El Deber de un Médico
Rancy estaba caminando por un camino que había en un bosque.
Rancy: Que lugar más tranquilo. Se parece a los bosques de mi hogar.
Decía el ciervo sonriendo al ver el tranquilo bosque por el que caminaba.
Se fijó en un nido de pájaros siendo atendido por sus padres. Aquella hermosa imagen familiar lo animó bastante.
El ciervo siguió su camino hasta que llegó a una pequeña aldea donde parecía muy tranquila.
Rancy: Una aldea. Ahora que lo pienso. Oí que había una pequeña aldea por aquí.
El ciervo se fue caminando hacia el pueblo para curiosear un poco.
Enfrente de una casa abandonada, estaba un grifo de plumaje morado, donde llevaba una extraña indumentaria negra como si un ninja se tratase.
Dicho grifo estaba sentado en el suelo donde parecía estar gravemente herido.
Grifo: Maldita sea….Sí que estoy grave de verdad.
Decía el grifo donde acto seguido gruñó de dolor. Al poco rato apareció un semental terrestre de pelaje blanco y crin verde, llevando una indumentaria negra más una capa.
El semental al ver al grifo, se acercó a él. El grifo al verlo, le rogó.
Grifo: ¿Tienes algo de comida para esta pobre alma? Como puedes ver, me han dejado muy herido como para poder levantarme.
Semental: Déjame ver.
El semental se acercó para examinar al grifo. Cuando comprobó sus heridas, comentó preocupado.
Semental: Esta herida apesta. Como no la tratemos, habrás muerto antes del amanecer.
El grifo se puso pálido al escuchar decir al semental.
Grifo: No serás un boticario o médico de esos ¿Verdad?
Semental: ¿Por qué lo preguntas?
Grifo: ¡Dita sea, los dioses me sonríen! Si me tratas la herida, te pagaré lo que me pidas.
Hablaba el grifo rogándole al semental que lo curase. El semental guardando un momento en silencio, le quiso interrogar al grifo.
Semental: Antes de eso, contéstame a una cosa.
Grifo: Pues claro ¡Lo que sea!
Un rato después, tras escuchar la respuesta del grifo, el semental se puso de pie y dando la espalda a dicho grifo, le dijo.
Semental: Lo siento, amigo. La respuesta es no. No merece la pena salvarte la vida.
Hablaba el semental dando por sentado que no iba a ayudar al grifo. Este último alarmado, le rogó.
Grifo: ¿Q-qué? ¡Ten algo de piedad! ¡No puedes dejar morir a un hombre!
El semental no dijo nada y se marchó de allí hasta que fue interceptado por Rancy que había sido testigo de todo.
Rancy: ¡Espera, espera, espera! Eres boticario ¿No? ¿Cómo puedes dejar que sufra un hombre al que has examinado?
Hablaba el joven ciervo reprochando la actitud del semental por no querer curar al grifo.
Semental: ¿Y quién narices eres tú?
Rancy: Me llamo Rancy y, pese a mi aspecto, soy un boticario y médico. Estudio en la academia de la Patrulla Harmony.
Se presentó el joven ciervo al semental. Este último tras escuchar al ciervo, simplemente le respondió.
Semental: Un compañero de profesión ¿Eh? Pues escúchame bien. Soy un hombre libre y tengo derecho a elegir mis pacientes.
Rancy: ¿Y eso qué significa?
Preguntó el ciervo. El semental se acercó para ver mejor al ciervo y ahí le contestó.
Semental: Significa lo que he dicho. Hay vidas que no merece la pena salvar.
Rancy se quedó sin habla ante lo que dijo el semental. Este último se marchó sin ni siquiera despedirse. El ciervo lo miró bastante enojado.
Rancy: ¿Quién se cree que es ese idiota?
Grifo: Entonces ¿Dices que eres boticario?
Preguntaba el grifo al ciervo donde este último mirándolo, le contestó.
Rancy: En efecto. Y uno que no hace distinciones entre los que lo necesitan. Muéstrame esa herida.
Rancy se acercó a examinar la herida del grifo el cual este se lo agradeció.
Grifo: Muchas gracias…
Rancy: Tienes suerte de que haya llegado justo a tiempo.
Decía el ciervo aplicando un ungüento en las heridas del grifo.
