CAPÍTULO LXXXVII
¿OLVIDAR?
(Kosolapov. Hace casi tres años)
Entristecida, pero casi acostumbrada a no recibir noticias de su amado Armand, cabizbaja la rubia mujer regresó a su tienda de campaña y sentándose sobre su improvisada cama, se cubrió el pálido rostro. "¿Dónde estás?", se preguntó sin poder llorar.
"Hora de comer, todos a comer", alegre, anunció un joven oficial.
"¿Qué tenemos para hoy?", acercándose y echándole un vistazo a las ollas, el regordete Fiódor cuestionó.
"Lo mismo de ayer… y de antier. Hagan una fila", sirviendo los alimentos, contesto.
"En cuanto un caballo muera juro que voy a comer su carne", llevando un bocado a sus labios, uno de ellos expresó.
"Mientras eso pasa seguiremos comiendo patatas y avena, que es mejor a nada"
"Ya habrá algo bueno. Solo hay que esperar", Fiódor exclamó.
El encargado de los alimentos, observando que era turno de servirle a la rubia enfermera, sonrió de forma juguetona; "Doble ración para ti"
"¿Por qué?"
"Porque tienes que cargar el doble de tu peso, si nos hieren ¿Quien va a sacarnos de la batalla?"
Encontrando mucha razón en sus palabras, Mina asintió.
"Supongo que el comandante sigue ocupado, ¿Serías tan amable de llevarle esto?", sirviendo otro tazón, pidió.
"Lo haré. Gracias", tomándolo, Mina replicó.
Haruka, su comandante, sentado frente a un improvisado escritorio revisaba los mapas.
"Ellos están aquí y la artillería la tienen oculta entre estos árboles", murmuró mientras señalaba los lugares.
"Pido permiso para entrar, comandante", quedándose a prudente distancia, la mujer dijo.
"Adelante"
"Le traje el desayuno, comandante"
Él, sin desviar la mirada de lo que hacía, asintió; "Gracias"
"Con su permiso", Mina expresó y acto seguido abandonó la tienda de campaña.
Tres sujetos que comían alejados del resto, se limitaron a seguirla con la mirada.
"¡Qué suerte!", el de mediana edad murmuró.
"¿Qué cosa?", concentrado en su tazón, el más joven preguntó.
"¿No lo has entendido?", el más viejo intervino.
"No, ¿Qué?"
"Pasa que mientras nosotros estamos solos, el comandante se da ciertos privilegios", señaló el primero en hablar.
"¿De verdad?"
"Por supuesto y apuesto a que lo hace con la médico", aún con la boca llena, el mayor de los tres se atrevió a decir.
"No lo creo, últimamente la he visto junto a Kirill", el joven contestó.
"Pues yo daría mi mano izquierda por hacerlo con la nueva"
"No deberías decir eso, anciano. Es la única que te queda"
"Precisamente por eso", el sujeto exclamó y acto seguido soltó una sonora carcajada.
Y justo cuando Mina caminaba frente a ellos, el que inició la conversación se atrevió a bloquearle el paso. "¿A dónde vas?"
"A comer"
"Si tú quieres te puedo acompañar", dijo emulando una sonrisa.
"Es muy amable, pero gracias", la mujer replicó.
"Es que no te estoy preguntando, quiero que vengas conmigo", el sujeto soltó su tazón y entonces la tomó por las muñecas.
"¿Qué haces?", sorprendida ante sus acciones, cuestionó.
"Lo sabes. ¿A mí no me vas a ofrecer nada?, ¿Es porque no huelo bien?"
El anciano se limitó a reír y seguir comiendo.
"Ya dijo que no, suéltala"
"Cállate, tú también quieres echar mano de ella, ¿No?"
"Ya dijo que no, ¿Te es difícil entenderlo?"
"Suéltame"
Semejante alboroto no tardó en llamar la atención.
Observando que su enfermera estaba en problemas, Mizuno intervino; "¿Qué ocurre?", cuestionó.
"¿Qué te importa?", el sujeto chillo empujándola al suelo.
"Sueltala", avanzando hacia ellos, el comandante gritó.
"¿O qué?", el hombre se burló. "¿Tú sí y nosotros no?", lamiéndose los labios, añadió.
