[Hogar de Naruto – Unos días atrás]

La fiesta que se había hecho en el Inframundo, que originalmente iba a ser la boda de Rías y Raiser, terminó.

Naruto volvió a su casa junto a Akeno, que decidió dormir en su casa, aunque ya estaba dormida antes de llegar.

El pelinegro salió de la casa, ya sin su traje y solo con un pantalón corto, y se metió a la piscina de un salto, nadando un poco antes de reposar su cuerpo.

En su mano apareció repentinamente un cigarrillo, que puso en su boca. En la punta de su dedo se formó una llama, que prendió el mismo cigarro.

Tras una larga inhalación, Naruto invocó su celular. Lo desbloqueo y quiso entrar a sus contactos.

*Me enamoré yo sin saber~*

Naruto alzó una ceja, viendo que tenía una llamada de una persona que conocía perfectamente.

Contestó, y puso el celular en su oreja.

"Naruto…"

"Tía Rina, ¿Qué sucede?"

Hubo un silencio sepulcral. Naruto sintió como algo en su pecho se apretaba, algo que no le pasaba ni siquiera cuando Rizevim lo entrenaba con sus métodos sádicos.

"Kushina… No me gusta decirte esto aquí, pero no le queda mucho…"

Nada en el lenguaje corporal de Naruto cambió.

Exhaló el humo del cigarro, suspirando levemente.

"En unas horas estaré ahí…"

...

Y como dijo, Naruto llegó a Miami a través de un círculo mágico, exactamente a las afueras de la casa.

Golpeó suavemente la puerta, que fue abierta por una mujer cercana a los 40, de cabello rojo claro, y ojos negros.

"Naruto… Pasa".

El pelinegro solo asintió. Pasó de largo hacía el pasillo, llegando a la última habitación al final de todo.

La puerta estaba abierta, así que pasó directamente. Sus ojos rosados vieron a su madre, con un pañuelo alrededor de la cabeza, donde debería estar su cabello.

Su estado estaba casi demacrado. Su rostro estaba delgado totalmente, sin una pizca aparente de grasa o musculo, al igual que el resto de su cuerpo.

El azul de sus ojos estaba bastante apagado mientras veía la televisión.

Sin embargo, cuando la mujer miró hacía la puerta, el brillo volvió, como si recuperase toda vitalidad.

"Naru… Mi bello hijo…"

El pelinegro se sentó en la cama, y tomó la mano de su madre, que lo apretó con fuerza.

"¿Por qué no me avisaron antes? ¿Mintieron con lo de la mejora?"

Kushina lo vió. Su hijo estaba molesto por eso.

Sonrió cálidamente, acariciando el dorso de la mano más grande que la de ella con su pulgar.

"Me han dicho que estabas estudiando, y que estabas bastante feliz. No quería que me veas así…"

Naruto guardó silencio, suspirando. Su postura se encorvó levemente, cuando sintió como Kushina quería pellizcarlo.

"Afirma tu postura. No debes caerte por mí, hijo. Aún debes darme nietos…"

El pelinegro perdió su expresión, antes de suspirar y sacar su celular.

Lo movió un poco y le mostró algo a Kushina, cuyos ojos brillaron.

"¿Es seguro que voy a ser abuela?"

"Si, mamá… Vas a ser la mejor abuela de todas…"

Kushina, en su felicidad, notó el tono de Naruto.

Estaba dolido.

"Sabes que no voy a estar para ellos en carne y hueso, pero mi alma siempre, siempre estará junto a tus hijos y junto a ti…"

Kushina quiso sentarse, pero no tenía fuerza para levantar su cuerpo. Naruto, sin esfuerzo alguno, la sentó apoyándola contra el respaldo de la cama.

La pelirroja palmeó con esfuerzo su pierna, y Naruto no discutió.

El pelinegro se recostó suavemente, apoyando la cabeza en la pierna de Kushina, que empezó a acariciar su cabello suavemente.

Como hacía en los primeros años de su vida, cuando Creuserey y Rizevim lo torturaban en los entrenamientos.

"Voy a alejarme cuando tengas sexo, eso seguro".

Naruto sonrió, y Kushina se rió suavemente, no forzando su garganta.

"Háblame de ti, hijo…"

Horas y horas pasaron.

Kushina escuchó atentamente, sin dejar de acariciar el cabello de su hijo, cada palabra o frase que salió de su boca.

Historias de las fiestas, cosas en la escuela, el trabajo como mercenario, Ddraig, las chicas… No se guardó nada, a excepción de los detalles en los actos de la noche.

