Notas:

¡Feliz solsticio de verano acá en el hemisferio norte y feliz solsticio de invierno a los del sur! ❄️

Siento que a veces este fic coincide con algunas estaciones y fechas jeje ️

¡En fin, ahora que entro el verano les traigo nuevo capítulo! Espero que les guste y más que es hora de que mamá Utahime hable con Maki ️

También para comentar que este capitulo tocara muy levemente el tema de la pérdida de un hijo y sobre los bebés arcoíris. Una disculpa si este tema puede poner sensible a algunas personas.

Si ustedes no saben que es el termino "bebé arcoíris" no se preocupen, en el transcurso del capitulo lo sabrán o hasta el final del mismo.

No los entretengo más con esta introducción, espero disfruten el capítulo y feliz inicio del verano o del invierno dependiendo de su país ️


10. Lluvia y Arcoíris

🌊 Verano 🌊

"La ropa holgada en verano, además de ayudar a sentirse más fresco, también ayuda a ocultar un embarazo por un tiempo."

13 semanas de embarazo

24 de Junio.

—¡Tía Maki! ¿También tú vas a tener un bebé?— soltó Takeru de manera sorpresiva.

Aquella pregunta fue tan espontánea e inocente que tomó totalmente desprevenida a aquella mujer.

—¡¿Eh?! ¡¿Qué dijiste?!— Maki se congeló ante tales palabras. Sus ojos se agrandaron por la sorpresa e incluso algunas gotas de un frio sudor bajaron por su frente.

Aquella peliverde venía escondiendo su embarazo muy cuidadosamente de todos los demás.

Hacía el mayor esfuerzo en esconder su aún pequeño vientre, el cual ya empezaba a verse más abultado bajo aquellas ropas holgadas y sus síntomas trataba de llevarlos con la mayor discreción posible, atribuyendo todos sus malestares y al cambio en su vestimenta a la reciente entrada del verano unos días atrás.

Incluso empezó a evitar salir de compras con Nobara, porque aún no sabía cómo decirle a su mejor amiga sobre su embarazo.

De esta manera, ella había ocultado su embarazo por casi un mes y medio y solo su esposo y Megumi sabían de su condición.

O eso creía ella hasta ese día.

Maki sabía que tarde o temprano lo acordado con Yuta en la ciudad de Atami sobre sus misiones y el embarazo, vencerían muy pronto y ella tendría que decir la verdad a todos los demás.

Pero en aquel instante, parecía que aquel niño de ojos tan dorados como el ámbar y de cabellos tan blancos como la nieve, tenía un sentido muy agudo para detectar las cosas que otros no notaban o ignoraban al instante.

—¡Dije! ¡¿Qué si tienes un bebé en tu barriga?!—Levantó la voz porque un trueno había retumbado en el cielo — ¡Así como mi mamá!— Takeru se tocó el estómago e hizo círculos en el cómo referencia a lo que decía.

Maki trago saliva con demasiada dificultad.
—¿P-por qué dices eso?— pregunto tratando de ocultar el nerviosismo en su voz.

Estaba acorralada y por desgracia no podía salir de la academia en aquel momento ya que afuera, el cielo se estaba cayendo a cántaros por la tormenta que se había desatado.

—¡Porqué te vez igual de gordita que mi mamá! ¡Además, te da mucho sueño en las tardes como a mi mamá! ¡Y tienes mucha hambre y comes mucho como mi mamá! ¡Y también vomitas mucho como mi mamá! ¡Y usas ropa floja como mi mamá!— Takeru sonrió mientras movía animadamente sus brazos al decir todo aquello en voz alta.

Megumi ya se lo había advertido en varias ocasiones, Takeru no era un niño común y muchas veces daba demasiados problemas. Como en ese momento.

—¡Tsk! ¡Demonios!— Maki soltó aquel quejido para después contestar tratando de no perder los estribos con el hijo de Satoru.

Así que decidió mentir.

—¡Si me da mucho sueño durante la tarde, es porqué el maldito calor del verano no me deja dormir en la noche! ¡Y durante el día, pelear contra maldiciones me provoca mucha hambre!—Mintió mientras sus manos iban a sus caderas
— ¡Por eso como y duermo mucho! — apunto al niño con su dedo índice — ¡Takeru, es de muy mala educación decirle gorda a las mujeres!— regaño un poco, pero ese niño solo rio traviesamente, ya que no le estaba prestando atención.

La pobre peliverde se maldijo un poco internamente ante la actitud de ese niño y se regañó a sí misma por su propio descuido, quizás no estaba siendo tan precavida como pensaba.

Sospechaba que debía tener especial cuidado con ese niño que siempre estaba en todos lados de la academia debido a que sus padres se la pasaban más tiempo en aquel lugar que en sus propias casas.

Aquel niño siempre se la pasaba escuchando conversaciones ajenas o jugando con los peluches de Yaga en el lugar menos esperado o en su caso, tratando de que cualquiera le prestará atención o simplemente le gustaba molestar a cualquiera con quién se topará.

