Hola a todos mis queridos lectores.

Gracias a cada uno de ustedes por sus reviews!

Cbt1996: En efecto, Toga Taisho impone demasiado, además recordemos que en los primeros capítulos, Sesshomaru mencionó que su padre siempre separa la familia y el trabajo. Oyee, ya no se si desconfías de Naraku o de mi jajajaja; su reacción fue extraña así que podemos esperar cualquier cosa. Y Bankotsu, ay, por un momento creí que el sartenazo se los darías en medio de las piernas y no en la cara jajajaja, y es que se lo merece por ser tan poco hombre, lo que hizo fue algo muy bajo, no tiene nombre. TRANQUILAAAAA! Déjame al menos defenderme! En este nuevo capítulo habrá respuestas a ese final, no me asesines antes de tiempo, y respecto a Sango, no se que pasará, ella igual está en una situación extraña, y no diré más, perdoooon! Por ahora, deja el sartén a un lado y busca los pañuelos por favor, los vas a necesitar.

Fredy Arevalo: Holaaa! Me da mucho gusto leerte nuevamente por aquí. Inuyasha es padre! De eso no hay duda, ese era el gran misterio en las llamadas! Sobre la amante de Bankotsu, será un asunto extremadamente complicado, porque sí, es una amiga de Kag, solo hay que atender las pistas. Y Naraku, nos tiene confundidos a todos, ¿Verdad? Esperemos a tener más pistas de por qué su comportamiento. Por fin llegó la actualización, espero que lo disfrutes.

Rosa Taisho: Ay Rosita, pero que dices? Tu nos mataste primero con lo que hiciste, mujer. No te conformaste con todo el desastre con Kikyo, tenías que matar a Kagome! Ay, pero esa es otra historia. Respiro, me tranquilizo y sigo respondiendo tu Review! Las pistas están ahí, Las acciones hablan por si solas, así que, no tengo nada más por decir, supongo que este nuevo capítulo aclarará tus dudas. Confirmo y reafirmo: sí, Inuyasha es papá (papacito jajaja pero papá) pero estás 100% segura que es una ex? Solo pregunto por curiosidad jajaja. Mira, ya no se si te tengo miedo a ti o lo que vaya a suceder más adelante con esta historia, aunque creo que por ahora es a ti a quien le tengo miedooooo jajajajaja. Y no podía pasar por el alto el felicitarte por tu cumpleaños mi bella amiga. Deseo de todo corazón que la pases de lo mejor, gracias por estar en mi vida y llenar de alegrías nuestras charlas, sin tu apoyo y el de Cin, no habría llegado tan lejos.

Karii Taisho: Ay! Te entiendo, apenas es una semana y ya cabaron con nosotras, pero se que será un ciclo lleno de grandes éxitos! Pasando al Review: Por supuesto que suena perturbador que Naraku se haya unido al lado oscuro, aunque como me comentaste, incluso podríamos sospechar de los muebles, aunque, al ser algo confidencial, la lista de sospechosos se reduce al equipo; uy hasta nervios me dio jajaja. Con Sango, sus actitudes extrañas no me están dando buena espina, y efectivamente, como escritora sientes la adrenalina de hacer muchos cambios, pero como lectora te pierdes en un remolino de confusión y desesperación; pero sigamos atentas a la pista, porque no olvidemos que Kag logró escuchar la voz de esa mujer, y quizás descubra de quién se trata, porque el grave error que cometieron fue marcarle a Kag, porque primero se pusieron en evidencia y segundo, están creando una Kagome más empoderada. Y sobre la última bomba, créeme que la sorpresa no termina porque sí hay un vínculo muy fuerte que une a Inuyasha con Ayame, algo que ni la misma Kag puede romper, y no me refiero solamente al niño. Ay Karii, por lo mismo no quiero mandarte más Kayla sartenes porque eres capaz de usarlos en mi contra jajaja. Espero que disfrutes este capítulo, y por favor, ten pañuelos, muchos pañuelos.