Solo habían sido unos pocos meses separados, pero para ambos fue una eternidad.

Madre e hijo rieron, aun si Kushina no podía forzar su garganta para reírse.

La pelirroja empezó a llorar, una vez caída la noche. Naruto se levantó de su posición y se sentó al lado de Kushina, abrazándola con suavidad y calidez, con ella rodeando la cintura de su hijo, llorando en su pecho.

"Lamento no poder estar para ti y ayudarte con mis nietos…"

Kushina empezó a sollozar. Naruto sintió su pecho apretarse, como si quisiese estallar su corazón.

"Me preocupa que ahora debas pelear con Valí, más de lo que ya lo hacían… Pero se que ambos son ya chicos grandes y sabrán decidir bien…"

Kushina levantó su mano y acarició la mejilla de Naruto, que tomó su mano y la sostuvo contra el.

La pelirroja besó la mejilla de su hijo y lo miró. A pesar de sus ojos llenos de lágrimas, una sonrisa se abrió paso. Una sonrisa que intentó transmitir confianza y seguridad a su hijo.

"No me importa que tan Pecado de la Lujuria… Sekiryuutei… Demonio… o humano seas… Siempre serás Naruto, mi hijo, mi luz, mi ser más preciado en todo el universo… No olvides que yo siempre te voy a amar más allá de la vida y la muerte".

Naruto miró con tristeza a Kushina, que nunca dejó de sonreírle.

"Te amo, hijo".

……

A la mañana siguiente, Naruto salió a comprar masas dulces y saladas para desayunar junto a su madre y su tía.

Sin embargo, Kushina falleció al momento que el salió de su casa.

El funeral solo fue asistido por Naruto, su tía, y unas ex compañeras del trabajo de Kushina, que aún mantenían contacto con ella.

Una vez terminó, todos se fueron, menos el…

……

[Hogar de Naruto – Tiempo actual]

Rías, Akeno, Asía y Koneko llegaron en silencio a la casa donde se estaban quedando, por distintos y a la vez iguales motivos.

No fueron recibidas por Naruto, solo por Afrodita, que estaba extrañamente callada.

Todas siguieron a la diosa rubia al segundo piso, a la habitación de Naruto. Ella no se los pidió, esperando que actúen por su voluntad y no porque se sientan obligadas.

Ahí lo vieron.

Naruto estaba sentado en su cama, con un rostro hueco, viendo una imagen de el y una mujer que pellizcaba sus mejillas y sonreía con alegría pura.

Afrodita pasó y se sentó suavemente al lado de Naruto, abrazándolo con cariño. No dijo nada, no preguntó nada, solo se sentó ahí, abrazando a Naruto, que no correspondía el abrazo, sólo seguía viendo la imagen con un invisible brillo de tristeza en los ojos.

Akeno notó algo. Algo que ella podía sentir como si le hubiese pasado.

Una sensación similar a la que tuvo cuando su madre murió, descartando el odio hacía su sangre.

Ella no tuvo apoyo en ese momento, y aunque hoy estaba bien, no podía negar que si hubiese tenido algo de apoyo, tal vez habría superado todos sus traumas y entendido mejor a su padre en todo lo que pasó.

Sin dictar palabra, se sentó del lado vacío, abrazando con todo el calor que pudo dar.

Naruto se movió, siendo liberado por Akeno y Afrodita. El pelinegro dejó la imagen dentro de su armario, y se preparó para acostarse en la cama.

Akeno se acostó primero, y Naruto se recostó sobre su cuerpo suavemente, dejando su cabeza entre su pecho, y el resto de su cuerpo bajando por el abdomen de la semicaída.

Afrodita se recostó de un lado, abrazando los hombros del pelinegro, dejando su mano sobre su trapecio.

Asía fue la siguiente. Se recostó sobre Naruto suavemente, pegando su cabeza al pecho del Asmodeus, y abrazando el torso del mismo.

Rías y Koneko se hicieron su lugar, acomodándose del lado libre y de un lado del pecho de Naruto.

Ninguna preguntó "¿Qué te pasa?" 60 veces seguidas.

Ninguna dijo "No deberías estar triste. No eres el único con preocupaciones".

Solo lo abrazaron, escondiéndolo entre sus cuerpos y sus brazos. No cambiaron nada alrededor de el, no buscaron oponerse a su condición.

Ese es el arte de acompañar.

……..

Dos días después.

El fin de semana había terminado, así que las chicas debieron volver a la escuela.