Sobre todo parecía haber heredado el carácter insoportable de Satoru.

—¡Tsk, en serio te pareces al idiota de tu padre!— regaño Maki.

—Todos dicen eso, hasta Megumi chan me lo dice seguido — Takeru solo le saco la lengua antes de volver a reír al ver las caras que su tía hacía.

Una memoria cruzó por su mente en aquel momento, recordó las palabras que Megumi le había dicho en Atami, sobre que después, ella estaría desesperada por ocultar su vientre. Y para su mala suerte, se estaban cumpliendo aquellas palabras.

—¡Tsk! ¡Odio cuando Megumi tiene razón! ¡Idiota! ¡maldito engreído!— susurro con molestia.

También lo que la estaba poniendo de mal humor, además de la combinación de las hormonas, el recuerdo de Megumi y que la lluvia no se detenía, era la actitud de aquel pequeño que seguía con una sonrisa burlona sin dejar de mirarle el vientre con curiosidad.

—¡No me voy a enojar, No me voy a enojar, no me voy a enojar!— Maki rechino los dientes y soltó aquel mantra que había hecho suyo semanas atrás.

Suspiro un poco mientras su mano derecha fue directamente al puente de su nariz, solo esperaba que su pequeña semilla de Soja no fuera así de insoportable como este niño.

Pedía al cielo que mínimo, aquel bebé que cargaba en su vientre saliera con un carácter similar al de ella. Quizás eso equilibraría las cosas con aquella familia de locos.

Pero bien dicen que los niños pequeños parecen tener un sexto sentido o una habilidad difícil de explicar sobre cómo ven la verdad a través de sus ojos y él siendo el hijo de hechiceros, parecía que podía llegar a la verdad de forma interesante.

Lo siguiente asustaría un poco a Maki y más viniendo de un pariente maldito de su esposo.

Takeru se abrazó a ella, poniendo su oreja en el vientre de su tía. Aquello fue tan repentino que Maki no tuvo tiempo de reaccionar.

—Y también yo lo decía porqué siento como si alguien estuviera dentro tuyo Tía Maki— dijo Takeru en un leve puchero mientras su cabeza seguía apoyada en aquel pequeño vientre. —¡Pensé que tenías un bebe en tu barriga y por eso es que estabas gordita! ¡Me gustaría tener un primo con quien jugar!— tenía una tierna sonrisa en sus labios.

Maki se congelo por completo, mientras afuera la lluvia tomaba intensidad.

Quizás aquel niño no había heredado los seis ojos de su clan, pero quizás si había heredado la intuición de ambos padres.

¿Tan poderosa era la sangre Gojo para ver a través de las mentiras piadosas?

Maki trago saliva una vez más con dificultad, puso sus manos en las mejillas de aquel niño y tiró de ellas juguetonamente.

—¡Ahí dentro solo hay mucha comida y caca!— mintió mientras jalaba las mejillas de ese niño.

—¡Auch, duele!— le rodaron algunas lágrimas una vez su tía le soltó las mejillas— ¿Segura que no hay un bebé aquí dentro?— aquel niño entrecerró los ojos mientras mantenía el puchero, aun abrazándola.

Maki jalo una vez más las mejillas de su sobrino.
—¡Muy segura! ¡Esta barriga es de comida!— dijo con una sonrisa mientras acariciaba su pequeño vientre.

—¡Auch! ¡Eso dolió!— Takeru sobo sus rojas mejillas y le saco la lengua a su tía. —¡Eres mala y gorda!—

—¡Eso te lo merecías por travieso y grosero!— Maki también le regreso el gesto de sacarle la lengua ya muy enojada.

—¡Oh ahí estás!— sonó la voz de otra mujer por aquel pasillo donde se encontraban esos dos.

Aquel inquietó niño hubiera seguido haciendo miles y miles de preguntas para descubrir la verdad, de no ser que por suerte, su madre había aparecido.

Aquel pequeño se soltó de su tía y corrió a abrazar a su madre.

—¡Mami!— grito alegremente antes de poner su oreja en el gran vientre que tenía su madre debido a su avanzado embarazo.

—¡Takeru! ¿De nuevo estás molestando a la gente? — pregunto Utahime poniendo su mano izquierda en su espalda. —¡Te he dicho mil veces que no molestes a los adultos!— su mano derecha acaricio su enorme vientre de ya siete meses.

Maki miro en silencio aquella escena de madre e hijo, pero sobre todo no podía dejar de ver el enorme vientre de Utahime. Aquel que también estaba albergando la vida de un descendiente de un venerado clan, así como el de ella.

—¿Acaso muy pronto me veré así de enorme? ¿Realmente quiero renunciar a ser una hechicera por ser madre, así como lo hizo Utahime sensei?— se preguntaba internamente llevando sus manos sobre su vientre.

