Disclaimer:
El siguiente capítulo que estas por leer, tiene contenido R18 (Contenido mayormente sexual). Espero haberlo hecho bien y de paso, espero que lo disfruten.
Si a ustedes, NO les gusta dicho contenido, pueden saltarse este capítulo sin problema y esperar hasta la siguiente actualización que será próximamente.
Atte: Vera
Capitulo 08. 🔞Antojo 🔞
Continuación.
Ambos de nuevo habían entrado en la habitación. Y antes de que Yuta diera un paso más y se volviera a acostar en la cama. Maki le tomo fuertemente de la mano, haciendo que este se detuviera.
—Yuta...— Le nombro tímidamente.
—¿Sí? ¿Qué pasa Maki?— pregunto este girándose para mirarla.
—Bueno...mmm... Como decirlo...— la peliverde se mordió levemente el labio inferior.
—¿Qué sucede amor? ¿Te sientes bien? — preguntó este aun tomando su mano mientras la miraba de frente.
—Digamos que me acaba de dar un especie de antojo por el embarazo...
—¡Oh si es así! ¿De qué tienes antojos? ¿Necesitas que vaya a comprarte algo de comer? —Preguntó Yuta.— Quizás pueda encontrar alguna tienda de conveniencia abierta a esta hora de la madrugada —
Maki volvió a morderse suavemente el labio. —No es un antojo de comida en realidad...
—¿Entonces? — su esposo pregunto confundido.
— Digamos que mi antojo es sobre "algo más íntimo" en realidad...— sus mejillas se tiñeron de carmín. —Estaba pensando en porque mejor no...— dio unos pasos hacia él, pasando sus manos a la cintura de este para así abrazarlo cariñosamente.
Pego su rostro al cuello de Yuta y soltó suavemente su respiración en aquella extensión de piel, subiendo hacia su oído muy lenta y seximente.
Maki se puso de puntillas y sus labios y la punta de su nariz rosaban la piel de Yuta. Una vez llego a su oído, le susurró seductoramente.
—Porque mejor no disfrutamos de lo que queda de esta noche aquí en la playa... haciendo "algo más" —Aquello sonaba tan sexy mientras dejaba algunos besos en el cuello de su marido y sus manos tocaban la piel descubierta de aquel abdomen y de su espalda una vez sus manos entraron en aquella camiseta blanca.
Yuta se estremeció ante aquellos besos y caricias. Aquello de verdad también a él le excitaba, sobre todo cuando Maki era así de atrevida.
Paso sus manos hacia la cintura de su esposa y busco con desespero sus labios mientras sentía como su sangre quemaba en deseo por todo su cuerpo.
Ambos se comían los labios a besos en aquel momento. Sus jadeos iban aumentando al igual que el calor en aquella habitación.
—¿Entonces tu antojo es "eso"?— pregunto Yuta una vez detuvo sus besos para recuperar el aliento, sin despegar su frente de la frente de su esposa. —¿Algo de sexo por la madrugada? ¿Eh?— una sonrisa apareció en sus labios.
El rostro de Maki se coloreo de un total rojo y hasta un leve puchero se le formo en la boca.
—Si... digamos que con todo esto del embarazo y las hormonas todas locas con sus subes y bajas, supongo que es completamente normal el tener "un antojo" de tener sexo con mi esposo — rascó levemente su mejilla, mientras su mirada se enfocaba en aquellos profundos ojos azules.
Su marido la acercó más a él, pegando delicadamente sus cuerpos mientras sus labios volvían a tocarse.
—Lo había dicho antes...— Yuta empezó a susurrarle entre besos — dije que cumpliría todos tus antojos...— recuperaba el aliento — y si este es uno de ellos ...— sus manos acariciaban la espalda de Maki, yendo de arriba hacia abajo, deseoso de tocar su piel bajo aquella ropa que desde hace rato ya quería quitarle.
Una sonrisa apareció en los labios de Maki, sus ojos se cerraron de placer una vez Yuta fue directamente hacia su cuello, dejando un camino de besos húmedos por toda aquella zona.
