Hola a todos! He aquí un nuevo capítulo y las cosas empezarán a ponerse mal. Muchas cosas pasarán de aquí en adelante así que aquí está otro capítulo de su telenovela favorita. DISFRUTEN Y… COMENZAMOS!

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Capítulo 10.

Adorable.

Desde lo sucedido en el festival, Félix pidió a sus amigos investigar sobre lo que estaba pasando en verdad con los fondos y programas de ayuda en el reino. No importando qué, iba a llegar al fondo de ello.

—Muy bien, uno de mis contactos en el hospital me dijo que desde hace un par años notó ciertas irregularidades en las clínicas —dijo Claude que dejó su informe en la mesa para que Félix lo leyera—. El dinero llega pero no parece que tengan suficientes medicamentos o incluso equipo.

—Yo encontré algo interesante en los centro de ayuda —dijo Allan pasándole también su informe—. Siempre piden grandes contribuciones pero casi nadie se para en estos, y quienes han llegado a ir dicen que son echados a golpes y amenazas

—O sea que el dinero llega pero nadie sabe qué pasa con ellos. ¿Quién está como cabeza de cada centro?

—En el centro de ayuda se encuentro Monsieur Roth —respondió Allan—. Y en las clínicas…

—Es mi padre —respondió Claude intentando esconder su preocupación—. Pero mi padre es incapaz de tomar un solo centavo. Sabes muy bien que a pesar de su posición atiende a enfermos en el hospital. No entiendo por qué las clínicas tienen falta de fondos.

—¿Entonces quién está tomando ese dinero para sí mismo? —se preguntó Félix muy serio. Bridgette los veía hablar desde el otro lado de la sala, sorprendida de la forma de actuar del rubio que escuchaba a sus amigos. Sintió una gran nostalgia.

—Todavía me acuerdo cuando discutía con sus profesores o con sus muñecos de felpa. ¡Crecen tan rápido! —ahogó su grito entre sus manos y Luka intentó contener la risa mientras afinaba su laúd.

—Me imagino que debió ser adorable a tus ojos.

—Él era adorable, ¡muy adorable! —recalcó con fuerza—. Incluso Emilie me envió un retrato suyo cuando tenía dos añitos. Esos mofletes rosados, esos ojos de largas pestañas, incluso su cabello largo y vestido de listones… —Luka casi rompe una cuerda.

—¿Vestido de listones?

Félix vio de reojo a la Bridgette y Luka que se levantaron de sus asientos y les siguió con la mirada hasta que salieron del piso de la torre. Todavía no sabía qué pensar del trovador, ya que no les había dicho quién lo había enviado con exactitud, y eso le preocupaba. Ya había hipnotizado a Bridgette una vez después de todo.

—Háganle llegar la información a Adrien. Quiero saber qué tan profundas son las raíces que están matando a mi reino.

—Viejo, ya empiezas a hablar como un verdadero rey —sonrió Allan a su amigo pero Félix se levantó de la mesa.

—Seré un rey, Allan. Pero antes de asumir el trono voy a deshacerme de las basuras que piensan que pueden burlarse de la familia real —caminó fuera de la habitación dejando atrás a sus amigos.

—¿A dónde va? —preguntó Claude.

—Ni idea… ¿lo seguimos?

—Vale.

Félix caminó escaleras abajo, más que nada guiándose por las risas de Plagg que estaba fuera de la habitación de los tesoros si bien recordaba.

—¿Qué están haciendo allí dentro?

—¡Oh, chico! Yo que tú no entraba por tu bien —respondió el gato negro como pudo para después destornillarse de la risa. Félix decidió que iba a entrar. No confiaba para nada en ese trovador y no lo quería cerca de Bridgette. Abrió la puerta.

—Bridgette, ¿se puede saber qué estás…? —se quedó congelado en su sitio. Bridgette sostenía en sus manos un gran cuadro en el que se veía a una niña de brillantes y largos cabellos rubios, mejillas sonrosadas, ojos de largas pestañas y vestido blanco con listones azules—. ¿Quién…? ¿Qué estás haciendo?

—Oh, le estoy mostrando a Luka uno de mis más grandes tesoros.

—¿Un cuadro? —preguntó seco.