Rancy: ¡Listo! Con esto, deberías sobrevivir. Pero aún no estás fuera de peligro. Te recomiendo descansar hasta que se cure. Ven, apóyate en mí.
Grifo: Eres muy majo. Gracias.
Agradecía el grifo apoyándose en el ciervo. Rancy con una leve sonrisa, le contestó.
Rancy: Me llamo Rancy, y tan solo hago mi trabajo.
Más tarde, en el interior de la casa abandonada, el grifo estaba echado en una cama improvisada bajo las sábanas, con el ciervo vigilándolo.
Grifo: Gracias, Rancy. Soy Mogol. Me has salvado.
Se presentaba el grifo.
Rancy: No ha sido nada. Descansa, anda.
Aconsejaba el ciervo al grifo.
Rancy: Vendré luego a echarte un vistazo. Traeré provisiones. Dicen que las uvas de esta región son un alimento estupendo.
Mogol: Aunque son mejores para el bebercio, no sé si me explico. Je, je, je.
Respondía riéndose al final el grifo. Rancy mirándolo seriamente, le contestó.
Rancy: Lamento cortarte el rollo, pero en tu estado, ni por asomo. Aunque podremos brindar cuando se te hayan curado las heridas ¿Te parece?
Mogol: Sep…Me encantaría.
Rancy se disponía a salir de la casa.
Rancy: Parece un tipo muy amable.
Justo en ese momento, le sonaron las tripas.
Rancy: Vaya. Yo tampoco he comido todavía. No puedo ponerme a preparar medicinas con el estómago vacío. Iré a la posada.
El ciervo caminó por la aldea en busca de la posada. Finalmente la encontró y lo primero que hizo, obviamente, fue entrar.
Dentro de la posada, había mucha gente.
Rancy: Vaya. Parece un sitio muy animado.
En ese momento notó que la gente estaba como mirando algo en el centro de la posada, donde todos tenían expresiones de preocupación o conmoción. El ciervo se dio cuenta de que había una ciervo mayor sujetando en brazos a un niño ciervo que parecía inconsciente.
Alarmado por ello, Rancy se acercó corriendo.
Rancy: Oiga ¡¿Qué ha pasado aquí?!
Cierva: ¡Mi hijo se ha….desmayado!
Contestó llena de preocupación la cierva. Han ido a buscar ayuda, pero…¡Ay, mira! ¡Se muere!
Hablaba llena de preocupación la cierva por el estado de su hijo. Rancy decidió intervenir.
Rancy: ¡Soy boticario! ¡Deje que le eche un vistazo!
Cierva: ¿Qué?
La cierva se apartó dejando paso libre a Rancy, donde el ciervo se puso a revisar al niño.
Rancy: (Mmm…No parece que se trate de comida en mal estado). (Pero, entonces ¿Qué podría ser?).
Pensaba para sí el ciervo. Luego mirando a la madre, la preguntó a ésta.
Rancy: Señora ¿Su hijo sufre de algún tipo de enfermedad o achaque?
Cierva: No…Al menos, no que yo sepa.
Rancy: (¡Maldita sea! Piensa, Rancy…¡Piensa! Puede que tenga que pedir ayudar).
Pensaba Rancy en alguna solución, pero ahora mismo no se le ocurría nada.
En ese momento entró en la posada el semental de antes, el que se negó a ayudar al grifo en un principio.
Semental: ¿Dónde está el paciente?
Rancy vio al semental no demasiado contento donde no puedo evitar decir.
Rancy: Eres ese farsante de antes.
El semental no parecía siquiera importarle el comentario del ciervo donde enseguida respondió.
Semental: Tú otra vez. Sobre lo de si soy un farsante o no…pronto lo verás.
Rancy se apartó para dejar paso al semental. No confiaba en absoluto en que realmente pudiera curar al niño, pero tampoco podía hacer otra cosa.
El semental examinó con cuidado al niño ciervo.
Semental: Entiendo. Parece ser una especie de paroxismo. Claramente, ha sido algo que ha comido. Los guisantes de olor pueden causar esta reacción a ciertos individuos. Esto debería solucionar el problema.
Rancy: Vaya…Pero….
Rancy no supo que decir. Al contrario de lo que esperaba, el semental parecía saber lo que estaba haciendo.