Aunque en ese momento lo mejor que pudo hacer era disimular, aflojando más su camiseta.

—¡Oh Maki! Pensé que ya te habías ido a casa— dio unos pasos hacia ella— ¿Te sientes bien? Te vez algo pálida. — Utahime pregunto aquello, porque sentía como ella evitaba mirarla a los ojos.

—La lluvia me detuvo de ir a casa y — vaciló levemente —Estoy bien, solo me siento algo cansada por el calor, el que apenas iniciara el verano me trae loca por las noches ya que no me deja dormir bien...— comento tratando de escucharse normal y tranquila.

Utahime suspiro —¡Ni que lo digas!— soltó con fastidio — El calor y el embarazo son dos cosas insoportables en esta época, sobre todo cuando tienes a un hijo muy travieso de seis años que se mete entre las sábanas y tampoco te deja dormir —

Takeru solo sonrió por aquel comentario de su madre, pero ese niño inquieto no se iba a quedar parado en ese lugar.

—Pero qué bueno que aún no te has ido, hay algo que quiero que le comentes a tu esposo— seguía hablando aquella mujer de cabellos azabaches.

Mientras su madre hablaba con Maki, Takeru se escabullo para seguir jugando por aquel pasillo mientras la lluvia seguía cayendo con intensidad.

—Imagino...— comento Maki mirando a su superior —Y ¿Qué quiere que le diga a Yuta?— pregunto con curiosidad.

—Es sobre sus siguientes misiones, como sabes, con la llegada del verano, el trabajo empieza a aumentar debido a los residuos que quedan de la depresión de Mayo y eso significa un aumento considerable en el número de maldiciones por todo el país y como Yuta y tu pidieron misiones juntos... — explicó Utahime mientras sus manos iban a su vientre.

La atención de Maki se había desviado a la mitad de toda esa explicación debido a los movimientos que Utahime hacía con su mano sobre su muy abultado vientre y esa distracción lo había notado aquella mujer de cabellos negros.

—Creo que mis ojos están acá arriba Maki san, ¿Acaso escuchaste todo lo que dije?— pregunto Utahime un tanto molesta.

—¡Perdón!— Maki regreso su vista al rostro de la maestra— Si la escuche y muchas gracias por la información y por tratar de asignarnos misiones juntos – fingió una sonrisa mientras cubría su estómago con sus brazos.

—No sé qué clase de terapia de pareja es esto de solo ir a misiones juntos y más cuando estamos abarrotados de trabajo, pero supongo que debe ser algo moderno.— comento la azabache.

Utahime sentía que Maki ocultaba algo y lo notaba por su comportamiento.

Parecía estar un tanto incómoda con algo, además que noto como esta mujer de cabellos verdes ocultaba demasiado su estómago con sus brazos sobre sí misma y podía notar algo diferente en su rostro y en sus ojos.

—¿Maki segura que estás bien? Te notas algo... incomoda— comento la maestra mirándo con curiosidad el estómago de Maki.

La peliverde trago saliva, de verdad se sentía incómoda y hasta sentía ganas de vomitar, parecía que cuando se ponía muy nerviosa los ascos aumentaban.

De verdad, esa madre primeriza tenía miedo de que su embarazo ya hubiera sido notado por aquella mujer que parecía mirar a través de ella.

—Perdón si la preocupe, es solo que me duele un poco el estómago y traigo algo de nauseas. Quizás comí algo que me hizo daño— mintió tratando de verse tan serena como de costumbre, quitando sus manos de su estómago y pidiendo al cielo que su ropa no dejara ver aquel pequeño bulto mientras que con sus manos se echaba aire al rostro.

—¡Deberías ir con Shoko si te sientes mal!— sugirió arrugando un poco la nariz —¡Agh! ¡Ni me lo digas, este bebé aún me sigue provocando muchas nauseas que se intensifican demasiado con este calor!— Utahime paso de una cara de tranquilidad a una de fastidio, que reflejaba su cansancio

— ¡Ademas se mueve demasiado y patea muy fuerte, supongo que este bebé será igual de inquieto que el idiota de su padre! ¡hablando de Satoru! Me pregunto ¿Dónde estará este idiota? ¡Ya se tardó demasiado! Quizás la lluvia le alcanzo en su misión — gruño mientras sobaba su vientre en pequeños círculos.

Maki sentía empatía hacia Utahime con eso de las náuseas.

Pero aún no se podía imaginar el cómo seria el sentir a su pequeña semilla de Soja moverse dentro de ella como lo describía esa mujer.

—¿De verdad se mueven demasiado?— pregunto la peliverde con curiosidad al notar como se veía el vientre de esa hechicera.

—¿Uh?— esa pregunta sorprendió a Utahime.

—Hablo de los bebés ... ¿De verdad se mueven demasiado dentro de uno?— volvió a preguntar apuntando al estómago de su superior.

