CAPÍTULO LXVI
MOTIVOS
(En la granjas)
Sin saber que su superior había sido puesto en libertad, pero pensando en ir a visitarlo después del trabajo, Fiódor se encargaba de atender los pendientes.
"Buenos días", ingresando en la oficina el rubio saludo.
Ante su inesperada presencia el tuerto hombre se puso de pie; "Coronel"
"Comandante", ocupando su lugar detrás del escritorio corrigió. "Anoche fui liberado"
"Debió serlo desde un principio. ¿Qué hay de ese sujeto?, ¿Ya recibió su bien merecido castigo?"
"El coronel Pavlov me notificó que fue arrestado y próximamente será enviado al Sur. Por cierto, a medio día debo ir a ver al general Volkov"
"Espero y sea para devolverle lo que le corresponde"
"Ni idea de qué querrá hablar conmigo. Mejor dime, ¿Cómo estuvo todo durante mi ausencia?"
"Aquí están los reportes correspondientes, coronel", dejándolos a su alcance el tuerto hombre señaló.
Haruka asintió mientras los tomaba para darles una rápida revisada. "Por lo que veo hiciste un magnífico trabajo"
"No del todo. Tan solo pude resolver la mitad de los pendientes"
"Está bien, yo me hago cargo del resto", expresó y luego cerró los ojos al mismo tiempo que de forma ligera negaba con la cabeza.
"¿Se encuentra bien, coronel?"
"Comandante, y si, solo estoy un poco cansado", mintió, y es que las terribles palabras que escupió la noche anterior eran algo que lo mortificaban.
"Vaya y duerma, puedo hacerme cargo del resto"
"Ya me he ausentado mucho tiempo, no podría hacerlo un día más. Ahora veamos que tenemos por aquí", y apenas dijo alguien llamó a la puerta. "Adelante", ordenó.
La puerta se abrió, dando pasó al pelinegro Armand. Avanzando hacia el escritorio, hizo el debido saludo.
"Descanse", el rubio ordenó.
Firme el joven le extendió el documento que hacía dos días redactó.
Haruka lo tomó, dándole una rápida lectura; "¿Está seguro de la decisión que ha tomado?", sin que aquello lo sorprendiera, preguntó.
"Si, comandante", erguiendo la orgullosa mirada, firme contestó. "Pido ser trasladado bajó las órdenes de otro superior, señor"
"¿Cuáles son sus motivos?", fue la pregunta obligada, aunque no hacía falta conocer la respuesta, Haruka sabía que podía encontrarla en lo sucedido hacía cinco días, o en lo sucedido hacía ya casi tres años.
"Son personales, señor", replicó mientras que con fuerza apretaba el puño, cosa que no pasó desapercibida para el tuerto hombre.
Sin poder objetar el rubio asintió, comenzando a redactar la orden correspondiente; "Bien, lo enviaré bajo las órdenes este comandante… preséntese hoy mismo"
"Cómo usted ordene, señor", Armand contestó.
"Puede retirarse, teniente", Haruka expresó a lo que el hombre no tardó en obedecer.
Ante lo tenso que aquella situación le resultó, Fiódor se llevó la mano a la barbilla. "Imagino que su decisión tuvo que ver con lo sucedido con Kozlov, ¿No?"
"Así lo creo", Haruka se limitó a responder observando cómo el hombre se alejaba. "Regresemos al trabajo", añadió.
Hacía cinco años que Fiódor conocía al rubio, sin embargo no se atrevería a preguntar qué era aquello que en silencio lo atormentaba.
" ¿Qué habrá pasado?, no solo está triste, también lo encuentro muy confundido", pensó ante la mueca que de pronto en su rostro se dibujó.
(Cerca de ahí)
Colocando sobre el suelo del recibidor la maleta con sus pocas pertenencias, Michiru se quedó de pie, escuchando el constante y molesto tic tac del reloj del fondo.
"He vuelto a mi verdadero hogar", expresó y luego observó hacia la escalera, como esperando ver a Gunther o a su padre bajando para recibirla, pero ante lo imposible avanzó hacia el sillón para sentarse. "Que morificante me resulta tanto silencio, pero pronto terminará. Además no debería tener motivos para estar triste, si tú vendrás a alegrar mi vida y este lugar", murmuró pensando en su hijo.
(Oficina del gobierno provisional)
Cumpliendo la orden del general Volkov, Haruka esperaba en el sitio que Ivanovich le indicó, hasta que pasado un cuarto de hora la puerta se abrió.