—Entonces, tus deseos... son órdenes — susurro Yuta a su oído, mientras una gran sonrisa aparecía en sus labios, los cuales seguían besando la piel en el cuello de Maki. Dejándole de paso algunas marcas que más tarde serian de tonalidades rojizas que tardarían días en desaparecer.
Los dedos de Yuta empezaron a recorrer la espalda de Maki hasta llegar a los tirantes que adornaban sus hombros.
Jugó levemente con ellos, hasta que los deslizo por completo por los hombros de su esposa hasta descubrirle los senos. Aquellos que tanto amaba besar.
Sus manos ayudaron a despojar por completo aquel vestido blanco que había adornado todo el día el cuerpo de Maki, deslizando hacia abajo aquella fina tela.
Los besos empezaron a ser más apasionados entre esos dos. Mordiéndose momentáneamente los labios en turnos que los dejaban sin aliento.
Yuta volvió a bajar hacia el hueco entre el cuello y el hombro de Maki para besar, morder y saborear aquella piel. Aquello la hacía temblar de placer mientras sus manos pasaban por la torneada espalda y hombros de su marido, por debajo de aquella camiseta blanca que después ayudó a quitar.
Ambos seguían de pie el uno frente al otro, unidos piel a piel lo más cerca posible.
Yuta en aquella posición, aprovechaba acariciando y apretando suavemente aquella firme y suave piel en el trasero de su esposa.
Los dedos de Maki trazaron lentamente la línea en medio de la espalda de Yuta, dejando suaves rasguños que arderían suavemente al poco tiempo, haciendo que este se estremeciera un poco ante tal suave dolor pero placentero.
Maki seguía llenando de besos el cuello de su marido, al igual que le recorría la barbilla con la punta de su fina nariz, llegando hasta sus rojos labios, los cuales empezó a besarle y morder le con deseo, al igual que sus manos hacían de las suyas en su cuerpo, haciendo que un jadeo ronco saliera de la garganta de este.
Respiraciones entre cortadas, sus jadeos de placer aumentaban, al igual que el sudor en la piel y la pasión desenfrenada era evidente en esos dos.
—En serio... esto se siente como aquella vez en Osaka...— murmuró Maki antes de hundirse en el cuello de Yuta para ahogar un gemido, provocado por el placer que le estaban provocando los dedos de este hechicero sobre sus pantaletas.
Aprovecho para besar y morder suavemente el torneado hombro de su marido, al igual que empezaba a sentir la erección de este asomarse entre sus pantalones e ir contra la piel de su abdomen.
—Supongo que el sexo de reconciliación y el de "antojo" son mejores en las madrugadas... también así paso en aquella ciudad ¿recuerdas? — Yuta le susurro al oído, antes de presionar entre sus labios el lóbulo de la oreja de Maki.
Ambos decidieron cambiar de posición, aprovechando que aún estaban de pie. Las manos de Yuta guiaron a Maki para que ella quedase recargada de espaldas a él, mientras se miraban en aquel gran espejo que tenían en la cómoda de la habitación.
Maki finamente se hizo el cabello hacia un lado, para dejar libre su cuello y hombros para los labios de su marido.
Yuta recorría aquel fino cuerpo con ambas manos en un movimiento lento pero placentero, tocando cada centímetro de ella y aumentando en presión en sus puntos más sensibles, como lo eran sus ya de por sí, sus delicados senos, los cuales estimulaba apretándolos suavemente entre sus manos y con sus dedos apretaba suavemente sus rosados pezones.
También empezó a pasar juguetonamente sus dedos por el monte de venus de su esposa, entrando en sus pantaletas, estimulando sus pliegues y presionando su clítoris con su dedo índice y después con el pulgar una vez introdujo uno y después dos dedos dentro de ella, provocando que la humedad y el deseo fuera mayor sobre toda aquella zona. Maki de verdad se sentía extasiada ante todo aquello que solo compartía con él.
Esa posición frente aquel espejo era placentero para ambos, podían admirar sus cuerpos semi desnudos y podían observar los gestos de tal placer recibido a través de su reflejo.