—¿Qué si se mueven demasiado? ¡Puff! — Utahime soltó el aire en un leve puchero —Algunos bebés se mueven demasiado y otros solo...— su cara reflejo tristeza al decir aquello — Y otros solo se mueven "lo necesario" y este bebé que viene en camino es uno de esos que se mueven como si estuvieran dentro de un estadio jugando un partido de fútbol — suspiró levemente.

Aquel suspiro más de ser de fastidio parecía ser más uno de anhelo.
— Pero me alegra que este bebé siga moviéndose aún después de haber superado las "semanas seguras" y me alegra saber que viene sano y con un corazón muy fuerte — unas leves lágrimas se le formaron en la comisura de los ojos ante un doloroso recuerdo.

En su mirada color ámbar, se le podía ver la ilusión de sentir que ese pequeño estuviera mandando señales de vida.

Y todo eso lo noto Maki porque ahora ella empatizaba con su sentir como madre y con su anhelo de que su bebé estuviera sano y fuerte aún dentro de ella.

Su mano se movió casi en un impulso, quería tocar aquel enorme vientre.

—¿Puedo ...— Maki fue interrumpida por Takeru.

—¡Mami tengo hambre!— aquel niño jalo la mano de su madre mientras daba leves brincos a un lado de ella.

Utahime suspiro, sabía que si su hijo no comía algo pronto, se volvería más inquietó e insoportable.

—¡Puff! —Rodo los ojos —Está bien, vamos a robarle el almuerzo a tu padre— suspiró y se giró hacia la peliverde — ¿Gustas acompañarnos Maki san? Se me antoja tomar un té y más con esta lluvia que está cayendo como si se fuera a acabar el mundo. Supongo que solo es una señal de que muy pronto llegarán los tifones—

—Gracias, pero... yo ya tengo que irme — Respondió la peliverde algo nerviosa. La sola idea de quedarse con Utahime la ponía muy nerviosa.

—¿Te iras a casa con toda esta tormenta? — cuestiono Utahime levantando una ceja. —Si sales con este clima, ten por seguro que pescaras un terrible resfriado y lo que menos queremos en este momento es hechiceros enfermos—

Maki apretó los labios, aunque quisiera huir de ahí, no podía debido a la lluvia que caía con demasiada fuerza, así que no tuvo de otra que quedarse a comer algo junto a esa mujer y su hijo.


Ambas mujeres estaban en uno de los espacios que tenía aquel lugar para que el personal descansará o tuviera su momento de oseo en aquellas salas con sus sofás, mesitas de té y TV incluidas.

Maki y Utahime estaban sentadas en el mismo sillón tomando un té y comiendo algunos bocadillos que le habían robado a Gojo.

Takeru estaba comiendo unos onigiris, mientras estaba sentado en el suelo y jugaba con algunos peluches y juguetes que tenía en aquella sala.

—¡MMM! ¡Esto esta delicioso!— Utahime saboreaba aquel pastelillo de frijol y lo disfrutaba como nunca.

—Con este bebé mis antojos por los daroyakis han aumentado demasiado, de verdad antes los odiaba, pero ahora me fascinan— decía antes de darle otra mordida a aquel pastelillo de frijoles.

Maki arrugó la nariz levemente, realmente el olor de ese pastelillo le daba asco.

Trato de ser disimulada, apretó un momento los labios, contuvo la respiración hasta el momento en que Utahime acabo con aquel dulce, para ahora tomar un onigiri.

La peliverde sentía un tanto ilógico que aquel postre que antes le gustaba, ahora le diera demasiado asco por su embarazo. Pero de Verdad, aquel era un postre que desde que supo qué estaba embarazada no lo soportaba, así como otros alimentos.

Aquella incomodidad la noto Utahime, ya que Maki hizo un gesto de desagrado muy particular.

—¿Segura que estas bien? Pareciera que quieres vomitar — pregunto al ver como esta llevaba su mano a la boca de su estómago.

Maki bebió todo su te de golpe.
—Lo estoy, es solo que como dije, traigo algunos ascos, quizás con este té se me quite el dolor de estómago y las ganas de vomitar— respondió dejando su taza de madera sobre la mesita y tomando un respiro profundo.

—¡Comprendo! ¿Sabes?— Utahime suspiro un poco y tomo un dango —A diferencia de mi primer embarazo, con este bebé los ascos sí que me han estado persiguiendo todo el embarazo y solo se me calman cuando como algo dulce, prueba uno de estos, quizás esto te ayude un poco —

Un suspiro de anhelo salió del pecho de la peli verde, sentía la necesidad de decirle a Utahime toda la verdad. Quería sacar todo lo que le aquejaba y sentía respecto a su embarazo. Así como tenía la enorme necesidad de preguntar sus dudas sobre todo ese nuevo mundo para ella.

—¿Acaso los ascos pueden durar todo el embarazo?— Maki pregunto por impulso, mientras tomaba un dango también, ya que se le había antojado aquel dulce.