"Comandante, ya puede entrar", señaló Pavlov.
Haruka ingresó, contemplando al viejo Volkov detrás del escritorio.
"General", se dirigió a él con los debidos honores.
"Descanse… Lo he mandado citar porque estoy enterado de ese asunto que lo llevó a comportarse de esa manera tan poco honrosa. Y es por eso que estoy en la obligación de llamarle la atención", expresó mientras asentía un poco. "Es impresionante la influencia que una mujer puede ejercer… Eva, Pandora, Helena de Troya… siempre han sido líos de faldas los que han condenado a tantos hombres"
El rubio, con la mirada fija en la ventana, escuchaba con atención.
"Aún así no del todo puedo culparlo, coronel. Luego de pasar por tanto horror que haya encontrado la compañía de esa mujer es algo que se tenía muy bien merecido. Pero le recomiendo que sea más cuidadoso con el tipo de personas con que se relaciona, de lo contrario podría volver a acarrearle problemas que terminen por truncar la brillante carrera militar que hasta el momento lleva", pícaro agregó.
Ante sus palabras con furia Haruka apretó el puño. "Ya he dado por concluida esa relación, señor"
"Me alegra que haya dado por terminado ese asunto que nada bueno le estaba dejando. Pero no solo lo he llamado para reprenderlo por ese comportamiento tan indigno de un hombre como usted, sino para volver a ascenderlo"
Él erigió la mirada, tragando saliva con dificultad.
"De igual modo voy a considerarlo para que sea de los próximos seleccionados en regresar al Sur, supongo que no tiene problema con eso, ¿Verdad?", esperando que no le estuviera mintiendo y a modo de prueba, lanzó la pregunta.
"Ninguno, señor. Deseo volver a mi patria cuánto antes", replicó.
"Bien, coronel. Así que supongo que ya no está interesado en ese asunto que me pidió, ¿Verdad?"
Haruka dudo, pero firme respondió; "No, señor"
"Entonces podrá volver como el héroe que es y encontrar una buena mujer con la que formar una familia. Todo esto quedará atrás y tan solo será un mal recuerdo del que reírse"
"Así será, señor"
"Bien, ahora vuelva al trabajo"
"Como usted ordene, señor", contestó y acto seguido dirigió sus veloces pasos hacia la puerta
Y apenas iba a salir, Volkov volvió a hablar; "Espere, coronel. Hay una última cosa que quiero recomendarle... la próxima vez que necesite desahogarse haga lo que tenga que hacer y no vuelva a encariñarse, mucho menos con la mujer del enemigo"
Aquello terminó por romper la paciencia del rubio, pero guardando la debida compostura tan solo se limitó a asentir un poco. "¡Maldición!", muy molesto pensó.
(En casa de la aguamarina)
Observando a través de la ventana el aún desolador panorama que rodeaba su hogar, la joven comenzó a desempacar.
Y fue ante las pocas pertenecías que tenía para su pequeño, que en medio de su tristeza sonrió.
"Pronto, muy pronto podrás vestirlas", expresó y luego las dejó a un lado para tomar las fotografías de su familia entre las que estaban aquellas dos. Una de ellas que no era otra cosa más que un recorte del diario en el que el rubio aparecía y esa otra, la del pequeño Fiódor que ante su prisa volvió a dejar olvidada. "Guardaré la fotografía de tu padre y tu hermano para cuando tengas edad de comprender, puedas verte en ellos", orgullosa agregó.
(En la clínica)
Aún muy molesto por lo sucedido en la oficina de Volkov, Haruka dirigió sus pasos hacia ese lugar. Y apenas dobló el pasillo que lo conduciría a la oficina de la cirujano, ambos se encontraron.
"Coronel", Mina, sabiendo por Mizuno que ya había sido liberado, saludo como es la costumbre.
"¿Se encuentra bien, teniente?", notando el pálido de sus mejillas fue la pregunta que él formuló.
"Me alegra mucho que esté libre, coronel"
"No ha respondido mi pregunta, teniente. ¿Se encuentra bien?"
"Lo estoy, coronel"
"Teniente Aino, le ordenó que se limite a cumplir sus funciones en el hospital dentro del horario acordado, no se extralimite o de lo contrario podría enfermarse"
"Como usted ordene, coronel"
"Bien, puede retirarse"
Mina continuó su camino, el rubio por su parte se limitó a seguirla con la mirada, cosa que ella pudo percibir; "Aunque la guerra ya terminó aún tenemos muchas batallas internas que librar. Espero que de verdad no me esté mintiendo", encogiéndose de forma ligera murmuró.