Intercambiaban miradas a través de aquel vidrio, las cuales estaban cargadas del deseo más puro que puede nacer entre amantes. Al igual que sus labios se tocaban de vez en cuando por arriba del hombro de Maki. Eso cuando los labios de Yuta no estaban tan ocupados recorriendo los hombros y nuca de esta, dejando suaves marcas rojas que más tarde arderían.
En aquella habitación podían escucharse los besos que eran depositados sobre la piel de Maki. Además de los jadeos que ambos soltaban al mismo tiempo que sus cuerpos temblaban de placer.
Aunque aquello no era suficiente para explicar y expresar el amor y la lujuria que sentían el uno por el otro.
Las manos de Yuta siguieron estimulando con tal lujuria la intimidad de su esposa, él sabía el ritmo al que su mano derecha debía ir para hacerla temblar de placer y deseándole pedir más de él.
—Maki...— Yuta susurro varias veces su nombre a su oído en un tono tan sexy y dulce a la vez, provocando en la peliverde que su excitación aumentará. Aquel movimiento de dedos, le provocaba un agradable hormigueo en su vientre y hacía que todo su ser temblará y su respiración se entrecortara.
Maki cerró los ojos de placer, sus piernas temblaban que hasta tuvo que poner sus manos sobre la cómoda para sujetarse, mientras su esposo continuaba besándole y mordiendo a deleite el hueco entre su cuello y hombro, mientras el movimiento de su mano fue más rápido entre aquellas delicadas piernas.
Yuta logró hacer que su esposa arqueara la espalda ante tal placer recibido. Provocando que esta moviera suavemente su cadera ante la fricción que los dos dedos de su esposo provocaban dentro de ella y que también estaba provocando la ya dura erección de Yuta contra el trasero de esta.
—Maki.. amo cuando eres así de atrevida... amo todo de ti...— jadeo una vez más Yuta en su oído.
—Yuta... te necesito... por favor, no resisto más — Gimió Maki con la voz toda temblorosa y sus manos desesperadas se aferraron a los brazos de su esposo, quien aún seguía moviendo sus dedos dentro de ella y aumentaba un poco el ritmo de sus arrimones contra el trasero de esta.
Maki elevo un poco su brazo derecho, para así poder acariciar la mejilla de su esposo —Yuta... hazme tuya... por favor, te deseo en mi...— Suplicó mientras sus piernas se cerraban por el placer desbordado, sintiendo como aquella zona intima estaba húmeda y lista para que él entrará en ella.
—Yo también te deseo... cómo no tienes idea— susurro su esposo una vez sacó su mano de las pantaletas de Maki.
Haciendo que esta soltara un gemido ahogado al sentir como los dedos de este abandonaban su cuerpo.
Su esposo obedeció aquella orden. Tomo a Maki entre sus brazos y la acostó delicadamente sobre la cama, cuál si fuera una joya demasiado valiosa.
Su erección ya dolía dentro de sus pantalones, así que antes de continuar, se despojó de aquellas prendas que ahora le estorbaban a él.
Yuta admiro a Maki así acostada, con la respiración entre cortada, el cabello todo alborotado, el rostro rojo mientras uno de sus antebrazos cubría sus ojos y su cuerpo estaba cubierto de sudor, así como sus pantaletas estaban hechas un húmedo desastre. El cual a él siempre le encantaba causar.
Subió lentamente en ella, posando en un inicio sus labios sobre el vientre de esta, llenándole de besos aquella zona donde Maki cargaba al bebé que ambos habían engendrado, aquella su querida semilla de soja.
Una sonrisa apareció en los labios de Maki al sentir todos aquellos dulces besos sobre su vientre, el cual en unas semanas quizás empezaría a verse abultado.
—Oye— pasos sus dedos en aquel espeso y abundante cabello negro de su esposo —Mis labios están aquí arriba...— comento Maki con una risita mientras sentía como Yuta subía aun besando su cuerpo.
Los labios y la lengua de Yuta se turnaron mientras empezaba a ir más arriba del ombligo de Maki. Subió recorriendo con sus labios la piel de aquel aún marcado abdomen hasta que se detuvo en medio de sus senos.