Utahime sintió algo de curiosidad por las expresiones y por esa extraña pregunta viniendo de esa chica.

Pero pensó que aquello solo podría ser un simple tema de conversación de una tarde lluviosa y así que decidió responder.

—Bueno, cada embarazo y cada mujer es diferente, así que si, con mi primer embarazo los ascos y las náuseas se fueron una vez llegue al sexto mes, pero con este bebé, parece que esas molestias me seguirán hasta que nazca. Incluso con decirte que en mis primeros meses todo, absolutamente todo, incluida el agua me daba asco y todo terminaba vomitando — contesto amablemente.

Maki estaba sorprendida por esa respuesta.

Miró levemente a su estómago mientras sus manos descansaban sobre sus rodillas. No podía imaginarse el soportar esos síntomas durante seis meses más.

—¿Acaso los ascos a mí me durarán todo el embarazo o se irán en algún mes? — se preguntó mentalmente mientras seguía mirando su pequeña barriga.

Utahime siguió bebiendo de su té y siguió disfrutando de aquel almuerzo que le había robado a Gojo debido a que se lo estaban guardando para cuando regresara de su misión. Realmente no se arrepentía de eso.

—Maestra... —Maki quería aprovechar que estaba sola con esa mujer para preguntarle más cosas sobre los embarazos.

Al no tener a otra mujer en su vida a quien pudiera considerar su guía en eso de la maternidad, de verdad, Maki quería aprovechar esa oportunidad y más que se seguía sintiéndose sola y perdida con todo eso.

—¿Si?— pregunto Utahime antes de darle otra mordida a su segundo onigiri.

—¿Qué se siente tener un bebé dentro de usted? ¿Cómo se siente con esto de su embarazo? ¿Es difícil ser madre? ¿Usted es feliz con esto de la maternidad?— pregunto mirándola a los ojos.

Aquellas preguntas sorprendieron demasiado a Utahime, que hasta sus ojos se abrieron demasiado y más al escuchar esas cuestiones viniendo de esa chica.

Aquellas preguntas quizás las esperaba de Tsumiki o incluso de Nobara o hasta de Miwa y Momo, pero nunca espero escuchar esas preguntas venir de la chica más ruda que conocía.

—Bueno yo...— trago saliva mientras encontraba las palabras correctas para responder a todo eso — Como sabes Maki san, este es mi tercer bebé y yo realmente tengo algunos sentimientos encontrados respecto a cómo me siento con esto— respondió mirando hacia el suelo y sobando su vientre.— Por una parte tengo demasiada alegría y por otra es demasiado miedo de que vuelva a pasar algo malo como en mi segundo embarazo...—

Rápidamente Maki se sintió muy mal por haberle hecho esas preguntas y más al recordar que Utahime sensei había perdido un bebé hacia tres años atrás.

Aquella muerte fetal ocurrió por causas desconocidas a los casi seis meses de gestación, cuando simplemente el corazón de ese bebé dejó de latir.

Fue una pérdida tan dolorosa y tan fuerte que había llevado a que tanto ella como Gojo firmaran el divorcio.

—¡Yo, lo siento por preguntar!— se disculpó rápidamente al ver el semblante de aquella mujer cambiar a uno de completa melancolía —Me ganó la curiosidad, no es necesario que me responda — Se puso de pie rápidamente e hizo una reverencia como señal de disculpa.

Utahime suspiro, sus hombros se relajaron un poco y sonrió muy levemente al ver a Maki hacer aquello. Algo dentro de ella sabía que no era mala la intención de esa chica al preguntar todo eso. Su intuición le decía que "había algo más" detrás de todas esas preguntas.

—Tranquila, también es parte del proceso de duelo el hablar del cómo me siento — tenía una sonrisa serena y le dio una señal para que Maki se volviera a sentar a su lado, dando leves palmadas en su lado del sofá —Al contrario, Gracias por preguntar sobre el cómo me siento con todo esto... pocos se atreven a preguntarme si soy feliz con esto de la maternidad — acaricio su vientre.

Maki volvió a tomar asiento. —Aun así, en serio lo siento demasiado por lo sucedido hace tres años con su bebé ... no fue mi intención hacerla sentir mal— sus ojos se volvieron cristalinos, las hormonas le estaban jugando en su contra para ponerse muy sensible en aquel momento.

Utahime le tomo la mano al notar aquel cambio de humor.
—Maki chan, acepto tus disculpas porque sé que no hiciste esas preguntas con mala intención. No debes sentirte mal por esto, con el paso de los años y las idas a terapia y con el apoyo y cariño de todos ustedes empecé a comprender que hay circunstancias que están fuera de nuestras manos y que solo el destino sabe el porqué suceden las cosas...—la miró a los ojos, ahí Utahime pudo notar un brillo especial en la mirada de Maki.