Valentinehigurashi: La vida da mil vueltas, y este fic también, aquí se resolverá tu duda, eso es seguro. No sé cómo pueda afectar la situación de Inuyasha en su encuentro con Kag, solo nos queda esperar y ver qué sucede después de esto. Creo que este capítulo será de infarto, mi cabeza casi explota cuando lo escribí, surgieron algunos giros totalmente inesperados, cosas que realmente no había pensado pero que sucedieron al dejarme llevar por las actitudes de los personajes.

Shikon de Oz: Hay demasiadas cosas turbias en este fic, pero claro está que todo regresará a su cauce, o quizás no, no lo sé aún. Espero que disfrutes de este nuevo capítulo.

Annie Perez: Cuando parecía que nada podía alterar el rumbo de la historia, sucede algo que cambia absolutamente todo. Inuyasha tiene una explicación, claro que sí, es un secreto que tenía muy bien guardado. Gracias por leer y espero que disfrutes de este nuevo capítulo.

MegoKa: Hola! Todo se va a acomodando poco a poco y en el momento justo, así como las sorpresas que nos trajo el capítulo anterior con muchas sospechas, comportamientos extraños, relaciones que no se esperaban, situaciones incómodas. Y te entiendo perfectamente, es un enredo total, mi cabeza está a punto de explotar con tantas cosas extrañas. Gracias por leer y espero que disfrutes de este nuevo capítulo.

He leído algunas teorías sumamente interesantes sobre lo que está ocurriendo en este fic; solo puedo decirles que algunos cambios surgen en el momento en que estoy escribiendo, ¿por qué? Me dejo llevar por los personajes, algunos me entenderán cuando digo que "x" personaje hizo lo que quiso en el capítulo, y es que, cuando comienzo a escribir, la esencia de los personas me guía para saber el rumbo que seguirá la historia, y suele suceder que lo que ya tenía previsto termina cambiando totalmente, convirtiendo al algo mucho mejor de lo que había pensado.

Espero que este nuevo capítulo logre despejar la duda sobre la situación de Inuyasha, Ayame, el hijo y Kagome. Respecto a los otros personajes, de verdad, no pierdan ni una sola pista.


CAPÍTULO 10: AMOR DE PADRE

KAGOME

Me sentía nerviosa, ofuscada, no tenía ni la más mínima idea de qué hacer; mi imaginación y creatividad estaban bloqueadas. Kaede había elegido mis bocetos para la nueva colección, y aun así, yo quería seguir buscando algo más innovador, algo que provocara un gran impacto para quienes iba dirigido el proyecto.

Por si fuera poco, el pleito legal con Bankotsu seguía su curso. En tan solo seis meses todo se había complicado más de la cuenta, ya no se trataba únicamente del divorcio y defender lo que tanto me había costado. También se interpuso una demanda en su contra por fraude, al descubrir que desviaba parte de mi salario a sus cuentas. Además, había algo más que me atormentaba: no podía olvidar la llamada extraña que recibí la semana pasada, esa estúpida llamada de Bankotsu cuando follaba con su amante. La voz de esa mujer aún rondaba por mi mente. Pero lo más extraño sucedió al día siguiente.

Flash Back

Me encontraba en mi oficina tomando un café bien cargado para poder mantenerme despierta. Después de escuchar aquello tan desagradable, el sueño se esfumó como por arte de magia. La voz de Bankotsu y la de su amante me atormentaban, sobretodo la de ella, estaba segura de que ya la había escuchado antes, pero no lograba descifrar en dónde. De pronto, la puerta se abrió sacándome de mis pensamientos.

-¡Kag! ¡Qué bueno que ya estás aquí! -exclamó Sango aliviada.

-¿Por… qué? -pregunté nerviosa.

El timbre de su voz resonó en mis oídos provocando una fuerte punzada en mi pecho. Me negaba a creer lo que mi mente me estaba diciendo. Las palabras "¿Soy mejor que Kagome?" golpearon en mi interior y unas lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas al darme cuenta de que mi mejor amiga me había traicionado. Todo estaba claro, su actitud nerviosa y su mala contestación cuando Tsubaki vio su teléfono, eran los indicios de que nada estaba bien.

-¡Kag! ¡Amiga! ¿Qué te pasa? -dijo muy preocupada y me abrazó. Me quedé paralizada mientras su voz seguía atormentando mi mente.

