Hola a todos! He aquí el siguiente mini cap de esta historia. Muchas cosas están por venir MUAJAJAJA! Y apuestos y sin más qué decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 9.
Decisión.
…
Tenía que huir, tenía que escapar… la culpa y la vergüenza lo estaban consumiendo desde adentro como dos bestias que buscaban abrirse paso.
—Señor, ¿no me compra una flor? —preguntó una niña que vestía harapos, si es que a eso siquiera llegaba. La niña se veía demacrada pero tras no haber respuesta de su parte la niña siguió adelante con ceño fruncido.
—¿Qué…? —era la primera vez que veía a una niña así. ¿Qué había pasado con el programa de ayuda para niños que su madre fundó hace años?
Siguió caminando, dejando atrás el jolgorio y dándose cuenta que estaba entrando en una zona de la ciudad en la que nunca había estado… una botella rodó por sus pies y vio a un hombre tendido en el suelo e inconsciente por la bebida. No muy lejos, un grupo de hombres hacían su comida en una improvisada fogata, mendrugos de pan y verduras maltratadas era su alimento de esa noche. Unas mujeres con ropa bastante reveladora le miraron con interés.
—Cariño, ¿no quieres pasar un buen rato?
—Te lo dejamos a buen precio.
Félix las ignoró. Estaba seguro que sus padres pusieron un programa para que las mujeres tuviesen trabajos más dignos que eso y prohibió la prostitución. Siguió adelante, pero mientras más avanzaba las cosas parecían empeorar. Personas sin hogar, gritos en pequeñas casas que apenas podrían llamarse como tal, basura, gente que tosía sin parar, hombres y mujeres ebrios, niños desnutridos y cansados, el aroma de la podredumbre se combinaba con el de las heces y la orina por las calles que le revolvieron el estómago. Y tras pasar por unas calles se detuvo en una esquina intentando respirar, sentía una opresión en el pecho.
¿Cómo es que ese lugar estaba así? Vale, sabía muy bien que la ciudad no era el lugar idílico y perfecto que por tanto tiempo su padre le había hecho creer, por ello él mismo se encargaba a veces de liderar a la guardia. Pero era la primera vez que entraba a esa zona y no pensó que fuera tan… desgraciada.
—Mira Félix, ¿qué opinas del plan de mamá?
Le preguntaba su madre con cada propuesta que ella hacía y su padre aprobaba sin siquiera mirarlo. Félix en cambio los estudiaba a fondo con mirada crítica para diversión de sus padres.
¿Qué había pasado con todo eso? ¿Qué…?
Un aroma rancio lo sacó de sus pensamientos encontrándose con Plagg pasando un queso bajo su nariz.
—¡Puaj! ¿Qué carajos?
—Vaya, hasta que al fin reaccionas. Parecías medio ido de repente.
—¿Cómo llegaste aquí?
—Duh, puedo atravesar muros y objetos. Atravesar el sombrero de Brid no es nada.
—No sabía que las hadas pudieran hacer eso.
—Es porque no soy un hada cualquiera. Ahora sí, dime qué hacemos en este basurero y no estamos con Bridi que seguro ha de estar preocupada por ti —Félix bajó la cabeza un momento y luego desvió la mirada.
—Yo… sentí vergüenza —Plagg lo miró de arriba abajo.
—No veo porque deberías sentir vergüenza, pero si es por tu cara lo lamento, no tiene arreglo.
—¡Mi cara no tiene nada de malo! —le regañó molesto y después suspiró, de repente más relajado. ¿Acaso lo había hecho enojar a propósito?
—Es chica, la de los libros. Yo quemé su negocio al creer que resguardaba a un grupo criminal y la dejé en la calle.
—Ah, así que esa es la humana que tu amigo mencionó la última vez.
—Sí… pensé que buscaría ayuda a nuestro gobierno, tenemos o… deberíamos tener ese tipo de servicios a la gente. Pero nunca pensé que al final… fuese así. Es algo que no entiendo.
—¿Sabes lo que dicen del Palacio? Dicen que si cualquiera que vaya a pedir algo se le corta la cabeza.
Recordó las palabras de su amigo, al principio no lo tomó mucho en cuenta pero ahora…
—¿Por qué la gente tiene tanto miedo de nosotros? Algo debe estar terriblemente mal.
—O alguien —sugirió Plagg—. Muchas veces el problema no es el qué, sino el quien. Es lo mismo que un maestro quesero, todo depende de la mano que la prepare.
Félix lo pensó un poco, era verdad que había oficiales encargados de proporcionar estos servicios, ese era su trabajo después de todo mientras que él y su padre se encargaban de otros asuntos del reino. ¿Pero de verdad estaban haciendo su trabajo?
—Es también mi responsabilidad —dijo decidido a que cuando volviera verificaría qué rayos estaba pasando dentro de su gobierno—. Vamos, Plagg. Regresemos con Bridgette —Plagg se metió bajo su capa y Félix se dio la vuelta encontrándose para su sorpresa con la misma niña que vendía flores. Se quedó un momento quieto pero se sintió mal por lo sucedido momentos atrás—. ¿Quieres que te compre algunas flores? —la niña dio un paso hacia atrás y antes de darse cuenta, Félix sintió que alguien le golpeó por detrás y cayó al suelo.
…
Cuando despertó estaba en una habitación, atado de pies y manos y con un fuerte dolor de cabeza.
—Vaya, hasta que despiertas —dijo una mujer joven de cabello oscuro que le sonrió—. Con clara malicia—. Pensé que te golpearon más fuerte, cariño.
—¿Dónde estoy? —preguntó conteniendo su ira tras no poder hacer nada, al menos de momento.