Sin que ninguno de los dos lo hubiera notado, desde la escalera la cirujano los observó. " Espero que su imprudencia no los orille a cometer más errores", pensó. "Coronel", apareciendo al encuentro saludo.
"He vuelto a serlo", orgulloso señaló.
"Lo merecía... por favor pase al consultorio. ¿Cómo se ha sentido?"
"No puedo decir que bien, estoy muy cansado", sentándose, dejaría que la médico llevará a cabo su trabajo.
"Por su naturaleza, las prisiones son lugares muy sucios, así que hay que descartar cualquier infección por parásitos o insectos"
"Supongo que peores han de ser las prisiones del Sur", él contestó mientras ella le revisaba los oídos, luego prosiguió un incómodo silencio. "Ya hable con la teniente Aino y le ordene que no se extralimite"
"Espero y esta vez si obedezca", sin que fuera su intención, la médico exteriorizó sus más íntimos pensamientos.
"¿Esta vez sí?, ¿Sucedió algo que yo no sepa?"
Ante su indiscreción la peliazul negó con la cabeza y se mordió los labios; "No es nada, coronel, pero sabe que estando en combate pasó muchos días sin dormir y a veces hasta se olvidó de comer...", habiendo dicho volvió a guardar silencio.
"Es un milagro que nunca se haya enfermado", él dijo a lo que ella desvió la mirada.
"Coronel, entiendo cual es mi posición y sé que no tengo derecho de opinar en algo tan privado y espero pueda disculpar mi intromisión, pero hay cosas que no se pueden ocultar, si la quiere, ¿Por qué huye de ella?"
"Mizuno, yo no… aunque no puedo negar que…", titubeante no pudo continuar.
"Sabe que no me refiero a ese asunto, coronel. Además dije que haría como si no supiera nada… hablo de la civil, la madre de su hijo"
Arrugando su pantalón con los puños, Haruka desvió la mirada y apretó la mandíbula.
"Coronel, por favor no finja ni huya a mi pregunta, ya luego podrá castigarme por insubordinación"
"Anoche di por concluido ese asunto"
"No pensé que realmente fuera a actuar de esa manera"
"Nada mejor por ellos puedo hacer más que alejarme. De seguir a su lado no tardará en saberse de forma pública que ella es la civil a la que defendí de las garras de Kozlov, entonces los demás la señalaran y la acusaran de cosas que no son... Incluso Volkov piensa que es una… ¡Demonios!, quizás él tenga razón, no debí involucrarme tanto"
"Usted sabe la verdad y no puede permitir que lo alejen de ella, mucho menos de su hijo"
"Mi bebé pronto va a nacer, ¿Verdad?", sonriendo expresó. "Sé que ella acudirá a ti, así que por favor mantente informado de todo"
"Lo haré, coronel. Y es por él o ella que no puede darles la razón. Además nada gana pretendiendo no sentir lo que siente, solo se lastima y de paso la lástima a ella"
"Y nada gano diciéndoselo, muy en el fondo debe aborrecerme. No la culpó, después de lo que le hice y la forma en la que le hable, acepto que no me permita acercarme a ella, mucho menos a nuestro hijo"
Mizuno se mordió los labios; " Tiene cierta razón, pero lo único que al final logrará será volver a perderlo todo. Es un tonto", pensó.
(Del otro lado de la ciudad)
Y como si se tratara del maldito destino que a cada paso buscará reunirlos, apenas Mina abandonó la panadería, sus pasos se encontraron con los del pelinegro.
"¿Tú?", guardando en su bolsillo el pastelillo que acababa de comprar y renunciando a la idea de darle un buen bocado, frunció el entrecejo.
"Te juro que ahora sí no te estaba siguiendo", risueño señaló.
"No jures nada", ella dijo iniciando el camino a la clínica.
Armand se adelantó, bloqueadole el paso.
"¿Sabes?, hoy pedí mi trasladó a otra unidad. Ya estoy bajo las órdenes de otro superior"
"¿Y eso que tiene que ver conmigo como para que tengas que informarmelo?", encogiéndose de hombros y bastante despreocupada ella respondió.