-¿Dónde estabas ayer en la noche? -pregunté con firmeza mientras mi voz temblaba. Sango me soltó y me miró confundida.

-¿Qué? -Inmediatamente se puso nerviosa. Eso confirmaba mis sospechas-. Estaba en… mi departamen…to… ¿Qué sucede Kag?

-¿Con quién estuviste? -sus ojos se abrieron de par en par al escuchar mi pregunta-. Estabas con Bankotsu, ¿verdad?

Sango retrocedió al verse descubierta, abrió la boca para decir algo pero simplemente no pudo. Tantos años confiando en ella, contándole mis problemas, y todo para que después se burlara de mí. Pero, ¿Por qué?

-¡Kagome, tranquilízate! -quiso acercarse a mí, pero no se lo permití

-¡Maldita sea! -musité mientras las lágrimas seguían cayendo por mis rostro-. Sango… eras mi hermana, ¿Por qué me traicionaste de esa manera?

-Kag, escúchame, por favor…

Lo más tormentoso de ese día fue escuchar su explicación.

Fin Flash Back

Resoplé con fastidio y me tiré en el sofá de mi departamento. Estaba claro que no quería recordar ese momento; lo que realmente necesitaba ahora era despejarme para poder continuar con mi vida y mi trabajo, así que tomé mi bolso y mis llaves para salir al parque que estaba cerca del edificio. Pensé que al observar a las familias que paseaban allí, podría brindarme la inspiración que estaba necesitando.

Al llegar, me senté en una de las bancas dejando que la pequeña brisa acariciara mi rostro y jugara un poco con mi cabello. Abrí los ojos y me centré en aquellas familias con niños, principalmente en la interacción entre madres e hijos. Saqué mi celular y comencé a hacer anotaciones sobre los colores que eran más llamativos para los niños y cuáles para las niñas. También pude notar que las mamás preferían colores suaves, pero con mucho estilo que reflejara parte de su personalidad.

De un momento a otro, giré hacia mi derecha y mi mirada se encontró con un hombre de cabello platinado y unos hermosos ojos dorados que me observaba a unos cuantos metros. Se trataba de Inuyasha. Me sorprendí de que no se acercara; entonces recordé nuestro último encuentro y que habíamos acordado no volver a provocarnos. Sin embargo, teníamos que comportamos como dos adultos maduros, y me animé a sonreírle y lo saludé a la distancia con la mano; creí que simplemente me ignoraría, pero no fue así, él también me saludó. Sin pensarlo dos veces, me levanté de mi lugar y me acerqué a él, no debería pasar nada solo por saludar a un conocido, ¿o sí?

-Hola, Inuyasha -lo saludé con gentileza.

-Hola "Kei" -lo miré con seriedad levantando una ceja, y él sonrió en respuesta-. ¡¿Qué?! -exclamó encogiendo los hombros.

-Si ya sabes mi nombre, ¿por qué me llamas así? -pregunté sentándome a su lado.

-Quizás porque creí que no nos volveríamos a ver. Además, me gusta llamarte "Kei" -respondió con tanta naturalidad.

Comencé a reír negando con la cabeza. La verdad no sonaba tan mal aquel sobrenombre que me había puesto antes de saber mi nombre, sin contar con qué no tenía ganas de discutir por un detalle que no era de tanta importancia. Confieso que me sentí más cómoda de lo que esperaba, ya no se comportaba como el chico arrogante de Nara, así que me dejé llevar en una charla como si fuéramos amigos de mucho tiempo.

-¿Qué estás haciendo aquí? -pregunté con curiosidad-. ¿Estás en servicio, "oficial"?

-¿Por qué? ¿Tienes alguna… sugerencia? -respondió con picardía, con una sonrisa traviesa que me derritió por completo. Claramente no iba a demostrar debilidad frente a él.

-¡Ni lo pienses, tigre! -dije en tono juguetón mientras colocaba mi mano sobre su pecho.

Mi verdadera intención era sentir si su corazón se aceleraba al tenerme frente a él, pero me distrajo el hecho de que su mirada se dirigió hacia mis labios, y después tuvo intenciones de acortar la distancia que nos separaba, ¿Acaso quería besarme? Reí para mis adentros y lo terminé empujando con suavidad mientras soltaba una ligera risa.