—Jeje Lo siento— beso en medio de los senos de su esposa —¡Solo estoy muy feliz por todo esto entre nosotros dos y sobre la idea de que seremos padres! ¡En serio, te amo!— dijo con tal exaltación mientras subía hasta los labios de Maki, apoyando sus brazos a los costados de esta.
—Baka...— comento su esposa con una sonrisa y con el rostro rojo por aquellas palabras —También te amo...— susurro ella antes de corresponder a aquel leve beso en sus labios.
Yuta volvió a bajar hasta los senos de Maki, con los cuales jugo un poco, pasando su lengua sobre ellos, apretando con sus labios aquellos botones rosas y dejándole algunas marcas que por suerte no serían visibles para los demás. Provocando una vez más el estremecer de su esposa y el que agarrara fuertemente las sábanas mientras él reclamaba como suyos aquellos senos.
En un delicado movimiento, el hechicero tomo el resorte de aquellos pantis blancos que seguían adornando las caderas de su esposa.
Aquella prenda íntima, estaba tejida en un bello pero sencillo encaje digno de una noche de bodas.
Yuta le agradecía mentalmente a Nitta, el haber elegido esa prenda para su sexi esposa. Y así con demasiado deseo, las deslizó por aquellas sensuales caderas, las cuales Maki levantó para él, mientras esa tela pasaba por sus piernas hasta salir de ellas y ser arrojadas al suelo con la demás ropa.
Aquella noche la sentían como un déjàvu con lo sucedido en la ciudad de Osaka, donde debido a un pequeño mal entendido entre ellos durante su misión y sumado tanto al haber llegado tarde a la reservación en un restaurante y que su habitación del hostal no fuera la mejor, todo aquel caos había acabado en algo de sexo de reconciliación durante aquella madrugada llena de pasión donde engendraron a esa pequeña semilla.
Yuta se abrió paso entre las piernas de Maki, no sin antes besar y morder con suavidad la parte interior de su muslo y también comprobando su humedad con sus labios y dedos.
Maki jadeo y se mordía los labios de total placer al sentir los labios de su esposo en su delicada piel.
El hechicero rozo su pene en la entrada de su esposa, estaba listo para continuar, no sin antes acercarse a besarle una vez más, aquellos labios que tanto amaba y por donde salía a suplicas su nombre.
Subió delicadamente sobre ella y sin recargarse tanto para no lastimarla, ni a ella ni a su bebé.
—Maki ¿Estas lista? ¿Quieres que continúe?— Yuta estaba recargando su peso en sus brazos y manos, los cuales estaban al costado del rostro de su esposa, tratando de no dejar caer todo su cuerpo sobre ella. —¿El bebé estará bien? ¿Tu estarás bien?— pregunto por seguridad.
Maki le tomo de sus mejillas, mientras seguía acostada bajo de él. Le sonrió dulcemente ante el tan considerado esposo que tenía.
—Yo sé que tu no serias capaz de lastimarme — le susurro acariciándole el rostro — además sabes que tengo un cuerpo muy resistente y de paso, este bebé aun es una semilla muy pequeña. Aún en estas primeras semanas puedes estar sobre mi... —
Paso con cariño sus manos sobre aquel cabello tan negro como el carbón, mientras lo acercaba a ella.
—Y además, deberíamos aprovechar este momento, antes de que mi barriga sea un enorme balón que nos separe a los dos físicamente. — Tomo el labio inferior de su esposo entre sus labios y lo jalo con suavidad, mientras sus brazos se sujetaban al cuello de su esposo — Y sino, podríamos hacerlo en otra posición... — volvió a morderle los labios.
Aquel hombre se estremeció con aquellas palabras, mientras aún tenía su polla muy cerca de la entrada de su esposa, tocando suavemente aquella humedad que también a él le excitaba sentir.
—Está bien— sonrió —Maki ¿Quieres qué utilice un Condón? Podría buscar uno en mi cartera — comento este dándole también unas suaves mordidas a sus labios.
