Ladies and Gentlemen!

El capitulo pasado de Shadowverse Flame Hiro le pidió a Lucia que vivieran juntos. No saben los gritos de alegría al escuchar aquello. Fue demasiado hermoso para mi cochina alma que no me pude detener y mi cabecita empezó a pensar sobre las historias que iba a crear a partir de esa escena. ¡Y no me voy a quedar quieta hasta estar satisfecha!

It's time to read!

It's showtime!


Aclaración: Shadowverse (TV) no me pertenece. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.

Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.


-Lo hable con el abuelo y deberían vivir con nosotros -Dijo el joven de cabellos rojos en cuanto cerro la llave del agua donde había estado lavando los platos de la comida.- Mis padres se van a Estados Unidos por un tiempo

Yonazuki Lucia no pudo evitar meterse en un predicamento en el momento que Ryugasaki Hiro dijo aquellas palabras. Dejo de hacer lo que estaba haciendo para mirar al joven de sus espaldas con atención. Quería asegurarse de que realmente había escuchado esas palabras y no formaban parte de una tonta ilusión que se creó en ese momento. Pero al ver el rostro tranquilo del usuario de deck Dragonico, apreciar aquella gran sonrisa y esos ojos ámbar que brillaron ante aquella idea que se le ocurrió, descubrió que realmente había dicho aquellas palabras.

Por una parte, era imposible no alegrarse o sentirse tímido ante aquella petición. Pudo sentir como su corazón golpeaba su pecho con rapidez, incluso fue capaz de sentir como sus mejillas se calentaban ante esa bonita idea de vivir bajo el mismo techo. Podía sonar como un sueño hecho realidad vivir al lado de ese tonto chico de cabellos rojos que fue capaz de robar su corazón.

No era un secreto lo que sentía por Hiro, creo que era demasiado obvio para el mundo entero lo que sentía realmente por él después de todas las cosas que hizo por el mismo como mostrar su lealtad al permanecer a su lado. No era una mentira que la sonrisa que actualmente se encuentra en su rostro, fue a causa de él. Sabía que el deseo que tenía en ese momento, sería un poco difícil de cumplir, pues desear estar a su lado toda su vida, era lo único que necesitaba para continuar. Aun si nunca aceptaba sus sentimientos, aun cuando podía aceptarlos, le daba igual, se conformaba con nunca separarse de su lado.

Pero, por otra parte, no pudo evitar sentirse aterrado ante la idea de vivir juntos.

No es que no lo hubieran hecho ya en esos años que pasaron juntos, alejados de sus familias y de sus amigos. Estaban más que acostumbrados a la presencia del otro en cualquier momento del día.

Cuando se encontraban en aquella isla artificial que creo únicamente para que Hiro siguiera divirtiéndose enfrentándose a diferentes rivales mientras jugaban Shadowverse. Vivían prácticamente en aquel lugar. Despertaban, comían, hacían actividades físicas para mantenerse en forma en caso de que cualquier situación se presente, tenían alguno que otro duelo para pasar el rato y al final dormían para el día siguiente hacer casi lo mismo. Tenían una habitación cómoda y de vez en cuando se quedaban a dormir en el cuarto del otro. Tenían aquella tonta excusa de que no podían dormir a menos de que se sintieran acompañados o cuando sentían que se habían quedado despiertos hasta tan tarde después de hablar sobre algunas cosas, se podían permitir quedarse en el cuarto del otro.

Eran unas tontas excusas que fueron convirtiéndose en pequeñas costumbres. Había veces en las que se quedaban en sus propios cuartos, había veces en las que Hiro iba con Lucia o Lucia iba con Hiro. Fue algo que se formó en ellos desde entonces.

Pero era totalmente diferente compartir una habitación a vivir bajo un mismo techo.

Para Lucia era realmente difícil vivir bajo un mismo lugar junto con Hiro. Claro, sin olvidar que también se encontrarían el abuelo del mismo, Shigefumi Ryugasaki y su pequeña hermanita, Shiori Yonazuki compartiendo el mismo espacio.

