La noche despejada de invierno permitía lucir el bello cielo estrellado que se extendía como un lienzo negro salpicado de titilantes estrellas que delineaban con delicadeza los apenas perceptibles cambios de colores de la Vía Láctea, mientras la luz de la luna, iluminaba con todo su esplendor la suave y esponjosa capa invernal cubriendo la superficie del tupido bosque blanco, donde el crujido ligero de la nieve bajo los pasos resonaba entre la quietud, creando una melodía que rompía con el silencio de la noche.

Tendida en la blanca nieve y envuelta en el atuendo obsequiado por los Minks; la peliblanca descansaba vulnerable ante el frío, siendo una de las raras ocasiones que exponía su piel, suave y uniforme. Su cuerpo solo podía ser ubicado gracias a la llamativa falda roja extendida que a lo lejos parecía un rastro de alguna escena criminal, mientras su cuerpo se mimetizaba con la nieve, logrando camuflajear su top blanco y cabello, dejando ver tan solo sus brillantes ojos azules.

La ligera tela apenas proporcionaba abrigo, dejando sus pies descalzos expuestos a la baja temperatura junto con gran porcentaje de su piel que conectaba directo con el congelado manto, dejando su cuerpo inmóvil, como si el invierno hubiera reclamado su calor, mientras sus ojos humedecidos permanecían fijos en el cielo estrellado, otorgándole la apariencia de un cadáver helado abandonado a su suerte en medio de la nevada noche.

Toshinori logró arribar a su ubicación siguiendo la Vibre Card, que por su comportamiento, comprendió la mujer podía estar en un estado catatónico.

—¿CÓMO TE FUE EN TU DÍA LIBRE? —Cuestionó ocultando su angustia, en espera de respuesta que le demostrara estuviera consciente; más esa respuesta no llegó. Sin embargo, un parpadear le hizo entender que solo se encontraba ensimismada; por lo que se enfocó en aquello que parecía tenerla hipnotizada, volteando al bello cielo nocturno, con el susurro del viento como acompañamiento.

—EL SOL Y LA LUNA ES LO ÚNICO QUE NO HA CAMBIADO...

—Los humanos siguen siendo una mierda. —Finalmente respondió con un tono monótono, sin rastro de ánimo y provocando que el jubilado le prestara atención debido a su negativo comentario.

—SEGUISTE INVESTIGANDO A PESAR DE QUE TE DIJIMOS QUE DESCANSARAS... —Toshinori suspiró en decepción.

—No... Llevo aquí horas meditando que tanto vale la pena seguir viviendo...

Sus palabras resonaron con tristeza y desaliento en el héroe; Ese estado anímico, junto con su comportamiento y mentalidad, presentaba una combinación devastadora para su salud mental. Toshinori se mantuvo serio, sintiendo impotencia al no poder ofrecer una respuesta con la escasa información que recibió de su parte.

—Seiscientos años es demasiado y no he hecho más que desperdiciarlo en un deseo que no tiene sentido. —Expresó desalentada, manteniendo su vista en las estrellas.

—PARA TI LO TIENE, ESO ES LO QUE IMPORTA.

—...

—¿Eres consciente de que estás incitando a que cometa un crimen?...

—SI... CREO ENTENDER TUS MOTIVOS.

Un silencio profundo se apoderó nuevamente del entorno, solo interrumpido por el susurro del viento entre las agujas de los pinos.

—La verdad es que, quitando mis habitos para sobrevivir... No encontré nada mas que hacer. —La peliblanca respondió a la pregunta con la que el jubilado dio inicio a la conversación.

—No sé qué me apasiona, ni siquiera sé qué es lo que disfruto. —Volvió su vista hacia él con expresión seria. —Durante todo este tiempo, he cargado con rencor y remordimiento, intentando redimirme a través de buenas acciones... Siempre evitando el contacto cuando me canso de la interacción... Nunca he intentado realmente disfrutar de la vida... Así fue en el pasado y así es ahora... No tengo idea de cómo vivir de otra manera.

—¿REDIMIRSE A TRAVÉS DE BUENAS ACCIONES?Pensó, recordando una conversación con su joven pupilo, quién le confesó sobre los huérfanos mestizos escondidos.

—EL JOVEN MIDORIYA ME CONTÓ DE TU LABOR EN DEIKA... ES ADMIRABLE, PERO... ¿ACASO ESTAS INTENTANDO COMPENSAR VIEJAS ACCIONES?

—La longevidad tiene su precio... y su peso. —Sus palabras denotaban un profundo significado que variaba segun las perspectivas del emisor y receptor. Dando a entender que su verdadero mensaje solo entendible bajo su experiencia.

Un nuevo silencio se apoderó del lugar, generado por la respuesta que el rubio estaba preparando.

—TU CONTEXTO Y TU PASADO TE CONSTITUYEN, MAS NO TE DEFINEN... TE HAS ENFOCADO TANTO EN TU PASADO, QUE NO SABES COMO DISFRUTAR DE TU PRESENTE.

—DESCONOZCO EXACTAMENTE TUS ACCIONES QUE TE LLEVARON A SER ASÍ, PERO LA IMAGEN QUE DESCRIBES DE TI MISMA NO COINCIDE COMPLETAMENTE CON LA PERSONA QUE CONOCEMOS... AUNQUE INTENTES JUSTIFICARLO, TUS ACCIONES PROVIENEN DE LA BUENA VOLUNTAD; NO SON SIMPLEMENTE UNA FORMA DE COMPENSACIÓN.

—Ese es el dilema Toshinori... Existen tres versiones de nuestra persona: Cómo nos perciben los demás, cómo nos vemos a nosotros mismos... y cómo realmente somos. Lamentablemente, jamás podremos identificarnos con la tercera.

—¿Y CÓMO TE VES A TI MISMA?

—No lo se... Estoy perdida entre mi versión del pasado, y desconozco quién soy ahora. Creo que conozco más a los demás que mí propia persona... Me perdí en desvelar la historia de mis antepasados y todo lo que fluía a su alrededor, que nunca me enfoqué en mí. Ni siquiera sé mi nombre o si tuve uno. Dejar que los demás lo elijan es una manera de crear una identidad que se adapte a la situación.

Toshinori no pudo evitar sentir pesar ante la mentalidad de la mujer que había abandonado toda libertad, al enfocarse en sobrevivir para conseguir una meta específica, más no en disfrutar de la vida en sí.

—LA RELACIÓN CON UNO MISMO ES LA RELACIÓN MÁS COMPLICADA DE TODAS... PORQUE NO PUEDES HUIR DE TI. DEBES DE ENCONTRAR LA FORMA DE PERDONARTE CADA ERROR, ACEPTAR CADA DEFECTO O VIVIRÁS A EXPENSAS DEL REMORDIMIENTO Y ODIO, CAUSANDO QUE TU MISMA LE RESTES EL VALOR A LA EXISTENCIA, A LA CUAL TODOS LE BUSCAMOS SIGNIFICADO.

La mirada de la mujer se abrió por completo, revelando la claridad de sus ojos al escuchar el mensaje, dirigiéndose hacia el rubio con profunda atención.

—EN POCAS PALABRAS: TU SOLA ESTAS CAUSANDO QUE LA VIDA A TUS OJOS SEA INSOPORTABLE... NO ERES CAPAZ DE DESARROLLAR NINGÚN LAZO CON NADIE PORQUE NO HAS TRABAJADO EL MÁS IMPORTANTE... EL PROPIO. —La seria voz que transmitía un sabio mensaje cambió a una más suave, demostrando calma mientras entregaba un consejo con gentileza. —CREO SABER POR DONDE COMENZAR... EL PRIMER ACTO DE AMOR PROPIO E IDENTIDAD SERIA ELEGIR TU NOMBRE... BAKANEE.

Que se refiriera a ella con el burlesco nombre que le otorgaron los piratas, no hizo mas que causarle una risa nasal mientras suavizaba su expresión.

—Bakanee... Creo que me he encariñado de ese nombre... —Respondió con una sonrisa marcada, burlándose de si misma

—ES HORRENDO. —Mencionó con desagrado, causando que Bakanee contuviera la risa por su reacción.