-Sólo preguntaba por curiosidad; así que no te ilusiones -añadí, tratando de ocultar el nerviosismo que me había provocado.

Inuyasha estaba a punto de decirme algo, cuando, de la nada, un grito ensordecedor captó nuestra atención.

-¡INUYASHA! -Una chica pelirroja corrió hacia nosotros y abrazó a Inuyasha con mucha efusividad.

-¡A-A-Ayame! -exclamó evidentemente nervioso

La miré con curiosidad y sentí una fuerte presión en mi pecho al caer en cuenta que me había involucrado con alguien que ya tenía una relación. No podía creer que hubiera caído tan bajo por obedecer a mis deseos, aunque mi único consuelo era que yo no sabía nada de esto. Sonreí para mis adentros, pero cuando estaba por alejarme, escuché una pequeña voz que terminó de derrumbar la poca dignidad que me quedaba.

-¡PAPÁAAAAAAAAA! -un niño corrió hasta Inuyasha y tomó su mano con fuerza.

-¡¿Pa... papá?! -exclamé, completamente asustada.

Mi mundo se descontroló por completo. Entonces, aquella chica se trataba de… ¿su esposa? Sentí que mi cuerpo temblaba por el impacto de aquello que acababa de descubrir. Terminé convirtiéndome en lo que tanto dañó le causó a mi relación con Bankotsu: la amante. ¡No! Solo fui una mujer más, con la que el infeliz traicionaba a su familia. No podía quedarme ni un minuto más.

Estaba a punto de darme la vuelta, cuando Inuyasha cargó a su hijo. El parecido con la madre era tan evidente: ambos pelirrojos, ojos color verde, los tres parecían la familia perfecta. Sentí mucha tensión cuando aquella mujer se dirigió a mí.

-¡Hola! -dijo con mucha confianza y eso me puso demasiado nerviosa-. ¿Tú quién eres?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y sentí como se cortaba mi respiración. No tenía ni la más mínima de idea de qué responder. Abrí la boca y no conseguí articular ni una sola palabra. Ella me miró con una sonrisa amable y estaba a punto de decirme algo cuando el niño interrumpió el momento.

-Papá, ¿Ella es tu novia? -Inuyasha sonrió ante la inocencia de su hijo.

-¿QUÉ? -gritó la pelirroja.

Ella me miró con seriedad, y mi mente ya me pintaba el escenario próximo a ocurrir. Sus ojos verde esmeralda no se apartaban de los míos, y me asusté cuando se lanzó hacía mí y me abrazó muy emocionada.

-¡Eres muy hermosa! -exclamó con mucha felicidad-. Me alegra que seas la novia de mi primo.

¡Primo! … ¿Primo?... Mi mente no lograba procesar aquella información. Pero es que todo parecía tener sentido cuando los vi; ella abrazándolo con tanta naturalidad y el niño llamándole 'papá', Y no, no estaba sintiendo celos, al contrario, la confusión seguía creciendo y la sensación de culpa aún estaba presente.

-Kagome, ella es Ayame Taisho, mi prima -intervino Inuyasha. En su rostro podía ver como se divertía con mi reacción.

-¡Favorita! -agregó Ayame-. Soy su prima favorita. -enfatizó seguido de un guiño.

-Y este campeón, es mi hijo, Shippo. -expresó con mucho orgullo, y después me presentó con ellos-. Ella es Kagome Higurashi

-Papá, ella es muy bonita. -comentó el niño en un intento de susurro que era perfectamente audible para todos-. ¿Ella podría ser mi mamá?

Ayame e Inuyasha se rieron ante sus palabras; en cambio yo, estaba completamente avergonzada, sin saber cómo actuar. Aunque me llamó la atención de que Shippo hiciera ese tipo de comentario.

-No creo que sea tan simple, campeón -le respondió Inuyasha.

-¿Y por qué no? -preguntó Ayame-. Es tu novia, podrían casarse muy pronto y así mi sobrino hermoso podrá tener la familia que tanto ha soñado.

-No… no soy su… novia -balbuceé.

-Escuchen, Kagome solo es una amiga -agregó Inuyasha.

