabajo, al ser nueva en la compañía no podía negarse a los viajes y horas extra que debía realizar.
-Cariño… - escuchó la voz de su madre – es hora de irse.
-Ya oíste. Debo irme – se despidió de su novio.
-No te preocupes, todo estará bien, ya verás que serás la primera en ser admitida.
-Te amo. – dijo antes de colgar.
Fin del flashback
Candy sonrió ante aquella afirmación de su novio, si él supiera que su nombre ni siquiera apareció en la lista de admitidas.
-Buenos días Candice. – saludó el dueño de la academia.
-Buenos días - saludó a los presentes, mientras estos la miraban fijamente.
-Toma asiento por favor. – le señaló la silla frente a ellos, tímidamente obedeció.
-Debes estar preguntándote, por qué tu nombre no estaba en la lista?
-Fue claro que no fui admitida en la academia. – contestó – supongo que mi desempeño en la presentación del sábado no fue tan bueno como el de mis compañeras.
-Tienes razón. – Robert la miró con empatía al verla bajar la cabeza.
-Candy… - Juliette vio la tristeza en el rostro de la joven.
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-Qué crees que le estén diciendo?
-No lo sé. - Paty parecía bastante preocupada. – pero…
-Dónde está Candy? – Archie y Anthony aparecieron de repente.
-Nos dijeron que su nombre no apareció entre las admitidas. – dijo el rubio.
-Está ahí adentro – la castaña señaló la oficina de Robert.
-Acaba de entrar, no sabemos lo que está pasando – acotó la morena.
-Supongo que tendremos que esperar para enterarnos. – dijo el rubio fijando su vista en la puerta.
-Archie… - Annie lo llamó con timidez – podríamos hablar un momento?
-Ok – aceptó y siguió a la morena después de ver una vez más la puerta de la oficina de Robert.
-Archie sigue molesto por lo del sábado, verdad?
-De algún modo lo entiendo – contestó el rubio. – casi todos estábamos con parejas y él quería festejar ese día junto a su novia, porque era el primer logro de ella.
-Sí, yo lo noté algo molesto ese día. – miró por donde habían ido sus amigos – crees que discutan?
Ya conoces a Archie – miró hacia el lugar – por más molesto que esté no suele armar escandalo o alboroto.
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-Dime. – se paró frente a Annie.
-Yo… quería disculparme por lo del sábado. – se veía nerviosa.
-No tienes por qué. – la miró relajando la tensión en su rostro. – mira Annie – tomó su mano – ese día me molesté porque quería celebrar contigo tu triunfo; pero también entiendo que querías hacerlo con tu familia.
-Quería invitarte a celebrar con nosotros; pero tú estabas emocionado por hacerlo con Candy y tus amigos.
Archie la miró tratando de descifrar el tono que había utilizado y el por qué solo mencionó a Candy.
-Candy es muy importante para mí – dijo mirándola fijamente – ella es como mi hermana pequeña.
-No he dicho nada malo de ella.
-Pero lo que estás insinuando… - la miró fijamente - Elisa te dijo algo, cierto?
-Claro que no! – se puso a la defensiva – sé que son buenos amigos y la consideran una hermana más.
-Me alegra que lo tengas claro. – dijo con seriedad, Archie ya había vivido algo parecido con su antigua novia, llegando a terminar con ella por sus celos absurdos y el constante rechazo que mostraba con Candy.
-Sólo quería disculparme por lo del sábado.
-Ya te dije no tienes que hacerlo. – la vio bajar la cabeza con tristeza – Annie… - la joven lo miró – esto no está funcionando.
-Qué? – lo miró asustada.
-Mira… - se acercó a la ventana que daba a la calle – desde que iniciamos nuestra relación hemos salido unas cuantas veces, tan pocas que puedo contarlas con los dedos de mis manos.
-Yo… tengo que practicar si quiero ser la mejor. – dijo apresuradamente.
-Y lo entiendo; pero si queremos estar juntos debemos conocernos y cómo lo haremos si ni siquiera tenemos citas.
-Yo... ya soy parte de la academia, estoy más cerca de cumplir mis sueños, ya tendré tiempo para pasarlo contigo.
-Annie…
-Por favor Archie – tomó sus manos – no me dejes – rogó – saldremos cuando tú quieras.
-Una relación no funciona de esa manera Annie – suavizó sus facciones – no sólo yo debo desear conocerte o verte fuera del horario de clase.
-Yo también quiero conocerte! – las lágrimas comenzaron a salir – por favor… dame una oportunidad más, te demostraré que te amo.
-De acuerdo – soltó un suspiró mientras la abrazaba – felicidades por tu ingreso oficial a la academia. – dijo finalmente para bajar la tensión del momento.
-Gracias… - dijo bajito – estoy realmente feliz. – lo miró – ya llamé a mi mamá y te invita a cenar con nosotras.
-Estaré encantado de ir.
Annie se limpió el rastro que las lágrimas habían dejado en su rostro, se tranquilizó un poco antes de que volvieran con sus amigos. Al visualizarlos y ver que Candy ya estaba con Paty y Anthony, Archie apresuró sus pasos para saber qué había pasado.
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William, después de cenar con su hija, la llevó al departamento de Terry, su ex esposa le había informado sobre el permiso que le hubo dado para quedarse en casa de su novio.
-Sabes que no estoy de acuerdo con que te quedes con Terry y no conmigo, verdad?
-Lo sé, papá. – sonrió al recordar todo el discurso que le dio durante la cena - confía en mí, sí?
-Por qué no puedes quedarte conmigo, sabes que en mi apartamento hay una habitación para ti.
-Papá… - bajó la mirada – no quiero ocupar esa habitación.
-Entonces la venderé.
-No tienes que hacer eso.