La peliverde sonrió ante tal comentario —Ya no será necesario... ya no puedes dejarme doblemente embarazada— comento esta besándole con pasión mientras su cadera se movía de necesidad y su humedad rosaba la polla de su esposo.
Aquel comentario le dio un poco de gracia al hechicero, quien también ya movía su cadera por la necesidad de placer. Su pene estaba ya muy duro y con su pre semen chorreando levemente de su punta.
Un jadeo más salió de la garganta de Maki.
—Yuta... por favor... te necesito... —Seguía con sus brazos enredados en su cuello —... además tu prometiste que no dejarías de tratarme como tu mujer...— volvió a suplicar una vez sintió como su esposo, seguía estimulando su entrada con la punta de su virilidad. Pasando entre sus pliegues húmedos con demasiada facilidad.
—De acuerdo... pero si sientes que te lastimo o te sientes incomoda, solo avísame...— Yuta se estremeció ante tales besos y ante la humedad contra la que su miembro estaba presionando — también te necesito Maki ... te amo y te deseo como no tienes idea...— susurro con demasiada lujuria mientras retrocedía un poco y se reincorporaba levemente sobre sus rodillas.
Una vez más se acomodó entre las piernas de Maki, las cuales esta abrió un poco más para él, siendo la invitación perfecta.
Yuta tomó las caderas de su esposa, marcándole en aquella blanca piel el tacto de sus dedos y empezando lentamente a entrar en ella. Disfrutando el verla a la cara y el admirar como cerraba los ojos de placer y se mordía el labio ante aquella primera penetrada.
Yuta empezó con movimientos lentos, sujetando con ambas manos las caderas de su esposa y disfrutando de su húmedo y cálido interior.
Maki solo se estremecía, tomaba las sábanas, arqueaba la espalda, maldecía y jadeaba de placer ante tales movimientos mientras lo observaba así acostada con los ojos entrecerrados.
—Yuta... sigue así... por favor— jadeo por el vibrante placer. Como pudo y así temblorosa, tomó la mano de su esposo por un momento. Despegando levemente la mano derecha de Yuta de su cadera, para esta guiarla por su cuerpo, mostrándole las zonas que querían ser tocadas con desespero.
La mano izquierda de Yuta, seguía pegada a la sexi cadera de su esposa, marcando con fuerza sus dedos sobre aquella blanca piel, mientras su mano derecha se quedó sujetándola de la cintura.
—Yuta...— Maki gimió aquel nombre de manera muy provocadora y hasta un tanto dulce, sus ojos se cerraban de placer mientras sujetaba con más fuerza las sábanas con su mano izquierda mientras su mano derecha estaba sobre su cabeza, sujetando la almohada.
—Como me encanta que digas mi nombre mientras te hago mía...— comento Yuta ante tal deliciosa imagen solo para él, observando como esta movía su cuerpo a su ritmo, observando como sus caderas chocaban mientras su miembro seguía deslizándose fácilmente dentro de ella y sus senos se movían de arriba a abajo entre cada penetrada.
Aquel pelinegro no lo soporto más, así que decidió acercarse a los labios de su esposa. Estaba deseoso por besarlos y ahogar aquellos gemidos que suplicaban su nombre.
Con cuidado se acomodó arriba de su esposa sin salir de ella.
Subio de tal modo, que no dejo caer todo su peso sobre el abdomen de su mujer, logrando aquello gracias a todos los años de entrenamiento físico que tuvo.
Yuta se siguió apoyando en sus rodillas, mientras su esposa levantó sus caderas mientras sus piernas se enredaron en la cadera de su esposo. Este se recargo sobre sus codos a los costados de la cabeza de Maki. Para así seguirla mirándola de frente y para estar muy cerca de sus labios. También para seguir teniendo contacto con su piel.
A ambos les gustaba mirarse a los ojos mientras el hechicero la penetraba a cierto ritmo que a ambos les hacía disfrutar. Lento al principio para después ir sucumbiendo al ritmo de la lujuria. Al igual con los besos. Les encantaba besarse y después ir aumentando en la pasión de estos.
