Franziska se rio. Y a Ashley no le extrañó en absoluto. No sabía de dónde había sacado Katrielle esa idea y no le veía mucho sentido... aunque si lo pensaba con detenimiento, conociendo a su padre, veía mucho más propio de él intentar salvar a alguien que tratar de matar. Viéndole en el banco de acusados, tenso y nervioso, parecía imposible que pudiera matar a nadie.
_ ¿Cómo pretende la defensa sustentar esa... línea de interrogatorio? _ Preguntó Franziska. _ Debo confesar que en primera instancia me parece una estupidez...
Von Karma calló a mitad de frase, como si estuviera intentando retener algo que pensaba decir. Ashley tenía la sensación de que estaba reprimiendo una retahíla de insultos contra Kat... o al menos eso le hizo pensar el ansia con el que aferraba su propia manga.
_ Lo cierto es que es muy sencillo. _ Kat se encogió de hombros. _ A la defensa le gustaría interrogar a la víctima. Ella nos dará la información que necesitamos.
_ ¿Significa eso que he terminado? _ Preguntó Akira, colocando su puño contra la mejilla.
_ Sí, puede retirarse, inspectora. _ Terció Franziska. _ Estoy muy interesada en lo que la defensa puede aportar a su teoría.
Ashley se tensó de inmediato. Aquel era el gran momento. La mujer conocida como Gina Barnes se sentó en el estrado, y Ashley podía sentir cómo el pulso se le disparaba. Sayoko se sentó con una sorprendente tranquilidad en los labios.
_ Señorita, puede indicarnos su nombre y profesión, por favor. _ Franziska parecía haber recuperado la serenidad, pero no duró.
_ Mi nombre es Sayoko Robins... supongo que desempleada... es complicado mantener el trabajo desde la tumba.
_ ¿Disculpe? _ A Ashley le sorprendió lo entera que permaneció Von Karma. _ ¿No es usted Gina Barnes, doctora en JC Valley?
_ Técnicamente, sí. La persona que está sentada en este estrado es Gina Barnes... _ Se llevó un dedo a la sien. _ Pero la persona que está aquí dentro es Sayoko Robins.
Ashley escuchó un quejido en el banco de los acusados y no pudo evitar mirar a su padre. Se había quedado pálido y tenía los ojos llorosos. Era mucho para procesar, y Sayoko no había sido precisamente sutil.
_ Así que, eso es lo que Another puede hacer. _ Replicó Kat. _ ¿Puede transferir los recuerdos de una persona en otra?
_ No es para lo que yo lo diseñé... pero sí, Another tiene esa capacidad siempre que las personas sean compatibles.
_ ¿Com... compatibles? _ Preguntó Franziska.
_ Originalmente, el dispositivo Another se diseñó para que su uso fuese con una sola persona, no para esto. En JC Valley, sin embargo, descubrieron que se podía establecer una transferencia con los recuerdos de otra persona basándose en la conexión genética.
Ashley se estremeció al recordar cuando Ryan había estado a punto de borrarla para sustituir su mente con la de su madre, le daba pavor pensar en ello. Había estado muy cerca de ser sólo una vasija para su vuelta... como ahora parecía serlo Gina.
_ Pero tú no tienes ese vínculo con Gina. _ Se atrevió a decir, apartando esos recuerdos.
_ No, pero la propia Gina estuvo trabajando para hacer un bypass consigo misma. Es una cuestión de compatibilidad, y Gina era muy compatible conmigo cuando se realizó la transferencia.
_ ¿Por qué lo era? _ Preguntó Kat.
_ Fisionomía... pero especialmente la edad. Gina ahora mismo tiene la misma edad que yo cuando fallecí.
_ Todo esto es muy interesante, pero... _ Franziska tosió. _ ¿Qué tiene que ver con el caso?
_ Verá... No recuerdo los hechos que sucedieron durante el accidente. Pero, con la información que Ashley ha recopilado sobre Gina, los fragmentos de memoria de Gina que conservo y las pruebas presentadas en el juicio... creo que puedo hacerme una idea de lo que ocurrió. Si se me permite testificar... me encantaría aclarar las dudas.
_ ¿Le parece bien a la acusación? _ Preguntó Kat
_ Está bien... pero no elucubre demasiado. Sea concisa y no se dejé llevar por especulaciones, testigo.
_ No se preocupe. _ Sayoko tomó aliento. _ Verá, Gina amaba a mi marido. Hasta el punto de alcanzar la obsesión.
Ashley miró a Richard, que se había encogido en su asiento, visiblemente avergonzado y contrariado.
_ Pero si podría ser su padre. _ Respondió Kat.
_ Quiero pensar que era una de las razones por las que Richard no le correspondía... _ Sayoko suspiró. _ A Gina eso no le importaba. Ni la diferencia de edad, ni ningún otro factor.
_ ¿No le importaban las cargas familiares? _ Ashley se puso tensa, sonrojándose de Rabia ante las palabras de Franziska.