—Y actualmente puedo quedarme tranquila porque sé que mi bebé es un rayo de sol que siempre me acompañará y siempre lo llevare aquí— su otra mano la llevó a su pecho, a la altura de su corazón.

Maki estaba sorprendida por cómo Utahime estaba manejando aquello con demasiada serenidad.

En cambio, ella seguía en silencio con un gran nudo en la garganta. Quería decirle la verdad, quería contarle que estaba embarazada, quería sentirse apoyada por otra mujer, pero sus miedos no la dejaban hablar.

—Y si me lo preguntas— Utahime continuo hablando con serenidad — el cómo se siente el tener un bebé dentro tuyo, es un poco difícil de explicar — acaricio su vientre haciendo círculos con sus dedos.

Una sonrisa se formó en sus labios.
—En general, durante los primeros meses no sentía gran cosa, pero al iniciar el segundo trimestre, eso como del cuarto o quinto mes, ya sentía a mis bebés moverse, era como tener mariposas en el estómago, también podría describirlo como sentir algo burbujeante ¿Conoces esa sensación como de algo revoloteando dentro de ti?— pregunto mirándola a los ojos.

Maki movió afirmativamente la cabeza —Algo así, es un movimiento de tripas muy curioso en realidad...—

Utahime soltó una leve carcajada por esas palabras —Pues, algo así he sentido yo tanto con Takeru y con este bebé—

Siguió explicando con una tierna sonrisa—Pero todo cambia en el tercer trimestre. Se siente como si todo dentro de ti se moviera, a veces sientes como el bebé se recarga en ciertas partes o sientes como su codo o su pie se clavan en alguna parte de tus caderas, y a veces puede llegar a ser un poco asfixiante, sobre todo cuando ya estás en las últimas semanas y no puedes dormir sin estar casi sentada, y ni hablar de las enormes e incomodas ganas de ir al baño a cada rato porque el bebé esta sobre tu vejiga, pero sobre todo vienen las ... — se detuvo y empezó a palmarse el vientre.

—¿Sensei, Esta bien?— Maki preguntó preocupada al ver la cara de sorpresa de esa mujer.

Una risita salió del pecho de Utahime —Lo estoy, como decía y después vienen las patadas, como en este momento donde esta pequeñita me está pateando con fuerza, algunas de ellas pueden llegar a doler o a sorprenderte demasiado— su mano se quedó quieta sobre su vientre, el cual se movía ante tal movimiento de ese bebé.

—Utahime sensei ¿Puedo tocar su vientre?— Pregunto Maki mostrando levemente su palma.

—¡Claro! creo que es la primera vez que tú me pides eso — sonrió cálidamente sujetando la mano de esa chica y guiándola por su barriga.

Maki abrio grande los ojos al sentir aquellos movimientos. Sentía aquel bebé moverse y sentir ese golpe en su mano.

—¿Acaso mi bebé también se moverá así? ¿Será un bebé inquieto o tranquilo? ¿Soportare las patadas?—Se cuestiono mentalmente.

Utahime tomo un respiro por los movimientos que estaba haciendo su bebé —Parece que esta pequeña se está moviendo mucho con tu presencia, supongo que te está reconociendo —

Aquello puso muy nerviosa a Maki. —¿Acaso ellos saben quiénes los toca? ¿Acaso ya sabe el sexo de su bebé? ¿Acaso los bebés dentro del vientre sienten a otros bebés a su alrededor? — retiró su mano rápidamente del vientre de su superior.

Utahime empezó a sentir demasiada curiosidad por lo que Maki preguntaba. También empezó a fijarse muy bien en ella. Ahora que la veía con detenimiento y de cerca, podía notarla un tanto diferente tanto en cuerpo como en actitud. Pero aquella última pregunta le daría la pista principal del porque quizás Maki estaba haciendo aquel interrogatorio.

—¡Claro que ellos sienten todo!, ¡Pueden distinguir la voz de los padres y de las demás personas que rodean a la madre! Hasta ellos sienten todo lo que la madre siente, incluso cuando uno siente dolor, miedo u alegría, ¡Incluso saben identificar por la voz a las personas que hacen enojar a Mamá!— rio un poco al decir eso y más que eso último le recordó a Satoru.

—Y sobre el sexo de este bebé... Bueno, aún no sabemos su sexo, yo quiero que sea sorpresa hasta el momento en que nazca, pero mi "instinto" me dice que será una niña...— sonrió muy ilusionada —Mi pequeña "Niji"—

—¿Arcoiris?— Maki preguntó alzando una ceja ante tal palabra.

—Si, este bebé es mi pequeño Arcoíris, porque así se le nombra a estos pequeños, los cuales llegan después de la pérdida de otro bebé— miraba su vientre mientras seguía acariciándole.

