Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
~Ahora dime ¿Eres feliz? Tengo la corazonada de que podrías estar mintiendo. ~
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Las " noches familiares" son inusualmente raras para los Ishigami y en esta ocasión, prácticamente ha sido forzada. No es que Senku aborreciera estos pequeños descansos impuestos a regañadientes, con el tiempo el científico ha llegado a apreciar los fugaces momentos con su familia. El trabajo en el laboratorio con todos los preparativos de los próximos proyectos que relacionan a la máquina del tiempo y a la base lunar comenzaron a monopolizar su vida cada vez más, sin mencionar a la recién descubierta organización opositora que trata por todos los medios de frenar el progreso y desacreditar tanto a Senku como a Why-man, todo con el fin de devolver al mundo a su "antigua gloria".
—¿Terminaste con eso, cachorro? —Senku cuestiona al adolescente sentado a la mesa, quien se ha pasado la mayor parte del tiempo garabateando algo en un bloc de notas como si su vida dependiera de ello—. No me digas que se trata de las nuevas tácticas de batalla que te recomendó la Leona hace un par de días. —No puede evitar el tono sarcástico en su voz ni la fugaz mirada de burla hacia Kohaku.
La guerrera por su parte se limita a devolverle una mala mirada a su esposo por el burlesco comentario. No es que las palabras fuesen ofensivas en sí, sino que ella puede reconocer las intenciones de Senku en su modo "escoria" cada vez que éste tiene la intención de molestarla ligeramente.
—¿Mamá ha estado compartiendo tácticas secretas con Byaku-nii? —Yugen por su parte parece genuinamente ofendida por la premisa de que su madre estuviera dejándola de lado en los entrenamientos.
Lo que en realidad no es cierto y Senku se gana otra mirada oscura por parte de su esposa y un pequeño berrinche de su pequeña hija de ocho años, a quien Kohaku trata de apaciguar asegurándole que no estaba dejándola a un lado en los entrenamientos.
—Mamá no está enseñándome nada —Byakuya asegura, ganándose una carcajada de su padre y un resoplido de su madre ante el comentario que más bien parece un pequeño reclamo—. Quiero decir —el adolescente se apresura a corregir—. Sólo estoy terminando con el mapa de la primera fase para la misión de la base lunar, papá y Xeno se encargarán de las siguientes dos fases a partir de aquí ¿No es así, viejo?
Ese es el plan de acción, se dice Senku mientras vierte porciones de su ramen recién preparado a los cuencos y los sirve a la mesa. Una ligera sonrisa tira de sus labios al notar la mirada de entusiasmo y felicidad en el rostro de su leona y de su pequeña fiera (como él y su hijo han nombrado a la pequeña Ishigami debido al temperamento e impulsividad heredada de su madre).
—Al menos la planeación, todavía estamos modificando los diseños de las primeras sondas que llevarán a los robots a la Luna —trabajo que hasta entonces ha mantenido a parte del equipo científico bastante ocupado en todos esos meses—. Los prototipos actuales son funcionales, pero todavía necesitan más pruebas y modificaciones para asegurar su correcto funcionamiento en el mapeo de la superficie lunar.
—¿Cuándo iremos a vivir a la Luna? —Yugen cuestiona con la boca llena de fideos, pero genuinamente ilusionada y con esa curiosidad desbordante tan propia en ella, a pesar de no estar inclinada completamente en el ámbito científico como su padre y su hermano, la idea de la base lunar parece llamar su atención—. Meducín dice que estuvo ahí y que es… —la niña se detiene a pensar por unos segundos, como tratando de encontrar las palabras adecuadas para lo que está a punto de decir—. Ah, sí… inquietante y desolado… pero un refugio seguro después de todo. —finalmente, la niña se encoge de hombros y sigue devorando su platillo.
Por supuesto que la pequeña medusa diría aquello, por miles de años la mente colmena se refugió en el lado oscuro, esperando por algún rastro de "inteligencia" de la humanidad que les hiciera "aptos" para recibir el honor de servirles a ellos como mantenimiento a cambio de la inmortalidad. De eso había pasado ¿Cuánto? A Senku le pareció una completa eternidad, pero al fin y al cabo consideraba aquello como un capítulo concluso de esa historia de increíble fantasía… y ahora, simplemente se encargarían de mirar hacia el futuro y aprovechar la relación simbiótica con Why-man para llevar el desarrollo a nuevos horizontes.