-No quiero que te sientas incomoda al visitarme o que dejes de hacerlo por eso. – acarició su mejilla – si quieres hago una reserva en un hotel, así no tendrás que quedarte con…
-Papá. – dijo riendo – me quedaré con Terry.
-De acuerdo, confió en ti y en tu buen juicio. - William no estaba de acuerdo, pero terminó aceptando, pues su hija siempre fue sensata, obediente y responsable.
-Te veo mañana en el almuerzo?
-Sí, luego iremos a recoger a tu madre al aeropuerto.
-Ok. – besó su mejilla.
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-Hola mi amor. – Terry abrió la puerta con una sonrisa, pues sabía que era Candy quien había llegado. – por qué no usaste la llave que te di?
-La olvidé en casa.
-Ven aquí – estiró su mano para acercarla a él y envolverla en un fuerte abrazo y un efusivo beso – felicidades mi amor!
-Gracias! – respondió con una gran sonrisa. – hasta ahora no puedo creer que haya pasado.
-Pues pasó, eres muy buena en el ballet, era obvio que no podían dejarte ir.
Candy le había llamado para contarle lo sucedido en la oficina de Robert. Luego llamó a su madre y después fue a celebrar con su padre.
-Terry… - se alejó un poquito – hay algo más que debo decirte… no te conté todo lo que Robert habló conmigo.
Flashback
-Candice – habló Robert – si no encontraste tu nombre junto al de tus compañeras, es porque ese no es tu nivel y lo demostraste el día sábado en la presentación.
Candy miró a Juliette, quien sonreía, Trevor y Travis asentían con la cabeza apoyando lo dicho por Robert.
-Para nosotros fue fácil tomar la decisión de incluirte en el grupo de avanzados de mi academia.
-Qué?
-Candy – habló Juliette – entre todas tus compañeras siempre destacaste, tienes una técnica muy definida, lo único que nos queda es pulirla.
-Estás cerca de convertirte en una bailarina profesional. – habló Trevor – sería una lástima que te estanques en un grupo al que ya sobre pasaste.
-Candice, tu nivel de baile es avanzado, ya oíste a los maestros – sonrió Robert – todos concordamos en esta decisión. – dejó salir un suspiro – sin embargo, hay algo más que debes saber.
-Algo más? – lo miró confundida.
-Uno de los directores y dueños de la academia de Londres está considerando invitarte a estudiar en su academia.
-Qué!?
-Lo que oíste. – afirmó - Pidió reunirse contigo el viernes. – se puso de pie y se acercó a ella. – Candy – suavizó su voz – te conozco desde pequeña – se paró frente a ella - soy amigo de tus padres y los aprecio mucho. – Candy asintió mudamente – es por eso que te aconsejo que analices todas tus opciones, estamos hablando de tu futuro profesional, considera todas las puertas que se te están abriendo y toma la decisión que más te convenga, estaremos felices por ti, ya sea que te quedes en mi academia o vayas a la de Londres.
-Mi madre sabe sobre esto?
-No, tú debes decidir sobre tu vida Candy. – la rubia sonrió al oír aquello – serás tú quien baile y debes hacerlo con el corazón, sin arrepentimientos que afecten tu desempeño.
-Candy – ahora fue Juliette quien habló – la decisión que tomes determinará tu futuro. Toma la decisión con calma y con la cabeza fría. No te sientas presionada a seguir un camino que otros quieren trazar para ti.
La rubia se quedó en silencio, analizando las palabras de sus mentores. Se le abrían dos puertas que la acercaban al sueño que había tenido desde los cinco años.
Al dejar la oficina de Robert se encontró con sus amigos, quienes estaban preocupados, ella los tranquilizó contándoles que fue admitida en el grupo de los avanzados, inmediatamente recibió las felicitaciones del grupo; sin embargo, omitió la parte de Londres, pues tenía que hablar primero con el dueño de la academia antes de decidir algo.
Fin del flashback
-No dirás nada? – vio el mutismo de su novio y eso la intranquilizaba. – Terry…?
-No sé qué decirte – fue sincero – no quiero influir en tu decisión.
-Necesito saber qué opinas de todo esto.
-Mi amor. – tomó sus manos – está decisión debes tomarla tú sola, cómo dijeron tus maestros es tu futuro y eres la única que debe decidir sobre él. Cualquier cosa que yo diga podría hacerte cambiar de opinión y alejarte de lo que, talvez, de verdad desees y con el tiempo eso causaría insatisfacción en tu vida.
-No sé qué hacer…
-Qué te parece si primero escuchas la propuesta del director de Londres?
-Creo que tienes razón. – sonrió al darse cuenta que olvidó que aún no había hablado con él y no sabía sobre su propuesta. – esperaré a ver qué me dice y luego tomaré una decisión.
-Me parece perfecto.
-Pero no importa cual sea su propuesta, prometo pensar en nosotros primero.
-Gracias princesa. – la miró con ternura antes de besarla.
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Saluditos! Disculpen la demora, les comento que pasó algo desafortunado en el trabajo que me impidió terminar el capítulo y publicarlo. A las que todavía están ahí esperando las publicaciones, gracias por su apoyo e interés por lo que escribo.
Qué les pareció el capítulo?, qué creen que debería hacer Candy? Cuál creen que sería la decisión correcta y la qué debería tomar? Qué decisión tomarían ustedes en su lugar?
Aún no escribo esta parte, aunque ya tengo una idea para ambos casos, sinceramente no sé cuál elegir, ambos me parecen perfectos y hay trama para ellos, así que intentaré elegir el que crea que les gustará más.
Estamos cerca del final y muchas cosas más pasaran. Bendiciones y tengan un buen resto de fin de semana y un feliz inicio de semana laboral.