Más tarde, aplicando una medicina, el niño parecía recuperar la conciencia.
Niño: Dónde…¿Dónde estoy?
Cierva: ¡Tim! ¡Estás bien!
Exclamó la madre abrazando a su hijo alegrándose de que estuviera sano y salvo. Luego mirando al semental, le dio las gracias.
Cierva: ¡Ay, señor! ¡No sé ni cómo agradecérselo!
Semental: No ha sido nada. Si me disculpan.
El semental se disponía a macharse, pero antes de hacerlo se dirigió hacia Rancy donde ahí se presentó.
Semental: Me llago Ogen, soy boticario ambulante. Y espero que hayas aprendido a no prejuzgar a la gente.
Dijo esto último el llamado Ogen antes de marcharse de la posada.
Rancy: Buff…Nunca había visto una farsa tan buena. Pero no puedo dejar que esto me afecte.
Decía Rancy.
Rancy: (Venga, veamos quién más necesita ayuda por la zona).
Rancy se puso a explorar el pueblo, ayudando a sus habitantes con enfermedades menores.
El último paciente que atendió fue una anciana pony que estaba en cama en su casa.
Rancy: Y ya está. Con esto debería sentirse mejor, señora.
Anciana: Muchas gracias, cielo.
Agradecía la anciana donde el ciervo sonrió.
Rancy: No hay de qué. Y asegúrese de no coger frío ¿De acuerdo?
Anciana: De acuerdo. Gracias al cielo ¡Al fin puedo ir a por uvas!
Rancy: ¿Uvas?
Al escuchar el nombre, Rancy se acordó de Mogol y aprovechó para preguntar a la anciana.
Rancy: Hablando de uvas ¿No sabrá dónde puedo comprar una botella de buen vino? Le prometí a mi nuevo amigo Mogol un brindis, pero…
La anciana puso una expresión de sobresalto, cosa que Rancy notó.
Rancy: ¿Va todo bien, señora?
Anciana: ¿Eres amigo de Mogol? ¿De ese sucio ladrón?
Rancy: ¡¿Ladrón?!
Exclamó el ciervo sorprendido ante lo que dijo la anciana, cosa que esta última confirmó.
Anciana: Lo que oyes. Y eso no es todo. Es un ladrón de los violentos. Dicen que se coló en una de las haciendas y que, cuando el mayordomo lo encontró ¡Mogol apuñaló al pobre hombre hasta matarlo! La milicia local lleva buscándolo desde entonces, pero no han encontrado rastro de él.
Rancy no cabía en lo que le contaba la anciana. La anciana cerrando levemente los ojos, trató de aconsejarlo.
Anciana: No es de por aquí ¿Sabes? Si sabes lo que te conviene, será mejor que no te juntes con él.
Rancy no supo qué decir en ese momento. Descubrir que el paciente a quien trataba, se trataba de un ladrón y además asesino, siendo alguien muy peligroso.
Cuando terminó con la anciana, salió de la casa donde se topó con nada menos que con Ogen.
Ogen: Volvemos a encontrarnos.
Habló el semental. Rancy no tenía ganas de perder el tiempo y simplemente le contestó.
Rancy: Lo siento, no puedo parar. Tengo a un paciente esperándome.
Ogen: No irás a salvarle la vida a esa sabandija ¿No?
Rancy: Así que lo sabías.
Dijo Rancy viendo que Ogen lo sabía. El semental asintiendo, lo afirmó.
Ogen: Así es. Aseguró no ser más que un humilde granjero, pero la daga bajo su abrigo contaba otra historia. Había mucha más sangre de la que salía de su herida. Su mirada nerviosa y esquiva tampoco ayudaba.
Explicaba el semental terrestre.
Ogen: No, estaba claro por qué no había buscado tratamiento para su herida. Está en busca y captura.
Rancy escuchó las palabras del semental. Ahora comprendía lo de Mogol, pero su deber de médico se anteponía a todo.
Rancy: Aún así…Aunque alguien sea un ladrón ¿Eso implica que hay que dejarlo morir?
Ogen: Lo dije una vez y te lo repito. Hay vidas que merecen la pena salvar….otras no tanto.
Hablaba el semental poniendo claro sus creencias. Rancy aun así se negó a aceptarlo.