—Pfff... Si no fuera tan cerrada sé que estos últimos dias hubieran sido los más significativos que toda mi vida... Pero... Es difícil cuando el pasado es la única cicatriz que no se puede borrar... —Pronunció, haciendo referencia a cómo no necesitaba ocultar más su cuerpo, por las viejas marcas que había acumulado a lo largo de los años. Por lo que aprovechó su distanciamiento para dejar de esconderse de sí misma y los demás para poder asimilarlo en privado.

—Y NO LO PODRÁS BORRAR, PERO PUEDES DECIDIR QUÉ TANTA IMPORTANCIA DARLE... SI PERMITES QUE EL PASADO TE CONSUMA, NO PODRÁS ENFOCARTE EN TU PRESENTE NI FUTURO... —Toshinori apoyó su mano en el mentón y cerró sus ojos, fingiendo que pensaba profundamente.

—AUN ERES JOVEN... MMM... ¿CUANTOS AÑOS TE QUEDAN? ¿OTROS MIL? —Preguntó con sarcasmo, ocasionando que la desanimada peliblanca parpadeara desubicada para despues soltar una risa, que no tardó por ser acompañada por la de él.

—Pfff... Jajaja... Eres un tonto...

—AHÍ ESTÁ...ANTES ERAS MÁS SONRIENTE... ¿NO TE APASIONABA INFILTRARTE A CONSEGUIR INFORMACIÓN?

—... —Su animado comentario provocó que su risa se detuviera de golpe, devolviéndola a su desanimada actitud.

—Hubo un error que desató más de ellos... Estoy en un efecto bola de nieve, en el que cada movimiento o decisión que tome no hará mas que empeorar las cosas...

—No les comparto nada, porque no puedo conseguirlo sin revelar a nuestros enemigos lo que hemos tratado de ocultar todo este tiempo... Estamos entre la espada y la pared. Si quiero conseguir lo que busco, es saliendo a la luz... Ser un cebo, solo que, en esta ocasión todos estaríamos en problemas. —Su voz comenzó a quebrarse, mientras mas avanzaba con su respuesta.

—No sé qué hacer... De nuevo, no tengo control de la situación... Quise trabajar sola cuando tenía que tener en cuenta que hay más involucrados. No lo tomes a mal; Hiciste un gran trabajo en mantener a los Sombrero de paja bajo vigilancia... Pero también debíamos considerar a los estudiantes, maestros... —Pronunció dejando un largo suspiro. —Nezu... Son demasiados, y por esos errores me encuentro en lo que considero, el momento más bajo.

—¿SABES QUÉ HACER CUANDO ESTAS EN EL FONDO?

—Salir

—ACEPTAR AYUDA. —Articuló, proyectando una sombra sobre la mujer, quién veía como le ofrecía su mano para ayudarla a levantarse.

—DESDE QUE RECUPERASTE LA CONCIENCIA NO HAS HECHO MÁS QUE PONERTE A TRABAJAR INVESTIGANDO, MIENTRAS TODOS NOSOTROS NOS ENFOCAMOS EN NUESTRO CRECIMIENTO GRACIAS A LAS OPORTUNIDADES QUE NOS BRINDA TENER AL EMPERADOR Y SU TRIPULACIÓN AQUÍ... PERO NINGUNO SE HA NEGADO A DISFRUTAR LO QUE LA COMPAÑÍA Y EL MUNDO OFRECE... ¿POR QUÉ NO LOS ACOMPAÑAS? JUSTO AHORA PLANEAN QUE HACER EN NOCHE BUENA... NO TE VENDRÍA MAL INVOLUCRARTE.

—¿En serio piensan en celebrar una festividad que ni siquiera entienden?

—DIJISTE QUE ESTOS DIAS QUEDARIAN MARCADOS SI NO FUERAS TAN CERRADA... PUES, ESOS DIAS AUN NO TERMINAN...

Toshinori permaneció con la mano extendida sin recibir respuesta de la mujer quien le miraba con un puchero.

—Mi cuerpo no responde... Estoy entumida.

—OH... CIERTO, EL FRÍO, JAJAJAJA. —Respondió, tomando ambas manos para levantarla, quedando unos segundos de pie antes de plantar cara sobre la nieve, ya que las piernas tampoco respondían; quedando ambos quietos con sudor recorriendo sus nucas, antes de que la cargara en su espalda donde la mujer no dejaba de murmurar sobre celebrar una festividad con la que no estaban familiarizados.

—TOMALO COMO UN GENUINO DESCANSO, NO PIENSES EN NADA Y DISFRUTA LA COMPAÑÍA... AL FINAL, ASÍ ES COMO LO ESTAN TOMANDO ELLOS.

Bakanee aceptó la invitación y sonrió dejando salir una ligera risa que no pudo contener.

—¿QUÉ ES TAN GRACIOSO?

—Me hubieras terapeado desde un principio y nos ahorrábamos todo este desastre con Ivanka...

—Ay jajaja... Estamos muertos... —Aceptó a modo de burla.

—SABES QUE PODÍAS ACUDIR A NOSOTROS CUANDO LO NECESITARAS Y PREFERISTE ALEJARTE... ESTAMOS CAPACITADOS PARA PODER BRINDAR CALMA Y HACER ENTRAR EN RAZÓN A LAS PERSONAS QUE HAN PERDIDO SU CAMINO COMO TÚ.

—Pues les urgen esas clases a tus estudiantes...

—Bueno... Nezu lo hizo mandándome con su profesional... —Reclamó disgustada, notando como el rubio agachó la cabeza compartiendo la culpabilidad por estar ausente.

—¡Oi! —La peliblanca respondió a su reacción con un cabezazo, siendo la única parte del cuerpo que respondía, sacándolo de sus lamentos. —Lamentarse no cambiará lo ocurrido... Enfoquémonos en el siguiente paso.

—OW, CABEZA DURA... ¿CUÁL ES?

—No tengo idea...


El Sunny lucía vacío, con la mayoría de la tripulación descansaban en sus cálidas habitaciones, siendo solo el reno y el esqueleto, quienes disfrutaran del frío, permaneciendo en la cubierta nevada donde vieron llegar al ex-símbolo de la paz, cargando en su espalda a la asistente que yacía adormecida, esforzándose por mantenerla consciente; ya que el nulo movimiento de su cuerpo y somnolencia, solo indicaba un choque de hipotermia, por lo que no paró de hacerle conversación durante todo el camino para mantenerla despierta.

—¡Aaaah! ¡¿Que le pasó?! —Llamó alterado el doctor con su voz chillona.

—LA ENCONTRÉ TIRADA EN LA NIEVE... ¿LA PUEDES ATENDER DOCTOR? TIENE HIPOTERMIA Y QUEMADURAS POR FRIO.

—¡Si! Dámela. —Ordenó el reno transformado en su modo humano para darle calor mientras la cargaba a enfermería.

En el acogedor comedor, el médico supervisaba la temperatura de la asistente para asegurarse de que se mantuviera en niveles adecuados. Mientras tanto, el chef se ocupaba de preparar una sopa caliente, siendo la navegante, la única quien, a diferencia de los demás, no llevaba puesto su pijama y se dedicaba incansablemente a frotar la manta que cubría la espalda de la asistente.

—¿Cómo pasó esto? —Preguntó Nami hacia el héroe que servía té en varias tazas

—¿Otra vez en su etapa de ser miserable? —Preguntó el espadachín quien salía de bodega con una botella de sake.

—¿En serio? ¿Tomar tan tarde? —Reclamó Nami

—Que el Zombi no beba, solo provoca que no visitemos bares. —Quejó el peliverde de mala gana.

—UN BAJÓN DE ANIMO LA HIZO TIRARSE EN LA NIEVE POR QUIEN SABE CUÁNTAS HORAS.

—Que idiota se queda dormido en la nieve...

—¿Que dijiste cabeza de alga?

—¡¿Quieres pelear, cocinero pervertido?!

Una llameante batalla se desató en el comedor, siendo detenida por un par de golpes propiciados por la pelinaranja, que se encontraba cansada de sus disputas.

—¡¿PODRÍAN DEJAR DE PELEAR DENTRO DEL BARCO?! —Llamó con los dientes afilados.