—La fase uno todavía está en planeación, pasarán algunas décadas antes de que regresemos a la Luna. —aunque claro, Senku no espera que todo ese avance ocurra de la noche a la mañana.
Ensayo y error, esa era la base de su preciada ciencia y del avance en sí.
Avance que por supuesto la humanidad estaba logrando poco a poco después de la catástrofe de la petrificación. La vida quizá era un poco diferente ahora, pero progresivamente estaban encontrando el ritmo de su restauración… el mundo había cambiado y junto a él, la humanidad misma.
Senku era la prueba de ello, él ya no es ese adolescente enfrascado en sus propios intereses. La ciencia siempre fue su prioridad en el pasado y durante la mayor parte de su vida, gracias a la influencia de su padre; ahora, después de todo los acontecimientos que impactaron su vida en su travesía, la ciencia se ha convertido en un arma valiosa y en su verdad. La herramienta que le ayudaría incluso a cuidar de las personas más importantes en su vida.
Ser esposo y padre fue una tarea complicada a la que le costó adaptarse, no se considera perfecto en la tarea, pero lo intenta. Kohaku y sus cachorros ahora se habían convertido en lo más preciado ( a la par de la ciencia) que pudiera tener.
—Entonces ¿Qué es lo que no estás diciendo? —Kohaku cuestiona mientras termina de acomodar los platos recién lavados.
La guerrera puede presumir de una excelente visión gracias a su concentración y atención al detalle, y con el tiempo esa increíble habilidad le ha servido para descifrar y entender a su compañero. Senku parecía estar dudando sobre algo y eso le resulta más que extraño viniendo de él, el descarado sujeto que odiaba los rodeos e iba directo al grano para evitar perder tiempo valioso en tonterías sin sentido ni lógica.
—Eres muy observadora ¿No es así, Leona? —él trata de aminorar la repentina tensión en el ambiente con el sutil tono burlón.
Y a pesar de la burla en su voz, Kohaku no puede evitar sonreír y caer en su pequeño juego. Senku es su catalizador, la única persona que logra hacerla cambiar de humor de un momento a otro.
—Sólo suéltalo. —sin esperar un segundo más, ella toma asiento de manera improvisada sobre la pequeña isla de la cocina, totalmente expectante de lo que Senku está a punto de revelar. Porque Kohaku sabe que hay algo más en ese silencio evasivo.
Y entonces él así lo hace. Contándole sobre la propuesta de Xeno de mudarse temporalmente a América para llevar a cabo la primera fase de la planeación de la base lunar. Lo que sin lugar a dudas promete un gran y abrupto cambio en sus vidas, no se trata de un simple viaje de ida y vuelta en el Perseo por un par de meses o días, sino de una estadía de cuatro o cinco años en la recién refundada colonia de lo que antes fue Estados Unidos.
Aunque también le habla de la segunda opción, la estadía de Senku en solitario en el país norteamericano, dejando a su familia en japón durante el mismo lapso de tiempo para que Kohaku y los cachorros no tuvieran que abandonar la vida que durante todos esos años habían forjado ahí.
—No es nada definitivo aún… no he accedido a nada todavía, quería hablar primero contigo y con los cachorros sobre esto y tomar juntos una decisión. —Senku puede apreciar la sorpresa en el rostro de su esposa y la duda que repentinamente comienza a florecer en sus facciones.
Reconoce que al igual que él, Kohaku está en una clara encrucijada con esa decisión. Ya no se trata simplemente de ellos dos como en los viejos tiempos y ambos lo saben, están más que conscientes de que ahora tienen una responsabilidad a cuestas.
—¿Recuerdas lo que te dije esa vez? Cuando me encontraste en el naufragio y me resucitaste…
Ella había dicho tantas cosas en ese pequeño lapso de emoción y coqueteo descarado, pero Senku mejor que nadie sabe a lo que ella está refiriéndose. Algo que siempre ha tenido presente desde el inicio de su relación y a lo largo de su vida juntos en todos esos años.
—Que ibas a mantener mi calor corporal con tu improvisado abrazo. —de nuevo intenta bajar la tensión del momento, pero sólo se gana una mirada reprochante de su esposa.