Rancy: Tonterías. Somos boticarios o médicos, no dioses. No somos quién para juzgar. Tenemos el deber de ayudar a quienes nos necesiten ¿Acaso me equivoco?
El semental no dijo nada, hasta que finalmente le quiso pedirle algo a Rancy.
Ogen: Déjame ver uno de tus tónicos.
Rancy: ¿Eh? ¿Para qué?
Preguntó confundido el ciervo ante la petición del semental.
Ogen: Tengo curiosidad. Quiero comprobar tus habilidades.
Rancy: Está bien. Si insistes. No puede haber un problema en que lo mires.
El ciervo le dio uno de los tónicos al semental donde este lo tomó.
Ogen se quedó mirando el tónico con suma atención.
Ogen: Es poco refinado, pero adecuado. Está hecho con talento y confianza.
Decía el semental donde podía apreciar el buen tónico hecho por el ciervo. El semental devolvió el tónico al ciervo y luego le dijo.
Ogen: Escúchame, Rancy. Veo que tus ojos rebosan pasión, así que no andaré con rodeos. Deja que ese hombre muera.
Rancy: No puedes…
Respondía Rancy no queriendo aceptar dejar morir a Mogol. Ogen se disponía a marcharse, pero antes de hacerlo, quiso darle un consejo final al ciervo.
Ogen: Antes de actuar, pregúntate qué significa de verdad salvar la vida de un hombre. Sobre todo, la de un asesino.
Finalmente Ogen se marchó dejando solo al ciervo.
Rancy se quedó en silencio, pensando en lo que dijo Ogen.
Rancy: Ahora no tengo tiempo de pensar en eso. Debo ir a ver cómo le va a Ogen.
El ciervo regresó a la casa donde estaba Ogen.
Rancy: ¡Buenas, Mogol!
Saludó el ciervo. El grifo no le contestó. En su lugar comenzaba a quejarse de dolor.
Mogol: Rancy, muchacho…La herida…escuece un montón.
Rancy: Déjame echar un vistazo.
Rancy se acercó a examinar la herida del grifo. Ahí su rostro pasó a una de preocupación.
Rancy: (Maldita sea…Está peor de lo que pensaba. Si sigue así, no sobrevivirá).
Mogol: ¿Qué pinta tiene? Dime que voy a salir de esta….
Rancy no podía decirle al grifo que iba a morir, por lo que optó por mentirle.
Rancy: Pues…Sí, claro. El escozor significa que el remedio funciona.
El grifo parecía sentirse más tranquilo ante las palabras del ciervo.
Mogol: Ah…Entiendo…
Rancy: (Tendré que darle algún medicamento más fuerte). Tu aguanta ¿Vale? Ya verás como te recuperas en…
Antes de terminase la frase, Rancy se acordó de lo que Ogen le dijo antes.
"Antes de actuar, pregúntate qué significa de verdad salvar la vida de un hombre….
Sobre todo, la de un asesino."
Mogol: ¿Qué pasa, Rancy? ¿Es peor de lo que pensabas?
Preguntaba el grifo al notar el extraño silencio del ciervo. Rancy al final tuvo que contarle lo que sabía ahora con cierto pesar y dudas.
Rancy: He oído a la gente hablar de ti, Mogol. Dicen que eres un ladrón…y un asesino.
Mogol: ¡¿A-Asesino?! De eso nada. Me tendieron una trampa.
Se defendió el grifo tratando de negarse a admitir la verdad.
Rancy: Dime la verdad, Mogol. No te puedo ayudar a menos que lo hagas.
El grifo al ver que estaba atrapado, decidió confesar.
Mogol: Vale, me has pillado. Soy un miserable ladrón ¡Pero escúchame! ¡No tuve elección! ¡Necesitaba el dinero!
Rancy: ¿Lo bastante como para quitarle la vida a un hombre?
Preguntaba de forma acusadora el ciervo. El grifo con actitud de arrepentimiento, le rogó.
Mogol: Perdóname…Te lo suplico. Tengo tres críos que alimentar en casa. Se morirán de hambre sin mí. No siempre fue así, Rancy. Antes era mercenario, y de los buenos…..Pero el trabajo empezó a escasear, así que…que…
Rancy guardó silencio ante las palabras del grifo.
