Hola a todos! Ya sé, ya sé, pero las razones de mi demora fueron personales y en serio me es imposible escribir en ciertas circunstancias.
Plagg: Ay, por favor. Te hiciste bolita mientras comías chocolates y veías películas por esa cosa del mes.
¿Qué para ti nada es sagrado?
Plagg: Sólo el queso es sagrado. ¡De todas las formas, tamaños y sabores!
*Suspiro* Mejor ni lo intento. Pero bueno, sin más qué decir además de que ya me avergonzaron… COMENZAMOS!
…
Capítulo 13.
La amargura de un dragón.
…
No sabía en qué momento el desastre arribó. Se las había arreglado para escabullirse e ir por los intrincados pasillos detrás del escenario. Allí, había personas que necesitaban ayuda urgente, pero necesitaba primero llegar a su objetivo.
—¡Hey! ¿Qué hace usted aquí? —un guardia intentó atraparla, pero a pesar del voluminoso vestido, lo hizo caer al suelo con una llave magistral para luego dejarlo inconsciente y lanzarlo a una de las celdas vacías.
—Estará allí un rato —dijo la princesa Marinette sacudiendo sus guantes.
Siguió su camino cuando escuchó a lo lejos una melodía que bien conocía. Se acercó a una puerta de acero que estaba fuertemente resguardada con candados. Golpeó al ritmo de la melodía y la persona que cantaba se detuvo.
—No se preocupe, la sacaremos de aquí pronto —abrió su capa y debajo apareció una kwami roja de grandes y bellos ojos azules—. ¿Podrás con ello, Tikki?
—Tiene muchos cerrojos. Me va a tomar un tiempo, no es como intentar abrir un joyero.
—Tómate tu tiempo… —de repente escucharon una gran conmoción y los gritos de los guardias sobre su cabeza—. O tal vez no… —escuchó los gritos de los prisioneros.
—¡FUEGO! ¡FUEGO!
—¡AYUDA!
—Marinette… —la pequeña kwami esperaba una orden y la joven princesa asintió con pesar sabiendo que debía hacer lo correcto.
—No se preocupe, regresaremos por usted lo más rápido posible —una voz se escuchó del otro lado.
—Haz lo que tengas que hacer. Yo te esperaré
Sabía que tenía que cumplir con su misión, pero no podía dejar a esas personas morir. Así que con claro dolor, se separó de la puerta y fue a salvar a los prisioneros.
…
Todo el sitio se convirtió en una jaula en llamas. La gente intentaba escapar en vano de las flamas que se extendían por todos lados y mientras tanto, dos dragones veían todo desde cada esquina, profiriendo rugidos bestiales. El maestro de subastas intentó escapar, pero Bridgette, la más cercana a él, desplegó sus alas y voló hasta atraparlo de la cabeza y lanzarlo fuera del escenario.
—¡No! ¡Por favor! ¡No me mates! —pero ella lo sujetó de su rostro para azotarlo contra el suelo y la máscara comenzó a resquebrajarse bajo sus dedos.
—¡Bridgette! ¡Detente! —Félix tuvo que quitarse la máscara, el calor era tan insoportable que le era difícil respirar pero todavía tenía la capucha para protegerse—. ¿Qué es lo que te pasa?
—¡Chico! ¡Tienes que hacerla entrar en razón! ¡O este lugar se va a caer con nosotros dentro! —le jaló de las ropas a punto de abofetearlo sino intervenía.
—¡B-Bridgette! —se acercó a ella con cautela, admitía que le daba algo de miedo—. Debes soltarlo —el sujeto de la máscara gritó cuando sintió los fragmentos de su costos máscara lastimarlo—. Bridgette, mira lo que estás haciendo. Esta no eres tú, eres una chica que se preocupa siempre de proteger una flor de su jardín. No puedes matarlo, no… no vas a hacerlo. Porque eres mejor que eso. Eres mejor que todas esas personas y que ese bastardo que tienes allí —la tocó del hombro, sobre la tela se sentía caliente—. Tienes que dejarlo ir.
Los ojos de Bridgette fueron aclarándose hasta regresar a la normalidad y mirar a Félix, sin embargo, no había nada de esa dulzura que tanto la caracterizaba, había algo más. Soltó a su prisionero pero antes de poder cantar victoria le dio un golpe que le destrozó media máscara que quedó en pedazos sobre su rostro.
—Que lo detengan tus amigos o no me hago responsable —se alejó de él un par de pasos y rugió con fuerza a Nathaniel que al escucharla también se calmó y los dos volaron hasta el escenario destrozando con sus manos la jaula donde estaba la pequeña niña que rápidamente se aferró a Nathaniel al reconocer a los de su especie. Bridgette dedicó una mirada a Félix y en unos instantes sobrevoló el lugar sacudiendo las llamas con la fuerza del viento y muchas de estas bajaron su intensidad permitiendo la huida de estos que fueron rodeados por los guardias reales y magos a cargo de Allan.
—¿Qué ocurre? ¿Se terminó la fiesta?
Dentro, los dragones parecían haberse calmado, al menos hasta que ambos de repente se tensaron y Bridgette se alejó de Nathaniel que emitía un gruñido gutural.
—¿Bridgette? —Félix la siguió confundido.
Bridgette se dirigió a los calabozos seguida de Félix que se sorprendía lo rápido que caminaba con esos tacones cuando hacía unos minutos que caminaron juntos no parecía tan hábil. Al llegar a la zona vieron a Claude que llegó primero e intentaba encontrar la llave de entre un montón que le quitó al guardia que estaba inconsciente en el suelo. Bridgette chasqueó los dientes.