Kohaku entonces decide no seguirle el juego esta vez y dejar las cosas en claro. De un simple salto, ella se baja de su asiento improvisado y se acerca a Senku, quien para el caso se encuentra aparragado junto a la mesa con ese aire de despreocupación y casi burlesco que lo caracteriza. Tal como ya es costumbre entre ellos, la guerrera lo acorrala como a una presa, invadiendo su espacio personal con su imponente y coqueta presencia, esa que se atreve a revelar únicamente cuando sabe que están solos, libres de la mirada escrutadora y chismosa de sus amigos.
Y él simplemente acepta esa cercanía y no puede evitar sonreír en el proceso ante el descaro de su Leona.
—Te dije que asumiríamos el riesgo y avanzaríamos juntos, soy tu compañera y lo he sido desde el momento en el que te conocí —por un momento y para sorpresa de Senku, la emoción se apodera de Kohaku, un ligero brillo en sus ojos le advierte que hay mucho más en esas simples palabras… una promesa tácita que se perpetua con el tiempo—. Somos compañeros… —reitera—. Y sabes que te seguiría hasta el fin del mundo si fuera necesario.
—Soy consciente de eso, Leona —él la sostiene tan cerca como le es posible, la calidez en su pecho no se evapora tan fácilmente cuando se trata de ella—. Pero ya no se trata únicamente de nosotros dos como en los viejos tiempos.
Y sus palabras son certeras. Kohaku asiente comprensivamente y por una fracción de segundos sus labios esbozan una efímera sonrisa, como si estuviera recordando algo gracioso. Quizá Senku sabe qué es, pero por el momento decide dejar el elefante en la habitación.
—No veré a mi padre ni a Ruri en esos años. —El tono de la guerrera adquiere un ligero tinte de pesadez.
—Chrome también es parte del equipo científico así que probablemente tu hermana también tenga que mudarse.
Aunque Kohaku no está del todo segura, después de todo, a pesar de la restauración progresiva de la humanidad, las tradiciones ancestrales de la aldea aún seguían en pie. Duda que su hermana se aleje demasiado y por tanto tiempo de sus deberes como la aún vigente sacerdotisa de Ishigami.
—Como te dije, no es nada seguro y será mejor que hablemos de esto con los cachorros.
Por el momento quizá era la mejor opción, llegar a un acuerdo y tomar juntos esa decisión.
Kohaku está de acuerdo, quizá pensarían en eso con calma más tarde. Por el momento lo único que está en sus planes es descansar de ese pesado día, pero el descanso para Senku queda en un segundo plano cuando recuerda que ha olvidado algo en el laboratorio. Entonces decide ir rápidamente al complejo que se encuentra a solo un par de cuadras de la que ahora es la casa familiar Ishigami.
Con una simple promesa de que será un viaje rápido, el científico se encamina al laboratorio sin mirar atrás… sin una despedida… con el único pensamiento de que regresará pronto.
Si tan sólo él supiera.
La suerte nunca ha estado de su lado y Senku lo sabe a la perfección.
Oscuridad es lo único que Senku puede percibir en ese momento, sus ojos han sido vendados y sus manos y pies completamente atados para evitar su escape. Su mente se acelera y lucha por tratar de comprender lo que está sucediendo, inconscientemente su cuerpo se retuerce debido al pánico y desesperación. Lo ultimo que recuerda es la fuerte punzada de dolor explotando en la parte trasera de su cabeza y después… nada…
O esto.
Alguien estuvo siguiéndolo desde el momento que salió de casa, esperando el momento perfecto para atacarlo. Y lo encontró justamente a un par de cuadras del complejo. ¿En dónde está ahora?
Y más importante aún ¿Quién está haciendo esto?
Pero Ishigami tiene la leve sospecha y probablemente sabe de qué se trataba todo esto: la oposición. Quién más si no eran ellos, cuando en el pasado ya había recibido amenazas y altercados de parte de ellos.
—¿De nuevo con esto? —es una suerte que al menos no le hubieran cubierto la boca—. Kukuku, no se cansan ¿Verdad?
—No hables a menos que yo te diga.
Oh… Senku repara en algo interesante, esa voz (aunque distorsionada) … hay algo en ella que le resulta vagamente familiar, no puede precisar de dónde, pero está seguro de que la conoce de algún lugar.
