Muchas gracias por leer y por seguir la historia.

Aviso importante y agradecimientos especiales al final del capítulo.

Kung fu panda es propiedad de Dreamworks

Capítulo 2

Milagro Celestial

La felina se hallaba en posición de loto meditando en el inicio del bosque aledaño al Valle de la paz, la tranquilidad de la naturaleza le permitían percibir con sus oídos cada sonido de la vegetación, el movimiento de las orejas lo demostraban. Algo más resaltante que todo aquello, eran los latidos de su corazón y el sonido de su respiración.

Su corazón galopaba y su respiración era agitada, no importaba cuanto se concetrase o intentara tranquilizarse, su corazón y sus pulmones no obedecían su autoridad, la intensidad subía y ella parecía atrapada en esa posición sin poder moverse ni abrir los ojos, aquellos sonido se elevaron tanto que se tornaron en un turbulento ruido...

Repentinamente logró abrir los ojos, despertó, se encontró sobre su lecho, recostada de costado con vista a su puerta, ya casi amanecía. Recordó lo que había presenciado la noche anterior. Sin que aún se mueva, se percató de que alguien le abrazaba la cintura por detrás y le respiraba en la cabeza.

Sorprendida, se sentó de manera brusca y miró a un costado.

—Tigresa... Hola —la saludó él sonriéndole somnoliento, despertado por el moviento brusco de la felina. También se sentó sobre la cama.

La felina se talló los ojos un instante.

—entiendo, sé que hay mucho que explicar...

La felina le interrumpió su oración abrazándolo rápidamente. Lloraba sobre sus hombros, lloraba, tal vez porque un milagro le había ocurrido, tal vez de tristeza al creer que estaba soñando y tarde o temprano iba a despertar.

Durante el resto de la mañana todos en el palacio se habían reunido para contemplando el increíble milagro. Le hicieron una reverencia como señal de respeto.

El entrenamiento transcurrió con normalidad, a excepción de la felina, quien prefirió estar ese momento junto a Po, ambos meditando a orillas del estanque de lágrimas sagradas.

Una vez terminada la hora de entrenamiento, todos se reunieron para almorzar en el comedor.

—no tengo palabras para todo esto, es increíble que hayas regresado —le decía el Maestro Mantis.

—hay Po, fue una verdadera angustia para nosotros —le dijo la Maestra Víbora acariciándole el dorso de la mano sobre la mesa.

El almuerzo transcurría entre charlas y preguntas, la mayoría relacionadas al regreso de Po.

Shifu por su parte, deseaba conocer la sabiduría que trajo consigo al lograr regresar, pero aún no preguntaba, ya llegaría el momento.

Durante esa tarde, la felina y Po bajaron al pueblo, la gente sorprendida se reunió al rededor de ellos, como pasó con la llegada de Jesus en aquel relato bíblico. Posteriormente, al cabo de aproximadamente una hora, los aldeanos regresaron a sus tareas cotidianas y ambos Maestros ya podían estar solos nuevamente. Caminaban por un puesto de flores, Po tomó una flor de loto la puso sobre la cabeza de la felina, ella sonrió.

Se sentaron a comer fideos, los atendió el Sr. Ping quien había llorado mucho de felicidad al haber visto a Po otra vez, unas horas antes, junto a la muchedumbre.

Ambos comían fideos, compartían un solo tazón. La felina suspiró dejando escapar con eso los residuos de sus noches penosas, Po al notarlo le puso suabemente una palma sobre su mejilla y la acarició con el pulgar. Le ofreció el tazón de fideos y la hizo sorber con delicadeza.

Ya no habían motivos para sollozar ni hundirse en la penumbra, él ahora estaba junto a ella, ahora estaban juntos.

Segundos después, el repitente sonido de alarma llamó su atención.

Unos bandidos habían estado robando una tienda cercana. Y ambos Maestros acudieron al llamado.

Cinco malhechores, que inmediatamente salieron al ver a los Maestros, se dispusieron a darles pelea.

—había olvidado este tema —dijo Po poniéndose en guardia.

—el mal jamás acabará —musitó ella, para luego correr hacia ellos.

Inmendiatamente después, llegaron los demás Furiosos. Y así redujeron al grupo en poco tiempo.