Mogol: Me estoy muriendo…¿Verdad? Conozco mi cuerpo mejor que nadie. Tienes que ayudarme….Uuuug…¡Te lo suplico!
Suplicaba el grifo al ciervo para que lo ayudase.
Rancy: Así que pasarás página ¿No?
Mogol: ¿Eh…?
Rancy: Digo que te ayudaré si prometes cambiar de vida. Se acabó el robar ¿Está claro?
Decía el ciervo poniendo en claro sus condiciones.
Mogol: ¡Pues claro! ¡Tienes mi palabra! ¡Créeme! ¡Me siento fatal por las cosas tan terribles que he hecho!
Contestaba el grifo donde parecía realmente lamentar sus acciones pasadas. Rancy estuvo escuchando en silencio las palabras del grifo.
Mogol: Rancy…
Rancy: Aunque sea ladrón, no puedo dejar que sufra. No soy así.
Hablaba el ciervo teniendo claro sus principios como médico.
Rancy: De acuerdo, Mogol. Te creo. Tu aguanta, que te dejaré como nuevo.
Mogol: Gracias, Rancy…No merezco tu amabilidad…
Y así, Rancy se afanó hasta bien entrada la noche, atendiendo las heridas de Mogol lo mejor que pudo.
Hasta que al final….
Rancy se quedó dormido durante la noche. Cuando despertó, ya había amanecido.
Rancy: Vaya…Estaba más cansado de lo que creía.
Rancy se levantó y se estiró un poco.
Rancy: Ahora que Mogol ya no corre peligro, puedo respirar tranquilo.
Rancy miró por todos lados dándose cuenta de que Mogol no estaba.
Rancy: Por cierto…¿Dónde se habrá metido?
Rancy salió de la casa abandonada, disponiéndose a buscar a Mogol. En ese momento escuchó un grito y luego un fuerte jaleo.
Rancy: ¿Qué ocurre?
Rancy fue corriendo al origen del jaleo. Al final se llevó una enorme y desagradable sorpresa.
Mogol: ¡He dicho que no te muevas o le rajaré el cuello al crío!
Gritaba Mogol donde tenía agarrado al niño enfermo de antes y con un cuchillo apuntando en su cuello, a la cierva de antes y a un montón de gente presente.
Cierva: N-no…¡Tim! ¡P-por favor, no!
Mogol: Pues ya sabes lo que tienes que hacer ¿No? ¡Dame todo lo que tengas!
Cierva: ¡Te daré lo que sea! E-espera a que vuelva mi marido y…
Mogol: ¿Es que estás sorda, furcia? ¿Crees que tengo todo el día? Dame ya.
Gritaba impaciente el grifo amenazando cada vez más con rajar el cuello al niño.
En ese momento apareció Rancy donde miraba sorprendido la escena. Mogol lo reconoció entre la gente.
Mogol: Carai…Estaré esperando en el bosque de Rivira ¡Trae el dinero al atardecer o no volverás a ver al crío!
Ordenaba el grifo antes de salir volando con el niño como rehén.
Al final la Cierva no pudo evitar derrumbarse al suelo.
Cierva: ¡E-espera! ¡Tim! ¡Ten piedad!
Rancy rápidamente se acercó a la Cierva.
Rancy: ¿Se encuentra bien? ¿Qué ha ocurrido?
Unas explicaciones más tarde.
Rancy: ¿Mogol? ¡No puede ser!
Cierva: Oh, no..¡Se ha llevado a mi querido Tim!
Hablaba llena de preocupación la señora por su hijo.
Rancy: Maldita sea….Mogol…¡Así te parta un rayo!
Gritó enormemente enojado el ciervo al ver que Mogol había vuelto a las andadas.
Cierva: Mi pequeño…¡¿Qué voy a hacer?!
Rancy: Espere aquí, señora. Iré a buscar a su hijo ¿Dónde se ha metido?
Cierva: Dijo que fuese al bosque…Al…bosque de Rivia, al oeste de aquí.
Indicaba la Cierva el lugar donde estaba el bosque.
Rancy: Muy bien ¡Volveré con su hijo dentro de nada!
Dijo esto antes de marcharse hacia el bosque.
Rancy: Mogol…¡He sido un ingenuo al confiar en ti!
Decía el ciervo sintiéndose como un idiota por confiar en que Mogol haría algo bueno en cuanto se recuperase.
