Hola a todos! He aquí traigo un pequeño capítulo de esta historia. Y se viene algo… ALGO! Que espero que les guste. Y ya puestos y sin más qué decir… COMENZAMOS!
….
Capítulo 5.
Una extraña canción.
…
El fino conjunto de té cayó al suelo estrepitosamente partiéndose en pedazos. Las sirvientas se alejaron de Chloe a excepción de una que comenzó a limpiar el estropicio dejado.
—¡Fuera de aquí estúpidas! ¡Ni siquiera saben servirme una taza de té!
Las criadas se fueron y la única sirvienta que quedó terminó de recoger los pedazos de cristal y ponerlos todo sobre su delantal, la joven de ojos azules tenía una cofia que cubría todo su cabello, ya que la princesa odiaba su cabello. Contempló cómo la princesa rabiaba dando vueltas por la habitación.
—No me lo puedo creer. Primero no me dan el recibimiento que merezco y luego Adrien se niega a cenar conmigo. ¿Cómo puede hacerme esto después del incómodo viaje que he hecho por él? —la criada sabía que la princesa exigía una respuesta y tuvo que darle una.
—El príncipe dijo que estaría ocupado. Recuerde, mi señora, ahora él tiene que hacer el mismo trabajo que hacía el primer príncipe y su trabajo… —sintió una bofetada que le cruzó la cara.
—¡No te pedí una explicación, idiota! Todo es culpa de esa estúpida de Marinette. La buena de Maritonta, la princesa que todos adoran, ¡puaj! Son tontos unos mentecatos y ciegos —giró sobre sus talones y miró por la ventana del balcón—. Si ella desapareciera todo sería mucho más sencillo —la criada se tensó en su sitio a sabiendas de lo que podría pedir la princesa.
—Princesa, ¿no cree que lo más sencillo sería que el primer príncipe regresara?
—Ya han enviado a montones de soldados a por él —espetó con coraje.
—Pero usted tiene un as bajo la mana que nadie más tiene —Chloe sonrió al entender a quién se refería.
—Es verdad. Bien, mándalo a que haga el trabajo y más le vale que a la mañana siguiente regrese con el príncipe si sabe lo que le conviene —la despidió con un gesto de mano y apenas salió de los aposentos de la princesa sus amigas se acercaron a ella.
—¿Cómo te fue?
—¿Qué te hizo?
—Ay, mira cómo te ha dejado la cara otra vez.
La joven sonrió contenta de tener a tan buenas amigas con ella.
—Rose, Alix, Sabrina, estoy bien. No se preocupen.
—¿Cómo no nos vamos a preocupar por ti? —preguntó Sabrina que le quitó la cofia, revelando su cabello rubio—. Incluso te ha movido la cofia de lugar, deja de la arreglo. Todo porque tú eres su media hermana.
—Shh, no lo digas tan alto.
Así era, ella era también un miembro de la familia Bourgeois pero su sola presencia era considerada un tabú. A pesar de que la reina era su madre y su padre, se rumoreaba, fue un rico mercader, desde pequeña había trabajado como criada en el palacio.
—Al menos tienes la gracia del rey —dijo Rose que le ayudó a acomodar su cofia para ocultar su cabello.
—¿Y eso de qué sirve? —preguntó Alix con hastío—. Todo el mundo sabe que es la reina la que manda sobre el rey.
Todas tuvieron que darle la razón. A pesar de que el rey debía tener más poder sobre la reina, en este caso el rey siempre hacía todo lo que la reina le ordenase. Incluso había quienes decían que el rey era más un perro obediente para la reina, cosa que la entristecía demasiado.
—Él es un buen hombre. No digan cosas malas de él —se alejó del grupo—. Debo irme. Tengo trabajo que hacer.
Las chicas la vieron irse a toda velocidad y cada una suspiró.
—¿Qué creen que le haya pedido la princesa? —preguntó Sabrina y Alix torció la boca.
—Conociéndola, nada bueno.
…
Félix devoró el plato que Bridgette mientras estudiaba el contrato y los incisos que había escrito. El pergamino era largo, detallado, estaba impresionado que su yo de seis años hubiese escrito todo eso.
—Punto 11 inciso C… ¿comidas sanas y caseras en mi estadía?
¡Porque Brid cocina muy rico!
Estaba escrito al final de la oración, a pesar de la seriedad del contrato había pequeñas frases de esa índole personal.
—Ah, ya veo… —siguió leyendo sin darse cuenta que ya era de noche y Bridgette pasó a su lado usando su bata roja.
—Félix, ¿no vas a irte a dormir?
—En un momento.
—Eso dijiste hace una hora —bostezó ella—. Buenas noches, no te desveles demasiado.
—Ajá, sí… —apenas le prestó algo de atención. Plagg estaba dormido en la mesa sobre el queso añejo que cenaron aunque Félix podía ignorar muy bien sus ronquidos—. No me puedo creer que mi yo del pasado haya escrito esto. Incluyendo comida, comodidades, lecciones… ¿para qué le pago a mis secretarios si desde pequeño puedo dictar mis contratos? ¿Mmh? ¿Qué es esto?
Justo por encima de las firmas había un último punto a considerar y hasta tenía algunos corazones dibujados.