—Estaba calientito... —Murmuró la peliblanca.

—Como sea... Debo salir, regreso por la mañana. —Comentó Nami, preparando sus cosas.

—¿A dónde vas Nami-swan?

—Iré con Shouta a investigar sobre los persecutores de Eri.

—¡¿QUEEEEEEEEEEEEE?! ¡No! ¡Te prohíbo que salgas sola con ese vagabundo! —Declaró Sanji, siendo golpeado fuertemente por Nami, dejándolo con la cara plantada en el suelo.

—El único que me puede dar ordenes es Luffy. —Gruñó la navegante, colocándose encima de su ropa, un lindo abrigo rosa tipo poncho que combinaba con sus pantalones blancos y botas rosas.

—No necesito que me cuiden...

—ESTARÁ BIEN... AIZAWA KUN ES MUY HÁBIL... CUIDARÁ BIEN DE ELLA.

—¿Quieres tomar alguna de mis pelucas y prostéticos?... ¿O te apetece más un cambio de identidad? —Ofreció Bakanee ante la molesta joven.

—No... Es demasiado dinero.

—Si esperan a que sea de mañana, puedo llamar al chico que cambia de genero... Como es un adolescente, cobra más barato... Unos veinticinco mil yenes... y otros veinticinco mil para revertirlo, pero tiene que inyectarte para activarlo.

—¿CUÁNTOS MÁS TIENES CONFABULANDO EN CONTRA DE LAS REGLAS?

—Los que sean necesarios. —Respondió descaradamente, comenzando a comer de su sopa, dejando sorprendido al héroe de que aceptara comida con ingredientes de dudosa procedencia.

—¿RECOLECTASTE LOS INGREDIENTES?

—Se había encargado de reabastecernos con ingredientes frescos, pero desde que comenzaron las heladas optamos por comprar... Por lo que ya está comenzado a consumir alimento comprado. —Explicó el cocinero, acomodándose su corbata y limpiando la sangre que brotó de su nariz tras el golpe.

—No parece, pero intenta adaptarse. —Comentó Nami, agitando la cabellera de la peliblanca.

—ENTONCES, ¿YA USARÁS LA HABITACIÓN QUE TE ASIGNÓ NEZU?... DEBES PASAR NOCHES HELADAS EN TU CAMPAMENTO.

—No presiones Toshinori... —Gruñó para despues terminar su sopa de un trago.

—Bueno... No me esperen despiertos. —Decretó Nami, terminando de peinar su cabello en dos cebollas.

—¿No necesitas algo para ocultar tu identidad? —Bakanee preguntó preocupada.

—No te preocupes... Estaré bien. —Respondió cubriéndose la cabeza con la capucha de su abrigo que tenía orejas de osito.

—Nyaaaa~ Nami chwan deslumbras mas que la luna misma, mi bella ninfa de invierno. ~ —Cantó Sanji ondeando alrededor de la navegante, siguiéndola por detrás.

—Sanji —Llamó la asistente. —No creo estar bien para ir mañana a Deika... ¿Puedes hacerte cargo?

—AYE~AYE


Bajo la oscura noche, Nami y Aizawa avanzaron con cautela hacia una pequeña mansión cercada. La luz de la luna apenas iluminaba el camino, creando sombras misteriosas en cada rincón que aprovecharon para desplazarse. La pirata con su caracteristica astucia, observaba detenidamente los alrededores, mientras que el héroe evaluaba la seguridad de la entrada.

—Nami... —Llamó Aizawa un tanto molesto. —Su ropa es llamativa...

—Cómoda... Mejor que piensen que soy un civil... Que dos personas merodeen de negro es demasiado obvio... ¿No lo crees?

—Se supone que no nos deben ver... Ugh... de acuerdo. —Exhaló exasperado. —Solo porque confío en tu experiencia.

Después de una detallada vigilancia, descubrieron un punto vulnerable en el perímetro de la mansión.

Nami, utilizando su "Clima Tact", generó un brusco cambio de temperatura en la zona, creando un amplio espejismo que los volvió invisibles al ojo humano, preparados para ocultase apenas cruzaran.

Con asentimiento por parte de la navegante, el héroe la alzó cual princesa, superando la barda de tres metros y adentrándose juntos en el terreno desconocido.

Mientras avanzaban, el detector de movimiento alertó sobre una anomalía en los jardines traseros, pero las cámaras no lograron captar ningún rastro, permitiendo a los intrusos moverse con libertad dentro de los terrenos.

Nami sostuvo la llave que había obtenido de la oficina del comisario, pero descubrió con frustración que no encajaba en los cerrojos principales de la entrada. Por lo que ante el obstáculo, no tuvieron más opción que idear un ingreso alternativo. Decidiendo exponer el seguro de una ventana a una temperatura elevada, forzando así su apertura.

Silencio abundaba en el interior de la pequeña mansión. Las luces tenues de candelabros y lámparas arrojaban destellos suaves sobre muebles antiguos y cortinas pesadas, presentando un ambiente acogedor. Sin embargo, el crujir del suelo de madera al ser pisado resonaba débilmente, alertando al par de traspasadores.

Nami quedó perdida observando a Eraserhead, despojándolo de su herramienta de combate y lanzándole encima el abrigo con orejas de oso.

—Pero ¿Qué crees que haces? —Susurró molesto

—A mi no me conocen, pero tu traje de héroe te delata... Cambia de atuendo. —Ordenó, usando la bufanda para cubrir su colorido cabello, quedando su cabeza envuelta de ella.

—Es mi herramienta...

—¿Piensas luchar aquí? —Reclamó Nami, a lo que el héroe bufó irritado.

—Solo... no te alejes de mi en ese caso.

Después de una cuidadosa deliberación en el camino, el dúo decidió comenzar su búsqueda por las áreas que podrían ser de uso personal para el comisario asumiendo que documentos delicados no estarían guardados cerca de su familia. Siguiendo esta lógica, recorrieron pasillos hasta llegar a lo que parecía ser su oficina personal, conectada de manera inusual con una barra coctelera.

La presencia de la barra llamó la atención del héroe. Despertando sus sospechas, insistió en buscar algún orificio donde pudiera ingresar la llave, sugiriendo la posibilidad de un compartimento secreto. Sin embargo, la sorpresa fue aún mayor cuando Nami salió victoriosa del baño, sosteniendo un teléfono desechable envuelto en una bolsa plástica.

—¿Dónde lo encontraste?

—Seguí mis instintos... Y si alguien quiere ocultar algo de su familia, lo hará en su área más MÁS privada...

Aizawa vio como goteaba la bolsa, por lo que dejó de buscar y decidió descansar en cuclillas, soltando una risa nasal ante la efectividad y astucia de su compañera de atraco.

—Dentro del tanque del retrete...

—Heh~ —La joven sonrió victoriosa, entregando el teléfono al azabache que buscó por alguna orden en los mensajes enviados y recibidos.

—¿Y bien? —Nami ladeó la cabeza en espera de una respuesta. —¿Tenemos los nombres?

—No... Debemos irnos... Tenemos otra dirección.


Después de invertir un par de horas descifrando las coordenadas y revelando el mensaje, se encontraron con una incertidumbre creciente sobre el destino que estas les depararían. A pesar de la inseguridad, confiaron en sus instintos y siguieron las coordenadas hasta llegar a un barrio abandonado, donde edificios destrozados sugerían la reciente presencia de una batalla.

El panorama era desolador, con el lugar aparentemente abandonado y las coordenadas apuntando hacia una torre oculta entre otras tres, todas con cristales rotos y decoradas con arte urbano en su máximo esplendor en el exterior.

Un escalofrío recorrió al héroe, quien instintivamente detuvo a la navegante. Decidiendo concentrarse en sus alrededores y confirmar sus sospechas.

—Somos vigilados. —Pronunció volteando a Nami

—Puedes usarlo... —Expresó sorprendida por el avance del cansado que, a pesar de no participar en las actividades con sus nakamas, siempre estaba atento y presente. —¿Sabes cuantos hay?

—No con exactitud... Pero no son fuertes... Al menos no tanto como los comandantes de un emperador. —Pronunció con seguridad, provocando que Nami frunciera el ceño, molesta.

