Capítulo 8.
—[Ese niño no sabe cuándo rendirse, ¿No crees?]— la voz del Shinju se rio mientras veía el cuerpo bastante mal herido de Issei tirado en el suelo, tenía cortes, moretones, y su ropa estaba destruida casi por completo, el vendaje que una vez cubría su ojo derecho ahora desprendido para revelar su ojo cerrado con un patrón de marcas rojas semejantes a escamas tiñendo la piel alrededor.
Pese a todos las probabilidades en contra, el castaño había logrado sobrevivir 36 horas seguidas de lucha a muerte consecutivas, Madara no estaba yendo en serio obviamente, incluso con el aumento de poder visible del portador del dragón rojo todavía estaba muy lejos de siquiera poder lidiar con su estado debilitado, aunque eso no significaba que le tuviera piedad, había aprovechado todas y cada uno de los descuidos para propinar golpes que no lo inhabilitaron, pero causaron mucho dolor.
Incluso pese a que se estaba conteniendo...
Una de las manos de Madara se dirigió a su pecho, donde se encontraba su corazón, en su malla de madera se encontraba un agujero del tamaño de un dedo, la herida ya había sanado, pero ese no era el punto. Al final de las 36 horas, justo antes de caer inconsciente, el chico había logrado contraatacar a su último ataque, perforando con sus garras su pecho a centímetros de su corazón. El instinto de supervivencia que había demostrado le dijo que completó su entrenamiento perfectamente, era mucho más fuerte que cuando inicio, y ahora quería ver de qué se trataba esta lucha por su familia que había mencionado.
Quería saber lo que motivaba a alguien tan joven a llevar su cuerpo al límite.
Gracias a la intervención de Shinju que podría incrementar sus capacidades sensoriales, fue fácil encontrar un lugar donde se reunían las energías de las otras personas que se encontraban en la reunión que tuvo hace poco más de una semana, la sensación única de los demonios que también había detectado en Kuroka era fácil de seguir. Su corto viaje lo llevó a las afueras de una mansión considerablemente ostentosa, y si bien él mismo fue líder de un clan poderoso admitiría que los avances en múltiples áreas de la arquitectura de este mundo opacaban al recinto Uchiha.
Sintiendo que el peso en su mano derecha se empezaba a mover, permitió que la energía dejará de fluir hacia sus ojos y golpeó la puerta con sus nudillos, esperando pacientemente a obtener una respuesta. Luego de unos cuantos minutos sin una, levantó de la parte trasera del cuello al castaño inconsciente y lo abofeteó un par de veces para despertarlo.
—Ugh... que...— sin darle tiempo para recomponerse, Madara usó una cantidad considerable de fuerza para lanzar a Issei a través de la puerta, generando la mayor cantidad de ruido posible junto a los gritos sorprendidos del castaño.
Esta vez hubo una respuesta casi inmediata, ya que los sonidos de varios pasos corriendo para ver el alboroto llegaron a sus oídos, gritos de confusión llenaron la mansión.— Con permiso.— una vez fue un líder de clan muy respetado, tenía suficientes modales para pedir permiso antes de entrar a un lugar.
—¡¿Que demonios esta pasando aqui?!— una voz femenina cortó la conversación frenética de golpe, solo los quejidos de Issei ambientando el lugar.— ¿Tú le hiciste esto a Issei?— ahora recordaba ese tono arrogante, era la niña Rias, Rias Gremory si Kuroka estaba en lo cierto.
No esperaba que la niña arrogante que había despreciado tan fácilmente resultara tener conexiones con uno de los líderes del inframundo, por lo que se sorprendió cuando Kuroka le dio esa información, que el otro demonio, Sona Sitri, también tuviera conexiones con un Satán fue difícil de creer, ¿Quien en su sano juicio dejaría a las hermanas de dos de los cuatros Maou, figuras importantes en el mundo sobrenatural, vagando en el mismo lugar sin vigilancia? Esperar que nadie las atacara sería ingenuo.
—Les traigo al niño, su entrenamiento está completo.— sin prestar atención a las múltiples preguntas que lo bombardearon de todas direcciones, avanzó, tocando las paredes hasta que se encontró con una puerta y el olor residual de alimentos, esa debería ser el comedor o la cocina, cual fuera, debería ser un lugar aceptable para conversar.— Quiero hablar contigo niña, muestra algo de modales a tu invitado.— ignoro los murmullos que indicarían que, de hecho, no era bienvenido en ese lugar.
Madara se sentó como una persona importante, su barbilla sobre su puño con el codo sobre la mesa de la sala donde se encontraban. Realmente no le importaba el decoro, pero Shinju no se habría callado si no tomaba una pose, seguía diciendo que sus barreras mentales eran fuertes, pero siempre conseguía deslizarse para molestarlo. Pero incluso estando ciego, sabía que su presencia impondrá por sí misma, no necesitaba alzar nada, era algo que el árbol milenario sin experiencia de vida no sabía, las apariencias no importan, uno sabía instintivamente cuando se encontraba frente a algo fuera de su alcance.
—¿De qué se trata esta reunión tan repentina?— el sarcasmo en la voz de Rias Gremory hizo que una pequeña sonrisa ironía apareciera en el rostro del Uchiha, parecía que ella no tenía ese instinto para identificar a alguien más fuerte.
—Simplemente quiero ver como ese niño usará el poder que consiguió, estas por tener una batalla, voy a presenciarla.— habría dicho que la vería, pero mantener sus ojos como un secreto era un movimiento estratégico fríamente calculado, mientras menos personas conocieran sus poderes, el elemento sorpresa se mantendrá por mayor tiempo.