37. En caso de que mi padre decida preparar mis nupcias con alguna princesa del reino y yo mi yo adulto no esté interesado en esa princesa, porque seguro no lo estaré, Bridgette tiene todo el derecho de interrumpir y destruir ese compromiso porque ELLA SERÁ MI NOVIA CUANDO YO SEA GRANDE.
Sus ojos casi se salen de las cuencas y tuvo que frotarse estos para volver a releer el punto.
—Tiene que ser una broma… —siguió leyendo.
Y las razones son:
Es MUY hermosa.
Buena cocinera.
Me hace reír.
No es ambiciosa.
Es fuerte.
Se preocupa por los demás (pero quiero que se preocupe más por mí).
Es inteligente.
Bondadosa.
Mamá la adora.
Adrien la adora. (Pero me quiere más a mí).
ES PERFECTA PARA MÍ!
Y más vale que mi yo del futuro la acepte como su reina y la proteja de todo porque repito, Bridgette es muy especial. Y si algo le pasa a mi bella dragona encontraré la forma de viajar al futuro para armar una rebelión en mi contra. ESTÁS ADVERTIDO! MALDITO SERÁS SI LE HACES DAÑO A MI BRIDGETTE!
Por alguna razón la amenaza le hizo sentir un leve escalofrío. Apoyó su frente en su mano y lanzó un gran suspiro.
—Debí haber estado loco cuando escribí esto… —miró las firmas en la que destacaba la de su madre—. Mamá, en serio, ¿por qué firmaste esto?
Todo esto es por el bien de mi pueblo y de mi propio bien.
Siguió escribiendo en los últimos renglones.
Quiero ser un buen rey para todo mi reino y también ser feliz. Porque mamá me dijo que debo ser feliz a pesar de todo y quiero hacerle caso. Y prometo en mi nombre ser la persona que mamá quiere que sea.
Frunció el ceño, pero en sus ojos podía verse el dolor y la nostalgia del recuerdo de su madre que, a pesar de su enfermedad, ella les sonreía y le abrazaba cuando lo necesitaba.
Algo resonó a la distancia, una melodía hermosa acompañada del viento nocturno. El sonido de una guitarra que, para ser sincero, lo desconcertó por completo.
—¿Quién rayos viene a tocar a estas horas? ¿O al dominio de un dragón?
Escuchó ruido en el pasillo, algo se había caído y al asomarse por las escaleras de la torre vio que la puerta del cuarto de Bridgette fue lo que se cayó y la joven caminaba escaleras abajo.
—¿Bridgette? ¿Qué haces? ¿Por qué estás…? ¿Sonámbula?
La joven caminó roncando escaleras abajo y Félix regresó al comedor donde agarró a Plagg y lo sacudió en su mano.
—¡Despierta de una buena vez, hada obesa!
—¿Q-Qué? ¿Ya se inventó el camembert?
—¡Déjate de tonterías! Algo pasa.
Plagg se sacudió la cabeza ante la melodía y voló hasta Bridgette. Félix se detuvo un momento y se volvió a la cocina para tomar algo. Plagg en tanto intentaba despertar a Bridgette.
—¡Vamos niña! ¡Despierta! —le jaló un párpado pero ni así se despertaba la joven que salió de la torre tirando la puerta de entrada. Sobre la gran puerta de la entrada, yacía sentado un joven bardo que tocaba su laúd con maestría.
—Lo siento mucho, pequeña hada. Pero nunca podrás despertar a tu dragona, no es nada personal.
—¿Ah sí? Pues mira niño, que te has metido con el hada equivocada —iba a atacarle cuando sintió que algo le mordió la cabeza—. ¡AAAAAH!
—Lo sssiento mucho, viejo amigo —pronunció la otra hada que hizo una leve reverencia.
—¡Sass! ¡Tenías que ser! ¡Ahora mismo que no está Tikki te voy aaaaa…! —cayó paralizado al suelo tras el veneno de su antiguo camarada.
Félix asomó y vio lo que estaba sucediendo.
—Buenas noches, querido príncipe —el bardo bajó de donde estaba e hizo una reverencia a este sin dejar de tocar—. Me llamo Luka y he venido a su rescate, mi señor.
—¿Qué es lo que le has hecho?
—No se preocupe. En ese momento la dragona está bajo mi hechizo. Estará mientras siga tocando pero cuando deje de oír mi melodía ya estaremos bastante lejos. Un dragón puede escuchar a kilómetros de distancia.
—Pero tú supiste escabullirte en su territorio.
—Cuando me lo propongo soy muy sigiloso, su alteza. Es hora de irnos, debe regresar a su palacio dónde le esperan con ansias.
—Veo que esta vez mandaron a la persona correcta… —vio a Bridgette que estaba quieta en su lugar y balanceándose con suavidad de un lado a otro—. Después de todo lo que he pasado en este lugar…
—Su tormento ha terminado. Ahora podemos… —las cuerdas del laúd se rompieron y Félix blandió el cuchillo que tomó de la cocina.
—El único problema aquí es… que no me voy a ir —señaló al bardo con la punta del afilado cuchillo—. Al menos no, todavía. Porque necesito respuestas a muchas preguntas que tengo.
…
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