No lo tomen a mal, amaba estar al lado de Hiro, le encantaba verlo despertar en las mañanas, porque usualmente el de cabellos rojos no era tan madrugador que digamos. Le encantaba verlo dormir, porque el de cabellos rojos tenía la costumbre de hablar dormido y podía escuchar cómo eran de divertidos sus sueños. Le encantaba comer a su lado, era tan animado escucharlo contar sus historias de cuando era niño o la forma en que puede mejorar su deck para próximas competiciones. Siempre contaba con su opinión en cuanto Hiro le preguntaba sobre su punto de vista, Lucia no se mordía la lengua para decirle las cosas. Aunque la verdad podía ser un poco dura su opinión, al de ojos ámbar eso no le importaba. Siempre lo aceptaba y le agradecía, siempre escuchaba con atención y asentía ante cada una de sus palabras.

De alguna manera, eso lo hacía sentirse especial. Lo hacía sentirse querido y aceptado.

Pero saber que, a partir de ese momento, en cuando diga que si vivirían juntos y se verían todos los días en un mismo lugar. No podía evitar sentirse un tanto tímido, un tanto pequeño ante una situación grande.

¿Qué tal si hace algo que desagrada a todos?

¿Qué tal si se arruina la relación que tienen porque no habrá nada nuevo que contar?

¿Qué tal si todos se aburren de él?

¿Qué tal si...?

No podía evitar entrar en tantas dudas que era demasiado visible en su rostro lo que estaba pensando en ese momento que Hiro a su lado no pudo evitar sonreír y caminar a su lado en cuanto Lucia vio a su pequeña hermana sonreír y soltar alguna que otra risita en cuando Shigefumi le contaba historias de su juventud.

El suave codeo lo despertó de sus pensamientos.

Lucia, aun confundido, lo miro con atención. Ver aquella seguridad, notar aquella confianza. Provoco que todos esos malos pensamientos se alejaran de él.

-No solo me preocupa Shiori-chan, tú también me preocupas

Escuchar a Hiro hablar con suavidad, provoco que sonriera un poco. Saber que le preocupaba, era algo que lograba cautivar aún más a su tonto corazón.

-¿Hacemos bien? -Pregunto Lucia un tanto inseguro.- Todos piensan que fuimos nosotros quienes salvamos el mundo y vamos a estar muy ocupados a partir de este momento

-Tú tranquilo, viviendo aquí, podrás relajarte -Eso no lo dudaba. Hiro sería el primero en enseñarle como es que se tiene que relajar. Una suave sonrisa apareció en su rostro en cuanto escucho esas palabras.- Es mi turno de ayudarte

Lo que no sabía Hiro, es que ya había hecho suficiente por él, por Shiori. Incluso se atrevería a decir que por el mundo entero. Siempre le ayudaba, siempre le brindaba una mano para ayudarle a levantar. Siempre se encontraba ahí a su lado para hacerle subir el ánimo. Siempre fue Hiro el que le ayudo a volver a sonreír, a volver a ver la sonrisa de su pequeña hermana en cuanto salió del hospital.

Siempre fue Hiro el que más le ayudo en la vida.

No podía evitar sentirse en deuda por todo lo que estaba haciendo, quedarse siempre a su lado fue algo que él escogió, no porque lo hacía por obligación.

Fue porque realmente quería.

Realmente lo deseaba.

Y eso era más que suficiente.

-Vive conmigo, Lucia

Una vez más, se quedó sin respiración en el momento que escucho aquellas palabras. Sus manos sudaban, su corazón golpeaba con cierta fuerza su pecho.

-Bien

Que no dudo en aceptar aquella petición.

Aquella misma noche fue cuando las dudas volvieron aparecer.

Moviéndose de un lado a otro en aquella cama desconocida y ese cuarto desconocido. Fue que decidió levantarse y mirar a su alrededor con cierto pesar.

Había decidido dejar de pensar de más, había deseado ya no molestarse por ello. Pero pareciera que nada de eso funcionaba, era imposible relajarse en un lugar del que tendría que acostumbrarse a partir de ese día.