—Eeeh, no vengas con bromas.

—No estoy bromeando... —Eraserhead pronunció serio. —Decide si continuamos con la operación o desertamos... Ya cumpliste con tu parte. —Finalizó haciendo entrega del abrigo rosa a Nami, quién lo intercambio por su bufanda.

—Saben que estamos aquí... —Respondió ella. —El mensaje llegará con él comisario, tarde o temprano... Si nos vamos, cambiará la ubicación de lo que sea que esconde.

Con la aprobación de la pirata, ambos se aventuraron a la torre central donde buscaron entre varios pisos en aquellos pocos departamentos con puertas.

En el penúltimo piso encontraron una puerta de metal cerrada, donde la llave que Nami tenia en su posesión, finalmente entró a la cerradura.

El interior del recinto estaba en mejor estado en comparación con los demás, pero no estaba exento de un desagradable olor a humedad. La pirata, astuta como siempre, ajustó la temperatura para empañar los cristales y evitar ser observados desde la distancia.

—Shouta... Me encargaré de buscar... Tu vigila la puerta.

Eraserhead se aproximó a la ventana y desempañó un círculo en el cristal para tener una vista clara del exterior, prevenido ante la posibilidad de un ataque aéreo. Mientras se inclinaba en el marco de la puerta, permaneció atento a cualquier sonido o vibración cercana, adoptando una postura vigilante y enfocada.

—Tenemos el tiempo contando... Lo que me inquieta, es que aún no se hallan movilizado. —Pronunció en voz baja el héroe, mientras Nami continuó ojeando documentos que le entregó a Aizawa, quien amplió su mirada al percatarse de varios nombres conocidos.

—¿Qué sucede?

—No solo son nombres de criminales que han sido atrapados y liberados. —Mencionó señalando específicamente el nombre del villano creador de golems. —También hay héroes, políticos y policías... ¿Exactamente, cuantos más están involucrados?

A medida que hojeaba la lista, Eraserhead reconocía cada vez más nombres, entre ellos empresarios de renombre a quienes había protegido en el pasado. Esto indicaba que la conspiración no se limitaba solo al gobierno, ampliando el círculo de personas involucradas y aumentando su incertidumbre sobre en quién podía confiar y quién no.

Los pensamientos del héroe lo hicieron entrar en una encrucijada, navegando entre la lealtad y la incertidumbre, consciente de que la verdad detrás de la lista de nombres podía cambiar por completo su percepción del mundo que creía conocer.

Una sensación punzante nació en el, alertándolo sobre el peligro inminente que se aproximaba desde la entrada. Sin perder un instante, tomó a la navegante por la cintura y lanzó sus cuerpos hacia la pared más alejada. Antes de que la pirata pudiera articular su queja; una serie de espinas de un tono piel, perforaron la puerta de metal, llevándose consigo los archiveros situados en el centro de la habitación.

—Esa habilidad... ¡LA HABILIDAD DE MISS DOUBLE FINGER! —Exclamó, observando cómo la puerta era arrancada por un hombre fornido con el cabello con forma de erizo de mar, quien se preparaba para embestir a ambos.

El cabello de Eraserhead comenzó a levitar acompañado de su bufanda, mientras sus resplandecientes ojos rojos desactivaron el Quirk del villano, dejándolo inmune para propiciarle una fuerte patada en la cabeza, que lo mando al otro lado de la habitación. Quedando Aizawa de pie protegiendo a la navegante

—No te preocupes, me encargo de ellos. Estas bajo mi responsabilidad... tu toma lo que necesites. —Defendió tomando las telas de su arma, enfocándose en la entrada que habia quedado descubierta.

—No me preocupo... Solo cúbreme. —Respondió enfocándose en los papeles y escuchando una estampida de pasos en los pasillos.

Con la pared de ingreso destrozada, ocho villanos traspasaron mostrando sus Quirks con todo su esplendor, pero su eficacia fue efímera. Pues, tan pronto como Eraserhead hizo contacto visual con ellos, sus habilidades fueron anuladas, dejándolos momentáneamente indefensos.

Los criminales quedaron confundidos sin entender que estaba sucediendo, siendo el villano más tosco quien se lanzó hacia Eraserhead que pudo sentir su hostilidad en su próximo ataque. Sin embargo, el héroe hábilmente esquivó el ataque con un salto, aprovechando la velocidad y la furia del villano y con un movimiento astuto, utilizó su bufanda, enredándola alrededor del cuello del criminal que, con el tirón preciso, el villano se ahorcó a sí mismo.

De nuevo aquella sensación punzante hizo presencia, proviniendo del fornido villano que comenzó con la redada, por lo que sin perder tiempo y aprovechando al mas grande fuera de combate, el azabache usó el otro extremo de su bufanda para atrapar a dos de los traspasadores delgados, y jalándolos con fuerza a hacia él.

El fornido hombre de afro, con cabello transformado en espinas intentó atacar a Eraserhead. Sin embargo, en un giro inesperado, el héroe usó a sus compañeros como barrera protegiendo con los dos delgados a la navegante y con el tosco a sí mismo, por lo que las espinas del villano atravesaron accidentalmente a sus propios aliados, dejándolos fuera de combate.

Los cinco villanos restantes, en un desesperado movimiento para detener en un combate cuerpo a cuerpo al héroe. Se lanzaron sobre de el sin ningún tipo de estrategia ni experiencia en artes marciales, haciendo de su lucha, un patético intento de atrasar lo inevitable.

La bufanda de Eraserhead, como una extensión de su habilidad, se convirtió en un instrumento hábil para controlar y neutralizar a sus oponentes. Con una maestría indiscutible, el azabache enredaba y tomaba los brazos y piernas de sus enemigos, maniobrando sus cuerpos en el aire con una facilidad asombrosa.

Los villanos, ahora controlados por la bufanda, se veían impotentes mientras Eraserhead aprovechaba sus pesos en su contra. Giraba y movía los cuerpos con precisión, utilizando la inercia y la fuerza de sus enemigos contra ellos mismos. Al usar la masa y el impulso de los villanos, el héroe lograba desequilibrarlos, desviando sus ataques y neutralizar su contraataque.

Apenas terminaba con su último oponente, una nueva presencia apareció en las alturas, por lo que, guiado por su instinto, tomó el gorro rosa de la navegante, jalándola hacia sí resguardándola con su propio cuerpo unos segundos antes de que el techo se desplomara sobre ellos.

Una densa nube de polvo se formó entre los escombros, de donde salía un gran hombre topo con nariz girando como taladro, riendo estruendosamente mientras con su nariz destrozaba trozos de escombro, esperando que bajo de ellos encontrara a los perpetradores, ya que, el ruido constante de la electricidad corriendo por los cables impedía que captara los sonidos provenientes de la habitación.

Bajo un gran trozo de techo que los ocultaba de la vista, Nami se encontraba aturdida, sobándose la cabeza mientras intentaba comprender lo que acababa de suceder. Antes de reclamar al azabache que la cubría, sintió un cálido goteo correr por su frente que tiñó gran parte de su adorable gorro de un líquido brillante y carmesí que provenía del inconsciente héroe que sangraba profusamente de la cabeza.

—Shouta, ¿Estás bien? —Sacudió ligeramente al héroe del hombro, claramente preocupada, ya que no se trataba de uno de sus nakamas, que podrían sobrellevar esas lesiones sin problemas. Pero el héroe no contaba con durabilidad de sus nakamas, ya que su tecnica se enfocaba en tecnica y habilidad.

—¡Contéstame! —Insistió alterada, viendo como apenas se movían sus dedos, ya que su cuerpo no era capaz de responder del todo.

El llamado de Nami alertó al enorme hombre topo, cuya cabeza comenzó a girar como un peligroso ventilador de cuchillas. Determinado, no a incapacitar, sino a asesinar a cualquiera que se cruzara en su camino.

—Oh, pero si no es una bella señorita... No te preocupes lindura... Solo cortaré las partes de tu cuerpo que no necesitas, para darle uso a lo demás. —Expresó perversamente con una mirada de lujuria que incomodó a la navegante, haciéndola presionar la quijada con un deseo de acabar con su adversario, mas eso podría exponer en peligro a su compañero.