"Ya te dije que la sueltes", Haruka ordenó llevando la mano hacia su arma. "Tengo muchos hombres a mi disposición, uno menos no hace la diferencia, pero pocos son los médicos y enfermeras que me quedan"
Ante ese gesto y sus palabras, el sujeto la liberó; "Como ordene, señor"
"Ven conmigo a mi tienda de campaña… no te fíes de estos sujetos. Parecen amables, pero la mayoría lo único que busca es…", Mizuno murmuró para con la rubia.
Esperando que las mujeres se marcharan, el comandante caminó hacia él y con su puño lo golpeó en la mejilla. "No vuelvas a desobedecerme. No voy a permitir este tipo de atropellos en mi unidad. Ahora mismo deberían prepararse para lo que nos espera mañana. Esos desgraciados están a pocos kilómetros y su artillería es el doble que la de nosotros, así que dejen de perder el maldito tiempo", nervioso vociferó para que todos lo escucharan.
"Como usted diga, comandante", recobrando la compostura el oficial expresó.
"Lo que tiene que pasar, pasará. No siempre puede intervenir", observando la escena, Yakov pensó.
"A nosotros nos persigue el doble del peligro. Para una mujer la guerra no es nada fácil. Muchas de las veces tenemos que recurrir a cosas que quizás no son de nuestro agrado, pero todo sea por mantenernos a salvo", haciendo uso de su propia experiencia la cirujano expresó, cosa a la que la rubia asintió…
(Presente)
Esperando que la cirugía pronto terminará, la aguamarina permanecía en silencio y con la mirada fija en su vientre.
"Papá es un hombre muy fuerte y la cirujano Mizuno lo está cuidando. Debemos confiar en que todo estará bien"
De pronto la puerta se abrió, interrumpiendo ese diálogo tan íntimo y dando paso a la rubia Mina.
"¿Cómo está?, ¿Ya terminó la cirugía?", nerviosa cuestionó.
"No puedo mentirte, el coronel perdió mucha sangre y está muy débil. Hace falta un milagro", afligida, la siempre hermosa mujer respondió.
"Debí insistir y no permitirle continuar peleando. Estuvo en mis manos detenerlo", dejando que el llanto fluyera, con fuerza apretó los puños.
"No es tu culpa, así es él. No hay algo que pueda detenerlo o doblegarlo… Mira, te traje ropa limpia y algo de comer, si deseas ducharte aún contamos con agua caliente. Ahí encontrarás todo lo necesario"
"Es usted muy amable, teniente"
"Considero que no debes estar aquí, la orden del coronel fue que te llevemos al refugio. Si regresa y ve que lo desobedecemos, nos va a castigar", dibujando una corta sonrisa en sus labios, Mina dijo a fin de aligerar el tenso ambiente.
Ante sus palabras Michiru no pudo evitar reír un poco; "Es verdad, además tengo que volver para seguir ayudando a Gertrud con los bebés, pero primero voy a asearme", dijo y tomando las cosas, se dirigió hacia el otro lado de la habitación.
"Cuando estés lista te llevaré de vuelta", caminando hacia la salida, Mina expresó.
"Espere, teniente… ¿Alguna vez el coronel fue herido de tal gravedad?", era una pregunta que solo la cirujano, la rubia y el rubio podían responder.
Mina asintió; "Si. Esto no es nada", mintió en un intento por tranquilizarla.
(Del otro lado)
"Hace dos horas amaneció y no hay cambio alguno. Esos imbeciles no están dispuestos a rendirse", Feodorenko expresó.
"Es natural que así sea", jugando con su pluma fuente, bastante pensativo Ivanovich respondió.
"Explíquese", frunciendo el entrecejo, el general Volkov pidió.
"Es lo que sucede cuando se pisotea el orgullo de un hombre. Ellos pisotearon el nuestro y nuestro contraataque fue aún más feroz, la prueba es que hoy estamos aquí", el hombre respondió.
Pavlov asintió; "Jamás pensamos renunciar"
"De igual modo ellos harán, preferirán una muerte honrosa antes que ser capturados o verse obligados a rendir"
"Hay que pensar en una solución. Un alto al fuego a fin de establecer una mejor estrategia"
"Será como ceder a favor de ellos", Feodorenko señaló.