—Dejemos de jugar este absurdo juego, ya se los he dejado muy en claro, y no importa lo que hagan, no detendré la construcción de la máquina del tiempo —inquiere Senku con renovada confianza, dejando el ligero pánico a un lado—. Confío en la ciencia y en que traspasará el tiempo mismo para descubrir y desentrañar nuevas reglas sobre nuestro universo. Así nos lleve años o décadas, incluso si me matan… siempre habrá alguien que continúe con este arduo trabajo… algún idiota como yo que quiera descubrir qué hay más allá.
—Y estoy totalmente de acuerdo contigo, la ciencia definitivamente es la base para una verdad absoluta y la que desentrañará los misterios de nuestro universo —La voz iguala el tono confiado de Senku, incluso pareciendo mucho más pretenciosa y engreída—. Y nos dará nuevas oportunidades.
Lo siguiente de lo que Senku es consciente es de que algo frío y metálico roza su frente sin vacilación, él lo sabe, que un arma está apuntando directamente a su cabeza.
Pero eso es solamente una fachada. Porque se trata simplemente de una distracción y Senku apenas es consciente de la punzada de una jeringa en el cuello. ¿Qué es esto? ¿Alguna clase de veneno? ¿De esa manera su muerte sería más rápida y efectiva?
—Ahora bien… antes de que esto haga efecto, quiero que respondas algunas preguntas. —el perpetrador aleja el arma y se apresura a recostar a Senku sobre su espalda en el frío suelo.
Por la textura, Ishigami sabe que no se trata simplemente de tierra sino de madera sobre lo que está recostado. De nuevo ¿A dónde demonios lo han llevado? ¿Alguien se ha dado cuenta que se ha ido? ¿Cuánto tiempo ha permanecido en ese lugar? ¿Kohaku y los cachorros estarán preocupados? ¿Ellos están bien? Bueno, sabe lo fuerte que es su esposa y confía en que se mantendrá a salvo y también a sus hijos.
O eso espera.
—¿Ahora jugaremos al interrogatorio? —a pesar de la precaria situación, Senku no duda en mantener esa fingida actitud de despreocupación. Es su mejor carta por el momento.
Pero el perpetrador lo ignora y procede a su primera cuestión.
—¿La llamas " Leona" o simplemente por su nombre?
La cuestión en sí carece de sentido alguno para Senku, pero sabe a qué o mejor dicho a " quien" se refiere su secuestrador. ¿Qué demonios pretende? ¿A qué quiere llegar con eso?
—Tu pregunta no tiene ni un milímetro de sentido —Senku evade la cuestión y trata de evitar que él note su molestia e inquietud por poseer el conocimiento de un dato de su vida personal—. No es algo que te importe.
—Sólo responde —de nueva cuenta el arma está sobre su frente—. O quizá podría intentar adivinar —el sujeto hace un sonido, tal como si estuviera considerando opciones—. Prefieres llamarla por su nombre la mayor parte del tiempo… excepto cuando estás metiéndote con ella para molestarla, o cuando están solos en esos momentos que consideran íntimos ¿Me equivoco?
¿Cómo lo sabe? Piensa Senku con horror. Cada maldita palabra es cierta. Pero no dice nada, no afirma ni niega tal aseveración. Y para el sujeto esta es una pequeña victoria.
—Ella odia que la llames de esa manera ¿No es verdad? Pero a ti no te importa llamarla así porque con el tiempo ese molesto apodo se ha convertido en un apelativo cariñoso.
De nuevo… él tiene razón y Senku no responde.
—¿Cómo demonios sabes eso?
—Yo sé muchas cosas sobre ti… Ishigami. —el sujeto afirma con excesiva confianza.
Lo que despierta aún más dudas y alarmas en Senku.
—Siguiente pregunta… tu padre ¿Aún sigue vivo? —no hay burla en la cuestión, sólo genuina curiosidad.
—Creo que eso deberías saberlo… Él es la prueba de nuestro trabajo y el motivo por el que estamos haciendo todo esto. —aunque por ahora Senku omite el detalle de que el viejo se encuentra nuevamente petrificado, el perpetrador no necesita saber aquello ni mucho menos conocer la ubicación de su estatua.