Nami extrajo de su bolsillo el clima tact, observando cómo el villano reaccionaba al ver el arma. Inmediatamente, el hombre topo comenzó a girar sus manos y pies como ventiladores, propulsándose veloz y peligrosamente hacia ellos con la intención de causar daño letal.

Ante el inminente ataque, la pirata actuó con rapidez, tratando de jalar el cuerpo de Aizawa fuera del peligro inminente. Sin embargo, en un giro sorprendente de los acontecimientos, el Quirk del villano se desactivó de manera inesperada. Eraserhead, habia aprovecha la seguridad del villano para que actuara de manera precipitada y poder dar un salto lateral mientras aún era sostenido por su compañera, mientras el villano impulsado con fuerza, chocó de frente contra el concreto, quedando inconsciente al instante.

—Lo siento... Necesitaba que bajara la guardia. —Pronunció serio, con su vista borrosa y cabeza sangrando

—¡Idiota! Pensé que algo grave te habia pasado. —Nami lo golpeó, aumentando la hemorragia.

—¡Oye! ¡No soy como tus compañeros para que me trates así!...

—Tienes razón... Lo siento, la costumbre. Jeje~ —rascó su cabeza apenada.

Eraserhead volteó con desesperanza a los archiveros. —Ese villano destruyó la evidencia.

—No toda. —Respondió Nami, abriendo su abrigo y mostrando dentro de él, varios documentos. —Pero podemos conseguir más. —Pronunció apuntando a una caja fuerte que la destrucción había funcionado para revelar su ubicación.

Una inquietante ola de presencias se acercaba de todas partes, resonando en los pasillos y alrededores. Los ecos de las marchas en las escaleras, intimidaron al héroe que dudaba de realizar una llamada de apoyo, ahora que sabia que no debía confiar en nadie.

En un intento de obtener ayuda, Eraserhead se volvió hacia Nami, quien tenía la oreja plantada sobre la caja fuerte mientras giraba la cerradura.

—¡Estamos rodeados, debemos irnos!

—Aun no estoy lista.

—¡Olvídalo Nami! ¡Se acercan más, y no podemos con ellos!

—Entretén a los que estén en las proximidades... Deja que se llene el edificio...

—Pero ¡¿Qué dices?!

—Confía en mi...

Aizawa pasó saliva, consciente de que Nami demostraba ser una hábil ladrona y navegante, pero desconocía hasta qué punto era capaz de enfrentarse en combate.

—Solo detén a los que entren al cuarto, y no hagas ruido... No me dejas escuchar el cerrojo. —Regañó apoyando la oreja a la fría caja de metal.

—¡¿En serio quieres robar en un momento como este?!

—Shhhh... Este lugar no contiene joyas... Está excluido y cuidado por su información... Lo que sea que haya dentro... Es más valioso que lo que llevo.

Aizawa se asomó por la ventana, viendo como decenas de enemigos salían de las torres colindantes y entraban a su edificio, sin cuestionar más y confiando en el plan de la navegante; se recargó en la pared, preparado para cualquier ataque que pudiera surgir. Su decisión de quedarse cerca de Nami, evitando dejarla sola, demostraba su compromiso con la seguridad de su cómplice.

En el momento crucial, cuando uno de los villanos estaba a punto de entrar, un archivero salió disparado hacia ellos. Eraserhead, hábilmente, emergió sobre de él, utilizando su bufanda para atrapar a los villanos, desactivando sus Quirks y dejando inconscientes a varios de ellos con ataques sencillos pero precisos, aprovechando de la vulnerabilidad de los villanos que se enfocaban más en sus Quirks que en habilidades de combate físico, convirtiéndolos en presas fáciles.

El sonido de la caja fuerte indicó que el seguro se había liberado. Sin dudar ni un segundo, Nami abrió la puerta y tomó su contenido, corriendo hacia la ventana y observando el camino despejado. —Todos deben estar dentro.

—¡Shouta! ¡Deja de jugar... Vámonos! —Llamó girando el bastón en su mano con velocidad, creando una nube en el exterior

—¡¿Jugar?! Acaso nos quieres acompañaras... Estamos por tomar el té. —Gruñó molesto, dejando fuera de combate a otro más, viendo como un nuevo grupo de 6 se acercaban.

—¡Rápido! Necesitamos alejarnos. —Nami señaló la ventana.

—¿Saltar?

—¡VAMOS!

Eraserhead no dudó en seguir las palabras de Nami y corrió a su lado, saltando por la ventana y preparando su tela de ser necesario.

—¡Zeus! —Llamó Nami mientras caían de las alturas.

—Si Nami-chan —Una simpática nube con sombrero emergió del bastón, entendiendo al instante su tarea, atrapándolos y guiándolos a una zona segura mientras se deslizaban cerca del suelo. Desde su posición más segura, observaron cómo decenas de villanos los miraban irritados y confundidos desde las ventanas.

—Tch... Nos vieron, sabrán que estamos involucrados. —Eraserhead bufó, consciente de la cantidad de testigos que los habían visto descender.

—No si los callamos. —Pronunció traviesamente la pirata, girando de nuevo su Clima Tact.

—Es hora de comer, Zeus-chan. —Dijo acariciando el mentón de la nube y dándole una Weather Egg que aceptó con gusto

—Yuuum... Aye~Aye

—¿Qué es eso? ¿No se suponía que no tienes Quirk?

—Se la robé a un emperador. —Explicó la pirata con una traviesa sonrisa, mientras llevaba inocentemente sus manos tras de ella.

—Esto es otro nivel Nami...

La nube negra ascendió hacia los cielos, donde la bruja del clima había formado una colosal nube blanca. Ambas nubes se fusionaron, creando una de mayor tamaño y densidad. La nueva formación no paraba de generar rayos de tormenta que iluminaban el oscuro cielo con destellos eléctricos.

—Necesitamos tomar más distancia por seguridad. —Instruyó corriendo lejos y jalando al azabache de la bufanda.

—¿Por seguridad? —Preguntó confundido

—Si... Cárgame y aléjanos de aquí... Aun necesito dar la orden.

Eraserhead notó la expresión seria en el rostro de la navegante. Levantándola de su pequeña cintura, comenzó a alejarse rápidamente cargándola sobre su hombro. Mientras se movían, Nami observaba su objetivo con atención, notando cómo varios villanos observaban desde las ventanas, mientras otros bajaban apresuradamente para salir del edificio.

Un aire de tormenta dominó sobre el lugar, agitando las cabelleras de ambos, bufanda y gorro descontroladamente.

—¿Una tormenta?... Bruja del clima

—¡Zeus Breeze Tempo!

El viento se detuvo, los relámpagos y rayos también, y una enorme luz dominó los cielos, dando la apariencia de que hubiera un sol en plena noche. La nube se había convertido en un ente eléctrico, captando la atención de todos en la torre, quienes vieron sus vidas pasar frente a sus ojos. Aizawa se volteó curioso, solo para presenciar cómo un enorme rayo de luz borró la evidencia y a sus testigos.

Eraserhead no podía dar crédito a lo que tenía ante sus ojos. El héroe detuvo su paso abruptamente, dejando caer accidentalmente a la navegante por la impresión del momento. Se quedó congelado ante la escena, con su mentón cayendo y sus ojos ampliándose en incredulidad. La magnitud de la intervención climática de Nami y Zeus superaba todas sus expectativas,

—Que... Que poder destructivo...

—Trabajo listo. —Nami se sacudió las manos en victoria

—Los... Los mataste...

—Por alguna extraña razón... Nunca mueren. —Exhaló la pirata con las manos en las caderas.

Las vendas de Aizawa levitaron y sus ojos se tornaron rojos, atentos a Nami, asumiendo una posición de ataque. Nami, por su parte, reposó su bastón sobre su hombro de manera relajada.

—¿Te calma si vemos los daños? —propuso la pirata.

El héroe mantuvo su vista aguda, pero, a pesar de sus instintos alerta, siguió a Nami que lo guiaba a ver el recuento de los daños.