Las lenguas de ambos exploraron aquellas bocas. Las mordidas en los labios y los besos húmedos en el cuello, hacían que Maki arqueara más la espalda entre cada penetrada.
Yuta también estaba disfrutando aquel encuentro, sobre todo cuando Maki enredo con más fuerza sus piernas alrededor de sus caderas, en señal de que su orgasmo estaba muy cerca.
Seguían mirándose con pasión, mientras las uñas de Maki dejaron suaves rasguños en la espalda de Yuta. Los cuales cerrarían rápido gracias a su técnica de maldición inversa.
—¡Maki! — Gimió Yuta, ocultando su rostro en el hueco entre el hombro de su esposa. Tenía la cara demasiado roja por la excitación de escucharla.
Las caderas de Maki se contrajeron, su orgasmo la invadió cual si fueran olas. Su espalda se arqueo un poco ante tal deliciosa sensación y sus ojos se cerraron ante tal placer recibido, mientras sus manos seguían en la espalda de su esposo, enredando con necesidad sus brazos en el cuerpo de este. Al igual que un fuerte gemido de placer retumbó en su garganta.
Su esposo también disfruto de aquella humedad y cálida corrida que envolvió su miembro dentro de ella.
El orgasmo de Yuta tampoco se hizo esperar, continúo moviéndose un poco más y dejo salir todo aquel cálido semen dentro de ella. Jadeante mientras seguía con su rostro y respiración chocando contra la piel en el cuello de esta, para después subir hasta sus labios, los cuales beso varias veces.
A ambos esposos les tomo un minuto recuperar el aliento. Sentían como sus cuerpos se relajaban y el sudor les recorría toda la piel.
Una vez Yuta dejo el cuello de Maki, este abrió sus ojos. Se recargo en sus manos y brazos para levantarse un poco para observar a su esposa y para pegar su frente a la frente de ella.
—Te amo, este fue un buen fin de semana— susurro Maki. Mientras abría sus ojos y sus manos acariciaban el cabello alborotado de su esposo, aunque también su cabello verde también estaba hecho todo un desastre sobre la almohada.
—Y yo te amo a ti y sí que lo fue — Respondió Yuta, sin despegar su frente de la de su esposa.
Una sonrisa de complicidad apareció en sus rostros. Yuta bajo con cuidado de Maki una vez esta soltó sus piernas de sus caderas. Se dejo caer a un lado de la cama, dejando salir un gran suspiro de felicidad y placer.
—Supongo que tu antojo ya fue complacido ¿No es así? ¿Te sientes bien? ¿No te lastime?— pregunto Yuta mirando a su esposa de lado.
Maki rio levemente, se acercó a sus labios mientras su dedo índice recorrió la mejilla de Yuta hasta la barbilla —Estoy muy bien diría yo. Y hasta Podría decirse que sí, mi antojo ya fue complacido... aunque mañana vamos a tener que ocultar muy bien las marcas que nos dejamos — ya sentía su piel arder ante los besos y chupetes que Yuta le había dejado en el cuerpo, sobre todo en el cuello y hombros.
La peliverde acomodo su cabeza sobre el brazo y el pecho de su esposo. Quien soltó una pequeña risa ante tal comentario.
El hechicero pego sus labios a la frente de su esposa.
—Perdón por las marcas, puedo ayudar con eso de que casi no se vean para mañana— su mano derecha fue hacia esas marcas que con su técnica inversa empezó a curar lo más que podía, ya que había algunos chupetes que tardarían más días en desaparecer.
Maki solo sonrió por aquel beso y esas palabras, mientras sentía en su piel aquella cosquilleante técnica.
— Bueno... —mordió suavemente el labio de Maki — Quizás podríamos justificar todas estas marcas con decir que esta fue nuestra segunda luna de miel... o quizás...— Yuta dejo en suspenso aquellas palabras, mientras su mano derecha daba vueltas sobre la espalda de Maki.
— ¿Oh quizás que?— pregunto ella mirándolo con curiosidad.
