N/A: ¡Hola a todos! En esta ocasión traigo un fic sasusaku y naruhina. Es importante esta aclaración para que no se desanimen en caso de que crean lo contrario.
Summary: A los ojos del mundo, Haruno Sakura era la típica chica popular de secundaria; perfecta en todo y con una dosis de mezquindad que mantenía en equilibrio las cosas. Luego ayuda a Hinata a conquistar a Sasuke y ese equilibrio pierde su balance. —Hinata-chan, entre Sasuke y yo ya no sucede nada.
C1: Dos entradas, por favor
Ojos perlados miraban nerviosos como avanzaba la fila delante de ella. Se estaba arrepintiendo en serio de la impulsiva decisión que había tomado apenas unas horas antes. El asunto era que su -única- amiga, deportista estrella Tenten, la persuadió durante la semana que comprar boletos para el baile de primavera sería algo estupendo. Una cita doble, dijo. Hinata no estaba segura, no habían muchas probabilidades de que encontrara a su cita pronto. Tenten se lo pensó: "Invita a Sasuke", le dijo, a sabiendas de que el aceptaría por ser el único ser femenino que él aceptaba a su alrededor.
Sin quererlo, le dio vueltas a la idea durante los días previos a este momento y llegó ese día jueves con ánimos renovados a la escuela.
Hasta ahora.
Sus ojos se enfocaron en las tres personas sentadas frente a ella, ya era su turno. Tenten, quien tenía una pequeña caja registradora de dinero, la miró con la boca ligeramente abierta, sin creerse del todo si la chica frente a ella era realmente Hinata. Estaba sentada a un extremo de la mesa recibiendo el efectivo. Al otro extremo, Sabaku Temari estaba desinteradamente en su teléfono sin prestar mayor atención a nada. Ambas estaban con el uniforme rojo y blanco de porristas, en el pecho en letras blancas se leía Kyuubis.
Hinata estuvo a punto de solicitar sus entradas al momento en que unos feroces ojos verde cristal se toparon con los suyos. Abrió y cerró la boca sin poder cumplir con lo que su cerebro ordenaba: "Dos entradas, por favor, Sakura-chan".
Haruno Sakura, terror de muchos. Sin mucha justificación, la verdad. Parecía ser que a gran parte de la población de la escuela le ahuyentaba la personalidad intensa y directa de Haruno. Hinata no tenía idea de qué era lo que la hacía tan atemorizante hasta ese momento: sus ojos.
Taladrantes y conocedores. Se veían como los ojos de una persona experimentada en… ¿en qué?
—Hyuuga Hinata-san, —habló primero Haruno, ante el mutismo de la pelinegra frente a ella— ¿una entrada? —con un dedo arrancó un cartón de una caja pequeña y la ofreció.
La pelinegra se aclaró la garganta que estaba inusualmente seca y se dirigió a la porrista: —Sakura-san, dos entradas por favor.
Sakura retiró la entrada que le ofreció y cruzó los brazos sobre la mesa, sin quitar la mirada de los ojos celestes casi blancos de la Hyuuga. —¿Dos? —preguntó— ¿Una es para Neji-san?
Hinata se irguió un poco más negando con la cabeza y miró a Tenten, quien a su vez miró también a la pelirrosa. —¿Para quién es la segunda entrada, Hinata-san? —Sakura inclinó su cabeza hacia un lado, aun con los ojos puestos en ella. —Tenten ya tiene la suya, Neji compró para ambos hace una hora.
—Sakura-taicho… —rogó Tenten, quien solo recibió una mirada de silencio. Una advertencia más feroz.
—Son las únicas dos personas con las que hablas, Hinata-san. ¿Para quién es la segunda entrada? —Sakura sonrió sin signo alguno de malicia, solo curiosidad. Una invitación a la confianza.