El edificio fue el más afectado, siendo los dos últimos pisos los más dañados al recibir el impacto del rayo. Los enemigos, sin excepción, estaban inconscientes y yacían en el suelo sobre los restos de la construcción. Tenían quemaduras de segundo y tercer grado, con la ropa chamuscada rasgada en tiras y los ojos en blanco.

Aizawa descendió al nivel de un par de ellos y posó sus dedos en sus cuellos, notando que sus venas aún transportaban sangre con una débil respiración. Lo que le brindó cierta calma, para despues voltear hacia Nami repitiendo a manera de burla.

—Por alguna extraña razón, nunca mueren.

—Me enfoco en el alcance y exposición; no en el voltaje... en realidad, es muy raro que perezcan... terminan con quemaduras, traumatismos y problemas neurológicos...

—No me habia percatado de lo peligrosa que podías llegar a ser.

—¿Que esperabas de la tripulante de un hombre que aspira a rey? —Presumió con orgullo la pirata, caminando amigablemente junto al amargado, mientras abandonaban la caótica escena.

—Mas bien, la comandante de un emperador.

—Jajaja aun no me acostumbro a ese título. —Rascó nerviosamente su mejilla. —¿No llamarás refuerzos?

—No... Nosotros no estuvimos aquí... Y si mis suposiciones son correctas, encubrirán lo sucedido.

—Y nos volveremos su objetivo. —Aclaró Nami, tomando la bufanda del héroe para detenerlo.

—¿Qué haces?

—Necesito vendar tu herida... Estás sangrando mucho y no pretendo cargarte si te desmayas...


Un pequeño consultorio médico de tonos fríos se fundía de manera armoniosa con su entorno tranquilo y profesional. La luz natural, suavizada por cortinas ligeras, proporcionaba una iluminación suave que contribuía a la atmósfera acogedora, la cual buscaba aliviar el pesar de los pacientes que transitaban por allí.

Sobre la camilla, sentado con paciencia, se encontraba el jubilado realizando su visita mensual al médico para revisar su frágil y desgastado cuerpo. Donde el profesionista bonachón miraba impresionado los resultados, que no hacían más que generar preguntas.

—Esta mejor que en sus últimos años Señor Toshinori... Tiene sus dos pulmones y todos sus exámenes de sangre salen perfectos... Con excepción de las enzimas digestivas... Tuve que realizar un perfil digestivo y los resultados no me hacen sentido... —Comentó intranquilo, tomando asiento en su silla, mientras su mirada era cubierta por el brillo de sus gafas.

—¿Está consumiendo una dosis mayor de sus pastillas recetadas?

—NO... LA MISMA DOSIS.

—No puede ser... Sus niveles de enzimas son mayores al que le receté...

—DEBE SER POR LA NUEVA DIETA DEL CHEF... ES UN JOVEN MUY TALENTOSO.

—No es posible que sea la dieta... Su cuerpo es incapaz de producir enzimas digestivas... No tiene estómago. Si no está sobrepasando su dosis, significa que su cuerpo las produce... No sé cómo es capaz de crearlas, parece que, si deja de consumirlas, su cuerpo puede funcionar por su propia cuenta sin necesidad de los suplementos.

El doctor deslizó su silla hacia la lampara de visualización, colocando la radiografía de su torso.

—Su pulmón es idéntico al derecho... Mismo tamaño... Inusual en alguien de su estatura... —Mencionó con un tono más acusatorio que interesado.

—TRASPLANTE

—No hay cicatriz... —Acusó el doctor

—CON LA HABILIDAD DE UN QUIRK

—Me estas ocultando algo... —El profesionista rompió con su profesionalismo, mostrándose molesto y hablando de manera informal. —Eso no me agrada... Como tu doctor, debo enterarme de que sucede.

—EL QUIRK PERTENECE A UNA ANCIANA QUE REGENERÓ MI PULMÓN... PERO QUEDÓ DEMASIADO DÉBIL COMO PARA CONTINUAR... POR ESO NO PUDO CON MÁS.

—Oh, ya veo. —Cambió su semblante por uno mas relajado, haciendo entrega de su nueva receta medica y resultados; dando así por finalizada su cita y poder continuar con la siguiente.

Con el héroe fuera de su consultorio, el doctor llenó un registro y procedió hacer una llamada mientras observaba la radiografía.

—Encontré algo fascinante que creo les podría interesar. —Pronunció asombrado con una amplia sonrisa, hacia la esquina del consultorio, donde se encontraba una camara de seguridad.


El variado canto de las aves resonaba entre el bosque desnudo de hojas, así anunciando la salida del sol que, aunque luchaba contra el frio viento. Este mismo contribuía a entumecer las heridas del héroe.

—Me duelen los pies... Cargameee~

—¡Ni te pasó nada! Yo necesito que traten mi contusión... Tu puedes seguir por tu cuenta. —Quejó el azabache a los constantes lloriqueos de la pirata.

—Eso no hubiera pasado si nos regresábamos en auto...

—Eso ocasionaría que pudiéramos ser rastreados y arruinar cualquier coartada que creemos. —Bufó irritado; más rápidamente su frustración cambió por un estado alerta, al presentir una fuerte aura que se aproximaba a gran velocidad desde atrás.

El helado rocío y el agua cristalizada de los árboles se rompían por el camino del venian, anunciando la inminente llegada de una amenaza.

—¡WUUOOOOOOOOOOOOH! —Se escuchó una voz masculina gritando con fuerza y rabia, que fue reconocida rápidamente por el par.

—¡¿Pierna negra?!

Aizawa se agachó rápidamente, esquivando por poco una patada dirigida a su cabeza, que terminó impactando a un árbol que fue consumido por las llamas.

—¡Sanji-kun! ¡¿Qué estás haciendo?!

—¿Me trata de matar? —Pensó preocupado el héroe, viendo el árbol destruido frente a ellos.

—Vagaaaaabundoooo. —Gruñó en llamas el cocinero, derritiendo toda la flora helada a su alrededor.

—¡DEJASTE QUE DAÑARAN A MI HERMOSA NAMI-SWAN! —Apuntó iracundo apuntando furioso hacia el abrigo de su compañera, cuyo sombrero estaba mayormente cubierto de sangre. La ira del pirata ardía, extendiéndose desde su interior hasta manifestarse en un calor palpable que se irradiaba hacia el exterior de su ser.

—¡ESPERA, SANJI-KUN! —Nami se interpuso entre los dos. —No es mía. —Explicó retirándose el gorro y descubriendo su cabellera y cabeza intacta, por lo que el cocinero volteó seriamente hacia el héroe, notando cómo usaba su herramienta de combate para detener el sangrado de su cabeza.

En vez de disculpase por su comportamiento, regañó de nuevo al azabache.

—Mas te vale... A ti te puede pasar lo que sea, pero a ella no... ¡¿Entiendes?!

—Tch...

—¿Qué hacen ustedes dos juntos?

—Le ayudé con un pendiente...

—¡Nada más que intentes algo con Nami-san!

—Créame pierna negra... No tengo intención alguna de fraternizar o intentar algo más con ella... —Comentó molesto arrastrando sus palabras por el cansancio, dejando al pirata sin palabras por un momento.

—...

—¡¿Estas insinuando que no es suficiente para ti vagabundo?! ¡CUANDO NAMI SAN ES DEMASIADO PARA CUALQUIERA DE SUS HEROES DE SEGUNDA!

—¿De qué rayos están discutiendo? —Se preguntó avergonzada, con sudor recorriendo su larga cabellera.

—De verdad que ninguna respuesta se te acomoda... —Gruñó harto, acelerando el paso.

—¿De dónde vienes? —Preguntó Nami

—Entregué unos bentos a una pequeña comunidad... —Explicó el rubio, abriendo su abrigo para entregar un libro a Nami. —Me entregaron esto.

—Guerra de Liberación Meta... —Leyó en voz alta

—¿Por qué te lo dieron? —Preguntó Aizawa deteniendo su paso para ver lo que tenía Nami en sus manos.

—No lo sé... Hawks me lo entregó.

—¿Hawks?

—Paseaba por el vecindario... Y se detuvo a visitar. —Explicó Sanji, ocasionando un tic en el ojo del azabache que no entendía que relación mantenían con el héroe, ni de que vecindario se refería.

—¿Por qué tienen tanta familiarización con él?