Porque el señor Shigefumi, al escuchar que había accedido a vivir juntos. No dejo que Lucia y Shiori regresaran a donde se estaban quedando. Mañana podrían ir a recoger sus cosas para poder instalarse en su nuevo hogar, así que, por esa noche, simplemente quería que ambos hermanos se acostumbraran a su nuevo entorno. Quería que ambos conocieran las habitaciones que tendrían.

Gracias a ello, es que ahora le era imposible conciliar el sueño.

Se encontraba en un lugar desconocido, a pesar de que ya había visitado la casa de Hiro anteriormente. Pero no dejaba de sentirse un tanto incomodo, un tanto inseguro de la decisión que tomo en aquella misma tarde.

Por Shiori fue que acepto. Pudo verlo en el rostro de su pequeña hermana en cuanto vio la gran habitación. Lucia también se sorprendió de aquel espacioso lugar que le ofrecían que no pudo evitar emocionarse un poquito más al saber que iba a tener su propio espacio.

Pero por parte suya, aun se encontraba indeciso de haber tomado la mejor decisión.

Soltó un pesado suspiro mientras revolvía sus cabellos blancos y alzaba la mirada a la ventana a su lado. Movió un poco las cortinas para ver aquella gran luna que había salido aquella noche.

Un suave toque a la puerta escucho. Al momento que se abrió, Hiro se asomaba y le sonreía.

-¿No puedes dormir? -Pregunto el de cabellos rojos mientras se adentraba a la habitación y cerraba la puerta detrás de sí.

-Aun no -Respondió Lucia con suavidad.- ¿Sucede algo?

-Me sentí preocupado desde esta tarde -Respondió Hiro con suavidad.- Sentí que me apresure al pedirte que vinieras vivir conmigo y quería disculparme

-¿Por qué te disculpas?

-Porque quizá no era lo que querías -Hiro rasco su nuca un tanto nervioso mientras caminaba en silencio por la habitación hasta llegar a la cama y sentarse a su lado.- Me emocione demasiado al pedírtelo que no tuviste tiempo de decidirlo -Soltó un pequeño suspiro.- Si aun no te sientes cómodo, mañana puedes regresar a casa y regresar hasta que te sientas seguro, yo puedo esperar

Lucia se quedó en silencio. Pensando en aquellas palabras.

Ciertamente, se había apresurado.

Ciertamente, se había imaginado en otro momento, en otra situación aquella petición.

Pero.

La forma en que Hiro se lo pidió. Pudo sentir cada una de esas emociones, cada uno de esos sentimientos viniendo de él. Aquella seguridad con la que siempre se han tratado, aquella confianza que era imposible de romper.

Quería ser sincero con él y poder hablarle de cada una de las inseguridades que tenía. Sus mejillas se calentaron un poco, tal vez suenen un poco infantil, pero quería sacar cada una de aquellas dudas.

-En realidad, tenía miedo de que todo esto pudiera tratarse de una pesadilla -Sonrió Lucia con tranquilidad, desviando su mirada a sus manos, fue como decidió continuar.- No pude evitar tener dudas de que si había tomado la mejor decisión, tenía miedo de que pueda ocasionar algún problema a futuro o si encuentran algo de mí que no les agrade -Soltó una suave risita, no quería alzar su mirada, quería decir todo.- El peor de todos fue que, si te aburres de mí, si te cansas de mi presencia, no sabría qué hacer para arreglar toda esta situación

Silencio se escuchó.

Lucia, aun un tanto apenado. Tomo una pequeña bocanada de aire antes de querer alzar el rostro. Pero algo más sucedió en ese momento.

Sentirse rodeado por los brazos de Hiro, sentir aquella tierna calidez viniendo de él como ese suspiro que fue capaz de soltar todo el aire que había estado guardando. Lucia se quedó congelado en su lugar, no sabía que hacer, no sabía si tenía que abrazarlo o si tenía que quedarse quieto en su lugar.