Lo siguiente son una avalancha de preguntas que Senku considera sin sentido y de las que se niega a responder en su mayoría. Sobre Kohaku (que de nueva cuenta él se niega a responder y el sujeto adivina sin más) … sus amigos, conocidos, parte de su trabajo; pero llega a un punto de inflexión cuando el sujeto le pregunta sobre sus hijos. Eso es algo de lo que no está dispuesto a hablar para darle información alguna que los ponga en peligro, Kohaku jamás se lo perdonaría y él tampoco.
—Veo que no perdieron el tiempo —hay una ligera risa que muere lentamente en el silencio del lugar—. ¿Eres un buen padre? ¿Un buen esposo? Toda esta vida tuya… dime Senku ¿Es lo que querías? ¿Estás conforme con el destino que te ha tocado vivir?
Son demasiadas preguntas y Senku no puede dimensionarlas todas de una vez. Él no sabe las respuestas a todas ellas o al menos no puede afirmar con seguridad cada una con una respuesta satisfactoria. No sabe si es un buen padre, lo intenta en la medida de lo posible, pero es un trabajo constante del que no está seguro si lo hace bien, esos niños definitivamente no estaban en sus planes ni por asomo, pero ahora son una parte fundamental de su vida. Un buen esposo… ¿Lo es? Durante su relación con Kohaku siempre ha habido altibajos y momentos increíbles, ambos son su propio complemento… un excelente equipo, y él le ha dado todo lo que está a su alcance para hacer que esa relación funcione.
El destino. Desde el fatídico día de la petrificación y tras despertar en ese mundo de piedra nada ha sido fácil, esa travesía en la que se convirtió su vida desde entonces, al enfrentarse a sus enemigos y ganando nuevos aliados en el camino… no, no cambiaría eso por nada.
Pero hay algo en las palabras del perpetrador que lo hacen sentir ligeramente vulnerable… desprotegido y con más dudas.
—Yo… no…
Pero las palabras de Senku quedan en el aire. Una extraña calma invade repentinamente todo su cuerpo y siente que comienza a hundirse en ella, en una irresistible somnolencia.
—No te preocupes, ya lo sabrás… yo te daré esa oportunidad. —la voz del sujeto es apenas un susurro distorsionado a oídos de Senku, que se pierde lentamente en una lejanía.
No se trata de un veneno, sino de una droga.
—Tienes razón, la ciencia definitivamente nos abrirá nuevos caminos.
Senku apenas puede comprender el significado de esas palabras mientras cae lentamente en la inconsciencia, trata de mantenerse alerta, pero es una batalla perdida.
—Cuando despiertes quizá todo te pueda parecer una fantasía, pero no te preocupes, tal como lo has hecho hasta ahora, vas a superarla.
La oscuridad absoluta es todo lo que hay después de eso.
—¿Estás bien, Ishigami?
Todo lo que Senku puede distinguir es una luz cegadora que le impide mirar a su alrededor, sin embargo, la voz le resulta bastante familiar, esta vez no se trata sólo de una vaga sensación de familiaridad, sino que sabe exactamente de quién se trata.
Los movimientos son borrosos y no puede distinguir más que siluetas en la habitación.
—¿Dr. Ishigami? —esta vez es la voz de una mujer la que resuena, y de nueva cuenta, Senku la reconoce casi de inmediato.
Cuando las imágenes comienzan a hacerse más nítidas al enfocarse, Senku se da cuenta que Xeno y Luna lo están mirando con atención y preocupación en sus semblantes. Segundos después, Senku también se da cuenta de que está sobre una camilla y la habitación parece ser la de un hospital, sin embargo, no se trata del hospital que él conoce, pues la apariencia de éste parece ser más… ¿Cómo podría describirlo? De la antigua modernidad.
Eso es imposible.
Él trata de levantarse, pero es inútil, de nueva cuenta se encuentra atado de manos y pies por unas correas acolchadas. También es consciente de que su atuendo ha cambiado, siendo sustituido por una camisa formal y pantalones de vestir que realmente parecen caros.
¿Qué demonios?
¿Dónde está la pequeña capa con la fórmula de Einstein que Suika le regaló?
—Trata de calmarte, Ishigami, esto es simplemente por seguridad. —Xeno inquiere con un tono de voz que parece más que nada un poco distante y formal. Muy alejado de a como Wingfield suele referirse a él con la familiaridad de antaño.