El ciervo tuvo que recorrer el bosque donde era bastante amplio. Siguiendo por un camino en el bosque hasta que llegó a su destino.
Ahí vio a Mogol, con su rehén inconsciente en el suelo.
Rancy: ¡Mogol!
Gritó el ciervo ganándose la atención del grifo.
Mogol: Rancy. Me alegro de verte por aquí.
El niño gemía de dolor en el suelo, cosa que Rancy lo notó y aquello lo preocupó.
Mogol: Je, je. El crío no se callaba, así que le tuve que dar un buen motivo para llorar de verdad.
Hablaba perversamente el grifo.
Rancy: Eres un desgraciado de la peor calaña.
Decía bien enojado el ciervo.
Rancy: Hazte a un lado y déjame ver la herida del niño.
Mogol: ¡No des ni un paso más!
Gritó el grifo deteniendo la posible marcha del ciervo.
Mogol: Me gustaría que curases a mi gallina de los huevos de oro, pero…Algo me dice que intentarás largarte con él.
Rancy: ¡Podría morir!
Mogol: ¡¿Y qué?! ¡Tengo cuatro bocas que alimentar en casa!
Contestaba el grifo tratando de justificarse.
Rancy: Creía que eran tres.
Decía Rancy. El grifo al darse cuenta de que lo han pillado, se echó a reír mientras contestaba.
Mogol: Je, je…Ups. Debería aprenderme mejor mis propios cuentos ¿De verdad te habías creído que tenía familia? ¡Si ni siquiera sé de dónde sacaré mi próxima comida! ¡Ja! Eres tan crédulo que casi me entran ganas de llorar.
Hablaba con tono burlón el grifo mientras Rancy se sentía cada vez más enojado al descubrir que todo fue mentira.
Mogol: Pero te debo una, Rancy ¡Gracias a ti, podré buscarme un trabajo "honesto"!
Luego terminó en una gran carcajada final. Rancy cerró los ojos y dijo.
Rancy: Me rindo…Esto es culpa mía por salvarte ¡Y por eso arreglaré las cosas yo mismo!
Mogol: ¿Estás seguro, Rancy? A veces me gusta adornar la verdad, pero no mentía cuando te hablé de mi pasado como mercenario. Mogol Dos Lanzas ha matado a centenar de hombres. Todos soldados, ningún niño mimado con una bolsa llena de hierbajos.
Se jactaba el grifo de sus malvadas hazañas.
Mogol: ¡Cuando acabe contigo, ni siquiera tus pociones y vendas podrán salvarte! ¡Arrrg!
Gritó el grifo lanzando unos cuchillos contra Rancy. El ciervo ahora estaba en problemas ya que él no era combatiente siquiera, esperaba resolver el conflicto hablando, pero por desgracia no iba a funcionar.
Antes de que los cuchillos lo alcanzasen, algo veloz pasó por delante del ciervo desviando los cuchillos.
Mogol: ¿Pero qué rayos…?
Rancy puso ver a su salvador, siendo nada menos que Medic de la Patrulla Harmony.
Rancy: ¡Profesora Medic!
Exclamó el ciervo al reconocer a la patrullera. Medic empuñando su katana con que desvió los cuchillos, contestó.
Medic: Hice bien en venir. Ayer cuando me hablaste de Mogol, decidí investigar sobre él. Y no es nada bueno lo que averigüé.
Decía Medic bajando su arma y poniéndose en posición de combate.
Medic: De esto me ocupo yo. Tú ocúpate del niño.
Rancy: De acuerdo….
Contestaba el ciervo apartándose de la yegua.
Mogol: (Maldición….Medic de la dichosa patrulla esa…No tengo categoría para enfrentarme a alguien como ella).
Pensaba para sí el grifo donde no tenía confianza alguna para enfrentarse a Medic, hasta que se acordó de su rehén y ahí alzó la voz.
Mogol: ¡No te tengo miedo, patrullera! ¡Si te acercas, mataré al niño!
Medic: ¿Qué niño?
Preguntó con tono burlón la ninja médico. Mogol confundido, miró atrás y su sorpresa fue ver que el niño ya no estaba.
Mogol: ¿Qué rayo…?
Rancy: ¿Buscabas algo?