"Estoy de acuerdo con usted, Pavlov. Sin duda se confiaran y nos otorgaran cierta ventaja"
"Ya lo he decidido. Si al medio día siguen resistiéndose negociaremos una tregua", Volkov señaló.
(En la clínica)
Y fue luego de una hora que por fin la cirugía del coronel terminó, aunque dar un diagnóstico a favor sería demasiado precipitado.
Así pues Mina se acercó a él, comprobando que el medicamento se estuviera administrando de forma correcta.
"Michi… ", confundido a consecuencia de la anestesia y la pérdida de sangre, el rubio se sujetó a ella.
"No soy ella, coronel", replicó.
"¿Teniente Aino?", murmuró.
"¿Hay algo que necesite, coronel?", acercándose un poco más para poder escucharlo, cuestionó.
"Ya no soy un militar, voy a dejar el ejército"
"No importa que lo haga, para nosotros siempre lo será"
"¿Dónde está?"
"Fueron a avisarle que la cirugía ya acabó. Pronto vendrá"
Contento el rubio asintió, luego en sus labios dibujó una corta sonrisa; "Es muy valiente, ¿Verdad?"
"Convenció a muchas mujeres de conservar a sus hijos"
Satisfecho Haruka sonrió aún más; "Me alegro mucho. No tienen la culpa de lo que hicimos"
"Ahora me retiro"
"Espera", aferrándose a su mano el joven pidió. "Dime, ¿Aún recuerdas cómo brillaban las estrellas sobre el cielo de Kosolapov?. ¿Recuerdas que su reflejo en las cristalinas aguas del lago por un instante nos hizo olvidar que del otro lado nos estaban esperando?"
Desviando el rostro y apretando los labios, la mujer asintió; "Hay cosas que nunca se olvidan, coronel. Y esa es una de ellas"
Poco a poco Haruka fue soltando el agarre, fijando la mirada en el techo; "Lo lamento mucho, por favor perdóname", afligido siseo.
"No hay nada que perdonar, coronel", murmurando contestó.
"Yo…"
La puerta se abrió, interrumpiendo esa íntima conversación y dando paso a Michiru, que de inmediato dirigió sus pasos hacía él.
"Me alegra mucho que estés de vuelta"
"Te dije que sobreviviría", dijo correspondiendo a sus besos.
Abandonando la habitación, sin aliento Mina se apoyó contra el muro.
"¿Estás bien?", intuyendo que algo había pasado, la cirujano preguntó.
"Si, solo un poco cansada… debo reconocer que siempre tuviste razón. Hay cosas muy obvias y su cariño es una de ellas. Es increíble que aún en medio de la guerra pasen estás cosas"
Mizuno se quedó pensando, como meditando lo que estaba por decir; "No cabe duda, la guerra no fue hecha para las mujeres, es exclusiva de hombres, sin embargo somos nosotros quienes la hacemos. Las mujeres la vivimos diferente a ellos, porque para nosotros hay poco reconocimiento y destinos peores que la misma muerte"
Ante sus palabras Mina se desconcertó.
"Como médico, como mujer y como combatiente he llegado a esa conclusión… Nosotros los llevamos en el vientre durante nueve meses, los parimos con dolor, los criamos, los educamos procurando que se conviertan en hombres de bien. No nos gusta pensar en lo que pueda pasar, luego tenemos que verlos pelear, odiarse y declararse la guerra. Entonces se tienen que marchar y a nosotras no nos queda de otra que esperar por ellos. Si, la guerra no fue hecha para nosotros, pero somos nosotros quienes de alguna forma la hacemos", pensando en su propio hijo que algún día sería mayor, expresó.
Encontrando tanta razón en sus palabras, Mina asintió pensando en el suyo.
"Ya lo he decidido, regresaré a casa en cuanto me sea posible", llevando las manos dentro de su bata, la cirujano dijo. "Piensa qué harás cuando este infierno termine"
(A pocas calles de ahí)
Consultando su reloj, el general Volkov apretó los labios.
"Es hora, ¿Ya podemos disponer de ellos?", cuestionó.
"Si, señor", el oficial encargado de las comunicaciones contestó.
"Alto al fuego, repito, alto al fuego. Les habla el general Volkov a fin de negociar una tregua", tomando el reinstalado altavoz, informo.
Escuchando la orden, los oficiales guardaron las armas.