Naruto seguía encerrado en su mundo interno, como si necesitase algo más para salir del pozo oscuro al que estaba cayendo.

Y fue en este momento que Afrodita encontró la solución, a través del teléfono de Naruto.

El pelinegro estaba sentado en el patio, con su mirada perdida en el cielo.

Incluso cuando sus sentidos le avisaron de que alguien se acercaba, los ignoró totalmente.

"¿No te da pena estar así?"

La voz de Valí fue totalmente ignorada. Naruto siguió mirando el cielo, y eso molestó al peliplata.

Se acercó a Naruto, parándose frente a el.

En ese momento, Naruto lo vió a los ojos. Valí lo notó, no había brillo de vida presente.

"Levántate".

"Bésame… La polla… Idiota".

Lento pero seguro, la voz de Naruto salió.

Valí miró con el ceño fruncido a Naruto.

*Pum*

Un puñetazo al lado derecho del rostro de Naruto. Sólo giró su cabeza, y luego volvió a ver a Valí.

"Defiéndete".

"El día que dejes la paja".

Valí levantó a Naruto y lo lanzó con fuerza contra un árbol, que se rompió cuando Naruto chocó contra el y cayó en cuclillas.

"Recapacita, idiota. Kushina no querría verte así".

Naruto gruñó. Sus ojos vieron con peligro a Valí, como si estuviese en su sentido más animal.

"¿Qué te importa a ti como ella querría verme, idiota?"

"Porque fue mi segunda madre, enfermo mental".

Naruto desapareció, y Valí salió volando por el aíre, producto de un puñetazo en su mandíbula que hizo crujir la misma.

"¡De eso es lo que hablo!"

Valí desapareció, y apareció bajo Naruto, incrustando un puñetazo en su abdomen que hizo al pelinegro escupir saliva.

Solo Valí notó que todo el lugar alrededor cambió a una dimensión artificial.

También notó a último instante el puñetazo rodeado de energía que golpeó su rostro, y esta vez aflojo algunos dientes.

Naruto levantó a Valí del cuello de su camisa y lo arrojó cómo un misil hacía una ¿montaña?

Ignoró eso, viendo como Valí se recuperaba y liberaba las alas de Albion en su espalda.

"¡Vanishing Dragon: Balance Breaker!"

Tras un pequeño brillo plateado y blanco, Valí fue cubierto por una armadura de dragón blanco con joyas azules.

Naruto miró con frialdad a Valí, que sintió su columna vibrar de la emoción.

"¿Quieres jugar este juego, eh?"

Valí lo vió.

Energía pura se arremolinó alrededor de Naruto cuando el Boosted Gear apareció en su brazo derecho.

Hubo un brillo verde y rosado en los ojos de Naruto.

"¡Welsh Dragon…!"

Una armadura de dragón rojo con gemas verdes empezó a cubrir el cuerpo de Naruto, que nunca quitó su frío ojo del peliplata.

"¡Balance Breaker!"

Valí, dentro de su casco, sonrió como un maniático.

Su cuerpo estaba temblando. No sabía si de emoción o miedo, o ambos o ninguno, solo que iba a tener una pelea emocionante.

Las alas salieron en la armadura de Naruto. Empezó a elevarse varios metros en el aíre, dejando que sus alas se extiendan libremente.

A gran velocidad, Naruto cargó contra Valí, lanzando un puñetazo a su rostro que el peliplata esquivó moviendo la cabeza. Sin embargo, el fuerte viento y como toda la zona detrás de el se abrió como si fuese un terremoto a alta escala, le hizo saber que eso hubiese dolido.

Valí lanzó un combo rápido de golpes potentes, tanto con puños como patadas, que fue bloqueado y desviado por las manos de Naruto. Notó el brillo rojo en cada golpe desviado, pero no dijo nada.

"Boost, Boost, Boost…"

"Divide, Divide, Divide…"

Naruto hizo una finta, pasando sobre Valí tras usar su brazo para impulsarse hacía arriba de el. Giró en el aíre y lanzó una patada de talón hacía la cabeza de Valí, enviándolo a volar contra el suelo como un cohete.

Apuntó su mano hacía Valí, donde un potente fuego fue disparado hacía el peliplata.

Sin embargo, a mitad de camino, el ataque empezó a perder tamaño, hasta que desapareció totalmente.

Valí cargó contra Naruto repentinamente, golpeando con el espacio entre su antebrazo y su bíceps a Naruto, enviándolo a volar hacía atrás varios metros.