—Fuimos al cine. —Respondió Nami

—...

—¿Como es posible que tengan la confianza con él para hacer eso?

—Te podríamos haber llevado, pero eres un amargado.

—¡No es el cine mi problema!

Aizawa se encargó de escoltar al par de piratas hasta su barco, en donde se detuvieron en seco al ver la bizarra escena que sucedía en cubierta.

Franky usaba su lanzallamas de manera indirecta para derretir unas prendas tan congeladas que eran capaces de ponerse de pie por su propia cuenta, mientras esperaban pacientemente en boxers temblando con los brazos extendidos hacia el fuego, Luffy, Usopp y Bakanee.

—No quiero ni preguntar. —Pronunció Aizawa avergonzado por la ridícula escena.

—Eeeeeh, Yue chan, ¿Donde está el delicado y sensual conjunto femenino que todas las bellas damas visten? —Lloriqueó apuntando a la mujer con boxers ampones y pecho vendado hasta la cintura.

—Ya venía con los boxers. —Brook dijo desilusionado.

—Los prefiero... Son comodos. —Se excusó la mujer temblorosa.

—EN SERIO NO SE LES PUEDE DEJAR SOLOS NI UN MOMENTO. —Regañó Nami —¡¿QUE LES PASÓ?!

—Salimos a pescar... —Explicó Brook, que no sufría por el frio, pero sus prendas congeladas le impedían moverse, por lo que permaneció paciente en trusa.

—¿Por qué no solo vas y te cambias? —Gruñó Shouta

—Bakanee, ¿También tú? ¿No estaba reposando? —Exhaló irritada la navegante.

—Teníamos hambre y Sanji no estaba...

—Yo traté de detenerlos. —Chopper alzó su pezuña como pudo, ya que su pelaje congelado limitaba sus movimientos.

—¿Y fueron sin cañas?...

—¡Si! ¡Encontramos el lugar perfecto para pescar y nos lanzamos al agua! —Celebró Luffy, girando alrededor del fuego como pollo rostizado.

—¡IDIOTAS! ¡LA MAYORIA DE USTEDES NI SIQUIERA PUEDE NADAR! —Exclamó Sanji exasperado.

—El frio debió matarles su última neurona. —Quejó el maestro.

—Entre Bakanee y yo los sacamos. —Confesó Usopp, apuntando a Luffy, Brook y Chopper.

—¡SON UNOS INCONCIENTES, HICIERON QUE YUE CHAN SE LANZARA A SACARLOS!

—Ella fue la de la idea... —Pronunciaron al unisón el trio de traviesos.

—Lo siento... Las ideas intrusivas fueron más fuertes que el sentido común. —Respondió la peliblanca con mirada inocente.

—Todos comparten la misma neurona...

—¿Valio la pena? —Preguntó Franky, dejando descansar la llamarada que salía de su boca.

Los 5 involucrados se voltearon a ver con complicidad, y con la misma mirada comunicaron entre sí la respuesta. Seguido por un pulgar arriba.

—No tienen remedio...

—¿Y la pesca? —Preguntó Sanji

Dentro de la amplia sala que exhibía un tanque de dimensiones generosas, extendiéndose a lo largo de la sala y proporcionando un hogar colorido y animado para la nueva adquisición de salmón rondando por corales vibrantes y fauna marina.

Eraserhead quedó hipnotizado al contemplar el acuario, dejándose envolver por la nostalgia que le recordaba el viaje que habían emprendido casi dos meses atrás. Mientras el héroe se sumía en los recuerdos del océano, Nami reunía a sus compañeros para ponerlos al tanto de la situación. En sus manos sostenía una serie de documentos de varias hojas que extendió con cuidado sobre la mesa central.

—¿Y eso que? —Preguntó el capitán, ladeando la cabeza ante la lista de nombres.

—Encontramos algo interesante que nos permitirá poder pasear a Eri con mayor frecuencia en un futuro.

—¿Los conoces Vagabundo? —Preguntó Zoro, al héroe que dejó de lado la serena vista a los peces.

—Reconozco varios de ellos... Pero hay muchos de los cuales no había escuchado.

—El comisario de la policía tiene esta lista con nombres que debe proteger en caso de ser capturados. —Nami explicó

—Estan usando a los Yakuzas y Liga de Villanos como excusa para cubrir a las personas que están tras Eri... —Aizawa complementó la información.

—Tch... ¿Por qué nos lo dices a nosotros?

—¿No deberías comentarlo con tus superiores? —Reclamó Sanji

Eraserhead tomó una de las hojas con nombres de varios conocidos en el ramo del heroísmo. Dejando salir un largo suspiro.

—Temo que no puedo confiar en cualquiera... De lo único que puedo estar seguro es que ustedes no están involucrados.

—¿Son nombres pertenecientes a los involucrados del Estado Profundo? —Cuestionó Jinbei, a lo que Yue reaccionó con intriga acercándose a hojear los documentos.

—Si... He visto varios de ellos ingresar al primer nivel... Mas no sé qué tanto alcance tengan a los demás. —Expresó pasando sus dedos sobre los renglones. —Su voz comenzó temblar junto con sus manos.

—Significa que el resto de ellos tambien son cómplices o de alguna manera están involucrados. — La explosión de emoción en sus palabras resonaba en la sala del acuario, que solo fue opacado por el sonido de las manos golpeando las hojas sobre la mesa. —¡PODEMOS INVESTIGARLOS! Alguno de ellos debe tener acceso a los niveles inferiores.

—¿De qué están hablando? —Cuestiono Shouta que no entendía del tema.

—Lo sabrías si aceptaras acompañarnos. —Burló Robin

—El no puede escuchar esto. —Señaló molesta la peliblanca.

—Está bien Bakanee... Confío en él. No forma parte de ellos. —Nami apoyó al héroe con total seguridad.

—Creemos encontramos los responsables de ocultar la historia. —Explicó el tritón

—¡ESTO ES LO QUE NECESITAMOS! —Exclamó con alegría, saltando sobre su sitió para finalizar volteando con una gran sonrisa a la navegante.

—Nami eres un genio, ¡UNA BRILLANTE LADRONA! Haz hecho todo más sencillo... —Agradeció con brillo en su mirada, tomando ambas manos de la navegante, que se sentía confundida por su optimismo.

—Bueno, no lo hice sola. Shouta fue el de la idea.

—Sí... —Aizawa rascó su nuca desviando la mirada. —Pero ahora saben que nos infiltramos, aunque no creo lo expongan a los medios.

—No tiene importancia. —Mencionó Robin, captando la atención de todos.

La arqueóloga con su mano apoyada en el mentón, volteó hacia la peliblanca.

—¿Saben que has copiado la apariencia de alguien en el interior?

—¡¿Copiar apariencia?! —Reaccionó sorprendido Aizawa.

—Tratos ilegales. —Nami trató de calmar al héroe que solo ocasionó le brotara una vena.

—No estoy segura, pero creo que no.

—Tenemos tres opciones y las tres jugarán a nuestro favor mientras lo manejemos bien. —Mencionó la arqueóloga con profunda seguridad.

—En el caso de que no estén enterados de la infiltración mediante el uso de identidades, puedes seguir haciéndolo con cautela... Pero si ya lo han descubierto, nos deja con dos posibles opciones que podemos aprovechar.

—Cuando comiencen a percatarse de que la información está saliendo, pensarán que alguien de su equipo los está traicionando, por lo que los comportamientos sospechosos podrán funcionar a favor... Pero en el caso de que estén enterados de que sus identidades están siendo duplicadas... Será mas sencillo, ya que no podrán confiar en nadie de su equipo.

—Así que no importa si llegan a descubrir ese pequeño detalle... Aprovéchalo para crear confusión... que duden entre ellos. Dejar ese detonante y no hacer nada provocará que ellos mismo se encarguen de sembrar esa desconfianza para que poco a poco, el estado se vea afectado en el interior. —Finalizó su explicación volteando hacia Shouta. —Así como lo estas experimentando en este momento...

Todos mantuvieron una expresión sorprendida con los ojos completamente abiertos y falta de aliento, por el análisis de la pelinegra, con excepción del capitán, quien no prestó atención por estar observando a los salmones pasear en la pecera.