El pequeño Shippo miró a su papá un poco decepcionado, mientras que Ayame, intercalaba su mirada entre Inuyasha y yo, como si buscara señales de que estuviéramos mintiendo.

-¿Sólo una amiga? -Ayame enarcó una ceja y cruzó los brazos. Después una nueva sonrisa se dibujó en su rostro-. Pues que tontos, se ven muy bien juntos.

-Ya, Ayame, no molestes más. -Ella iba a responder algo, cuando Inuyasha le pasó a Shippo-. ¿Qué te parece si le compras un helado a Shippo?

-¡Síiii! -gritó el niño efusivamente.

-Si quieres quedarte con ella, sólo dilo. -se quejó mientras tomaba el dinero-. No inventes excusas, tonto. ¡Adiós, linda! Espero verte más seguido.

-¡Gra-gracias! -realmente no sabía qué decir.

Ayame y Shippo se fueron a la heladería, mientras yo seguía sin entender qué era lo que había pasado.


INUYASHA

Disfrutaba ver el rostro de Kagome lleno de confusión pero al mismo tiempo, estaba consiente que dejaría de verla para siempre, porque en los 6 años que Shippo lleva a mi lado, ninguna mujer vuelve a buscarme cuando se enteran de que existencia.

-¿Por qué no me dijiste que estabas casado? -preguntó, y sonreí al pensar que eran celos. Sin embargo, su mirada y el tono de su voz demostraban que lo que ella está a sintiendo era desilusión y molestia. Pero, ¿Por qué?

-No me lo pregunta…

-¡Eres un maldito traidor! -me interrumpió abruptamente-. Inuyasha, no se y no me interesa saber nada de tu vida, pero te das cuenta que estás traicionando a tu familia y todo por tu maldita lujuria.

-A ver, tranquila bonita -le dije con mucha calma-. Vamos aclarando algo, relájate, por favor.

-¿Cómo me pides que me calme si estoy haciendo lo mismo que me hicieron a mí? -volvió a reclamar y ahí entendí su reacción.

-¡Soy padre soltero! -le solté de golpe y sus ojos se abrieron como plato al escuchar aquella confesión-. Es una larga historia. Le prometí a Shippo llevarlo a comer hamburguesas. Acompáñanos, te contaré todo. -La vi muy dudosa, pensativa, hasta que finalmente habló.

-¿Tu prima también irá? -preguntó con curiosidad.

-Esa niña acaba de regresar de un viaje, y siempre hemos sido muy unidos, así que, créeme, no nos desharemos de ella tan fácilmente.

Ambos sonreímos, y finalmente aceptó. Nos acercamos a Shippo y Ayame, quienes disfrutaban de su helado. Mientras caminábamos hacia un local cercano, me sorprendió cómo Shippo se puso a platicar con Kagome como si ya la conociera. Ella, en cambio, parecía relajarse conforme avanzábamos.

Llegamos al lugar y mientras hacíamos el pedido, Ayame llevó a Shippo al área de juegos. Así que aproveché ese momento para contarle la triste historia de mi hijo a Kagome.

-Kei, lo que te voy a contar es algo muy serio -cerré los ojos y respiré profundamente-. Shippo no sabe absolutamente nada de esto.

-¿Su mamá los abandonó? -preguntó con cautela. Era normal que pensara de esa manera, sólo negué con la cabeza y ella se cubrió la boca con su mano-. ¿Está… muerta? -musitó. Asentí lentamente, confirmando sus sospechas-. ¡Ay! No puede ser, Inuyasha lo siento mucho.

-La mamá de Shippo fue asesinada, al igual que su padre -solté sin tantos rodeos.

-¿Su… su padre?... Eh… Inuyasha, no estoy entendiendo nada.

-Hace 6 años, me encontraba con otro oficial haciendo patrullaje por la ciudad cuando recibimos un reporte de un asalto a mano armada en una plaza. Estábamos cerca, así que no tardamos en llegar. Intentamos ganar tiempo, distrayendo a los ladrones mientras esperábamos refuerzos, pero las cosas se salieron de control. Uno de ellos se puso muy nervioso y tomó de rehén a una mujer… con un bebé en brazos.

-¿Shippo? -preguntó, casi temiendo la respuesta.