—¡Atrás! —ordenó la dragona y sólo bastó una buena patada para tirar la puerta abajo dejando plasmada la huella de su tacón para espanto de los dos varones. Claude miró a Félix que estaba tan pasmado como él.
—O-Oye… recuérdame no hacer enojar a ningún dragón en mi vida.
—Ya… creo que yo también recordaré lo mismo.
Escucharon gritos de ayuda en el fondo y corrieron hacia esa dirección encontrándose con los prisioneros liberados de sus celdas y a los guardias amordazados.
—¿Todos están libres? ¿Cómo? —musitó Félix sorprendido y Claude se quitó la máscara viendo alrededor para buscar a su amada y no tardó demasiado, su cabello rizado era inconfundible.
—¡Juliet!
—¡Claude! —la chica corrió a él y se lanzó en sus brazos. Pero algo faltaba y Bridgette dio un paso al frente.
—Todos fuera, ¡A-HO-RA! —su voz hizo eco y las llamas que salieron de su boca hizo que todos obedecieran de inmediato. Félix se aferró a la capa de Bridgette que siguió avanzando aún contra su voluntad.
—Bridgette, ¡Bridgette! ¿Pero qué es lo que te pasa? —incluso su mechó de cabello lucía como un rayo, tenso y moviéndose de un lado a otro—. ¡Bridgette! ¡Cómo príncipe del reino te ordeno que…! —ella se detuvo y al volverse a verlo Félix sintió un escalofrío.
—¿Perdón? ¿Qué dijiste? —preguntó con voz gutural y las palabras se atoraron en la garganta de Félix.
—Que… Que como príncipe del reino quiero saber… ¿en qué te puedo ayudar? —llámenlo cobarde pero esos ojos prometían dolor y sufrimiento. Ella se volvió y siguió caminando por el pasillo hasta que escucharon una gran conmoción. Corrieron por un túnel siendo este un pasaje hacia una salida secreta a otro callejón donde lograron ver una carreta alejarse pero a un grupo de personas pelear contra una chica enmascarada como en la subasta. La superaban en número, pero ella parecía no tener demasiados problemas en ello.
—¿Quiénes son esas personas? —se preguntó Félix pero Bridgette no esperó por la respuesta. Llegó por detrás contra dos que terminaron contra el suelo con sólo un golpe de su parte. Otro vino por detrás con una espada pero exhaló su fuego cubriendo por completo el brazo de su atacante que quedó hecho cenizas y cayó al suelo. Félix no se quedó atrás, tomando una espada que cayó de uno de esos maleantes contraatacó y lo empujó contra otro que cayó al suelo.
–Ni se les ocurra moverse.
Antes de darse cuenta, la misteriosa chica salió corriendo de aquel callejón.
—¡Espera! —salió intentando darle alcance pero ella había desaparecido. Bridgette levantó a uno de los criminales pero este ya no se movía—. ¿Acaso él está…? —Bridgette lo azotó al suelo y para sorpresa de Félix la cabeza se zafó y rodó a sus pies mostrando que se trataba de una gran marioneta—. ¿Cómo es eso posible? ¿Qué clase de magia es esta? —miró a los demás, todos eran iguales pero en las sombras no lo notó, pero estaba seguro que uno de ellos se lastimó cuando Bridgette le quemó.
—Son marionetas manejadas de lejos —respondió Bridgette—. Así no se arriesgan a perder la vida o a un interrogatorio —con su pie destrozó la cabeza de madera y de este salió un humo extraño—. Es una magia muy antigua y oscura. Y sólo conozco a una persona que es capaz de hacerla… —chasqueó los dientes y emitió un gruñido a lo bajo sacando sus flamas—. Y cuando le encuentre voy a destrozarle miembro por miembro.
Félix se quedó en silencio, sorprendido de ver ese lado de Bridgette, recordándose que a pesar de todo ella era una dragona. De repente escuchó algo, ¿un sollozo?… asustado se volvió notando en ella una expresión de dolor que se plasmó en su rostro y limpió una lágrima invisible que no pudo ver por la oscuridad. No entendía absolutamente qué era lo que estaba pasando, pero sintió deseos de abrazarla y dejar que sacara todo lo que tuviera atorado.
…
El carruaje se alejó por las calles a toda velocidad, pero estaba siendo perseguido por una figura que corría detrás y que destruyó su falda a la mitad. Pronto, un caballo apareció y otro jinete se hizo a su lado.
—¡Sube! —gritó Kagami y Marinette así lo hizo.
Persiguieron el carruaje hasta casi llegar al muro a las afueras de la ciudad, estaban tan cerca, Kagami estiró su mano y Marinette se preparó para saltar del asiento cuando algo sucedió. Una luz extraña apareció frente a sus ojos y el carruaje había desaparecido. Detuvieron los caballos que se movieron en círculos.
—No… No puede ser —Marinette no podía creer que le hubiesen perdido.
—¿Eso fue magia? ¿Qué clase de magia fue esa?
—Un portal, pero es ridículo. Un portal no puede abrirse y cerrarse tan rápido.
—Tal vez se trate de otra clase de magia —Kagami suspiró y vio a la princesa confundida y molesta—. Debe regresar, princesa. Yo me encargaré de averiguar lo que sucedió.
—¡Maldición! —exclamó la princesa llevando su mano a su rostro y tirando al suelo la máscara que hizo añicos—. Todo es mi culpa. Si el templo tiene que ver entonces las cosas van a empeorar y quién sabe cómo nos vaya a perjudicar aquello.
Las dos galoparon lejos, sin notar al trovador que se escondía en las sombras y que se preguntaba qué era lo que estaba sucediendo bajo las bambalinas de esa obra.
…..
Y… espero que les hasta gustado! Gracias a todos por leer! Dejen review, nada de tomatazos y acepto bebidas y dulces de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