¿Está molesto por algo? Senku no lo sabe, pero de lo único que puede estar seguro es que su mentor parece algo… diferente.
"El perímetro está asegurado, no se encontraron a más de nuestros hombres… cambio" . Una voz estática resuena desde un comunicador que aparentemente Xeno lleva consigo en el bolsillo de la bata de laboratorio. Senku casi puede estar seguro que es la voz de Stanley la que sale de esa radio.
Quizá, piensa Ishigami, todo esto se trata del incidente anterior. Tal vez Xeno y Stanley llegaron a tiempo antes de que el hombre de la oposición lo asesinara y ahora solamente están atendiéndolo mientras despejan el perímetro. Aunque, la naturaleza del mensaje en sí es confusa ¿Había más involucrados? ¿No solamente fue él?
—Entendido Stan, cambio —Xeno se limita a responder y después dirige toda su atención a Senku—. Bienvenido de nuevo, Ishigami.
—Sí, sí, sí… dejemos las absurdas bienvenidas para otro momento… sólo dime que no se llevaron a Why-man —Senku mira tanto a Luna como a Xeno esperando una respuesta satisfactoria—. ¿Kohaku y mis hijos están bien? Esa Leona me patearía el trasero si algo les pasa a los cachorros.
Hay un inquietante silencio tras sus palabras y un par de miradas de confusión por parte de los presentes, como si lo que Senku estuviera cuestionando no tuviera un real sentido para ellos.
—¿Why-man? ¿Kohaku? —Luna es la primera en romper ese silencio—. Lo lamento Dr. Ishigami, pero no sabemos de qué está hablando.
Hay una ligera punzada de advertencia ante sus palabras, pero Senku decide ignorar ese mal presentimiento, tal vez, se dice, no lo habían escuchado bien o este era un pésimo momento para jugarle una absurda broma.
—No tengo tiempo para esta clase de humor —esta vez se dirige a Xeno—. La Medusa ¿En dónde está? Why-man estaba en el laboratorio esta tarde ayudando a Chrome con los planos del generador de la máquina del tiempo, tú me enviaste a casa esta noche y después de la cena familiar con Kohaku, regresé al laboratorio, fue ahí cuando uno de los opositores me abordó y casi me asesina…
Mientras más palabras salen de su boca, las miradas de Xeno y Luna parecen más confusas e incrédulas, como si su ferviente explicación de los hechos no fuesen más que un invento fantasioso creado por una mente perturbada.
—¿Eso es lo último que recuerda, Dr. Ishigami? —ella se acerca lentamente a la camilla y comienza a examinarlo.
—Ya les dije todo lo que recuerdo. Ahora suéltenme, necesito volver a casa… seguramente mi padre, la Leona y los mocosos están preocupados.
—¿De qué estás hablando, Ishigami? Tu padre está muerto y no sabemos quién es esa tal Kohaku de la que estás hablando. —las palabras de Xeno son completamente crudas pero certeras, como si quisiera hacerlo entrar en razón.
De nueva cuenta esa extraña sensación se cierne sobre Senku, si esa es una jodida broma, entonces no le encuentra el chiste en todo eso.
—kukuku, esto no es gracioso —hay una calma aparente en la voz del científico, pero nada más alejado de la realidad—. Mi padre…
—Ishigami Byakuya murió en la explosión de uno de los motores del cohete durante el lanzamiento de su primera misión hace dos décadas.
¿Qué? ¿De qué estaba hablando Xeno?
—No… mi padre logró llevar a cabo su primera misión en la estación espacial internacional, él estaba ahí cuando el rayo petrificador cayó a la tierra y fue él y el resto del equipo de astronautas los que ayudaron a fundar la aldea, él no murió en el río recolectando platino como todos creímos… encontramos su estatua en la isla del tesoro gracias a Why-man.
—Debe ser causado por una contusión —Luna comparte con Xeno a manera de diagnóstico—. Necesitamos realizar más estudios y quizá una tomografía para estar seguros, si las alucinaciones continúan…
—No estoy alucinando ¿Qué demonios les pasa? ¿De qué se trata todo esto? —Senku comienza a perder la paciencia, y esas miradas, como si todo lo que él les había contado fuese producto de un lapso psicótico comienzan a molestarlo—. Desátenme.