-Sí, era su madre -respondí, con seriedad y nostalgia-. El padre de Shippo, desesperado, intentó lanzarse contra el delincuente para defender a su esposa, pero logramos persuadirlo. Justo cuando parecía que la situación podía controlarse, las sirenas de las patrullas comenzaron a sonar muy cerca. Los delincuentes entraron en pánico, se sintieron acorralados, y en su desesperación, amenazaron no solo con matar a la mujer, sino también al bebé.

Recordar aquél acontecimiento estaba siendo muy doloroso. Desde que inicié mi trabajo, me juré a mí mismo que mi prioridad sería salvar a las personas, pero en esa ocasión, no lo pude hacer y eso me ha pesado por año. Mi único consuelo, ha sido ver crecer a Shippo como un niño sumamente feliz.

-¿Qué pasó después?

-El padre de Shippo… trató de negociar con los ladrones, ofreciendo todo lo que tenía a cambio de la vida de su esposa y su hijo, incluso propuso un intercambio: su vida por la de ellos, pero no les importó. El que tenía a la mujer y al bebé apretó el gatillo. Todo pasó en cuestión de segundos. Los disparos resonaron por todo el lugar, las personas gritaban mientras se tiraban al suelo. Y aunque logramos capturar a los delincuentes, ya era demasiado tarde, su madre estaba muerta y su padre agonizando. Llamamos una ambulancia, pero al llegar, perdió la vida. -solté un suspiro frustrado.

-No fue tu culpa, Inuyasha -dijo mientras tomaba mi mano. La miré a los ojos y por primera vez me sentí aliviado.

-Lo sé -respondí resignado.- Pero eso no cambia el hecho de que no pude salvarlos. Aún recuerdo las palabras de su papá mientras íbamos en la ambulancia.

Flash Back

El sonido de las sirenas era ensordecedor mientras la ambulancia iba a toda velocidad abriéndose paso por las calles de la ciudad. El padre de Shippo apretaba mi mano con fuerza, algo muy sorprendente para alguien que está a punto de perder la vida.

-Hombre de 32 años, con herida de bala, se encuentra con el pulso débil… -declaró el paramédico que nos acompañaba mientras intentaba estabilizarlo-. Ha perdido mucha sangre, necesitamos llegar de inmediato al hospital -le gritaba al conductor de la ambulancia.

-Oficial -me llamó el hombre con voz débil-. Mi hijo…

-No se preocupe, su hijo está bien -mencioné para tranquilizarlo-. Ahora vamos al hospital, usted se pondrá bien.

-Mi Shippo… cuide de… -comenzaba a toser con dificultad-… cuide de mi hijo.

-No hable más, por favor -le pedí; aunque sus palabras me estaban asustando.

-Seamos re… realistas… no me queda… mucho tiempo -añadió -sus palabras salían entrecortadamente. Estaba claro que su final estaba cerca.

-Ya llegamos al hospital -mencionó el conductor de la ambulancia.

-Ya escuchó, señor. Sólo mantenga la calma.

-PROME… Prométame que… cuidará de Shippo… como si fuera suyo… como si fuera… su hijo -lo miré aterrado, pasé un poco de saliva y me animé a responderle.

-Se lo prometo -acepté, sabiendo la gran responsabilidad que eso conllevaba

-Gra…gracias… oficial -sonrió y sus ojos se cerraron instintivamente. Su agarre se hizo débil y el pitido del monitor se convirtió en un sonido agudo, que se combinó con un suspiro del padre de Shippo.

-¡LO PERDEMOS! -gritó el paramédico

Las puertas de la ambulancia se abrieron de golpe y lo bajaron en la camilla, mientras el paramédico estaba sobre él aplicando reanimación, presionando su pecho en un intento desesperado por regresarlo a la vida, pero fue en vano.

Fin Flash Back

-No voy a negar que tuve miedo de hacerme cargo de ese bebé, pero tenía que cumplir aquella promesa. -Volteé a ver en dirección hacia el niño y sonreí al verlo tan feliz disfrutando con su tía-. Desde entonces, Shippo se convirtió en una parte muy importante en mi vida. Él aún es pequeño, y sinceramente, no se si me atreva a contárselo cuando crezca.