Una vez que todo volviera a la calma, ayudaron al dueño de la tienda a ordenar el desastre que causaron los bandidos. Al terminar todos los Maestros se dirigían al palacio.

—oigan, nosostros tenemos asuntos pendientes, en el palacio nos vemos —les dijo el Maestro Grulla y los cuatro Furiosos se fueron así por otro sitio. Sabían que Po y la Maestra Tigresa deseaban pasar tiempo a solas, ese fue el motivo. Esa idea, por supuesto, nació de la dulce y astuta mente de la Maestra Víbora.

Cuando el ocaso hacía sus galas de colores sobre las montañas, la pareja de enamorados ya se encontraba de camino al palacio.

—lamento mucho la angustia que pude haberte causado, preciosa... Yo... No tuve otra alternativa.

—los días después de aquel momento fueron una tortura, Po, estuve a punto de perder la cordura —le dijo la felina con cierto grado de tristeza en la voz, abrazó al panda por un costado, caminaban mientras ella lo abrazaba y él correspondía el abrazo rodeándola con un brazo.

—yo... Desde el otro lado, podía percibirte, a veces como una helada brisa. Podía escucharte, tu llanto lo percibía casi inaudible y quebraba mi alma, no tenía los medios ni conocía la manera de poder contactar contigo de alguna manera. Tenía la noción de ver a lo lejos una chispa ámbar...

Conforme Po iba pronunciando aquello, la felina se pegaba a él y lo abrazaba con más fuerza relentizando la marcha. Era increíble verla tan bulnerable, pues con las noches de angustia y el súbito suceso, sus emociónes habían quedado sabotedas y maleables.

Po dejó de hablar un momento y se detubieron. Notó cómo ella lloraba en silencio. Deshizo el abrazo de ella con suma delicadeza y le sujetó la cabeza tomandole ambas mejillas e hizo que lo mire.

—he regresado porque al cruzar el abismo, tus súplicas y las mías hicieron que vuelva a tu lado. Ya no llores dulzura —él la consolaba limpiándoles las lágrimas con los pulgares.

—siempre que apareces repentinamente saboteas mis emociones, aunque siempre lo he ocultado, contigo ya no puedo ocultarlo, menos aún ahora. Te amo Po, gracias por volver.

Al terminar de hablar, ella le abrazó el cuello y lo beso. Profundizaron el beso mientras el manto nocturno ya cubría la pacífica aldea y las estrellas presenciaban aquel desborde de ternura.

Separaron sus labios— oye, siempre quise hacer esto, espero que no te sea muy humillante —dijo Po para posteriormente sonreír travieso y, sin decir nada después, sorprendió a la felina cargándola como un recién casado hace con la esposa.

Ella emitió un pequeño gemido de sorpresa.

Seguramente la Maestra Tigresa de antes se había sentido ofendida por tal osadía y hubiese castigado al panda hasta matarlo. Pero la Maestra Tigresa del presente había cambiado mucho y disfrutó aquella súbita acción, abrazó el cuello de su querido panda y se acurrucó en su pecho, estaba muy feliz.

—yo voy a cargarla hasta el palacio, mi princesa —le recitó él fingiendo formalidad, como si en una obra de teatro estuviera.

—mi príncipe —le susurró ella.

Al llegar a las puertas del palacio, ella se notaba somnolienta.

Po caminó hasta su lecho y la acostó.

—no te vayas, quédate conmigo —ella le suplicó susurrando a causa del sueño.

—volveré en seguida, cielo —le dijo Po desde la puerta.

Ella sonrió— mi amado comelón —susurró después, recordando que él no dormía sin antes llenar el estómago.

Minutos después, entre sus sueños y la realidad, ella percivió cómo alguien se acostaba junto a ella y la abrazaba. Acomodó su cuerpo, acurrucándose pegada al pecho de su querido panda.

Fin del capítulo.

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TheAlienHeart: muchas gracias por leer, me alegra el entusiasmo que te causó la nueva historia. Y lamento desilusionarte; aunque lo aparente, esta historia no és una secuela de la anterior historia. De todas formas, espero que te guste.

VeGiTiPo: muchas gracias por leer. En este segundo capítulo, dejé algunos momentos dulces y románticos, espero que te hayan gustado. Uwu