Preguntaba Rancy donde tenía al niño con él, sujeto por unas raíces que él mismo había convocado.
Mogol: ¡Mecachis! Con esto no contaba.
Medic: Ahora prepárate para luchar. No pienso ser suave contigo.
Decía Medic a modo de amenaza. Mogol ahora estaba en problemas, pero aún así intentó actuar valiente a la vez que sacaba dos largas lanzas.
Mogol: ¡Soy Mogol, las dos Lanzas! ¡Nadie puede conmigo! ¡Ni siquiera una patrullera!
Medic: Ya. Y por eso tu corazón no se ha acelerado en cuando supiste quién era ¿Verdad?
Contestaba la yegua con cierto sarcasmo. El grifo cargó con sus lanzas atacando a la desesperada. Medic con un veloz movimiento de su katana, desvió el ataque inicial del grifo.
El grifo no se detuvo y atacaba una y otra vez con sus lanzas a la pony médico, donde esta última se dedicaba a desviar con su katana cada uno de los ataques.
Mogol: ¡Si te mato, me haré famoso!
Medic: Entonces serás un completo desconocido toda la vida.
Contestaba Medic donde de repente desapareció en humo, esquivando el ataque doble de lanza del grifo.
Mogol: ¿Pero qué…?
El grifo quedó pasmado hasta que de repente apareció de golpe Medic en el aire arreando una patada en el rostro, donde hizo retroceder al grifo y por poco caer al suelo.
Medic: Mejor ríndete. He examinado tu técnica y es bastante primitiva. No puedes medirte conmigo.
Hablaba Medic. Mogol estaba enojado, aunque en el fondo sabía que no podría nunca derrotar a una patrullera. Por lo que optó por una técnica desesperada.
Mogol: ¡Aún no he mas vencido!
Mogol lanzó una bomba de humo. Medic intentó atraparlo, pero en medio del humo no había rastro de él.
Al poco rato aparecieron infinidad de copias del grifo rodeando a la ninja médico.
Mogol: Ja, ja, ja ¿Sabes quién es el original? ¡Te habré matado antes de que lo averigües!
Gritaba el bandido donde se escuchaba por todos lados.
Medic estaba tranquila y en completa calma. Lo único que hizo fue guardar silencio y cerrar los ojos.
En solo un instante los ojos de Medic se abrieron de golpe y cargó en una dirección.
Un veloz tajo bastó para golpear al verdadero Mogol de en medio de las copias.
Mogol: No…No es posible….
Medic: Por favor. Esta técnica ya está muy vista ¿Te crees que no conozco de sobra este truco tan viejo?
Preguntaba Medic mientras el bandido acabó de rodillas.
Mogol acabó muy malherido ante el último ataque de Medic.
Mogol: La sangre….Otra vez….No…
Decía el grifo asesino sintiendo que su vida estaba a punto de terminarse, solo que Medic tenía otros planes en mente.
Medic: Tarjeta de Captura.
Decía Medic lanzando una tarjeta de captura, encerrando en su interior al grifo.
Luego centrándose en Rancy que aún estaba con el niño, le preguntó.
Medic: ¿Está el niño bien?
Rancy: Sí…Aún respira. Pero no hay tiempo que perder. Tenemos que llevarlo a un lugar seco y tratarle la herida en condiciones.
Respondía el ciervo.
Medic: Muy bien. Llevemos al niño al pueblo.
Algunos días más tarde.
El niño se despertaba en su casa, siendo recibido por su madre donde se alegró un montón verlo despierto.
Cierva: ¡Tim! ¡Por los cielos! Mi querido Tim…Te prometo que no dejaré que se te lleven nunca más. Nunca, nunca más…
Hablaba la Cierva abrazando a su hijo.
Tim: Madre…
Cierva: ¿Sí? ¿Qué pasa, hijo mío?
Tim: ¿Quién era el ciervo y la pony que me salvaron?
Mientras tanto, Medic y Rancy estaban a la salida del pueblo. Ahí vieron a Ogen donde se disponía a marcharse.
Rancy: Entonces ¿Te marchas?
Preguntaba el ciervo al semental. Este último se limitó a contestarle.
Ogen: Ya he curado a los enfermos. He terminado mi trabajo.
Rancy: ¿Puedo preguntarte algo?