Hinata quiso gritarle que se metiera en sus asuntos, que no le interesaba con quiénes hablaba, pero… la pelirrosa no estaba siendo mala, así que solo dijo:—Sasuke-kun —en apenas un susurro de seguridad. Sakura se apoyó contra el respaldo de su silla y pareció pensar un momento mientras evaluaba a la chica frente a ella.
Hinata era bonita y se veía sencilla; su rostro necesitaba color, a su cabello oscuro le vendría bien un poco de movimiento, se le veía sosa y estaba ligeramente encorvada; no era gorda, pero si necesitaba ejercicio.
—¿Te gusta?
Hinata asintió, con las mejillas calientes.
Sakura negó con la cabeza—No creo que tú le gustes —afirmó siendo brutalmente franca.
—¡Sakura-taicho! —Tenten se puso de pie indignada. A Hinata se le fue el color de las mejillas y sus piernas temblaron ligeramente. El grito de Tenten apenas se escuchó por el zumbido que tenía en sus oídos, mas la susodicha no hizo nada más tras la mirada de advertencia de la Haruno.
Lo cierto era que la pelirrosa no estaba intentando intimidarla, solo era un efecto secundario de la intensidad que provocaba su inminente curiosidad. Su sonrisa era tranquilizadora, pero su insistencia rompía cualquier señal de seguridad en las personas.
—¿Quieres gustarle? —Hinata solo se inclinó de hombros, sin ser capaz de sostener la mirada. —Hinata-san, —continuó la pelirrosa aun apoyada en el respaldo de su silla —eres lo suficientemente linda para gustarle a Sasuke. Ambos pares de ojos claros se miraron de frente nuevamente, uno de ellos con sorpresa y el otro con recién nacida ferocidad. —Pero necesitas ayuda. —chasqueó la lengua mientras se ponía de pie y tomaba un mechón de pelo de la joven.
Un chico detrás de la Hyuuga en la fila tosió en su dirección y fue acallado con una simple mirada de amenaza.
—Temari, —Sakura tocaba el rostro de la ojiperla mientras hablaba —lleva a Hinata-san al gimnasio. —Temari se despegó de su teléfono solo para arquear una ceja en su dirección. —Vamos a tener un ingreso express al equipo.
…
—No soy nada atlética, —decía Hinata mientras Temari la llevaba/arrastraba al gimnasio de la escuela —y-y-y realmente creo que Sakura-san está confundida.
Temari solo caminaba, sin mirar en su dirección y rodando los ojos cada vez que escuchaba palabras salir de la boca de la pelinegra.
—Mira, Himura, si Sakura quiere que seas parte del equipo, es porque claramente puedes con esto. Ahora, Himura, si rea-
—Hinata —corrigió
—Como sea, Himura, si realmente no quieres esto, una vez hables con ella dile que no y ya. No es la gran cosa.
—Bien…
—Bien.
—Es Hinata…
—Como sea.
…
Un grupo uniformado de colores rojo y blanco se movía en el centro del gimnasio. Una rubia parecía estar explicando una serie de movimientos coordinados a un grupo de 4 chicas.
—Esa es Ino, —apuntó Temari—Sakura la dejó a cargo de todas nuestras coreografías. Es realmente buena.
—5, 6, 7, 8- y cruce, y cruce. Y ahí entra Karin.
—Karin es la pelirroja de allí. Es un poco matona, es quien mejor hace piruetas después de la capitana. Solo por eso no la han sacado. —Hinata asintió—Odia a Sakura. En la competencia para ser capitana solo obtuvo un voto y estamos seguras de que fue coerción, —Temari se inclinó de hombros: —aunque no lo sabemos.
La pelirroja en cuestión hizo una vuelta con una mano mientras hacía un splits en su caída. La rubia, Ino, asentía y corregía.