-Inuyasha… -volví a mirar a Kagome, y unas pequeñas lágrimas se asomaban a través de sus hermosos ojos-. Lo que hiciste es un acto que habla de tu nobleza, otro en tu lugar hubiera fingido demencia y habría dejado al niño a su suerte. Shippo es muy afortunado de que ahora tú seas su padre.

Sus palabras fueron como una caricia al alma, era la primera vez que alguien, además de mis padres, conocía la verdad sobre "mi hijo". Juré guardar ese secreto para que nadie lo lastimara con comentarios hirientes, y ahora que pude compartir este pequeño secreto de mi vida con Kagome, aliviaba el peso que había cargado durante estos seis largos años.

-¡Gracias, Kei! -exclamé con sinceridad

-¡Ka-go-me! Soy Kagome -repliqué.

-Te llamaré Kei cuando solo estemos tú y yo -ella se sonrojó y desvió la mirada, pero de inmediato, volvió a mirarme fijamente.

-Ni sueñes que volveremos a estar solos. Eres muy peligroso.

No pude evitar sonreí ante su respuesta. Y estaba dispuesto a provocarla, pero sabía que el hacerlo podría arruinar el momento ameno que estábamos compartiendo. Además, en ese momento nos llevaron las hamburguesas, por lo que nos permitimos disfrutar de ese momento con mi hijo.


SANGO

Me sentía mal por lo que estaba pasando con Kagome. Ella no se merecía nada de esto; se trataba de mi mejor amiga, mi hermana, mi confidente, mi cómplice, ella era más que una simple amistad, pero por el momento no tenía más opciones. Aun tenía los nervios a flor de piel por aquel enfrentamiento que tuvimos en la oficina; jamás creí que se atrevería a preguntarme sobre… la relación con Bankotsu.

-¡Maldición! -exclamé frustrada dando un golpe en la mesa-. Ya no puedo seguir ocultando esto.

El sonido de mi celular me asustó, lo tomé para ver de quién se trataba, y era él.

-¿Qué pasa? -le pregunté con una ligera molestia en mi voz.

-¿Estás molesta, preciosa? -dijo la persona del otro lado de la línea.

-Las cosas se están saliendo fuera de control con Kag -respondí mientras caminaba hacia mi habitación y me tiraba en la cama-. Me preguntó dónde estuve el jueves, y no pude decirle nada.

-Esa noche la pasamos increíble, ¿Lo recuerdas?-dijo ignorando mi comentario anterior, aunque su voz llena de picardía me provocó una sonrisa. Por supuesto que lo recordaba-. Sango, solo aguanta un poco más.

-¿Cuánto tiempo?

-Lo que sea necesario hasta que logre ganar este caso. Después de eso, tú y yo podremos ser felices para siempre.

No sabía si creerle o no, su promesa parecía sacada de un cuento de hadas. Además, para él era fácil decir que todo estaba bien, cuando era yo la que tiene que lidiar con una situación incómoda con mi amiga.

-Mi amor, solo ten paciencia. -añadió en un intento por tranquilizarme-. No olvides que te prometí que después de que todo esto termine, tendremos la vida que tanto hemos deseado -puntualizó con mucha seguridad.

-De acuerdo. Espero que de verdad resuelvas todo lo más rápido posible -él quiso decirme algo, pero no le di oportunidad-. Sé que las cosas no son tan fáciles, sólo que ya no puedo seguir con esta situación, ya no lo soporto más.

Suspiré resignada, aunque era claro que esa situación se llevaría más tiempo de lo que creíamos, y lo que menos tenia, precisamente era eso, tiempo.

Después de cortar la llamada, me quedé acostada en la cama mirando hacia el techo. La presión estaba acabando con mi estabilidad emocional, si tan solo Tsubaki no me hubiera arrebatado el celular ese día, nada de esto estaría pasando. Tenía que seguir fingiendo que todo estaba bien, y tratar de ganarme nuevamente la confianza de Kagome.

De pronto, unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. ¿Quién podría ser? No esperaba la visita de nadie. Caminé hacia la puerta y al abrirla, me quedé en shock

-¡BANKOTSU!

Continuará…