—Claro que sí —lo abrazó con sumo cariño—. No me puedo creer que eras tan adorable de pequeño —todos escucharon algo romperse dentro de Félix, incluso sus amigos que asomaron por sus hombros para ver la escena.

—¿A quién te refieres? —preguntó con cautela.

—¿Qué? Obviamente de ti —al mirar con atención, el infante en la imagen era bastante familiar y en poco, Allan y Claude estallaron en carcajadas.

—¡No inventes! ¡Sí eres tú! —exclamó Claude.

—¡No pensé que fueras tan lindo! —dijo Allan hipando.

Luka sonreía siendo más discreto que sus amigos y mirándolo con esos ojos astutos y calculadores. Félix sintió no una, sino dos venas hincharse en su cuello y frente.

—Bridgette, dame ese cuadro.

—¡Por supuesto que no! —por primera vez la dragona hizo uso de sus alas y guardó una distancia prudente—. ¡No quiero que le hagas nada a mi precioso tesoro! ¡Mi tesoro! —musitó con voz tétrica lo último.

—Prometo no hacerle nada…

—¡Mentiroso se te nota en la cara! —le acuso señalando sus claras intenciones.

—Hagamos un trato. Dame ese cuadro y cuando me case a futuro y tenga una hija te mandaré su retrato.

—¡¿Qué?! ¡Claro que no! —expresó indignada—. En primera no sabes si vas a tener niñas, ni siquiera sé si vas a casarte —todos ahogaron otra risa desviando sus rostros lejos de la expresión asesina de Félix—. Y en segundo lugar, para que tengas a una niña tan adorable como lo fuiste tú, tu esposa debe ser bellísima, adorable y por supuesto una persona dulce y de buen corazón. Lejos de ello no te dejaré acercarte a mi tesoro.

—¡¿Pero qué dices?! —estalló Félix—. ¡Obviamente voy a casarme! Como rey es mi obligación —llevó su mano a su pecho—. ¡En segunda haré lo que sea para tener una niña si así lo creo necesario! ¡Y en tercera! ¡¿Te acabas de dar cuenta que te has descrito por completo?!

Se hizo un silencio y los tres varones le miraron con grandes ojos. Félix sintió su ira se desvaneció de golpe. Plagg y Sass fueron los únicos en sonreír cómplices. El rostro de Bridgette se coloreó tanto que incluso su mechón tenso prendió una pequeña flama como vela. La dragona soltó un chillido y ocultando su rostro tras su cuadro voló hasta la parta más alta ocultándose dentro de un enorme candelero en forma en copa.

Claude se recargó en el hombro de tu amigo.

—Bueno, creo que debo preguntar… ¿a quién harás padrino de tus pequeños dragoncitos? —la respuesta de Félix fue un golpe en el estómago que le sacó el aire y caminó fuera del cuarto.

—¡Volvamos a la sala! ¡Hay mucho por discutir!

Allan ayudó a Claude que tardó un poco en recomponerse y seguir a Félix que tenía la cara roja. Luka soltó una pequeña risa a lo bajo y miró hacia el candelabro que ocultaba a Bridgette.

—Esos dos sin simplemente adorables.

Esa noche, Adrien recibió el informe de Félix por parte de sus amigos. Se sentó en una silla y frunció el ceño cuando Marinette se colocó detrás de él para leer la carta también.

—Tal parece que Félix al fin empieza a pensar como un rey —felicitó Marinette y Adrien hizo un puchero.

—¿Y yo no? —ella le sonrió y besó su mejilla.

—Para mí, tú siempre serás mi rey. Mi dulce chaton.

—Eso me gusta —sonrió amplio pero luego adoptó una pose pensativa—. Necesitamos saber qué es lo que está pasando bajo nuestras narices. Quizás con esto, seguro que padre se piensa mejor las cosas —Marinette asintió dispuesta a ayudarle.

La joven bibliotecaria, Juliet, estaba dormida en su cama cuando escuchó un ruido fuera de su ventana. Al asomarse, le pareció ver a Claude bajo un árbol, la sombra cubría su rostro pero sus ropas finas eran inconfundibles. Tomó su chal y salió de allí colocándose un listón en su indomable cabello para aplacarlo... nadie supo de ella a la mañana siguiente

Y…. espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!