—Podría decirse que son bebés que llegan casi de milagro y más en nuestra sociedad de hechiceros donde la llegada de un bebé a veces es casi imposible — empezó a explicar Utahime —Nuestra sociedad es más de perder ... perdemos hijos, perdemos hermanos y hermanas, perdemos esposos, perdemos amantes, perdemos amigos, perdemos alumnos... así que la llegada de un bebé a nosotros como hechiceros podríamos considerarlo como un gran milagro entre nosotros los malditos.— miro con detenimiento a esa chica.

—Un Milagro para nosotros los malditos que hemos perdido a alguien...— aquellas palabras salieron de los labios de Maki en forma de susurro mientras su mano sujetaba con fuerza su camisa sobre su vientre.

Esas palabras tenían algo de razón, Maki aún contra todo pronóstico al ser una hechicera, llevaba una nueva vida dentro de ella.

—Y sobre si un bebé siente a otro bebé, creo que...—Utahime se calló de golpe.

Y ahí fue donde esa maestra lo supo todo.

Con aquella última pregunta descubrió toda la verdad y ahora las pequeñas piezas del rompecabezas se armaron frente a sus ojos.

Con tan solo mirar con detenimiento a Maki, de analizar su comportamiento y sus " extraños síntomas", sabía que eso que se asomaba bajo sus holgadas ropas no era un vientre de colitis o gastritis como supuso.

Sino aquel era un vientre que albergaba ya una vida.

La mente de Utahime empezó a conectar todas las pistas y le encontró lógica al porque esa chica le estaba haciendo todas esas preguntas sobre maternidad así tan de repente.

—¡Maki!—Utahime soltó con sorpresa, ahogando aquel grito y sus ojos se abrieron de tal manera que asustaron a esa chica —¡¿Acaso tu?! ¡¿TU ESTAS EMBARAZADA?!— susurro sorprendida.

Aquella peliverde se levantó de golpe del sillón —¡Yo lo siento! ¡Ya debo irme! ¡La lluvia por fin se detuvo!— comento apurada.

Utahime también se levantó de aquel sillón —¡Maki! ¡Esto! ¡Tu debes...!— fue interrumpida.

—¡Ya llegue! ¡Oh vaya! ¡Parece que aquí hay reunión familiar!— dijo una voz masculina muy alegremente.

—¡Mierda!— Maki chasqueo la lengua, se sentía acorralada ya que Utahime no la dejaba de mirar. Y de paso, miró entrar a Satoru e Ijichi en aquella sala.

—¡Papá! — grito Takeru corriendo a los brazos de Satoru.

—¡Hasta que llegas! ¡Esta vez sí que tardaste demasiado idiota! ¡Sabes que nuestro acuerdo de visitas estipula que no puedes llegar tarde los días que debes pasar tiempo con Takeru!— Utahime cruzó los brazos sobre su pecho.

—¡Lo sentimos por llegar tarde Utahime senpai! — se disculpó Ijichi todo apenado. Le temía más a ella que a Satoru debido a su embarazo.

—¡Si llegamos tarde fue porque la misión se alargó y de paso, estábamos atrapados en el tráfico debido a la lluvia! — comento Gojo con una sonrisa y trato de acercarse a ella —¡No te enojes, vas a estresar a nuestro bebé y a ti te darán agruras y al rato estarás de llorona por ese sube y baja de emociones!— puso una mano sobre el vientre abultado de su ex esposa.

Aunque ambos habían firmado el divorcio, ambos seguían viéndose y conviviendo por su primer hijo y se decía que ese tercer bebé, era el resultado de sexo de reconciliación entre ambos, ya que por ratos, esos dos parecían que intentaban darse una segunda oportunidad.

Pero algunos rumores decían que Utahime ya estaba saliendo con otro hombre. Aunque esos sólo eran rumores por el momento.

—¡No me toques! ¡No estoy de humor para soportarte esta vez! ¡Además, Puaj! ¡Apestas!— Utahime lo alejo para que no la abrazara ya que sentía mucho asco por el olor del sudor de Satoru.

Este solo se hecho a reír un poco por aquella actitud. —¡No te enojes Utahime, porque si no este bebé saldrá también muy parecido a mí! ¡Y Sí sigues así de enojona, no conseguirás segundo esposo!— bromeó.

Utahime solo le lanzó una mirada de molestia pura —Idiota—

—Para compensar te mi impuntualidad, ¿Qué te parece si te llevo a cenar? — decía Gojo tratando de abrazarla, pero esta no se dejaba.

Maki quería aprovechar que esos dos estaban "discutiendo" para salir de ahí.

—Bueno, gracias por los bocadillos Utahime sensei, debo irme — se despidió en una reverencia, pero al tratar de salir de ahí, se topó con Satoru de frente.

—¿Tan rápido te vas Maki? — Satoru se quitó la venda de los ojos —Tu también podrías quedarte y asi podríamos los cuatro salir a cenar y...— se calló de golpe y empezó a notar "diferente" a esa mujer.

Maki trago saliva—¡Mierda, Mierda, Mierda!— gritaba su mente llena de pánico.