—Lo importante no es dónde estás, sino dónde estarás mañana —le sujetó del mentón y le estudió atenta—. Tienes una cara preciosa, valdrás mucho en la subasta de mañana.
—¿Subasta?... ¿tráfico de esclavos? ¿Aquí? —la chica frunció los labios.
—No eres de por aquí, ¿verdad? Sino no pondrías esa cara de idiota —Félix frunció el ceño. No se podía creer que sumado a todo lo anterior también hubiese tráfico de personas. Definitivamente iba a ponerse manos a la obra cuando todo eso acabase, pero por ahora iba a escapar de aquí. Notó que la chica tenía una daga en su cinturón y se preparó para lo que iba a hacer para…
Gritos.
Horribles gritos se escucharon desde el frente y la chica se giró rápido sobre sus talones.
—¿Qué diablos? —de repente varios hombres entraron a la habitación con las ropas un tanto quemadas y cerraron la puerta poniendo todo lo que podían—. ¿Qué demonios está pasando?
—Un monstruo… ¡UN MONSTRUO!
—¿Un qué?
Se escuchó un fuerte golpe en la puerta que los hizo saltar. Luego otro, y otro más. El silencio se hizo hasta nada más escucharse los débiles gimoteos de los criminales y entonces toda la barricada y la puerta salieron volando en pedazos dejando una estela de humo y llamas alrededor. Bridgette entró mostrando sus cuernos y sus garras a quienes habían osado robarse a Félix. Y el iris de sus ojos se adelgazó al momento de verle maniatado.
—¡DEVUÉLVANME A MI PRÍNCIPE! —rugió haciendo gritar a los pobres diablos que tras una golpiza que recordarían hasta el día que murieran terminaron en el suelo y con las caras hinchadas. Al terminar con ellos, Bridgette tomó a Félix como un saco de patatas y lo colocó en el hombro para darle una nalgada como castigo por haberse ido—. ¡Mío!
—¡O-Oye!
Pero Félix no pudo opinar, Bridgette lo sacó de allí y afuera le esperaban sus amigos junto con el trovador.
—Dios mío… —musitó Allan que ni siquiera pudo sacar su espada.
—Nuestro Félix está bien protegido —dijo Claude sin saber si temer o reírse de la situación.
—Bridgette, puedo caminar. ¡Bridgette!
Pero la dragona lo ignoró de forma olímpica. Dándole otra nalgada como castigo por haberla preocupado.
—¡Bridgette! ¡Esta posición es indigna! ¡Bridgette! —sus amigos vieron el sonrojo que tenía en su cara.
—No sé si está enojado o si le gusta —se burló Claude deseando inmortalizar el momento. Luka entró al sitio notando la destrucción alrededor. Se acercó a la que debía ser la líder y a pesar de su cara hinchada no tardó mucho en reconocerla.
—Vivica, debí haberlo imaginado.
—¿L-Luka? ¿Qué haces aquí?
—Me estoy tomando unas vacaciones muy divertidas. ¿Y tú desde cuando secuestras gente?
—¿Por qué debo decírtelo? —Luka sonrió amplio y se agachó para verla a los ojos.
—Porque si no lo haces voy a enviar un mensaje a mi padre sobre tus tratos bajo la mesa. Y créeme, él a veces puede ser más temible que yo. Y de la capitana ni se diga.
—V-Vale… —tembló la chica en su lugar—. Ha-Hay gente que está buscando a hombres que se parezcan al príncipe Félix, rubios, ojos azules, bien parecidos.
—¿Para qué?
—No lo sé, te lo juro. Lo único que sé es que pagan bien —Luka entrecerró los ojos pensativo y después tomó a la joven de su camisa y le escondió unas ganzúas.
—Esto facilitará tu escape. Quiero información sobre lo que me acabas de decir y quién es la persona detrás, ¿entendido? Y ya sabes Viv, lo que te pasará si me traicionas —la joven asintió y Luka salió del lugar. ¿Por qué alguien buscaría a jóvenes parecidos a Félix?
…
Chloe lanzó una caja de muñecas que casi da a sus sirvientas, pero estas lograron esquivarlo.
—¡¿Cómo es esto posible?! ¡¿Mandé al inútil ese y no hay respuesta?! ¡Fuera de aquí! ¡Menos tú! —señaló a Zoe que ya sabía lo que se venía cuando vio a Chloe tomar la fusta que usaba para su caballo—. Necesito desahogarme —las demás chicas iban a refutar cuando alguien tocó la puerta—. ¡Ve a ver quién es! —rugió a Rose que corrió a ver quién era pero no había nadie, lo único que encontró fue una carta en el suelo—. ¡¿Quién es?!
—N-No hay nadie. Pero estaba esto en la puerta —la princesa le arrebató la carta la Rose y la joven rápidamente fue a con sus amigas. Zoe notó como el ceño fruncido de Chloe fue cambiando gradualmente hasta aparecer una sonrisa en su rostro.
—Mmm, fuera todas. Ahora —ordenó con voz más suave pero con la misma prepotencia. Todas le obedecieron sin dudar. Chloe rio y luego lanzó la carta al fuego para destruirla—. Tal parece que al fin las cosas se van a poner a mi favor.
No muy lejos de allí un carruaje aguardaba, un hombre de negro vino e hizo una reverencia a la persona dentro.
—Fue entregada —la persona en el interior rio y movió su mano para que el carruaje avanzara. Las cosas iban a cambiar muy pronto.
…..
Y las cosas van a comenzar a complicarse un poco en este punto. Espero que lo hayan disfrutado, gracias a todos por leer y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
