Hola a todos! Ya sé, YA SÉ! Fanfiction me tuvo castigada una larga temporada por alguna razón, YO NO SÉ! Pero he regresado y la novela semanal también. Así que agárrense bien que la cosa poco a poco a andar que arde! Y COMENZAMOS!
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Capítulo 14.
La sombra de los dragones.
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Las cosas habían salido relativamente bien después de la redada. Según le informó Allan, muchos nobles que formaban parte del evento provenían de familias pertenecientes a las altas esferas. Y cuando todo ello llegó a oídos del rey decidió realizar los juicios a puerta cerrada ya que, si otros reinos se enteraban, sería una gran humillación para su reino que dejaría al descubierto las faltas en su régimen. No sabía qué era peor, que su padre dejase en el anonimato a los culpables o que podían salir libres con una fianza.
Al menos esperaba que él o Adrien y Natalie investigasen más a fondo el asunto, aunque había dos cosas que ahora lo tenían desconcertado. Uno, la misteriosa mujer del callejón. Dos, la actitud de Bridgette que no ha salido de cama desde que llegaron.
—Félix, ¡Fél! —Allan le llamó la atención por tercera vez—. Si estás distraído podemos parar. Tienes la cabeza en las nubes, ¿qué te pasa?
—Perdón, Allan. Sólo estoy pensando en lo sucedido.
—Ya… ¿cómo sigue Bridgette? —preguntó obteniendo una ceja alzada de parte de su amigo—. ¿Qué? No la he visto en días —quería agregar que su amigo parecía más relajado con ella alrededor pero se mordió la lengua.
—Igual. Sigue encerrada en su habitación, envuelta en sábanas y comiendo algo que Plagg llama comida chatarra. Prefiero no molestarla, igual Plagg le hace compañía. Y hablando de desaparecidos, ¿cómo está Claude? Después de esa noche no ha venido a verme.
—Ah, sí. Está con su novia —se burló un poco—. Nunca lo había visto así, casi está pegado a ella todo el tiempo. Incluso escuché que su madre tuvo que echarlo de la alcoba porque estaba descuidando sus obligaciones.
—¿Por qué no me sorprende? —suspiró imaginándose la escena, ellos bien conocían a la madre de su amigo y era de armas tomar y más ante su antiguo título—. ¿Conseguiste la lista de los detenidos?
—Si y no… tuve un problema.
—¿Qué clase de problema? —Allan suspiró sabiendo que debía decirle…
Allan pasó por el palacio de justicia para obtener la lista de los detenidos esa noche, la idea era investigarlos o sonsacarles alguna información, dependiendo la situación claro estaba. Querían obtener más información sobre algunos otros trapos sucios que tuvieran escondidos en su arcón. Pero al llegar a las oficinas del palacio se llevó una desagradable sorpresa.
—Disculpe —llamó a una de las oficiales en turno, una chica de cabello rubio y ondulado se volvió a él y… ¡vaya que era preciosa! Tenía unos ojos violeta azulados que nunca había visto en nadie. Unos labios rosados preciosos y carnosos y una figura de infarto a pesar de usar uno de esos trajes grises con los que se les caracterizaba a los oficiales ¡a ella le quedaba genial! De repente el gris era uno de sus colores favoritos.
—¿En qué le puedo ayudar? —su voz fue como una melodía que le dejó hipnotizado unos segundos.
—D-Disculpe, señorita. Estoy buscando la lista completa de los detenidos en una redada de hace unas noches.
—¿Se refiere a lo sucedido en el barrio Savier? Esta es la lista que dejaron —tomó rápidamente una carpeta que estaba sobre otro montón.
—¿Que dejaron quiénes? Al menos debería haber otras dos hojas —la joven miró por encima de su hombro y luego volvió a su atención a él.
—En realidad, fueron tres hojas, pero nuestros jefes entregaron esta lista de los que serán enjuiciados —habló en un tono más bajo.
—¿Y qué hay de los demás? —ella llevó su dedo a sus labios, unos labios pintados de hermoso nacarado como perlas rosadas.
—Es lo que nos dejaron. Sólo sabemos que esto viene de lo alto. Con permiso —la chica se dio la vuelta antes de que él preguntara otra cosa o siquiera le preguntara su nombre. Percatándose que algunas miradas curiosas estaban sobre de él. Lo tenían fijado, alguien estaba al tanto de la situación y no querían que se supiese más.
—O sea que alguien desde muy arriba movió los hilos —terminó Félix antes de que a su amigo le diese a ponerse a hablar de la chica de la que ahora estaba interesado.
—Exacto y eso deja a cuatro sospechosos. El canciller de economía, el capitán de la guardia, el lord de recursos y el director de salud. Ellos son los únicos que están por debajo de la familia real. Pero deberíamos sólo considerar a tres, sabes que el padre de Claude nunca haría algo malo, el hombre es un santo.
—Allan —Félix parecía demasiado serio—. No quisiera hacerlo, pero existe la posibilidad de que pueda estar involucrado de manera indirecta.