El pelinegro se recompuso, y levantó el antebrazo a tiempo para tomar una postura de pelea, similar a una de Kung Fu, y detener una patada de Valí rumbo a su rostro.

Valí lanzó un golpe recto al rostro de Naruto, y en el momento exacto que estaba por conectar…

Fue lanzado repentinamente para atrás cuando su golpe fue bloqueado, y se recompuso en el aíre lo suficientemente rápido para ver al pelinegro en una postura extraña.

"Vamos, no me digas que en serio copiaste la idea de un videojuego y te funcionó".

La voz de Valí salió con molestia, lo que solo hizo reír a Naruto.

"Estuve practicando luego de ver a un compañero. Ahora…"

Naruto empezó a verse borroso para Valí, que notó como desapareció repentinamente.

Solo su instinto de batalla bastante refinado le hizo agacharse y evitar perder la cabeza.

"Basta de cháchara".

Naruto usó su pierna izquierda para patear a Valí en el cuello, que fue protegido por su armadura mientras salía volando, o seguramente esté muerto en el suelo.

El peliplata cargó velozmente contra Naruto, que repitió la acción.

Ambos semidemonios estaban sonriendo con locura detrás de sus cascos, mientras sus puños, sus espinillas y sus pies chocaban con cada ataque, en una mezcla constante de Artes Marciales que cambiaban a cada minuto.

"Boost" y "Divide" sonaban a cada segundo, sin parecer terminar nunca.

Valí recibió una patada en el cuello, que rompió esa parte de su armadura.

Un puñetazo del peliplata atravesó el abdomen de la armadura del dragón galés, pero no atravesó el abdomen de Naruto.

La cabeza de ambos semidemonios giró cuando ambos se dieron un puñetazo cargado de energía, lo que se representó con el brillo rosado alrededor de los puños de Naruto, y el brillo plateado alrededor de los de Valí.

Ambos salieron disparados, arrastrándose antes de detenerse y mirarse a través de los ojos de su armadura.

A paso lento, se acercaron hacía el otro. Repentinamente empezaron a correr, y estando a un metro…

*Fizzz*

Naruto y Vali se vieron de reojo. Ambos enderezaron su postura, bajando la vista hacía su abdomen.

Ambos se atravesaron con su puño de lado a lado.

La sangre empezó a fluir cuando ambos retiraron el puño del abdomen del otro, y deshicieron sus armaduras.

Un segundo después, un fuego naranja y negro empezó a cerrar la herida en el abdomen de Naruto, que levantó su mano y, con un chasquido, el mismo fuego empezó a curar a Valí.

"Has mejorado. Ninguno peleó con todo, y aún así es claro…"

"¿Ya te has acostado con Lav-"

Naruto esquivó un puñetazo de Valí, sonriendo divertido ante el rostro entre molesto y levemente asustado del peliplata.

"No digas idioteces. La veo como mi hermana mayor antes que-"

"Lucifer se pegaría un tiro en las bolas y luego te mataría a ti si te escuchase decir eso".

Naruto sonrió nuevamente, pasando sobre Valí con un salto, notando que la dimensión artificial se rompió.

El peliplata se quedó de espaldas a Naruto, girándose levemente para verlo sobre el hombro con una leve sonrisa.

"Al menos te recuperaste".

Naruto se encogió de hombros, sintiendo que alguien venía rápidamente hacía el.

Una sonrisa divertida y una mirada peligrosa de parte del pelinegro hicieron suspirar a Valí.

"No del todo".

"Como sea. Mañana vendrá alguien aquí, supongo ya te imaginas quién es".

Valí no esperó respuesta y desapareció en un círculo mágico con el símbolo de Lucifer.

"¡Naru!"

Rías saltó sobre Naruto, que la atrapó y la abrazó por la cintura con un brazo. Akeno ocupó el otro lado, y Asía tuvo que abrazarlo por la espalda con un puchero.

"Nos alegra que estés mejor, querido".

Koneko saltó y se colgó del cuello de Naruto, frotando su mejilla contra la de el.

Naruto sonrió, esta vez con bastante calidez.

"Gracias, a todas…"

Akeno hizo fuerza y empezó a arrastrar a Naruto hacía adentro, aunque en realidad el se estaba dejando llevar, aprovechando que todas menos Koneko se soltaron de el.

"Nada de gracias. Me vas a tirar a la cama y-"

"¡Akeno!"

Todo volvió a la normalidad en la ciudad de Kuoh.

Al menos, momentáneamente.

……

¿Dudas?