—Kurotsuchi y Matsuri son spotters, son quienes sostienen a las flyers. Las flyers son las que hacen piruetas. ¿Vas entendiendo? —Hinata asintió. — Karin y Sakura son flyers. Ino, Tenten y yo somos dinámicas. A veces subimos, a veces somos base, pero son Lee y Kiba los base oficiales. No están aquí hoy —Temari parecía nunca estar prestándole atención a la pelinegra, sin embargo sí estaba intentando captar qué había hecho la insípida de Hinata Hyuuga para captar la atención de su capitana—Me pregunto en qué posición te dejara Sakura.
Hinata se mordía una uña. Ni siquiera había aceptado aún ser parte del equipo. No se veía como un grupo muy amable.
…
Había pasado al menos una hora más sentada en las gradas del gimnasio, plenamente viendo con asombro un entrenamiento incompleto de las porristas. Temari había decido quedarse a entrenar por sobre volver al aburridísimo puesto de ventas. Fue entonces cuando captó que ingresaba al gimnasio la joven pelirrosa y a su lado, Tenten, cada una con una caja.
Hinata rogó que se haya olvidado de ella, pero por otro lado, aún tenia fe en obtener esas dos entradas para ella y Sasuke.
Sasuke…
¿Siquiera la aceptaría?
Uchiha Sasuke era un joven bastante conocido por la secundaria por ser arisco y ligeramente arrogante. No pedía permiso, ni perdón. Hacía todo solo y toleraba poco a las personas. Él y su primo Neji siempre fueron cercanos, especialmente cuando los cambiaron a la misma clase, en donde también estaba ella. Pronto ambos también generaron cierta cercanía, que de un lado se transformó en amor.
Sasuke solo le hablaba a Neji y a ella. A nadie más.
Salió de sus cavilaciones cuando se dio cuenta que frente a ella estaban Sakura, Ino y Temari, observando y conversando sobre… ¿ella?
—Claro que puedo hacerlo —dijo Ino con tono ofendido, poniéndose una mano en el pecho.
—¿Temari?
—Ajá —asintió la mencionada, nuevamente sin mucho interés en el tema.
—Está hecho entonces. Ve a conseguir unas tijeras, Temari. Ino, quiero su programa para hoy.
—¡Bienvenida, Hinata-chan! —dijo Ino antes de volver al centro de la pista.
Hinata sacudió la cabeza —Sakura-san, por favor…—frunció los labios. Nuevamente la Haruno le dio… esa mirada.
—Es muy sencillo, Hinata. A partir de hoy eres una de las mías, y si vas a ser una de las mías. tienes que lucir como una. —Sakura esta vez apuntó a las jóvenes que se encontraban hidratándose en medio del gimnasio. —¿Qué ves?
Hinata dudó: —porristas.
—No, Hinata, ¿qué-ves?
Perfección. Abdómenes, pieles, sudor, confianza, fiereza.
Sakura se acercó a su rostro, rodeándola lenta como pantera y sin quitar de su estupor a la pelinegra. —Estás viendo un ideal. Esas chicas tienen tanta disciplina que podrán hacer lo que quieran en la vida si realmente lo desean. Tienen tanta belleza que podrán tener a quien sea. ¿Crees tú que la belleza se obtiene de la nada?
Hinata se encogió de hombros, demasiado cerca del rostro de la pelirrosa. —La belleza se desarrolla. Se cuida. —Sakura apretó los hombros de la pelinegra, sin alejarse demasiado —Tu puedes llegar a ser la más bella de todas nosotras.
Temor.
—Permíteme lograrlo.
Sakura era atemorizante. Su mirada nunca dudó. Sus manos eran demasiado firmes para ser así de pequeñas y huesudas. Era un ser rebosante de confianza y serenidad. Y algo más. Hinata podía sentir como el lugar estaba repleto de sus hilos. Cada ser humano de ese gimnasio era un minion de la delgada pelirrosa frente a ella.
—¿Cómo? —finalmente preguntó. Sakura sonrió con la cabeza levemente inclinada.
—Solucionándote.
N/A: ¡Se agradecen los comentarios!