—¿O sea que alguien en su nombre puede hacer de las suyas? Claude amará investigar el asunto —sonrió a sabiendas que su amigo no dejaría que nadie manchase el nombre de su familia.
—¡Buen día! —como si fuese su casa, el dragón Nathaniel entró a la torre con la pequeña niña en brazos, la pequeña niña estaba limpia, peinada con dos coletas altas y vestía un sencillo vestido blanco con morado—. Perdonen las molestias, pero vinimos a ver cómo estaban —la niña emitió un leve rugido y Allan se levantó para verla.
—Aww, pero qué nena tan mona. Me es difícil pensar que es un dragón —movió sus dedos hacia ella en un intento de caricia.
—Yo que tú no haría eso —advirtió Nathaniel con una sonrisa y de repente la pequeña reveló unos colmillos que casi le arrancan el dedo al mago—. Está aprendiendo a cazar sus alimentos. Estoy enseñándole a usar sus garras y colmillos para despedazar, ¿verdad Manon?
—Q-Q-Que tierno —tartamudeó Allan de repente pálido.
—¡La comida está lista! —anunció Luka que entró en la habitación—. Ah, no pensé que hubiese más gente, igual hay para todos.
—Con el hambre que tengo. ¿Qué hay de comer? —preguntó Allan recuperando su color y escuchó un suspiro de parte de Félix.
—Arroz cocido, verduras y carne.
—Eso mismo —señaló Luka con su gran sonrisa.
—¿Cómo adivinaste? —preguntó Allan y Félix gruñó a lo bajo.
—Porque es lo que he estado comiendo durante los últimos días de comida y cena.
Tal como dijo Félix cuando llegaron al piso referente al comedor y cocina se encontraron con vasijas de arroz, verduras asadas y pollo. Luka sonrió apenado.
—Lo siento, es lo único que sé cocinar sin que la comida tenga un sabor raro. Pero esta vez usé pollo.
—¿Cuántos días llevas comiendo así, Fel? Ahora que te veo has perdido peso —le picó Allan las costillas notando de repente lo delgado que estaba su amigo.
—No he tenido una comida decente desde que Bridgette le ha dado por quedarse en su habitación. ¡No sé en qué está pensando! —gruñó molesto por la extraña actitud de la joven—. Ella puede estar en su cuarto pero ¿y si viene un ejército a rescatarme? ¡Seguro no saldría de su alcoba!
—Anda, tu mal humor está regresando. Y pensar que hace semanas lo único que querías era escapar.
—No es culpa de Bridgette —musitó Nathaniel con aire serio y mirando a la pequeña que masticaba el cuello de su camisa—. Nosotros los dragones tenemos una historia que nadie conoce, y que seguimos recordando con el pasar de los siglos.
—¿Qué historia? —preguntó Luka interesado.
—¿Tiene que ver con lo que pasó esa noche? —le preguntó Félix y Nathaniel frunció el ceño y desvió la mirada.
—No sé si sea buena idea… —Félix posó su mano sobre el hombro de Nathaniel.
—Si puedo ayudar a Bridgette quiero saber —Nathaniel exhaló una risa burlona.
—Dudo mucho que un humano pueda ayudarnos.
—Pruébame —retó Félix para sorpresa de los presentes.
…
Chloe estaba furiosa y no era para menos. Venía empapada de la cabeza a los pies, su vestido amarillo la hacía ver como un canario remojado y su maquillaje estaba por completo corrido. Otro de sus planes había fallado y entró a la habitación rompiendo un jarrón de paso. Sus criadas ya sabían que vendría así y se pusieron a limpiar de inmediato.
—¡Maldita sea! ¡Estúpida, estúpida princesa! ¡Cómo se atreve esa Maritonta a meterse en m camino! —había salido a buscar al príncipe Adrien encontrándolo con esa mediocre, acordaron un paseo en un bote en el lago real, logrando asustar a esa idiota con una vieja historia de fantasmas sobre el espíritu de una muy antigua antepasada de la familia real que murió en ese lago y logró su objetivo, la muy tonta cayó al lago, lo que no esperó es que Adrien se lanzara a por ella y lo peor es que ella misma terminó cayendo por culpa de esa zarrapastrosa cuando intentó golpearla con su sombrilla al momento en que intentaba subir al bote, pero esa mosquita muerta se le adelantó y la jaló su sombrilla ¡UN CRIMEN ATROZ! Adrien la salvó también pero ahora estaba hecha un desastre.
Con sus manos destrozó un cojín y las plumas de este volaron. Rápidamente se volvió a una de sus criadas.
—¡¿Qué hay de ese inútil?! ¡Para qué cree que le pago a ese estúpido bardo! ¿Hay noticias?
—No señorita, no hay noticias —respondió Zoey con leve voz temblorosa y luego Chloe se volvió a su hermana.
—Todas salgan de aquí, menos tú. Necesito sacar mis frustraciones con alguien —de sus cosas tomó una fusta. De repente la puerta se abrió y Sabrina entró.
—Su alteza, acaba de llegar una carta del palacio.
—¡¿Y ahora qué quiere mi padre?!