"¿Cómo puedes ser tan cínica, Mina?. ¿Después de todo pretendes que siguiera bajo las órdenes de ese sujeto?"
"No fui yo quién te asignó, ¿o sí?. Además yo no he aceptado ni negado nada"
"Ha sido el destino el que quiso burlarse de mí y ante todos ustedes. He quedado como un maldito idiota"
"Ve a casa, estoy segura de que tú mujer te espera"
"Cómo si te importará", torció los labios.
"Tienes razón, si no te importa a ti a mi mucho menos. Pero no quiero que luego me inmiscuya en sus malditos problemas"
"Escucha bien, Mina, esto jamás voy a perdonarleto"
"Si necesitará de tu perdón lo pediría. Y ahora más que nunca no me arrepiento de lo que hice"
"Hipócrita. Ese sujeto se metió en problemas por culpa de una mujerzuela, y tú eres igual o peor que ella"
Mina rió un poco y negó con la cabeza; "No puedo creer que sigas celoso. Ya olvídalo"
"Víbora"
"Y tú eres un cobarde que jamás debió volver", replicó dejándole atrás.
(Cerca de ahí)
Apagando la luz de la lámpara de su habitación, la aguamarina se metió en su cama.
"Esta siempre ha sido mi casa, sin embargo no puedo evitar sentir que estoy en un lugar totalmente desconocido". Cerrando los ojos, no pudo evitar recordar que justo ahí murió aquel desagradable hombre, luego negó con la cabeza para deshacerse de esos terribles pensamientos. Acariciando el lugar vacío de su cama, dejo que el llanto emanará; "Me habría gustado mucho que los tres viviéramos aquí, sin embargo desde un principio estuve condenada a estar sola... Tú no tienes culpa alguna y muy por el contrarió me alegra mucho haberte concebido", dijo para su inquieto hijo.
Lejos ella estaba de imaginar que él sabía que ya había regresado al lugar donde se conocieron, y aún más importante, que desde la distancia la observaba.
"¿Estará bien?, ¿Habrá algo que necesite?", afligido se cuestionó.
( Cerca de ahí)
Avanzando por un oscuro callejón, un oficial aguardaba por aquel encuentro.
"Espero y sea verdad lo que los muchachos me dijeron", murmuró.
"¿Lo tienes?", a su espalda una figura envuelta en un pesado abrigo cuestionó.
"Por supuesto", llevando la mano al bolsillo de su chaqueta, el oficial extrajo el dinero acordado. "Espero y sea de buena calidad"
"Lo es, yo mismo lo destiló", replicó el civil entregándole la botella de alcohol que oculta llevaba en uno de los bolsillos y que no era otra cosa más que completamente clandestino.
"Gracias", abriendo la botella le dio un buen tragó. "Ya me hacía mucha falta beber algo"
"No bebas aquí, podrían verte y castigarnos a ambos… por favor no olvides recomendarme con tus amigos, puedo hacerles una magnífica oferta", el hombre expresó.
"No lo haré", contento con su adquisición el sujeto replicó mientras se iba alejando. "Los muchachos se pondrán muy contentos con esto. No se lo esperan", añadió.
"No lo dudo, no lo dudo", burlón el civil contestó mientras que con rapidez y para perderse, tomaba el camino contrario.
Notas de autor;
Ahora que conocen los motivos de Haruka, ¿Hasta que punto creen que su proceder estuvo bien?
Michelle; Y lo peor, es el hecho de que Michiru se quedó sola y sufriendo por culpa de ese maldito sujeto : (Y si, Haruka también tiene responsabilidad, no debió hablarle así.
Kaiohmaru; Desde cierto ángulo, Volkov y Haruka tienen razón, si Haruka se hubiera marchado en cuanto consiguió lo que buscaba, nuestra protagonista si estaría sufriendo, pero no de esa forma. He aquí la consecuencia de que cedieran a sus sentimientos.
Isavellcota; A Haruka podemos odiarlo y amarlo. Por duro e injustificado que parezca, actuó por bien, aunque pudo hacerlo de una forma menos cruda. Michi está tan afligida, que no ha entendido sus razones.
szer; Hola. Esos no volverán a meterse con ellos, lo que les pase lo tendrán bien merecido.
Kyoky; No del todo Michi se queda sola, indirectamente Haruka estará ahí para lo que necesite. Lo que el necesita es una buena jalada de greñas para que entienda que hay otras formas de hacer las cosas.