"Alto al fuego", Rudolf ordenó a los civiles que lo seguían.
"El ejército está dispuesto a escuchar sus demandas siempre y cuando se respete la tregua que pido. Acordemos una reunión para llevar a cabo la negociación", el general ofreció, pero contrario a que sus palabras representarán un acto de subordinación, no eran otra cosa que una provocación a fin de que se confiaran.
"Escucho", Rudolf, que no era otra cosa más que un mediador entre ellos y Gunther, contestó.
La puerta se abrió dando paso a un oficial.
"Señor, el capitán Sidorov está aquí y necesita hablar con ustedes. Dice que es urgente"
Ivanovich asintió mientras se ponía en pie; "Yo voy a recibirlo", contestó abandonando la reunión.
(En la clínica)
Y aunque estaba profundamente exhausta, Michiru velaba el sueño de su amado.
"Michi", débil murmuró.
"Aquí estoy", acomodándole el cabello que cayó por su frente, contestó.
"Ve a descansar, lo necesitas"
"Estoy bien"
"No importa, tienes que hacerlo"
"Soy tu esposa y me necesitas a tu lado", depositando un beso en sus labios, replicó.
"Lamento mucho tener que preocuparte. Sé que está no es la idea de boda que tenías en mente, pero te prometo que cuando todo esté bien, nos casaremos como debe ser. ¿Aceptas?"
"Acepto casarme contigo cuantas veces me lo propongas, no importa que pasen mil años", respondió antes de volver a depositar un beso en sus labios.
"También te prometo que voy a llevarte en los brazos. Dime, ¿Ya tienes un nombre?", colocando la mano sobre el vientre de su amada, cuestionó.
Sonriendo, la joven colocó su mano sobre la de su amado; "Es justo lo que esta mañana estaba pensando"
"¿De verdad?"
"Si. Si es niño lo llamaré Océano", contenta respondió.
"¿Océano?, ¿Por qué?"
"Porque aparte de su papá, no hay nada más fuerte que el mar. Nada puede detenerlos"
Haruka sonrió; "Pero y si es una niña, ¿Cómo la vas a llamar?"
"La llamaré Miharu, porque es tu nombre y el mio siendo una sola carne"
"Ambos me gustan", dijo y entonces intentó reincorporarse.
"Espera, ¿Hay algo que necesites?"
"Tengo que orinar"
"No te esfuerces, deja que te ayude", tomando el orinal replicó.
Ante esas palabras el joven rompió en llanto; "No… no es necesario…", balbuceo
"Esta bien"
"Soy un inútil, te mereces un hombre fuerte y yo ni siquiera puedo ocuparme de mi mismo"
"No digas eso. No hay hombre más fuerte que tú"
Alguien llamó a la puerta y cediendo, dio paso a Ivanovich, quien ante la presencia de aquella mujer frunció el entrecejo.
"Es mi esposa", habiendo notado ese gesto, orgulloso el rubio señaló.
"Recibimos su mensaje, ¿Qué es lo que con tanta urgencia desea comunicarnos?", ignorando ese hecho, prosiguió.
De nuevo el rubio intentó reincorporarse, cosa que le resultó imposible.
"Por favor no te muevas", su esposa pidió.
"Na… nadie intercambio armas por alcohol, ellos la tomaron durante la batalla final"
"Lo sabemos, coronel", Ivanovich respondió.
"Hace días que encontré un patrón. Todos los incidentes sucedieron cerca de donde me encontraron… los heridos y muertos que se sospechó eran a consecuencia de peleas, los intoxicados por alcohol y los oficiales que se suicidaron… Creo firmemente que quien lo hizo y el responsable de lo que está pasando son la misma persona y se oculta cerca de ahí…. si diéramos con su escondite, quizá esto termine"
Ante sus palabras Ivanovich frunció el entrecejo; "¿Está seguro?"
"Si, todo fue perfectamente elaborado a fin de confundirnos"
"¿Sospecha de alguien en específico?, coronel"
Haruka negó con la cabeza; "No puedo dar un nombre, pero sin duda se trata de alguien que sabe lo que hace, quizá de algún ex combatiente"
"Enviaré una comisión a revisar el lugar"
"Una cosa más… muy probablemente están…están…", recordando la bengala disparada y lo que atestiguo antes de caer inconsciente, no alcanzó a decir, siendo presa de la terrible fiebre que lo llevó a convulsionar.