—Es de su madre, su alteza —Sabrina entró la carta con la debida reverencia y Chloe dudó en tomarla o no, pero al final lo hizo. Cuando les dio la espalda, Sabrina le hizo un gesto a Zoey de que retrocediera.
—Tal parece que mamá va a hacer una visita —todas ocultaron lo mejor posible una mueca de horror. Que la reina apareciese era lo peor que podría pasar, ya que si Chloe era malvada, su madre era la bruja del cuento—. Hablaré con el rey para hacerle saber de esta visita. ¡Todas salgan! ¡Menos tu y tu! —señaló a Alix y Rose—. ¡Quiero que me preparen el baño y me arreglen!
Chloe fue a quitarse el vestido en el cuarto de baño y Alix gruñó.
—¿Va a venir la reina? Creo que me voy a morir.
—Esperemos que traiga a sus criadas porque si nos ponen a su cargo será una pesadilla —se quejó Sabrina y Zoey suspiró.
—La reina siempre lleva a docenas de criadas y criados a donde quiera que va. Mejor preparémonos para lo que vaya a venir —Zoey se volvió a Sabrina a la cual sonrió agradecida de que la hubiese salvado de una golpiza y la joven pelinaranja emitió una suave sonrisa. Aunque sabían que pronto, la poca paz que tenían iba a desaparecer.
…
Nathaniel se sentó a comer, e intentó hacer comer a Manon pero la niña se negó en rotundo a comer otra cosa que no fuese pollo.
—Cuando vimos a Manon encarcelada la rabia que sentimos fue inmensa, ya que hace muchos años los dragones fuimos también encarcelados y asesinados por los humanos —explicó conteniendo la ira en su voz—. Éramos muy pequeños, aunque un poco mayores que esta pequeña, y en nuestro pueblo había nacido un ser que en lugar de fuego emitía luz. Siendo que existía una leyenda que un dragón con el poder de la luz traería paz a la era de los dragones. Sin embargo, los adultos nunca pensaron que quien debía traer la paz en realidad traería sangre y muerte —todavía podía recordar la muerte de los dragones, sus cuerpos apilados unos de otros—. Se las arreglaron con artimañas mortales de reducir a los más fuertes y a los débiles y pequeños nos encarcelaron y dividieron. Algunos para ser usados como entretenimiento, otros para servir como ingredientes en complicadas pociones o rituales… nos volvimos un producto. Vimos a decenas desaparecer y a muchos más morir —soltó un suspiro soltando algo de humo—. Éramos sólo niños.
Félix sintió su estómago encogerse, y no por la comida. Miró un momento a la pequeña dragona e intentó imaginarse a una pequeña Bridgette que sufrió por tantas cosas. A su lado, Luka se mantenía serio, con la mirada perdida, quizás en sus pensamientos. Y Allan parecía horrorizado y asqueado de pensar que magos tuvieron que ver en tales atrocidades.
—Y tras vivir por años de esa manera, un día, conocimos a quienes serían nuestros compañeros —dijo acariciando la cabeza de Orikko el cual no habían notado ya que el hada estaba escondido detrás de su cabello, volviéndose a esconder algo tímido—. Nos encontrábamos siendo transportados hacia una nueva localización, pero no íbamos solos, había quienes estaban observándonos desde las sombras y más que dispuesto a ayudarnos.
La pequeña Bridgette estaba intentado entrar en calor, estaba nevando y a sus captores no les importaba si se morían o no. De repente escuchó una gran conmoción desde los carros de adelante y fue que vio una pequeña hada de grandes ojos verdes que le sonrió juguetón listo para destruir la jaula mágica.
—Todos escapamos y nos dispersamos. Después de eso nos volvimos bastante recelosos con los humanos a tal punto que creamos historias sobre lo peligrosos qué éramos y nuestro poder. Aunque algunas veces… sí actuábamos acorde —no todas las historias eran ciertas, pero que alguno de sus hermanos quemase un ejército o una ciudad entera sí era verdad.
—¿Y por qué Bridgette ha estado así desde que llegamos? —preguntó Félix sintiendo que había más por saber. Nathaniel se sorprendió, el príncipe era listo.
—Cuando estuvimos en esa subasta logramos captar el aroma de quien nos traicionó en varios de los presentes. Su esencia mágica… no creo que deba contar más.
—Necesito saber —Félix tenía el ceño fruncido, su voz sonó más a una orden que a una petición.
—Eso ya no me corresponde a mí, sino a ella.
—Está bien… —todos se giraron al escuchar la voz de Bridgette que bajaba a comer, lucía como siempre aunque había cierta tristeza en sus ojos que era como una niebla oscura—. Puedes decirles, Nath. No importa, deben saber —Nathaniel suspiró y asintió.
—Vale. El dragón que nos traición, que llevó a la casi extinción de todos los dragones y que hemos estado cazando por siglos es nada más que la hermana de Bridgette.
…
CHAN! CHAN! CHAAAAAAAN! Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos ya que no quiero que papi Fanfiction me vuelva a castigas y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