Pero su petición es inútil, Luna sólo le da una mirada de compasión antes de salir de la habitación y dejarlo a solas con Xeno.
Wingfield comienza a escrutarlo lentamente, como si estuviera analizando cualquier posibilidad, pero no dice nada, lo que sea que esté pensando se lo guarda para sí mismo.
—Estás desorientado y muy confundido, pero ya pasará. Te estaremos vigilando de cerca y realizaremos los estudios pertinentes para que te recuperes. —el científico estadounidense le asegura—. Ha sido una larga ausencia, pero felicidades Dr. Ishigami, tu gran proyecto ha sido un éxito. Ahora sabemos que fue una excelente decisión confiar en ti y apostar todo nuestro capital en tu revolucionario proyecto.
Senku no tiene idea de lo que está hablando, y parte de él quiere cuestionar directamente eso y exigir una explicación… pero otra parte, esa que todavía mantiene ese estado de alerta, por primera vez en su vida, tiene el temor de descubrir la verdad.
¿Qué está sucediendo?
Kohaku definitivamente va a patearle el trasero, ha pasado más de una hora desde que él se fue con la excusa de que había olvidado algo en el laboratorio. Si no lo conociera mejor, diría que esa pequeña escoria adicta al trabajo se quedó ahí para invertir el tiempo perdido nuevamente en más trabajo.
Aunque en realidad, no es eso lo que realmente le molesta, de hecho, esa es una de las cualidades que ama de él… esa dedicación y fuerza para seguir adelante y trabajar en sus convicciones. Pero Kohaku también reconoce que a veces Senku es un descuidado con su propio bienestar y que necesita un jalón de orejas para tomar un merecido y corto descanso.
De hecho, fue precisamente por esa misma razón que Xeno prácticamente lo obligó esa noche a dejar su trabajo en el laboratorio y lo envió a casa.
¿En dónde rayos se ha metido ahora? ¿Debería ir al laboratorio y traerlo de nuevo a rastras? Porque lo haría, Kohaku no tendría contemplación alguna con él.
Pero la idea queda a un lado cuando la puerta se abre con un crujido casi silencioso, como si el recién llegado quisiera ocultar su presencia. ¡Ja! Como si él pudiera escapar de ella y de la reprimenda que se merecía. Pobre iluso.
En un par de pasos, Kohaku lo intercepta.
—Se suponía que sólo irías por algo al laboratorio —la guerrera tiene un semblante entre burlón y amenazante, llevando sus brazos al pecho en señal de inflexión—. Y bien ¿Qué te tenía tan ocupado?
Y ante semejante reprimenda lo único que obtiene de su esposo es una estúpida sonrisa de medio lado. En apenas una fracción de segundo, Senku ya está frente a Kohaku, mirándola con una expresión que ella no puede descifrar fácilmente pero que le recuerda a esas miradas coquetas que solía darle en el pasado cuando su relación apenas estaba tomando forma. Una pequeña llama en sus ojos que sin lugar a dudas ella no puede ignorar y que le provoca una amalgama de sentimientos.
—No pensé que me extrañaras tanto… Leona. —su sonrisa de mierda crece aún más cuando la toma de la cintura y elimina la distancia que los separan.
Kohaku no puede evitar temblar ante el sutil ronroneo, pero tampoco puede ignorar ese molesto sobrenombre.
—¡Ja! ¿Quién dice que te he extrañado, pequeña escoria mentirosa y adicta al trabajo?
La respuesta no es otra broma sarcástica, sino un repentino beso necesitado que derrumba las defensas de Kohaku y la hace olvidar el motivo por el que estaba molesta con él… al menos por esa noche. Porque ella se encargará de reprenderlo nuevamente al día siguiente.
Por ahora lo único que importa son ellos dos y la larga noche que aún les espera, sí, él tenía razón, ella lo ha extrañado más de lo que está dispuesta a admitir. La rutina los ha monopolizado y dejado su relación a un lado, pero en ese momento tratarían de recuperar un poco ese tiempo perdido.
Y él también aprovecharía esta segunda oportunidad.
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N/A:
Una pequeña idea que surgió gracias a un libro que me estoy leyendo 7u7
Hasta la próxima!! *se vuelve a desvivir* uwu