-Me habías asustado -Dijo Hiro con cierto alivio.- Yo nunca pensaría así de Lucia, pienso que eres más interesante de lo que crees -Soltó una suave risita al sentir un suave golpe a sus costillas.- Nunca me aburriría porque cada que te miro, siempre aprendo una cosa nueva, nunca me molestaría o nunca llegaría a odiarte, creí que ya lo habíamos dejado claro -Ambos jóvenes se separaron. La sonrisa que Hiro le dedicaba, logro cautivar aún más a su corazón. Ese suave toque a sus mejillas calientes, esas manos que tocaban con seguridad las suyas. Era imposible separar su mirada de aquellos ojos ámbar que parecían brillar en la noche. En el reflejo de los mismos, pudo verse. Se veía tan bonito que no pudo evitar sentirse un tanto avergonzado.- Lucia es demasiado importante para mí que es la primera persona en quien siempre pienso cuando hay algo que quiero compartir, preocuparse por el otro es normal, así que no digas que tus dudas son infantiles o son importantes -Soltó una pequeña risita.- Aquí siempre estaré para escucharlas, para ayudarte a superar esos miedos, para decirte que puedes decir el cómo te sientes, yo siempre las escuchare

Lucia se abalanzo sobre Hiro al escuchar aquellas palabras. Rodeando con suavidad sus hombros, pegando su cabeza en su hombro y soltando una suave risita. El usuario de deck Dragonico siempre tenía las palabras correctas para hacerle olvidar sus dudas y preocupaciones. Podía sentir sus hombros ligeros, podía sentir como al fin sonreía con tranquilidad.

-Gracias Hiro -Susurro Lucia.

-No agradezcas -Hiro soltó una risita.- Para cualquier cosa, aquí estaré, si quieres irte, esta bien, si quieres quedarte, también lo está, debes pensar en tu felicidad, debes pensar por lo que es mejor para ti y Shiori -Soltó un pequeño suspiro.- Te lo dije esta tarde, no solo me preocupo por Shiori, también me preocupo por ti -Se separaron despacio. Pequeñas lagrimas salían de los ojos de Lucia, con suavidad, Hiro las quito.- Entonces, ¿Qué es lo que planeas hacer?

Una gran sonrisa apareció en el rostro del de cabellos blancos. Al verla, Hiro no pudo evitar apreciarla aun más. Era bonita esa sonrisa.

-Quiero que vivamos juntos -Soltó una risita Lucia ante aquella tierna caricia.- ¿Podemos empezar juntos?

Hiro asintió mientras lo volvía abrazar con un poquito más de fuerza.

-Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras, incluso si no quieres irte, será mejor para mí, porque no te dejare hacerlo

-No es como si quisiera hacerlo

Ambos jóvenes soltaron una pequeña risita. Habían comprendido a la perfección lo que quisieron decir en ese momento.

Una vez que ambos pudieron calmarse. Vieron el reloj de la mesa de noche. Es demasiado tarde para que Hiro regrese a su habitación.

Como si hubieran leído sus mentes, solo sonrieron.

Ambos se metieron en aquella pequeña cama. Mirándose de frente y tomándose de las manos como cada noche, desde que vivieron solos en aquella isla artificial, hacían.

Volvieron a sonreírse con un poquito más de alegría, con un poco de nerviosismo porque ahora que era oficial que vivirían juntos no podían evitar esperar a lo que les depararía el día siguiente.

Ahora que iban a vivir bajo el mismo techo, sería como empezar de nuevo.

Y eso se sentía bien. Porque no estarían solos, porque siempre habrá alguien a su lado que tomara su mano. Aun cuando caigan, aun cuando fallan, siempre habrá alguien que los estará esperando con una sonrisa en su rostro cuando atraviesen la entrada principal.

Ahora que vivirían juntos, podrían vivir muchas cosas más.

Y de entre ellas, es que no volverán a separarse.


¡Muchas gracias por leer!

¡Y espérense porque vienen más historias de este tipo! Es que son demasiados bellos mis niños. Ver como se tienen confianza y como es que le pidió que vivieran juntos, siento que es como un bonito sueño que me encantaría verlos hacerlo realidad.

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Atte.: AnZuZu Dragneel

Fecha: Sábado 14 de Septiembre de 2024