—Eres malvada...

—Genio malvada... —Corrigió Brook a Shouta.

—Entonces... —Pronunció Nami a la peliblanca. —¿Qué piensas sobre eso Bakanee?

La mujer aún mantenía sus ojos completamente expandidos, con un profundo brillo en la mirada y labios tembloroso que contenían sus palabras, ocasionado que la falta de aire coloreara su rostro en tonos rosados combinando con sus mejillas. Hasta que finalmente, tomó un respiro profundo para poder responder a la pregunta.

—¿Celebrar...? —Preguntó incierta de que su idea fuera la adecuada.

—¡Vamos a celebrar! —Declaró con entusiasmo el capitán.

—No canten victoria tan rapido. —Advirtió Aizawa irritado por las actitudes tan tranquilas de los piratas.

—No lo hacemos. —Respondió Bakanee, golpeando sus propias mejillas para poder borrar la sonrisa en su rostro. —Pero, son estos pequeños rayos de luz entre la oscuridad lo que motiva a continuar.

—Debería descansar más seguido... Ustedes se encargan de todo apartir de ahora.

—¡Oi! —Reclamó el azabache cansado. —No se como pueden tomar una actitud tan relajada, sabiendo que no pueden confiar en nadie...

—¡Ow! Tardaste en darte cuenta. —Franky resaltó con un golpe en la espalda del molesto héroe que terminó por sofocarlo.

—Te acostumbras. —Pronunció Zoro

—Entonces ¿Qué se te ocurre? —Invitó el capitán a la chica que habia tomado la iniciativa de celebrar.

—No lo sé... Nunca me he involucrado en festividades humanas... ¿Qué hacen normalmente?

—Embriagarnos —Comentó Zoro que deseaba volver a salir por un trago

—Cantar —Brook giró con su violín en mano

—Comer —Luffy brincó entusiasmado

—Bailar —Agregó Chopper

—Dijo humanos. —Reclamó Usopp

—¡¿EH?!

—¿Qué piensas? Kizuna san —Preguntó el timonel

—Hmmm... Explotemos la moto de Mic. —Burló Bakanee con una traviesa sonrisa.

—¡Ya no tiene moto! —Aizawa defendió molesto a su amigo. —Aun no deja de llorar por las noches...

La confesión del azabache provocó que los culpables no pararan de reir.

—Ow, no te preocupes por eso, ya me estoy supeeeeer, encargando de eso.

El grupo se reunió para organizar una sencilla celebración, mientras el héroe se retiraba, cansado de convivir con los piratas. Más rapidamente fue alcanzado por Robin, quien parecía tomar el mismo rumbo.

—¿Mmm? Qué inusual ir a las instalaciones con una celebración en proceso. —Comentó Aizawa.

—Fufufu... En realidad, es algo común... —Aclaró dejando salir una risilla. —Creo que debo comunicar su descubrimiento con All Might san.

—¿Por qué no dejárselo a Yue? Ella tiene información más completa y se encarga de brindarla a ambos.

—Creo que es necesario que en esta ocasión, quien transmita el mensaje sea yo. —Respondió Robin con seriedad.

Su disposición confundió al azabache, pero estaba seguro de que tanto Robin como Jinbei estaban haciendo lo posible por mantener un orden.

—Confiaré en su criterio... Aprovechando su compañía, me gustaría solicitarle un favor... —Pidió Aizawa frotando su cabellera, mostrando sus secos y cansados ojos, captando el interés de la arqueóloga.


El flujo del aromático y cálido té resonaba en su viaje desde la tetera hasta la taza, que se encontraba frente a la pirata.

—AGRADEZCO SU INFORME, SEÑORITA ROBIN. —Pronunció sentando la tetera sobre la mesa de su oficina. —TEMO QUE HEMOS PERDIDO LA CONFIANZA DE YUE SAN, POR LO QUE PARECE QUE SE GUARDA ALGUNOS DETALLES PARA ELLA Y USTEDES EXCLUSIVAMENTE. El gesto de Robin reflejaba su intriga, por lo que su sola expresión fue interpretada como una pregunta.

Toshinori bajó su taza y soltó un suspiro de decepción.

—PARECE QUE TENEMOS UN INFILTRADO EN GRUPO DE PRIMERO A, Y NO REACCIONÓ BIEN A LA NOTICIA... —Tras la confesión, vio el rostro de la arqueóloga que parecía juzgarlo, a lo que él solo reaccionó avergonzado a la defensiva agitando sus manos frente a él. —¡NO LO TOME A MAL!... EN LO PERSONAL CREO QUE ESE ASUNTO EN REALIDAD UN MALENTENDIDO... PERO DE NO SERLO...

Robin alzó su palma para detener al inseguro héroe que no deseaba desconfiar de sus propios estudiantes.

—Yo me encargo de corroborarlo no te preocupes por ello. —Dijo con su enigmática sonrisa, que fue borrada al tomar un tono más serio. —Pero, solo bajo una condición...

—¿CUAL?

—Bakanee no debe enterarse quien es... —La mirada de la pirata se habia vuelto afilada, dejando a All Might sorprendido por el requisito.

—¿POR QUÉ?

—No puedes confiar en nadie de tu equipo, y eso la incluye... Con tantos años de experiencia, deberías haber aprendido que las personas más peligrosas son aquellas que carecen de algo por lo que vivir y no tienen nada que perder...

—AHORA ME ENFOCO EN ESA MENTALIDAD PERDIDA EN LA QUE VIVE. SÉ QUE PUEDO MOTIVAR ALGO DE SENTIDO EN ESA CABEZA TAN NECIA... ESTOY SEGURO DE QUE SI ENCUENTRA ALGO QUE LE DÉ SENTIDO A SU VIDA PUEDE CAMBIAR.

—Es una tarea difícil... Con lo que ha pasado, lo veo poco probable... —Dejó salir un suspiro, tratando de enfocarse en la actitud positiva de su acompañante. —Sé que tus intenciones son nobles y que no es imposible, pero conozco a los de su tipo... Si la situación lo amerita, se adaptará para obtener el resultado más conveniente.

Que ese análisis fuera expresado desde la perspectiva de alguien que pasó por un infierno la mayoría de su vida, llegó afectarle por unos instantes, para despues enfocarse en la viva imagen de quien consideraba un rescate.

—¿CONSIDERAS QUE LLEGASTE A SER UNO DE ELLOS?

—Si...

—¿QUÉ FUE LO QUE TE HIZO CAMBIAR?

—Mis nakamas. —Dijo mirando enternecida hacia el bosque a través de la ventana, mostrando un profundo afecto por aquellos que descansaban entre el bosque de coníferas.

Yagi sonrió levemente ante la respuesta de la pirata, sintiendo la cálida presencia de su compañía. —PARECE QUE LAS PERSONAS PUEDEN TRANSFORMARSE CUANDO ESTÁN EN LA COMPAÑÍA ADECUADA.

Robin apoyó su cabeza en la mano. —En ocasiones, solo necesitan una oportunidad sin cuestionar su trasfondo. Estas personas llevan consigo el peso de un pasado que no pueden borrar, algo que nos acompañará por el resto de nuestras vidas. Pero eso no impide que podamos seguir adelante con ella... Solo hay que aceptarlo.

—HABLARÉ CON ELLA...

—Sin embargo... —Interrumpió para impedirle continuar. —Existe el riesgo de que una convivencia mal gestionada pueda desencadenar antiguos comportamientos... Ella hace mucho hincapié en el tema de las traiciones; Es por eso, que por la seguridad de sus estudiantes... Si en realidad llega a haber un traidor, no deberían revelar su identidad.

Robin tomó la libreta que Nami consiguió del árbol. —Ella registra sus descubrimientos para que quién los encuentre pueda darles seguimiento, pero... Esto es algo que reserva para sí misma... Desconozco cuales sean sus verdaderas intenciones que la guiaron a tomar esa medida... Investigaré que trae entre manos.

—¿SABE DECODIFICARLO? —Preguntó, rosando sus dedos sobre los garabatos lineales.

—Creo tener una idea, pero no será sencillo... No sin una pieza importante, pero nuestro acceso a ella puede ser problematico.