_ Al contrario. Gina no sólo adoraba a Ashley. _ La sonrisa de Sayoko pareció calmar rápidamente a su hija. _ Si no que estaba ansiosa por ayudar a Richard a ser mejor padre. Pero Richard no la amaba... porque...
Sayoko elevó la vista y sus ojos se cruzaron con los de su marido. Emitió un suspiro, hubiera preferido ser más sutil con sus palabras, pero estaba bajo juramento.
_ Nunca fue capaz de superar mi muerte. El proyecto another que empezamos le obsesionó, y no ha sido capaz de pensar en otra cosa desde entonces. Y eso, nos lleva a la noche del suceso.
_ Adelante. _ Insistió Von Karma.
_ Aquella noche, Gina cumplía exactamente la misma edad que yo tenía cuando mis recuerdos fueron almacenados en Another. Y eso incluye días, horas, minutos y segundos. Gina ya había decidido que cargaría mis recuerdos en su mente esa noche. No era necesario ser tan precisos, pero no quería correr ningún riesgo.
_ Espere... Quiere decir que Gina iba a...
_ Quiero decir que esa misma noche, Gina se quitó la vida.
Von Karma emitió un quejido y golpeó la mesa con el puño.
_ Pero... usted.
_ Sí, el cuerpo de Gina Barnes sigue con vida. Pero su mente... todo lo que formaba su persona... ya no existe. _ Suspiró. _ Creo que decir que se quitó la vida son las palabras apropiadas...
_ ¿Richard sabía algo de esto? _ Preguntó Kat.
_ No lo recordaba hasta ahora, pero me enteré esa misma noche. _ Aclaró el propio Richard. _ Gina me envió un email... una mezcla entre una despedida y una declaración de intenciones. Me dijo que "finalmente recuperaría lo que era más importante para mí, y volvería a ser feliz".
_ Supongo que no había que ser un genio para entender a qué se refería. _ Puntualizó Kat.
_ ¿Qué hiciste, Richard? _ Le preguntó Sayoko.
_ Fui a impedirlo. _ Respondió Richard. _ Sayoko, te quiero más que a nada en el mundo, pero recuperarte así... no está bien.
Sayoko asintió lentamente. Sentía que se había quitado un peso de encima al escuchar esas palabras.
_ Deduzco que el acusado encontró a la víctima durante el proceso y, por tanto, trató de detenerla con el bate. _ Continuó Kat. _ Durante el forcejo, la víctima golpeó la máquina y, el resto es historia. Dadas las motivaciones de mi cliente, creemos que el cargo de intento de asesinato debe ser desestimado.
_ ¿Y bien? _ El juez miró a Franziska. _ ¿Tiene algo que objetar la acusación?
Kat apretó los dedos contra la mesa, poniendo los nudillos en blanco. Franziska bien podía desestimar todo el caso y argüir que el proyecto Another era una patraña, que se habían inventado todo aquello. Después de todo, el juez ya estaba perplejo ante la idea.
_ No, su señoría. La acusación cree que finalmente hemos llegado a la verdad. Proseguir con este interrogatorio, carece de sentido.
_ En tal caso, debemos concluir que la acusación no ha sido capaz de reunir pruebas suficientes para demostrar la culpabilidad del acusado. Por tanto, se ha dictaminado que el acusado, Richard Robins es... No culpable.
Ashley sintió que el corazón le daba un vuelco cuando el mazo golpeó la mesa. Su padre estaba libre. Habían ganado el juicio. La muchacha se dejó caer en el asiento, respirando aliviada.
Poco a poco, y entre cuchicheos, la sala se fue vaciando y Sayoko reunió el valor para volver junto a su hija y a Richard.
_ Sayoko... _ Richard tragó saliva. _ No sé qué decirte.
_ Pide disculpas. _ Sayoko le miró severamente.
_ Sayoko, yo... lo siento por tanto...
_ No, Richard, no quiero que me pidas disculpas a mí. Quiero que te disculpes con Ashley.
Richard dio un respingo.
_ Quiero que sepas que estoy muy descontenta con la forma en la que has tratado a nuestra hija en mi ausencia. _ Se colocó el pelo tras la oreja. _ A partir de ahora, eso va a cambiar. Lo harán muchas cosas.
_ ¿Vas a quedarte? _ Fue Mia la que preguntó, llevaba un buen rato observando. _ Sobre lo que comentaste en el juicio... Dijiste que mi hermana estaba muerta...
_ Sabes que no del todo, Mia. _ Le tomó la mano. _ Escucha, podría reconstruir el dispositivo... pero tras la interrupción del procedimiento... no estoy convencida de que pudiera recuperar la consciencia de Gina.
Mia se mordió el labio. Sayoko se acercó y la rodeó con los brazos. Mia se apretó contra su pecho.
_ Gina no pensó en mí cuando se metió en esa máquina.
_ No, no lo hizo. _ Respondió Sayoko, abrazándola con fuerza para tratar de consolarla _ Estaba tan obsesionada que...
_ No, no me lo digas. _ Suspiró. _ Creo que yo también prefiero que las cosas se queden como están. No quisiera perder a Gina del todo...