"Haruka"
"Un médico, necesitamos un médico"
Uno de los residentes de medicina a prisa ingreso; "Salgan de la habitación", ordeno.
Sin consuelo Michiru rompió a llorar; "Mi madre, mi padre, mi hermano y ahora mi esposo… ¿Por qué estoy condenada a perder lo que amo?", sujetándose el vientre gimió.
(Cerca de ahí)
Respetando la tregua establecida por su mayor, un grupo de oficiales esperaba por nuevas órdenes.
"Es imposible que lleguen a negociar a favor de ellos"
"Dudo mucho que ellos crean en las buenas intenciones del general Volkov"
"Son unos estúpidos, la prueba de ello es que decidieron atacarnos", un tercero expresó.
Del otro lado y tumbados sobre el suelo, dos sujetos jugaban a las cartas.
"Vengan a divertirse", uno pidió.
"Nada ganan perdiendo el tiempo", el otro añadió.
La puerta del lugar se abrió, permitiendo el paso de tres oficiales quienes quedándose en el umbral, sonrieron para ellos.
"¿Vienen a jugar?", fue la pregunta obligada.
Los tres soldados no dijeron nada, pero apuntándoles con sus armas, dispararon en contra de sus camaradas.
Notas de autor;
Al menos nuestra pareja favorita pudo matrimoniarse.
Aclaración: Recuerden que Harumi y Miharu no son la misma niña. Esta última si es hija biológica de los dos.
Isabelle; Durante la guerra a Haruka lo mantuvo vivo el recuerdo de su familia y la idea de vengarse. Ahora es Michi y el saber que va a ser papá lo que le da fuerza para mantenerse en pie. Si no los tuviera, hace rato se nos hubiera muerto.
Kaiohmaru; Haruka se negaba a abrirse a ella por temor a que lo rechazara y cuando finalmente reúne el valor para hacerlo, tiene que pasar esto. Su temor de perder lo que ama está a punto de volverse una realidad, solo que con una marcada diferencia. Si llega eso llegara suceder, ahora si se nos muere.
Michelle; Ambos han perdido demasiado al grado que si uno de los dos llega a morir, el otro es capaz de seguirlo. Si eso ocurriera, al menos Michi tendría al pollito, pero si es al revés, nuestro rubio volvería a quedarse solo. Y eso es aún más doloroso.
Isavellcota; Nadie odia a Gunther como lo hace nuestra Lita, pero si algo llegara a pasarle a Haruka, aún no se que haría Michi. Es su hermano, pero eso de herir a su esposo no se lo tomaría nada bien. Es cierto, aparte de confesar sus sentimientos es una especie de despedida. Él no deseaba entrar a quirófano hasta que ella fuera su esposa a fin de dejarla con solvencia económica. A Michi es lo que menos le importa.
Szer; Gunther no se puede salir con la suya, y si es que logra escapar será perseguido durante toda su vida, lo cual le traerá poca paz y más locura. Es verdad, Mizuno y Mina tienen heridas que sanar, es como si para ellas la guerra no hubiera acabado. Pero al menos una de ellas ya está dispuesta a enfrentarse a su realidad.
Kyoky; En efecto, Haruka no la llamaba por su nombre porque era una forma de no hacer más personal su relación (pero bien que hacía sus cosas xd. En fin, la hipocresía). Nuestro rubio no la tiene fácil, se nos anda yendo, pero nuestro pollito le jala los pies para que se quede y puedan conocerse.
Alice; Haruka está dando su propia batalla y no tan fácilmente se va a dejar vencer por la muerte, además su familia lo mantiene fuerte. Sobre tu petición; No sé si ya lo notaste, pero cada historia que he escrito es una continuación de la anterior, es decir, representó como es que nuestra pareja favorita fue reencarnando a través de los milenios, así que en cada una de sus vidas ellas están destinadas a tener cuatro hijos (a excepción de su vida anterior), "pollito" (Océano) es el primero y esta es la tercera vez que le toca nacer. Por cuestiones de que no puedo extender los fics por mucho tiempo (sino terminaran aburriendo), es que pocas veces hemos visto nacer a los demás :(