—Oh quizás podríamos decir que ya andamos "buscando" a nuestro bebé — La mano de Yuta le rodeo su aun diminuta cintura y esta se posó sobre su vientre, el cual acarició tiernamente.
—¡Baka! ¡Eso suena muy vergonzoso!— soltó Maki con la cara toda roja por aquella propuesta. Así que le dio un leve golpe en la frente, haciendo un movimiento con sus dedos pulgar e índice.
Yuta rio un poco por aquello, mientras sobaba su frente con su mano libre.
—Pero esa excusa nos ayudaría a ganar algo de tiempo para ocultar por unas semanas más tu embarazo... ¿No lo crees? Lo digo porque ese es parte de nuestro trato ¿No es así? No hablar con los demás sobre que estamos esperando un bebé, así que pensé que quizás eso nos daría algo de tiempo y sería una buena coartada — respondió mirando a su esposa mientras le acariciaba la espalda.
Maki hizo un leve puchero. —Si, eso es parte del trato. Pero suena más creíble lo de la luna de miel... — suspiro —supongo que más tarde ya veremos con que excusa empezaremos a ocultar esto del embarazo...— tomo las sábanas para cubrir sus cuerpos desnudos.
Acomodando su cabeza sobre el pecho de su esposo, quien la rodeo de nuevo entre sus brazos.
Yuta afirmó con la cabeza, mientras también se cobijaba. —Aunque a mí no me molestaría ya decirles a todos que estamos esperando un bebé — le dijo al oído.
Su esposa solo hizo un puchero antes de soltar el aire en un suspiro pesado.
—Ya más tarde veremos que excusa diremos... por el momento, descansemos, el bebé y yo ya tenemos algo de... — Maki empezó a bostezar — sueño... y más que en unas horas regresaremos a Tokio...— empezó a cerrar los ojos.
Yuta solo contesto con un "está bien" en voz muy baja, mientras veía a su esposa quedarse dormida a su lado.
Pero él no recuperaría el sueño aquella noche ni durante las siguientes semanas, ya que tenía que estar cuidando a Maki tanto de sus misiones como de ella misma. Al igual que tenía que cumplir con todas sus misiones como hechicero de categoría especial.
En este punto, mientras la admiraba dormir.
Yuta se estaba cuestionando demasiado si él de verdad podría con todo esto de la paternidad... ¿Realmente él estaba listo para ser padre? ¿También él no se arrepentiría? ¿Acaso sus padres y hermana los apoyarían?
El pobre tampoco dejaba de pensar en todo lo que le depararía el destino para él, Maki y ese bebé que venía en camino.
Pero sobre todo, la pregunta principal que le rodeaba era: ¿Cuándo se supone que un hombre empieza a ser padre?
Quizás esa respuesta se la daría Gojo Sensei y Takeru en una noche de insomnio...
🌊 Continuará...
Espero que les haya gustado el capitulo y espero no quieran matarme jaja, simplemente desde que tenia la idea original en mi cabeza, quería agregar algo candente entre estos dos.
Quizás algunos se lo pregunten ¿El sexo puede ser peligroso para las embarazadas en sus primeros meses de gestación? Y la respuesta es, mayormente NO debería ser peligroso.
Solo aquellas mujeres que tengan amenaza de aborto u algún otro padecimiento o complicación médica, se les pide que no lo practiquen, aunque incluso hay muchas mujeres que siguen teniendo relaciones hasta el término del embarazo (obvio cuando va avanzando la gestación, lo practican en diferentes posiciones) e incluso hay mujeres que siguen practicando ejercicio durante todo el embarazo, ya ahí depende de la mujer y de las recomendaciones de sus médicos.
Así que para hacer este capítulo, me puse a investigar sobre el tema del sexo en el embarazo e incluso le pregunte a mi ginecólogo y al parecer, esto No afecta a algunas mujeres ya que a algunas pueden tener un aumento en el libido. Cosa que es normal.
Bueno, como dije, espero les haya gustado y gracias por haber llegado hasta aquí.
En el siguiente capitulo ya tendremos la presencia de nuestro querido Gojo Satoru ❤