Kat estaba saliendo del juzgado cuando se encontró con Von Karma, que estaba apoyada en la pared, mirando su móvil, aparentemente esperando. Tosió para indicar su presencia.
_ Felicidades, señorita Katrielle Layton. _ Franziska se guardó el teléfono en el bolsillo. _ Veo que está usted a la altura de su padre.
_ Y, aun así, me dejó ganar ahí dentro. _ Le espetó Kat, visiblemente frustrada. _ ¿Por qué?
Franziska sonrió e hizo una leve reverencia.
_ Esas palabras te honran, Katrielle Layton. Veo que percibiste de mis intenciones.
_ Contesta a la pregunta, Franziska. _ Kat la miró fijamente. _ Todo el que haya trabajado en Europa sabe algo sobre la legendaria Franziska Von Karma. Siempre he oído que aplastas a tus adversarios, que eres imbatible. Que ganar lo es todo para ti.
_ Lo era. _ Apartó la mirada. _ Pero lo que busco ahora no es ganar. Hay algo muchísimo más importante.
_ ¿Disculpa?
_ En el tribunal, la verdad es lo más importante. _ Franziska la miró fijamente. _ Podría haber hecho un gran caso desmintiendo el funcionamiento de Another, aprovechándome de lo difícil que es creer que un dispositivo así pueda existir... Pero... ¿De qué habría servidor? ¿Para meter a Richard entre rejas? Lo que dijiste en el tribunal era la verdad. No permitiré que un culpable escape, pero jamás permitiré tampoco que un inocente acabe entre rejas... aunque sea un pésimo padre.
_ Eso parece molestarte mucho.
_ Esa chica, Ashley... _ Suspiró. _ Se merece más, es todo.
_ Te recuerda a ti, ¿Acaso?
Franziska emitió un respingo.
_ He oído algunas cosas sobre Manfred Von Karma... Tú también merecías más, ¿Cierto? Ashley incluso se parece a ti físicamente... _ Se paró un momento a mirarla, viendo que salía del juzgado. _ Mi padre desapareció cuando yo era niña... estuve años sin verle.
_ Supongo que todos tenemos nuestras historias. _ Sentenció Franziska. _ Escucha, he quedado con mi hermano para comer... Imagino que tú también tienes el vuelo para mañana. ¿Te apetece comer juntos? Creo que los tres podremos desahogarnos de nuestras trágicas historias.
Kat dejó escapar una risa y Franziska tomó su teléfono, llamando de nuevo.
_ No, no te llamo para meterte prisa otra vez, Miles. _ Bufó, cuando le respondieron. _ Sólo quería preguntarte si puedes ampliar la reserva de la mesa a tres. Tengo una invitada.
Franziska puso los ojos en blanco.
_ ¿Cómo que entonces seremos cinco? ¿No me digas que has invitado a ese... pelopincho y su novia? ¿Cómo se llamaba? ¿Iris, Maya? Siempre las confundo. _ Negó con la cabeza. _ Está bien, está bien... cinco entonces... pero si le acabo clavando un tenedor en el ojo a alguien, no me hago responsable, Miles Edgeworth.
Mientras Kat se reía del arranque de Franziska, Que estaba sujetando el látigo con terrorífica firmeza, Ashley se estaba bajando del coche. Richard ayudó a Sayoko a bajar, a pesar de la insistencia de la misma en que estaba bien y que no lo necesitaba.
_ Entonces... ¿De verdad vamos a seguir con nuestras vidas, así sin más? _ Preguntó Mia, dubitativa.
_ En cuanto acabe el papeleo, sí, ese es el plan. _ Comentó Sayoko. _ Seguir donde lo dejé, pero ahora contigo a mi lado. Siempre quise tener una hermana, ¿Sabes?
_ Yo siempre quise tener una de mi edad. _ Susurró, mirando a Ashley. _ Supongo que esto no está tan mal.
_ Ashley, cariño. _ Sayoko la llamó. _ ¿Podemos caminar un rato a solas?
_ Claro, mamá.
Ashley sonrió y siguió a su madre, mientras Richard y Jessica se ocupaban de devolver las cosas del primero a casa. Sayoko se paró frente al lago y miró hacia su superficie durante unos momentos.
_ Quería disculparme, Ashley.
_ ¿Por qué? _ Preguntó ella.
_ Por dejarte sola todos estos años...
_ Mamá... te dispararon. _ Ashley negó con la cabeza. _ Pero ahora estás aquí.
_ Es irónico... quise dejar mis investigaciones para estar contigo, para cuidar de ti... y me he perdido justo eso... Hace una semana, para mí, eras mi niña.
Sayoko alargó la sonrisa y le colocó la cabeza sobre la mano, acariciándole pelo.
_ Ahora ya eres una mujer. _ La acercó y la abrazó con fuerza. _ No puedo recuperar tu infancia, pero... te prometo que estaré contigo siempre que lo necesites.
_ Eso es más que suficiente... mamá...