—Me niego, puede que ayudaras a Issei, pero no tienes nada que ver en este problema.— la negativa inmediata era de esperarse, no conocía a la niña, pero siempre emitía el sentimiento de "mis deseos van por encima del mundo", una tonta de verdad.
—No te estaba preguntando, solo haciéndote saber el hecho para que estés lista.— la tensión en la habitación incrementó ligeramente, algunas personas tragaron mientras que la energía de Rias Gremory se disparó durante unos segundos, pero la voz de alguien impidió que las cosas escalaran.
—¡Por favor Rias, permite que vea nuestro Rating Game!— el castaño que se había despertado hace unos minutos calmó la situación ligeramente, pero la molestia seguía siendo emitida de la niña arrogante.— Madara me ayudó sin pedir nada a cambio, permíteme saldar mi deuda de esta forma.— el niño tenía un buen punto, en estos momentos se encontraba en deuda con él, y pese a que no buscaba que le debiera un favor, eso no lo sabían los jóvenes demonios.
—Ese es el pago que busco, si no me permites presenciar tu llamado juego, entonces no permitiré que Issei Hyoudou participe.— la amenaza fue potenciada por la aplicación más ligera de su chakra, que fue suficiente para enfriar algunos grados la habitación.
—...— el olor a sangre llegó a la nariz de Madara era ligero, proveniente de Rias Gremory, quizás por morderse el labio en señal de su frustración.— ¡Bien! No es que importe, estás ciego después de todo.— pensando que había ganado la discusión con esa declaración, la niña se levantó y dejó la habitación, siendo seguida por la mayoría de sus compañeros a excepción de dos.
Uno era Issei, su energía era inconfundible gracias a su casi semana de entrenamiento, pero la otra presencia era diferente, en lugar de tener la sensación de un demonio sobrepuesta a la de un humano, había otro tipo de energía que solo había sentido durante una pequeña cantidad de tiempo, pero seguía siendo repugnante pese a estar contenida. Era la presencia de un ángel caído debajo de la capa de un demonio reencarnado.
—Si gusta quedarse en la mansión mientras espera, puedo preparar una habitación.— era la voz de la niña que tenía una mejor cabeza sobre sus hombros de Rias Gremory, Akeno.
—Haz como desees.— no le importaba realmente dormir en una cama o sentado en el suelo, su cuerpo no requería descanso, alimentándose únicamente con la energía almacenada en su cuerpo.— Tienes algo que decir niño.— sintiendo que la adolescente dejaba la habitación, se dirigió a la otra persona que se había quedado atrás.
—Quiero agradecerte anticipadamente.— Madara levantó una ceja ante las palabras del castaño.— Gracias a tu entrenamiento, creo que tenemos una oportunidad real de derrotar a Rizer, no puedo expresar con palabras lo que mis amigos significan para mi, pasar por tu entrenamiento infernal solo me hizo darme cuenta que ese dolor no es nada comparado con el pensamiento de perderlos, a mi nueva familia.— sin que Issei pudiera notarlo, el Uchiha abrió ligeramente sus ojos y activo sus ojos, permitiendo que viera por un pequeño espacio entre sus párpados la imagen borrosa del castaño haciendo una reverencia, era un gesto inutil al pensar que estaba ciego, pero la intención era genuina.
—No defraudes la fé que hay en tus espaldas, sigue adelante pese a lo que los demás piensen de tus acciones, nunca te rindas.— con esas pequeñas palabras de motivación, Madara se dispuso a esperar sentado en ese mismo lugar hasta que el tiempo llegará para el llamado Rating Game entre Rias Gremory y Rizer Phenex.
El tiempo había llegado, la nobleza de Rias Gremory se encontraba en una sala aparte, la sede de algo llamado club del ocultismo, mientras tanto, Madara estaba sentado rodeado de otro grupo de demonios, la nobleza de Sona Sitri. Había colocado una ilusión sobre su rostro para poder observar el enfrentamiento sin problemas, engañando sin problemas a los adolescentes, en mayoría mujeres a excepción de un hombre.
También se encontraba una mujer llamada Grayfia, que si bien le daba miradas de vez en cuando, no dio señales de haber roto su ilusión, probablemente la vigilancia se debía a que era un desconocido con motivos nebulosos, al menos desde sus perspectivas. Aplaudía a los demonios por poner a la mujer de pelo plateado como guardaespaldas, su nivel de poder era bastante grande, en su nivel actual sería un baile entretenido.
—[No arruines las cosas con tu sed de batalla]— el árbol le advirtió, actuando como un sentido de la razón retorcido, actuaba como un niño que trataba de aparentar madurez pese a su verdadera naturaleza.
Sin dignar al Shinju con una respuesta, Madara centró su atención en la pantalla que transmitía las dos bases de operaciones de los equipos combatientes. Rias Gremory, una adolescente con un cuerpo demasiado desarrollado para su edad y cabello carmesí semejante al Uzumaki, y Rizer Phenex, un adulto joven con cabello rubio semejante al último Uzumaki que conoció.
Sus ojos se centraron específicamente en Issei Hyoudou, quien se acababa de dar cuenta que era su primer alumno, dejando de lado a Obito. Esperaba que le demostrará ese poder que consiguió luego de sobrevivir a su entrenamiento.
—{El Rating Game entre Rías Gremory y Rizer Phenex... Comienza.}—
Fin del capítulo.