—Hummmm— Gojo hizo aquel ruido con la garganta, su mano derecha fue hacia su barbilla mientras analizaba a esa peliverde —Te vez algo diferente... ¿Acaso te hiciste algo? — sus ojos fueron de arriba abajo y se centraron en el estómago de ella.

—¿Diferente? ¿Cómo que diferente? ¿Eh?¿Idiota de los ojos vendados? Es de mala educación ver de "esa manera" a la gente... ¡Estúpido pervertido!— Maki se puso a la defensiva, sus manos se cruzaron sobre su pecho y trataba de aparentar rudeza.

—No se explicarlo con exactitud, pero mis ojos notan algo diferente en ti, ¿Cambiaste de rutina? ¿Has estado durmiendo y comiendo bien? ¿Subiste de peso?— preguntó con curiosidad.

Maki sentía que el alma se le saldría del cuerpo. Parecía que Satoru también ya la había descubierto. Y más que no se había cruzado con él en meses.

—¿De qué diablos estás hablando? ¿Acaso él poder de los seis ojos ya te hace daño? ¡Y deja de mirarme asi! ¡Pervertido!— Maki respondió agresivamente, mientras hacía puños sus manos y se las mostraba a ese hombre. —Sino tendré que patearte el trasero para que dejes de mirarme así como un bicho raro—

—¡Oh!— Una gran sonrisa se formó de oreja a oreja en los labios de Satoru ya que llego a una sola conclusión para el carácter de esa mujer— ¿Acaso tú también estarás embara...—

—¡Satoru basta!— lo interrumpió Utahime alzando la voz —¡Maki solamente se siente mal del estómago! ¡Suficiente tenemos con soportarte a ti y a este estúpido calor del verano para que la estés acosando! ¡Así que ya déjala en paz, ni ella ni yo estamos de humor para soportar tus idioteces, sino yo también te pateare el trasero!— sonó furiosa.

Maki suspiro aliviada de que Utahime la haya defendido. Sabía que debía agradecerle aquel gesto, aunque ahora debía encontrar la manera de seguir fingiendo que no estaba embarazada.

Satoru soltó una leve carcajada —¡Vaya! ¡Las hormonas del mal humor de las embarazadas sí que son contagiosas entre mujeres! Pero está bien — comento este con una sonrisa ahora mirando a Utahime.

—¡Lo siento, aquí no paso nada, solo estaba bromeando!— Gojo levantó ambas manos en señal de paz.

—¡Cállate y ahora llévanos a cenar, que por hacerme enojar de nuevo me dio hambre!— dijo Utahime mirándolo furiosa.

—Como dije ya es hora de irme, debo apresurarme a llegar a casa antes de que vuelva a llover. De nuevo, gracias por todo Utahime Sensei— comento Maki dando unos pasos hacia atrás.

—No hay de que, ve con cuidado — respondió Utahime mirándola seriamente —Maki y de paso...—

—¿Si?— Esta trago saliva con demasiada ansiedad mientras esperaba aquellas palabras de esa mujer.

—Por favor, no hagas nada imprudente en tu siguiente misión y dile a tu marido sobre mi recado — contesto esta con seriedad, llevándose el dedo índice a discreción primero a los labios y después a punto a su propio vientre en señal de que ya sabía la verdad.

—Gracias, yo se lo diré a Yuta— se despidió, parecía a ver captado esas señales y empezó a dar unos pasos hacia la salida de esa sala.

Y cuando ella estaba a punto de cruzar aquel umbral, Gojo le dijo algo más a la peliverde. —Oye Maki...—

Esta solo se detuvo y se giró levemente para verlo.

—¿Qué quieres idiota de los ojos vendados?— preguntó molesta.

Gojo seguía con una gran sonrisa —Nada, solo espero recibir buenas noticias muy pronto por parte tuya y de Yuta— se despidió alzando la mano.

—No sé de qué estas hablando — respondió la peliverde rodando los ojos y mejor siguiendo su camino para salir de aquella academia.

Aunque por dentro, Maki se moría de tensión porque parecía que toda esa familia ya la habían descubierto.

Pero el pronóstico del clima, para nada iba a mejorar para esa embarazada.


Notas:

Espero les haya gustado este capítulo ️

¿Qué les esta pareciendo la historia? Y Mas ahora que parece que ya Gojo, Takeru y Utahime ya saben que Maki está embarazada, solo falta que se los confirmen.

虹 (niji) es arcoíris en japones, así que ya saben como se llamara ese bebé.

Ahora le tocara a Gojo hablar con Yuta y quizás eso lo veamos en los próximos capítulos. Y más que ya quiero escribir sobre el tío Gojo.

En fin, Muchas gracias por el apoyo ️

Nos seguimos leyendo, a los del hemisferio norte les recuerdo que tomen mucha agua y usen protector solar, cuídense mucho de este infernal calor y a los del sur, no se olviden de abrigarse bien ️