Capitulo 61
狂喜

-¿Q-Qué?-

-Lin, esperabas más de un bebé, puedo ver la cabeza. Necesito que vuelvas a pujar- respondió la matriarca mientras le entregaba a Xiao a la bebé, para que se encargara de limpiarla

-Y-Ya no tengo fuerzas-

-Esto será un poco más rápido, cariño, solo son unos pocos empujes-. Respirando profundamente, Lin volvió a pujar; vaya que el pasar de los años da conocimientos, pues lo que su madre dijo fue totalmente cierto. Solo bastaron un par de empujes para volver a escuchar ese agudo llanto –Es otra niña, mi amor-

-G-Gemelas…- susurró con una sonrisa, Xiao se encargó de limpiarlas y vestirlas. Con cuidado, les fueron depositadas en sus brazos. Se removieron un poco ante el movimiento, pero como si Lin fuera una especie de lavanda, ambas se calmaron. Poco a poco abrieron sus parpados, permitiéndoles ver por fin el color de sus ojos. La primera niña en nacer tenía sus ojos tan verdes como los arboles en primavera; la menor compartía el color de su abuela paterna, azules como los zafiros –Son tan hermosas-

-¿Ya has pensado en un nombre, cariño?-

Primero miró a la ojiazul –Esta pequeña se llamara Kumiko. Y ella…-. Ahora posó su vista en la pequeña ojiverde –Sera Suyin-

Más pronto de lo que creyó, su padre, suegros y hermanos llegaron a su casa para conocer a las nuevas integrantes de la familia. No permanecieron mucho tiempo ahí, pues sabían que Lin estaba agotada por todo ese esfuerzo. La joven madre se quedó profundamente dormida, Yong recostó a sus bebes en una cesta, antes de acompañarla en su sueño. Cuando la noche ya había caído, se despertaron con sus sollozos –Yo iré-

-No, cariño, yo voy. Me hará bien caminar- susurró con una sonrisa antes de levantarse de la cama, a paso lento se dirigió hacia la habitación de al lado. Apenas deslizo la puerta, su sonrisa se borró al ver a un completo desconocido frente a la cesta -¿Quién es usted? ¡Aléjese de…!-. Su cuerpo cayó inconsciente gracias al golpe recibido en su nuca por otro hombre

-¿Lin?-. Tras escuchar a su esposa y el fuerte golpe, se dirigió rápidamente hacia la habitación; la encontró en el piso y a sus niñas en los brazos de aquel sujeto. Pero antes de siquiera reaccionar, fue golpeado por la espalda, cayó al lado de su esposa. Lo último que logró ver fue a 2 hombres saliendo de su casa con sus hijas, a pesar de que usó sus fuerzas para mantenerse despierto, terminó cediendo a la oscuridad

Para Lin, no había una cantidad exacta del tiempo que permaneció inconsciente. Cuando volvió en sí, la joven sujetaba su frente, apenas logró ponerse de rodillas -¿Y-Yong…?-. Miró a su lado, encontrando a su esposo aun sin sentido; lo sacudió un par de veces hasta que por fin logró hacerlo despertar –Yong, ¿Q-Qué sucedió?-

-Solo recuerdo a un tipo, intenté detenerlo, pero me golpearon-

-… Las niñas-. Rápidamente, y con algunos pasos torpes, se dirigió hacia la cesta. Su corazón se detuvo, las mantas tejidas a mano por su madre estaban ahí, mas no sus hijas. Sintió que el suelo temblaba, cayendo de rodillas mientras las primeras lágrimas resbalaban por sus mejillas –S-Se las llevaron, Yong- susurró al sentir sus brazos rodearla, en un burdo intento de tranquilizarla

-Las vamos a encontrar, te lo prometo-

-¡Yong, Lin!-. Rong entró hasta la habitación, encontrando la desoladora escena –Logramos capturar a un hombre, el otro logró escapar-

Esas palabras provocó una especie de renovación en las energías de Lin; quién se levantó del suelo y, tomando su espada, se dirigió hasta la casa de sus padres. El hombre estaba de rodillas, con las manos amarradas en la espalda y algunos golpes en el rostro (Cortesía de Rong). El rostro de la joven no mostró ninguna expresión cuando lo jaló de su camisa para encararlo -¿Dónde están mis hijas?-

-No tengo la menor idea, preciosa-

-Tal vez unos dedos menos te refresquen la memoria-

-¿Qué puede hacerme una puta como tú?-

Shan Yu, Mulan, Rong, Yong. Cualquiera de ellos 4 habría estado gustoso de hacerlo pagar por su ofensa, pero Lin los sorprendió al tomar un hacha y dejarla caer sobre su mano; despojándolo de 3 dedos –Ahora… Me dirás en donde están, o lo siguiente que perderás será esa miseria que te "define" un hombre- susurró con una voz amenazadora mientras sujetaba el arma cerca de su cintura

-¡L-Las colinas del norte! E-Es un campamento que roba a los bebés para convertirlos en soldados-

Sonrió de lado al ver su reacción, limpió el hacha con un trapo –Tao… Que los caballos se encarguen de hacerlo pedazos, y queman sus restos-. Solo basto un asentimiento por parte del Huno para que sus ordenes fueran acatadas, no desistió ni mostró señal de duda ante las suplicas del sujeto –No me voy a quedar aquí, Yong, y lo sabes-

-Lo lamento, mi amor, pero no estás en condiciones de ir-

-Son mis hijas, Yong, no me quedaré tranquila hasta verlas a salvo-

-Te juro que las traeré de vuelta, mi amor- murmuró juntando su frente con la de su esposa, ella solo pudo soltar un sollozo, antes de abrazarlo –Regresaremos los 3-

En compañía de Shan Yu, y sus cuñados, Yong partió hacia el lugar indicado por el hombre; y sabiendo que su hija estaba devastada por la pérdida de sus gemelas, Mulan reunió todas sus fuerzas para cargarla en brazos, llevándola a su habitación. Las lágrimas no abandonaron su rostro, al mismo tiempo que aferraba la manta de sus bebés entre sus manos

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-¿Cuántos mocosos?- preguntó un hombre, apenas vio a su cómplice entrar a su tienda

-10, dos gemelas recién nacidas, son las nietas del líder-

-Esplendido. Esas niñas servirán como moneda de cambio, ¿Cuánto podrían valer las hijas de la futura líder de los Hunos?-. De pronto, se escuchó una explosión cerca de ellos; el jefe de todos ellos se aproximo a la tienda donde se encontraban los infantes, lloraban gracias al fuerte sonido, pero las gemelas tenían un volumen más alto y agudo. Cosa que lo desespero -¡Ya cállense!-

-¡Aléjate de mis hijas, infeliz!-