Ogen: Que sea rápido.
Rancy se disponía a hacer su pregunta.
Rancy: Al salvar la vida de un ladrón, puse la de un niño en peligro. Hasta que al final…hice lo que tenía que hacer ¿Qué hubiese sido correcto? ¿Fui demasiado ingenuo? No paro de darle vueltas, pero no logro encontrar la respuesta.
Rancy no estaba seguro de si había hecho lo correcto o no al curar al ladrón, ya que sus acciones acabaron perjudicando a terceros.
Ogen que escuchó en silencio las palabras del ciervo, respondió por fin.
Ogen: La vida se basa en saber discernir. Nuestro trabajo es igual. Tenemos que decidir qué vale la pena salvar y de qué hay que deshacerse. Tomaste una mala decisión, eso es todo.
Rancy no dijo nada, sino se quedó pensando en lo que decía el semental.
Ogen: Hubo un tiempo en el que yo no hacía distinciones, igual que tú.
Rancy se quedó mirando con atención al semental en cuanto dijo eso último.
"Narrando Ogen"
"Fue hace diez años, cuando empecé a practicar el oficio. Vivía con mi mujer en una pequeña aldea."
"Un día, un criminal buscado se plantó en nuestra casa. Había huido de sus captores, pero a consta de sufrir terribles heridas. Sabía quién era y aun así lo acogí en mi casa y lo curé. "
"Creía, igual que tú, que valía la pena salvar a todo el mundo. Cada día que pasaba, su condición mejoraba. Estaba orgulloso de mis habilidades y contento por la recuperación de mi paciente."
"Un día, salí al bosque para recolectar los ingredientes de una poción…"
"Al regresar, me encontré a mi esposa en el suelo, irreconocible."
"Fin narración"
Ogen: Tuve que aceptar la verdad. Había salvado la vida equivocada. Dejé atrás mi aldea y empecé a ir de un pueblo a otro. Desde entonces, solo trato a los pacientes que considero dignos. Y solo salvo aquellas vidas que lo merecen.
Rancy guardaba silencio.
Ogen: Piénsatelo bien antes de usar las manos.
Ogen estuvo a punto de marcharse hasta que quiso decir una última cosa al ciervo.
Ogen: Había otro hombre que actuaba de la misma manera que tú.
Dijo esto último antes de marcharse.
Medic que estuvo guardando silencio durante la conversación, le quiso preguntar al ciervo.
Medic: ¿Estás bien, Rancy?
Rancy: No lo sé, maestra. Dígame ¿Estuvo mal que salvara la vida de ese ladrón?
Preguntaba esto último el ciervo.
Medic: Solo hiciste lo que considerabas correcto. Si lo hubieras dejado morir sin más, no habrías sido mejor que él.
Rancy: Pero…Mis acciones han afectado a otros. Un niño podría haber muerto por mi culpa.
Respondía Rancy sintiéndose culpable por lo que sucedió.
Rancy: ¿Cómo puedo seguir sin saber que puedo perjudicar a otros con mis acciones? ¿Cómo, maestra?
Medic guardó unos instantes de silencio, hasta que finalmente habló.
Medic: La vida está llena de decisiones. Por desgracia no siempre podemos elegir la correcta. Incluso yo, en ocasiones, llegué a dudar de mis propias decisiones.
Rancy: ¿En serio? Pero usted siempre se la ve tan tranquila y segura de sí misma, jamás la he visto nerviosa o alterada hasta ahora.
Respondía el ciervo donde le sorprendió lo que la yegua dijo.
Medic: Aunque no lo creas, ha habido situaciones donde incluso llegue a tener hasta miedo o dudas. Temiendo que si tomaba una mala decisión, perjudicaría a otros. A veces no tienes más remedio que seguir adelante con las decisiones que has tomado. La pregunta ahora es ¿Tienes la respuesta que buscas?
Ante la pregunta hecha por la yegua, Rancy se quedó como pensando y dijo.
Rancy: No lo sé.
Medic: A veces tenemos que buscar las respuestas por nosotros mismos.
Decía Medic.
Medic: Volvamos, Rancy.
Ambos se marcharon de la aldea. Rancy se quedó pensando en sus acciones si había hecho lo correcto o no.
Continuará.
No olvidéis comentar.
